44. El Retorno


Gemma

Al siguiente día ya nos encontrábamos de nuevo en Suiza, en la academia, exactamente en la oficina del director, teniendo que haber pasado por segunda vez esa horrible sensación en el estómago, al menos Leon esta vez no vomito, ahora fue al revés, fui yo quien vomitó, algo positivo en esto es que Madeline estaba preparada teniendo una cubeta de emergencia, debe ser algo de costumbre cuando el director Galder utiliza su don en otros.

Después de ese suceso ni siquiera nos ha dejado regresar a nuestros cuartos para cambiarnos o siquiera saludar a nuestros amigos, temía que esto iba suceder, pero tenía que ser demasiado bueno para mi para evitar este tema, sobre la gran noticia "Mi dia en New York", como Dmitri lo ha dicho puede que por culpa del encuentro con mi padre se de la sospecha que fuera una traidora al "Dejarlo escapar" o "Querer unirme con los ángeles caídos para estar con mi padre".

Yo me encontraba sentada enfrente del escritorio del director Galder abrazándome a mi misma teniendo mi mirada en mis rodillas, Leon se encuentra al lado mío sujetandose del cuello con sus dos manos y con las piernas extendidas teniendo su cuerpo con el peso muerto fingiendo no mostrar importancia a este tema y Dmitri se encontraba a mi otro lado, le habían conseguido otra silla para que él también tuviera lugar donde descansar, teniendo sus manos en sus rodillas y una mirada fija en nuestro director.

El director Galder tiene una mirada más que todo en mi, teniendo sus cejas arqueadas y un pequeño arco en sus labios, unas perfectas características para describir un rostro de lástima con preocupación por mi, pero más la primera parte. Como siempre tiene de un folder amarillo sobre su escritorio, él agarró el folder volteando a ver a Dmitri.

—He leído tu informe Dmitri, como los arcángeles y los tronos me han dado el aviso que estan informados por ti —dijo él poniendo el folder sobre la mesa de nuevo y Dmitri solo dio un pequeño asentimiento de aviso recibido, el director junto sus manos formandolas en un puño volteando a vernos en general— A los grupos que les acabo de mencionar han tenido una junta con...nuestra serafín por el caso —dijo él bajando la mirada notando que no hay buenas noticias en esto y yo desvié la mirada sin siquiera ver sus expresiones cuando diga las malas noticias— La conclusión quedo que Leon y Dmitri han sido vistos como...inhabilitados para haber capturado a Kay Schlange y Gemma se presenta como la mayor culpable en el escape de su padre, se sospecha de traición por su conexión familiar.

—Pero si no me quede con mi padre para que me llevara con su grupo de ángeles caídos —dije con enfado mirando al director alzando mis brazos al techo de una manera brusca— Fui directo con Dmitri para verificar que se encontrara bien.

—Ese fue el problema Gemma, se supone que tienes el conocimiento del don de Dmitri para haber sabido que el se encontraba bien, dicen que tu mayor obligación era mantener a tu padre ocupado para que los arcángeles pudieran llegar a capturarlo en vez de haber perdido tu tiempo en verificar el estado de Dmitri.

Yo frunci el ceño mostrando demasiada extrañeza a sus palabras, saqué una pequeña risa histérica del cual Leon y Dmitri voltearon a verme con la ceja alzada a ese extraño acto mío.

—¿Estás tratando de decirme que ellos querían que hubiera traicionado a mi padre para que los arcángeles llegaran apresarlo y se lo llevaran con la serafín para que lo sentenciaran a muerte?

—Gemma, ya te había comentado sobre la reputación de tu padre, me aseguré que estuvieras muy informada al respecto —dijo él con bastante seriedad— Y a pesar de ello, tomaste la mala decisión de ir con tu padre para dirigirle la palabra, a pesar que Dmitri te exigió que no lo hicieras —yo iba por hablar sujetándome las greñas del cabello mostrando una gran desesperación— Antes que me interrumpas, Dmitri ya me ha dicho las razones por la cual cometiste el acto —dijo él con un tono bastante serio mirando directamente a mis ojos— Y en un momento hablaré en privado contigo para hablarlo.

Yo me crucé de brazos sacando un gran gruñido estresada desviando mi mirada con enfado a que esto fuera tan injusto.

—A ti te ven como una traidora, a nosotros nos ven como unos inútiles, yo solo quiero aclarar que cumpli mis obligaciones como me pedia mi misión —dijo Leon incorporándose de su asiento señalandose a si mismo con una mirada bastante seria hacia el director— Estuve cuidando de la mestiza, use todos mis esfuerzos en mi don para proteger nuestro secreto de nuestra raza en los humanos arruinando un suéter de doscientos euros y lo más importante, que a pesar que no tenía previsto tener que tratar de capturar al traidor de nuestra raza, use todos mis esfuerzos tratando de capturarlo como me lo dice mis reglas, así que exijo que retiren esa palabra de inhabilitados, porque yo cumpli la misión que me han pedido, la sangre sucia está sana y salva...físicamente, psicológicamente...puede que tenga unos daños cerebrales... —dijo él con gracia mirando mi cabeza y fruncí el ceño mostrando molestia, a pesar de saber que es solo actuación— No dejaba de lloriquear como una chiflada en la tumba de su madre...

—Se trata de la tumba de su madre, Leon, no tomes eso como un trastorno que es normal que hubiera mostrado depresión, agrega los problemas que pasó del cual tú estuviste presente siendo testigo.

Leon se cruzó de brazos rodeando los ojos, yo preferí ver a Dmitri del cual se me hace extraño que él no diga nada al respecto, él solamente tiene una mirada fija en él director, sin mostrar mínimo enojo por lo que está pasando.

—Pero no todas las noticias son negativas —dijo el director Galder dándonos una corta sonrisa ahora bajando sus manos sobre la zona plana de su escritorio— No harán público con lo sucedido, lo han confirmado como un caso confidencial, no deben temer que sus padres se enteraran de esto, Leon, Dmitri —Pude notar como Leon saco un pequeño suspiro aliviado al escuchar eso y nuestro director volteo a verme— Gemma, a ti solo se te dio...una llamada de advertencia de nuestra serafín —dijo él con una mueca y yo alce una ceja sin saber de lo que me está hablando.

—Ya jodiste —dijo Leon mirándome con una mueca fingiendo gran lástima, aunque se puede ver un poco de verdad en ello en su mirada.

—A lo que yo entiendo...es solo una llamada de atención...¿No? —pregunte con una pequeña sonrisa nerviosa y los demás se miraron entre sí con lástima por mi.

—Dmitri, Leon, pueden retirarse, tengo que hablar con Gemma en privado. Recuerden que tienen la obligación de mantener esto en secreto —dijo el director con mucha seriedad y los dos hombres se levantaron de su asiento dando un asentimiento.

Los dos se dieron una vuelta sin decir más retirándose de la oficina del director dejándome a solas con él, yo lo mire confundida y él de nuevo a formó sus manos en puño recargando sus codos sobre la mesa, es cuando uno sabe que hablar muy seriamente del tema.

—No quería hablar de esto hasta cuando llegaras a tener una llamada de advertencia de nuestra serafín, pero ahora que tienes una llamada es mi derecho informar que es lo que sucede en estos casos. Gemma, como te he contado, al principio hice mis esfuerzos para que nuestra serafín no quisiera...quitarte de en medio...

—Solo digalo, me quiso matar —dije con enfado y puso su mano en su frente al ver lo complicado que va hacer este tema.

—Ella solo...está asustada, Gemma, debes comprender del suceso que ella pasó en un pasado, ver a su hija asesinada por su propio nieto quien lo ha encontrado con un estado de demencia, le dejó un trauma...

