☢24 de diciembre☢

Desperté gracias al los golpes que proporcionaba Zach en mi puerta.

- ¿Se puede? - preguntó desde el otro lado de la puerta.

Gruñí mientras me estiraba en la cama y él entró.

- Lo siento. - se disculpó con una sonrisa tímida - Quería avisarte.

Abrí la boca lo más que pude y solté un gran bostezo.

- ¿De qué? - pregunté mientras me frotaba los ojos.

Zach se sentó en la esquina de mi cama y acarició mi pelo como si fuera una niñs pequeña, lo que me hizo sonreír con los ojos entrecerrados al no ver casi nada.

- Tengo una misión en la L.C.P.S. - contestó con una pequeña sonrisa.

Su rostro casi no se veía, ya que la única luz que había en el cuarto era la que dejaba pasar la puerta.

- ¿Qué vas a hacer?

- Como ya dijo Selena, el ataque se producirá en Abril. La L.C.P.S. estará reclutando un ejército de Sobrenaturales para combatirnos. Cogerán a todos los que puedan contra su voluntad y voy a impedir eso. - explicó rápidamente.

- Vas a salvarlos tú... ¿Solo?

Asintió y besó mi cabeza en modo de despedida.

- Voy contigo - afirmé quitándome las sábanas de encima.

- No. - dijo firme - Tú te quedas aquí. Podría ser peligroso.

- Pues por eso quiero ir. - me levanté - es peligroso para que vayas tú sólo.

- No Allison. Yo tengo más experiencia que tú y no quiero que te pase nada. Te quedas aquí, punto y final. - sentenció con el semblante serio.

Fruncí el ceño y giré los ojos mientras me sentaba en la cama resignada.

Zach se agachó para quedar a mí altura y besó cortamente mis labios.

No pude contenerme y sonreí bobamente.

- Gracias Allison.

Asentí mientras miraba mis manos.

En verdad quería ir con él.

- Llegaré en la noche. Ten cuidado. - me abrazó y salió del cuarto despidiéndose con la mano.

No me iba a quedar sentada esperando a que vuelva.

Me vestí lo más rápido que pude y guardé en una mochila todo el equipamiento que creía necesario para la misión.

Cogí un coletero y mientras salía de mí habitación me hice una coleta alta.

Caminaba, o más bien corría, por el pasillo.
Esperaba que Zach todavía no se hubiera marchado y pudiera colarme en su camioneta e irme con él.

Sabía que iría en su camioneta, ya que iba a salvar a los Sobrenaturales y volando no podría llevarlos a todos.

Me deslicé por el pasillo hasta la puerta de salida...

Después de mucho tiempo iba a salir de aquí.

Abrí la puerta con cuidado y asomé la cabeza.

Allí estaba Zach. Guardando el equipamiento en el maletero de la furgoneta.

Cuando lo cerró y se dirigió a la puerta delantera, vi mi oportunidad y corrí sigilosamente hacia el maletero. Lo abrí, entré y lo cerré con cuidado.

La puerta delantera se abrió y cerró, dándome la señal de que Zach ya estaba dentro.

Me mantuve quieta en mi sitio durante todo el maldito viaje.

Fueron casi 2 horas de trayecto y el maletero no es que fuera muy cómodo.

El coche frenó y se oyó como Zach salía de él, pero... ¿Hacia donde?

Esa duda se desvaneció en el momento que la puerta del maletero se abrió.

- ¿¡Allison?!

Su cara volvía a expresar demasiadas emociones.

Sorpresa, enfado y decepción.

- Hola. - saludé con una sonrisa inocente.

Me agarró del brazo y me ayudó a bajarme de allí.

- Te dije que te quedarás en el cuartel. - me encaró muy enfadado.

- Lo sé y lo siento, pero quería ayudar. - dije con la cabeza gacha.

Suspiró cabreado mirando a otro lado.

- Hablaremos sobre esto después de la misión. Ahora coge esto. - me dió una pistola que admiré tragando saliva - Mantente detrás de mí en todo momento y obedece cualquier orden te dé.

Asentí ocultando una sonrisa.
No quería que se enfadara más conmigo.

Me posicioné detrás de él, siguiendo sus pasos con sigilo.

Había guardias en la puerta central.

Zach me hizo una señal con la mano para que me quedara quieta.
Asentí expectante.

Se hizo invisible y de un minuto a otro los guardias ya se encontraban en el suelo.

Volvió a hacerse visible y me indicó que le siguiera.

La puerta se abrió después de que Zach pusiera la mano de uno de los guardias en el escaner de huellas.

Entramos por aquel largo pasillo aguantando la respiración.

Todas las paredes eran de metal y con una que otra ventana que daba a alguna habitación de pruebas.

Ningún Sobrenatural había sido avistado por Zach hasta ahora.

- Quieta. - susurró parándose bruscamente en el sitio.

Le miré con el ceño fruncido y busqué con la mirada dónde posaba los ojos.

Una de las ventanas daba la clara visión de adolescentes tumbados en camillas conectados a extraños aparatos.

Todos estaban pálidos. Daba igual el color de su piel. Todos tenían un color blanco enfermizo.

- Son ellos. - dijo cerca de mi oido. - Crea una distracción, yo los liberaré.

Asentí no muy convencida.

Zach se agachó debajo de la ventana ocultándose de cualquiera que pudiera verle.

Recorrí los pasillos buscando alguna distracción.

Una habitación con armas se apareció ante mis ojos.

Quedé horrorizada. Tenían rifles, pistolas, metralletas, ballestas, bombas, espadas...

Lancé una bola de fuego a la habitación, procurando hacer desaparecer todo ese arsenal con el que tenían pensado acabar con nosotros.

La alarma anti fuego no tardó en sonar al igual que una pequeña explosión en el cuarto debido al calentamiento del plomo. Pasos fuertes se oían acercarse hacia la habitación.

Distracción lista.