20. Un mal entendido


Mia y yo entrábamos al Palacio entre risas por lo que íbamos platicando, ya que ella tiene su clase en el mismo lugar podemos venir juntas, pude sentir como Reto paso al lado mio, me calle mirándolo con mucha atención como se iba yendo a su salón. Mia frunció el ceño viendo a Reto y me sonrió alzando las cejas pícaramente.

—Que suerte que los de arte y ballet tengan los mismos horarios de clase, ¿opinas lo mismo?, ragazza.

—Como suerte me toco que tengas unas pocas clases de teatro a la misma hora que mi clase de ballet —dije con gracia y Mia me dio un pequeño empujón juguetón.

—Yo digo que vayas con él a contarle lo que quería escuchar, ya que tu siendo una terca no lo hiciste.

Yo alce una mirada al techo viendo el hermoso cielo azul por la cúpula de cristal.

—No debí contártelo.

—Demasiado tarde, tienes dos opciones, primera, que sea yo quien vaya con Reto agradeciendo porque pudo estar con mi amiga cuando necesitaba ayuda explicándole lo sucedido, que con eso Reto te va a ver como un cobarde por no hacerlo tú —dijo ella alzando sus cejas con una sonrisa de gran malicia un poco típico de ella— O segunda, que seas tú quien vaya con él agradeciéndole de nuevo explicando lo sucedido dándole un poco de confianza. Ragazza, no es común de Reto se muestre así con las personas que no sean metamorfos como él, tienes que aprovechar, puede ser otro amigo —dijo ella sonriendo tiernamente imaginando esa escena.

Yo me detuve al haber llegado a mi puerta, mire a Mia con una corta sonrisa aun no muy decisiva a ese loco consejo, pero alargue mi sonrisa tomando una decisión.

—Está bien, lo haré, trataré de hablar con él cuando termine con mi clase de ballet.

—Ese es el valor, te veo en la manzana para la comida —dijo Mia dándome un beso en la mejilla, como si por mucho tiempo no nos fuéramos a ver.

Mia empezó a caminar directo a su salón, yo mire la puerta con una pequeña mueca, ugh...no puedo evitar pensar que me volveré a ver esas malditas, respire hondo cerrando los ojos, solté aire tomando calma, tranquila Gemma, solo entra como si lo que hubiera pasado ayer en la noche no hubiera existido.

Yo mostré una mueca de tristeza, aunque...me siento mal por Celia, tener que soportar a la mocosa de su hermana toda su vida, siendo maltratada de ese modo, pero ¿Qué no tiene don para defenderse de ella?, si el don de Nicole es fuego y tierra y el de Celia agua y viento, si es que no soy muy estúpida en la química, pero Celia debe ser más fuerte que ella al tener los dones con más controversia.

Yo abrí los ojos apretando los puños con valor, tristemente no puedes hacer nada, por el momento, pero esas serpientes no se pueden salirse con la suya, como dice madre, siempre hay un karma para todos.

Camine hacia la puerta del salón entrando en el cuarto, todos lanzaron sus miradas en mi, pude notar como Scarlett y Nicole me lanzaron su sonrisa pareciendo las únicas alegres de mi llegada, pero para poder divertirse conmigo, yo solo les lancé una mirada seria, mire de reojo a Celia que ella como mejor opción desvió su mirada ignorándome, yo sé que no me quiere causar daño por su hermana.

—Buenos días Adelaida, he preparado esta clase especialmente para ti para que te ayuden a volver a tener práctica en esas clases pasadas, pero aun así a todos nos servirá —dijo Roos llegando conmigo y sonriéndole a los demás.

—Me siento halagada —dije sonriéndole con ternura y ella alargó su tierna sonrisa inocente casi cerrando los ojos.

—Pónganse sus puntas, yo te ayudare en hacerlo Adelaida —dijo Roos mirándome para avisarme y le di un asentimiento— Una vez que estén listos formense en la barra mis pequeños, hoy haremos calentamiento y ejercicios de puntas —dijo ella dando pequeños aplausos y me tomó de las muñecas guiándome a las bancas— Te voy a volver a enseñar cómo debemos ponernos las zapatillas de ballet con puntas, ¿Me las das?

Yo le di un sentimiento abriendo mi mochila sacando mis zapatillas con puntas, realmente ni siquiera recuerdo cómo deben ponerse correctamente, es bueno tener todo este repaso, las dos nos sentamos y Roos empezó a ayudarme a ponerme las zapatillas como si fuera una madre y después la maestra agarro los listones.

—Los listones no son como cualquier agujeta de zapatos o listones para una trenza en el cabello, debes amarrarte de una manera especial para nosotras las bailarinas, lo haré lento y pon mucha atención porque lo intentes con la otra zapatilla.

Yo le di un asentimiento, ella empezó a amarrar los listones rodeándolos por mi tobillo.

—Debo advertirte Adelaida, como tu pie se desacostumbro, al primer mes sufrirás de ampollas...

Yo saque pocas risas interrumpiendo.

—De eso no se preocupe, es lo que más de acuerdo de mis viejas clases de ballet.

—Pero cuando eso sucede tenemos unas vendas especiales para eso, no te quitaran el dolor por arte de magia, pero te serán de gran ayuda, cuando eso empiece a suceder, necesito que me avises, para ayudarte con ese problema dándote más consejos de lo que te acabo de decir y si no estoy, puedes ir a la enfermería, las enfermeras también te serán de gran ayuda —dijo terminando de amarrar los listones dándome esos tips.

