48. Giro Inesperado


Gemma

Estaba en el Central Park en mis sueños, yo iba caminando con las manos sujetadas teniendo la angustia y la desesperación por querer a mi madre a mi lado en este momento que más la necesito, además que no encuentro a Leon para que me haga ese favor.

—¿Leon? —pregunte tratando que mi voz tuviera un tono alto, pero a pesar de mis sueños aun me siento herida por el suceso de la fiesta, que mi voz se puede escuchar aún quebrada—¿Dónde estás? —pregunté con histeria empezando a dar pasos rápidos pudiendo escuchar el ruido de mis pasos al pisar el césped.

Me abracé a mi misma al sentir estrés, histeria, miedo al que no hubiera otra persona más que yo, sin ningún otro sonido más que mis pisadas rápidas y mi respiración que se iba acelerando al sentir esta fobia de soledad.

—¡Leon, Madre, ¿Dónde están? —pregunté con un grito agudo desesperada deteniéndome dando un giro para ver todo a mi alrededor para ver si encontraba algo con vida, al menos algún animal o insecto, ¡Lo que sea!

—Hey...

Yo al sentir que alguien me sujetó los hombros atrás mío, me volteé a verlo del cual Leon me regaló una corta sonrisa habiendo aparecido atrás mío repentinamente para que hace momento no lo hubiera visto. Pero sin que eso me importara me lancé a abrazarlo con gran fuerza pegando mi rostro en su pecho teniendo las ganas de llorar de nuevo.

—Conejita, tranquila, ya estoy aquí contigo—dijo él dandome pequeñas palmadas en la espalda.

—Aparesemela, por favor Leon, quiero estar con ella —dije empezando a irritar mis ojos, pero cerré los ojos con fuerza para que esas malditas lágrimas no quisieran escaparse.

—Gemma...yo... —dijo él empujándome con delicadeza, sin nada de fuerza, fue un movimiento muy leve para indicarme que tuviera su espacio y yo me aparté de él mirándolo de una manera perdida por esa actitud— No creo... —dijo él mirándome con una mirada llena de lástima— Que te ayude.

Yo me quede confundida a sus palabras frunciendo el ceño.

—De qué hablas...en este momento...es donde más me va ayudar, ella...me va a decir...que todo va a estar bien —dije sonriendo al solo imaginar a mi madre diciéndome esas palabras— Ella...me va abrazar para calmar mis...llantos... —dije dejando resbalar una lágrima sin poder evitarlo y Leon desvió la mirada sin querer verme.

—Gemma... —dijo él nombrando mi nombre, yo me espante por eso, cada vez que no me llama por el apodo me dice es porque este es un tema bastante serio— Yo...creo que por tu bien...debamos dejar ir a tu madre.

Yo me quedé paralizada a sus palabras, yo sin poder creer en sus palabras le tomé de sus hombros y él volteo a verme con bastante preocupación.

—No...no...no, Leon...no me hagas esto... —dije sacudiendo un poco sus hombros a manera de súplicas.

Él se apartó de una manera que se sentía un poco asustado a esa reacción mía.

—Esta es la razón por la cual lo estoy haciendo, Gemma y no es gran parte tu culpa —dijo él señalando a sí mismo como si me diera la respuesta del verdadero culpable— Entiendo lo que estás pasando, yo se que...esperabas ver a tu madre para calmar esta fuerte depresión que debes tener por culpa de esa maldita perra psicópata, pero... —él se cubrió el rostro con desesperación sacando un gran gruñido— ¡Scheibe, pero que complicado!

—Pero...¿de qué carajos estás hablando?, qué...tiene que ver con que me hayas quitado a mi madre —dije desesperada extendiendo los brazos con frustración— Este es el momento donde más la necesito, Leon, tráela de vuelta — dije con súplica juntando mis manos en forma de oración.

Leon bajo las manos de su rostro lanzándome una mirada seria del cual no era para nada común en él, esa mirada que avisaba que en este momento es un hombre frío.

—Gemma, te lo he dicho más de diez veces, yo no traigo a los muertos de vuelta, ese es el problema contigo, crees que la madre que yo te aparezco es ella cuando no lo es, hice...que estés dependiendo mucho de ella y es algo que te está haciendo más daño.

—Pero...pero...si tu fuiste quien me hizo este tipo de trato —dije angustiada sujetandole su camisa que él seguía teniendo el mismo rostro serio sin mostrar algún enfado por lo que hice— Tu...tu...me dijiste que mientras te aceptaba en mis sueños, ella iba a estar conmigo, ¡Tenemos un trato, Leon!

—Si hice ese trato es porque sabia que ibas aceptar —dijo él con desesperación apartando mis manos de su camisa de una manera brusca— Con solo ver tus recuerdos la primera vez, sabía del gran cariño que le tenias a tu madre, sabía que si te decía que la iba aparecer en tus sueños ibas aceptar, sin importarme de las consecuencias que podrían ocurrir contigo por el trato que hice, en ese momento solo me importaba soñar, Gemma, pero ahora si me preocupas, estoy evitando que el señor Dylan te ayude aceptar la ida de tu madre, soy un maldito parásito para ti, de acuerdo.

—No, no, no, no eres un parásito... —dije espantada a lo que dijo sujetando las muñecas y él me iba mirando con gran dolor— Eres mi amigo...

—Amigo que no te hubiera causado este daño, amigo que te hubiera protegido cuando esa puta albina te estaba lastimando... —dijo él apartando sus muñecas de mis manos—Pero no pude Gemma, por la maldición de mi familia...

—Pero...hemos progresado mucho, recuerdas, tu, mi madre y yo... —dije con una sonrisa histérica tratando de hacerlo razonar para que la aparezca de nuevo— Somos una familia...

—Es solo una maldita fantasía Gemma... —dijo él con gran desesperación sujetándome los hombros con fuerza para hacerme reaccionar— ¡Nada de esto es real, yo nunca conocí a tu madre, la madre que has visto es solo un producto de tu mente, todo esto es una puta farsa. La jodida realidad es que tu madre está muerta y no va a poder ayudarte en este momento, porque te lo recuerdo de nuevo, está muerta, murió de sida hace como cuatro meses, tu viste su cuerpo fallecido, tu viste su tumba, ella está muerta Gemma, se fue!

Yo me quede paralizada a sus palabras empezando a irritar mis ojos, él me mira con una mirada teniendo sus ojos rojizos por las pocas lágrimas que se iban juntando, Leon iba respirando con cansancio al haber usado esfuerzo a las palabras que me ha dicho, yo respire hondo bajando la mirada empezando a sentir como mis labios se iban sintiendo más cálidos por el gran sentimiento de tristeza que iba teniendo.

Leon me soltó de los hombros y yo me abracé a mi misma cubriéndome los ojos con una mano tratando de no soltarme a llorar de nuevo.

—A pesar de todas las súplicas que quieras hacerme...aun así, todos ya saben tus secretos, ya no tengo nada con que amenazar para que me sigas permitiendo estar en tu cabeza como ya no tengo que aparecer a tu madre como te dije que lo iba hacer mientras que el trato siguiera en pie. Se rompe el trato Gemma, será la última vez que me veas en tus sueños.

Yo bajé el brazo aterrada de sus palabras empezando a negar la cabeza con histeria.

—No...no...¡No te vayas por favor! —corrí hacia él abrazarlo con fuerza pegando mi rostro a su pecho— ¡No me importa el trato, puedes estar en mi cabeza sin nada a cambio, por favor, ya he recuperado a Reto de vuelta, pero no me hagas perder ahora a ti!

—Conejita... —dijo Leon con una voz quebrada y yo lo abracé con fuerza sin dejarlo escapar— Mientras que yo este aqui...tu y yo...la vamos a querer de vuelta —dijo él con una voz bastante apagada y yo alce la vista sollozando al ver como dejó escapar una lágrima de su ojo— Yo vivo esta maldita enfermedad todos los días con la droga junto con Kyle, Gemma... —dijo él sujetando mi barbilla de una manera delicada para que le prestara atención a sus palabras— Mientras que Kyle consigue las drogas, aunque trate de dejarlas, él va a querer convencerme que me drogue con él. Yo soy Kyle y tú eres yo. Yo también estoy haciendo un grande sacrificio por dejarla ir...como también debo hacerlo contigo, si me sigo metiendo en tus sueños, yo...sencillamente puedo volver aparecer a tu madre por mi egoísmo, sin importar que eso te dañe a ti también, cómo desde un principio, es un maldito ciclo, Gemma —dijo él empezando a quitarme las lágrimas con sus pulgares regalandome una dulce sonrisa a pesar de su mirada llena de sufrimiento— Se que serás más fuerte que yo para terminar con esta adición que yo te he causado, el señor Dylan te ayudará aceptar la muerte de tu madre.

—¿Y dónde te quedas tú? —pregunté con desesperación y desvío la mirada sin saber la respuesta a esa pregunta, le tomé de las manos— ¿Por qué no podemos superarlo juntos?, tú también puedes ser fuerte...

—Gemma, me escuchaste, no puedo dejar las drogas, en algún momento por culpa de la depresión que mi familia es especial en causarme, voy a querer ver a tu madre, no sigas insistiendo.

—Pero no puedo dejarte ir sabiendo que vas a dormir sin soñar nada, en haberme avisado que no soportas eso porque sientes que estás muerto, sabiendo que tienes problemas del cual quieres hablarlos, pero a pesar de tus amigos no sientes que eso de mejora, me preocupo por ti por tu familia que...creo yo...que es muy estricta contigo, dije que eras mi amigo, pero...puedo decir que también eres uno de mis mejores amigos...

Él con enfado apartó mis manos de las suyas y yo empecé hacer una gran mueca de tristeza, él soltó un fuerte gruñido sujetándose las greñas del cabello.

—Yo no soy una buena persona Gemma, ¡Solo date cuenta!, en la vida real temo que se enteren que tengamos una amistad, insulto y me burlo de los metamorfos y discapacitados, los que son amigos tuyos, te estaría liberando una gran carga, créeme, esta decisión va ser lo mejor para ti.

—Tu eres un buen amigo, me has dado la confianza para decirme cosas personales tuyas, como yo también lo he hecho contigo, pudiste burlarte de mis secretos íntimos, pero cumpliste con tu palabra en no decírselo a alguien más, me fuiste de gran ayuda en el viaje en Nueva York, le diste un golpe a Daniel por el daño que me hizo, me compraste boletos para ir a Broadway a ver mi obra favorita, me acompañaste a la tumba de mi madre para despedirme de ella, no creas que soy lo demasiado idiota para no haberme dado cuenta que con el tiempo aparecías a mi madre para hacerme sentir mejor, ¡Asi que dejate con la idiotez que eres una mala persona, porque yo se que no es así, eres un gran amigo, un amigo que agradezco mucho por tener! —grite desesperada señalandolo con las palmas de mis manos y él se me quedó viendo impactado a mis palabras sin saber que expresión mostrar ante eso.

>No...me importa...que no podamos revelar nuestra amistad en la vida real —dije señalando el cielo como si mostrara dónde está el mundo real— Yo comprendo las razones, Leon. Como dije aceptaría tenerte en mis sueños solo para estar con mi gran amigo... —dije de nuevo tomándole de sus manos regalandole una corta sonrisa y él me regaló la misma sonrisa— Y hacer todas nuestras aventuras... —dije tratando de seguir con esa sonrisa— Sin...ella —dije con una voz muy quebrada y baja al no querer esa opción, pero si es para seguir con Leon, lo tendré que tomar.

Él se quedó callado por un buen rato mirándome a los ojos teniendolo totalmente empapados de lágrimas, aunque a pesar de eso no se como lo hace para mantenerlas, él sacó pequeñas risas apagadas mirándome con gran ternura.

—Ya que tanto súplicas...

Yo empecé a sacar igual risas apagadas pegando mi frente su pecho sintiendo un gran alivio, pero empecé a sollozar cerrando los ojos al poder liberar toda mi tristeza con él al tenerle toda mi confianza y pude sentir como él me abrazó la cabeza con fuerza pegandola con más presión a su cuerpo.

—No...la vamos a volver a ver Gemma, pero...haré todo lo posible de ser ayuda como ella...te doy mi palabra, conejita.

Yo ahora lo abracé con más fuerza...

***

Narrador

Leon se despertó de su cama teniendo la cara empapada de lágrimas, se fue incorporando tocándose su cara al sentirla húmeda, él se le quedo viendo su mano con una mirada algo apagada, pero a pesar de eso sacó una pequeña sonrisa, se fue levantando de su cama teniendo solamente su boxer oscuro y se salió de su cuarto sin siquiera ponerse unos zapatos.

Al salir de su cuarto, en el pasillo se encontró a Dmitri que parecía haberlo esperado, él sin sorprenderse bajo la mirada con seriedad.

—Ya...le di el aviso en que ya no iba a aparecer a su madre en sus sueños, Dmitri —dijo él en susurro sin querer que Kyle escuchara desde su cuarto.

Dmitri miró por los lados igual verificando que Kyle no los escuchara, le indico a Leon que se metiera al cuarto de nuevo y su amigo obedeciendo se metió con él, los dos fueron directo al baño estando completamente seguros que nadie los fuera a escuchar. Dmitri volvió a ver a Leon con preocupación.

—¿Cómo estaba?

—Dmitri, me parece extraño que hagas preguntas que ni son necesarias hacer por la obvia respuesta —dijo Leon con algo de enfado— ¿Cómo crees?, ¿Crees que va a estar bien con tu torturadora personal y pareja sin consentimiento? —dijo él ahora extendiendo las manos— No Dmitri, ella está deshecha, se la paso llorando en todo el sueño —Dmitri saco un suspiro exhausto mostrando un rostro de preocupación y angustia— Y hay más por lo que te debes preocupar Dmitri —dijo ahora su amigo con un tono muy serio y el ruso volteo a verlo teniendo una pequeña sospecha— Cuando me meti al sueño de Gemma, quise ver todo lo sucedido en la fiesta y Scarlett uso su especialidad usando tu apariencia con ella.

