49. Padrino
Narrador
Bern se encontraba en el dormitorio de su casa junto con su esposa, él caminando de un lado a otro con los puños apretados entre gruñidos muy feroces, teniendo una pijama de seda oscura de dos piezas encima, con unas pantuflas blancas comunes, mientras que su esposa llevaba puesta una bata de seda con aves muy coloridas estampadas, teniendo unas pantuflas que no están a su edad al ser las patas peludas de alguna bestia, pero ella no mostraba importancia que no le quedaran con lo que tenía puesto.
Belen estaba sentada en la orilla de la cama matrimonial, tiene su mirada pegada a la de su esposo mirando de un lado para otro estando de brazos y piernas cruzadas mostrando mucha seriedad a esa actitud que él tiene.
—Estas exagerando —dijo ella con un tono bastante serio y su esposo se detuvo sacando un fuerte gruñido viéndola con esa mirada tan amenazante que su hijo aprendió hacer de él— En vez de comportarte como un perro rabioso, deberías estar alegre porque nuestro hijo consiguió una pareja para la fiesta del invierno —dijo ella frunciendo el ceño mostrando molestia.
—¿Eso es lo que sientes?, ¿Alegría? —preguntó Bern extendiendo los brazos de una manera brusca— Porque si es así, has perdido la cordura en sentirte de ese modo Belen, en permitir que nuestro hijo vaya a tener como ángel del invierno a una teibolera, ¡Eso no es ser madre! —gritó él con gran furia y su esposa se levantó de la cama mostrando un rostro de gran furia.
—¡Mal madre yo?, ¡Quién ha sido el padre quien prohibió a Reto que estuviera con esa pobre criatura?
—¿Pobre criatura?, no seas ridícula, Belen —dijo Bern con enfado dirigiéndose al pequeño mueble con cajones donde encima se encontraba su celular y él con enfado teniendo sus guantes gruesos puestos lo agarro.
—Esa mujer no tuvo la culpa de hacer todas esas actividades, Bern. Si escucharas lo que yo he escuchado de Gemma...
—No hables por su nombre como si fuera una conocida para nosotros, la llamaras por lo que es —dijo su esposo mostrando el índice con gran amenaza y su esposa soltó un gruñido sujetándose las greñas del cabello, ella mostró preocupación al ver que su esposo ya estaba marcando el numero de contacto de Reto.
—Antes que te atrevas hablarle a nuestro hijo, por favor, necesito que me prestes atención primero, Bern —dijo ella ahora con un rostro suplicante yendo con su esposo tomándole las muñecas con poca fuerza para que le preste la atención que ella quiere de él y él la volteo a ver con una mirada bastante fría— Por favor, hazlo...si quiera por mi, solo te pido que no escuches lo que los Heaven quieren que veas, te pido lo que tu esposa e hijo desea que veas en esa mujer.
Su esposo se le quedó viendo a su mujer, ella tiene las cejas y los labios arqueados mirando a su esposo, usando su don para convertir sus ojos en porcelana generando ese gran brillo de tristeza, Bern sacó un gruñido rendido al no resistirse a esa mirada y Belen sonrió con poca victoria.
—Se que lo que nos hemos enterado sobre Gemma, no da una buena vista de ella, pero no podemos ver sólo lo negativo, tenemos que ver lo positivo, Galder ha explicado las razones, la criatura tuvo que trabajar en ser bailarina de tubo por su madre para conseguir dinero para sus medicinas...
—Había otras maneras, Belen —dijo él con un tono bastante frío.
—Eso no lo sabemos Bern —dijo ella con enfado— Mira a todo nuestro alrededor —dijo extendiendo los brazos mostrando el gran cuarto— Tuvimos la suerte de nacer con esto, mientras que ella no le tocó esa suerte, no podemos saber con exactitud la situación que ella se presentaba por haber tomado esa decisión porque nosotros nunca hemos llegado a ese tipo de situación, Bern.
—Porque yo trabajo, Belen. Si tenemos esto no es porque nos regalen el dinero...
—Yo no he dicho que nos regalen el dinero, yo se con exactitud cómo te esfuerzas para darnos todo esto y sabes que yo y Reto siempre te lo agradecemos —dijo ella abrazando su esposo con gran cariño y él todavía tiene un rostro serio— Lo que trato de decir... —empezó acariciar la espalda de su esposo— Es que ella no lo hizo para darle a placer a los hombres por lujuria, si asi fueran las cosas, desde mucho antes ya hubiéramos escuchado de quejas de hombres de la academia diciendo que Gemma los trato de seducir, no creo que se hubieran quedado callados.
Bern sacó un pequeño gruñido apartándose de su esposa y ella mostró tristeza por ello.
—Gracias a la hija de Alex pudimos saber algunos de los secretos de la mestiza, pero no sabemos qué otras cosas este escondiendo, si ella fue una teibolera, pudo haber hecho acciones mucho más severas que eso.
Su esposa respiró hondo cubriéndose la boca frunciendo el ceño mostrando gran enfado a las palabras de su esposo.
—Que ella sea la hija de Kay, no significa que la insultes de esa manera inhumana, Bern.
—Sabes que no me gusta que alguien que esté presente mio mencione ese nombre y que sea hija de ese traidor no tiene nada que ver, Belen. Yo solo veo los peores casos para proteger a nuestro hijo. Por nuestros tres ángeles que no llegue ese día, pero que Reto al ser tan inmaduro como en estos momentos quiera tener relaciones con esa mestiza por sus descontroles, eso le puede perjudicar en salud y pueden ser enfermedades severas, Belen.
—No puedo creer que has llegado a esto, Bern —dijo su esposa cubriéndose el rostro con frustración queriendoselo arrancar al no poder soportar esta conversación— Date cuenta —dijo ella extendiendo los brazos con angustia— Nuestro hijo se hizo más social gracias a ella, llegó a convencerlo a que participará en las elecciones presidenciales, en asistir a una fiesta secreta de la academia ¡Él es feliz estando con ella y eso es lo único que me importa!
—Esa es una manera mediocre de pensar las cosas Belen, no voy a permitir que una mestiza afecte a nuestro hijo, no solo a él, a nosotros, nuestra reputación, nuestra imagen, mi trabajo y la empresa Sonne, no vamos a pasar por esto otra vez, Belen —dijo él con un tono bastante frío marcando a Reto poniendo su celular en su oreja y su esposa empezó a irritar sus ojos por la tristeza que iba sintiendo, ella se cruzó de brazos desviando la mirada sin poder soportar ver lo que viene.
"Padre, me comunico contigo"
—¿Qué es lo que quieres mostrar con lo que me he enterado?, Reto —dijo su padre entre gruñidos— Pensé que ya habíamos tenido una plática muy clara al respecto.
"Una plática del cual no fui sincero, contigo, padre" dijo Reto con seriedad y su padre frunció más el ceño haciendo una pequeñas arrugas en su nariz "Cuando me preguntaste si Gemma me afectaba a mi, no te di una respuesta, aprovecho en darte una respuesta, ella hace lo contrario en afectarme...
—Pero que estupideces estas diciendo, es una teibolera, Reto, esa mujer está sucia...
"Esa mujer es mi mejor amiga y no voy a permitir que la insultes de esa manera" dijo Reto entre gruñidos y Bern abrió en grande los ojos al que su hijo le haya respondido de esa manera.
—Te atreves a contestarme por una mestiza —dijo él entre gruñidos y algunos rugidos que se iban saliendo de su interior, Belen junto sus manos mostrando gran angustia por su esposo e hijo.
"Gemma hizo ese trabajo para ayudar a su madre, es la persona más pura, risueña, generosa, amable, se equivocan en llamarla demonio, porque es lo contrario. Ella puede tener descontroles de ira, como tu sabes perfectamente que yo también tengo un problema mucho más severo que el que tiene ella, pueda que no sea virgen, pero fue por un humano sin corazón que se aprovechó de su personalidad angelical, ella pudo batallar al principio con sus estudios, pero hoy hizo una presentación en la materia de mutación sobre una investigación sobre su sangre sacando un setenta y cinco limpio, ella aprende rápido y es lo que le hace intelectual, no puede tener un don, pero tiene un gran don en el ballet...
—Que me estés diciendo toda esta inservible información no va evitar que esté afectando nuestra reputación e imagen... —dijo él apretando su celular con gran furia que este se iba agrietando apunto de romperse.
"Esta información inservible son razones por la cual no pienso obedecerte en tu orden de romper mi amistad con Gemma, ella será mi ángel del invierno, ya he tomado mi decisión. Me despido padre"
Se escuchó el sonido de fuera de línea.
—¡Reto? —preguntó su padre con un gran rugido de ira, pero no recibía respuesta, él sacó un gran rugido tirando el celular contra el suelo rompiéndolo en pedazos y Bern cerró los ojos asustada abrazándose a sí misma— No asistiremos a la fiesta del invierno mientras que siga con su berrinche de querer a la sangre sucia como su pareja, ¿Me has escuchado? —preguntó él con gran ira señalando a su esposa con su índice.
Belen miró a su esposo abriendo los ojos mostrandolos irritados dejando caer algunas lágrimas, Bern iba calmando su ira mirando con culpa a su esposa del modo que le ha hablado.
—Tu hijo no es un robot para seguir tu código de reglas, Bern... él tiene un gran corazón, sufro que no te des cuenta de ello.
Su esposa con esas simples palabras se fue retirando del cuarto, Bern se cubrió sus ojos poniendo una mano encima de ellos sacando un suspiro exhausto.
***
Leon mira la puerta que tiene enfrente, una puerta de un departamento que tiene de tres nombres avisando quien es son los que se hospedan en ese cuarto, pero sus ojos tienen mayor atención en el nombre de "Gunther", que sus letras están realizadas por oro puro y la letra "G" tiene figura de serpiente teniendo su hocico abierto mostrando sus colmillos con amenaza, el mira del objeto con una mirada nerviosa y con algo de miedo, con esas dos horribles combinaciones.
—Maldita sea, ya no eres un niño marica —dijo Leon así mismo dando golpes en la puerta— Puedes ser más maldito que él.
Gunther abrió la puerta teniendo su uniforme puesto preparado para sus clases, pero como su primo igual desarreglado y un poco despeinado del cabello, siendo conocidos al no respetar muy bien las reglas, él al ver a Leon sonrió con burla.
—Pero qué sorpresa, la lagartija me ha venido a visitar—Leon frunció el ceño mirándolo directo a los ojos— ¿Acaso estás intentando usar tu don en mí? —preguntó él con un tono frío y amenaza dando un paso al frente y Leon a pesar de eso no se movió de su posición, quedando los dos de frente a frente.
—Quiero saber que es lo que planeas con Meg, ¿Por qué tanto misterio?, Gunther —dijo él con mucha seriedad y Gunther no pudo evitar sacar esa sonrisa de gran malicia.
—Ya veo cual es el problema, mi primito está celoso.
—Yo no estoy celoso, estoy hablando en serio, si yo hubiera dado la protesta en invitar a una metamorfa como mi pareja del invierno, mi padre no hubiera dudado en mandarme un psiquiátrico, mi tío y él son idénticos en su personalidad, como es que no he visto a unos enfermeros poniendote una camisa de fuerza.
—Bueno, aquí la gran diferencia entre nosotros es que yo no soy un puto cobarde para hablar con mis padres antes de haber tomado esa seria decisión, fui sincero con ellos que desde que vi a Meg en la fiesta de disfraces me conquisto el corazón —dijo él fingiendo una voz atontada poniendo su mano en su pecho— Además como te lo he dicho, me lo están recompensando dejándome tener a Meg como mi pareja por tener a un primo como tú —dijo él poniendo la punta de su dedo índice en el pecho de su primo y Leon frunció el ceño sacando un pequeño gruñido.
—Puedes enviar esa historia de telenovela mexicana a México, porque es claro que es una farsa. Si andas tras de ella, es por el mismo objetivo que un sucio perro sigue a una perra, desde que la viste con ese vestido ajustado en la fiesta de disfraces solo te interesó por el cuerpo que ella tiene...