Yo hice un "oooh" en voz baja mirando como mi pie derecho tenía su zapatilla de ballet, no pude evitar sonreír con gran emoción al ya acordarme cómo debo amarrarlas.

—Ahora, tu trata con el otro —dijo Roos entregándome la otra zapatilla y yo le asentí agarrando el zapato metiéndola por mi pie, agarre los listones y saque la punta de mi lengua amarrándolo.

Terminando de ponerme la zapatilla me levanté estando en puntillas con equilibrio, Roos se levantó de la banca dando pequeños aplausos de emoción mirando mis pies con gran ternura, debiendo darse cuenta que estoy empezando acordarme de esto.

—Es tiempo de entrenar esos piesitos para que puedan saltar como conejos alegres por el suelo otra vez —dijo Roos mostrándome que fuera a la barra con los demás y sonreí con ternura por el bonito ejemplo que uso, ya que mi animal favorito siempre han sido los conejos.

Yo caminé tratando de acordarme como se camina con estos zapatos, Dalai me señaló que había guardado lugar para mi, yo le sonreí agradecida poniéndome a su lado sujetando con una mano la barra.

—Antes de todo, la música —dijo Roos sacando su celular picándole a la pantalla y empezó a sonar música relajante— Y comenzaremos con el calentamiento de puntas. Sigan mis movimientos. Empezaremos votando nuestros empeines intercalando ambos pies, sale la primera pierna doblada y la otra termina atrás estirada. Utilicen la barra como manera de ayuda.

Yo trate de seguir los ejercicios de Roos, pero hice una pequeña mueca al sentir una ligera presión en mi pie cada vez que la hacía en punta, yo mire a la maestra que lo hacía verse de una manera tan sencilla y eso que no necesita usar barra para tener todo el equilibrio.

—¿Cómo es que puede hacerlo sin la barra? —preguntó asombrada sustituyendo a la bailarina musa por Roos.

—Su don —dijo Dalai y lo volteé a ver con gran interés queriendo saber más— Se basa en la flexibilidad, Roos puede estirar cualquier parte de su cuerpo hasta límites aproximados de una milla, nació con huesos elásticos siendo un material parecido al hule para poder estirar sus miembros.

Yo alargué mi sonrisa viendo a Roos, es como la mujer elástica, pero hice una mueca al sentir un pequeño dolor leve en mis pies.

—¿Cuántas veces debemos hacer esto? —pregunté un poco adolorida haciendo todos mis esfuerzos para no detener el ejercicio, no recuerdo muy bien los entrenamientos de mi vieja clase, solo gritos de la instructora en chino que ella es lo opuesto a Roos.

—No falta mucho, debemos hacer esto diez veces, llevamos ocho.

—Uff —dije con una sonrisa aliviada viendo mis pies— Ya me estaba empezando a doler este calentamiento.

Pude notar como Dalai me sonrió con poca ternura.

—Son diez veces de manera lenta, horita haremos otras diez de manera rápida, después ya empezaremos realizando los seis ejercicios de punta.

Yo me sobresalte mirando incrédula a Dalai.

—De acuerdo pequeños, ya terminamos con las primeras diez, ahora otras diez de manera rápida, vamos, vamos —dijo Roos empezando hacer mucho más rápido e hice una mueca de dolor empezando a hacerlo más rápido que hasta pude sentir como mis pies iban aumentando de temperatura sintiéndolos calientes. Claramente no recordaba esto del ballet.

***

Terminando la clase, salí del cuarto, me siento como la verdadera sirenita con su maldición que cada paso que doy es como pisar vidrios por el suelo.

Recuerdo que las primeras clases que tuve de ballet en Chinatown si sufrí de ampollas y dolores en los pies, pero estaba tan chica que los dolores en mis memorias no eran nada a lo que estoy sufriendo ahora, hasta parece este mi castigo por haberlo dejado en el olvido por un tiempo, pero ¡No era intencional!

Nicole paso alado mio pegándome en mi hombro de una manera brusca, yo la miré con enfado sujetando mi hombro algo adolorida y Nicole y Scarlett tenían su mirada en mi sonriendo con satisfacción teniendo esa maldita sonrisa en ellas, ya las puedo considerar peores sonrisas que las de Leon.

Mire a Celia que ella seguía su camino sin mirar atrás, al menos ella ya ha comprendido bien el mensaje de su hermana en que no debe tener ni una poca relación conmigo, pero aun con el regaño que me dio Mia, aun tengo esa maldita sensación que no es correcto no hacer algo por ella. Es como si dejara en malas manos a un pobre animal con una maldita mujer maltratadora de animales.

Pude ver como muchos celestes empezaron a salir de la clase arte platicando entre sí, yo sonreí al ver a Reto salirse de la clase sin compañía, yo apresure el paso yendo con él, pero me iba quejando al sentir los dolores agudos de mis pies, pero aun así pude alcanzarlo poniendo a su lado, él volteo a verme de reojo y volvió a tener su mirada al frente.

—Hola —dije saludándolo con una gran sonrisa amigable para alegrar su día. Pero él se quedó callado sin contestarme siguiendo caminando, yo rasque mi garganta poniendo el puño sobre mis labios— Buenos días.