—Y lo entiendo, comprendo que debió ser una situación muy complicada —dije poniendo mi mano en mi pecho señalandome a mi misma— Vi a mi propia madre sin vida, se que no puedo ser para nada lo mismo lo que yo sentí en ese momento a lo que ella sintió con su hija, pero eso no significa que tiene el derecho de decidir qué es lo que soy diciendo a los potestades que soy un demonio al ser una mestiza y querer matarme teniendo la locura que puedo ser una psicópata como su nieto, no puede pretender ser diosa teniendo mi vida en sus manos —dije poniendo ahora el índice de mi mano sobre la mesa mostrando un gran desacuerdo con esto.

—Gemma, si te estoy ayudando a las costumbres de nuestra raza, lo esencial es que aunque no te agrade hacerlo, debes ver a nuestra serafín como tu diosa, es nuestra diosa.

Yo solo fruncí el ceño mostrando gran disgusto a esa horrible idea.

—¿Qué no se supone que es católica?, debe saber que es un pecado creerse superior al verdadero Dios —dije señalando el cielo y el director alzó su mirada al techo como si estuviera buscando al hombre que le mencione o puede que está abrumado con este tema al gran suspiro que saco.

—Gemma...no tomaré este tiempo para tener un debate sobre esto, lo que me importa que sepas es que si llegas acumular tres llamadas de advertencia de nuestra serafín, ella va a querer verte en un juicio para juzgarte, donde en los peores casos ella... —él se quedó callado desviando la mirada con un rostro atemorizado a ese horrible futuro que puede llegar a existir.

Yo no mostraba impresión, lo único que podía mostrar era frialdad a este asunto.

—Esa mujer solo está buscando una manera para que me ejecute como lo quiere hacer con mi padre —dije cruzándome de brazos diciéndolo de un tono bastante serio, ya que es la pura verdad.

—Dije que pueden ser los peores casos, Gemma, para esto estoy aquí... —dijo él regalándome una corta sonrisa y no pude evitar sonreír un poco— Si pude evitar que llegara tomar esa decisión, buscaría la manera de hacerlo hasta cien veces. Además que tu padre y tú son casos bastantes diferentes.

Yo borré completamente mi sonrisa, empecé a masajear las sienes al que iba muy bien, pero con solo decir lo último arruino del bonito momento, empecé a verlo con molestia a esas palabras que él hasta alzó la ceja mostrando un poco confundido a mi mirada.

—Como todos, usted también está de acuerdo que mi padre merece que lo sentencien a muerte como castigo —dije con gran tristeza en mis palabras a esa decepción de él y él desvió la mirada con culpa.

—No deseo su muerte, desearía que solo fuera un castigo en el inferno eterno, pero...es solo un sueño, Gemma, nuestra serafín ya tiene la postura que no le dará una oportunidad a tu padre, con todo el caos que él está provocando, no había existido un potestad quien se rebelará contra ella.

—Quizás ya era hora —dije en susurro con un tono bajo para que él no pudiera escucharme, pero fue fallido ya que él frunció el ceño mostrando enfado.

—Quiero que seas sincera conmigo —dijo él con un tono bastante serio mirándome directamente a los ojos, del cual parecía que nos estamos retando a mi mirada al tener un contacto bastante serio entre nosotros— Si Dmitri no hubiera llegado a tomarte del brazo en medio de la calle, antes que ese camión impactara contra él, ¿Hubieras puesto resistencia?, ¿Te hubieras apartado de tu padre para irte con tus compañeros? —yo me quedé callada desviando la mirada derrotada mordiéndome el labio inferior empezando a sentir muchos nervios— Respondeme, Gemma.

—No es sencillo —dije volviéndolo a mirar histérica haciendo un ademán brusco— Todo pasaba tan repentinamente...que no tenía el tiempo de pensar, yo...solo notaba que él quería estar conmigo, una vez...que nuestras miradas se conectaron... —yo alce la mirada al techo desesperada sin saberlo explicar— Fue...como...una atracción magnética la que nos hizo acercarnos...una sensación...que al sentirla...me sentí...completa, director Galder... —dije mirándolo con gran tristeza en mi mirada poniendo mi mano en mi pecho donde se encuentra mi corazón y el desvío la mirada sin querer verme mostrando demasiada seriedad a mis palabras— Una vez que él me cargó...pude sentir que él ya...no quería volver a perder a un ser querido, como yo...quería volver a tener a alguien más conmigo.

El director Galder volteo a verme directo a los ojos teniendo una fría mirada sin estar de acuerdo a mis palabras.

—¿Qué es lo que debo decirte para que comprendas que tu padre es un hombre peligroso?, Gemma —yo frunci el ceño mostrando molestia por ello al que toda mi confianza hacia él se esté desnivelando— Crees que me siento bien en recordar los delitos que ha cometido, por supuesto que no, me duele ser yo quien te los diga, pero me es necesario decirtelos para que no vayas en mal camino como él —dijo él ahora con desesperación bajando un puño pegando en la mesa haciéndolo sonar para quedar en claro esto— No quiero mostrarte evidencias, Gemma, no me obligues hacerlo.

—Quizás lo único que necesita es llenar ese vacío que por culpa de la serafín le han arrebatado —dije con desesperación pegando mis manos en su escritorio queriendo hacer sonar el golpe— Quizás... —dije poniendo mis dos manos en mi pecho histérica al querer que me escuchen— Pueda hacerlo razonar... —el director Galder frustrado se cubrió el rostro a esas palabras— ¡Si solo me dan la oportunidad...

—Suficiente —dijo bajando sus manos dando un fuerte golpe en la mesa, que hasta hizo temblar el escritorio causando que me apartara asustada a ese acto— ¿Crees no intente dialogar con tu padre? —preguntó él con gran desesperación señalandose a si mismo— Trate Gemma, pero él... —él bajó la mirada mostrando una mueca de gran tristeza, yo empecé a mirarlo preocupada a ese cambio repentino de culpa— Yo...debo confesarte algo que...he pedido mantener en secreto.

Yo frunci el seño girando un poco mi cabeza a un lado mostrando extrañeza a esta revelación, pero unos nervios empezaron a crearse en mi interior, podría ser algún tipo de instinto que me da el aviso que esto no va para bien, como una advertencia que me dice que algo malo va a ocurrir a esas palabras del director Galder, yo me abracé a misma teniendo miedo por ello.

—¿Qué...es lo que me ha escondido? director Galder —pregunté asustada con una mirada suplicante, como...si le suplicara que no fuera algún mal hacia a mí, pero él sin soportar esa mirada mía, giro a un lado su cabeza ignorando mi rostro teniendo una mirada un poco irritada, del cual eso causo que me abrazara con más fuerza.

El cerro sus ojos con gran presión al que esto le tomará mucho esfuerzo para decirmelo.

—No se puede dialogar con tu padre porque en un pasado, cuando...tu padre me dio el aviso que...le había pedido a tu madre ser su pareja y que ella hubiera aceptado, yo me impacté...trate de hablar con él, de hacerlo entender...que teníamos reglas estrictas que no podíamos tener una relación con una humana, pero él...no me escucho. Al principio...traté de ignorarlo, trate...de darme cuenta de la felicidad que tu padre y tu madre se mostraban juntos, pero...pensé que iba hacer algo pasajero Gemma, pense que quizas...tu padre solo...estaba experimentando —él volteo a verme con gran culpa y estaba tan perdida en no saber él mal que hizo aún— Pero cuando...él me dio el aviso....que había tenido relaciones sexuales con tu madre y él pensaba...pedirle matrimonio, yo...me asusté, el miedo me invadió por él, me preocupaba por tu padre y tu madre, ¿Qué es lo que pasaría si algún arcángel se entera?, ¿Si nuestra serafín y querubín se enteraran?, ¿Qué es lo que pasaría con tu madre y tu madre?, ¿Qué...es lo que pasaría conmigo al ser cómplice?, yo...pensé...haber tomado la decisión correcta Gemma, yo...solo...trataba de ayudar... —dijo él teniendo los ojos muy irritados a las lágrimas que trataba de contener y yo empecé a sentir un ardor en mis ojos sospechando lo que hizo negando con la cabeza.