—Divino no es así, ya ansío probarlo —dijo él mordiéndose el labio inferior con solo imaginar a esa mujer en su cama sin ropa encima.
Leon con gran enfado le sujetó el saco a su primo y él volteo a verlo directamente a los ojos mostrando frialdad por ese acto que hizo el hombre rubio.
—No voy a permitir que la lastimes...
—¿Lastimarla? —preguntó él entre pocas risas— Primo, creo que estás exagerando. Admití que empezó a interesarme por ese cuerpo de sexy vampiresa que tiene, pero realmente quiero tener una relación seria con ella —dijo él con una voz serena sin mostrar enfado tomándole las muñecas a Leon apartando sus manos de sus ropas— He empezado a conocerla, es muy educada, con clase, puede tener carácter, pero es lo que le hace especial. Me voy a volver a juntar con ella en la tarde, ella me ayudará a escoger que me pondré en la fiesta de invierno y yo... —dijo él alargando su sonrisa de oreja a oreja mostrando sus dientes— Le ayudaré a elegir cómo se va a vestir ella ese día.
—No me creo ni una palabra de mierda que sale de tu boca...
—¿Acaso tu don muestra lo contrario?, ¿Hay algún recuerdo mío donde diga que le voy hacer alguna mala broma o aprovecharme de ella? —preguntó Gunther poniendo la punta de su índice en su frente mostrando donde están sus recuerdos y Leon mostró un poco los dientes siguiendo mirando directamente los ojos a su primo— Si lo sigues usando es porque no lo estás encontrando y te aviso que no hay lo que buscas. Acéptalo de una vez, tienes envidia —dijo él entre pocas risas dándole un pequeño empujón a Leon.
—Yo no estoy celoso...
—¿Entonces por qué te preocupas por una metamorfa? Eh —dijo él dando otro paso hacia adelante saliéndose del marco de la puerta de su departamento y Leon desvió la mirada un poco nervioso— Al igual que yo sentiste atracción por ella en la fiesta de disfraces, ¿Me equivoco?
—Yo solo trato de evitar que no le hagas el mismo daño que tu hiciste conmigo —dijo Leon con gran molestia regresandole el empujón de hace rato, Gunther empezó a reírse con más fuerza.
—¿Dónde está tu violín para que empieces a tocar una sonada triste por tu trágica historia? —Gunther dio otro paso adelante agarrando las raíces del cabello a Leon con brusquedad del cual él empezó a gruñir con molestia mostrando sus dientes— Mi relación con Meg son mis asuntos, lagartija y si tratas de interponerte en ellos... —dijo él entre pocas risas de malicia jalando su mano con brusquedad y su primo se quejo del dolor al que este le haya arrancado un mechón de su cabeza— Te conseguiré de otro amiguito para que te acompañe todo un mes sin despegarse de ti —dijo él viendo su mano con el mechón de Leon y agitaba su mano quitando esos pelos de su palma— Y esta vez no será una lagartija.
Leon miro como esos cabellos fueron cayendo lentamente hacia el suelo mostrando miedo en su mirada a esa amenaza de Gunther, su primo se dio la vuelta dirigiéndose a su departamento cerrando la puerta dando terminada la discusión. Leon saco un suspiro agotador poniendo sus manos en su rostro y se quedó pensando en como solucionar ese problema, él empezó su camino hacia los jardines.
***
Gemma
Estaba recostada en el diván estando platicando mis problemas a Dylan, él me prestaba mucha atención, mucha más que las otras sesiones, debe ser que está muy preocupado por mi salud mental por lo sucedido en el sábado en la noche, como el director Galder que le ha suplicado que buscara un horario para mi en este lunes por la tarde.
Dylan muestra mucha intriga al escucharme, ya que tiene una mano en su barbilla pensando en mi actitud, debe ser porque le estoy contando mis problemas con el milagro en que no los estoy diciendo entre lágrimas y sollozos, pero desde ayer gracias a mis amigos, por las grandes noticias que me sucedieron en que pueda tener una oportunidad para ser Odette el siguiente semestre y que Reto sea mi pareja del invierno...
Aguante un grito interior por la emoción al recordar ello alargando mi sonrisa. Estoy muy ansiosa de que llegue ese día.
—Pude presentar mi presentación de la materia de mutación sin problemas y saque un setenta y cinco pasando la materia, la maestra Lian me ha felicitado por mi investigación, ha guardado mi trabajo para que ella durante las vacaciones que viene de una profunda investigación sobre mi sangre, parece que está obsesionada en ese proyecto, le dejaré una muestra de mi sangre antes que regrese a su país.
—Pero esa investigación no lo hiciste todo por tu cuenta me equivoco, Celia también te ayudo hacerlo —dijo él alzando las cejas con una mirada seria, como diciéndome "No quieras llevarte todo el crédito", yo baje la mirada borrando mi sonrisa empezando a sentir tristeza.
—Oh...claro, la maestra Lian también le dio los puntos, pero... —yo me quedé callada empezando a jugar con mis dedos.
—No crees que se los merezca —dijo él leyendo mis pensamientos.
—Ella...solo jugo conmigo, yo...aun no puedo creerlo, Mia me lo advertía y yo...pensaba que era una hada de la amistad para hacer magia para mostrarle que todas las personas tienen una segunda oportunidad.
—Sientes ahora el mismo rencor que Mia siente con ella —dijo él deduciendo y yo saque un pequeño gruñido cruzando los brazos.
—Es que mi enojo con ella no es por lo que me hizo, bueno sí...que le haya dado mi confianza para que lo mal usará diciéndole todos mis secretos a Scarlett fue una puñalada muy fuerte en la espalda, pero se hizo más personal cuando daño a Mia, ella ya estaba alegre en volver a tener a Celia como su amiga, yo...me sentía orgullosa por lo que hice, pero ahora... —me cubrí el rostro con desesperación.
—Sientes que es tu culpa el daño que ella sintió por haberle dado una oportunidad a Celia en su grupo de amigas.
Yo quite mis manos de mi rostro sacando un suspiro rendida.
—Si, yo se...que Nicole debió obligarla... —dije bajando la vista con gran lástima por ella— Pero...siento del mismo dolor e ira que debió sentir Mia cuando Celia le hizo daño en un pasado, en...haberlo hecho sin haber pensado en cómo nos iba afectar, que ni siquiera hubiera hecho el intento de negarse realizar algo así después...del modo en que la tratamos, hasta me hace pensar si...cometimos algún error para que hubiera hecho lo que hizo.
—¿Has hablado con ella después de lo sucedido en la fiesta? —preguntó Dylan con seriedad y yo hice una pequeña mueca de disgusto al saber que con esa pregunta en un futuro tendré una tarea difícil que realizar.
—No, yo...le estoy aplicando la ley del hielo —dije con una sonrisa nerviosa volteando a ver a Dylan que él se me quedó viendo con las cejas alzadas con una mirada un poco decepcionante— Le digo que estoy molesta con ella, además ella me esta aplicando lo mismo —dije con un tono frío cruzándome de brazos desviando la mirada hacia el otro lado.
—Quizás deba ser por la culpa, Gemma.
—Ruth y Beille vinieron hablar conmigo esta mañana muy culpables por lo que pasó en la fiesta, Ruth fue amenazada que si no usaba su don, Nicole le iba a quemar la cara a Beille. Ni siquiera tuvieron la culpa y aun así tuvieron el valor de disculparse conmigo, si Celia sintiera la misma culpa que ellos... —dije con una voz muy apagada agarrando un mechón de mi cabello empezando a cepillarlo con mis dedos como si fuera una manera de calmarme— Hubiera...venido conmigo a disculparse.
—Tu misma me has contado que es una persona muy delicada Gemma, el miedo debe estar impidiendo a realizar lo que tu esperas de ella. Lo correcto es que hables con ella, al menos para sacarte las dudas que tienes del porque lo ha hecho, no puedes vivir aplicando eternamente la ley del hielo.
Yo saque un suspiro rendida sin poder contradecir eso.
—De acuerdo...hablaré con ella.
Dylan iba haciendo sus apuntes con una sonrisa orgullosa a mi respuesta y yo no pude evitar sonreír, pero él al terminar de escribir se sujetó la barbilla viendo sus apuntes con el ceño fruncido, como si tratará de encontrar el error en ellos, yo mostré un poco de preocupación.
—¿Sucede algo?, señor de las tortugas.
—Es que está sesión si es demasiada peculiar —dijo él hojeando sus hojas— El sábado por la noche pasaste por algo que debió haberte dejado una marca emocional, pero...has recuperado a tu amigo Reto, estás aceptando la ida de tu madre que en paz descanse haciendo caso mis instrucciones de tener pocos recuerdos de ella a la vista, no te mantuviste encerrada en tu cuarto en todo el día, tuviste el valor de visitar a tu amiga Mia en la enfermería y asistir a tu taller de ballet enfrentándote al director de la obra en que vas a participar mostrándole tu ensayo sin aceptar un no como respuesta —dijo él como si estuviera explicando un problema de matemáticas tratando de encontrar la respuesta— Te veo como si lo que sufriste el sábado no hubiera existido —dijo él mirándome con impresión.
—¿Eso...es malo? —pregunté preocupada.
—Te felicito por ver las cosas positivas Gemma, pero realmente necesito que me digas todas las preocupaciones que te dejó ese daño que te hicieron en la fiesta, como el de Celia, pero debe haber otra cosa mayor que tengas en tu interior que aun no me has avisado —dijo él sonando preocupado recargando sus codos en sus rodillas buscando lo que él me dice. Yo desvié la mirada nerviosa haciendo una pequeña mueca al que me haya atrapado— Gemma —dijo él como un poco regañadientes y volteé a verlo con una sonrisa nerviosa— Se que no lo quieres mencionar porque temes que esta emoción pacífica que sientes se pierda por esa preocupación, pero si te lo mantienes escondido en tu interior sin haberse resuelto, puede causar daño en un futuro —dijo él de una manera suplicante para que se lo dijera y yo mire al techo viendo a las macetas con bufandas rendida.
—Es...sobre el parásito... —dije mirando a Dylan que él alargó un poco su sonrisa al que le guste ese tema— Dylan, al menos ten la decencia de esconder esa sonrisa cuando hablo de tu tema favorito.
—Gemma esta es una sonrisa de alivio, he encontrado lo que estaba buscando —dijo él aliviado poniendo su mano en su pecho— En el video que me mostró el director Galder, muestra que pudiste controlar muy bien, te felicito por no hacerle daño a Scarlett, si lo hubieras hecho, ya estarías en serios problemas judiciales.
—Si, pero fue gracias a Reto, si él no se hubiera interpuesto... —dije empezando abrazarme a mi misma— Dylan...¿Llegaste...a desear...sacar ese parásito tuyo para...dañar a alguien?
—Gemma, es lo más normal —dijo él con una sonrisa calmada para que no muestre miedo a ese problema, yo le regale una corta sonrisa aliviada a esa respuesta— En mis clases de combate queriendo ser el mejor dejaba que tomara el control de mi cuerpo, pero ese el error más grave que puedes cometer... —dijo él ahora con un tono demasiado serio mostrándome su pluma para llamar mi atención— Haciendo eso generas que ese parásito te manipule y sea mucho más sencillo para él tomar el control. No quiero que conviertas ese deseo en una costumbre.
—Pero...¿Cómo lo hago para evitarlo? —pregunté muy preocupada empezando a sentir preocupación por este problema— Al no tener don y que mi parásito de algún modo me de esa fuerza bruta... —dije mirando las palmas de la mano— Es como...una manera de defensa de mi cuerpo...