Reto se detuvo volteando a verme con seriedad.

—No me acostumbro a saludar

—¿Cómo que no estás acostumbrado a saludar? —pregunté con confusión y él alzó su mirada al techo con poco fastidio por mi.

—Tengo mis maneras de saludo, pero no te tengo la demasiada confianza para saludarte como parte de mi manada —dijo el mirándome fijamente a los ojos y puse mi mano en mi pecho sintiéndome un poco ofendida— ¿Qué necesitas de mi?, Gemma.

Yo sonreí un poco al escuchar que ha dicho mi nombre, baje la mirada un poco apenada cruzando mis brazos aun estirados para tomarme de las manos con lo que le iba a decir.

—Yo...solo quería agradecerte por tu preocupación ayer en la noche y...perdona si no te mencioné que era lo que me ocurría, yo tuve una discusión con Scarlett y Nicole que eso...me deprimió bastante.

Reto se quedó callado viéndome fijamente en mis ojos como si tratara de entrar por mi cabeza, yo mire por los lados un poco incómoda, su mirada es mucho más intensa que la de Leon y sobre todo por sus peculiares ojos. Volví a mirar a Reto que él seguía con la misma expresión.

—¿Sucede algo?, Reto —pregunte con una corta sonrisa tratando de esconder mi incomodidad para que me tuviera confianza en decírmelo.

Pero de repente el se inco para olfatearme mi parte baja, yo me sobresalte abriendo en grande mis ojos apretando los puños, yo sin pensarlo le di un gran golpe en su rostro con mi mochila apartándolo de mi, le di un empujón furiosa contra el suelo usando gran fuerza y todos de nuestro alrededor que iban por el pasillo se detuvieron para vernos con algo de impresión por lo sucedido.

—No te me vuelvas acercar, animal —dije mostrando mi dedo índice amenazándolo y me di la vuelta empezando a correr sin querer estar más ahí sintiéndome totalmente abusada abrazándome a mí misma.

***

Narrador

Reto empezó a mostrar enfado apretando sus puños que encajaba sus uñas afiladas en sus palmas empezando a sangrar, dio un golpe en el suelo sacando un gruñido fuerte y volteo a ver a los demás que lo miraban mostrando sus colmillos ferozmente, como si fuera realmente un animal muy enfadado.

Sus compañeros asustados a esa gran amenaza empezaron seguir su camino, Reto se levantó sujetándose la frente maldiciendo a sí mismo teniendo sus ojos cerrados tratando de tranquilizarse, él bajo su mano abriendo los ojos sacando un soplido agotador como caballo exhausto.

Empezó a caminar dirigiéndose a su siguiente clase, saliendo del edificio empezó a desvestirse guardando su ropa en su mochila entrando al bosque del lugar, se aseguró de tener la mochila en su espalda, una vez completamente desnudo empezó a transformarse en un zorro teniendo aún su mochila en su lomo y empezó a correr rápidamente como un verdadero animal.

***

Gemma

Estaba en el vestidor desvistiéndome para ponerme el uniforme ecuestre, me sentía enojada, humillada, triste, no se como explicarlo, muchos...me han manoseado...acosándome...¡Pero nadie de ese modo!, ¡Que me huelan mis partes privadas?,¡Acaso eso es algo nuevo?

Cerré el clóset con enfado una vez que tenía todo mi uniforme en mis manos, yo que creía que Reto era diferente, se veía un buen hombre, ¡Pero claro, siempre siendo una estúpida me creo sus papeles!, como me lo hizo el estúpido Daniel, queriendo verme la cara de estúpida tratándome como una rosa delicada, pero después...

Yo me senté en la banca de mi tocador sacando un suspiro lleno de tristeza al recordar, puse una mano en mis párpados tratando de tranquilizarme, puede que suene arrogante, pero...como dicen...la belleza cuesta, por como me veo muchos...me han acosado, abusado o manoseado, ¿No tengo el derecho de vivir tranquila por haber nacido así?, yo no pedí nacer con esta apariencia y me molesta que...no pueda sentirme alegre, odiarla a veces por el modo que me han lastimado, no es justo.

Yo bajé los brazos mostrando una mueca de gran confusión, además ¿Qué no se supone que aquí me ven como un jodido monstruo?, al menos que Reto tenga sus gustos especiales, yo saque un gruñido desesperada agarrándome las raíces del cabello, no podré escapar de ese maldito problema de toda mi maldita vida, pero saqué un suspiro tratando de ignorarlo por un rato.

Empecé a vestirme para no llegar tarde en la comida, me levanté para poderme subir el pantalón gris, me empecé a poner la camisa de manga corta para mujer de color blanca, después de ello empecé a ponerme las calcetas oscuras junto con las botas de cuero de un azul marino que me llegan de bajo de las rodillas, agarre los guantes blancos para esta clase poniéndomelos y me puse mi saco del mismo color que la de las botas.

Me senté en el tocador, simplemente me deshice la cebolla dejándome una coleta, me hice unos pequeños retoques y me levante del tocador saliendo del vestidor para mirarme en el espejo largo, sonreí un poco al verme, me acomode el saco, le di un beso a mis dos dedos y los puse encima de una de las fotos de mi madre. Me salí del cuarto para ir a la manzana.

