Capítulo 19

-Sal, pagarás por lo de mi hermana.

En verdad que esta chica es muy gritona, además de que no es muy lista, lleva más de quince minutos lanzando ataques de fuego sin orden alguno, y ninguno siquiera ha estado cerca de darme, definitivamente Yun era la lista de las dos, y como ahora su hermana está eliminada, no puede ayudarla ni decirle nada, por lo que está como pez fuera del agua, y solo hace que gritar una y otra vez sobre que lamentaré haber hecho que ella saliera del área, pero debería entender que no todo es culpa mía, yo la engañé, pero tampoco es que fuera brillante, era una trampa muy obvia.

Sus reclamos me están poniendo del hígado, ojalá que su energía se termine pronto, porque no creo poder aguantar mucho más sus gritos, y yo que pensé que ambas chicas serían calmadas, frías y precisas, pero está visto que su nombre de equipo las define muy bien, Xuanzang, el monje de la historia, calmado y el sensato de los dos, esa es Yun, y Lian es el Rey Mono, quien por su forma impulsiva de ser, terminó atrapado bajo una montaña por cinco siglos, ella no pasará por eso, obviamente, pero sí provocará su derrota, debería seguir el ejemplo de su hermana.

El tiempo sigue pasando, y por fin, parece que se está agotando su energía, ya era hora, no entiendo cómo ha podido aguantar tanto, debe ser como Melody en ese aspecto, para desgracia mía y de mis oídos, al menos no me he quedado sorda, algo es algo, supongo. Lian jadea, se quita el sudor de la cara, y se pone a analizar el terreno, parece que se ha dado cuenta de que así como iba, agotará sus energías y no obtendrá nada, supongo que ahora empezará la pelea de verdad.

Desde mi punto de vista, tengo dos opciones, puedo volver a hacerme visible y enfrentarme a ella de cara, algo que no me resultará muy difícil teniendo en cuenta que está agotada, o puedo seguir siendo invisible y ver lo que ocurre. Cada una tiene sus pros y sus contras, ya que en ambos existe el riesgo de que me salga mal la jugada y ella al final me gane. Otra opción podría ser seguir siendo invisible e intentar echarla haciéndola levitar hasta salir del área, podría intentarlo.

Me concentro en su cuerpo, e intento llevar mi poder a él, hacer que se eleve. Me cuesta un poco, pero al final logro mi objetivo y ante mis ojos puedo ver cómo se eleva. Me concentro aún más e intento que su cuerpo se mueva hacia fuera del área, lográndolo, pero igual que la primera vez que lo hice sobre mi cuerpo, va demasiado lento para mi gusto, pero tengo que tener paciencia, es como todo, solo es cuestión de práctica, ahora lo hago mejor que antes con la telequinesia sobre mi cuerpo, solo es llevarlo hacia fuera.

De un momento a otro, el viento empieza a soplar, trayendo de vuelta el cuerpo de Lian, ya veo, planea usar el viento para evitar que yo la eche fuera del círculo, pero no se lo pienso permitir, yo también domino el viento, así que será una pelea por ver quién es mejor con ese elemento. Invoco el viento para que ayude a expulsarla, y ambas ráfagas de aire chocan, ella aumenta la fuerza de su viento, y yo hago lo mismo, ninguna de las dos está dispuesta a retroceder, y eso que ella está casi sin energía.

La fuerza del viento cada vez es mayor, lo cual me obliga a protegerme un poco la cara ante las partículas que son desplazadas, en el punto en que ambas corrientes colisionan, la potencia del viento es casi huracanado, y Lian está justo en ese límite, no me gustaría ser ella en este momento. Es entonces que caigo en algo y me da por fijarme en ella, los gestos que hace, se está asfixiando, lo más seguro es que ahora mismo haya una diferencia de presión considerable entre el ambiente y sus pulmones, lo cual está generando que le cueste respirar.

-Lian, ríndete de una vez - le grito para que me oiga a pesar del viento.

-No, tú misma lo dijiste, no me pienso rendir.

-¿No te das cuenta que acabarás asfixiada como sigas así?, mírate, casi no te llega aire a los pulmones.