—Ya te he mostrado que puedes usar la fuerza de tu parásito una vez que aprendas a controlarlo, pero tu error aquí es que consideramos al parásito más fuerte que tú y estás equivocada Gemma, tú eres más fuerte que ese parásito —dijo él regalandome una sonrisa para darme esa confianza a mi misma— Puede que Reto se haya interpuesto ayudándote a que no le hicieras daño a Scarlett, pero ella te provoco haciéndote daño físicamente, tu parásito hubiera sido más fuerte que tu en haber dañado a Scarlett a la primera provocación que te hizo, pero no fue así te controlaste y eso demuestra que estás siendo más fuerte que él. Has vivido casi toda tu vida sin necesitarlo, solo en pocas ocasiones se ha despertado en ti, pudiste encadenarlo una vez y lo volverás hacer con mucha mejoría.
—Escucharé sus sabios consejos señor de las tortugas.
Él me sonrió con poca ternura a mis palabras.
—¿Otra cosa que quieras contarme?
Yo me iba incorporando del diván sentándome.
—No, yo debo ir con el maestro Colt, Dylan, al que haya tomado este tiempo con usted en vez de su clase, ya debió reprobarme —dije con poca gracia levantándome ahora.
—No debes sentirte preocupada, el director Galder ha hablado con él para que esto no te perjudique en tu clase.
—Aun así, me gustaría ponerme al corriente, no te preocupes, si tuviera otra preocupación, ya me hubieras atrapado, ya no tengo ninguna, puedes descansar en paz —dije yendo por mi chaqueta de la academia que se encuentra en el perchero del cuarto.
—De cualquier manera te esperaré el miércoles —dijo él regalándome una larga sonrisa y yo le di un asentimiento.
—Adiós señor de las tortugas, Franklin, Harriet —dije en voz alta para que las tortugas en su escritorio me escucharan y di una seña de despedida antes de irme, Dylan me regresó esa despedida y me salí de su oficina.
***
Iba llegando a la zona de entrenamiento, pero hice una mueca al ver que solo se encontraba el maestro Colt y Dmitri esperándome, los demás ya debieron haberse retirado a sus departamentos, yo me abracé a mi misma viendo a Dmitri que él me lanzó una mirada muy directa a mis ojos, pero no mostraba frialdad, sino pareciera que hubiera algo en él que quisiera decirme.
Yo tratando que eso no me de importancia seguí caminando hundiendo mis botines gruesos sobre la nieve, el maestro Colt hizo una pequeña mueca al verme y yo le sonreí de un modo nervioso.
—Yo...solo quería venir con usted maestro Colt, para...disculparme por haber tomado la hora de su clase para estar con mi psicólogo...
—No siga perdiendo el tiempo disculpándose, Salem. Ya perdió la clase y por órdenes estrictas del director no puedo hacer nada al respecto —dijo él con seriedad y yo baje la mirada con poca culpa, pero mire al maestro Colt directo a sus ojos.
—Yo puedo reponer la clase el miércoles, maestro Colt, si tuviera tiempo para verme con usted ese día para que me pueda dar una clase personal, me haría un gran favor.
El maestro Colt volteo a ver a Dmitri que él bajó la mirada con seriedad, yo fruncí el ceño mostrando confusión y el maestro volteo a verme.
—Ya le he dado aviso a Kebrashka que ha pedido que se le sea retirado su cargo de su entrenador personal, Salem.
Yo me sobresalte un poco mirando con algo de lástima a Dmitri que él prefirió no dirigirme la mirada, yo me abracé con mucho más fuerza al sentirme incómoda hablando de esto estando él presente.
—Fue por algo...personal, maestro Colt.
—Si, su compañero ya me lo ha explicado, el director haciendo caso a su petición ya le ha quitado el cargo, el siguiente semestre lo más probable que su nuevo entrenador personal sea Bell.
Yo sonreí al descubrir que Reto me ha guardado esa sorpresa, pero no pude evitar sentir un poco de culpa por Dmitri, lo volteé a ver de nuevo que él prefirió seguir con la mirada en bajo, no me había tocado verlo de este modo, se ve como un hombre rendido, no quisiera insultar, pero hasta...débil y es algo muy raro en él, me siento como un monstruo haciendo esto, no me hubiera gustado hablar de esto con el maestro con él estando presente, pero...yo creo que es lo mejor...para los dos.
—Kebrashka, puede retirarse, permítame hablar con su compañera en privado.
Dmitri solo dio un asentimiento, empezó a caminar hacia la academia pasando al lado mio sin ni siquiera dirigirme la mirada, yo le seguí su paso con mi mirada.
—Kebrashka renunció su puesto de su entrenador personal antes que usted pidiera la petición, sabe —dijo el maestro Colt y yo volteé a verlo sorprendida a sus palabras, él se me quedó viendo con seriedad— No me quiso decir la razón específica por la cual lo hizo y se que tampoco me la dará la respuesta para saber el problema entre ustedes dos, Salem, para serle sincero ni me interesa —dijo él siendo muy honesto como siempre y yo hice una pequeña mueca— Ya suficiente obtuve con lo que me enterado de usted.
—¿Eso en que le afecta? —pregunté con poco enfado y él maestro Colt de su bolsillo sacó una cajetilla de cigarros.
Saco de un cigarro poniendo la punta en su boca, acercó la punta de su dedo en el, antes de prenderlo me extendió su brazo enseñándome la cajetilla ofreciéndome uno, yo con el ceño fruncido negué con la cabeza que no quería, él levantó los hombros sin importancia guardando la cajetilla y usó su don en su dedo del cual su punta empezó a tornarse de un rojo muy intenso, el cigarro empezó a prenderse y él empezó a chupar con fuerza del cigarro.
Sujeto el cigarro con el espacio de entre sus dos dedos, lo apartó de su boca volteando a un lado exhalando el humo asegurándose que no tocara de mi rostro notando que al menos se preocupó por eso, él de nuevo volteo a verme con seriedad y yo me lo quedé mirando con mucha intriga al no saber muy bien esta actitud.
—Su padre me comentaba en un pasado que su mayor deseo era tener una hija o hijo que pudiera cuidarlo de una manera contraria que su abuelo lo hizo, él deseaba ser mejor padre que su abuelo. Siempre que la veo esas palabras del idiota de su padre no me dejan en paz, pueda ser la razón que siempre estoy de muy mal humor con usted.
Yo fruncí el ceño mostrando confusión a esa respuesta, él solamente pegó su cigarro de nuevo a sus labios chupando.
—Me está tratando de decir... —me calle para que me diera la respuesta.
Él exhaló humo volteando hacia el otro lado y de nuevo volteo a verme.
—Lo que trato de decir, es que su padre debió querer suicidarse una vez que él se enteró de su vida, no pudo cumplir ese deseo en haberla protegido de esos malos sucesos que pasó por culpa de su querido director —dijo él con seriedad dejando caer el cigarro en la nieve y con su pie empezó a enterrarla— Más bien es culpa de esos dos imbéciles al no haber tenido la confianza de decir lo que ocurría.
Yo me quedé paralizada, empecé a comprender lo que está sucediendo.
—Por eso...se enfada con el tema, maestro Colt, está molesto porque mi padre y el director Galder no les contó sobre lo que sucedía en ese entonces —el maestro Colt sacó un pequeño gruñido sacando de nuevo su cajetilla— Por eso se ha distanciado con sus amigos.
—Ese no es el caso de esta conversación Salem —dijo él con enfado señalándome con la punta de un nuevo cigarro cuando la saco de cajetilla— El punto es que por su culpa hace que recuerde todos esos putos problemas que trate de enterrar en un pasado —dijo él con un tono muy molesto y yo fruncí el ceño sacando una corta sonrisa, no se si este bien que esto me cause gracia.
—Espere un momento... —dije alargando un poco más mi sonrisa al comprenderlo todo y el maestro Colt prendió su cigarro con su dedo— Por eso...siempre está tan de mal humor conmigo... —dije juntando mis manos mostrando conmoción y algo de ternura— Aún se preocupa por mi padre...
—Yo no me preocupo por él —dijo él entre dientes apretados teniendo su cigarro en sus labios y yo puse mis manos en mis caderas mirándolo de una manera incrédula.
—Me acaba de decir que se preocupa que al enterarse de mis problemas pasados en Nueva York, como eso debió afectar a mi padre, siente rencor por que el director Galder en ese tiempo no tuvo la confianza de decirle de la decisión que él iba a tomar al ser uno de sus mejores amigos, todo esos problemas los recuerda...por culpa mía —dije ahora sintiendo culpa y él se me quedó viendo con mucha seriedad chupando su cigarro— Para serle sincera me da un poco de alivio —dije con una sonrisa algo aliviada poniendo mi mano en mi pecho— Pensaba que me odiaba por ser mestiza.
—Salem... —dijo el maestro Colt poniendo su mano encima de sus ojos, agarro su cigarro apartándolo de su boca exhalando humo— Yo no la odio por lo que es, yo solo quiero que sea como... —él se calló sellando sus labios frunciendo el ceño mostrando gran molestia al que esto se le sea muy complicado por decir, yo junte mis manos con súplica para que completara la oración— Como...su padre...hubiera deseado... —dijo él con un tono muy bajo sin mirarme a los ojos sintiendo algo de pena y yo alargué mi sonrisa con gran ternura— Los malditos de los Heaven son un maldito grano en el culo, Alex Heaven daño a su padre, pero usted puede ser mucho más fuerte que su padre, Salem —dijo él viéndome y yo le regale una gran sonrisa mostrándole mis dientes a esa gran confianza que tiene en mí— Tiene que recordarle a los Heaven que usted también proviene de la familia Schlange, vuelva que esa familia vuelva a ser reconocida, recuérdeles que es una serpiente que no permite que le hagan daño.
Yo sin pensarlo me lancé abrazar al maestro Colt, él sacó un gruñido de molestia tensando su cuerpo, pero no me importaba, ¡También se preocupa por mi y no me odia!, se que me ha dicho estas palabras por lo que pasó en la fiesta, quiere hacerme sentir mejor con esto, él solamente es un gran gruñón, pero con un gran corazón, él se apartó de mi abrazo dándome una mueca muy molesta indicando muy claramente que no le gustan los abrazos.
—Ya puede retirarse Salem, ya he terminado de hablar con usted —dijo él queriendo sacarme de aquí y yo me quede quieta aun regalándole una sonrisa— Salem, le acabo de dar una orden, soy su astro, esta plática no va a cambiar nada, regrese a su departamento, hágame caso —dijo él haciéndome señas que me fuera como si fuera algún animal, pero ya no mostraba molestia en absoluto.
—Sabe maestro Colt, mi psicólogo me dijo que si tienes problemas con alguien, lo mejor es hablarlo con él para tratar de solucionar el problema —dije como un gran dato de ayuda, pero él solo se me quedó viendo con amenaza en que ya me retirara, yo le regale una sonrisa nerviosa— Buenas...noches.
Me di la vuelta regresando al edificio con una gran sonrisa en mi rostro.
***
Pasando las horas, sin querer perder mi rutina en el gimnasio, llegué al lugar con mi ropa y mochila deportiva, todos al ver mi llegada voltearon a verme, pero yo los ignoraba, se que esto de ser juzgada con la mirada va a durar hasta al final del semestre, solo espero que para el siguiente esto ya no le den importancia.
Pero yo iba avanzando esperando verlo, porque además de Celia, también me urge hablar con él, en eso me detuve sacando una corta sonrisa al ver que Dmitri estaba entrenando en la caminadora corriendo a una velocidad muy alta, teniendo una capa de sudor encima de su cuerpo con su cabello empapado, pero no mostraba ni una seña de cansancio, dándome la evidencia que si es él y no la bruja.
Fui caminando hacia él poniéndome a su lado, él a pesar de haber sentido mi presencia, seguía con su mirada enfrente corriendo sin distraerse, se que aun así puede verme en el reflejo de la gran ventana de cristal que tiene enfrente.
—Dmitri, ¿Puedo quitarte un poco de tu tiempo? —pregunté con amabilidad y él seguía corriendo teniendo un solo objetivo, pero se quedó en silencio sin querer hablarme, yo saque un suspiró exhausto desviando la mirada, Reto y Dmitri tienen algunas cosas en común, antes de hablar con él a fuerzas, debo asegurarme muy bien que sea él— Siento mucho lo que voy hacer Dmitri, pero te prometo que es solo para saber si eres tu realmente.