Dmitri solo frunció el ceño mostrando gran enfado empezando apretar los dientes al escuchar la última noticia de su amigo.

***

Galder se encuentra en su oficina teniendo a Scarlett y a su padre sentados enfrente de su escritorio. El director tiene como es de costumbre un folder amarillo sobre su escritorio y además de una tableta de doce pulgadas inclinada teniendo vista a las dos personas enfrente, por el momento el aparato se encuentra pagado, pero él encargado de la academia tiene de un pequeño control especial en sus manos para controlarla.

Alex tiene una mirada muy seria ante su antiguo compañero celeste, teniendo un saco de invierno de un color azul marino casi negro, con una camisa gris por debajo y una corbata plateada, los pantalones de vestir son del mismo tono que del saco, teniendo unos zapatos de cuero oscuros sin cordón, unos guantes del mismo tono que los zapatos siendo una tela un poco gruesa y sin falta un reloj de marca que se muestra en su muñeca. Tiene su cabello muy aplacado hacia atrás queriendo mostrar su elegancia y clase.

—Te consideró un cínico en venir a mi hogar a las cinco de la mañana en mi ciudad para obligarme a estar presente en tu oficina usando tu don conmigo sin mi consentimiento, por una ridícula cita con mi hija aquí en la academia, Galder. Estas llamadas deben ser por video llamada y a la hora que yo te pida realizarla —dijo Alex con un tono de enfado y Scarlett mostrandose serana sacó su espejo de mano empezando a ver en su reflejo con una sonrisa de arrogancia— Esto debe ser un delito.

—Conmigo es una excepción, tengo autorización de nuestra serafín... —dijo Galder mostrando uno de los marcos que tiene colgado en su pared y Alex volteo a ver el marco frunciendo un poco el ceño al ver la evidencia viendo la firma de su diosa— Que puedo usar mi don para traer a los padres del celeste cuando sea una situación severa. Y como es un hombre ocupado, por ello he escogido esta hora tan temprana Alex —dijo el director juntando sus manos formándolas en un puño teniendo una mirada bastante fría en él.

—¿Severa?, me harias el favor de decirmela, me gustaría presentarme ante nuestra serafín para darle aviso como no realizas los requisitos de usar tu don trayendo a los padres de familia por tus supuestas citas severas por la conducta de mi princesa.

—No dude de las decisiones que tomo por mi cargo, Alex. Su hija ha lastimado a una celeste de la academia física y psicológicamente, la humilló en un escenario enfrente de todos sus compañeros de nivel profesional —dijo él picandole al botón a su control y en ello se prendió la tableta reproduciendo un video.

Scarlett guardó su espejo de mano queriendo ver el video con orgullo al ver como en el video aparecía ella estando en el escenario teniendo a Gemma amarrada y mostrando videos en el proyector de la vida personal de su compañera. Alex se quedó quieto mirando y escuchando del video.

Al terminar el video la pantalla automáticamente se apagó, Galder dejó el pequeño control remoto a un lado teniendo una mirada muy fría en las dos personas. Alex volvió a verlo teniendo la misma expresión de seriedad.

—La celeste que fue víctima de la falta de respeto que cometió su hija hacia ella, es Gemma Adelaida Salem, Scarlett ha revelado los secretos personales que no tenía ningún derecho de decírselo a sus compañeros, menos de esa forma, Alex.

Alex se quedó callado por un corto periodo de tiempo, pero después hizo una pequeña sonrisa de burla.

—¿Me has citado por una sencilla broma de jóvenes hacia una mestiza?, Galder.

Scarlett como su padre sonrió con burla al que esto también le causara gracia, Galder separó sus manos poniéndolas sobre el escritorio mostrando gran molestia a la respuesta del padre de la celeste.

—Lo que realizó su hija no se puede considerar una broma, invadió la privacidad de su compañera y la utilizó para causarle daño, la ha amarrado como si fuera algún animal, mostró fotos obscenas de ella ante sus compañeros. Como castigo le daré dos reportes, por el daño físico y el segundo por el psicológico hacia su compañera celeste.

Scarlett frunció el ceño, pero le lanzó una mirada suplicante a su padre que le frunció el ceño mostrando enfado teniendo su mirada en la del director.

—No quieras esconder los delitos que has cometido Galder, empezando con las cámaras que se encuentran en el lugar del evento. Astros o superiores como usted no tienen relación con ese evento, no es correcto invadir la privacidad de más de cincuenta celestes.

—Mientras que hubiera sido opción de la anfitriona no hay delito, Gemma por la seguridad de sus compañeros me ha dejado poner cámaras en el lugar para verificar que no hubiera ocurrido algún accidente por culpa del alcohol. Pero que decepción que no están en mi oficina por ese caso —dijo él mirando a Scarlett que ella a pesar de ello le regaló una sonrisa sabiendo que su padre lo iba a sacar de esto y además de hacer enfadar al director, que lo ha logrado a que apretara sus puños.

—Ni siquiera nos dio el aviso, papi, ella sin preguntarnos como debió hacerlo le dio autorización al director de poner cámaras en el lugar —dijo Scarlett con una voz educada y con ese acento británico que para cualquiera que la conociera, ya le puede ser un tono fastidioso.

—¿Verificaste que los demás celestes que fueran asistir al evento estuvieran de acuerdo con la decisión tuya y la mestiza de poner cámaras en el lugar de evento?, Galder —dijo Alex con un tono bastante frío y Galder apretó los dientes.

—No Alex, pero era por su seguridad, no invadimos su privacidad en poner cámaras en los sanitarios.

—No quieras evadir tu error, Galder. Debieron poner esas cámaras si los demás celestes estaban de acuerdo con esa decisión.

—Alex, no quieras mostrar más importancia este caso que por el verdadero objetivo que he reunido a tu hija y a ti a mi oficina, ten empatía por nuestro querubín —dijo Galder desesperado sin ya tomar importancia en la formalidad del habla— Imagina que el daño que sintió Gemma, lo hubiera sentido Scarlett...

—No compares a mi hija con una sangre sucia —dijo Alex con gran ira levantándose de su asiento yendo a tomarle los hombros a su hija con cariño del cual ella fingía un rostro de gran dolor a ese insulto que le ha hecho el director— Vuelves a cometer una ofensa así hacia ella y te doy mi palabra que puedo realizar un juicio para que te quiten del cargo de esta academia.

—Papi yo...solo quería asegurarme que todos mis compañeros tuvieran cuidado de esa mestiza, nuestra serafín no miente que es un demonio, quiso hacerme daño... —dijo ella poniendo su mano en su frente fingiendo que le duele de ese recuerdo y su padre la miró con gran preocupación— Sus ojos...tú has sido testigo por el video, cambiaron de tono, como si una capa de sangre se hubiera creado encima, mostrando su verdadera forma, oh...padre... —dijo ella fingiendo gran miedo tomándole un brazo a su padre pegando su cabeza en él cerrando sus ojos— Tenía tanto miedo...yo por ello la empecé hacerle daño como manera de defensa.

El director Galder se levantó de su asiento con gran enfado al saber bien la intenciones de esa mujer.

—Las palabras que dijiste en el video dan entender otra razón, has querido provocarla para que tu objetivo fuera que te dañara, Scarlett, pero ella se controló en hacerlo...

—Cómo has llegado en la locura en defender a ese mal ser a pesar de las palabras de verdad de mi hija —dijo Alex con gran enfado y Scarlett sacó una pequeña sonrisa traviesa hacia él director, que él apretó los dientes aguantando su deseo de transportar a esa chiflada en un desierto en medio de la nada— Ella ha hecho lo correcto en mostrar las verdades de ese demonio ante tus celestes, ella hizo lo que tu debiste hacer desde un principio. Cómo es posible que hayas mantenido como secreto a una mujer que tuvo un trabajo tan desagradable y con esas actitudes muy violentas, actitud que nuestra serafín nos advierte de los mestizos.

—Nuestra serafín me dio la autorización de no tener que difundir esos datos sobre Gemma, queriendo el propósito que ella pudiera encajar en esta academia sin complicaciones. Alex si quieres realizar un juicio, estaré presente con mi mejor abogado, pero no pienso retirar esos dos reportes de Scarlett.

Alex entrecerró los ojos mirando a Galder con gran enfado, pero pensando rápido en una solución saco una sonrisa de oreja a oreja, una sonrisa que era idéntica a la de su hija sabiendo que él iba obtener su victoria.

—Estás seguro de tomar ese riesgo Galder —dijo Alex apartándose de su hija poniendo sus manos sobre el escritorio del director y Galder entrecerró los ojos tratando de mantener una postura firme— ¿Qué evidencias tendrá tu abogado?, el simple video que tienes en ese aparato. Mientras que yo puedo acusarte de favoritismo estudiantil y esto también puede ser por asuntos personales contra mí.

—No seas ridículo, Alex... —dijo Galder casi entre dientes apretados.

—En nuestra primera fiesta de la academia, la primera y última que asististe, Mark y yo al ver que no sabías divertirte en una fiesta social, le pagamos a Persia para que te diera un pequeño empujón —dijo él entre pocas risas al recordarlo y Galder por la ira quería encajar sus uñas sobre el cristal— Como te humillamos ese día, te habías quitado tu ropa quedando en ropa interior, dando gritos y diciendo cosas incoherentes como todo demente...

—Hasta que Kay te partió el culo por lo que me hicieron en esa misma fiesta, ¿Eso lo recuerdas? —preguntó Galder con gran ira y Alex mostró los dientes con gran molestia apartándose del escritorio al solo escuchar ese nombre.

—Como olvidarlo, él inició de su gran amistad —dijo él con una gran mueca de disgusto, pero a pesar de ello volvió a sonreír— Por tus palabras informales junto con una grosería, mi princesa y yo hemos sido testigos de tu gran rencor que muestras hacia a mi por ello, queriendo vengarte utilizando a la mestiza que la ves como tu hija traidora...

—¡Suficiente Alex! —grito Galder con gran ira sujetandole de la corbata llevándolo pegado a su rostro mostrando un rostro lleno de enfado— ¡No te permito que insultes a mi hija, te voy a enviar al pacífico... —dijo él con gran frustración soltando toda su ira preparando su don.

Pero Alex alargó su sonrisa.

—¿Lo has grabado princesa?

—Por supuesto papi —dijo Scarlett teniendo su celular mostrando la cámara.

Galder borró toda expresión viendo del gran error que ha cometido, soltó la corbata de Alex acomodándose el cabello sintiendo gran presión, estrés y angustia encima, con una mirada llena desorientación y confusión por sus emociones, sin poder creer del acto que ha cometido.

—No te lo volveré a preguntar Galder —dijo Alex con una sonrisa de gran satisfacción en su rostro acomodándose la corbata— ¿Quieres que organice un juicio?

Galder miró a Alex con bastante seriedad, pero bajo la mirada rendido cerrando sus ojos con pena a su derrota.

***

Gemma

Estaba recostada abrazando mi almohada siendo el único objeto que en este momento me puede dar consuelo, mi cara se encuentra completamente empapada, mis ojos al haberlos gastado por suficiente tiempo se encuentran secos como una planta que no ha recibido agua por un largo periodo de tiempo.

Tenía el cuarto oscuro sin querer que la luz quisiera interponerse en mi tristeza, en completo silencio, sin hacer mínimo movimiento, queriendo sentirme como un muerto, pero...al menos ellos ya no sienten dolor, al cambio yo...

Cerré los ojos con presión al sentir como por milagro se iban juntando lágrimas de nuevo, pero causaban que mis ojos ardieran mucho más por esos cambios repentinos de seco a húmedo, sellando con fuerza mis labios sin querer volver a sentir como temblaban dándome el aviso que hay viene de otro tsunami, ni llevo más de cinco minutos de la última vez que lloré, este debe ser un nuevo récord.

Escuché cómo alguien quiso intentar abrir la puerta, pero yo la había puesto con seguro, me cubrí con las cobijas sacando un pequeño gruñido al que Mia no tardó en usar su don queriendo invadir mi hábitat de la tristeza.

—Gemma... —dijo Mia ya estando dentro del cuarto, con una voz apagada y preocupante— Vamos, te hice tu desayuno favorito... —dijo ella tratando de sonar con un tono muy alegre para darme ánimos— Un cuerno recién hecho con relleno de chocolate, con azúcar glas y chocolate líquido encima, con unas deliciosas moras rojas y azules, sin faltar claro un delicioso capuccino que he preparado con granos naturales junto con un dibujo arte encima hecho por mi.

—Gracias, pero...no tengo hambre —dije sin muchas fuerzas y con una voz leve estando dentro de la cueva improvisada que he creado con mis cobijas, sin preocuparme si mi amiga pudo escuchar mis palabras o no.

Escuché como ella sacó un suspiro agotador, pude escuchar cómo iba picando a los interruptores.

—Cómo es que a ti cuando te da tristeza se te quita el hambre cuando normalmente es al revés —dijo ella en susurro algo molesto por esa rareza mía y sentí un fuerte jalón repentinamente que no esperaba.

Mis cobijas se apartaron de mí por culpa de Mia y yo saque un fuerte gruñido pegando mi cara en la almohada al sentir como las luces de mi cuarto iluminaron mi rostro, como si fuera de una vampira del cual su debilidad es el sol.

—Vamos Gemma... —dijo Mia con súplica pudiendo sentir como en la orilla de la cama mi colchón se hundiera un poco en esa zona porque ella debió sentarse, ella me dio pequeños empujones en la espalda, sin ser nada bruscos, de un modo leve mostrando mucho cariño con el mucho cuidado en que lo hacía— Tienes que prepararte para tu clase ecuestre.

