Me escondí en otra habitación mientras aquellas personas revisaban el por qué del fuego.

No sé veía nada.

Palpaba con las manos las paredes intentando encontrar un interruptor.

Encontré uno y con cuidado lo encendí.

La lámpara de la habitación daba una luz blanquecina algo apagada, pero lo suficiente brillante como para poder ver lo que había en el cuarto.

Fotos, planos y más fotos.

Me acerqué con cuidado a la pared rellena de fotos.

Chicos con una cruces rojas en la cara se hacían presentes en el lado izquierdo de la pared.

Esos chicos debían de haber muerto.

En el otro lado había más fotos, pero sin la cruz en ella.

Chico, chico, chica, chico, chica, chica... ¿¡Corbyn?!
¿Qué hacía Corbyn allí?

Miré con el ceño fruncido el rostro de Corbyn y recorrí de nuevo mi mirada por el lado derecho de la pared.

Jonah, Selena, Jack, Calum, Zach...

Todos estaban allí y agradecí el hecho de que no tuvieran una cruz en sus rostros.
Todos estaban menos Daniel y yo.

Seguí mi recorrido por aquella extraña habitación hasta dar con la pared de enfrente.

Allí estaba yo... Y Daniel.
Pero era una foto de pequeños.
Tendríamos entre unos cinco o siete años.

Todo una pared solamente con nuestras dos fotos en ella y información en papeles alrededor suyo.

"Desaparecidos" "PELIGROSOS" "Búsqueda pendiente de padres adoptivos" "Matar enseguida tras avistamiento"

Todo eso se podía leer en las paredes.

Un gran escalofrío recorrió mi espalda.

¿Qué quería decir todo eso?

Seguí mi búsqueda por cualquier lado. Necesitaba información que me dijera de que trataba esto.

"Reales padres ejecutados tras su revelación contra la L.C.P.S."

Demasiados pensamientos recorrían mi mente en se precisó momento, pero ninguno me daba la idea de qué mierda pasaba aquí.

Desperté del laberinto que había formado mi mente después de un estruendo al otro lado de la puerta.

- ¿Allison? - se oía un susurro tras la puerta. Zach.

Salí dejando todo aquel marrón detrás mía.

- Allison. - me abrazó rápidamente - Ya los he liberado. Corre, falta poco para que se enteren de lo qué ha pasado.

Corrimos agarrados de la mano por todo el pasillo esquivando algunas llamas que rodeaban el suelo.

Al salir nos metimos en la furgoneta lo más rápido que pudimos.

Miré hacia atrás dándome cuenta de las caras asustadas de un montón de adolescentes sobre mí.

- ¿Cómo los has despertado? - pregunté sin apartar la mirada de ellos.

- Un suero. - contestó simplemente - Tranquilos, ahora estáis a salvo - dijo refiriéndose a los adolescentes - Allison. - susurró llamándome - Hay una niña.

Le miré extrañada. Él solo asintió tristemente con los ojos pegados en la carretera.

Me deslicé por el hueco entre los asientos delanteros buscando con la mirada a la niña.
Un chico me señaló con la cabeza el lugar donde ella se encontraba.

Asentí con una media sonrisa que se desvaneció rápidamente tras ver a la pequeña en un rincón de la furgoneta sollozando.

Una chica se encontraba a su lado intentado calmarla sin éxito.

- Hey. - susurré posicionándome a su lado.

Los sollozos cesaron y su pequeña carita salió de entre sus brazos con alguna que otra lágrimas aún recorriendo sus mejillas.

- Soy Allison y te prometo que ahora estarás a salvo .- sonreí cortamente - ¿Tú cómo te llamas?

- Marie. - susurró sorbiendo sus mocos.

- Bonito nombre, yo tenía una muñeca que se llamaba así - me senté a su lado - Pero se fue a recorrer el mundo con su novio Pete.

Marie rió y yo sonreí.

(...)

- ¿Dónde les llevaremos? - pregunté llegando al lado de Zach con Marie a mi lado.

- Hay un refugio para Sobrenaturales en el valle de una de estas montañas. Conozco al dueño y te aseguro que es el mejor lugar donde podrían quedarse.

Asentí y miré al carretera.

- ¿Es este tu novio? - susurró Marie en mi oído.

Me sonrojé al instante.

- No... - dije riendo nerviosa.

- Si lo soy. - contestó Zach con una sonrisa - Solo que ella todavía no lo sabe.

Todos en la furgoneta rieron menos yo, que tenía la cara como un tómate de la vergüenza.

(...)

Zach y yo bajamos de la furgoneta y ayudamos a los demás a salir.

- ¡Zach! - se oyó desde la entrada.

Un hombre de unos 40 años, de estatura media, pelo castaño marcado por algunas canas y una barba bien afeitada se acercó a Zach para darle un gran abrazo.

- Hey Chris. - saludó Zach - Te he traído a estos chicos. Espero que les proporciones un buen hogar.

- Claro que lo haré Zach. - miró a los chicos con una sonrisa triste - Estamos pasando malos tiempos, pero si todos nos unimos podremos acabar con esta batalla.

Sonreí ante su discurso.

- ¿Y quién es esta hermosura? - dijo mirándome - ¿Tu novia?

- No, no lo es. - me sonrió con la ceja alzada - Aún. Ella es Allison.

Rodé los ojos soltando una pequeña risa.

- Encantada de conocerle. - apreté su mano y él me sonrió como saludo.

- ¡Vamos chicos! - exclamó Chris a los adolescentes - Entrar. Ahora está es vuestra casa.

Los chicos sonrieron emocionados y corrieron hacia la guarida con rapidez y desesperación.

- Bueno, nosotros nos vamos. - comentó Zach agarrando mi mano.

- ¿Qué? ¡Oh vamos! ¡Es noche buena! Quedaros con nosotros. Tengo una gran cena preparada.

- No queremos darte más trabajo. - se excusó el castaño y le miré con la nariz arrugada.

- ¡No seas idiota! ¡Entrar! Hay pavo de sobra.

- Venga Zach. - le pedí con un puchero - Quiero quedarme. Ya es tarde y si nos quedamos no tendremos por qué estar solos en Navidad.

- Vale... - aceptó cansado - ¿Dónde dormiremos?

- Tengo una habitación de sobra, pero tendréis que compartirla.

- ¡Me apunto! - dijo Zach más contento.

- Baboso. - susurré con una risa corta.