—No...no...por favor...director Galder...no...lo hizo...por favor...usted no...usted...no puede hacer un daño así...por favor...

—Yo...fui con nuestra serafín y querubín para...acusar a tu padre de haber roto la regla de unirse con una humana... —Yo me levanté del asiento soltando las lágrimas negando con la cabeza y él volteo a verme con un rostro muy devastado— Yo no pensaba que ella iba a tomar esos castigos para ellos, Gemma...

—Pero bien que usted se salvó el pellejo —dije apretando los puños con fuerza— Debió ser reconocido como un potestad ejemplar, por nuestra querida diosa serafín —dije con gran sarcasmo extendiendo mis brazos hacia el techo— ¡Me equivoco? —grite con desesperación haciendo ademanes bruscos y él se mantenía callado desviando su mirada sin poder soportar mi mirada— ¡Se puede meter esa historia del esfuerzo que hizo para llegar a este puesto por el culo!

—Yo tenía a una esposa que mantener, todo el esfuerzo que puse para quedar seleccionado como futuro director iba a quedar en riesgo si nos descubrían, la vida de tu padre y mía estaba en juego, Gemma, tienes que ponerte en mis zapatos en ese entonces...

—Lo único que me está dando entender es que es un maldito egocéntrico, ¡Solo te importaba lo que a ti... —dije señalándolo con gran presión que está mi mano temblaba un poco por la fuerza con la que lo hice— Pasara, te valió una mierda lo que mi padre o al menos mi madre les iba a ocurrir con lo que hiciste, ni siquiera fuiste para al menos advertirle a mi padre con la decisión que ibas a tomar.

—Hablaba con tu padre para que exactamente no llegara a tener una relación más fuerte con tu madre, para que todo el mal que ocurrió no hubiera existido, pero no me escucho, ¡Nunca me escuchó, Gemma! —gito él con desesperación levantándose de su asiento estando de frente a frente casi a la misma altura que yo— Si le decía de la decisión que iba tomar, él...hubiera buscado una forma de escapar con tu madre, él solo para obtener lo que quiere iba raptarla apartandola de su familia, arruinando su futuro...

Yo empecé a reírme con histeria.

—¡Pero con la gran decisión que tomó mi madre tuvo un perfecto futuro, vivimos en una estupenda mansión, nadando en una alberca de billetes, con estupendos trabajos de alto nivel... —dije entre risas dándome la vuelta mostrándole la espalda al director extendiendo los brazos.

—Yo...en ese entonces...creía...sobre la teoría de los mestizos...yo... —yo volteé a verlo con una expresión aterradora a esas palabras, él me miró directo a mis ojos esta vez sin ningún miedo, como si quisiera mostrarme el sufrimiento y la culpa que tiene en el interior de sus ojos— Yo...temía que tu madre te obtuviera...con tu padre...que cuando tú crecieras...

—Pensabas...que si mi madre y mi padre me hubieran cuidado...los iba a matar como él primer mestizo... —dije con un hilo de voz y él con solo guardar silencio soltando unas lagrimas, pero reunió el valor para darme un asentimiento— Tu...mayor objetivo...era que no naciera...

—Yo...pensaba que solo...iban a obligar a tu madre...abortar...pensé...que iba hacer el único castigo Gemma, yo...no pensaba que la serafín...iba a mandar a tu madre...a que la mataran...yo...no sabía que un conflicto así iba crearse...

Me quede paralizada quedando enfrente del director, es como si un veneno estuviera en mi interior para que mis músculos estuvieran tiesos, él empezó avanzar hacia a mi, pero di un paso hacia atrás de golpe amenazandolo con mi índice.

—Apártese...de mí... —dije con gran amenaza mostrándole mis dientes aun señalando con mi dedo índice.

—Si...te estoy diciendo todo esto...es porque...después de trece años con el accidente...él quiso...castigarme por lo que le hice, él secuestró a mi hija...mi pequeña, Gemma... —dijo él soltando más lágrimas y me sujete las greñas del cabello jalandomelas con fuerza negando con la cabeza, como si fuera el único modo de escapar de esta pesadilla.

—Ya no diga más...

—Yo trate de pedirle...disculpas por lo que hice, traté...de explicarle las razones...pero no me escuchó y se llevó a mi hija, Gemma, me la apartó de mí...

Yo me cubrí las orejas cerrando los ojos con presión negando con la cabeza al no querer seguir viendo o escuchando.

—Y yo...siento que merezco este castigo y estoy tratando...de encontrar el perdón protegiéndote...

Sentí como me tomo las muñecas de un modo delicado, pero abri repentinamente los ojos mirándolo con gran ira, él abrió en grande los ojos y alzando las cejas mostrando terror a mi mirada y sin pensarlo aparte mis muñecas de sus manos sujetándolo del cuello empujándolo contra un librero con gran fuerza que se cayeron algunos librero en el suelo.

Él empezó a quejarse sujetándome de las muñecas tratando de liberarse de mi agarre y me miró con gran preocupación, pero yo no mostraba importancia, hice mucho más presión queriendo traspasar mis dedos al interior de su garganta...

—Gemma...por...favor...reacciona... —dijo él con una voz ronca empezando a notar como su rostro se iba irritando y solo fruncí el ceño empezando a respirar hondo y soltando aire sin que tardará más de un segundo, lo aparté del librero usando fuerza y lo empuje contra el mueble de nuevo del cual él cerró sus ojos mostrando dolor, él abrió sus ojos teniéndolos muy irritados y un poco hinchados por la falta de aire— L...la...pr.prom.esa...pr.prom.esa...

Yo solo le mostré los dientes haciendo mucho más fuerza, pero sus palabras empezaron a resonar en mi mente "Promesa"...

***
Flashback cinco años atrás

Estoy sentada en la oficina de la directora, mi madre entró al cuarto con un rostro lleno de preocupación, yo con gran enfado le desvié la mirada cruzándome de brazos.

—¿Qué ha sucedido? —preguntó mi madre muy preocupada sentándose al lado mío estando enfrente del escritorio de la directora, queriendo poner su mano sobre mi hombro, pero yo aparte mi hombro de un modo brusco sin querer algun contacto de ella, pude sentir la mirada completamente perdida de mi madre a tal acto mío.

—Señora Salem, su hija ha mandado a un estudiante del colegio al hospital con varios daños severos —dijo la directora con bastante seriedad y pude escuchar como ella respiró hondo por el impacto de la noticia volteandome a ver y yo sin sentir mínima culpa seguía observando la pared en vez de ella.

—No, debe haber un mal entendido...Gemma...no lastimaria ni una mosca... —dijo mi madre estando completamente confundida.

—Señora Salem, su hija causó que su compañera perdiera un ojo, le fracturó la nariz y causó que perdiera cuatro dientes de enfrente, el rostro está completamente desfigurado en estos momentos, es un milagro que siga con vida.

—Eso...¿Es cierto? —preguntó ella con una voz aterrada y yo volteé a verla con una mirada tan fría que ella mostró miedo a esa mirada mía, teniendo poca dificultad de respirar por el impacto que le está llevando esto procesar, con esa simple respuesta volví a mirar la pared.