—Un día que falte...no hace daño —dije con mi boca pegada en la almohada sin importar que no me pueda entrar oxígeno al no dejar aberturas por donde pueda entrar.

—Pero Maya espera que la acompañes —dijo Mia fingiendo gran infarto y yo seguía abrazando a mi almohada— O...Celeste, el pobre animal va a sufrir al notar tu ausencia —dijo ella fingiendo gran preocupación.

Pero como respuesta solo le di el silencio, ella sacó otro suspiro al no saber qué hacer conmigo, pude sentir como mi almohada se iba encogiendo y frunci el ceño al ver que Mia me ha convertido mi almohada en una para una muñeca, la mire con molestia, pero ella me dio una mirada suplicante en que necesitaba de mi atención.

Yo saque un suspiro incorporando mi espalda quedando sentada en la cama como chinita, recargue un codo en mi rodilla y la mano la puse sobre mi frente para poder recargar mi cabeza en ella teniendo la mirada en bajo. Mia me tomó de mi mano potestad libre mostrándome gran cariño empezando acariciar el dorso de mi mano.

—Yo también siento dolor, no mayor que el tuyo lamentablemente, pero no sabes de la segunda gran puñalada en mi espalda por lo que Celia te hizo, la puñalada en mi cerebro al haber caído tan sencillamente en una trampa de Scarlett en haberme retirado del lugar dejandote sola...la puñalada... —dijo ella con una voz quebrada y yo la mire con gran tristeza al ver cómo casi se golpeó el pecho donde se ubica su corazón— En mi corazón por...no haberte ayudado... —dijo ella dejando caer algunas lágrimas y yo me lance abrazarla con fuerza cerrando los ojos con presión empezando a sentir como se me escapaban las lágrimas— Si solo...hubiera estado...ahí, si solo...hubiera confiado en mis instintos con esa idiota...puede ser hasta mi culpa...

—No...tienes nada de culpa en esto, tendrías muchas dagas en tu cabeza en pensar que...tu tienes algo que ver con lo que me paso Mia —dije abrazandola con fuerza y ella iba sollozando un poco— Tu...tenías la razón, yo...debí escucharte...sobre...Celia...yo...me busque todo esto...yo le dije mis secretos cuando... —solté un sollozo y respire hondo tratando de mantener mis mocos dentro— Tu me dijiste que no lo hiciera.

—No...no...no...bambina... —dijo ella apartándose un poco teniendo los ojos llorosos como deben estar los míos, ella empezó a quitarme las lágrimas con sus pulgares.

Yo hice una gran mueca de tristeza tratando de romper estos hilos que manejan mis expresiones faciales convirtiéndolas en todo un desastre, pero me era imposible, esos hilos en estos momentos son de alambre de un metal puro, hasta pudiendo sentir el dolor de cómo estos hilos están encajados en mi piel con anzuelos.

—Tu...tienes un gran corazón, que se pudra esa perra por haber utilizado ese don angelical tuyo para causar este daño, merece el infierno por haber apuñalado la espalda, tu...no merecías esto... —dijo ella con una gran ira en su interior bajando sus brazos de mi rostro convirtiéndolos en un gran puño.

Yo trate de calmarme respirando hondo y soltando aire, desvié la mirada mirando mi espejo largo a distancia para poder que estoy hecha una ruina, en haber llegado al cuarto sin siquiera cambiarme o desmaquillarme teniendolo todo el delineador y las sombras escurridas por mis lágrimas, me quedé mirando fijamenteme a los ojos, donde alrededor de mi reflejo se encuentran las fotos de mi madre.

—Este es el modo en que Scarlett quiere que te sientas, no permitas que obtenga su objetivo, Gemma... —dijo ella con súplica poniendo sus manos en mis rodillas— Puedes demostrarle que eres fuerte teniendo la postura aún firme.

Yo volteé a ver a Mia que ella me mira con una mirada muy suplicante a que saliera de este cuarto para enfrentarme a los demás, para caminar entre todos y tener que luchar contra las malas miradas que me harán, los murmullos que podré escuchar sobre mi, las sonrisas arqueadas al que mi pasado lo tomen como una comedia, las burlas, los insultos...

Yo desvié la mirada sacando un largo suspiro fusionado con un pequeño grito de desesperación, negué con la cabeza muy apenada ante mi amiga al ser tan débil, pero...ya no quiero sufrir, quiero asegurarme en este cuarto que lo he convertido en un refugio para ya no seguir sufriendo, no quiero salir a que más problemas se me echen encima.

—Lo siento Mia, pero...no puedo...yo lo siento... —dije con gran dolor recostandome de nuevo abrazando de otra almohada dándole la gran indirecta que no pienso moverme de aquí.

Mia se levantó de la cama teniendo su mirada en mí con gran dolor, pero como respuesta cerró sus ojos rendida mostrando una mueca de tristeza al sentir que no me ha ayudado.

—Te...veré más tarde, trata de comer, por favor —dijo ella dirigiéndose a la salida del cuarto y solo cerré los ojos con fuerza tratando de dormirme para viajar a un mundo que no sea este.

***

Narrador

Meg se salió del cuarto con gran cansancio en su rostro, iba dirigiéndose a la sala casi arrastrando sus pies en el suelo, al llegar Alba se levantó del asiento yendo con ella para abrazarla con gran tristeza, Meg mostró preocupación por ella acariciandola de su cabeza.

—Pequeña...me encuentro bien, la que no...debe ser esa pobre mujer —dijo Meg con un tono bajo y lento tratando que el sueño no la invada en este momento, ella volteo a Yael que ella desvió su mirada con algo de enfado.

—No...pude dormir por la culpa, solo...me quede observando como esa...demonio le hacía daño a Gemma...y ella...me lanzó una mirada tan...quebrada que creo que ya no quiere ser mi amiga —dijo Alba con gran dolor abrazando con más fuerza a Meg.

—Oh...dulzura, piensas mal, Gemma sabe que no podíamos hacer nada por ella, ¿Tu que hubiera hecho?, enfrentarte a Scarlett transformandote tratando de patearla con tus pequeñas patas traseras —dijo ella con algo de gracia y Alba se apartó de ella tratando de tranquilizar su tristeza— Los que debieron hacer algo eran los hombres y no vi que hicieran algo al respecto —dijo ella con enfado mostrando su índice.

—Yo creo que todos estaban atentos en querer escuchar todos los secretos de Gemma, digo...con el segundo uno ya quedo pegado para ver que seguía —dijo Yael con una voz fría sin mostrar compasión.

—Yael —dijo Alba y Meg con gran enfado.

—Oigan, yo solo digo la realidad, aunque contigo debió ser lo contrario Meg, debiste estar muy concentrada jugando cartas con Gunther.

Meg sacó un gruñido rodeando los ojos, Alba junto sus manos mostrando preocupación.

—Él...te ha hecho daño en un pasado, ¿Por qué...te juntaste con él?, todas saben que es un mal hombre...

—Si Meg, quisiéramos escuchar esa respuesta, ya que tu misma les dices ignorantes a las mujeres que han estado con él —dijo Yael cruzándose los brazos y Meg le mostró sus colmillos, pero antes de dar su respuesta sacó un bostezo con frustración por el sueño que sentía encima.

—Todo fue una confusión, yo...pensaba que mi admirador secreto era Leon, pero...me equivoqué y fue Gunther —dijo ella desviando la mirada con algo de pena.

—¿Y qué diferencia hay entre esos dos idiotas de los Hammer? —preguntó Yael con enfado extendiendo los brazos con molestia.

—Si hay diferencias aunque no lo creas, fue Leon quien me ayudó a salir de la fiesta sin que Gunther se diera cuenta y me acompañó... —dijo ella bajando la mirada con una corta sonrisa atontada— Hasta el piso para asegurarse que regresara con bien como todo un caballero. Y respecto con Gunther, curiosamente me trato también muy amablemente, hasta me ha defendido de la ridicula de Danna, la hubieran visto, estaba muerta de la envidia —dijo ella sacando una corta sonrisa traviesa.

Alba y Yael se miraron entre sí, la mujer de gran altura puso sus manos en su rostro con desesperación sacando un fuerte gruñido.

—Como te lo puedo explicar sin sonar de una manera grosera —dijo Yael bajando las manos de su rostro juntandolas en forma de oración alzando su mirada al cielo fingiendo pensarlo— Oh ya sé cómo —dijo ella fingiendo una sonrisa y después de eso la borró completamente— Si esos imbeciles te mostraron amabilidad fue por cómo ibas vestida, se armó el rompecabezas cuando nos enteramos quién era tu estupido admirador secreto. Escucha Meg... —dijo ella levantandose del sillon con amenaza y su amiga la miró con gran molestia— No queremos que te acerques a los Hammer, ellos por tu don te van a hacer daño.

Meg rodeo los ojos sacando un gruñido de fastidio.

—En vez de mostrar preocupación por mí, deberían mostrarlo por Gemma, la pobre debe estar en una crisis de depresión, quizás... —ella se cubrió la boca sacando un bostezo dirigiéndose a la cocina— Una botella de vino con sus amigas no le vendría mal para desahogarse.

Yael y Alba se volvieron a mirar entre sí de nuevo, Yael solo saco un gruñido de molestia regresando a su cuarto y Alba preocupada iba con Meg para acompañarla

***

Scarlett, Nicole y Ren estaban comiendo en la manzana con una actitud que parecían estar de un buen humor, mientras que los demás del piso miraban a esa mujer que lideraba ese grupo con algo de miedo y nervios por el daño que le hizo a uno de sus compañeras, sabiendo que no obtuvo ningún castigo por ello gracias a su padre, se sentía una gran tensión en el ambiente que parecía que solo se encontraban esas tres mujeres por el silencio.

Scarlett guardó silencio alargando su sonrisa al ver como Mia con gran furia iba caminando hacia ese grupo preparando sus puños junto con su hermano Julio del cual como ella se veía muy enfadado junto con sus amigos, Theo con mucha preocupación trataba de mantenerla calmada, pero ella se dio la vuelta empujando a su amigo con enfado hacia Maya que ella atrapó a Theo sujetándolo de los hombros.

"No lo sueltes" le hizo señas a Maya con gran furia que ella apoyando a Mia en lo que iba hacer dio un asentimiento.

—Mia, maldita sea, te vas a meter en problemas —dijo Theo con un tono demasiado preocupado y miró a los amigos de Julio— Tienen que hacer algo para tratar de detenerlo —dijo él con súplica, pero Neith y Dalai lo ignoraban estando al lado de Julio.

—Vaya, vaya, a ver...uno...dos...tres...cuatro... —dijo Scarlett contando el grupo con su índice que ellos se detuvieron enfrente de ella mirándola con gran furia, ella se sujetó la barbilla mostrando confusión— Pero que extraño...les falta de una integrante en su grupo, porque tenemos a la asesina que se trajo a su hermano junto con sus gorilas... —dijo ella sonriendo con burla a Mia y Julio que ellos pareciendo gotas de agua hacían los mismo gestos de furia apretando sus puños en contenerse en asesinarla con sus manos, mientras que Neith y Dalai a ese insulto de ella mostraron molestia como los demás— A la enferma... —dijo ella mirando a Maya que ella podía leer sus labios sacó un gruñido con gran ira— Al inútil... —dijo ella mirando a Theo que él frunció el ceño mostrando sus dientes— Falta la que le da ese toque a su grupo, la que llama toda la atención, la ramerita.

Nicole, Ren se empezaron a reír por el chiste de su amiga, Julio sin paciencia pegó las manos en la mesa usando su don rompiendo la mesa del cual causó que las mujeres se apartaran con molestia sin querer ser dañadas por las partes de madera del mueble.

Julio la amenazó con su índice del cual Nicole se puso en pose de combate por si llegara a ver un combate, Scarlett mira el dedo de ese hombre sin mínima importancia.

—Ya has terminado mi paciencia troia —dijo él entre dientes apretados— Ya ha sido suficiente con que insultes a mi familia, dañes a mi sorella con tus bromas di merda, al que nos vieras con cara de ignorantes para habernos hecho esa trampa para no poder proteger a mi angioletta di sorella haciéndole el mismo daño que le hiciste a Mia.

—¿Angioletta? —preguntó Scarlett entre risas mirando a los demás con gran sonrisa, pero una mirada de gran amenaza del cual ellos se miraron entre sí sacando pequeñas risas nerviosas fingiendo reírse con ella— Me gusta ese apodo... —dijo ella mirándose las uñas y con su don las iba cambiando de tono de esmalte a un plateado de muy buena calidad, ella miro a Julio con una sonrisa de malicia— Espero que no te moleste que también lo empiece a utilizar, nuestra ángel Gemma... —dijo ella poniendo sus dos manos en su pecho— Tan santa que sirvió en la iglesia —dijo ella usando el gran sarcasmo y todos empezaron a reír.

—¡Vaffanculo, Scarlett!—gritó Mia con gran ira yendo hacia Scarlett aumentando el tamaño de su brazo derecho de una manera exagerada que ya iba por pegarse contra el techo, ella al tener la mano de gran tamaño, pudo agarrar a Scarlett con su mano como si esta fuera una muñeca,.

Todos respiraron aire por la impresión al no conocer muy bien del don de la italiana, Nicole mostró enfado prendiendo sus manos en flamas.

—No te molestes Nicole —dijo Scarlett con mucha educación a pesar que Mia la estuviera apretando con sus dedos como si esta fuera un juguete de hule queriendo escuchar en rechinido, que para Mia es querer escuchar un grito de dolor— Pude haberte mentido que descubrieron a tu hermano vendiendo droga, pero lo puedo hacer una realidad, mi papi puede encontrar la manera en que los expulsen de esta academia —dijo ella con una voz serena sin mostrar ningún miedo.

