Capítulo 32: Final
Apenas y me da tiempo a volar lo suficientemente alto para que no me alcancen las explosiones, pero a diferencia de Gregory, que está en el límite del área, y de mí, que estoy en el aire, Peter y Melody están en medio de todo el caos. Decir que estoy aterrada es quedarse corto, siento pánico de que le pueda pasar algo a mi amiga, y parece que no soy la única que lo piensa, pues puedo ver que Gregory está tratando de buscar una forma de salvar a Peter. Yo por mi parte, estoy intentando ver un patrón en las explosiones, una brecha por la cual pueda pasar y sacar a Melody de ahí sin sufrir daños.
A pesar del miedo y los nervios, intento concentrarme en los lugares y el tiempo de las explosiones, logrando encontrar un pequeño patrón, por lo que, con los nervios de punta y el corazón a mil, desciendo lo más rápido que puedo y atrapo a Melody al vuelo. El problema es la subida, no pensé que ella pesara tanto, agradecería tener el don de la superfuerza como su madre en este momento.
-¡Más alto! - grita mi amiga completamente asustada.
-Lo intento, pesas mucho - digo mientras uso todas mis fuerzas y energías en volver a estar a una altura segura de suelo.
-¡No peso tanto! - exclama molesta, claro, soy yo la debilucha por no elevarla conmigo usando la telequinesia. Un momento.
-¡Usa tu don de la mente y vuela por ti misma! - soy yo la que exclama ahora. Ella parece darse cuenta y es entonces que su peso desaparece - gracias.
-De nada ah - la agarro antes de que se caiga.
-¿Pero qué te pasa? - le pregunto alarmada.
-¡No todos somos tan buenos aplicando la telequinesia sobre sí mismo!, ¡es algo muy complicado!
Mi amiga puede ser tan dramática a veces, pero le tengo que dar la razón en esto, el don de la mente es un don muy complejo, abarca muchas cosas, entre ellas la telequinesia, lo cual en sí ya es complicado, pero aplicarla sobre sí misma es aún más difícil, incluso Clarisa me felicitó por haberlo logrado, ella es una de las personas que mejor lo maneja del país, y me atrevería a decir que del mundo si no fuera porque no conozco nada de él, pero ella misma me dijo que hacerlo con la facilidad con la que yo podía hacerlo, era muy muy raro.
-Entonces es mejor que bajes, fuera del área no correrás ningún peligro - le digo.
-Pero no puedo, quiero hacer esto junto a ti, ellos siguen siendo dos.
Es entonces que me da por mirar al suelo, Peter se encuentra bien y fuera de peligro, está junto al árbitro fuera de la zona de combate y no parece herido; el riesgo lo tiene Gregory, de algún modo salvó a su compañero, y ahora es él el que tiene problemas, ya que las explosiones continúan y no le dejan salir, no puede dar ni dos pasos sin tener una explosión justo al lado, lo cual le obliga a usar sus dones para sufrir el mínimo daño posible.
-¡Oh Dios mío! - exclama horrorizada Melody - hay que hacer algo.
-No te ofendas, pero Gregory no es de mis personas favoritas, no pienso arriesgarme para salvarlo a él.
Melody se nota que está muy molesta, y estoy segura de que iba a darme el sermón de mi vida, pero, para mi suerte, eso no ocurre debido a una fuerte explosión que nos hace a ambas mirar a la arena. Fue ahí cuando veo a Gregory en el suelo, probablemente inconsciente, aunque me caiga mal, tampoco deseo su muerte, y prefiero pensar que está vivo, lastimado, pero vivo, aunque siendo sincera, el polvo y el humo no me deja verlo muy bien como para estar segura.
-¡Oh Dios!, Amanda, por favor, haz algo.
Miro a Melody como si estuviera loca, y en parte debe ser así si cree que puedo hacer algo por él en este momento. Quiero decirle que lo que me está pidiendo es una completa locura en toda regla, pero su cara aterrada y suplicante me lo impide, odio tener este sentimiento sobreprotector con mis amigas, es de locos, además de que es así como siempre termino en problemas, más cuando se trata de Melody y todo lo relacionado a su mundo.
Suspiro con pesadez y me pongo a pensar en una forma de salvarlo sin que me cueste la vida. Las explosiones cada vez son más violentas, y el tiempo entre ellas no lo puedo determinar. No veo posibilidad alguna de entrar sin sufrir daños, debería ser un fantasma para poder hacerlo. Eso es, ser un fantasma, ser etéreo, lo que hice antes, atravesar las cosas, ¿servirá igual con el fuego y los trozos de tierra que estallan?, no lo sé, pero debo intentarlo, es la única forma de hacerlo, pero antes, debo asegurarme de que ella esté a salvo.
-Vete a donde están el árbitro y Peter - le digo a Melody.
-¿Qué?, yo...
-O te vas allá, o no salvo a Gregory, tú decides - le corto antes de que pueda protestar.
Ella iba a decir algo, pero al final solo aplana los labios, asiente no muy convencida, y desciende a donde están los otros dos, agradezco que se le dé mejor bajar que subir. Una vez ella está segura, dejo salir todo el aire de mis pulmones y me concentro para lo que viene a continuación, ya que ese don recién lo acabo de despertar, y el ruido de las explosiones y la gente histérica del estadio no me ayudan en absoluto, al contrario, solo hacen que se me crispen los nervios, pero no hay de otra, o lo hago yo, o sé que lo hará ella.
