Harry Potter estaba tratando de concentrarse en escribir una maldita canción, Miraba la hoja en la que tenía pensado plasmar las estrofas, una de sus fans le había retado a que no podía hacer ninguna canción sin beber una copa de vino. Era una maldita grupie que lo esperaba tras el escenario para darle una crítica.

¿En verdad no podía escribir sin beber? Se sorprendió a sí mismo mirando la copa de vino que reposaba sobre un estante. ¿Tan adicto estaba al licor? Cerró los ojos, pensó en la chica de cabellos castaños y revueltos, esa era una Grupie en toda la extensión de la palabra, pero era su grupie personal.

Empezó a tararear una suave melodía en la grabadora a lado, el momento mágico estaba empezando.

No te entiendo, chica.

Pareces solo buscar mi atención,

Cada que te veo solo deseo correr, correr

Voy a huir de ti, no voy a darte mi atención.

Para ti solo soy un juego más,

Tu no quieres mi corazón.

Como un bobo caigo en tus redes

No debo mirarte más

Porque ya escribo tu nombre en las paredes.

Para ti solo soy un juego más

Vienes y te vas

Porque sabes que nunca me tendrás. 

Harry pausó la grabadora y se dispuso a oír lo que había cantado sin pensar, solo sintiendo esas emociones.

Se sorprendió, esa chica sí que tenía la habilidad para hacerle cantar, Hermione Jean era la grupie que le retaba. Se dedicó a trabajar toda la tarde en la letra de la canción, este sería su nuevo éxito. Sí que podía escribir sin beber, sonrió para sí. Solo le preocupaba el hecho de lo que estaba sintiendo, al oírse pudo notar un aire de resentimiento y tristeza. Tal vez muy en el fondo se preocupaba por la joven que le retaba siempre, que tratara de colarse en su corazón.