—Como tu tienes al stronzo de tu padre, mi papá también tiene sus contactos, Scarlett —dijo Julio con una voz fría cruzándose de brazos.

Scarlett sin poder evitarlo empezó a quejarse por la falta de aire, todos los del piso se encuentran observando con gran interés lo sucedido queriendo saber como va acabar esto. Pero a pesar del dolor que está sintiendo por la fuerza de la mujer, la albina saco pequeñas risas sonriendoles con gran burla.

—¿Cuál será la técnica que van a utilizar?,¿Van a tratar de sobornar al director o a mi padre?, aprovechó en informar que el dinero no nos hace falta en nuestra familia... —dijo ella mostrando sus dientes con arrogancia causando que Mia frunciera el ceño mostrando sus dientes con enfado apretandola con más fuerza, Scarlett tratando de no mostrar dolor, prefirió sacar risas sin sentido para causar confusión o miedo al qué esa reacción no es natural en la situación donde esta ella, que lo lograba con la mayoría de los celestes — O van a usar su mejor...técnica... —dijo ella entre pequeñas toses al que sus pulmones están exigiendo aire, Nicole mira a su amiga con gran preocupación ya que el rostro claro de esta mujer se iba volviendo de un tono con pequeños tonos púrpura y sus ojos se veían irritados— ¿Amenazar... a la familia del director... o a la mía?

—Usaremos la que más nos sea necesaria para dejarte con una marca en tu vida, recordándote... —dijo Julio con una voz muy seria del cual Mia empezó a mirarlo con seriedad— Lo que sucede cuando dañas a un Cupido... —dijo él poniéndose enfrente al frente en el rostro de la mujer, sacando una jeringa de sus bolsillos, Mia mostro miedo reconociendo muy bien ese tipo de droga.

—Julio, no, yo ya lo tengo controlado —dijo Mia con mucho enfado.

—No te atrevas a soltarla —dijo él con gran amenaza señalando con la punta de la jeringa— Veamos que tan fuerte te crees en poder aguantar la tentación en no querer otra muestra como esta... —dijo él sonriéndole a Scarlett que ella trataba de mantenerse consciente por la falta de aire mirando con gran frialdad al hombre enfrente suyo.

Nicole sin querer que su amiga sea dañada trato de crear una bola de fuego, pero Neith sin que ella se diera cuenta se mueve ágilmente poniendo su mano en uno de los hombros de la mujer del cual el fuego se desvaneció quedando paralizada por el don de la mujer que le ha tocado.

Ren quiso usar su cabello para quitarle esa jeringa al hombre, pero Dalai llegó a tomarle de ese cabello con algo de brusquedad usando su don, estiró el cabello de la asiática de un modo que la amenazaba con un cuchillo que agarró del piso y Ren lo miró con gran enfado, pero sin querer correr ese riesgo se quedó quieta.

Nicole gruño con enfado al ver como Julio le quitó la pequeña tapa que cubría la aguja a la jeringa, Theo y Maya miraron con espanto al notar lo que Julio quería hacer, todos estaban aterrorizados sin atreverse a meterse con ese grupo, Mia se veía indecisa sin saber que hacer, ella quería hacerle daño a Scarlett como manera de venganza, pero no de esa forma, no de la forma en que su familia lo hiciera.

—Fel...icidades...ya...eres...toda una Cu..pido... —dijo Scarlett con la voz muy seca y baja y Julio iba acercando la punta de la jeringa al cuello de la mujer.

—No —dijo Mia con miedo soltando a Scarlett que ella cayó en el suelo de rodillas sujetándose la garganta recuperando aire, Julio le mostró los dientes a su hermana con enfado teniendo la jeringa aún en su mano y Mia lo miro con una mirada llena de frialdad encogiendo su brazo al tamaño normal— Ya fue suficiente.

—Esto no es suficiente, ni siquiera le has roto de alguna costilla por lo que le hizo a Gemma...

—Yo no pienso hacerle ese tipo de daño, Julio —dijo Mia con enfado— No quiero ser como esa puttana.

Scarlett empezó a reírse mirando incrédula a Mia.

—No queras decir que no quieres ser como tu familia, es por esa la razón que me has liberado si no me equivoco. Sabía que no eras capaz —dijo ella alargando su sonrisa.

—Mantén la puta boca cerrada que deberías agradecerle mal agradecida —dijo Theo con gran enfado.

Julio miró a su hermana con gran ira y le tomó de los cabello a Scarlett obligando a levantarse arrastrandola hacia Mia, ella iba sacando pequeños gruñidos de ira por el daño que le hace ese hombre, pareciendo que le quería arrancar toda su cabellera y él extendió su brazo mostrándole la jeringa a su hermana.

—Inyectala.

—No lo voy hacer —dijo Mia con gran enfado queriendo empujar el brazo de su hermano queriendo apartar la jeringa.

—No me obligues avisarle de esto a papá, ¡Inyectala! —grito su hermano en modo de orden agitando a Scarlett como manera de exigencia.

—¡No lo voy hacer! —gritó Mia con enfado.

Julio con gran enfado le dio un empujón a su hermana con el codo usando fuerza del cual ella soltó un quejido de dolor sujetándose por arriba del vientre donde se ubican sus pulmones, Maya y Theo mostraron espanto yendo tras ella, pero Mia del dolor se hincó de rodillas abrazándose las costillas y Julio empezó a mostrar preocupación por su hermana.

Maya miró con gran enfado a Julio haciéndole unas señas "Le has roto las costillas, pendejo"

Mia empezo a toser gotas de sangre, Julio infartado a eso, empujo a un lado a Scarlett olvidando el asunto con ella soltando la jeringa y fue con Mia cargándola empezando a correr queriendo llevarla a la enfermería teniendo los ojos irritados mirando a su hermana herida en sus brazos. Ella iba poniéndose muy pálida quejándose del dolor teniendo sus manos en donde siente el dolor con gran presión.

—Prego...prego...sorella...prego... —dijo Julio con gran culpa pegando la cabeza de su hermana a su hombro tratando de calmar de ese modo el dolor, Maya y Theo iban siguiendo con preocupación por Maya.

Neith y Dalai de mala gana soltaron a las mujeres casi corriendo atras de Julio, Scarlett se fue levantando del suelo haciendo una mueca muy molesta al ver que se ha ensuciado de polvo por el suelo y se daba palmadas a ella misma tratando de ese modo que el polvo se le quite de encima.

Todos se quedaron de ojos bien abiertos por lo que sucedió hace rato quedándose en un gran silencio, Scarlett los miro con amenaza y ellos nerviosos prefirieron seguir con sus actividades como si nada hubiera pasado.

Scarlett a pesar de lo sucedido sacó una sonrisa calmada al notar que ha llevado la victoria de nuevo, se acomodaba su cabello con sus manos y miró a sus amigas del cual las dos se habían quedado con una expresión de miedo. Scarlett miró a Nicole que seguía con la misma posición como Neith la había paralizado y después miró a Ren que ella iba acariciando su cabello con cariño como si lo estuviera calmando por el daño que le hizo Dalai.

Pero con poco tiempo Nicole iba recuperando sus movimientos, ella empezó a mover como principio sus manos, después los brazos y saco un suspiro exhausto moviendo su cuello de un lado a otro, se sujetó la cabeza algo atontada por la sensación de parálisis que sintió hace rato caminando con pasos lentos hacia Scarlett queriendo recuperar el control de sus piernas.

—¿Estás bien?, Scarlett —preguntó Nicole preocupada y Scarlett con una pequeña sonrisa de travesura se agacho recogiendo la jeringa con la droga líquida adentro, ella se le quedó observando con gran interés.

—Acaso me crees débil para no estarlo —dijo ella mirando a Nicole con una sonrisa en su rostro y ella se tenso un poco con esas palabras.

—No...por supuesto que no, controlaste muy bien la situación sin tener que usar tu don —dijo su amiga alargando su sonrisa— Fue increíble cómo diste un giro, Scarlett, Julio queriendo lastimar y termino lastimando a la mafiosa de su hermana —dijo ella entre pocas risas y Scarlett alargó su sonrisa mostrando gran arrogancia.

—Esta no es la primera vez que sucede, recuerdo cuando Mia en la primaria venía con yeso en su brazo, piernas o hasta cabeza por las discusiones que tenía con su fratello, podían ser tan fuertes que él siempre llegaba a utilizar la fuerza bruta con ella descontrolando su don para causarle ese tipo de fracturas. Ese tipo de datos son importantes Nicole... —dijo ella pasando sus dedos sobre su cabello con una agradable sonrisa hacia su amiga y ella alargó su sonrisa con emoción— Debes conocer cada detalle de todos los que te rodean. Como nuestra ramera, como lo esperaba se encuentra encerrada en su cuarto, hoy faltara a los ensayos de ballet, empezará a faltar a clases, mañana no podrá dar bien su presentación en la materia de la mutación, esto no solo le afecta en su autoestima... —dijo ella juntando sus manos alargando su sonrisa al que esto le pareciera un juego— La dañara en salud, sus estudios y si tenemos suerte en su relación.

Nicole y Scarlett se miraron entre sí con una sonrisa de gran malicia

—Scarlett.

Las mujeres vieron a Dmitri que él iba caminando hacia su pareja viendo la mesa rota sin importancia, Scarlett lo miro con bastante seriedad cruzándose de brazos.

—Llegas tarde —dijo ella con un tono de voz frío y Dmitri dirigió su vista al objeto que le hizo llamar la atención, él frunció el ceño mostrando enfado al ver la jeringa en las manos de Scarlett— Hace unos minutos que los Cupido llegaron amenazarme y ¿Dónde estaba mi pareja para protegerme? —preguntó ella con gran enfado y él alzó la mirada viéndola directo a los ojos con una mirada bastante fría.

—Quiero hablar contigo en privado —dijo él con un tono bastante frío tomándole la muñeca a Scarlett arrebatándole la jeringa tirando contra el suelo con gran fuerza rompiéndola dejando que el líquido se dispersa echándose a perder, después de eso iba arrastrando a su pareja hacia la salida de la manzana y ella soltó un gruñido.

—No eres un bárbaro para tomarme la muñeca de esa manera —dijo ella con enfado apartando su muñeca a la de él y su pareja volteo a verla con enfado— Y no pienso tener una plática contigo en privado si así no lo deseo yo —dijo ella cruzándose de brazos y Dmitri se le quedó mirando fijamente.

Dmitri se hinco abrazándola de las piernas y se incorporó cargando a Scarlett dejando que ella estuviera sobre un hombro suyo, ella empezó a dar pequeño gritos de enfado golpeando a su pareja con sus puños en su espalda.

—Dmitri bájame en este instante —dijo Scarlett con gran furia, pero él sin hacerle caso soportando esos golpes gracias a su don en no poder sentir dolor iba transportando a su pareja a una zona donde los dos puedan hablar en privado.

Los demás se miraron entre sí.

***

Dmitri abrió la puerta de su oficina con una mano teniendo a Scarlett en su otro brazo, ella rendida está de brazos cruzados con una mueca molesta, él entró a su oficina cerrando la puerta con seguro y bajo a Scarlett poniéndola en el suelo, ella soltó un gruñido mirando a su pareja con gran molestia.

—Si no te doy una bofetada con el ridículo que nos hiciste pasar a los dos, es porque si has ayudado en ser mi transporte, con lo sucedido de la manzana me siento muy exhausta —dijo ella mostrando una expresión cansada caminando hacia el asiento de Dmitri y se dejó caer en el sacando una corta sonrisa al que ese asiento estuviera muy cómodo para ella— Me vendría bien un masaje de mi corazón —dijo ella alargando su sonrisa hacia su pareja que él solo frunció el ceño dirigiéndose hacia ella parándose al lado de ella teniendo su mirada en bajo para observar los ojos de la mujer.

—Creo mucho en tus palabras que debes sentirte muy exhausta, Scarlett, sobre todo por la fiesta de ayer en la noche, ¿Cuántas veces utilizaste tu don esa noche?, ¿Tres veces?

Ella con una sonrisa con poca travesura alzó su mirada al techo.

—Veamos...tuve que utilizar la apariencia de Neith... —dijo ella empezando a usar su don cambiando de apariencia a la mujer que ha mencionado— Para poder engañar a Mia, después utilicé tu apariencia... —dijo ella alargando su sonrisa de oreja a oreja cambiando su apariencia a la de Dmitri del cual él mostraba mucho enfado al solo ver a la mujer con su rostro, haciendo una expresión de maldad que él nunca usaría— Para aprovecharme de la ramera y por último, este debio ser tu favorita si no me equivoco... —dijo ella empezando a cambiar su cuerpo a la de Gemma teniendo un vestuario muy provocativo, ella de un modo muy seductor cruzó sus piernas de una manera lenta para que su hombre tuviera toda la vista visible en su entrepierna.

Dmitri solo mostró sus dientes mostrando enfado.

—Tienes aun el descaro de mantener una sonrisa en tu rostro después del daño que le has hecho, que no fue suficiente para ti Scarlett.

—Ya que lo mencionas, para serte sincera me fue insuficiente —dijo ella mirándose las uñas usando aun ese disfraz de Gemma e hizo una mueca de disgusto al ver su mano humana— Si Reto no se hubiera interpuesto hubiera logrado provocarla para que me hiciera daño, así logrando que nuestra serafín le hiciera un juicio.

Dmitri negó con la cabeza mostrando una mirada llena de disgusto.

—Realmente no tienes corazón, la insultas a ella llamándola demonio cuando el único demonio de esta academia eres tú —Scarlett se dejó de ver las uñas mirando con gran enfado a su pareja— No solo le has hecho daño a Gemma, Scarlett —dijo él apretando sus puños con gran enfado— Le hiciste daño a Celia en haberle quitado la oportunidad de tener unas amistades que sí merece, no me creas el ignorante en creer tus palabras que ella te ha dicho los secretos de Gemma, porque se que no fue así.