—La discusión se inició porque la compañera empezó a molestar a su hija sobre...su trabajo, señora Salem —dijo la directora con un tono tratando de cuidar su acento que no se escuchara ofendido para ella.

—Yo...no entiendo—Yo me levanté del asiento agarrando mi mochila con enfado y mi madre mostró espanto por ello— Gemma... —dijo ella tomándome la muñeca sin saber lo que ocurría conmigo, pero aparte mi muñeca de ella saliendo de la oficina sin el permiso de la directora o de ella dando pasos largos queriendo regresar al departamento por mi cuenta.

***

Me encontraba encerrada en el baño estando sentada en el suelo, abrazando mis rodillas y teniendo mi frente pegada a ellas, pude escuchar que alguien trato de abrir la puerta.

—Gemma...mi piedra preciosa...por favor...abre la puerta —dijo ella con súplica atrás de la puerta y yo solo cerré los ojos soltando más lágrimas— Tesoro... —dijo ella con una voz quebrada al que ella deba sentir el mismo dolor que yo— Por favor...hablemos de esto —Yo me cubri con fuerza la boca usándola como un tapón para que mi sollozos no se escucharan soltando la variedad de lágrimas— Es grave lo que hiciste, ya...te han expulsado del colegio y...si no fuera que la chica empezó el pleito...no se considera la gran parte de tu culpa, pero aún así...tuve que usar todos mis ahorros....para la familia afectada, Gemma, tuve que ir al hospital suplicandoles a que no presentarán cargos...me humille de una manera...que no te puedes imaginar...para que no te apartaran de mí—Yo me quede callada sin querer decir algo al respecto— Gemma...tu no eres así...tú...no hubieras reaccionado de ese modo tan violento...tesoro...abre la puerta...por favor...

—¿Tú cómo hubieras reaccionado?, ¿Cómo hubieras reaccionado al que te enteraras por otra persona que tu madre trabaja en las esquinas teniendo sexo a cambio de dinero?

—Yo...yo...lo estoy haciendo...por ti...

—Eso solo empeora las cosas madre...vete...dejame sola —dije con enfado entre sollozos y con un tono suplicante.

—Íbamos...a perder el departamento, Gemma...yo....trate de conseguir otros empleos...pero...el dinero no era lo suficiente...por favor...abreme la puerta... —dijo ella con súplica tratando de entrar al cuarto y solté un sollozo negando con la cabeza.

—Yo no quiero escuchar tus razones por la cual te hiciste prostituta, ¡Solo estás empeorando las cosas! —grite con enfado pateando el mueble del lavamanos y pude escuchar los sollozos de mi madre— ¡Hubiera preferido vivir en la calle a que fueras una prostituta, ¿cómo pudiste esconder algo así?

—Yo...yo...yo no quería...que te avergonzaras de mí...yo...no quería...dañarte....Gemma...

—¡Lo hiciste y de la peor manera! —grité con gran dolor mirando hacia la puerta con gran enfado— ¡Fue otra persona quien me lo dijo y para hacer exactamente lo que no querías hacer, daño!, si solo me lo hubieras dicho tú...pueda que si me hubiera molestado, pero...!Hubiera evitado que te convirtieras en lo que eres ahora! —grite con tristeza y empecé a soltar sollozos con gran libertad.

—Mi piedra preciosa...compréndeme por favor...solo mira en donde vivimos, esta no es la vida que me hubiera gustado darte para ti, no quiero empeorar tu vida teniendo que vivir en las calles pidiendo limosna... —ella desesperadamente tratando de abrir la puerta— Por favor, abreme la puerta.

—¡No y sabes algo, espero que Madison muera esta noche, porque estoy harta tener que dejarme pisotear por los demas, lo unico que deseo es una puta vida tranquila y todos tratan de impedirlo, siendo malditos obstáculos, así que mientras menos sean las personas, mejor!

—Gemma Adelaida Salem, ¿Qué no te fue suficiente para ti al haberle roto la nariz, que al haberla golpeado tanto en su ojo derecho lo hubiera perdido y que le hayas sacado cuatro dientes de enfrente a pisadas? —dijo ella con bastante seriedad y yo me quedé callada apretando los dientes con enfado— Vas a estar castigada durmiendo en el sillón por lo que hiciste, no me esperaba esto de ti...

—Y tu que, ¿Eres la gran madre ejemplar? —pregunte con mucho enfado y en ello pude escuchar un largo silencio, un silencio del cual hasta me hizo preocupar si ella seguía ahí atrás de la puerta, baje la mirada para ver la ranura de la puerta viendo la silueta de sus pies, pero ella empezó a dar pasos hacia atrás retirándose de la puerta.

Yo solo saque un pequeño gruñido pegando de nuevo mi frente en mis rodillas cerrando los ojos con presión sin querer saber más del problema.

***
Días después...

Estábamos enfrente del escritorio del doctor, yo mostraba un rostro serio teniendo a mi madre al lado del cual ella se abraza a sí misma con mucho frío por la fiebre, esta mañana se ha despertado muy enferma, el doctor al no saber muy bien lo que tenía me ha pedido que le fuera a mandar a unos analisis de sangre, me dijo que el resultado iba hacer rapido, pero adios dinero de mis ahorros.

El doctor entró a su oficina teniendo una hoja extendida sacando un suspiro exhausto sentándose en su asiento, nos miró con un rostro bastante frío del cual me hizo extrañarme haciendo que alzara una ceja.

—¿Y...bien?, ¿Qué es lo que tiene? —pregunté esperando que la respuesta sea una simple infección o algún virus leve.

El doctor se sujetó la frente mirándonos a mi y a mi madre con una mirada muy complicada sin poder saber que significa tal mirada.

—La parte difícil de mi trabajo es dar este tipo de noticias. Necesito...que me presten mucha atención a lo que voy a decir.

Mi madre y yo nos miramos entre sí confundidas y preocupadas por las palabras del doctor.

***

Pegue el teléfono público en mi oreja deseando que él contestara, me limpie los mocos sueltos con mi puño tratando de tranquilizar mi tristeza, desde el cubículo telefónico mire a mi madre que se encuentra recargada en la la puerta del cubículo mostrandome la espalda sollozando por la noticia que acabamos de enterarnos.

"¿Quién habla?" Preguntó mi abuelo con un tono serio y sin poder evitarlo solté un sollozo.

—Abuelo...soy...soy...yo...tu nieta...

"Si me hablas a pedir préstamo, te daré la misma respuesta que a tu madre...

—Pero yo no...

"Que tengas el apellido no significa que seas parte de esta familia...

—Si solo me escucha... —dije con enfado sujetando con más fuerza el teléfono.

"Tu padre fue quien causó que tomará estos límites, no pienso darles ni un centavo sin importar de la miseria de lo que están viviendo...

—¡Ella tiene...

"No vuelvas a marcar a este número o te denunciaré por acoso"

Él colgó haciendo que sonara el tono de espera.

—Sida... —dije terminando la frase quedando paralizada y con gran enfado colgue el telefono rompiendo el sujetador de la caja telefónica por la fuerza, cuando esta cayó en el suelo con gran enfado empecé a patearlo, la gente afuera del cubículo empezó a detenerse volteandome a ver y yo sin importancia seguía pateando de la caja telefónica entre lágrimas, mi madre abrió la puerta tomándome de los hombros sacando del cubículo y me abrazó con fuerza tratando de tranquilizarme y pegué mi rostro en su hombro abrazándola con fuerza.

—Ni...siquiera...me dio la oportunidad...de escucharme madre...

—No...no es...no es tu culpa...tesoro...te dije...que no iba ayudarnos, tu abuelo...sigue...muy molesto conmigo...

—Tenemos que ir a tu vieja casa, tendrá...que escucharnos... —dije tomándole de la muñeca jalandola hacia la parada del autobús para ir a la antigua casa de mi madre.

