Capítulo 15
Otro tirón en mi cabeza hace que me maree y tambalee, pero cuando se pasa y abro los ojos, me encuentro de frente con la habitación de hospital donde está Melody, la cual aún está dormida en la cama. Me fijo en su cara, su rostro está mucho más sereno que antes, espero que eso signifique que lo he conseguido, no quiero que le quiten los recuerdos, no quiero perder a mi amiga, es la única que tengo, soy muy mala reteniendo las amistades, y ahora mismo solo la tengo a ella.
-Melody - la llamo suave, ella no hace nada - Melody - la vuelvo a llamar más fuerte, pero solo se remueve, así que la cojo de los hombros y la agito - Melody, despierta.
-¿Qué?
-Hasta que despiertas - le digo mientras me quito de encima suyo.
-Lo siento - me dice apenada y se pone a mirar el lugar - ¿dónde estoy?
-En el hospital.
-¿Y eso? - me pregunta sin dejar de ver la habitación, pero al segundo salta fuera de la cama, ¿ahora qué ocurre? - el torneo, ¿qué ha pasado con el combate? - parece que ha funcionado.
-Eso ya pasó, ganamos y pasamos de ronda, ¿por qué crees que estás aquí?
-Pero, si no recuerdo nada - dice confundida.
-Ya bueno, y mejor así, por suerte pude borrarte ese recuerdo, si no, te habrían lavado el cerebro por completo.
-¿Qué? - pregunta, pero no me da tiempo a responder antes de que entren en la habitación.
-Melody.
-Hola mamá, papá, ¿a qué vienen esas caras? - pregunta al verlos así - no sé qué habrá pasado en el torneo, pero estoy bien, no tenéis de qué preocuparos - les dice con una sonrisa, parece que mi amiga vuelve a ser la que era.
-Amanda, ¿qué has hecho? - me preguntan.
-No gran cosa, solo destruir el recuerdo de la ilusión de miedo - digo despreocupada.
-¿Ilusión de miedo? - pregunta Melody confundida.
-No se puede borrar un único recuerdo, solo se puede bloquear, lo que has hecho solo es algo temporal - me dice la doctora.
-No lo he bloqueado, lo he destruido, lo hice polvo, ese horrible recuerdo ya no existe en su cabeza - solo de recordarlo me molesta.
-¿Cómo?
-Algo bueno tiene que tener el hecho de tener un don tan raro como el don de la mente consciente.
La doctora me mira sorprendida, mientras Melody y sus padres me miran confundidos. No sé cuáles son los límites de mi don, no logro comprender del todo lo que implica, tampoco en cuánto me puede afectar con respecto al resto de dones, pero una cosa tengo clara, si es capaz de ayudarme a meterme en la cabeza de mi amiga y destruir un recuerdo dañino para que no la borren la memoria, no es tan malo el hecho de tenerlo, tal vez pueda serme de utilidad en un futuro, igual que lo ha sido ahora y en el combate con la armadura de fuego.
-Entiendo, entonces avisaré que no traigan al especialista - me dice la doctora con una sonrisa, ella sabe que estaba totalmente en contra.
-¿Alguien me explica lo que pasa?, no entiendo lo que está sucediendo, estoy completamente perdida - se queja Melody.
-Créeme, es mejor que no lo sepas, basta con que comprendas que pasó algo en nuestro combate, lo que te llevó al hospital, y que a pesar de eso hemos ganado, eso es todo - le digo calmada - ahora, si me disculpais, estoy cansada, me voy a la casa a descansar.
Realmente estoy agotada, no tanto físicamente sino mentalmente, lo que necesito ahora es dormir, desconectar, ya he hecho lo que tenía que hacer, ganar el combate y ayudar a mi amiga, creo que eso es todo por hoy, no se me olvida nada, el tema de Gregory lo solucionaré más adelante, en el torneo, le daré la paliza de su vida, más le vale no perder antes de enfrentarse a nosotras, tengo muchas ganas de patearle el trasero y decirle sus cuatro verdades.