—En algo tiene que ser útil esa mujer —dijo ella con una voz serena y educada, pero Dmitri con gran frustración pegó sus manos en su escritorio causando un golpe.

—¿Te has enterado al menos de como me libre de la saliva de Gunther? —pregunto Dmitri con un tono frío y Scarlett sacó una pequeña sonrisa traviesa— Tuve que usar fuerza para dejar que la saliva desprendiera mi piel de mi cuerpo para liberarme, las mujeres y algunos hombres del lugar al verme se desmayaban al no soportar mi apariencia en ese entonces, algunos vomitaban por mi deformidad que tu me causaste al pedirle a Gunther mantenerme preso con su saliva evitando poder ayudar a Gemma de tus ridículos juegos Scarlett.

—Sentiría culpa si hubieras sentido dolor en ese entonces, no exageres mi corazón, ya te ves sano y atractivo de nuevo a ese milagroso don que tienes —dijo ella levantándose de su asiento para recargar sus brazos en los hombros de Dmitri pegando su rodilla entre su entrepierna para excitarlo un poco, pero él con enfado le dio un pequeño empujón volviendola a sentar en el asiento del cual ella mostró molestia.

—Deja de usar la apariencia de Gemma para poder hablar esto en serio, Scarlett, se madura por una vez —dijo Dmitri con frustración haciendo un ademán brusco— Lo que me paso a mi no es lo que más me importo, sino el hecho que hayas usado mi apariencia para dañarla a ella, no me quieras meter en tus juegos sucios —dijo él con gran molestia.

Scarlett se le quedó mirando a su pareja con una mirada fría, se levantó de nuevo de su asiento caminando hacia él muy seductoramente.

—Acaso te estoy excitando con este disfraz Dmitri... —dijo bajándose el tirante de su brasier mordiéndose el labio inferior inclinando su espalda para él queriendo que tuviera una vista en sus pechos del cual no son de ella. Él sin poder evitarlo miró a la mujer con gran deseo y tentación, pero cerró sus ojos con presión desviando la mirada tratando de rechazar ese deseo.

—Deja de insultarla de este modo —dijo él entre dientes apretados apretando sus puños con fuerza.

—Si solo estoy usando uno de sus antiguos vestuarios de trabajo... —dijo ella tomándole una mano a su pareja entrelazando sus dedos con los de él— Quizás...no pueda hacerte un espectáculo bailando en tubo como lo haría ella, pero... —dijo ella acercando el dedo índice de Dmitri a su boca de un modo lento alargando su sonrisa con gran maldad— Puedo hacerlo de prostituta como lo haría ella... —dijo ella entre pequeñas risas metiendo el dedo del hombre a su boca empezando a chuparlo de una manera sucia.

Pero Dmitri sin paciencia apartó su mano de su boca dándole una bofetada a la mujer, ella sin esperar eso se apartó de él usando su don tomando su verdadera apariencia sujetándose la mejilla mirando a su pareja con los ojos bien abiertos sin poder creer el acto que le ha hecho, él seguía con la mano alzada teniendo un rostro muy frío en su rostro, pero él al darse cuenta lo que hizo bajo su mano mirando con gran culpa a Scarlett.

—Scarlett... —dijo Dmitri queriendo acercarse a ella, pero ella se apartó de él teniendo una mirada con gran ira, pero después sacó una pequeña sonrisa histérica.

—Aquí la gran evidencia de tu sentimiento por ella, protegiéndola levantándome la mano... —dijo ella con un tono muy frío— Como nunca lo hiciste conmigo cuando alguien se atrevió a insultarme —Dmitri sin saber que responder a eso desvió su mirada mostrando gran culpa— Shh, shh, shh... —dijo ella cambiando su expresión a una sonrisa serena caminando hacia su pareja tomándole de la barbilla haciendo que él la mirara a sus ojos— No es tu culpa, yo te pedí que la enamorarás de ti... —dijo ella poniendo su otra mano en su pecho y empezó alargar su sonrisa mostrando gran burla— Sabiendo que ella no iba a cambiar su sentimiento por Reto y el que se iba enamorar eras tu.

Dmitri de nuevo frunció el ceño mostrando enfado y Scarlett le dio una pequeña bofetada entre risas dándose la vuelta que por el giro le aventó toda su cabellera al rostro de su pareja, que él iba conteniendo en su ira.

—Tan predecible, Dmitri, no te sientas mal con ello, porque todos lo son —dijo ella con una sonrisa de gran arrogancia en su rostro agarrando el huevo fabergé del escritorio de Dmitri— Ve lo que ha sucedido en la noche como una simulación si te atreves a fijarte en otra mujer que no soy yo —dijo ella mirando a su pareja con gran amenaza— Porque haré que ella te desprecie como debe hacerlo ahora y además de eso le causare daño por tener alguna relación contigo.

Ella se apartó de su escritorio caminando hacia Dmitri y le tomó de sus greñas de cabello con brusquedad, él sacaba gruñidos llenos de ira apretando con gran fuerza sus puños que él sin darse cuenta se fracturó algunos dedos.

—Tu eres mi juguete, no te compartiré con nadie, si te atreves a ponerme la mano encima de nuevo... —dijo ella y dejó caer el huevo en el suelo.

Dmitri a pesar de no sentir dolor, pudo sentir una sensación aguda en su pecho al escuchar como las dos tapas se separaron al impactar contra el suelo.

—La que va sufrir será ahora tu familia —dijo ella entre dientes apretados y empujó a Dmitri con gran brusquedad dándose la vuelta mostrándole la espalda dirigiéndose a la salida del cuarto.

Cuando ella salió de su oficina dio un fuerte portazo del cual hizo temblar el retrato de Dmitri junto con sus padres, él con una mirada muy apagada se agacho recogiendo las dos mitades del huevo y saco un suspiro lleno de tristeza.

***

Meg iba caminando por los jardines teniendo una canasta con una botella de vino con un moño rojo, dos copas de cristal, habiendo una hoja que dice en letras cursivas con una excelente tipografía "Mejorate Gemma" y al haber improvisado en letras pequeñas igual escribió "Y Mia"

Ella se encontraba sola ya que dirigía con su manada, para que después ellos juntos fueran a la enfermería para visitar a Mia y sabiendo que Gemma no la dejaría sola ella también iba estar ahí. Meg ya iba por entrar al bosque.

—Vampiresa.

Ella se detuvo repentinamente volteando a ver a Gunther con algo de espanto pareciendo que había aparecido detrás de él, él le regaló una larga sonrisa teniendo sus brazos detrás de su espalda y ella sonrió de un modo nervioso tratando de no mostrar un rostro caído por el sueño.

—Gunther...no esperaba encontrarte... —dijo ella mirando por los lados verificando que ninguno de sus amigos la vieran con él.

—No dejaste ninguna pertenencia como la bella cenicienta en haberte retirado de ese modo desprevenido del lugar y es por eso que te he comprado una —dijo él mostrándole una caja de regalo a Meg alzando sus cejas y ella mostró sorpresa.

—Oh...ya no debes molestarte en comprarme más regalos, no es necesario... —dijo ella con una sonrisa muy apenada y él sacó pequeñas risas de ternura bajando su mirada, él ahora sonriendo con travesura observaba con antojo la botella de vino.

—Parece que hemos organizado un intercambio sin que nos diéramos cuenta —dijo él arrebatándole la canasta a Meg que ella frunció el ceño mostrando algo de molestia, pero Gunther le entregó de su regalo.

—Gunther, no quiero sonar descortés, pero esa botella de vino es para... —pero ella se quedó callada al ver cómo el hombre agarró la botella dejando caer la canasta en el césped sin haberle importado leer la nota o que las copas se hicieran daño y pudo abrir del vino usando su don en haber pegado la punta de su índice en el corcho y uso fuerza quitando el tapón, ella hizo una pequeña mueca.

Gunther se agacho agarrando las dos copas.

—Porque no vamos a beber estas copas con vino junto a la fuente y puedes ver de un modo tranquilo los regalos que te he traído —dijo él sonriéndole coquetamente a su nueva amiga mientras que iba sirviendo vino en las dos copas.

Meg insegura volteo a ver donde estaba su manada.

—Yo...no creo que pueda, Gunther, tengo que dirigirme con mi manada.

Gunther borró su sonrisa.

—Oh claro, se me olvidaba que tienes tus clases...peculiares. Idiota de mi, la cita sorpresa que he planeado ha sido de todo un fraude en no haber recordado bien tus horarios —dijo él fingiendo gran lástima y Meg alzó una ceja.

—¿Cita sorpresa?

Gunther saco un suspiro exhausto.

—Yo planeaba que en este domingo la pasaramos tu y yo, me agrado estar contigo en la fiesta, quisiera volver a experimentar eso con diferentes aventuras, vampiresa —dijo él alargando su sonrisa alzando sus cejas de un modo entusiasmado.

Meg hizo una pequeña mueca, volvió a voltear hacia donde estaba su manada y Gunther sin que ella se diera cuenta rodeo los ojos con fastidio maldiciendo en silencio, pero después de eso fingió un rostro de lástima.

—Sobre todo que debes sentirte muy abrumada por lo que le sucedió a tu amiga la mestiza. Una pequeña ayuda a ese problema no te vendría mal.

Meg bajo la mirada pensándolo bien teniendo su mirada en el regalo, ella volteo a ver Gunther que él le regaló una cariñosa sonrisa agitando un poco las copas, ella saco una sonrisa exhausta por el sueño, pero hacía sus esfuerzos para que se viera larga.

—Yo...les enviaré un mensaje de aviso de mi ausencia...

—Perfecto —dijo Gunther con gran alegría y con una seña le indicó que la acompañara, ella con una sonrisa tímida empezó ir con él hacia la fuente.

***

Gemma

Me salí del elevador teniendo mi cobija encima cubriendo mi mala apariencia, iba caminando hacia el piso de las manos santas ignorando de las pocas personas que iban caminando por el largo pasillo como estas se espantaban al verme y al reconocerme empezaban a murmurar entre sí creyéndome toda una estupida para no darme cuenta.

Yo parezco un fantasma de las cobijas, pero esa no es la razón por la cual hablan a mis espaldas, ya lo esperaba, burlándose de mí, tantos insultos con los que me pueden empezar a llamar, la burra, la retrasada, la modelo, la nudista, la teibolera, la zorrita, el demonio, la mestiza loca, al menos podré saber que van a sufrir un poco en no saber escoger entre todas esas.

No quería salir, tenía la postura en que no lo iba hacer, pero al enterarme que Mia está en la enfermería porque la operaron por una costilla que le perforó el pulmón, no podía permitir que mi depresión me impidiera verificar que se encuentre con bien, sin importar de estas personas que se creyeron ser mis amigos para que al final me hubieran traicionado de ese modo.

Me detuve al encontrar el cuarto donde Mia está internada, sin querer soltar mi cobija para que abrazara mi cuerpo toque la puerta con mi frente haciéndome un poco de daño sin mostrar importancia.

Maya me abrio al puerta, pero mostró espanto al verme, para que ella haya tomado esa reacción sí que debo verme muy mal, pero Maya agradecida sacó una pequeña sonrisa haciéndose un lado dejándome pasar, entre al cuarto y me quede quieta paralizada al ver a Theo, Reto junto con la manada sin los menores, que ellos se espantaron al verme, después mire a Julio junto con Neith y Dalai que ellos igual estaban impactados por mi apariencia, yo saque un pequeño gruñido disgustada a estas inesperadas visitas, ni se como cupieron todos en el cuarto.

—Bambina...

Yo al escuchar la voz de Mia sonreí al verla en la camilla, ella alargó su sonrisa como si fuera una pequeña y la que la hubiera visitado fuera su superhéroe favorito, con un brillo en sus ojos sin poder creer que he venido hasta aquí por ella, yo preocupada iba con ella poniéndome al lado de su camilla abrazando con más fuerza mi cobija, ella con una mirada de ternura por lo que hice se movió con cuidado dándome espacio para acostarme con ella y yo sin pensarlo me iba acostando a su lado pegando mi cabeza acolchada en su pecho.

—Cuando me entere lo sucedido...no iba hacer una completa imbécil dejandome pudrir en mi cama sabiendo que estás aquí.

—Y me siento muy halagada, Gemma, sin importar que parezcas un monstruo de las cobijas —dijo ella con gracia y yo cerré los ojos con presión sacando una sonrisa a ese pequeño chiste suyo. Pero miré a Julio preocupada desde la camilla, quien me desvió la mirada con gran culpa.

—No...era necesario lo que iban hacer por mi, se arriesgaron en enfrentarse con ella —dije preocupada y Julio volvió a verme frunciendo el ceño mostrando molestia.

—Tenía que sufrir por lo que te hizo...

—El plan sólo era asustarla, no drogarla stronzo —dijo Mia con gran molestia y Julio apretó los puños con enfado.

—No vamos a tener esta discusión de nuevo —dijo Neith con desesperación hablando con los hermanos.

—Si, no vaya ser que ahora me rompa el cráneo —dijo la hermana con gran molestia.

—Fue un accidente Mia, no medi la fuerza, no es algo sencillo como crees —dijo Julio haciendo un ademán brusco— Hacía años que esto no sucedía.

—Me estás diciendo que debe ser una costumbre —dijo Mia con un tono de voz más alto mostrando más molestia a esas palabras.

—No, si han sucedido varias veces es porque es algo que puede volver a suceder y no es algo que lo haga intencional.

—¿Qué me hayas querido empujar fue un accidente?

—Basta —dije con súplica al que no me gusta verlos pelear de este modo, los dos hermanos se callaron cruzándose de brazos mostrando molestia— Julio, Mia los dos estuvieron mal desde un principio en querer hacerle daño a Scarlett por lo que me hizo, agradezco ese valor, pero tu misma me has advertido lo peligroso que es si te enfrentas a ella —dije incorporando un poco mirando a Mia que ella desvió la mirada con gran tristeza.