Él por mis palabras ahora si me volteo a ver viéndome con el ceño fruncido al no entender muy bien a lo que me refería, abrí mi bolso sacando mi taser y lo prendí poniendo la punta de la máquina en las costillas de Dmitri, esta hizo un sonido y sonreí al notar que si Dmitri no ha sentido dolor es porque es realmente él. Dmitri solo se me quedó mirando muy fríamente sin dejar de correr.
—El director Galder me ha dado uno...por mi seguridad —dije con una sonrisa nerviosa guardando el taser— Además que sirve para verificar que si seas tu. Dmitri, se que debes pensar que si he pedido que no fueras mi entrenador personal es por rencor al creer lo que me hiciste en la fiesta, pero... —mire por los lados verificando que nadie nos escuchara— Leon ya me ha mostrado la verdad —dije en susurro y él le pico al botón de la caminadora para que se detuviera, agarró su pequeña toalla empezando a limpiarse el rostro sin dejar verme— Se que Scarlett ha tomado tu apariencia esa noche haciéndome ese daño.
—Gemma, eso no cambia que si estas conmigo Scarlett puede hacerte daño, te voy a pedir que te ejercites en otra zona donde no este yo —dijo él con un tono frío y yo mostré una mueca de tristeza, él se salió de la caminadora empezando a caminar hacia su mochila sacando su botella de agua.
—Yo se...que si estamos juntos, Scarlett quiera hacerme daño, ya no quiero tener problemas con ella por esta ridícula locura, es por eso que he pedido al director que me cambie de entrenador personal, pero...no pensaba que me fueras ganar —dije con un tono preocupado y Dmitri empezó a beber de su botella sin apartar su vista de mi, la parto de sus labios sacando un pequeño suspiró.
—Entonces porque sigues presente enfrente mío —dijo él con un tono bastante frío y yo me crucé de brazos sacando un pequeño gruñido.
—No es necesario que agarres la misma estrategia de Reto para querer que te odie y me mantenga alejada de ti tratándome de esa manera, Dmitri. Escucha...yo...solo he querido venir aclarártelo, yo... —dije abrazándome a mi misma mirando con tristeza a Dmitri— No quería que pensaras que te he guardado rencor, se que no ha sido culpa tuya y...es horrible que nuestra amistad deba acabarse de este modo... —dije desviando mi mirada con dolor al tener que perder a un amigo por culpa de esa maldita— Pero...como tu dices será lo mejor para los dos. Al menos... —dije volteando a ver sintiendo como me arden un poco los ojos y él se me quedó viendo escuchando con atención— Quiero...despedirme correctamente.
—Esto solo será mucho más complicado Gemma, no es necesario, te pido de nuevo que ya te retires —dijo él con seriedad dándose la vuelta mostrándome la espalda retirándose.
Yo saque un suspiró exhausto bajando la mirada al esperarme esta actitud de él, quizás...tenga razón, solo me complico las cosas haciendo este discurso, aún así he venido preparada, mire con atención como Dmitri se fue retirando hacia los sacos de boxeo y yo abrí mi bolso de una manera rápida antes que se diera cuenta.
Saque el sobre y me agache dejandoselo dentro de su mochila, yo me aparté de sus pertenencias y me fui a buscar otra caminadora donde correr, me di la vuelta solo por una última vez para ver a Dmitri, él sin regresarme la mirada se preparaba sus manos vendandoselas para empezar sus golpes, yo hice una mueca de tristeza y cerré los ojos con presión quitándome una lágrima que se salió de un ojo, respire hondo juntando las fuerzas para no permitir que la tristeza me domine y pude encontrar una caminadora donde pueda hacer del ejercicio.
***
Narrador
Dmitri al haber terminado de hacer ejercicio, agarro su mochila cargándola de un hombro, se salió del gimnasio dirigiéndose al edificio de la academia para llegar a su departamento, al entrar al edificio caminando por los largos pasillos se podía ver la cafetería "Moustache" aún abierta, los meseros ya estaban preparando el lugar para cerrar, pero había aún dos estudiantes presentes en el lugar.
Gunther y Meg estaban sentados en una mesa con una laptop de último modelo, Gunther pegó su índice en la pantalla señalando de una joyería.
—Agrégalo en el carrito —dijo Gunther con una dulce sonrisa en su rostro y Meg empezó a sonrojarse mirando con ternura a su nuevo amigo.
—Gunther, ya tenemos demasiados productos, joyería que hasta llenaríamos un cofre, en verdad no es... —pero Gunther sin dejarla completar la oración le arrebató la laptop.
—Vampiresa, esas joyas son por el bien del mundo, son para que ayuden apaciguar esa gran belleza que tienes encima —dijo él con coqueteo sonriéndole de un modo juguetón a su amiga y ella bajó la mirada alargando su sonrisa encogiéndose de hombros a ese gran halago.
—Solo espero que los vestidos que me has comprado me queden como en la imagen y no lleguen de un tamaño mayor o menor —dijo ella preocupada juntando sus manos preocupada— Lo bueno es que hay reembolso o aún tengo tiempo de enviarlos a mi costurera personal.
—De lo que tienes que preocupar es cual vas a elegir de los cinco vestidos que te he comprado... —dijo él con una sonrisa traviesa y Meg frunció el ceño.
—¿Cinco?, habíamos quedado que solo tres Gunther —dijo ella con un tono un poco molesto— No me digas que es el negro y el plateado.
—No entiendo porque esos dos no te gustan, en mi opinión son los que más me gustaron.
—Porque casi toda la tela es transparente, lo que me va a cubrir mis pechos y parte baja es solo encaje, no me voy a sentir segura usando ese tipo de vestidos, Gunther —dijo ella cruzándose de brazos mostrando un poco de enfado—Con los tres que te pedí ya eran suficientes.
—Cuando te lleguen pruebatelos todos, mándame una foto y te ayudo en decir cual es el que mejor te ha quedado, no es para tanto drama —dijo él entre pocas risas y en eso una mesera llegó a la mesa.
—Lamento molestarlos, pero temo que es la hora de cierre —dijo la mujer con una pequeña mueca.
—No les va a pasar nada si esperan unos minutos más —dijo Gunther con seriedad siguiendo viendo la pantalla de su laptop— Puedes matar el tiempo en hacerme otro café americano, ¿Quieres pedir otra cosa? —preguntó él mirando a Meg con una sonrisa y ella hizo una pequeña mueca.
—Ya hemos acabado por ver, hagamos caso a la señorita en retirarnos, nos está dando el aviso que ya es la hora de cierre.
—Yo aún no termino de realizar mis cosas, van a cerrar la tienda hasta que haya acabado —dijo él con un tono frío volviendo a ver la pantalla de su laptop.
—No...se preocupe, señorita, iremos a prepararle el café americano, ¿No desea que le preparemos algo? —preguntó la mesera con una voz nerviosa y Meg sacó un suspiro un poco rendida.
—Un capuchino, por favor.
La mesera dio un asentimiento, Meg miró a Gunther con una pequeña mueca.
—Fuiste muy grosero con la señorita, Gunther.
—Nuestros padres pagan una colegiatura de casi medio millón de euros cada semestre para que el servicio de esta academia sea de calidad, no voy hacer que ese dinero sea en vano —dijo él con normalidad y alargó su sonrisa al ver una imagen— ¿Te gusta? —preguntó él volteando la pantalla hacia Meg y ella se impactó un poco al ver el abrigo de piel de animal.
—Estoy en contra de las pieles de animal —dijo ella con seriedad y Gunther rodeo un poco los ojos.
—No me digas que esa tontería la sacaste por tu manada o porque te transformas en un animal.
—No, sencillamente porque es horrible la manera en que matan a esos animales por sus pieles —dijo ella con enfado.
Gunther saco un suspiro negando con la cabeza decepcionado.
—Vas a tener un problema con eso con mi madre, porque a ella le fascinan las pieles de animal.
Meg iba por contestarle, pero se quedó callada al escuchar que le vibro su celular, ella extrañada vio la pantalla de su aparato, ella se sobresalto un poco al ver el mensaje anónimo
"Desconocido: Ve al baño de mujeres"
Meg confundida a ese mensaje miro por los lados tratando de averiguar si alguien más además de ella se encontraba en el lugar, pero Gunther y ella eran los únicos en la cafetería, ella dirigió su mirada a donde se ubican los baños y se quedó pensativa en obedecer en ese mensaje o no.
—¿Quién era? —preguntó Gunther con seriedad sin apartar su vista de la pantalla de su laptop.
—Era...Alba, está preocupada en que aún no llegue al departamento sabiendo que a estas horas cierran la cafetería —dijo Meg señalando su celular y se fue levantando, él volteo a verla con poca sospecha— Voy al baño, no me tardo.
Meg sin decir más fue con prisa al baño, Gunther se le quedó viendo con mucha atención, pero sin darle mucha importancia subió los hombros y sacó una sonrisa traviesa siguiendo comprando en línea.
Meg entró al baño, del cual no era muy extenso, los tonos son de un tono amarillento opaco con colores marrones por la madera que tiene el pequeño cuarto, tiene nada más de tres cubículos, algunas macetas con flores para decorar el lugar, tienen un espejo extenso arriba del lavamanos de mármol y muchos productos de limpieza al lado de estos colgados en la pared.
Meg mostró extrañeza al no ver a nadie dentro del lugar.
—La de discapacitados —dijo una voz en susurro y ella empezó a mostrar más extrañeza al reconocer esa voz.
Ella se dirigió al baño para discapacitados y al abrir la puerta se sorprendió al ver a Leon que él le regaló una corta sonrisa nerviosa.
—¿Leon? —preguntó ella frunciendo el ceño estando completamente perdida— ¿Qué haces aquí?, mejor dicho, ¿Desde cuando te encuentras aquí? —dijo ella con una pequeña mueca de disgusto.
—No mucho, me estoy arriesgando en estar aquí contigo, así que no voy a tomar mucho tiempo —dijo él con una voz apresurada tomándole las muñecas a Meg y ella se sobresalto un poco de ese acto— Tienes que regresarle la pluma a Gunther —dijo él con una mirada suplicante y la mujer apartó sus muñecas mostrando enfado.
—¿Qué has dicho?
—Que dejes de ser su pareja del invierno, esto no debes escucharlo por primera vez —dijo él con seriedad.
—Exacto, ese es el problema, Leon, todos mis amigos me dicen que no me junte con Gunther, pero ellos no son los que toman el control de mi vida, yo ya he tomado una decisión, él como regalo al ser su pareja del invierno me ha comprado de todo el vestuario, no puedo rechazarlo después de eso.
—Maldita sea, Meg, ese es su maldito truco con todas las mujeres que se les haga atractivas, les da montones de regalos para así comprarles su corazón, yo se que tu no eres ese tipo de mujer.
Meg se quedó sorprendida por esas palabras quedando con los ojos bien abiertos.
—¿Hace lo mismo...con otras? —preguntó con una voz apagada al sentir un leve dolor en su corazón.
—Comprarles todo lo que ellas desean, sí y a pesar que algunas cosas no les guste, él aun así se las compra para que queden como él quiere que se vean—Ella respiró hondo al escuchar eso y desvió la mirada abrazándose a sí misma— Está haciendo lo mismo contigo no es así, quiere que utilices un vestido que no quieres usar en la fiesta del invierno.
—Él...me compró cinco vestidos, tres de ellos...me han gustado, solo dos...fueron que no, yo...no creo que les haya comprado tantos regalos a las otras como a mi —dijo ella con una pequeña sonrisa histérica— Eso...puede mostrar que realmente me quiere.
—Meg... —dijo Leon mirándola con gran lástima— Él solo te quiere por tu cuerpo, en la fiesta de disfraces por ese vestido ajustado que usaste, debió ser la primera vez que mostraste tu figura y caíste en la maldita maldición de serle de su interés.