—Gemma...no nos van abrir las rejas...no...nos van a permitir la entrada —dijo ella entre lágrimas.

—Gritare...gritare para que nos escuchen... —dije volteando a ver con desesperación y ella iba soltando muchas lágrimas, vino caminando hacia a mi tomándome de las mejillas y yo solté un sollozo— El dinero...del abuelo te va curar...ya lo veras...

—Tesoro...has escuchado al doctor...no...hay cura...para esta enfermedad, solo...tratamientos y...medicinas para mantener el control la enfermedad.

—Pero...pero...cuestan y yo... —dije sujetándome las greñas del cabello mirando por los lados como si algunas de estas personas fueran ayudarme— Yo...trabajaré... —dije viendo a mi madre ahora siendo yo quien le sujetó sus mejillas que se sienten calientes por su fiebre y ella me negó con la cabeza llena de dolor.

—No...no lo hagas...

—Si, si...debo hacerlo, para conseguir dinero...para tus tratamientos y...y medicinas, tú...tú...estarás acostada en la cama...te tratare...como toda una reina... —dije con una sonrisa histérica acariciando su cabello y ella cerró los ojos con presión soltando muchas lágrimas siguiendo negando con la cabeza.

—No...quiero que trabajes a tan poca edad...tus estudios...

—Estoy expulsada recuerdas, escucha...tu ya has hecho mucho por mi, madre, ahora...me toca hacer lo mismo...

—Todo esto es mi culpa...soy una estupida...tienes toda la razón...soy una pésima madre... —dijo ella con gran histeria cubriéndose el rostro y yo me lance abrazarla con fuerza abrazando sobre todo su cabeza.

—Hey, hey, no, no, la Gemma que hablaste en ese momento era una gran estúpida y una completa idiota —dije entre lágrimas tratando de tranquilizar y ella con toda libertad empapaba sus lágrimas en mi playera— Tu...tu eres una madre estupenda, eres...la mejor madre del mundo, ¿Dime qué madre conoces que haga papel de padre y madre tan bien como tu?, eres...mi mamá maravilla...eres.. mi todo...y por ello...como tu lo hiciste conmigo...haré lo posible para que nada me aparte de ti, te...te prometo...que así será, madre...esa Gemma estupida, idiota e imbécil no volverá aparecer para haberte hecho ese daño, te lo prometo... —dije pegando mi frente en la suya y ella soltó un pequeño grito dejándose caer de rodillas y yo me caí de rodillas con ella abrazándola con gran intensidad sin importar cómo la gente pasaba al lado de nosotros como si fuéramos seres invisibles.

***
Presente

En un momento reaccione viendo mis manos haciendo fuerza en el cuello del director Galder, yo aterrada solté su cuello y él se sujeto la garganta empezando a toser recuperando el aire perdido, yo empecé a dar pasos hacia atrás empezando a temblar con miedo mirando mis manos por el acto involuntario que he realizado.

—Gemma...estoy bien...estoy bien —dijo él con una voz serena tratando de transmitirme esa tranquilidad, pero empecé a respirar con dificultad por el gran miedo que estaba sintiendo y él a pesar de lo que le hice me regaló una corta sonrisa extendiendo su mano hacia a mi— No es tu culpa...yo se que no ha sido intencional...dame tu mano, vamos hablar de esto sin haber alguna consecuencia, tienes mi palabra...

En eso la puerta se abrió y Madeline entró al cuarto teniendo un rostro preocupado.

—¿Todo está en orden?, director Galder.

Yo negué con la cabeza cubriéndome el rostro dejándome de caer de rodillas empezando a sollozar sacando pequeños gritos de sufrimiento, pude sentir que él vino a abrazarme con fuerza dejándose caer de rodillas.

—Ella necesita tranquilizarse, Madeline, traenos toda la mesa de aperitivos si es necesario —dijo el director acariciandome la espalda tratando de calmar mi miedo y yo queriendo sentir de este consuelo lo dejaba hacerlo.

—En un momento se lo traigo, director Galder —dijo Madeline con un tono demasiado angustiado al verme en este estado y sin importar seguía en el suelo sin querer hacer algún movimiento.

***

Pasando el tiempo, seguía sentada en el suelo con las piernas extendidas, solté un sollozo y con el puño trataba de quitarme las lágrimas, el director estando sentado al lado mío me ofreció su pañuelo, yo lo mire con una mirada apagada, pero sin despreciar eso se lo acepte tratando de limpiarme el rostro, después note que ahora me ofrecía una taza.

—Es té, te ayudará mucho Gemma —dijo él con algo de súplica para que aceptara la taza y yo baje la mirada viendo la taza, yo sin contradecirlo queriendo calmar este miedo en mi, acepte la taza y le di un pequeño sorbo sin importar que estuviera caliente.

Al terminar mi sorbo mire las puntas de mis zapatos, deje la taza a un lado mio y me los quedé mirando sin poder pronunciar alguna palabra, puedo sentir la mirada directa del director y yo me quedé quieta sin saber si todavía deba seguir dandole mi confianza después de lo que me ha confesado, yo fui doblando mis rodillas abrazandolas pegando mi barbilla en ellas.

—¿Por qué...no me lo dijo desde un principio...que...mi padre... —pregunté con un tono de voz bajo, sin tener la fuerza para que fuera alto o siquiera para terminar la oración.

—No...quería hacerte daño con eso, pero...si debía decirte sobre el...secuestro...también tenía que decirte lo otro —dijo él doblando una rodilla recargando su brazo en ella mirándome con mucha culpa y yo volteé a verlo sintiendo los ojos ahora secos al que mis lágrimas se hubieran agotado.

—¿Cómo...es que...nadie más me dijo?

—Pude lograr que nuestra serafín pusiera la orden que esa información fuera un secreto para ti al menos que tomara la decisión de decirtelo, para así...lograr tener tu confianza desde un principio, si alguien más te decía sobre la acusación que hice con tu padre...él iba a tener un juicio con nuestra serafín, por eso...cuidaban en que no te enteraras.

Yo pude sentir como mi labio inferior empezó a temblar de nuevo por la horrible sensación.

—Mi...padre...secuestró a su hija...como manera de venganza.

El director Galder desvió la mirada con gran dolor a este tema que debe ser muy personal para él.

—Tu...padre...no tiene la gran culpa, Gemma —él respiró hondo y solto aire exhausto— Mi hija...Yrsa, tiene un don...demasiado peculiar, es muy complicado para ella manejarlo, yo...no se si aun tenga esos problemas, pero...desde que nació logró utilizar su don, no hubo ningún día de su vida que dejara de usarlo. Ella puede distorsionar la realidad, logrando animar a objetos sin vida, haciendo que animales hablen, poniendo a seres dentro de pinturas o espejos, etc. Ella...es muy alegre usando su don, pero...nació con un defecto a causa de, nació con un problema ocular llamado exotropia, es cuando el ocular derecho del iris no se encuentra en la misma posición que el otro ojo. Ella...recibió muchas burlas por ello, tenía muy pocos amigos y causaba conflictos con su don. No le gustaba estar en esta academia por ese problema y yo...trataba de hablar con tus compañeros celestes para que la dejaran en paz, pero...Yrsa tampoco ayudaba lastimandolos con su don, los padres venían a mi oficina a quejarse de ella, yo tuve que empezar a llamarle la atención y su sonrisa...había desvanecido en últimos años que la vi, lo unico que quizas la hacía sonreír era su don.

—Ella...sufria estando aquí —dije comprendiendolo y el director Galder me dio un asentimiento con gran tristeza.