—No...es justo, la puttana ni siquiera va a obtener un castigo del director por lo que te hizo... —dijo ella frunciendo el ceño cerrando los ojos con fuerza por la gran ira que iba conteniendo y yo me sorprendí con esa noticia que no sabía.

—El stronzo de su padre logró que el director Galder no le pusiera un reporte a esa troia —dijo Julio haciéndome el favor de informarme y yo sin poder evitarlo baje la mirada sintiendo una gran ira en mi interior— Nosotros...queríamos ser los que le dieran ese castigo, mereces justicia...mi angioletta —dijo él con una mirada preocupada viniendo hacia a mi poniendo su mano sobre mi cabeza que solo pude sentir de una leve presión por la cobija que tengo encima.

—Justicia... —dije entre pocas risas apagadas desviando la mirada— Es algo que la vida me ha enseñado que no existe realmente —dije mirando fijamente la puerta del cuarto sin querer ver como los demás reaccionaron a esas palabras mías. Yo volví a mirar a los hermanos italianos que ellos me miraban con gran angustia— Mia, lo que paso en la manzana... —dije liberando una mano del agarre de mi cobija para tomarle la mano a mi amiga que ella me regaló una muy pequeña sonrisa de dulzura— Puede que se vea lógico que fue culpa de Julio, pero nosotros sabemos bien de quién es realmente la culpa.

Mia desvió la mirada sacando un gruñido molesto.

—Se que...que ella ha querido provocar a Julio para que...me hiciera daño por accidente.

—Julio... —dije mirándolo y él bajó la mirada con culpa— Que hubieras querido drogar a Scarlett dañando su salud, no es algo que yo hubiera querido... —dije con una voz un poco decepcionada y él seguía con la mirada en bajo— Ni Mia. Yo se que su familia tiene sus costumbres y tradiciones, es algo que yo no me puedo meter, pero deben hacer una excepción con Mia, sabes bien como este tema es muy delicado para ella —dije mostrando gran preocupación a este tema— No puedes obligar a ser algo que ella no quiere ser.

Julio se quedó callado, él respiró hondo y sacó un suspiro viendo a Mia con gran culpa.

—Si...no lo hago yo...lo hará papá, Mia —dijo él con gran tristeza en su voz y Mia empezó a mirarlo con mucha tristeza en su mirada— Él...es mucho más duro de lo que crees, no quiero...que sufras como yo sufrí con sus lecciones, no...quiero que llegues a tenerle rencor a papà como lo debes tener conmigo, es por ello...que prefiero que me odies a mi...que a él.

—Julio... —dijo Mia poniendo sus manos en su pecho empezando a irritar sus ojos— Como puedes ser tan idiota en decir que te odio, solamente.... —ella alzó la mirada al techo con frustración— Me siento sofocada con este problema, se que es algo que tu no puedes ayudarme, se que tu también tienes tus problemas en ser el varón primogénito de papá, él esperando que tomes su lugar en un futuro, respetó lo que haces por él, por...eso eres el preferido... —dijo ella con poca gracia y Julio sacó una pequeña risa apagada.

—¿Preferido yo?, a ti te trata como una diosa.

—A ti te deja salir cuando estamos en casa, yo parezco una princesa encerrada, tengo que salir contigo a fuerzas.

—Eso es por tu seguridad.

—Tengo mis métodos de protegerme —dijo Mia empezando a sonar enfadada.

—Ya, ya, dense un abrazo de reconciliación y disculpa —dijo Neith desesperada empujando a Julio del cual Mia y él se regalaron una sonrisa y los dos se abrazaban disculpándose.

Yo sonreí con gran ternura al ver la hermosa escena, los dos voltearon a verme, alargaron su sonrisa y me obligaron a unirme al abrazo, yo cerré los ojos sintiéndome consentida a este gran cariño.

Pero extrañamente pude sentir que alguien más se unía al grupo abrazándome, yo sorprendida mire a Maya que ella me regaló la sonrisa más larga que no hubiera visto en ella, Theo igual se unió al abrazo, después Reto que él me regaló una dulce sonrisa, después de ello Hunter y Hayden se unieron al abrazo, Hunter me guiño el ojo con una sonrisa amigable y yo empecé a sentir una fuerte sensación en mi corazón, después Alba y Angus se unieron al abrazo, todos del cuarto empezaron a abrazarme, ahora ya no parecía el abrazo de los hermanos italianos, si no....para mi.

—No nos importan tus secretos Gemma, nada ha cambiado, ¿Entiendes?, seguirás siendo nuestra amiga —dijo Theo y yo empecé a irritar mis ojos.

—Además, no eres la única que batalla con las fracciones, tienes a alguien que aún utiliza la calculadora para verificar que cuatro por dos es ocho —dijo Hunter con gracia y algunos empezábamos a reírnos, yo empecé a dejar resbalar lágrimas por el rostro.

—Yo...me he tomado fotos... —dijo Alba con una voz un poco aguda por la pena— Obscenas...para Angus...él...también debe tenerlas guardadas en su celular Gemma...

—Alba, no era necesario decir esa información —dijo Angus con enfado y nosotros empezamos a reírnos.

—Es para mostrarle a Gemma que...no todos somos inocentes Angus —dijo Alba y pude sentir que me abrazaba con más fuerza.

—Y haber deformado la cara a esa mujer, por favor, yo he hecho cosas peores que eso, pequeña presa —dijo Yael entre risas de malicia.

—Y no te lo dice para quedar bien, Gemma —dijo Hunter con algo de miedo en su voz.

Yo empecé a sollozar sin poder evitarlo, todos dejaban de abrazarme mirándome muy preocupados, Alba me miraba con gran culpa.

—Gemma...discúlpanos por no haber hecho nada para protegerte...entendemos...que puedes estar molesta con nosotros.

—¿Molesta? —pregunté de una manera incrédula tratando de quitarme las lágrimas con el puño— Ustedes...son los mejores amigos que podría tener en todo el mundo... —dije con una voz quebrada por el llanto de alegría haciendo todo mi esfuerzo para hacer una sonrisa— Es...un milagro para mí aún poderlos tener a mi lado... —dije entre sollozos.

—Oooh bambina... —dijo Mia abrazándome de nuevo con gran fuerza y todos de nuevo me volvieron abrazar, yo empecé a llorar con libertad sintiendo esa gran confianza con ellos.

***

Narrador

Meg sonreía mostrando gran ternura al ver la pijama de encaje que Gunther le ha comprado, él tiene una sonrisa llena de maldad sin que la mujer se diera cuenta, pero ella al verlo fingió una sonrisa.

—¿Cómo te has enterado que mi marca favorita de pijamas es Alpaca? —preguntó ella abrazando la pijama al haberle encantado.

—Aunque no lo creas prestó atención a lo le dices a tus amigas, vampiresa.

—Ugh, Danna y Aurora nunca fueron mis amistades, me insultan por mi don, pero puedo asegurarte que si ellas fueran unas metamorfas como yo, Danna sería un cuervo y Aurora un asno —dijo ella con rencor en sus palabras y Gunther se hecho a reír a esas palabras.

—Como adoro ese carácter tuyo —dijo él entre risas sirviéndose otra copa de vino, él agarró la copa de Meg e iba por servirle.

—No, gracias Gunther, con dos copas ya tengo suficiente —dijo Meg con una sonrisa muy exhausta del cual hacía todos sus esfuerzos para no verse muy cansada— El vino...puede causar mucho sueño... —dijo ella y sin poder evitarlo se cubrió la boca sacando un gran bostezo.

—Vamos, ya con esta copa nos acabamos el vino, el que has escogido no tiene mucho alcohol, no te hará daño —dijo él con una serena sonrisa sirviendo la copa a la mujer del cual ella hizo una pequeña mueca no muy de acuerdo con ello— Ten —dijo él extendiendo la copa a Meg que ella tomó la copa regalandole una sonrisa agradecida— Ya que andas comparando a tus compañeras con animales... —dijo él alzando sus cejas— Qué animal me pondrías a mi.

Meg se le quedó mirando haciendo una pequeña mueca de disgusto.

—Te vas a sentir ofendido por mi respuesta.

Él empezó a reírse sacando pocas risas.

—Sin miedo, vamos no muerdo —dijo él sonriendo de oreja a oreja mostrando sus dientes.

Meg rodeo los ojos y alzó la mirada al cielo pensándolo mientras que le dio un pequeño sorbo a su vino, ella apartó la copa de su boca saboreando sus labios.

—Al principio te comparaba con un cerdo...

—Ahora comprendo tu miedo en decírmelo.

—Después te compare con un perro callejero.

—De acuerdo, mejora un poco a la primera comparación, ¿Es la comparación actual?, vampiresa.

—No, yo creo que con el suficiente tiempo que nos conocemos mi comparación actual es la mamba negra —dijo ella no muy orgullosa de decir eso y le dio un sorbo a su copa.

—Agradezco como has mejorado eso a ese gran resultado, tengo una gran fascinación por los reptiles —dijo él alargando su sonrisa con algo de arrogancia.

Ella sacó pocas risas cubriéndose la boca, mientras que Leon sin compañía iba caminando de regreso a la academia en haber cenado en la manzana, pero él se detuvo con espanto mirando a Meg con su primo en la fuente del cual los dos parecían estar disfrutando una cita, sin pensarlo prefirió esconderse detrás de unos arbustos para que su primo no se diera cuenta de su presencia.

—Siempre me ha disgustado tu don —dijo Gunther mostrando una mueca de gran disgusto y Meg borro toda sonrisa de su rostro.

—Ya me he dado cuenta —dijo ella con un tono bastante frío.

—Pero no sabes la razón —dijo él regalándole una sonrisa coqueta— El destino debió escogerte un animal que al menos fuera digno de ti, como la de un felino, por tu belleza y ese gran cuerpo coqueto que tienes encima —dijo él alzando sus cejas de un modo coqueto y Meg le sonrió algo apenada desviando la mirada.

—Yo también...pienso mucho en eso, en haber podido al menos transformarme en otro animal, Reto me ha enseñado aceptar el que soy, pero aun así...no puedo evitarlo —dijo ella agarrando un mechón de su cabello mostrando tristeza— Como el pensar que hubiera pasado si hubiera nacido con un don normal.

—Yo creo que el destino nos hubiera unido desde mucho antes, vampiresa —dijo Gunther tomándole su mano y ella le regaló una sonrisa por esas palabras que pueden sonar un poco poéticas— Además que tengo otra maldición para ti. En este momento estoy usando mi don en tu mano y no pienso liberarte hasta que cumplas mi deseo —dijo él sacando de su bolsillo una pluma blanca.

Los ojos de Meg se iluminaron al ver esa pluma, ella sin poder evitarlo alargó su sonrisa mostrando alegría, sabiendo que por fin iba a cumplir su sueño en que en solo una vez tenga una pareja en la fiesta del invierno, pero se quedó pensando en esa decisión, ella desvió la mirada empezando a pensar en sus amistades que no iban a estar de acuerdo, además que sentía un pequeño presentimiento de advertencia que algo no estaba bien y Gunther frunció un poco el ceño mostrando enfado al ver que ella tenía la idea de rechazarlo, pero trataba de fingir una sonrisa.

—Te daré la mejor noche inolvidable, recuerda que será la última que tengamos, todas las mujeres sentirán envidia de ti, como los hombres tendrán envidia de mi, no se nos presentarán una oportunidad como esta, vampiresa. Deseo que seas mi ángel del invierno —dijo él al final como manera de exigencia, pero de un modo sereno y poético sin querer que ella se de cuenta de su orden.

Meg volteo a ver la pluma, ella se le quedó observando fijamente, temía que esta fuera la única oportunidad que se le fuera a presentar, ella alargando su sonrisa, aunque no muy segura de lo que hacía agarro la pluma dando un asentimiento, Gunther alargó su sonrisa con alegría y él soltó su mano abrazándola con gran fuerza, queriendo que sus pechos se pagarán en su pecho, él sonrió con travesura pegando su barbilla en el hombro de la mujer sintiendo esos dos grandes globos de agua pegados a él y Meg sin darse cuenta de esa maldad ella sonrió mostrando ternura a ese abrazo.

Leon se apartó de los arbustos mostrando mucha preocupación por ella que prefirió irse de prisa al edificio de la academia, ya que por el momento no puede hacer nada mientras que su primo esté presente.

***

Gemma

Estaba recién bañada, preparada para enfrentar el mundo, mis amigos me han dado ese gran valor, porque no importa lo mal que pase, ellos van a estar ahí para mi. Me ponía mis calentadores de arco iris para que esos colores me transmiten alegría. Mia tiene razón, no puedo dejar que Scarlett gane, quizás no pueda hacerle daño como ella se lo ha hecho a otras personas, cosa que no haré porque no quiero ser como ella.

Lo que haré es mostrarle que se ha equivocado, le mostraré que no pienso quedarme encerrada en un cuarto como un hongo esperando mi muerte en la misma zona por la estúpida depresión, no perjudicare mis calificaciones por su culpa, no pienso darle esa satisfacción al ver como me ha dañado, ¡Me vale una mierda lo que los demás piensen!

Por el momento, solo pienso en los que me importan, mis amigos son un tesoro para mi, el director Galder...a pesar que no pudo castigar a Scarlett por lo que hiso, yo se que hizo sus mejores esfuerzos, yo se que no ha sido culpa de él, sino de esa maldita familia Heaven. Yo camine hacia enfrente del espejo largo, mire con mucha tristeza las fotos de mi madre.

—Madre... —dije poniendo mi mano sobre el montón de fotos—Yo...ya...no puedo depender de ti... —dije con gran tristeza agarrando la esquina de una foto— Esta...puede ser la última vez que te hable, pero...quiero que sepas que...vivirás siempre en mi corazón.