***

Al llegar a la manzana sonreí con poca emoción al ver a Maya con el mismo uniforme que yo, Mia me daba señas de la emoción saludándome y Theo solo me regalo una sonrisa, me senté en la mesa con ellos y Mia me alzó las cejas sonriendo picaramente.

—Ragazza, en mi opinión me gusta más ese uniforme que el de bailarina, este te hace ver una hermosa dama, como Maya —dijo Mia viendo a Maya que ella tiene su mirada fija en mi.

—¿Tu crees?, a mi me gusta más el de bailarina, no digo que ese te quede mal, pero el de bailarina te hace ver tierna y dulce —dice Theo con poca pena sonrojándose un poco y no pude evitar sonrojarme.

—Chicos... —dije estando muy halagada— Ustedes igual se ven bien con sus uniformes deportivos, se que Mia está en atletismo, pero Theo, ¿En que deporte estas? —pregunte con curiosidad.

—Baloncesto.

—Pero cuéntanos, ¿Fuiste con Reto? —preguntó Mia recargando sus codos en la mesa acercándose a mí para escuchar claramente la respuesta a esa pregunta.

Yo hice una mueca soltando aire enfadada al escuchar su nombre agarrando el menú al recordar lo sucedido esta mañana viendo que es lo que voy a pedir. Theo y Mia se miraron entre sí sospechando un poco de mi actitud, voltearon a verme mostrando poca preocupación.

—Gemma, ¿Todo bien? —preguntó Mia con algo de preocupación y yo bajé el menú poniéndolo en la mesa mostrando enfado, tenía que decirles.

—¿Qué haces cuando un celeste te abusa?

Theo casi escupe su bebida cubriéndose la nariz al escucharme, Mia mostró mucho espanto poniendo su mano en su pecho y después cambió su expresión a mucho enfado preparando los puños para el combate.

—¿Quién ha sido el porco?, Gemma, dímelo —dijo ella con exigencia y orden ya por levantarse para ir a buscarlo y darle su merecido.

—Solo quiero saber a donde tengo que ir para acusarlo, ¿Con el director? O ¿Hay alguien especial para esos casos?

—Pero...¿Qué te hizo?, ¿Te hizo daño? —preguntó Theo igual mostrando enfado.

—Necesitamos saber Gemma, para saber que tan grave es —dijo Mia histérica sujetándome los hombros sacudiéndome un poco.

—Fue Reto —dije desesperada a sus exigencias, pero todas sus expresiones de enfado cambiaron a confusión alzando una ceja, después Mia y Theo se miraron entre sí con una sonrisa— ¿Qué?, ¿Por qué sonríen?, esto no es para sonreír —dije muy enfadada frunciendo el ceño.

—¿Te olfateo tus partes privadas no es así? —preguntó Mia tratando de no reírse y yo mostré más enfado— Gemma, puede parecer que te acoso, pero esa no fue su intención.

Yo alce una ceja estando totalmente confundida.

—¿Disculpa?, crees que si alguien te huele tus partes íntimas no es acoso.

—Si no es un metamorfo, si. Escucha, algunos metamorfos no controlan sus instintos, Reto trata de controlarlos comportándose como un animal siendo uno, pero cuando es humano aún batalla un poco para controlarse, sobre todo cuando quiere conocer una persona.

—No...comprendo —dije estando totalmente perdida.

—Gemma, ¿Qué hacen dos perros cuando apenas se conocen?

—Se huelen sus... —yo me calle repentinamente al entenderlo.

—No eres la única, a todos nos los ha hecho, bueno...lo hizo cuando estábamos en el preescolar, no nos dio importancia al ser muy pequeños, pero para él es su manera de decir que quiere conocerte y tener una relación contigo —dijo Theo informándome.

—Muchos metamorfos tienen ese tipo de problemas que han sido acusados por abuso por otras chicas que sufrieron lo mismo que tú, pero es por sus instintos, sus actos son justificables. Como te digo, no conozco mucho a Reto, Gemma, pero se bien que no lo hizo con esa intención, él...solo quiere conocerte más.

—Oh... —dije bajando la mirada sin saber qué pensar de ello, me sujete el cuello aun así algo incómoda— En ese caso...está disculpado, es solo que...fue una manera...bastante extraña para querer conocerme más —yo puse una expresión de culpa— Y yo que lo golpeé con mi mochila.

Mia sacó pocas risas a que esto le causara gracia, yo la mire con amenaza y ella se calló sonriendo nerviosa.

—Lo siento...entonces...si has hablado con él.

—No tanto, solo hice lo que teníamos pensado, agradecerle y explicarle lo sucedido, después de eso me olfateo.

—No tardará en ir contigo para disculparse por lo que hizo —dijo Mia alzando las cejas— Y aprovechas en disculparte por haberlo golpeado con tu mochila.

Yo le di un asentimiento sacando una corta sonrisa y empezamos a ver el menú para ver que vamos a comer.

***

Maya y yo íbamos caminando hacia el establo, era un camino diferente, algo alejado de la academia, pero podías ver a guardias cuidando del camino cuidándonos. Yo mire a Maya que caminaba conmigo tranquilamente, saque mi celular empezando a teclear.

"💎Gemma💎: ¿Por cuánto tiempo has estado en el deporte ecuestre?"

Le envié el mensaje, Maya sintió como le vibró el celular, sacó su celular de su bolsillo, miró el mensaje y volteo a verme, yo le sonreí dulcemente esperando su respuesta y alargue mi sonrisa al ver que empezó a teclear su celular.