Como está claro que a Melody le espera una revisión, y sus padres estarán con ella hasta que le den el alta, a parte de que solo hay un coche porque el de Melody está en el aparcamiento del estadio, además de que no sé conducir esas cosas; por todo eso, vuelvo a la casa con mi don de la mente consciente y mi don del viento, solo que esta vez, a diferencia de la otra, no tuve problemas para controlarlo todo, ya que se lo dejé todo a mi don de la mente consciente, yo no me encuentro en situación de pensar demasiado.
Llego a la casa sin un solo rasguño o sobresalto, me dirijo a la entrada y uso mi llave para entrar, lo más seguro es que ya sea la hora de la cena, pero yo lo único que quiero es descansar, no tengo hambre realmente, así que voy a mi cuarto directamente. Me cambio de ropa con mucha pereza, mi cuerpo también está cansado, no tanto como mi mente, pero sí está cansando, usar tanto mis dones ha consumido toda mi energía, pero ha merecido la pena.
En el mismo instante en que mi cabeza toca la almohada, mi cuerpo cae en un sueño profundo, pero no mi mente, esta sigue trabajando, y es algo que no comprendo, quiero dormir en su totalidad, no quiero pensar, solo quiero que la negrura me consuma hasta mañana, cuando despierte con la energía renovada y las ganas de empezar un nuevo día de entrenamiento, además de descubrir quiénes serán nuestros próximos rivales, pero todo eso será mañana, no quiero pensar en eso ahora.
-No entiendo lo que te pasa, ¿no que somos amigos?
La voz de Melody retumba en mi cabeza, me da tanta pena todo lo que tuvo que pasar, todo lo que le hizo sufrir ese idiota, debí aprovechar que estaba ahí para destruir los recuerdos que tuvo con ese capullo, pero eso tampoco hubiera sido bueno para ella, no se pueden eliminar todos los recuerdos solo porque sean malos, si eliminaran de mi cabeza todos mis recuerdos malos, a parte de tener que quitar una parte considerable de mis recuerdos, también podrían alterar mi forma de ser, los recuerdos son necesarios para que una persona sea como es, por más dolorosos que sean esos recuerdos.
-Amanda, ¿qué te pasó?
-Es tu culpa.
-¿Qué?
-Es tu culpa, estoy al borde de la muerte por tu estúpido deseo de participar en el Potestatem.
-No, perdón, te sanaré y nos retiraremos del torneo, ya lo verás.
-No eres lo suficientemente buena para eso.
Ese recuerdo me dolió hasta a mí, yo jamás sería capaz de decirle algo así, de echarle la culpa por algo que también fue mi decisión. Sé que solo fue una ilusión de miedo, algo diseñado para asustar a sus víctimas, pero si crearon eso, es porque realmente teme a eso, realmente cree que yo podría decirle algo así si me viera en esa situación, y no es así, aunque estuviera al borde de la muerte por un combate en el Potestatem, nunca le echaría la culpa, al contrario, sabiendo cómo es ella, le diría que no es su culpa, porque de mano irá a pensar que sí lo es, tal como ocurrió cuando mi cuerpo colapsó por usar mi don no teniendo ya energía.
-Prométeme que serás mi socium proelium.
-No puedo prometer algo que no sé, porque estoy segura de que no significa compañera de universidad.
-Te aseguro que no es nada malo, por favor.
-De acuerdo, te lo prometo.
-Sí, gracias, por cierto, yo tengo otro igual.
Sonrío inconscientemente, ese día no tenía ni la más mínima idea de en lo que me metía, solo acepté para contentarla, era su cumpleaños, su decimoctavo cumpleaños, quería que estuviera feliz, además de que sabía que insistiría con el tema hasta que finalmente aceptase, ¿quién sabe?, tal vez si hubiera sabido lo que realmente era desde un principio, no hubiera aceptado, pero lo prometí, y debía cumplir con mi promesa, además, al final no ha sido tan malo, aunque el principio es otra historia.
Entre recuerdo y recuerdo, me voy quedando dormida poco a poco, bastantes emociones por hoy, suficientes recuerdos por un día, ya veremos lo que pasa mañana, solo espero que sea mejor que hoy, porque si no, no veo cómo saldré cuerda de toda esta locura.
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