—Eso no es cierto, él realmente se ve que se esfuerza en querer conocerme, hoy hemos pasado toda la tarde platicando...
—Él solo te quiere llevar a la cama la maldición, escucha, escuchalo de un Hammer, conozco a mi primo como la palma de mi mano —dijo él desesperado señalando la palma de su mano— Si me consideraste mal hombre al principio, él es un demonio, te va hacer daño.
Ella empezó a irritar sus ojos al empezar a sentir una tristeza negando con la cabeza.
—Él...puede ser mi única oportunidad para poder tener a alguien...que me acepte por lo que soy.
Leon la miro con gran lastima, la sujeto de los hombros del cual Meg dejo resbalar algunas lagrimas mirándolo a los ojos empezando chillar como un pequeño roedor.
—Yo...se que estas desesperada en que alguien te quiera como eres, que no le importe esas pequeñas deformaciones o los actos que haces del animal que tu don causa, es un sufrimiento con lo que te quieres liberar y aceptas cualquier cosa por quitartelo encima, caes muy sencillamente en un cariño fingido para que al final te hagan daño con eso, yo no deseo que eso te suceda, Meg, tu puedes tomar otro camino, puedes obtener a un verdadero hombre que te ame por lo que eres por fuera y por dentro, eres hermosa, amable, educada, un poco risueña, con carácter, tienes una personalidad que ni una otra mujer tiene, es lo que te hace única y especial, es por esa razón que no puedo permitir que ese idiota se atreva hacer daño a un ser como tu.
Meg se quedó asombrada con las palabras de Leon, ella dejando resbalar más lágrimas le tomó las manos al hombre que le frunció un poco el ceño, ella sacó una pequeña sonrisa de confianza.
—Si lo...que me dices es cierto, si...deseas protegerme...si me ves de esa manera, si...rechazo a Gunther...¿tu...tu...puedes ser mi pareja del invierno?
Él se sobresalto a esa petición, Meg aun con una sonrisa en su rostro miraba a Leon con una dulce sonrisa, él se quedó pensando a esa petición, se le quedo viendo al rostro de la mujer que desde hace tiempo que le agarro atracción además de su personalidad, él le apretó las manos a la mujer con un poco más de fuerza al que esa idea...no le sonará mal, él quisiera probar que ella fuera su pareja, sin importar que ella fuera mayor que él o el hecho de su don, pero...había cosas que le empezaron a llegar por su mente.
Sus padres, al que ese pensamiento llegará por su cabeza empezó a mostrar un poco de miedo en su mirada, Meg empezó a borrar su sonrisa a esa mirada de él, Leon bajó la mirada al solo pensar en eso, no le daba mucha importancia a su madre, pero su padre...no solo temía por él daño que él iba hacerle, sino por la salud Meg, él apartó sus manos de la mujer y ella empezó a mostrar gran tristeza.
—Yo...quisiera, pero...no puedo, Meg, mi familia...te haría daño —dijo él con una voz apagada y Meg empezó hacer una mueca de dolor.
—Pero con Gunther si me aceptan, él...al menos tuvo el valor de hablar con sus padres para hablar de la decisión que tomó en que yo sea su pareja del invierno —dijo ella con poco enfado y él frunció el ceño mirándola con molestia.
—Se supone que mi tío no debía permitirle que una metamorfa fuera la pareja del puto chiflado de su hijo, es por esa jodida razón que estoy preocupado...
Meg empezó a reírse con histeria.
—Estás preocupado por mi porque los padres de Gunther no tienen problemas en que una rata con alas sea la pareja de invierno de su hijo —dijo ella entre lágrimas.
—No me quieras cambiar las palabras porque yo no lo he dicho así.
—¡Es lo que has querido decir! —gritó Meg entre sollozos empujando a Leon entre lágrimas contra la pared y él la miró con una mirada de gran culpa— ¡Es eso lo que a ti te importa no?, ¡Qué tus padres se enteren que le has pedido a un animal ser su pareja del invierno!, Reto se enfrentó a su padre en invitar a una mestiza al baile, eres un marica como lo dice tu primo —dijo ella con gran ira empujando a Leon sin muchas fuerzas por la gran depresión que iba sintiendo.
Se abrió la puerta del cubículo de golpe.
—¿Qué es lo que está ocurriendo? —preguntó Gunther con enfado y Leon se sobresalto al ver a su primo, Meg sin pensarlo fue abrazar a su pareja pegando su rostro en el pecho de su amigo empezando a sollozar en él— ¿Qué es lo que le hiciste?, lagartija de mierda —dijo él con gran enfado acariciando la espalda de la mujer.
—Yo no he hecho nada, solo he querido hablar con ella...
—Vamonos, vamonos...Gunther, por favor —dijo ella entre sollozos abrazando con fuerza a su amigo y Gunther le mostró sus dientes con gran ira a Leon, lo señaló con la punta de su índice.
—Te vas a volver acordar muy bien de mi, puta estúpida —dijo él con gran amenaza y después se dio la vuelta acariciando la cabellera tratando de calmarla.
Una vez que las puertas se cerraron, Leon se cubrió el rostro con desesperación casi encajando sus uñas en su rostro, él repentinamente le dio una gran patada a la puerta del cubículo con gran ira que hasta dejó marca en la pared una vez que la puerta se pegó, empezó a patear la puerta varias veces que hasta hizo que la puerta cayera al suelo.
Él cayó de rodillas poniéndose encima de la puerta apretando sus puños con fuerza, pero de nuevo se cubrió el rostro con desesperación bajando la cabeza sacando un fuerte gruñido en su interior de desesperación.
***
Dmitri al haberse terminado de ducharse se salió de su vestidor teniendo ya la pijama puesta, antes de irse acostar agarro su mochila, se sentó en la esquina de su cama e iba por meter su mano en ella.
—¡Dmitri! —grito Kyle afuera del cuarto y él se levantó de golpe dejando caer la mochila, una vez que esta cayó del suelo las toallas se salieron de la mochila junto con el sobre que este al ser más liviano se deslizó más quedando debajo de la cama de Dmitri.
Dmitri se salió del cuarto dirigiéndose a la sala, se sobresaltó al ver a Leon tirado en el suelo con una botella de vodka vacía al lado de él y teniendo de otra en sus brazos abrazándola con cariño. Kyle mira igual con espanto a Leon que él se encuentra murmurando cosas sin sentido.
—¿A qué hora empezó a tomar? —preguntó Dmitri con seriedad yendo con Leon tratando de ayudar a su amigo a levantarse y él empezó a sacar pocas risas.
—Esta vez...no fueron dulces...no comí dulces... —dijo él entre risas sin sentido y Dmitri sacó un pequeño gruñido poniendo a Leon sobre el sillón largo.
—Ni me he dado cuenta cuando llegó, él y yo no nos regresamos juntos, me dijo que tenía que hacer un pendiente y regrese solo, hace rato que quise ir por algo de tomar y me lo he encontrado tirado con tus botellas de vodka.
—Amigos...amigos...es agua...aguaaa —dijo Leon extendiendo su brazo mostrando la botella de vodka y acostado se llevó la punta de la botella a sus labios, Dmitri con molestia le arrebató la botella— Es agua...necesito...agua para respirar —dijo él extendiendo su brazos, pero después se dio la vuelta empezando a vomitar en el tapete de la sala.
Kyle hizo una mueca de asco y Dmitri mira con gran decepción a su amigo, Leon se limpio sus labios con su puño mirando fijamente su vómito estando exhausto por el esfuerzo que ha hecho para sacarlo.
—Ven...es agua —dijo Leon con una sonrisa atontada señalando su vómito.
—Creo que va hacer una noche larga —dijo Kyle con una mueca y Dmitri sacó un gruñido de molestia.
***
Al siguiente día, los hombres se encontraban sentados en el sillón ya alistados para irse a sus clases, Kyle tiene sus manos en su frente y Leon está recostado en el sillón largo con las manos en su rostro, Dmitri está de brazos cruzados con una mirada bastante fría a su amigo por la noche que le hicieron pasar.
—Esta vez sí que jodiste, Leon —dijo Kyle con enfado bajando su mano de su frente mirando con enfado a Leon que él ignorándolo seguía cubriéndose el rostro por la gran resaca que tiene— Hubiera preferido que te drogaras a que te emborracharas para que no hubiéramos tenido que limpiar tus porquerías.
—Kyle —dijo Dmitri con un tono bastante serio mirando a su amigo y él frunció el ceño— Eso es algo que hace que mi decepción hacia a ti Leon no sea muy fuerte, me enorgullece que no haya sido la opción que dijo Kyle, pero me decepcionas al que casi te hayas tomado dos botellas de vodka, pudiste tener una sobredosis de alcohol. ¿Por qué lo hiciste? —preguntó él con mucha seriedad y Leon sacó un gruñido arrastrando sus manos de su rostro de una manera lenta para querer sentir ese pequeño dolor al quererse arrancar el rostro.
—Por nada —dijo él con seriedad y Kyle frunció el ceño.
—¿Por nada?, simplemente se te antojo tomar vodka —dijo él con seriedad cruzándose de brazos.
—Ya no importa de acuerdo —dijo él con enfado levantándose del asiento y cerró sus ojos con presión sujetándose las sienes de su cabeza al dolor agudo que está sintiendo— Tengo que irme —dijo él con seriedad agarrando su mochila y sin decir más se retiró hacia la salida del departamento.
Dmitri y Kyle cerraron los ojos al escuchar el fuerte portazo, Dmitri volteo a ver a Kyle seriamente y él sacó un suspiro exhausto.
—Yo averiguaré lo que le pasa y te aviso —dijo él levantándose de su asiento agarrando su mochila.
Él también fue retirándose del departamento, Dmitri saco un suspiro exhausto levantándose cogiendo su mochila, se dirigía a la salida del departamento y al abrir la puerta se sobresaltó un poco al ver que la sirvienta del aseo junto con su carrito con materiales de limpieza se encontraba afuera del cuarto.
—¿Me permite limpiar su departamento o prefiere que venga más tarde? —preguntó la mujer por si acaso de una manera muy educada.
—Puede hacerlo, aprovechando que se encuentra aquí, quiero disculparme si la sala la ve con demasiada mugre, un compañero mío irresponsable se le ocurrió tomar ayer en la noche ha vomitado en la alfombra, otro compañero y yo hicimos nuestros esfuerzos en limpiarlo —dijo Dmitri de una manera seria y con una mirada un poco apenada.
—No se preocupe, me encargaré de cambiar la alfombra, puede retirarse a sus clases —dijo la sirvienta aun con una sonrisa en su rostro.
—Gracias —dijo Dmitri agradeciendo y se fue retirando dejando la puerta abierta, la mujer arrastró su carrito de limpieza al departamento cerró la puerta y empezó con su trabajo en limpiar el departamento de los jóvenes.
Pasando el tiempo se encontraba limpiando del cuarto de Dmitri tendiendo la cama, después de haber terminado con ella agarró la escoba empezando a barrer el cuarto empezando a tararear entreteniéndose mientras que limpia, pero cuando la escoba llegó por debajo de la cama esta arrastró junto con el polvo un sobre.
La mujer frunció el ceño al haber encontrado ese sobre, se hinco a recogerlo y con sus mano le quitó del polvo que tenia encima.
—Se le debió haber caído —dijo ella deduciendolo por sí misma y se fue al escritorio de Dmitri, abrió un cajón donde se muestra mucho papeleo ella metió el sobre con una sonrisa segura de lo que hacía y lo volvió a encerrar. Ella de nuevo fue por su escoba empezando a barrer de nuevo empezando a tararear de nuevo.
***
En la oficina del director, Galder se encontraba hablando por celular encontrándose solo en el cuarto.
"...ella se encuentra bien, por los sucesos buenos que le han pasado, la depresión del sábado en la noche ya no le da importancia, de hecho tomó las cosas positivas de esa noche, dice que se siente en paz en que ya no le tenga secretos guardados a sus amistades" dijo Dylan informando a Galder, pero a pesar de esas palabras mostró preocupación.