—Un día llego a lastimar gravemente a un compañero tuyo, de tal modo que sus padres presentaron una demanda y yo tuve que suspenderla un año regresandola a mi casa, tuve que tener la obligación de ponerle restricciones a su don, ella se enfado mucho conmigo y me decía que no iba a dejar su don por sus compañeros, tuvimos una discusión muy fuerte al respecto, después del siguiente día...ella ya no se encontraba en su cuarto, mi esposa y yo angustiados nos salimos de la mansión al jardín para buscarla, porque en ese lugar a veces ella iba despejarse, pero lo que encontramos fue a tu padre con tu tío-abuelo, tu padre tenía su mano con la de mi hija, ella...parecía ya tenerle confianza por el modo en que iba con él, estando decidida, tu tío-abuelo pudo copiar mi don, sabíamos que en cualquier momento lo iba utilizar para teletransportar a tu padre junto con mi hija, mi esposa empezó a gritar con histeria pidiéndome que hiciera algo, yo...ha súplicas trate de pedirles disculpas a tu padre, de hacerlo razonar con lo que estaba haciendo, pero como respuesta solo recibí una mirada bastante fría de él, llena de odio hacia a mi e Yrsa...ella... —él se cubrió la boca cerrando los ojos con presión y yo preocupada por él puso mi mano en su hombro tratando de tranquilizarlo, él bajó la mano mirándome agradecido por ello.

>Ella...me dijo que...que ya no quiere que sea un trabajo para ella, que se iba a ir a un mejor lugar donde ahí no iba hacer un chiste por su ojo y que podía usar su don libremente, siempre tengo en memoria sus últimas palabras "No se preocupen papá y mamá, me iré con tu mejor amigo, papá, él dice que va a cuidar bien de mi"

El director Galder se quedó callado ante ese mal recuerdo, yo abracé con más fuerza mis rodillas mirándolo con lástima y baje la mirada sin saber que decir al respecto.

—No...se si ayude mucho director Galder, mi padre es quien le debería decir esto y...no lo conozco para saber si realmente siente culpa por lo que le hizo, pero...lamento que mi padre se haya llevado a su hija con su grupo, como...haberlo ahorcado.

Él volteo a verme, pude sentir que puso su mano en mi espalda y yo volteé a verlo con una mirada muy apagada, pero a pesar de eso él me regaló una corta sonrisa que mostraba cariño y teniendo unos ojos brillosos por las lágrimas que debe haber contenido todo este rato.

—Como yo lamento haber acusado a tu padre y haber cometido esa gran estupides mia de creer esa falsa teoría sobre tu raza, cuando supe de tu existencia, no tarde en investigar sobre ti, cuando supe lo que habías hecho por tu madre, en ese momento me di cuenta que me había equivocado.

—Puede que no, usted...lo ha visto director Galder, trate...de hacerle daño...y...yo...no podía contenerme...si no me hubiera dado esas palabras, yo...quizás... lo mejor era que no hubiera existido —dije pegando mi frente en mis rodillas queriendo llorar de nuevo.

—No, no, Gemma, no digas ello, pude haber usado mi don para escapar de tu agarre, pero no lo hice porque sabía que podías reaccionar, eres una mujer muy fuerte, puedes luchar contra ese mal que fluye por tu sangre. Si has nacido puede que sea para que nuestra serafín se de cuenta que no todos los mestizos son como ella dice que es.

—No conozco a esa mujer, pero con lo que he escuchado de ella, se bien que es muy terca para querer cambiar su idea —dije con seriedad aun teniendo mi frente pegada a mis rodillas— Si se enterara de lo que sucedió hace rato, ya estaría en la guillotina.

El director sacó unas pequeñas risas calmadas dándome unas pequeñas palmadas en mi espalda, yo volteé a verlo con el ceño fruncido al mostrar poca molestia en que no vea la gracia y él me sonrió con gran ternura.

—Gemma, se que es algo que tu puedes controlar y yo te ayudaré, pediré que empieces a ver a un psicólogo... —Yo pegue mi frente de nuevo en mis rodillas sacando un fuerte gruñido agotador— Gemma, te ayudará, si no te agrada la primera sesión, si no sientes que te está ayudando, tendrás la libertad de ya no ir si así lo deseas, pero con los problemas que te han ocurrido ayer y hoy, me sentiría seguro que un psicólogo te ayude con ello.

—Él...me ayudará a que no vuelva a sentir...ese descontrol en mi —él me dio un asentimiento— ¿Y...en la depresión? —él de nuevo me dio un asentimiento y me quede ojos abiertos, no sabía que los psicólogos fueran milagrosos— Tendría...que ser uno que haga milagros, director Galder —dije con poca gracia y él empezó a reírse con libertad.

—Me asegurare que sea el mejor psicólogo potestad que exista Gemma. Solo quiero dejarte claro una cosa  —dijo él aun con una agradable sonrisa en su rostro tomando las muñecas— Yo me he dado cuenta del mal que he hecho hablando de tu padre de ese modo, queriendo que lo veas como mal hombre, cuando lo que debería decirte es...que yo solo me preocupo por ti... —dijo él mirándome con preocupación— Si...Yrsa...volviera a mis manos, nuestra serafín la vería como una traidora al irse con tu padre por tanto tiempo, la...enviarán en el inferno...yo...no quiero que eso te ocurra a ti, no...quiero perderte como perdí a mi hija de ese modo, Gemma.

Yo le sonreía con gran ternura al director Galder y me lance abrazarlo con fuerza, él me abraza con gran presión como yo pudiendo sentir esa conexión entre nosotros, una conexión...que parecía de esos abrazos que le daba a mi madre, ¿Puede ser...que esté abrazó sea parecido el de un padre y una hija?, yo con pena me aparté del director acomodando mi fleco...aunque debo estar hecha todo un desastre teniendo mucho maquillaje escurrido.

—Creo...que ya debería irme, director Galder —dije sujetando la taza con té y me fui levantando, él se levantó conmigo.

—¿Estás segura?, puedes quedarte en mi oficina todo el tiempo que quieras para que estés totalmente calmada.

—Ya...he estado suficiente tiempo —dije alargando mi sonrisa como manera de gratitud por su preocupación— Mis amigas deben estar preocupadas por mi y...además que esta noche me daré un baño en tina, eso me servirá bastante. No se preocupe, director Galder.

Él me regaló una dulce sonrisa caminando hacia la puerta abriendome la puerta.

—Madeline te mandará un correo sobre tu psicólogo, lo más seguro es que empieces mañana. Descansa bien, Gemma.

Yo le di un asentimiento, antes de pasar la puerta me detuve, mire al director Galder con una sonrisa.

—Usted también, director Galder.

Él solo me regaló una sonrisa y me fui retirando de la oficina...

***

Abrí la puerta llegando al departamento sacando un gran suspiro exhausta, solo saludare rápido a las chicas y me iré a darme el baño más relajante de toda mi vida. Me sujete la frente cerrando los ojos con presión, tanto enfado y lloriqueo de ayer y hoy...siento que me va estallar la cabeza.

La luz y el ruido para mi en estos momentos es un gran tormento para mi, ya espero tomar mi tiempo de paz, con una copa con vino, unas pocas velas en el baño que no le van a dar tanta iluminación para que eso no moleste mi vista y el puro silencio haciéndole un favor a mis orejas, estando abrazada del agua tibia.

—¡Bienvenida!

Saque un grito de espanto al grito múltiple de las chicas del cual hicieron que sujetara mi cabeza con las dos manos, Mia, Celia, Meg, Ruth, Alba, Yael y Maya se burlaron de esa reacción mía, yo...estaba totalmente perdida, mire que habían decorado la sala como si este día fuera mi cumpleaños, en la mesita de noche hay mucha botana fría junto con una botella de vino, alguien le había puesto play a las bocinas de la sala para que una canción de pop se empezará a reproducir a alto volumen.