"📖Maya🌮🐴: Desde nacimiento, la familia de mi madre han manejado establos desde hace generaciones, entrenamos a los caballos especialmente para los deportes. Puedes conocer los establos que te menciono con el nombre "Establo Calavera", el director ha comprado tu potro de ahí"

Yo volteé a ver a Maya quedandome de boca abierta a tal información, ella se me quedó viendo sin ninguna expresión y le regale una sonrisa tierna, empecé a teclear en mi celular.

"💎Gemma💎: Ahora lo entiendo, los caballos deben ser como parte de tu familia, por eso te preocupas mucho por ellos"

Maya volteo a ver la pantalla de su celular, me regaló una muy corta sonrisa asintiendo dándome la razón, ella se subió la manga de su saco y jalo un poco las vendas que tiene en su muñeca. Yo hice una mueca de dolor al ver las profundas cortadas cicatrizadas, pero en su muñeca tiene un pequeño tatuaje de una herradura de caballo marcada.

Yo saque un gran "uuuh" de impresión e intriga, Maya se volvió a cubrir su muñeca y empezó a teclear en su celular, estuve un buen tiempo viéndola ya que parece que me va a enviar un texto largo, mientras que termina de hacerlo mire por los lados teniendo una corta sonrisa viendo que estábamos dentro del bosque, hasta habían hecho un camino especial para los celestes para poder cruzar con cuidado, hay guardias en cada kilómetro de distancia. Pude sentir como me vibro el celular y la saque para ver el texto de Maya.

"📖Maya🌮🐴: El director ha hablado conmigo, me ha pedido que te oriente a este deporte, el potro que te espera en el establo tiene dos años con ocho meses, aun no esta a edad para que lo montes, debe tener tres años para que se convierta en montura. Aprovecharemos el tiempo para entrenarlo y enseñarte a ti como debes de asearlo, entrenarlo y alimentarlo. El potro debe conocerte, mientras que no lo hagas, no te tendrá confianza y te será más difícil para ti controlarlo.

Yo volteé a verla mostrándole mi pulgar que lo he comprendido todo, puse mi mirada en frente y me detuve al ver el montón de canchas, de todo tipos, pero sobre todo de fútbol, tenis, pero más al fondo, junte mis manos con gran emoción al ver la zona de los establos, desde lejos podía ver algunos ya montados en sus caballos ejercitándolos haciendo que den saltos sobre los obstáculos, pero el establo parecía una mansión de madera equina, era demasiado extenso, yo creo que cien caballos pueden estar ahí, sino es que más.

Maya siguió su camino guiándome, yo camine al lado de ella pasando por el lado de las canchas que estaban rodeada de rejas para que que ninguna pelota se saliera de las canchas, aun así di un pequeño grito al ver como una pelota de soccer se pegó contra las rejas directo a nosotras, le abracé el brazo a Mia asustada y ella dio un pequeño gruñido enfadada viendo la cancha de soccer.

Miramos con enfado como Leon se echaba a reír a carcajadas estando con su otro grupo de amigos de ese deporte, en especial con Kyle, dando entender que él ha sido quien ha pateado la pelota para darnos un susto, yo fruncí el ceño mostrando enfado, claro en mis sueños es uno, pero en la vida es otro, el maldito hombre sin corazón y alma.

Maya solo me hizo una seña que siguiera ignorándolo, yo le di un asentimiento siguiendo el camino, pero me detuve al ver la cancha de tenis. Me quedé mirando a Reto que jugaba contra Dimitri a golpear la bola con la raqueta. Estaba atónita al ver tal profesionalismo en ese deporte en ellos dos, se movían de un modo como si antes que el otro le pegara a la pelota ya saben que dirección va a tomar, creo que no era la única al estar tan entretenida, en su grupo todos están viendo con demasiado interés quién de ellos va a fallar tiro.

Maya me dio pequeños gemidos, yo volteé a verla y ella me indicaba que siguiera sin tener algún interés en ese pequeño partido, yo le di señas con suplica que me esperara un poco, pero ella frunció el ceño mostrando enfado a mi decisión, yo le sonreí nerviosa cambiando de idea yendo con ella al ver que me había lanzado una advertencia.

Pero mientras que caminábamos, yo me volteé tratando de ver por mis espaldas el partido, Dimitri le dio golpe a la bola de un modo que la bola iba directo al lado de su oponente cayendo cerca de la red, yo mostré preocupación por Reto, ya que se encuentra lejos para llegar a golpear la pelota antes que caiga en su lado, pero él corrió a tanta prisa que se deslizó contra el suelo estirando su brazos e inclinando la raqueta de un modo que cuando la pelota cayó en la raqueta diera un brinco hacia el lado de Dimitri, que a pesar que él a correr a tanta velocidad no pudo alcanzar a pegarle la pelota.

Todo el grupo asombrados le aplaudieron a Reto, yo me espante al ver como él se levanto teniendo sus rodillas completamente raspadas manchadas de sangre, pude ver que Reto volteo a verme pudiendo sentir mi mirada en él, yo mire al frente nerviosa empezando a sonrojar recordando el sucedido que nos pasó esta mañana.

—Gemma, espera.