—¿No hay nada que le esté haciendo daño por esa noche?, ¿Está seguro? —preguntó él muy preocupado— ¿Algo que pueda hacer para que se sienta mejor?
"Director Galder, hay solo una cosa que le preocupaba, pero sabe que por ley no se lo puedo informar. No hay razón por la cual deba sentirse muy preocupado por ella, como se lo he comentado, ella se encuentra bien a pesar de esa preocupación que le he comentado, si fuera lo contrario sería honesto con usted en avisarle. Lo único que debe hacer es seguir tratándola igual que siempre"
"Director Galder, Gemma ya se encuentra presente para hablar con usted, ¿Desea que le de paso a su oficina?" dijo Madeline en la contestadora del director.
—Permítame un momento, Chandelier —dijo él y le picó un botón a su contestadora— Ponla en en espera, Madeline, avísale que en cinco minutos le daré el paso a mi oficina. Ofrécele todo lo que sea necesario para ella.
"Entendido"
—Disculpe —dijo Galder hablando de nuevo con Dylan.
"No se preocupe"
—Yo quería comentarle que de sorpresa le he guardado a Gemma un boleto para que pueda salir a la academia, pensaba llevarla a la ciudad para que vea vestidos para la fiesta del invierno —dijo él con una corta sonrisa esperando la respuesta del psicólogo de su estudiante.
"Suena agradable, es una gran idea director Galder, ¿Está tomando en cuenta a las amigas de Gemma?"
—En realidad pensaba llevarla yo mismo, para ver si necesitaba de mi ayuda en elegir sus vestidos.
"No lo tome como ofensa director Galder, pero yo creo que las amigas de Gemma le serán mejor ayuda" dijo Dylan con una voz un poco nerviosa temiendo que el hombre lo tome como ofensa "Como le he contado sus amigos le están ayudando mucho en sus ánimos, ella le agradecerá mucho si le cuenta de la sorpresa que le ha preparado incluyendo a sus amigas"
Galder saco pequeñas risas apenadas poniendo su mano en su frente.
—Tiene razón, disculpe, es claro que ella prefiere pasarla con sus amigas, es solo que...Yrsa...le gustaba que fuera el único quien la acompañará cuando se trataba de salidas, era...una tradición que hicimos ella y yo... —dijo él abriendo un cajón y sacando el marco con la foto de su hija.
"Comprendo director Galder, es normal que algunas veces no sepa qué hacer cuando se presentan este tipo de problemas, pero a pesar de eso lo hace muy bien, ella en verdad me ha contado que usted le ha sido de gran ayuda, solo necesita recordar que Gemma ya es una adulta joven, ella a veces tomará más en cuenta a sus amigos en algunas situaciones que usted, pero en otras cosas va hacer al revés, ¿Comprende?"
—Si, Chandalier, comprendo, yo la llevaré a Zermatt con sus amigas. Yo debo despedirme, Gemma me está esperando.
"Si, hablaremos después"
Galder colgó el celular guardando con cuidado el marco con la foto de su hija en su cajón, le picó al botón de la contestadora.
—Ya puedes dejarla pasar, Madeline.
"Llegará en un instante"
***
Gemma
Entre a la oficina del director Galder, él me sonrió al verme como yo le sonreí al verlo.
—Hola director Galder —dije sentándome enfrente de su escritorio con una gran sonrisa en mi rostro para alegrar el día.
—Buenos días, Gemma, ¿Cómo has estado? —preguntó él sonando un poco preocupado con esa pregunta y yo le sonreí con poca ternura por ello.
—Perfecto director Galder, tengo tantas cosas que debo contarle —dije con emoción agarrando mi mochila abriendola, saque una invitación y él frunció un poco el ceño al no saber de qué se trata— Reto me ha invitado a la galería del Palacio para estar presente en su proyecto final.
—Esas son muy agradables noticias —dijo él con una gran sonrisa extendiendo su brazo agarrando la invitación para verla, pero después me miró directo a los ojos— Pero me habías comentado que no alcanzaste darle un boleto de tu obra a Reto, ¿Deseas que le compre uno...
—Oh no, no, director Galder, no se preocupe, Reto ya se compró un boleto, créame que también me hubiera gustado comprarle uno, pero cuando me dio la invitación me ha comentado que se ha comprado un boleto para ir a verme a la obra. Hasta ahorita todos mis amigos van a asistir.
—Ya ansío que llegue el día para verte en escena —dijo él entregándome de nuevo la invitación y yo se la tome sonrojandome un poco.
—Yo también, director Galder, solo espero que los nervios no me arruinen el momento, aún no es el día, pero cuando hablo del tema, me dan ganas de vomitar —dije con una mueca abrazándome del estómago y el director saco pequeñas risas.
—Lo harás bien, si pudiste mostrarle tu ensayo al señor Skinner, una vez que pongas un pie en la escena esos nervios se van desvanecer, ya veras. Pero hablando de Reto, ya me he enterado que es él afortunado de ser tu pareja del invierno.
—Director Galder... —dije apenada con esas palabras acomodando mi fleco a un lado— Yo creo ser la afortunada de ser su ángel del invierno. Yo se que...debe estar preocupado por lo que me pasó en la fiesta —lo mire preocupada y él sin poder evitarlo siendo sincero me dio un asentimiento, después desvió la mirada sacando un suspiro exhausto.
—No te culpo de que puedas estar enfadada conmigo, Gemma. Falle como director en haber hecho justicia por el daño que Scarlett te hizo, pero su padre...
—Director Galder, yo no estoy enfadada con usted, no piense en esas tonterías —dije con una dulce sonrisa acercandome en su escritorio usando poca fuerza para empujar la silla para que esta pueda moverse— Se bien que el padre de Scarlett debió encontrar una malvada forma para que su hija no obtenga esos reportes.
El director Galder aun así puso una mano en su frente.
—Se supone que debo mostrar superioridad al manejar esta academia, Gemma, pero los Heaven en vez de ser superior a ellos, me hacen inferior para obtener lo que ellos quieren.
Yo rodeé los ojos sacando un pequeño gruñido.
—Director Galder, no deje que esa familia les haga sentirse de ese modo, si se lo hubiera permitido a Scarlett con lo que me hizo en la fiesta, no me estaría viendo aqui, estaría aun encerrada en mi cuarto con muchas faltas. Pero gracias a mis amigos... —dije con una larga sonrisa y él bajó la mirada mirándome con una pequeña sonrisa— Pude evitar que Scarlett me hiciera sentir de ese modo, yo quiero... —dije señalándome a mí misma— Ser esa persona que evite que el señor Alex le haga sentirse de ese modo, usted es el mejor director del mundo, si no lo fuera no sería lo que soy ahora gracias a usted.
El director Galder alargó su sonrisa mostrándome mucho cariño por esas palabras.
—Me siento muy halagado por esas palabras Gemma, espero que la mayoría de la academia piense igual que tú.
—¿Bromea?, debe ser el director favorito de todos los tiempos —dije extendiendo mis brazos y él empezó a mostrar un poco de pena— Y no miento, director Galder, con los retratos que yo veo casi diariamente en el pasillo de aquí fuera estoy muy segura de que lo es.
Él alargó su sonrisa alzando su mirada al techo.
—Gemma, ya te he comentado que en los retratos de los directores de la academia Angelus, todos deben tomar esa postura y seriedad, no es porque sean malos directores.
—Con la verdad, director Galder, cuando estudio en esta academia, ¿Considero a su director como uno de los mejores?
—Debo darte un sí porque el director que manejaba esta academia cuando yo estudiaba es mi suegro actualmente, Gemma —dijo él con una sonrisa con algo de gracia y yo me sobresalte un poco.
—El exdirector es el padre de su esposa —dije con una sonrisa al enterarme de esa noticia y alcé la cejas lanzándole una mirada picara al director— Así que...ganarse el puesto por sus estudios, director Galder.
—Gemma —dijo él entre pocas risas— Te aseguro que no le soy de muy agrado, cuando estudiaba en la academia era un problema para él por tener una relación con su hija, puedo considerarlo una persona muy sobreprotectora —dijo él con una sonrisa nerviosa— Pero ya que sacaste el tema de los retratos, aprovechó en darte esta invitación, en realidad, solo astros con sus familiares están presentes, pero me sentiría muy honrado si estas presente conmigo y junto con mi esposa el día que van a colgar mi retrato en el pasillo, después se hace una ceremonia festejando mis 20 años manejando a la academia Angelus.
Yo me sobresalte alargando mi sonrisa al recordar las palabras de la doctora Pin mis primeros días, es cierto, lo había olvidado por completo, el director Galder en haber trabajo 20 años aquí en la academia le van hacer su retrato. Yo alargué mi sonrisa con gran emoción mostrando mis dientes dando muchos asentamientos.
—No me lo faltaría director Galder, pero...no me diga que tiene que salir igual como todos los directores en sus retratos —dije con una pequeña mueca no muy convencida a la idea y él empezó a reírse de nuevo.
—Gemma es una regla de imagen que debo de seguir, no puedo ser el único en el pasillo con una sonrisa en el rostro.
—Eso es lo que le haría único y especial, director Galder —dije con una sonrisa y él sacó un suspiro exhausto dando pequeños golpes a su escritorio.
—Es triste que no todos piensen igual que tú, Gemma. Pero hay algo que me tiene preocupado sobre ti —dijo él mostrando mucha preocupación cambiando de tema repentinamente y yo empecé a preocuparme.
—¿Qué sucede?, director Galder.
Él me sacó una pequeña sonrisa juguetona.
—Con tantas invitaciones a eventos, debes necesitar muchos vestidos formales que ponerte, incluyendo el más importante de la fiesta del invierno y es por esa razón que... —él se quedó callado alzando las cejas aun con esa sonrisa causando suspenso y yo fruncí el ceño mostrando confusión al no saber muy bien lo que sucedía— Te he apartado una fecha este fin de semana para que visites a Zermatt con las amigas que quieras llevar contigo para que vayas de compras especialmente para que te compres la ropa necesaria, incluyendo la de la fiesta del invierno.
Yo abrí en grande mis ojos al escuchar tal sorpresa.
—¿Salir...de la academia Angelus? —pregunté para aclararlo y él me dio un asentimiento, pero me mostró su índice para llamar mi atención.
—Pero las acompañaré por su seguridad.
—¿Nos va acompañar? —pregunté con una tierna sonrisa juntando sus manos y él sin pensarlo dio un asentimiento.
—Debo cuidar que nada malo les ocurra, pero trataré de mantenerme un poco alejado para que tengan su espacio entre ustedes —dijo él con una tierna sonrisa y yo me levanté de mi asiento poniendo mis manos en mi pecho mostrando gran cariño, me fui yendo con él abrazarlo sin pensarlo con gran fuerza.
Se que esta sorpresa ha sido para hacerme sentir mejor por lo que me ha pasado en la fiesta, se lo negaría al ser demasiado, pero salir de la academia después de haber estado aquí más de cuatro meses encerrada, no es mala idea y tiene razón qué debo hacer muchas compras de vestidos a tantos eventos que debo asistir, la obra donde va a participar Mia, la galeria donde Reto va a presentar su proyecto final, ahora también la ceremonia por los 20 años de trabajo del director Galder, el vestido largo para la fiesta del invierno.
Yo abracé con más fuerza al director Galder pegando mi barbilla en su hombro, odio mi estúpido parásito en haber causado que ahorcara a un hombre como él, no puedo evitar pensar en este cariño que le tengo, como el cariño que él me tiene, él...perdió a su hija, como yo...perdí a mi padre, ¿Será que nuestra relación trata de llenar esos huecos vacíos que hemos perdido?
—Muchas gracias por lo que está haciendo por mi...yo...tengo una pregunta para usted... —dije apartandome de él empezando a sentir mil nervios en mi interior, empecé a jugar mis manos para tratar de calmarme y él director Galder me frunció el ceño mostrando confusión, yo bajé la mirada sintiendo gran pena a lo que iba a pedir.