Rezo a Dios y pido ayuda a mi don de la mente consciente para que esto funcione. Desciendo con algo de lentitud y cautela, no quiero morir por algo así. Pronto llego a la zona minada, y para mi buena suerte, ha funcionado, ni el fuego de las esquirlas me dañan, todo me atraviesa. Suspiro completamente aliviada, nunca en mi vida había estado tan insegura de algo, pero ahora que tengo la certeza de que no puedo morir por las explosiones, avanzo sin miedo hasta llegar al cuerpo de Gregory.
Una vez que lo tengo al lado, me agacho e intento cogerlo, pero tan pronto como lo intento, lo atravieso, se me había olvidado este pequeño detalle, mierda. Ahora tengo que pensar en una forma de salir con él, no creo poder compartir mi don con él, además de que está inconsciente, lo cual lo complica todavía más, al menos no está muerto, ya que puedo apreciar su pecho subir y bajar sutilmente, el problema está justo debajo, una herida considerable en su abdomen.
-Mierda - digo sin poderlo evitar.
¿Qué hago?, ¿qué hago?, yo no tengo el don de la curación, tampoco el de la aceleración celular, no tengo ningún don con el cual curarle. No me queda de otra, me volveré a hacer material e intentaré sacarlo de aquí con mi telequinesia, solo espero que no nos pille una explosión en el aire, eso supondría el fin de los dos, ¿hasta cuándo va a haber explosiones en el campo?, ¿cuántas bombas puso ese tipo en la arena?, esto no es ni medio normal, en verdad que quería asegurarse de que nosotras moriríamos aquí.
-¿Quieres salvarlo? - oigo a alguien decir, provocándome un escalofrío por esa voz, y lo peor es que no veo a nadie que lo haya podido decir.
-¿Qué?
-¿Deseas salvarlo?
-¿Quién eres?, ¿dónde estás?
-Acércate a él, pon una mano en su pecho y concéntrate.
No sé por qué, pero le hago caso. Me arrodillo al lado de Gregory, me vuelvo a hacer material, le pongo una mano en el pecho, cierro los ojos y me concentro. Al principio no pasa nada, pero al poco una corriente de aire frío me provoca otro escalofrío, pero eso no tiene sentido, ¿aire frío en medio de un campo minado?, ¿eso es posible? Yo no lo creo. Abro los ojos y no me creo lo que ven mis ojos, ¿dónde demonios me encuentro ahora?, esto claramente no es la arena.
El lugar es de locos, una parte está completamente en penumbras, y la otra es super brillante. La parte oscura es fría, triste, muerta. Mientras que la parte brillante es cálida, alegre, viva. Justo en medio, en el límite entre uno y otro, ahí se encuentra Gregory. No lo dudo y me acerco, y por la parte luminosa me pongo a su lado, la otra parte no me agrada, por no decir que me da un mal rollo horrible. Al estar arrodillada a su lado, lo zarandeo para que se despierte, lo cual tarda, pero al final lo hace.
-¿Qué? - pregunta al abrir los ojos.
-Hasta que despiertas - le digo.
-¿Dónde estamos? - pregunta mirando a ambos lados.
-Ni idea, así que será mejor que te levantes y busquemos juntos la salida de este lugar.
-No puedo - me dice después de unos segundos.
-¿Qué? - le pregunto con el ceño fruncido.
-No logro moverme - iba a decirle algo, pero una voz empieza a hablar.
-Él se encuentra entre la vida y la muerte.
-¿Tú otra vez?, ¿dónde demonios te encuentras? - pregunto molesta.
-Estoy aquí, y a la vez no lo estoy.
-Buena respuesta, ahora si no te importa, podrías decirnos cómo irnos de aquí.
-Tú eres libre de irte, pero si lo haces, ese chico morirá.
-¿Qué? - preguntamos ambos al unísono.
-Él se está muriendo, su herida es muy grave, este lugar representa la vida y la muerte, tu poder es lo que le mantiene en el límite, si te vas, él muere.
-¿Y qué se supone que tengo que hacer? - pregunto mientras veo a Gregory de reojo, el cual está muy pálido y asustado, normal.
-Debes decidir, si vive, o si muere, solo de ti depende.
-Es de locos, ¿qué demonios está pasando? - pregunto completamente frustrada, a lo cual le oigo reír.
-Tú posees el don, solo tú puedes decidir.
-¿Qué don?, no estoy entendiendo nada.
-Tu quinto don, la capacidad de decidir si una persona vive o muere, el don de la vida y la muerte.
-¿Qué? - no puede ser.
-Ahora decide, ¿él vive o muere? - vuelvo a mirar a Gregory, el cual se nota que está aterrado.
No sé qué hacer, no me agrada la idea de tener que decidir algo tan delicado, menos cuando se trata de él. Por un lado está el hecho de que es un imbécil, hijo de un hombre que en mi opinión está demente, y para rematar, es el causante de uno de los mayores dolores de mi mejor amiga. Pero por otro lado, ni siquiera a él le deseo la muerte, además de que Melody me pidió que lo salvara, no que le condenara a muerte, por no hablar de que sé que uno de los mayores sueños de Melody es que Gregory vuelva a ser su amigo, por alguna extraña razón, ella le echa de menos.
Suspiro, esto es muy complicado, nunca pensé que mi último don sería uno semejante, pero recogiendo todo el valor y determinación que puedo, doy mi respuesta.
-Vive.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top