Yo di un pequeño grito al ver que en pocos minutos ya se puso enfrente mío bloqueando el camino a mi y Maya. Ella mostró algo desesperación al que su único deseo era llegar a los establos, Reto le hizo señas y Maya le hizo señas algo bruscas, después de eso solo se cruzó de brazos con enfado. Reto volteo a verme y yo bajé la mirada muy apenada a ya saber cuáles serán sus palabras.

—Solo les quitaré poco tiempo, yo quiero disculparme por lo sucedido de esta mañana, mi intención no era ofenderte, yo...

Él se quedó callado repentinamente, subí la mirada viéndolo y mostré un poco de lástima al ver que esta sonrojado por la pena que debe estar sintiendo, teniendo la mirada en bajo pateando la tierra como una manía de él de tranquilizarse, si yo sentí mucha pena, no quiero pensar lo que él debe estar sintiendo, hacer actos sin poder controlarte, me pongo en sus zapatos y yo no tendría la fuerza que él tiene para estar enfrente mio para disculparse.

—Yo...soy un metamorfo, tenemos instintos que...

—Reto, esta bien te disculpo, ya Mia y Theo me han hecho el favor de explicarme —dije interrumpiéndolo sonriéndole con dulzura y él guardo silencio mirándome fijamente— Olvidemos lo que pasó esta mañana como si nunca hubiera existido —dije sintiendo mi rostro aún caliente poniendo mis brazos detrás de mi espalda.

Reto me sonrió un poco.

—Me parece un buen consejo.

Maya me tomó de la muñeca indicando que ya tenemos que irnos, yo mire a Reto con algo de prisa.

—Debo irme, adiós —dije haciéndole una seña de despedida mientras que Maya me arrastraba a los establos.

Reto me hizo la misma despedida de una manera lenta, después se dio la vuelta regresando a su deporte, yo puse mi mirada al frente tratando de alcanzar los pasos a Maya. Baje la mirada con una corta sonrisa, Mia tenía razón, ha venido a disculparse conmigo, pensaba mal en la mañana en creer que era ese tipo de hombre, cuando...no lo es, me parece...serio, caballeroso, amable...curioso...tierno...se ha disculpado y eso es lo importante, que tenga esos descontroles debe ser difícil, como ese día que vi a Venus con antenas, ellos...deben batallar mucho en controlar sus transformaciones o instintos.

Escuche unos relinchos que me hicieron aparecer de nuevo en la realidad, alargue mi sonrisa al ver que ya estamos en los campos donde muchos jinetes estaban con sus caballos entrenándolos, algunos estaban montados haciendo que salten en obstáculos, otros estaban en tierra tratando de guiar a su caballo el camino que debe tomar, me quede de boca abierta al ver que algunos trataban de enseñarle a sus caballos a dar unos pasos con demasiada elegancia, me sentía en cuento de hadas al ver a tantas majestuosidades, pero todos los jinetes voltearon a verme mirándome con seriedad deteniendo el entrenamiento de sus caballos, pero cuando Maya los volteo a ver ellos mostraron un rostro de susto volviendo a sus asuntos.

Le sonreí a Maya agradecida, ella volvió a tener su mirada fija hacia adelante, ya íbamos llegando a los establos, al entrar casi me desmayo al ver tantos cuartos para caballos, hasta tienen un letrero con su nombre y el del dueño colgado en su pequeña puerta de su cuarto, algunos tenían fotos colgadas de sus caballos o moños de competencias que han ganado, quería morirme de ternura, esto parece una casa para caballos, había mucho más jinetes dentro del lugar, debe ser un deporte popular en esta academia, algunos estaban en grupo platicando entre sí, pero notaba que al parecer tenían a gente que mantuvieran sus caballos o limpien de los cuartos, se bien que no son celeste por el diferente uniforme que tienen.

Yo le agarre el hombro a Maya, ella se sobresalto un poco al agarre mirándome con algo de enfado.

—Perdón, perdón, perdón —dije mostrándole mis palmas de manera culpable, he notado que no le gusta que le toquen mucho, le señale a los hombres que parecen ser trabajadores del establo y levante los hombros con una mueca de intriga tratando de preguntarle qué hacen esas personas.

Maya volteo a ver a los hombres deteniéndose, saco su celular empezando a teclear en el, me llego el mensaje y saque mi celular para ver su mensaje.

"📖Maya🌮🐴: La mayoría contrata a especialistas para que se encarguen de sus caballos, te compartiré mi personal, es de gran confianza, ha trabajado con mi familia durante 40 años, su nombre es José, pero su trabajo es solo cuidar, asear y alimentar de los caballos mientras que estemos ausentes, si quieres tomar esto en serio, tu como quiera debes aprender asear, alimentar, entrenar y convivir con tu caballo"

Volteé a ver a Maya que ella me miró con amenaza, yo le di un asentimiento con una sonrisa nerviosa, ella de nuevo empezó a caminar guiándome por donde esta mi futura montura. Me asusté al sentir que alguien me cubrió los ojos, yo le sujeté las muñecas espantadas y solo pude escuchar el gruñido de enfado de gran desesperación de Maya.

—Si adivinas quien soy bella angioletta, te liberaré de mi agarre —dijo el hombre con un acento italiano— Te daré tres pistas...

—El hermano de Mia, Julio —dije sabiendo muy bien quien era con ese acento, habla exactamente igual que Mia, pero con una voz grave.