-Puedo aguantar.

-No seas cabezota, no podrás mantener tu don mucho tiempo, estás agotada, y a eso hay que añadirle que no te llega suficiente oxígeno al cuerpo, yo por mi parte estoy mucho más descansada y puedo respirar bien - ella niega con la cabeza - árbitro.

-Tienes razón, yo declaro...

-No, puedo resistir - protesta ella.

-Hermana, déjalo ya, has hecho lo que has podido, con eso basta.

-Yo declaro que Lian Neumann no está en condiciones de seguir, por lo que declaro vencedoras a Las Cuarzos.

Detengo el viento y suprimo mi telequinesia en ella, por lo que cae al suelo boqueando, en verdad que esta chica estaba dispuesta a llegar al límite por ganar, no le importó que su cuerpo estuviera al borde del colapso, en cierta forma me recuerda a mí, explosiva, cabezota, sin miedo a acabar mal con tal de seguir adelante, lástima para ella que en esta edición del torneo estuviera yo, a testaruda no me gana nadie, bueno, tal vez mis padres, pero nadie más.

-Amanda, has estado increíble, has despertado tu tercer don - me felicita Melody.

-Pues sí - digo feliz - pero que quede claro, estoy molesta contigo, me dejaste sola ya al principio del combate, así no se vale.

-¡Ni que lo hubiera hecho a propósito!

-Excusas, excusas.

La verdad es que no estoy para nada molesta, pero quiero molestar un poco a mi amiga, lo sé, muy maduro de mi parte, pero al menos me reiré un poco de sus gestos y explicaciones, y eso es exactamente lo que necesito ahora mismo, unas risas, y una buena ración de comida, quien me viera por la calle no se creería toda la comida que ingiero a lo largo del día, bendita constitución mía que me permite comer todo lo que quiera sin engordar, porque si no, más me valdría hacer mucho ejercicio, eso, o terminar pesando 300 kilos.

Al salir del estadio, los primeros en acercarse y felicitarnos son los padres de Melody, seguidos de algún que otro familiar, también hay algunos cretinos en el lugar, pero ellos se mantienen al margen, al fin y al cabo, en este combate mi amiga no ha hecho nada, todo lo he tenido que hacer yo, y tengo claro que ellos no dirán ni una mísera palabra a mi favor, solo hay que mirarles la cara para saberlo, esas caras de amargados que tienen, la inmensa mayoría de ellos son hombres, solo hay un par de mujeres que están en mi contra.

-Tampoco es para tanto, realmente no ha hecho nada, se ha ocultado en su invisibilidad todo el rato, lo que un cobarde haría.

-Joseph - dijo amenazante Clarisa.

-Déjalo Clarisa, agradezco tu gesto, pero no es necesario - el tipo sonríe con suficiencia- total, lo que diga un idiota con complejo de superioridad no me afecta, he comprobado en más de una ocasión que mucho hablan y poco hacen, así que no merecen la pena.

-Cuida tus modales, mocosa, escúchame bien, tú no sabes nada, si no fuera por mi sobrina, tú no serías nada, solo otra asquerosa humana - ah no, eso sí que no.

-No, escúchame tú a mí, sé más de lo que digo, y callo más de lo que debería, no digo ni una palabra que no sea cierta al afirmar vuestra ineptitud, os creéis más sabios solo porque lleváis toda una vida viviendo entre dones, pero la verdad es que cometéis muchos fallos, seré humana, pero me he dado cuenta de más cosas que ustedes, alguien realmente inteligente no desprecia una idea solo porque venga de alguien extranjero, escucha, analiza y sopesa para intentar llegar a algo mejor, algo que ustedes no han hecho a pesar de haber demostrado ser capaz de adaptarme a todo esto, así que no me vengan con que no sé nada, háganme el favor de callar si no saben.

Sin dejarles decir una sola palabra, uso mis dones de la mente y el viento para irme volando de allí, no me apetece despertar mi cuarto don y que sea algo con lo cual matarlos, así que es mejor que me vaya directamente a la casa e intente calmarme, no quiero explotar, aunque estos imbéciles me lo ponen muy difícil.

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