26

Desperté sintiendo cosquilleos por toda mi cara.

Abrí primero un ojo cegándome al instante por la luz.

Cuando pude acostumbrarme a la claridad, la figura de Zach se hizo presente frente a mi cara, con una sonrisa tierna.

Las alas de Zach rodeaban mi cuerpo como una manta. Una manta muy suave.

- Buenos días preciosa. - susurró antes de plantar un beso en mis labios.

- Buenos días. - saludé de vuelta con una sonrisa boba y un bostezo.

Escondí mi cara en su cuello aspirando su aroma.
Él besó mi hombro y me acercó más a su cuerpo mediante sus alas.

- ¿Crees que si entreno más y les demuestro que estoy bien, me dejarán participar en la lucha? - pregunté de la nada mirándole esperanzada a los ojos.

Él suspiró confuso y supe que lo que iba a decir no era nada bueno.

- No lo sé... - me miró a los ojos - Lo que hiciste... Fue muy malo y... A Selena le devastó. Le pasó lo mismo a su hermana, ella no aguantó la muerte de su madre y decidió quitarse la vida. No quiere que te suceda lo mismo a tí, eres como una hermana para ella.

No dije nada más. Odiaba está situación y lo peor era que no podía hacer nada para cambiarlo.

Zach acarició mi brazo y le miré.

- Intentaré convencerla. - murmuró no muy convencido.

Sonreí y le di un pequeño beso en sus labios antes de zafarme de sus brazos.

- ¿A dónde vas? - preguntó desconcertado mientras se incorporaba.

- Tengo que ducharme. Ayer no me dejaste.

- Oh. - sonrió con picardía -¿Quieres que vaya contigo?

- No Zach. - reí - Quiero ducharme, y nada más.

Gruñó sonoramente y dejó caer su cabeza de nuevo en la almohada.

Entré al baño y dejé la ropa en el retrete.

Abrí el grifo y el agua comenzó a caer por mí cuerpo.

No tardó mucho tiempo en que el cuerpo de Zach me arrinconara en la pared de la ducha.

- ¿Qué te dije? - pregunté divertida.

- No me hagas esto. - rogó con un puchero - Me has dejado allí, imaginando tu cuerpo bajo el agua, desnuda, con las gotas deslizándose por tus curvas... - tragó saliva y pude notar como su erección creció en mi estómago.

- Pero quiero ducharme. - me quejé con falso fastidio. Solo quería verle rogar.

- Lo puedes hacer luego ¿Si? Pero no me dejes así...

- ¿Así cómo? - cuestioné con una sonrisa traviesa - ¿Excitado?

Asintió con los ojos cerrados entorné los ojos divertida.

- Bueno... Podría hacer una excepción por hoy.

Abrió los ojos de nuevo y sonrió antes de tirarse directamente a mis labios.

Solté un gemido al sentir sus manos bajando por mí zona íntima.
Su lengua atacaba a la mía y comenzaba a bajar por mi mandíbula.

Metió un dedo dentro de mí y solté un gran suspiró.
Me agarró del trasero y comencé a mover mi cuerpo contra él, colgándome de su cuello y besando su mandíbula.

Me sacó de la ducha y se sentó en la tapa del retrete conmigo encima de él.

Agarró mi cintura y me introdujo en él como si fuera una pieza de puzzle.

Me movía contra su cadera haciéndole gruñir mientras su espalda se arqueaba de placer.

Solo esperaba que nadie nos pudiera oir.

(...)

Varios estruendos y golpes en la puerta principal detuvieron mi entrenamiento con Daniel.

Los dos corrimos hasta allí y nos colocamos en la posición de defensa base.

La puerta se abrió de un golpe y pude ver una maraña de adolescentes antes de que alguien se tirara sobre mí.

Sus ojos eran amarillos y sus dientes eran enormes. Arañaba mis brazos sin piedad haciéndome chillar de dolor.

Hasta que alguien lo apartó de mí.

- ¡Connor! - reconocí enseguida la voz de Chris - ¡Para! Es una amiga.

El chico fue retirado de encima mía y me conseguí levantar del suelo con ayuda de Daniel.

- ¡Tú! ¡Psicótico! - gritó Zach enfrentando al muchacho con furia - ¡Cómo te atrevas a volver a tocarla te juro que...!

- Tranquilo Zach. - intervino Chris sujetándole del pecho para que no atacar al tal Connor - Solo ha perdido el control.

- ¿Qué hacéis todos aquí? - preguntó Calum confuso al ver a todos los adolescentes.

- Han descubierto nuestra guarida - dijo Marie devastada.

Todos quedaron en un silencio abrumador.

- Pasar. - ordenó Selena con amabilidad - Os esconderemos hasta encontrar una solución.

Todos pasaron y nos hicimos a un lado mientras Corbyn y Jonah les guiaban por la casa.

- Gracias. - susurró Chris con la voz quebrada.

- Allison. - me giré y vi a Daniel observándome preocupado - Vamos, tenemos que curarte los arañazos.

Oh no. Mierda.

Miré a Zach buscando ayuda mientras mi hermano me arrastraba hacia la enfermería.

Él abrió los ojos dándose cuenta de lo que estaba ocurriendo y solo desapareció. Se hizo invisible.

Cobarde.

Llegamos a la enfermería y Daniel me obligó a sentarme en la camilla.

- No hace falta Daniel. - comentó nerviosa - Estoy bien.

- No, no lo estás - aseguró con alcohol en la mano - Te ha arañado todos los brazos.

Agarró mi brazo justo en el momento en que las heridas comenzaron a desaparecer.

- ¿Pero qué...? - me miró confuso - ¿Por qué te curas...? - miró a la puerta con los ojos muy abiertos, descubriendo lo que pasaba - ¡Zach!

Y salió corriendo en busca de Zach, dejándome sola.
O al menos eso creía.

Zach apareció en una esquina de la habitación con expresión de terror en sus ojos.

No pude evitar soltar una risita.

- Ayúdame. - susurró para que nadie le oyera.

- ¿Cómo? - cuestioné divertida.

- Dile que era para que su hermana no sufriera daños.

- Lo intentaré. - salté de la camilla soltando una risa - Pero no creo que funcione.

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Solo tengo una cosa que decir: Puto Andrés.

Besitos 😘

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