Escuche unas pequeñas risas, él bajo las manos liberándome y me gire para verlo, pero quedé paralizada al verle tal rostro, el me regalo una pequeña sonrisa dulce, no puede ser...es como...ver a Mia, pero en hombre...sexy, tiene las mismas características físicas, lo único diferente eran sus ojos que son de color miel, su cabello es corto ondulado, tiene del uniforme del deporte ecuestre viéndose aún más apuesto. Era como si hubiera cobrado vida de ser uno de esos modelos de escultura romana para que tenga gran belleza.

—¿Qué fue lo que me delató?, angioletta —preguntó él con poca gracia y le regale una sonrisa algo tímida sonrojándome un poco. Debo sacarme estos pensamientos impuros sobre el hermano de Mia, por ella.

—El acento, Mia y tu hablan idénticos, aunque ella me dice ragazza o bambina, tu angioletta, ¿Que...significa?

—Ángel —dijo él informando alzando sus cejas mirándome con muy poco coqueteo y casi se me baja la presión a tal sensación— No sabes cuanto espere a que llegara este momento, conocer a la nueva mejor amiga de mi hermana y parece ser que de Maya también —dijo él mirando a Maya y le empezó a hacerle señas comunicándose con ella.

Maya se ponía al lado mío haciendo señas con un rostro demasiado malhumorado, yo hice una pequeña mueca, pero Julio aún así alargo su sonrisa de una manera tierna volteandome a ver.

—Parece ser que alguien está emocionada por enseñarte tu potro.

Yo junte mis manos viendo con gran ternura a Maya.

—¿De verdad? —pregunté viéndola, pero ella volteo a verme enfadada que me asuste esa mirada borrando mi sonrisa, ella me señaló que teníamos que seguir y me tomó de la muñeca arrastrándome de nuevo.

—A su manera —dijo Julio acompañándonos poniéndose a lado mío— Debió tocarte el último cuarto del establo razón por la cual está algo lejos. No me he presentado como un caballero debe serlo, Julio Cupido —dijo él extendiendo su mano y yo se la tome con una sonrisa tímida.

—Gemma Adelaida Salem —dije presentándome igual. Soltamos nuestras manos y fruncí el ceño estando confundida alzando la mirada al techo— Es extraño, Mia no me dijo que podía encontrarte en este deporte —dije tratando de recordar ese suceso, pero estoy segura que no pasó.

—No me extraña, a mi sorella no le gusta que conozca a sus amistades, pero ya has sido testigo que no puede escapar de ello —dijo el sonriendo con malicia exactamente como Mia, en poco tiempo de conocerlo y creo que los dos son para cual.

Pero aun así mostré confusión y algo de tristeza al que Mia no me hubiera presentado a su hermano por el descubrimiento que acabo de hacer.

—¿Por?

—Estamos igual en no saber la respuesta, angioletta —dijo sin mucha importancia a mi pregunta, pero de nuevo me cubrió los ojos y empecé a reírme.

—Pero si ya me has hecho este juego.

Julio sacó pocas risas que sonaban como un dulce coro.

—Esta vez no adivinaras mi nombre angioletta, vamos a hacer que conozcas a tu futura montura de una manera emocionante.

Yo solo pude escuchar el pequeño gruñido de Maya, esto no le debe de gustar, pero debe tener una relación con Julio por Mia para que no detenga lo que esté haciendo. Yo solo tenía mi confianza en Julio y Maya siendo ellos mis ojos, extendía mis manos sacando pocas risas al que esto si me este divirtiendo y escuche unos relincheos, yo alargué mi sonrisa emocionada.

—¡Es el? —pregunté emocionada.

—Puede ser él..o ella.

Me hicieron detener en una zona, pude sentir un soplo cálido en mi rostro y como algo empezó a olfatearme la cara, Julio bajos sus manos, lo primero que vi fue un hocico rosado claro, el me dio un soplido dando pasos hacia atrás y me quedé asombrada al poder verlo o verla completamente.

Es un hermoso caballo gris claro, tiene de manchitas en parte trasera de un color más fuerte que su pelaje, su cabello de cabeza y cola son blancos, sus patas parecen ser mucho más oscuras, pero teniendo sus cascos claros, los ojos...no puede ser...¡Son celestes!....es...es...

—¡Es hermoso! —grité con emoción, pero el caballo dio un pequeño relincheo alejándose de mí dando golpes en la tierra con su pata delantera.

—Tranquila joven, el caballo apenas la conoce, los gritos le pondrán nervioso.

Yo mire como un hombre ya un poco mayor está en el cuarto regalándome una amable sonrisa, su piel es aperlada, tiene un bigote canoso con un sombrero tejano, además que su habla en ingles aun no es muy bueno, el se quito el gorro mostrando un poco su calvicie.

—Mi nombre es José Mansilla Catarina, soy el cuidador de los caballos de usted y de la niña Calavera. Tengame toda la confianza, guera, si es amiguita de mi niña, puede pedirme lo que sea —dijo el hombre dando una tierna sonrisa yendo con Maya dándole pequeñas palmadas en la espalda. Yo sonreí con ternura a la escena y Maya desvió la mirada un poco apenada.

—Un gusto conocerlo señor José, mi nombre es Gemma —dije presentándome ante él y él se volvió a poner su sombrero.