Pero...y si él no siente lo mismo que yo, no vayas arruinar la relación que tienen por esta tonta pregunta Gemma, que pasa si lo asustas, pero...¿No está mal en preguntarle si no prefiere que lo llame por otro nombre que no sea director Galder?, ¿o si?
—¿Sucede algo Gemma? —preguntó él preocupado y yo lo mire de reojo, al solo ver sus ojos en los míos de nuevo baje la mirada apenada.
—Yo...quería preguntarle si...podía llevar a Mia y Maya —dije con una sonrisa nerviosa sin poder hacerlo y él siguió con el ceño fruncido al no creer que esa fuera mi pregunta.
—Por supuesto, si son las que quieres que te acompañen, pueden ir, pero ¿esa era la pregunta que deseabas hacerme?
—Si...es que estaba nerviosa en que me dijera que nomas era una persona —dije entre pocas risas nerviosas y me fui apartando de su escritorio— Yo...debo irme a avisarles, les encantará la noticia.
Yo me di la vuelta sin decir más poniendo una mano en mi frente saliendo de su oficina, lo bueno es que no me volvió a llamar, como se me iba a ocurrir a preguntarle algo así, empujé las puertas para entrar al pasillo, empecé a caminar a los elevadores, mientras que lo hacía veía del montón de retratos que están ahí observandome.
Me refiero a él como un director, pero mi cerebro...no lo ve de esa forma, el...lo ve algo más que eso, me sentiría mal si lo veo como un padre por mi padre biológico, pero...puse una mano en mi pecho, es...lo que siento de él, el cariño de un padre y aveces siento que él me ve como su hija perdida, como Leon lo ha dicho.
Yo saque un gruñido desesperado picandole al botón de los elevadores, por el momento seguiré llamándolo como director Galder, como lo es, es mi director y nada más, ¿Qué es lo que pensaba?, ¿Pedirle permiso para decirle papi como lo haría Scarlett?, hice una gran mueca de asco con solo pensarlo, ugh, "papi" con solo imaginar a esa mujer hablarle así a su padre, no puedo evitar tener un pensamiento sucio.
El elevador llego y me metí en él, le pique a mi piso y las puertas se cerraron, aún así no pude evitar sacar una sonrisa, Maya conociéndola no le importara mucho la noticia, pero Mia hasta gritará de la emoción, cuando el elevador llego a mi piso las puertas se abrieron, yo me sobresalte al ver al grupo de Scarlett esperando el elevador preparadas para la clase de entrenamiento potestad.
Scarlett me frunció el ceño al verme al no estar muy alegre desde ese día en nuestras clases de ballet, Nicole ayudaba a su amiga a sonreirme con gran burla diciéndome con su mirada "Lo que te espera de ella", Ren ella sencillamente se me queda viendo esperando que me salga del gran cubo, mientras que Celia, ella me desvía la mirada con un rostro demasiado frío en ella, en ello me acordé de la tarea que me ha pedido Dylan, tengo que hablar con ella.
—Estás haciendo perder nuestro tiempo quedando paralizada por lo retrasada que eres, no se te hara tan complicado si mueves tus patas fuera del elevador, rata —dijo Scarlett estando de muy mal humor y yo fruncí el ceño a esa muy grosera actitud de ella.
Yo salí del elevador con solo que esta mujer se aparté de mi vista, ella entró al elevador cruzándose de brazos, Nicole y Ren fueron entrando y Celia iba por entrar, pero le sujete de su brazo y ella me volteo a ver extrañada.
—Te la voy a robar un momento, quieres —dije con una sonrisa a Nicole que ella frunció el ceño mostrando mucho enfado.
—Celia, apártate de la rata y regresa con nosotras.
Celia intentó zafarse de mi brazo y yo la volteé a ver con súplica.
—Celia, por favor necesitamos hablar.
—Yo no puedo, Gemma —dijo ella con una voz apagada apartando su brazo bruscamente de mi agarre regresando con Nicole que ella me sonrió con gran arrogancia tomándole los hombros a su hermana.
Pero yo no permití que las puertas del elevador se cerraran poniendo mis palmas en los extremos, además de bloquearles la salida a estas mujeres, Celia volteo a verme con una mirada suplicante en que la dejara ir, mientras que las demás me miran con gran enfado.
—Guardia, esta sangre sucia no nos permite nuestra salida y está afectando del mecanismo del elevador —dijo Scarlett con gran enfado para que escucharan los guardias de afuera.
—Apártese del elevador —dijo un guardia viniendo hacia mi.
—Solo necesito saber porque lo hiciste —dije con gran dolor en mis palabras mirando a Celia que ella empezó a irritar sus ojos al escucharme haciendo una mueca de dolor— Al menos dime como te obligaron hacerlo...
—Le he dado una orden, estudiante —dijo el guardia tomándome la muñeca apartándome del elevador de una manera un poco brusca y las puertas se iban cerrando.
—Celia, por favor —dije con súplica y ella desvió la mirada sin verme a los ojos sin darme una respuesta a cambio.
—La simple razón por la cual hizo es para enorgullecer a mi padre —dijo Nicole y las puertas se empezaron a cerrar.
—No es culpa suya que seas tan ignorante para haber creído en verdad que ella quería tener como amiga a una mestiza —dijo Scarlett regalándome una sonrisa y en ello las puertas se cerraron completamente.
Yo saque un gruñido de molestia apartándome del guardia, ¿Cómo hablar con Celia si su hermana está pegada a ella como un chicle?, yo baje la mirada apretando los puños con algo de enfado, eso ya no es problema mío, hice el intento, ella no quiso, no viene conmigo para hablar de eso, simplemente no quiere disculparse, puede que Nicole y Scarlett me estén diciendo la verdad, yo empecé a sentir como mis ojos ardían un poco, yo con molestia los cerré con presión tratando de quitarme ese ardor, eso ya no es mi problema.
—Disculpe, ya no volverá a pasar —dije apenada viendo al guardia que me agarró y él solo regresó a su posición sin decirme nada más.
Iba regresando a mi departamento, abrí la puerta dando un paso al frente.
—¡Ya llegué! —grité dando el aviso de mi llegada con una corta sonrisa por la noticia que le tengo a mis amigas.
Al llegar a la sala mire a Maya y Mia que ellas ya están preparadas vestidas con el uniforme de la clase de entrenamiento, me habían esperado estando sentadas en el sillón, Mia alargó su sonrisa al verme.
—¿Cómo te fue con el director Galder?
Yo sin poder evitarlo alargue mi sonrisa juntando mis manos regalandoles una mirada de misterio, las dos me fruncieron el ceño mostrando extrañeza a mi actitud y yo en señas por Maya empecé a decirles.
"Adivinen quienes me acompañaran a Zermatt el fin de semana para ir de compras"
Mia alargó su sonrisa mostrándome sus dientes y se levantó de un salto y aplaudió dando un grito tan agudo que trate de proteger mis orejas subiendo los hombros al sentir el dolor a ese grito...
***
Pasando los días, ya había llegado el gran día, se supone que era para mi, pero pareciera que a Mia le habían dado el regalo, está tan emocionada pareciendo toda una pequeña al que la llevaran a un parque de diversiones.
Estábamos en una cómoda limusina, ya que de la academia a Zermatt es solo una hora de viaje y prefiero eso a que tener que aguantar ese golpe en el estómago del don del director Galder. Mia se encontraba al lado mio viendo la ventana con una gran sonrisa casi teniendo su frente pegada a la ventana al querer salir de golpe una vez que la puerta se abriera y Maya está del otro lado mio estando leyendo un libro entreteniendose.
Enfrente mío se encontraba el director Galder que él me regaló una sonrisa, yo le regresé la misma sonrisa y en eso Mia volvió a verlo.
—No sabe lo mucho que le agradezco en habernos permitido en acompañar a nuestra bambina —dijo Mia abrazandome y yo sonreí un poco apenada— Le aseguro que ella se verá como una diosa en todos los eventos en las que va asistir gracias a mis sabios consejos que va a tomar por mi —dijo ella con poca gracia fingiendo gran arrogancia y el director Galder y yo sacamos pocas risas.
—Estoy muy seguro de tus palabras, Mia, tu madre siempre llega a deslumbrar las fiestas del invierno acompañando a tu padre, he notado que le has agarrado ese don de ella haciendo lo mismo y te agradezco que le vayas a enseñar ese sabio secreto de tu familia a Gemma —dijo él siguiéndole el juego y Mia junto sus manos sin contener la emoción.
—¿Cuánto falta para llegar a Zermatt?
—Mia has hecho esa pregunta como quince veces —dije entre risas y ella me sujeto la bufanda mirándome con gran histeria y yo mostré algo de espanto.
—Gemma, si de algo debes conocer de mi, es que ir de compras es como una droga para mi, toma en cuenta que he estado encerrada en esa academia por más de cuatro meses sin haber hecho este tipo de salidas y que voy hacer esta salida con mis mejores amigas —dijo ella abrazándome de nuevo con gran fuerza que hasta hice una pequeña mueca de dolor.
La limusina se estaciono y Mia se apartó de mí casi lanzandome a Maya, ella y yo le lanzamos una pequeña mala mirada por lo que hiso, pero cuando el chofer abrió la puerta Mia casi se salió volando, el director solo saco pocas risas al que le causara gracia la emoción de nuestra amiga, yo mire a Maya preocupada, ella me regaló una corta sonrisa haciéndome señas.
"Vas a sufrir" me hizo las señas con una sonrisa de gracia.
—Vamos Gemma, que debemos aprovechar cada segundo de este día —dijo Mia tomándome del brazo arrastrándome fuera de la limusina.
Al salir de la limusina, saque una larga sonrisa al ver la hermosa ciudad pequeña, teniendo un diseño en su arquitectura como si todo parecieran pequeñas cabañas, pero muy modernas, habiendo luces colgantes de diferentes colores por la temporada navideñas en cada tienda o sobre nosotros que iluminaban de la zona, habiendo banderines de tonos rojos con una cruz blanca en el centro.
No había suficiente autos para que la gente esté cruzando la calle de un lado para otro sin preocuparse de mirar por los carriles, Maya y yo sonreímos al ver como daban paso a un carruaje con hermosos caballos que parecía ser el transporte de este lugar, es extraño, es como viajar al pasado, pero de alguna manera todo se ve más moderno.
—No se preocupe por nosotras, director. Nos volveremos a ver a las seis de la tarde en este lugar —dijo Mia tomándome la mano y a Maya también.
—No tan rápido señorita Cupido —dijo el director Galder tomando mi mano libre y Mia volteo a verlo con una pequeña mueca— Saben bien las reglas, un adulto debe estar acompañandolas por su seguridad y ese adulto voy hacer yo.
Mia hizo una gran mueca al no agradarle esa idea.
—Pero director Galder...
—Mia, ya te lo había comentado, él tiene que acompañarnos —dije con seriedad y ella saco un pequeño gruñido.
—Si te molesta que sea su director el que las acompañe, creo que el maestro Colt puede hacerme el favor de...
—No, no, no, no —dijimos Mia y yo espantadas, el director Galder sacó una pequeña sonrisa de malicia, Mia saco pequeñas risas nerviosas— Será como cuando mi padre me acompaña, entonces. Vamos a esa tienda —dijo ella sin ya no mostrar importancia a su problema jalandonos a mi y Maya a la primera tienda, el director Galder asegurando nuestra seguridad iba acompañándonos.
A la primera vista esa tienda mostraba un mostrador con unos maniquíes de mujer con hermosos vestidos largos encima dando claramente entender que era una tienda de vestidos formales, al entrar a la tienda mostré impresión al ver que esta se veía muy lujosa, había montones de vestidos que hasta creaban de pasillo para pasar entre ellos y verlos. Las mujeres que trabajan aquí se veían muy bien presentables con ropas oscuras, peinados y maquillaje de gran calidad.
Una de ellas se dirigía a nosotras con una sonrisa amigable poniéndose enfrente de nosotras.
