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- ¿Toda la gente normal es así? - pregunté algo resignada.

- Claro que no. - sonrió - La familia de los chicos, sus amigos, gente que dice que somos super héroes. - rió - Todos ellos piensan que somos geniales. Ayudamos a la gente que no puede defenderse por sí misma. ¿Por qué todos tendrían que ser así?

- No lo sé. - suspiré frustrada - Toda la gente a la que he conocido, ha sido mala conmigo. Me temían y se burlaban de mí.

- Eso es porque no te han conocido de verdad. - acarició mi mejilla - Para mí eres perfecta y una de las mejores personas que existen en este mundo.

Sonreí tristemente.

La puerta se abrió de repente sobresaltándome en el acto.
Selena.

- Chicos he dicho a la cama - nos miró detenidamente - Ya tendréis tiempo de manosearos y besaros en otro momento.

Mis mejillas se encendieron.
Literalmente.

- ¡No estábamos haciendo eso! - me defendí levantándome de un salto.

Selena rió cruzándose de brazos.

- Okay... Lo siento. - sonrió con burla - Ahora iros a la cama. - se fue por la puerta, pero enseguida se volvió a asomar - Camas separadas.

Oí su risa por el pasillo y lo único que pude hacer fue irme del cuarto de Zach con un inaudible adiós.

(...)

La alarma sonaba cada vez más fuerte, haciendo retumbar mi cerebro.

Levanté la cabeza débilmente y volví a apagarlo, tirándome a la almohada seguido de un gruñido.

Me volví a dormir.

La puerta se abrió de golpe y no hacía falta que mirara para saber quién era.

Su colonia se podía oler desde el pasillo.

Agarró mi pierna y con mucha "sutileza" me tiró de la cama arrastrándome hasta el baño.

- Tienes 10 minutos - me avisó y cerró la puerta del baño.

Gruñí y me levanté del suelo para darme una ducha rápida de 5 minutos.

La ropa ya estaba colocada perfectamente encima del retrete con una nota que decía.

Se me olvidó decirte algo:
Buenos días :D
Te esperamos en la cocina para desayunar.

Sonreí levemente y me vestí.

La ropa era todo lo necesario para hacer deporte.
Unos simples leggins negros, una camiseta blanca de tirantes y unas deportivas también negras.

Me hice una coleta alta y salí del baño corriendo.

Llegaba dos minutos tarde.

Todos ya se encontraban ahí. Menos Selena.

- Buenos días. - saludé con un bostezo.

Los chicos me saludaron y siguieron con su comida.

- ¿Y Selena? - pregunté sentándome en uno de los taburetes con mi cuenco de cereales.

- Se ha ido a una misión muy importante. - informó Calum tragando un trozo de manzana - Va a averiguar cuándo y dónde se producirá el ataque de la L.C.P.S.

- ¿Hay un ataque planeado?

- Sí. - ahora habló Corbyn - Están cansados de pequeñas luchas que no llegan a nada. Quieren que todo esto termine de una vez, aún poniendo en riesgo la vida de los habitantes del mundo.

Mi pierna temblaba de nerviosismo.

¿En verdad iban a ser capaces de hacer eso?

- Hey - Zach me llamó en el oido - Tranquila. Lo impediremos.

Se separó un poco y sonrió tranquilizándome.

Después del desayuno Jack y Daniel se levantaron de su asientos y se dirigieron al gimnasio conmigo detrás.

- ¿Quién empieza? - le preguntó Daniel a Jack.

- Yo mismo. - contestó él indiferente.

Entramos al gimnasio y Jack y yo nos quedamos en el centro, mientras Daniel observaba en las pequeñas gradas.

Antes de empezar, Zach apareció por la puerta y me gesticuló un suerte acompañado de una bonita sonrisa.

- Bien - me centré en Jack - ¿Sabés hacer aparecer el fuego cuando tú quieras? - Negué con pena. - Pues empezaremos por eso - cogió mi brazo y lo puso mirando hacia una diana - Concentra toda tu energía y espulsalá hacia allí.

Se alejó un poco y cerré los ojos intentando concentrarme.

Abría y cerraba mi mano esperando a que algo pasara.
Nada.

- Bueno... No te desanimes. Inténtalo otra vez.

Y eso hice, pero nada salió.

- Probemos con algo - se acercó un poco para hablarme mejor - Normalmente, ¿Cuándo tus poderes se hacen presentes?

- Cuando me enfado o me molestan ¿Por?

- ¡Daniel! ¡Prepara los extintores y llama a los chicos!

Daniel se levantó y se fue corriendo afuera del gimnasio.

- ¿Qué vas a hacer? - pregunté con el ceño fruncido.

- Ya verás.

El primero en llegar fue Corbyn.

Claro. Es súper rápido.

Después vino Jonah, Calum, Zach y Daniel.

- ¿Para que nos quieres? - preguntó Jonah con un libro en la mano y el ceño fruncido.

Jonah era lo contrario al prototipo de Superfuerza.

Normalmente se les define como gente sin cerebro a quienes solo les importa el físico.

Jonah no era así.
Le encantaba leer y la cultura general. El físico no le importaba. Aunque debo admitir que estaba muy, muy bien físicamente.

Pero tampoco es lo que yo busco en un chico.

- Quiero que enfadeís a Allison. - explicó Jack.

¿¡Qué!?

- Claro. - contestó simplemente Zach.

Creía que te caía bien Zach.

- ¿Listos? - ¡yo no! - Ya.

Zach se volvió invisible, Corbyn comenzó a correr a mí alrededor haciéndome perder el equilibrio.
Calum tiraba cualquier cosa que encontraba por el gimnasio contra mí o me hacía levantarme del suelo con brusquedad.
Jack congeló el suelo provocando varios resbalones por mi parte.

Me estaba enfadando.

Sentía cosquillas por todo mi cuerpo.
Zach.

Jonah seguía leyendo. Creo que pensaba que con lo que tenía, ya me sobraba.

- ¡Parad! - grité harta.

Ni caso.

Apreté los puños y cerré los ojos muy enfadada.
Ya tenía varios moratones y heridas por su culpa.

Empecé a lanzar bolas de fuego a Corbyn para que parara de correr.

Me guíe por el olfato hasta Zach y le tiré una pequeña llamarada.
Enseguida su presencia fue visible para todos.

Derretí el hielo del suelo y miré mal a Calum.
Lo que bastó para que se quedará quiero.

- Funcionó. - comentó alegre Jack.

Le miré mal y salió corriendo.

- ¡Te toca Daniel! - gritó antes de irse.

Los demás rieron y también se fueron.

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