Yo gemía algo adolorida al que la música en estos momento fueran cuchillos apuñalando mis orejas, las chicas con gran sonrisa vinieron conmigo a juntarse alrededor mío y Mia me abrazó con gran fuerza.

—Un dia sin ti fue totalmente una pesadilla, ragazza y la tarea que te espera de la maestra Lian por tu ausencia —dijo ella con poca gracia apartándose de mí.

—Queremos escuchar cada detalle de tu día, querida, nos hemos preparado —dijo Meg extendiendo la copa con vino con una sonrisa traviesa, después dio un bostezo cubriéndose la boca.

—¿Por qué has tardado tanto en llegar?, nos enteramos que ya habían llegado cuando vimos a Dmitri en la academia hace...como tres horas —dijo Yael con una ceja alzada estando confundida.

—Eso no importa, me pareció una agradable idea sorprenderte de este modo, Gemma, podemos irnos antes de la medianoche —dijo Alba alargando su sonrisa.

Las chicas con gran emoción y alegría queriendo saber de mi viaje me hacían múltiples preguntas, yo me apartaba de ellas aún sujetándome la cabeza al sentir de este fuerte dolor agudo, entre sus voces, la música, la iluminación del cuarto...

—Dmitri nos ha dicho que te quedaste en la oficina del director, ¿En todas estas tres horas estuviste hablando con él?

—¿Cómo te ha ido en el cementerio?, ¿Las flores que te di le daban vida a la tumba de tu madre?

—¿Dmitri o Leon te causaron algún problema?

—¿Además de ir al cementerio de tu madre no fuiste a otra salida?

—¿Nos has comprado recuerditos?

—¿Por qué tienes el maquillaje escurrido?

—¡Basta! —grité con desesperación cerrando con fuerza los ojos y cubriendo las orejas, con ese grito las chicas guardaron silencio repentinamente, yo abrí los ojos mirándolas con gran culpa a ese grito y ellas se me quedaron viendo impactadas, Mia me empezó a mirarme con demasiada preocupación al empezar a notar que algo estaba mal conmigo— Les...agradezco mucho...la bienvenida...pero...estoy demasiada cansada chicas, tendrá...que ser otro día...lo siento.

Yo sin decir más con prisa me fui directo a mi cuarto, al entrar cerré la puerta pegando mi espalda en la madera respirando con fuerza.

—No creo que ese viaje fuera agradable para ella —dijo Meg en susurro creyendo que no podía escucharla.

—Se veía muy mal —dijo Ruth igual en susurro con un tono demasiada preocupado.

—Si esos idiotas le llegaron hacer algún daño, me van a conocer —dijo Yael con enfado pudiendo escuchar sus gruñidos.

—Maya dice...que pudo sentir una gran tristeza en su interior —dijo Alba ahora con un tono muy asustado y cerré los ojos maldiciendo en odiar el don de Maya, pudiendo sentir mis emociones o dolores.

—Mia quizas debas ir hablar con ella —dijo Celia con un tono muy preocupado.

—Ugh, eso es lo que iba hacer, no porque tu lo me lo dijeras. Chicas, será mejor que se retiren, yo les daré el aviso de que sucede.

—Por favor, Mia.

Pude escuchar muchos pasos, del cual unos especialmente se acercaron a mi cuarto, yo solté aire con estrés dirigiéndome a mi cama y lanzandome a ella cayendo de boca abajo enterrando mi rostro en la almohada, ella no tardará en venir sin tener que abrir la puerta usando su don y poner su mano en mi espalda diciendo "Hey...¿estas bien?" como de costumbre.

Y a mi perfecta predicción pude sentir una mano en mi espalda sobandola de un modo lento y sin presión.

—Hey...¿Estás bien?, bambina —Casi en lo acierto, yo solo solté un pequeño gruñido como respuesta— Gemma, ¿Qué pasa?

—Mia...aunque quisiera contártelo no podría, hicieron mi viaje un caso confidencial, no puedo decirte nada —dije teniendo mis labios pegados en la tela, pero verificando que pudiera escucharme bien.

—Oh vamos, no me dejaras con la preocupación de nuevo —dijo ella sujetándome los hombros haciéndome girar y la mire con seriedad, pero ella me mira con molestia— Pasó lo mismo con Reto...

—Te conté lo que había sucedido.

—No es cierto, solo me aclaraste que lo que me dijeron Meg y las demás era cierto, no me dijiste otra cosa más, yo pensaba que este viaje...iba hacerte bien, pero te veo aún peor...

—¿Qué más querías saber?, querías que te dijera exactamente lo que me dijo Reto, me dijo que fue un hombre patético por haberlo influenciado, débil por sentir lastima por mi e ignorante por haber tenido mínimo pensamiento de tener una amistad conmigo, ¡Es eso lo que querías saber? —grité con gran molestia extendiendo los brazos y Mia se apartó de mí con gran miedo al ver mi mirada. Yo me sujete las sienes al fuerte dolor agudo en mi cabeza que cerré los ojos con mucha presión, yo hice una gran mueca de tristeza mirando a mi amiga con gran culpa— Yo...lo siento Mia...yo...en este momento...no soy yo...no...se como explicartelo...por favor, déjame sola...no quiere hacerte daño.

Me fui corriendo al baño asustada abrazándome a mí misma, cerrando la puerta del cuarto me volteo a verme en el espejo y abrir en grande los ojos impactada al ver el color de tono de mis ojos, no...se ven de un tono púrpura como siempre, yo histérica corrí casi pegando mi rostro en el espejo al ver que...parecía que tuviera una capa de un tono rojizo sobre ellos, para que ese tono púrpura se fusiona con ese color rojizo convirtiéndose a un rojo púrpura.

Puse algunas de las yemas de mis dedos debajo de mis ojos con gran terror al estar testiga como mi tono iba tornándose al púrpura de nuevo como el de siempre, que...carajos acaba de ocurrir, ¡Que mierda esta pasando conmigo!, me fui apartando del espejo abrazándome a mi misma tratando de calmar mis temblores y me pegue en la esquina del cuarto dejando resbalar mi espalda por la pared y pude ver como Mia iba aumentando su tamaño al haber pasado por debajo de la puerta con una diminuta estatura, ella me miró con gran preocupación al verme de este modo y yo la mire empezando a sollozar de nuevo, ella vino corriendo hacia a mi abrazándome con fuerza.

—Te dije...que te fueras...Mia...no puedo controlarme...tengo miedo de hacerte daño...por favor...

—Calla, que no te voy hacer caso, te dije que siempre puedes contar conmigo y aunque no quieras tomar esa oportunidad, te obligare hacerlo por tu bien, eres mi mejor amiga Gemma, se que puedo ser una molestia exigiendo respuestas, pero...sufro verte de este modo, déjame ayudarte, por favor.

Yo me aparté de ella mirándola a los ojos y desvié la mirada rendida.

—Primero...debo contarte una cosa que sucedió cuando yo estaba en la secundaria...

***

Pasando el tiempo contándole todo lo que me ha sucedido, cuando termine de contarle todo ella se quedó de ojos bien abiertos al escuchar todos mis problemas de encima, yo me cubrí el rostro estresada.

—Es...como si hubiera roto las cadenas del monstruo de mi ira, Mia, batalle...mucho mantenerlo encerrado dentro de mí y por la discusión que tuve con el director parece que le rompí las cadenas... —baje mis brazos abrazándome a mi misma— Tengo miedo...que ya no lo pueda volver a encerrarlo...y...les hago daño alguna de ustedes por esto... —dije con gran miedo mirando a mi amiga.

