No me puedo creer que por fin haya terminado mi primer curso en la universidad, cuando llegó la temporada de los exámenes, creí que no lo contaba, mis padres tenían razón al decir que la universidad es algo duro, pero por suerte Melody me ha ayudado, creo que ella es superdotada o algo, yo siempre he considerado que tengo muy buena memoria, cuando repetí fue porque me la pasé de vaga todo el año, pero ella, es capaz de memorizar todo con solo leerlo o haberlo escuchado una sola vez, eso no es normal.

-Tierra llamando a Amanda, hola - me llama Melody moviendo una mano delante de mi cara.

-Que esté pensando no significa que no te escuche - digo mirándola a los ojos.

-¿A sí?, entonces qué he dicho.

-Que quieres invitarme a una reunión con tu familia.

-Vale, sí, estabas escuchándome, pero no me has respondido - me dice con las manos en las caderas intentando aparentar molestia.

-Es que no sé, tu familia es más rara que tú, sin ofender, ya sabes que yo también soy rara, pero es que con ellos no pillo ni una - me quejo, ella bufa y rueda los ojos, pero después sonríe, creo que se le acaba de ocurrir una idea.

-En mi cumpleaños me prometiste ser mi socium proelium - ahora soy yo la que bufa.

-Sigo sin saber qué significa, ¿acaso significa que soy tu compañera con la familia o algo por el estilo?

-No, no significa eso - me mira como si estuviera loca.

-¿Entonces?

-Por eso quiero que vengas, esta tarde mi familia y yo tenemos que hablar de un tema que te concierne al ser mi socium proelium - vuelvo a bufar - obviamente descubrirás lo que significa - me dice intentando engatusarme.

-Está bien - digo finalmente.

A veces creo que Melody es una completa manipuladora, siempre se sale con la suya, no sé cómo lo hace, pero siempre me convence, y no me considero una chica que haga todo lo que le dicen, al contrario, la cabezonería me viene de familia, todos lo somos. Melody sonríe a más no poder, e igual que el día de su cumpleaños, me agarra del brazo y me vuelve a arrastrar hasta su casa, gracias a ella y su manía creo que tengo mejor condición física que cuando empecé la universidad.

Al llegar nos vamos directamente al jardín de atrás, el cual es considerablemente grande, y al estar la casa a las afueras casi llegando al límite del bosque, no hay nadie que moleste. En el jardín puedo apreciar que, si no está toda su familia, debe estar la mayoría, ya que debemos ser un número de personas igual o parecido al del cumpleaños de Melody, no me creo que vuelva a estar en medio de esta gente, no es que me caigan mal, es solo que todo se me hace aún más raro de lo normal.

-Ya estamos aquí - anuncia Melody.

-Creo que se dan cuenta - le digo en un susurro.

-Bienvenidas, la merienda ya está lista - Melody no me dijo nada de merendar.

La miro cabreada y ella solo me sonríe con inocencia, a veces la detesto, va, ¿a quién intento engañar?, el enfado se me irá rápido, no puedo estar molesta con ella por mucho tiempo. Nos sentamos con los demás en la mesa y se sirve la merienda, hay de todo, zumos, refrescos, sandwiches, magdalenas, galletas, y muchas cosas más, yo por mi parte cojo un poco de todo, no sé dónde comprarán la comida, pero juro que he buscado en un montón tiendas y no lo he encontrado, y la mala persona de mi mejor amiga no quiere decirme dónde compran.

-Bueno, creo que va siendo hora de hablar sobre el Potestatem - dice la madre de Melody, Clarisa, después de que todos hayamos terminado de comer.

-¿Potestatem? - pregunto sin saber qué es eso.

-Sí, Potestatem, el torneo de los dones - me responde una señora que no conozco, como a la mayoría de familia de Melody.

-Me he perdido - digo completamente confundida, y eso que acabamos de empezar.

-Verás, Amanda, hay muchas cosas que te he estado ocultando, y va siendo hora de que lo sepas  - me dice Melody.

-Vale - digo para que empiece a hablar.

Ella hace una mueca y suspira, es obvio que no sabe cómo contarme, y de seguro tiene que ver con ese torneo de los dones, el ser socium proelium y todas esas rarezas de ella y su familia. Quiero saber, no solo porque me encuentro muy confundida, sino también para poder ayudarla, es mi amiga, mi mejor amiga, ella me ha estado ayudando todo este tiempo en la universidad, y también fuera de ella, ya que al ser nueva no conocía el lugar ni nada, así que quiero ayudarla, pero primero tengo que saber qué ocurre.