Le di un beso a la foto que tengo agarrada de la esquina, me aparte y la despegue del espejo, mire de otra foto agarrándola de la esquina antes de quitarla le di un beso como despedida...

Al haber quitado el montón de fotos, las guardé en el cofre que me dio Mia, después de nuevo me dirigí al espejo largo dándole una dulce sonrisa a la única foto que he dejado, donde mi madre y yo estamos en el césped, mi foto favorita. Me di la vuelta agarrando mi mochila para mis ensayos de ballet.

Me salí del elevador cuando llego al piso de la creación, Reto me regaló una dulce sonrisa al ofrecerse acompañarme y yo le regale una sonrisa caminando con él, mientras que nos íbamos dirigiendo al palacio por el camino vimos como mujeres y hombres voltearon a verme extrañados al verme fuera del edificio en haber tenido los mismos pensamientos que Scarlett.

Reto como amenaza les mostró sus colmillos del cual ellos mostraron un poco de espanto prefiriendo apartarse, aun así notaba como iban susurrando entre sí empezando a crear malos rumores o hablando mal de mi a mis espaldas, pero lo sorprendente es que no me importa, le abracé el brazo a Reto con una tierna sonrisa al ver los esfuerzos que él hace para defenderme y él volteo a verme regalandome una tierna sonrisa por ello.

Llegamos al palacio, yo iba sintiendo nervios a cada paso que daba al saber que un rato me iba enfrentar a la gran bruja de cabellos blancos, abracé con más fuerza el brazo de Reto tratando que con ello se puedan calmar mis nervios. Al llegar al salón de arte de Reto, él sin opción tuvo que apartarse de mí, pero volteo a verme tomándome de los hombros mirando a mis ojos directamente.

—No permitas que ella genere miedo en ti, tú puedes provocar ese miedo cuando entres al cuarto mostrándole que el daño que te hizo no llego afectarte, Gemma —yo le di un asentimiento tratando de reunir ese valor como él me dice— Ignora los insultos que te hagan, si es necesario vuelvelos a todos invisibles.

—Eso haré, no te preocupes por mí —dije con una dulce sonrisa y él me regaló una sonrisa orgullosa.

—Te esperaré cuando se termine tu clase, háblame si me necesitas.

Yo le di un asentimiento, él se dio la vuelta caminando a su clase, yo tragué saliva nerviosa y empecé a caminar directo al teatro para poder ensayar.

Una vez que llegue, empujé las puertas abriendolas, todos los que ensayaban en el escenario voltearon a verme, yo con la barbilla en alto iba caminando directo al escenario, no veía a Roos aun, pero podía ver como todos se habían quedados impactados y paralizados al verme aquí, menos Dalai que él me regaló una sonrisa orgullosa.

Scarlett frunció el ceño mostrando ira y confusión al encontrarme en este lugar, Nicole estaba completamente perdida y Celia se quedó asombrada, los demás empezaban a murmurar entre sí y yo ignorandolos me dirigí a la puerta para subirme al escenario, al llegar ahí todos tienen su mirada directo en mi y yo les regale una larga sonrisa en mi rostro mostrando mi alegria, del cual Scarlett se mostraba completamente perdida.

—Hola compañeros míos, serían tan amables en decirme dónde está Roos.

Scarlett saco una risa histérica mirándome con gran locura.

—Prácticas el masoquismo para haberte atrevido a venir aquí, ramera.

—Si quieres que te consigamos un tubo para que le muestres tu talento a la maestra Roos y al señor Skinner —dijo Nicole haciendo burla y los demás nerviosos fingían sus risas por las arpías amenazantes.

—Oh por esa es la razón que Roos no está aquí, gracias por responderme Nicole —dije regalándole una sonrisa muy agradecida del cual ella mostró algo de miedo a esta extraña actitud mía.

—No quieras usar esa farsa máscara de alegría, rata de la esquina —dijo Scarlett con desesperación y yo fruncí el ceño mostrando confusión— Mi padre se ha encargado de que todos los astros, padres, incluyendo al de tu amigo Reto... —dijo ella alargando sus sonrisa con locura— Se enteren de lo que realmente eres, una retrasada mental, una modelo para fotos eroticas...

—Si, si, una teibolera y un demonio por mis descontroles de ira, también debiste de inventar unos rumores donde también soy prostituta o que asesine a mi madre, Scarlett —dije sin borrar mi sonrisa y todos se quedaban impactados a esa actitud mía, Scarlett se mostraba completamente perdida sin poder analizar mi actitud— Y te lo agradezco sabes... —dijo yendo con ella poniendo mi mano en su hombro y ella la miró con gran furia— Me sacaste un gran peso de encima, no sabes como sufria en mantener esos secretos a mis amigos, a ustedes, sobre todo a Reto, pero... —dije poniendo una mano en mi pecho sacando un gran suspiro aliviado— Eres mi salvadora.

Ella se quedó paralizada sin haber esperado esas palabras de mi, pero ella con gran ira apartó mi mano de su hombro con gran brusquedad haciéndome algo de daño.

—No me toques con tus sucias manos...

—Que extraño, me las acabo de lavar —dije con gracia mirándome las manos fingiendo extrañeza.

—¡Tu sabes a lo que me refiero! —gritó ella dando saltos de desesperación.

—Oh...ya entiendo...hablas de por vivir en una calle humilde y ser bailarina de tubo, de eso no te preocupes Scarlett —dije entre pocas risas— Se aseguraban de mantener los tubos bien limpios, esa era la clave para que para mi y mis compañeras se nos hiciera sencillo poder bailar —Todos miraban con miedo a Scarlett que con cuidado iban apartándose de ella como si estuviera prendida en fuego, ella me mira con una mirada psicópata deseando mi muerte— ¿Qué pasa?, ¿Por qué te muestras tan enfadada? —pregunté con un tono serio cruzándome de brazos mirándola sin mostrar algún miedo hacia ella— Oh claro...esperabas que estuviera encerrada en mi cuarto cortándome las muñecas por lo que me hiciste ayer en la noche... —dije alargando mi sonrisa mostrándole los dientes— Debo serte sincera, asi me senti al principio de este dia, pero algo no tomaste cuenta y eran mis amigos, Scarlett. No toda la gente es como tu quieres que lo sean —dije con un tono de voz frío y se podían escuchar los rechinidos de sus dientes, me levanto la mano y todos respiraron hondo mostrando enfado.

Pero al escuchar cómo se abrieron las puertas, Scarlett con ira volteo a ver a Roos entrando con un hombre a su lado, ella me volteo a ver con gran rencor bajando su mano sin opción. Todos se iban formando en una fila para quedar enfrente de ese hombre con una postura firme como si él fuera un general, yo sin saber la razón aun así lo preferí hacer poniéndome al lado de Dalai.

Roos y el hombre se detuvieron quedando enfrente del escenario, ella al conectar su mirada con la mia, solo alargó su sonrisa al verme de aquí, yo le regrese de esa sonrisa y después ella volteo a ver los demás de su clase.

—Mis pequeños, les quiero presentar al señor Marlon Skinner, algunos de ustedes ya lo conocen, pero de nuevo va a estar con nosotros haciéndonos el amable favor de dirigir la obra y si ve alguna imperfección nos hará el favor de darnos el aviso —dijo la maestra mirando al hombre que él nos lanzaba una mirada llena de frialdad que muestra que no es muy amigable que digamos.

El hombre se ve mayor, yo diría que ya arriba de los sesenta, teniendo unas pocas manchas de arrugas en su rostro, tiene de calvicie teniendo cabello solamente en las orillas de su cabeza estando canosas, con unos ojos opacos de un gris oscuro que producen muy poco brillo, pero sus lentes rectangulares le ayudan a tener ese brillo que le hace falta en su vista, pero a pesar de la edad, se nota que hace ejercicio para seguir cuidando su cuerpo, no se ve para nada decaído, tiene una postura aún firme, teniendo sus brazos detrás de su espalda, con ropas oscuras junto con un saco de calidad encima.

Él se quitó sus lentes sacando de su bolsillo un pequeño trapo y empezó a limpiarlos entrecerrando los ojos sin apartar su vista de nosotros, yo sonreí de un modo nervioso al poder sentir como este hombre debe estar analizando a cada de nosotros, se volvió a poner su lentes ya viendo con claridad.

—Quien no me conozca de un pase al frente y presentese —dijo él con un tono serio y frío.

Todos me voltearon a ver, yo sonreí de un modo nervioso, parece ser que soy la única que no lo conozco, pero con valor di un paso al frente. El hombre alzó su ceja mirando mis manos con guante y sobre todo la izquierda que ya debe de darse cuenta quien soy yo.

—Mi nombre es Gemma Adelaida Salem, señor Skinner, agradezco la oportunidad de poder participar en la obra que usted va a dirigir —dije con una sonrisa nerviosa y él volteo a verme a los ojos teniendo una mirada muy fría en mi.

—Eres la mestiza del cual han dado el aviso esta mañana que ha practicado baile en tubo —dijo él con un tono bastante frío y yo pude escuchar como Scarlett sacó una pequeña risa de malicia sin ni siquiera abrió su boca, fue más bien como un gemido queriendo que se escuchara como una pequeña risa en su interior al que su mal humor se desvaneciera a esas palabras.

—Si...

—Si no me equivoco de ese baile pudiste agarrar la flexibilidad para practicar del ballet.

—Más bien me fortaleció, anteriormente ya había tenido clases de ballet, señor Skinner, a los once hasta los dieciséis, tuve que frenarlo por circunstancias...dónde tiempo después me metí a ese negocio en el club... —dije mirándolo con culpa y él se me quedó viendo directamente a los ojos analizando—Yo...solo quiero aclarar que si practicaba ese baile, señor Skinner, era por mi madre, yo...necesitaba dinero.

—Si hubieras aceptado el trabajo de modelo de revista pornográfica, no hubieras tenido esos problemas —dijo Nicole con burla.

—¡Nicole! —gritó Roos con enfado del cual todos nos sorprendimos, la maestra dio aplausos muy molestos para llamar su atención y Nicole la miró con enfado— Esas palabras hacia tu compañera fueron de muy mal gusto.

—En mi opinión señor Skinner, para que su obra no reciba muchas críticas por culpa de la mestiza al haber tenido que trabajar en un trabajo tan desagradable, pudiendo afectar a usted, la maestra Roos y a nosotros, doy el consejo que le quiten del papel que le han otorgado —dijo Scarlett con una sonrisa serena en su rostro y yo le lancé una mirada bastante fría.

El señor Skinner se sujetó la barbilla mirándome atentamente reflexivo a las palabras de esa maldita bruja.

—Scarlett ha sido una de mis bailarinas más talentosas, no ha llegado momento que me defraude con ese don que la esa belleza que yo deseo y talento en el ballet —él bajó la mano de su barbilla mirándome con bastante seriedad— Además de su intelecto, del cual que con el consejo que me dijo no es necesario pensarlo, todos sus compañeros hasta su maestra sabe que va a perjudicar la obra. Debo pedirle que se retire, puede ser un personaje terciario.

Yo mostré espanto a sus palabras, Roos como yo se espanto a esas palabras de ese hombre.

—Pero señor Skinner, Adelaida tiene un gran talento con el ballet, si solo la viera...

—Ya he tomado mi decisión Roos —dijo él hombre con seriedad y empezó a dar aplausos— Fórmense para empezar con sus ensayos, Dalai y Scarlett serán los primeros que voy a querer ver para ver cómo han practicado en su número.

—Como usted diga señor Skinner —dijo Scarlett caminando al lado mío y cuando nuestros hombros chocaron entre sí, ella se me acerco al oído— ¿Dónde está tu sonrisa ahora?, ramera.

Yo volteé a verla con gran enfado, ella entre pocas risas de malicia iba a su posición, pero mire al señor Skinner como él de una manera serena se iba a sentar en los primeros asientos de la fila y Roos me miraba con gran lástima al no tener ese poder de tomar las decisiones.

—Pero...pero...Señor Skinner... —dije con una voz temblorosa al sentir como la depresión regresaba en mi.

—Está estorbando la escena, Gemma, le voy a pedir que se vaya hacia los tocadores, al final hablaré con usted para darle su nuevo papel.

Yo baje la mirada con gran dolor, me di la vuelta dirigiéndome hacia los tocadores, pero me detuve apretando los puños con fuerza, me quede viendo el suelo con enfado, no me salí del puto cuarto para volver a el y ponerme a llorar de nuevo, ¡No puedo permitir que tragedias como estas me sigan pasando!, debo enfrentarlas, como pude hacerlo ahora lo vuelvo hacer otra vez.

Me di la vuelta mirando al señor Skinner que él se me quedó viendo con una mirada fría.

—De acuerdo, no tengo gran intelecto, me sugirieron la idea de ser modelo de una revista pornografica, fui una bailarina de tubo y...tengo problemas en controlar la ira. Pero desde pequeña que tengo el deseo de ser bailarina de ballet, maldición, los mejores regalos que me daba mi madre eran películas de musa pirateadas, mi gran heroína es esa muñeca de plástico bailarina, copiaba sus movimientos cada vez que la veía, mi madre al ver esa pasión en mí con esfuerzo y sudor me metió a clases de ballet, por problemas económicos tuve que frenarlo y en cambio tuve que aprender a bailar en tubo para conseguir dinero. Pero gracias a ello me dio mejor flexibilidad, llegue a esta academia pudiendo tener la gran oportunidad de volver al ballet, estoy cumpliendo mi sueño de hacerlo, señor Skinner. Quiero enterrar mi pasado sin querer ser reconocida como la mestiza, la potestad sin don, la teibolera, la puta... —dije con gran desesperación señalando a mi misma, sin importar de las malas palabras que he dicho mirando con seriedad al hombre de enfrente que él me alzo la ceja no se si por lo sorprendido de mi actitud o por mi gran grosería.