—Auf der Suche nach einem Kleid für einen besonderen Anlass, meine Damen.
Yo me quede de ojos bien abiertos al no haberle comprendido, se que es alemán, pero como detesto ese idioma al que me sea muy difícil entenderle.
Mia me abrazó del brazo regalandole una sonrisa de gran emoción a la trabajadora.
—Mein Freund sucht ein formelles Winterkleid, geben Sie uns das schönste und teuerste, das Sie haben —dijo ella hablando en alemán y yo fruncí el ceño al sentir extrañeza a ello, me acostumbre tanto al escucharla hablar en su idioma natal que cuando ella habló en alemán sentí algo raro.
—Wir haben die perfekten Kleider für dich, folge mir —haciendo una seña que la siguiéramos y empezó a caminar hacia unas escaleras para subir al segundo piso de este lugar.
—¿Qué es lo que dijo desde un principio? —pregunté en susurro estando completamente perdida.
—Gemma, es alemán se supone que debiste comprenderla al menos un poco —dijo el director Galder entre pocos regaños atrás mío y yo sonreí con nervios.
—Es que hablan muy rápido, director Galder, como les entiendo si hablan con la velocidad de un ardilla —dije con gracia y Mia se echó a reír con ello.
Mientras que ibamos subiendo las escaleras la mujer que nos está atendiendo me volteo a ver.
—¿De dónde son? —preguntó ella hablando en inglés con un acento al que apenas lo esté practicando y yo me sorprendí un poco. ¿sabe hablar inglés?, entonces...
Yo empecé a sonrojarme a lo que hace rato comenté, Mia se cubrió la boca tratando de aguantar su carcajada y Maya solo mostraba seriedad al no saber lo que está pasando.
—Lo lamento tanto, sobre lo que dije de la voz de ardilla no era mi intención ofenderla, señorita, es que estoy practicando alemán y simplemente no encajo en ese idioma —dije con una sonrisa apenada y ella aún así me sonrió con ternura.
—No se preocupe, por el físico y su acento me dan la evidencia que son extranjeras, me extraña contigo, en vez de verte estadounidense, te ves alemana o rusa —dijo ella mirándome con gran curiosidad, sobre todo mis ojos, debe darle pena preguntarme por ellos.
—Son estudiantes de intercambio, soy su maestro he venido acompañarlas por su seguridad, antes que regresen a sus países vamos a organizar una fiesta del invierno —contestó el director Galder al parecer escondiendo información.
Llegamos al segundo piso donde sin extrañarse había más vestidos.
—Me alegra mucho ver extranjeros, ¿Les gusta de Zermatt?
—Aún no hemos visto mucho de la ciudad, pero a primera vista se ve como un cuento de hadas.
—Es bueno escuchar a una extranjera decir eso de mi país —dijo la señorita alargando su sonrisa al tener aún algunas complicaciones con las oraciones— Tienes pensado algún color en especial.
Iba por hablar.
—Probemos con plateado, azul marino, púrpura, vino y negro —dijo Mia robandome las palabras y yo preferí quedarme callada— ¿Podemos esperarla con los vestidos en los probadores?
—Claro, déjenme llevarlas a la zona.
—Yo las esperare aquí, me avisan cuando vayan a comprar del vestido —dijo el director Galder y nosotras asentimos siguiendo a la señorita.
Nos había llevado a unos probadores que tenían el tamaño del cuarto de mi vestidor en la academia, con suficientes espejos, colgadores para poner los vestidos que pronto la señorita nos va a traer para probarmelos, balcones con asiento de cojín para poderme sentar o mis queridas amigas lo hicieran mientras que me fuera probando el vestido, además de tener un cubículo obviamente para poder cambiarme dentro de el para que mis amigas no me vean en ropa interior.
La señorita tocó la puerta del cuarto, Mia fue abrir y me impresione al ver como la señorita había traído como cinco vestidos.
—¿Cinco?, vaya, si que nos vamos a tardar.
Mia y la señorita comenzaron a reírse, me voltearon a ver con ternura, mi amiga le dio paso a la señorita que ella entró colgando los vestidos, pero borré mi sonrisa mostrando miedo al ver como más señoritas del lugar entraban dejándome más vestidos, yo mire a Maya con espanto que ella me hizo señas.
"Me avisas cuando ya haya escogido el vestido para ti"
Y con esas simples señas sacó su libro empezando a leer.
—Cualquier cosa que necesiten ayuda, aquí está el botón para llamarme —dijo ella mostrándonos un botón que está insertado en la pared y Mia le dio un asentimiento.
Las señoritas se fueron retirando, Mia cerró la puerta volteandome a ver con una sonrisa de locura y yo mire los vestidos con nervios, podían ser más de veinte los que han traído.
—Vamos a empezar con este —dijo Mia agarrando el primer vestido.
—Mia...me voy a tardar horas en probarme todos estos vestidos —dije preocupada y ella me sujetó de los hombros sonriéndome gran con ternura.
—Para eso estoy aquí bambina, vamos, empieza a desvestirte —dijo ella quitándole el gancho y ya iba por entrar al cubículo— Pero qué haces —dijo ella entre pocas risas.
—Voy a entrar al cubículo para que no me veas en ropa interior —dije con una ceja alzada a la obvia pregunta.
—Bambina, no seas ridícula, estamos entre mujeres, no te voy a tomar fotos en ropa interior, vas a perder más tiempo si entras y sales del cubículo, desviste aquí, te ayudare a ponerte del vestido para que esto sea rapido, anda, que tenemos que ver tres vestidos más para tus otros eventos, incluyendo el día de mi obra —dijo ella con prisa sujetando el vestido con una mano y mientras que la otra me arranco la bufanda quitandomela de encima.
—Ya, ya, ya de acuerdo, ya voy, aguanta —dije mostrándole mis palmas como manera de cuidado y me fui desvistiendo enfrente de ella...
***
Pasando mucho tiempo, Maya y yo salimos de los vestidores con un cara exhausta, eso que Maya no hizo nada, mientras que yo, me probé veintes vestidos en solo una hora, después nos tardamos media hora en escoger cual y al haber tomado la decisión oficial, nos tardamos otra media hora más en que la costurera me hiciera las medidas del vestido.
El director Galder se encontraba sentado en un asiento con una cara de gran aburrimiento, al menos las trabajadoras del lugar al ver su sufrimiento le han traído de un asiento, Mia como si ella fuera a comprarse el vestido dio pequeños saltos alegres dirigiéndose con el director.
—Ya conseguimos del vestido de la fiesta del invierno, sabía que esta tienda iba estar, fue un instinto —dijo Mia volteando a ver como si fuera una gran información lo que me está diciendo, pero después volteo a ver al director Galder— Lo están esperando en la caja, director Galder, tiene que recoger del vestido la siguiente semana el sábado.
El director Galder soltó un suspiró agotador levantándose del asiento estirando un poco su cuerpo al haber estado mucho tiempo sentado, él fue bajando las escaleras para ir a pagar en la caja, las tres íbamos con él y al llegar a la caja está la señorita que nos atendió.
Mia le hizo señas al director Galder que él volteo a verla "Recuerde darle el 15 por ciento de propina" dijo ella en señas como si supiera que la señorita no supiera ese lenguaje.
El director le dio un asentimiento volteando a ver a la señorita que ella iba tecleando la computadora.
—Con el vestido incluyendo el servicio de la costurera, el costo es de 5000 francos suizos —dijo ella con una amable sonrisa girando la pantalla mostrando el precio del vestido.
El director Galder se sobresaltó al escuchar el precio, yo hice una mueca acercándome a Mia.
—¿Los francos suizos es parecido al euro? —pregunté en susurro sin saber si el costo del vestido fue mucho o poco.
—Es más expansivo el euro, no te preocupes, en francos suizos fue más barato —dijo ella guiñando el ojo y yo sonreí aliviada.
El director Galder nos volteo a ver con una pequeña sonrisa nerviosa.
—¿Estás segura que quieres del vestido?, Gemma. Recuerda que solo lo vas a usar una vez.
—Director Galder, esa pregunta ofende, por eso mismo queremos que el vestido sea hermoso para tener ese divino recuerdo en nuestro closet. Ese vestido es el indicado para Gemma, es por eso que tiene ese valor —dijo Mia con seriedad como si estuviera regañando al director Galder por esa grosería.
—¿Hay algún problema?, director Galder —pregunté preocupada.
—No, no, ninguna Gemma, Mia tiene razón va ser tu primera vez en una fiesta del invierno y debe ser especial para ti —dijo él sacando su cartera y sacó su tarjeta extendiendola a la señorita.
Mia sacó un pequeño grito de emoción.
—Ya compramos uno, nos faltan tres —dijo ella abrazándome y Maya y yo nos vimos con espanto.
***
En haber sido un día muy pesado, el chofer ya estaba ahí esperándonos para llevarnos de regreso a la academia, él se sorprendió al vernos invadidos por bolsas de compras en nuestros brazos, él se bajó de la limusina para venir ayudarnos inmediatamente, mientras que el director y él iban guardando las cosas en la cajuela, nosotras íbamos subiendonos al vehículo.
Maya sin querer saber más recargo su cabeza en la ventana cerrando los ojos queriendo dormir durante el viaje, yo deje caer mi cuerpo en el asiento sacando un gruñido de estar muy cansada, Mia saco pequeñas risas sin mostrar mínimo cansancio cerrando la puerta por mientras que los demás terminaban de guardar las cosas.
—Que exageradas, no soportarían ir de compras con mi mamma —dijo ella empezando a teclear su celular y yo mire a Mia con seriedad.
—Temo hasta imaginarlas haciendo eso, Mia.
Mia se rió de nuevo dándome un empujón juguetón, el director Galder se subió a la limusina con un rostro muy exhausto y el chofer empezó a manejar dirigiéndose a la academia.
—¿Se han divertido? —preguntó él tratando de hacer una sonrisa a pesar del cansancio.
—Siii —dijo Mia con gran alegría.
—Si... —dije con una voz muy agotada.
Nosotros miramos a Maya al ver que ya se había quedado dormida, el director Galder se quitó de su saco poniéndosela encima para que ella esté más cómoda y yo le sonreí con gran ternura a ese acto.
—Le agradezco de nuevo por todo, director Galder.
—No tienes que agradecerme. Gemma, yo he querido comentarte... —dijo él desviando la mirada un poco apenado— Contigo no es necesario que me nombres siempre como director —dijo él viéndome con una sonrisa muy apenada y yo me sorprendí de sus palabras, él se sujetó el cuello nervioso— Tu padre...me decía en un pasado, que él iba escogerme como padrino para su primer hijo, yo se que es ridículo que te diga esto porque claramente es algo que tu padre ya no desea... —dijo él entre pequeñas risas apagadas— Pero con confianza...puedes llamarme por padrino, claro si gustas, si no puedes...
—Eso significa que...¿Soy su ahijada?
—No legalmente ya que tu padre ni siquiera tuvo una boda con tu madre, pero...me gusta verte de esa manera, Gemma, sentirme aún unido a tu familia —dijo él con una sonrisa mostrando ese cariño que buscaba de él.
Yo junte mis manos conmocionada a esas palabras, sin saber qué decir ante eso, lo único que se me ocurrió fue darle un abrazo, se había cumplido mi gran sueño, al menos tener otro familiar que me quiera, yo se que no es legal, ya que mi padre no se casó con mi madre o que el director Galder fuera el padrino de mi bautizo, ni siquiera tuve padrino ese día, pero no me importaba, él desde ahora será mi padrino, me aparté de él sin borrar esa sonrisa y él tiene una mirada con brillo hacia a mi mostrándome mucho afecto.
—En ese caso...también es el mejor padrino del mundo.
Él solo alargó su sonrisa y yo recargue mi cabeza en el hombro de Mia para transmitirle mi cariño al tener hasta de sobra, ella también recargó su cabeza a la mía y solo pudimos esperar a llegar a nuestro destino.
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