—Calma, calma, calma, ragazza, sabemos que este...trastorno... —dijo ella con el ceño fruncido sin saber muy bien de lo que está hablando— Da una advertencia, pensaba que eran ideas mías, pero ya había notado que cuando te enfadas mucho, tus ojos... —dijo ella mirándome directo a los ojos acercando más su rostro al mío para verlos más de cerca— Cambian de tono, como si una capa...

—Roja estuviera encima de ellos —dije completando la frase y ella me dio un asentimiento con un rostro muy preocupado— ¿Desde cuándo qué pasa eso?, ¿Por qué no me dijiste?, yo hace unos putos minutos me di cuenta de eso —pregunté con poca molestia.

—Pensé...que ya lo sabías, aunque...es lógico, no vives viendote a los ojos. Pero como dije es algo bueno, así podemos saber cuando ese trastorno se despierta, no tienes que preocuparte, tomaremos precauciones cuando tus ojos cambien a ese tono demoníaco —dijo ella regalandome una calmada sonrisa y yo seguí mirándola con molestia.

—Que llames a mis ojos demoníacos, no me está ayudando Mia.

—Es solo de juego, ragazza, quiero...hacerte sentir mejor de todas las formas posibles —dijo ella abrazándome con fuerza y dejaba que lo hiciera para sentir el cariño que necesito en este momento— Yo...siento...escuchar que tu viaje no fue como lo esperabas, pero...perdona lo que voy a decir, pero me alegra que tu padre no te haya llevado Gemma, si no puedo soportar un dia sin ti, si tu padre te hubiera llevado...creeme que iría a buscarte luchando contra todo el grupo de ángeles caídos.

Yo sonreí mostrando mucha ternura a sus palabras.

—Aaaw...Mia, yo...te hubiera mandado una carta desde allá, no te preocupes —dije con gracia al estar recuperando mi humor con mi mejor amiga y ella se apartó de mí sacando pocas risas dándome un empujón.

—Ya veo que te estás componiendo. Ves, eres una mujer muy fuerte, no dejes que la tristeza o la ira te dominen, eres una guerrera y es por eso que tu madre prefirió estar contigo que estar trabajando con ese imbecille director de teatro, ella si sabe que lo primero ante todo es la familia y después el trabajo —dijo ella con una larga sonrisa y yo le mostraba una gran sonrisa de gratitud por sus palabras— Mandame toda información de ese tal director, le pediré un favor a mi papá.

—Mia —dije regañadientes y ella alargó su sonrisa al ver mi alegría— Eres como una enfermera sabes... —dije sujetándome la barbilla y ella frunció el ceño mostrando extrañeza de eso— De esas veces que no quiero tomar mi medicina, pero tu me obligas a tomarla por mi bien. Hiciste...bien en obligarme en hablar contigo, Mia, me hiciste sentir mucho mejor, gracias —dije con una dulce sonrisa y ella desvió la mirada con pena dándole una pequeña palmada en el aire.

—Boberias, pero eso me da la idea de disfrazarme de enfermera sensual el año que viene —dijo ella con una sonrisa coqueta y yo empecé a reirme.

Pero empecé a callar mis risas mirando con nervios a mi amiga.

—¿Esto...cambia algo?

—¿A qué te refieres?

—No...te doy miedo...al saber que trate...de hacerle daño al director Galder, que...la teoría de los mestizos...pueda que sea cierta por esto...

—Son puras estupideces esa teoría, Gemma —dijo ella tomándome las mejillas para que la viera con mucha atención— Como no me importa que hayas sido una bailarina de tubo, no me importa lo que hiciste, claro que me asuste por la salud del director, pero se que no es tu culpa, el director ya te ha conseguido ayuda, como lo hiciste una vez, podrás volver a encerrar ese monstruo en tu interior. No va a cambiar mi relación contigo, seguirás siendo mi mejor amiga, mi sorella. No trates de escaparte de mi, Gemma, porque no lo lograras.

Yo alargué mi sonrisa abrazando a Mia y ella me abrazaba con fuerza, yo sin dejarla escapar la seguía abrazando, pero cerré los ojos con presión al sentir el fuerte dolor agudo en mi cabeza.

—Auch.

—¿Estas bien? —pregunto Mia preocupada apartándose de mí y yo me sujete la cabeza aun con los ojos cerrados tratando de calmar el dolor con ello.

—Mi cabeza...no me ha dejado de joder desde que llegué al departamento.

—¿Quieres que te traiga una medicina?

—No...durmiendo se me va a calmar —yo baje la mirada con pena tomándome de las manos por la petición que quisiera pedirle a mi amiga— Mia.

—Dime.

—Crees...que...puedas dormir conmigo...solo esta noche.

Ella alzó las cejas sorprendida a esa pregunta, yo mostré pena por ello sacando una corta sonrisa nerviosa esperando su palabra, pero ella alargó su sonrisa dándome la respuesta.

***

Nos acostamos en la cama, al que esta fuera muy extensa cupimos las dos, nos acostamos de un modo del cual podíamos ver nuestros rostros frente a frente. Las dos nos sonreímos entre sí.

—Sabes...yo te he contado mi día de ayer y hoy, pero...no me has contado el tuyo, ¿Cómo estuviste con Celia?, me sorprendió verla aun con vida —dije con poca gracia y ella rodeo los ojos con una sonrisa aun en su rostro.

—Por ti...aun así la acepte en nuestra mesa en la manzana para que comiera con nosotros —dijo ella no muy convencida abrazándose a sí misma y yo alargué mi sonrisa orgullosa de ella.

—Eso es fantástico, Mia, has demostrado un gran avance de tu trauma —dije con una gran sonrisa, pero ella bajó la mirada haciendo una mueca, empecé a mirarla preocupada— ¿Qué pasa?

—Gemma...yo...he hablado con ella, ella...se comportó muy amable conmigo, me...recordó cuando eramos amigas, yo...estoy empezando a tener confianza...con ella otra vez.

—¿Y...eso...está mal?

—Si, Gemma, está mal —dijo ella mirándome con mucha preocupación— Me muestra que esa cosa pequeña, es una abominación para que pueda lograr eso en mi, en verdad...tengo un fuerte presentimiento...que al final nos va a causar daño, Gemma. En verdad...quiero pensar como tu, hacer eso un lado para...volver a tener a mi antigua amiga, pero...tengo...miedo de darle de nuevo esa confianza.

Yo la mire con lástima, pero después le regale una sonrisa.

—Dar la confianza a alguien no es simple a veces, se que contigo es aún mayor, pero yo creo...que la gente merece una segunda oportunidad, ¿no crees?

Ella se abrazó con mucha más fuerza teniendo su mirada en bajo insegura, yo me acerque a ella abrazándola dándole un bonito beso en su frente de buenas noches sabiendo que tomara la decisión correcta.

—Solo...te advierto que...quizás esté así toda la noche —dije con un rostro de culpa abrazando a Mia— Estoy acostumbrada a dormir abrazando algo.

—Está bien, no me molesta ragazza, buenas noches.

—Buenas noches.

Cerré los ojos tratando de dormir.

***
Narrador

Celia está recostada en el sillón teniendo un rostro de gran culpa viendo la pantalla de su celular.

"Nicole: Informe. (Borra el mensaje)

Celia alzó la mirada al techo cerrando sus ojos con presión, pero empezó a teclear su celular.

Nicole alargó su sonrisa desde la sala de su departamento mirando a Scarlett que se encuentra sentada en el sillón junto con su amiga.

—Celia dice que la rata no ha llegado feliz del viaje como se lo esperaban —dijo Nicole y Scarlett alargó su sonrisa de una forma maliciosa sujetándose de la barbilla reflexiva ante ese suceso.

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