>Quiero ser reconocida por mi talento, quiero bailar ballet, quiero cumplir mi sueño, señor Skinner y le doy mi palabra que con lo que he dicho es todo lo que me da ese valor para hacer todos mis esfuerzos y ser una bailarina profesional —dije bajando mis manos convirtiéndolas en un puño— Así que no le puedo permitir que me quite mi papel de bailarina de hada de las nieves sin ni siquiera tener el mínimo intento de mostrarle mi ensayo. Solo le pido que me vea bailar y dependiendo de eso, aceptaré la decisión que usted vaya a tomar.

Todos se quedaron en un largo silencio teniendo su mirada en el hombre esperando qué respuesta iba a darme, el señor Skinner se me quedó viendo directo a los ojos, por un buen rato estuvo analizando, pero como lo he hecho con Reto o Dmitri, lo retaba con mi mirada sin mostrar ningún miedo, él se levantó de su asiento del cual todos mostraron un poco de espanto, vino caminando hacia a mi y yo me quedé quieta sin haber dado un paso hacia atrás.

—De acuerdo Gemma, quiero ver esa demostración que usted me dice que me va a mostrar. Bailara sin compañía, la vere aqui parado viendo cada movimiento de sus piernas y brazos, si capto algún error en su baile, estará afuera de la obra, ¿Sigues dispuesta hacerlo?

Yo le di un asentimiento con valor, él se me quedó mirando sin apartar la vista de mis ojos.

—Preparen la música para su ensayo —dijo él señor Skinner y todos tenían su mirada ahora en mí, me fui apartando poniéndome en mi posición calentando de una manera rápida mis pies antes que hicieran sonar la canción.

Cuando escuche que comenzó la canción, sonreía ante el público empezando a irme de un lado en puntillas moviendo mis pies con gracia tratando de seguir el ritmo de la canción extendiendo las manos sin mostrar firmeza dejando que mi invisible pareja la melodía me dejara llevar, empecé a dar giros deslizando mi pie derecha en el suelo, como si el mismo piso estuviera hecho de agua para que la punta de mi pie no lo tocara con un movimiento lento queriendo que mis piernas tuvieran el peso de una pluma para poder realizar estos movimientos livianos.

Inclinaba mi espalda formando una curva y la volvía a incorporar sin mostrar brusquedad, para seguir esos pequeños tintineos de la canción moviendo mis manos para arriba y por abajo como si estas fueran pequeñas alas de ave queriendo hacer un vuelo, en una parte de la canción estiré mi pierna mostrando rápidamente una pose con elegancia y dulzura por el papel que me han dado, de nuevo me di un giro con gracia mostrando sobre todo la espalda ya que en la obra va estar un poco descubierta.

Empecé a irme derecho en puntillas moviendo mis brazos hacia la derecha como si estuviera aventando algo con ellas, sin olvidarme lo más importante del movimientos mis pies que en esta parte deben estar de perfil, poniendo mi pie plano y en puntillas de manera rápida, sin mostrar nada de brusquedad porque eso está prohibido en este baile.

Después extendí mis brazos hacia el techo tocando las puntas de mis dedos yéndome a corta distancia hacia la derecha haciendo muchas puntillas dando un giro con los brazos aún extendidos, los baje de manera lenta extendiendo ahora una pierna llevando la punta de la rodilla hacia mi cadera, después empecé a hacer muchos pasos con mis pies moviendo mis brazos siguiendo los pasos del baile.

Llegaba la parte donde estire mis piernas para dejarme caer en el suelo de una manera lenta siendo la ahora más importantes los movimientos de mi brazo ya que son ahora lo que llaman más la atención, tenía los brazos extendidos de una manera inclinada, agitando mis manos haciendo como estrellitas en ellas...

—Suficiente.

Yo me sobresalte al escuchar al señor Skinner, apagaron la música inmediatamente a sus ordenes, yo me quede en el suelo tratando de no mostrar mi cansancio, la estupida de mi no ha comido en todo el día, pero sin importar eso trate de usar todas mis energías, él se me quedó mirando directamente a los ojos, se quitó de sus anteojos limpiandolos de nuevo y se los volvió a poner.

—¿En dónde estudió ballet anteriormente?

—En Chinatown señor Skinner, yo aprendí con un grupo de asiáticos estadounidenses, mi tutora se llama Michelle Chu.

Él alzando una ceja con una mirada incrédula se me quedó viendo estando completo silencio, del cual causaba una gran tensión.

—Debo ser sincero con usted... —dijo él con un tono frío y yo junte las manos con muchos nervios, Roos parecía que quisiera comerse las uñas igual por los nervios— No ha habido tal mujer... —dijo él y yo cerré los ojos preparándome en escuchar lo negativo— Que me diera esta impresión intensa.

Yo fruncí el ceño tratando de procesar si mi mente no me engañaba, mire al señor Skinner que él alargó su sonrisa con gran alegría, yo seguía mirándolo confundida.

—¿Impresión intensa...de la mala manera o...de la buena? —pregunté un poco insegura.

—Debe trabajar en su intelecto, pero nunca hubo una mujer que me desafiara de ese modo como usted lo hizo en mis años de trabajo, pensaba que me iba mostrar de un deficiente bailable, pero... —dijo él ahora mirándome con...admiración, yo no pude evitar sonreír sintiendo mi rostro empezar a calentar por la pena— Sus pasos, sus movimientos, pensaba que su único requisito era la belleza natural en su rostro, pero me ha mostrado que también tiene un divino don en este baile, mujeres tardan años para mostrar esos movimientos llenos de gracia y elegancia, su sonrisa no muestra ninguna obligación en hacerlo, puedo ver en su mirada que realmente está conectada con este arte, pocas veces me ha tocado tener la presencia de mujeres como usted...

Scarlett empezó a reírse con histeria del cual él señor Skinner borró toda sonrisa mirando a su bailarina con seriedad, ella con gran enfado fue caminando al escenario poniéndose al lado mío teniendo su mirada con gran furia con una sonrisa de gran histeria y yo la mire sin mínima importancia.

—Disculpeme si lo contradigo señor Skinner, pero acaso debo recordarle el riesgo que va a correr si está considerando aceptar a esta mestiza en la obra, todos los padres de familia irán a quejarse con usted al permitir una ramera en la obra.

—Gemma tiene razón que con su talento va hacer que la gente haga un lado ese conflicto, lo que ellos van a observar es a una mujer con pasión por este arte, con un nuevo comienzo, podría decir que si sigue progresando de esta manera, pueda competir contigo para obtener el papel estelar el siguiente semestre.

Yo junte mis manos dando un aplauso con emoción.

—De...verdad señor Skinner, puedo...llegar hacer el papel de Odette del lago de los cisnes.

—Tienes la perfecta apariencia para ese papel, Gemma. En tu mirada puedo ver cómo puedes mostrar ternura y dulzura siendo el cisne blanco, mientras que también puedes cambiarla a lujuria y amenaza como el cisne negro, ese papel puede elegir tú futuro, Gemma. Si te menciono todo esto es porque quiero que te esfuerces para lograrlo —dijo él señor Skinner tan entusiasmado.

—Y yo estoy pintada —dijo Scarlett con gran furia y él señor Skinner la miró sin mucha importancia— Yo tengo mejor belleza que ella, tengo mejor talento que ella, ese papel es mío —dijo ella con gran desesperación dando pequeños saltos por la frustración.

—Como he comentado es algo en lo que deban competir ustedes dos, pero yo te sugiero que vayas practicando en tus movimientos, porque la mayoría con las mujeres con la que trabajo muestran sus bailes como manera de obligación y no por gusto, deseando sólo la fama y la belleza, no es un problema, es algo común en todas, pero como he comentado con Gemma se nota la gran diferencia —dijo él sonriéndome.

Scarlett se quedó paralizada pareciendo que ha perdido la cordura por ese pequeño tic en su ojo al no encontrar las razones por la cual está pasando este gran milagro o...quizás deba estar conteniendo su ira en no querer ahorcarme en este instante, yo con una sonrisa nerviosa prefiero levantarme del suelo apartandome de la mujer.

—Yo...le doy mi palabra que haré todos mis esfuerzos señor Skinner, yo...le dejo a su estrella del momento para que vea su ensayo —dije regresando a los tocadores y él sin darse cuenta de la gran ira de la mujer que tiene enfrente me dio un asentimiento.

Iba hacia los tocadores donde todos me miraban con gran asombro, yo me dejé caer de rodillas sin poder contenerme más al sentir mis piernas hechas de gelatina por la emoción me cubrí el rostro empezando a reírme sin poder creer la gran oportunidad que tengo presente.

***

Terminando de mis ensayos fui la primera que salí del teatro casi aventando las puertas, Reto me regaló una corta sonrisa al verme al haberse quedado esperándome como dijo, pero fue borrando su sonrisa abriendo en grande sus ojos mostrando algo de espanto al verme corriendo hacia él.

Me lancé a él con gran impulso como un gato cazando a su presa, él me atrapó tomándome de los brazos, pero sin contener el impacto caímos los dos al suelo, yo empecé a reirme con gran alegría y él me miraba con gran espanto pensando que quizás la depresión me ha dejado loca.

—Puedo tener la oportunidad de tener el papel de Odette del lago de los cisnes si me enfrento a Scarlett por el papel, Reto, pero ¡Tengo la oportunidad de serlo! —grité con gran alegría abrazándolo con fuerza pegando mi barbilla a su hombro.

Él empezó a acariciarme la espalda sacando pequeñas risas de alegría por mi.

—Puedes tener malos días, pero si te has esforzado en algo se te recompensará al final dándote un buen día. Las estrellas brillan en la oscuridad, Gemma —Yo me aparté de él por esas hermosas palabras, él se me regaló una dulce sonrisa— Sobre mi cabeza debe haber algo que quiero darte.

Yo extrañada mire la punta de su cabeza y me sobresalte un poco al ver que tiene una pluma blanca insertada en ella, yo lo mire con sospecha apartándome de él y él me sonrió con ternura a esa reacción mía.

—No soy Scarlett, Gemma. Esa pluma realmente está insertada en mi cabeza, he usado mi don para que un cabello mío se transformará en plumaje, puedes arrancarmela, te doy el permiso.

Yo puse una mano en mi pecho sin poder creérmelo, yo iba acercando mi otra mano en esa pequeña pluma blanca, con mi dedo y pulgar agarre la punta, pero después miré con preocupación a Reto.

—¿Te...te va a doler? —pregunté asustada a esa idea.

—Se sentirá como un pequeño pellizco, no te preocupes, Gemma.

Cerré los ojos con algo de culpa arrancando esa pluma, pero sin escuchar que se había quejado abrí los ojos alargando mi sonrisa tomando la pluma como si fuera mi tesoro sin apartar mi vista a la de Reto siguiendo aun encima de él.

—Me he asegurado que sea la pluma de un búho, por el tono no lo parece, pero esta la superstición que es de buena suerte si ves a uno o tienes una pluma de este —yo abracé la pluma mirándolo con gran cariño.

¿Está pasando?, ¿Reto me está pidiendo ser su angel del invierno?, me contenía en no gritar por la emoción, soñaba con este momento, en poder estar con mi mejor amigo en la fiesta del invierno, junto...con sus padres, con solo recordar ello desvié la mirada con tristeza.

—Pero tu padre...

—Ya no tienes que preocuparte por él —dijo él tomándome de la barbilla para hacer que lo mire a sus ojos y yo empecé a mirarlo con gran cariño— Aquí lo que me importa solo eres tú, ¿Quieres ser mi ángel del invierno?

Yo le di un asentimiento rápido emocionada al que hasta mi habla se hubiera esfumado, él y yo nos quedamos en el suelo mirándonos a los ojos directamente, íbamos acercando nuestros rostros de una manera lenta como si hubiera una unión magnética entre nosotros, nuestros labios se iban acercando...

Pero pude sentir como él pegó su frente a la mía empezando a frotarla mostrandome gran cariño, yo me quede perdida por un momento sonrojandome como un tomate, pero a pesar de eso sonreí con gran ternura al escuchar que se escuchaba un ronroneo en su interior, yo me quede quieta cerrando los ojos sin poder contener este lindo acto dejando que frotara su frente a la mía como un tierno felino.

Él al darse cuenta de eso apartó su cara sonrojándose muy apenado.

—Yo...lo lamento...

Yo rodeé los ojos con una sonrisa al que todavía sigue disculpándose por estas tonterías, le tome de sus mejillas y sin pensarlo le di un lamido por su frente mostrándole mi cariño como él a veces lo muestra, pudiendo sentir como mi lengua pasa por su cálida frente dejándole un pequeño recuerdo de mi saliva, me aparté de él saboreando mis labios mostrando un poco de coqueteo y él se me quedó mirándome impactado a ese acto mío, yo solo alargue mi sonrisa con travesura y él sin ya mostrar minima pena me regaló una gran sonrisa por eso.

Él repentinamente me quito la mochila de ballet y yo me sobresalte al ver como se apartó de mi levantandose rápidamente con una sonrisa traviesa en su rostro mostrándome que tiene mi mochila en sus manos, yo empecé a reirme levantándome.

—¿Estás usando tu don canino para querer jugar conmigo en quitarme mi mochila y haber si puedo recuperarla?, Reto, porque te metiste con la persona equivocada —dije calentándome las manos con una sonrisa traviesa.

—Puede ser, Gemma —dijo él con una sonrisa traviesa empezando a correr con mi mochila y yo entre pequeñas risas cuidando que la pluma no se despegará de mi mano iba corriendo tras él para recuperar mi mochila.

Después de todo, este día dio todo un giro a lo que pensaba como iba ser realmente.


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