-Te sonará a loco, pero yo no soy de aquí - me dice súper nerviosa.

-Vale, no hay problema, no sé por qué debería parecerme de locos.

-No me refiero a que no soy de este país, sino a que no soy de este planeta, ni siquiera soy de esta dimensión.

-¿Qué?

Esto debe ser una broma de mal gusto, ¿dónde está la cámara oculta?, esto no tiene gracia, ¿en serio se cree que me lo voy a tragar?, la conozco, de extraterrestre no tiene nada, es rara, muy rara, igual que su familia, pero eso no significa nada, mucho menos que me quiera hacer creer que viene de otro planeta, y no solo eso, sino de otra dimensión, ¡venga ya!, aunque estaría guapísimo, no me lo creo. La miro incrédula, y ella me mira muy nerviosa, esperando mi reacción.

-Esta es una broma de muy mal gusto - le digo, y ella me mira triste.

-Ya sé que es difícil de creer, pero es la verdad - me dice.

-¿A sí?, demuéstramelo.

Melody mira a la mesa y yo también lo hago, de pronto varios platos y cuencos empiezan a levitar y moverse por el aire. Juro que no me creo lo que ven mis ojos, paso una mano por arriba y por abajo de los objetos, nada, vacío, no hay hilos que los mueva, y tampoco veo algún metal o algo para hacerlo con un campo magnético. Vuelvo a mirar a Melody con los ojos desorbitados, no quiero creer lo que mis ojos ven, porque eso significaría que ella realmente sí es extraterrestre.

-Eres...

-¿Extraterrestre?, se podría decir que sí, aunque nosotros tenemos un nombre para nuestra raza, igual que vosotros os hacéis llamar humanos, nosotros nos hacemos llamar aitonexist.

-Menudo nombrecito - como para acordarse de él.

-Ya.

-Ejem - nos giramos y vemos a Clarisa con los brazos cruzados mirando a Melody - creo que deberías contarle lo importante, el resto se lo podrás decir después.

-Oh, sí, perdona - dice Melody avergonzada - pues verás, como ya te he dicho, venimos de otro planeta, el cual está vinculado a este, y allí una vez al año se celebra un torneo, el Potestatem, el torneo de los dones, cualquiera que tenga más de 18 años puede participar, por lo que este año podré concursar - me dice animada.

-Me alegro por ti, pero no entiendo dónde aparezco yo, ni siquiera soy de tu planeta, al menos que yo sepa.

-A eso voy - dice y suspira - el torneo es de parejas.

-¿Y? - ella me mira y es entonces que caigo - no, no y no, no soy de tu planeta, ni tengo ningún don.

-No hace falta que seas de mi planeta, además, allí hay una máquina que te dará al menos un don, por eso no te preocupes.

-Me preocupo y mucho, no tengo ni idea de todo eso, además de que les prometí a mis padres que volvería a casa en vacaciones.

-Y tú me prometiste que serías mi socium proelium.

-Sigo sin saber qué significa.

-Significa compañera de batalla, por eso te di el colgante, todas las parejas del torneo tienen un accesorio que los distingue como equipo - y pensar que me encantaba el colgante.

-¿Por qué yo?

-Porque tenéis un vínculo - me responde una señora mayor que creo que es su abuela.

-¿Qué vínculo? - estoy al borde de la histeria y la cosa solo va de mal a peor.

-Nosotros no somos como vosotros los humanos, hay muchas cosas en las cuales diferimos, una de ellas son los vínculos de socium proelium, nosotros podemos sentir quién será nuestro compañero de batalla en el primer instante en que damos con esa persona.

-¿No puede ser otro el que ocupe ese lugar?, ¿y si se ha confundido?

-No, solo el que marca el vínculo puede ser nuestro socium proelium - me dice la abuela.

-Y no me he confundido - me dice Melody - lo sentí en el mismo momento en que te vi, y no sabes lo feliz que me puse, la mayoría de las personas no pueden participar en el torneo precisamente porque no encuentran a su socium proelium, y yo tengo muchísimas ganas de participar.

-¿Y qué les digo yo a mis padres?

-No te preocupes, yo me encargo - me dice Melody sonriente, esto no es bueno, estoy 100% segura de que no es bueno.