—Un gusto Gemma, mire, mi seño, la señora Roble Calavera, le ha dado uno de nuestros mejores potros —dijo él yendo con el caballo dándole unas pequeñas palmadas en su parte trasera— Como dirían en mi país, es un diablo, tiene la energía de diez caballos.

—Entonces es macho —dije tratando de acercarme al caballo lentamente sin asustarlo extendiendo mi mano sin hacer movimientos bruscos.

—Es un todo un semental, guerita. Sin miedo, no muerde, ahora le tiene miedo al recién conocerla, pero con el tiempo puede que sea su nuevo compañero.

Yo iba poner mi mano en su hocico, pero el caballo dio unos soplidos algo asustado.

—Shh, shh, shh, no te haré daño... —dije con una voz muy serena y calmada mirándolo directamente a sus ojos, su cuerpo podía medir de altura casi los dos metros, pero aún así me mostré en calma llevando lentamente mi mano a la frente de su cabeza— No...va a pasar nada...

El caballo miró mi mano, empezó a olfatearme para tratar de conocerme, yo le sonreí con mucha dulzura y Maya se puso a su lado acariciándole de su cuello ayudándome a que me tenga confianza, pude pegar mi mano en su frente sintiendo su suave pelaje, el caballo me dio un pequeño relincho y alargue mi sonrisa acariciándolo.

—¿Ya sabes cómo lo vas a nombrar? —preguntó Julio poniéndose a mi lado regalándome una corta sonrisa.

Yo le mire a sus ojos y alargue mi sonrisa al saber el nombre perfecto para él.

—Celeste.

Celeste sacudió un poco su cabeza, yo saque pocas risas poniendo mi otra debajo de su barbilla rascandosela.

—Yo las dejaré a solas, para que se conozcan entre sí —dijo Julio regalándome una tierna sonrisa saliendo del pequeño cuarto— Nos veremos después bella gemma.

—Adiós Julio —dije mientras que le seguía acariciando Celeste para mostrarle todo mi cariño, si mi madre solo estuviera aquí.

Escuche como Maya rasco su garganta para llamar mi atención, yo voltee a verla y me sorprendí al ver que ella y el señor José me enseñaron todo una pared con muchas herramientas colgadas, baje la mirada más impresionada al ver el tipo de alimento, unas mantas y otras cosas especial para los caballos.

Maya agarró al parecer el cepillo y me lo entregó, ella agarró otro y me señaló su mano con el cepillo, después empezó a mostrarme como debo cepillar a Celeste, me puse a lado de ella siguiendo sus pasos...

***

Pasando el tiempo, entre Maya y yo le pusimos una manta de cuadros azules con tonos blancos y grises a Celeste, me aparte de el limpiándome las manos para que estuviera totalmente limpio y aseado.

—Todo un galán, Celeste —dije con una tierna sonrisa dándole unas pequeñas palmadas en su cuello y él dio un pequeño soplido acercando su hocico a mi rostro dándome una lamida como si fuera perro, yo me aparté de el sacando risas y el dio un pequeño relincheo sacudiendo su cabeza para arriba y por debajo.

—Ya la está conociendo guerita —dijo el señor José con una larga sonrisa y junte mis manos mirando a Celeste con gran ternura.

Maya extendió su mano mostrándome un plato hondo con pedazos de manzana cortadas, ella con una corta sonrisa me señaló a Celeste que el al olfatear los pedazos de manzanas empezó a dar vueltas alrededor del cuarto emocionado.

—Y yo creo que también lo estoy conociendo para saber que le gustan las manzanas eh —dije con una sonrisa pícara cogiendo el plato a Maya y agarre un pedazo— Ven Celeste —dije mostrándole mi mano sacudiendola mostrándole el pedazo de manzana.

Di un pequeño grito al ver que casi se me lanzó encima casi comiéndose mi mano junto con el pedazo, pero por suerte pude soltar a tiempo la manzana para liberar mi mano de su hocico y el fue masticando la manzana muy alegre. El señor José sacó pocas risas sin poder evitarlo y me sorprendí al ver que Maya se cubrió la boca tratando de esconder esa sonrisa, no me la puedo creer...realmente esta vez si está sonriendo, no la había visto...así de alegre. Yo sonreí por ello igual sacando risas riéndome con ellos.

***

Pasando el tiempo, yo abracé el cuello de Celeste que al solo estar con él tres horas, ya lo amaba como si fuera mi hijo adoptivo, tristemente, debo dejarlo para las feas clases de entrenamiento, pude sentir como Celeste me olfateaba la espalda dándome cosquillas y después unos pequeños jalones de mi cabello, extrañada volte a ver que masticaba un poco de mi cabello con entretenimiento y me aparté de él sacando risas.

—Oye mi cabello no es paja, Celeste —dije jalando mi cabello para quitarle esa parte de su hocico— Nos vemos mañana.

Le di un beso por arriba de su hocico casi en sus narices, el dio un pequeño soplido y mire a Maya con una mirada súplica de querer quedarme con Celeste que ir a las horribles clases del maestro Colt, pero ella me levanto los hombros que no podía hacer algo al respecto di un suspiro rendida saliendo del cuarto.

Pasamos por el cuarto donde Maya tiene su caballo, al igual que Celeste es muy hermoso, es macho con pelaje oscuro como la misma noche, ya tiene con Maya 15 años, para ella ese caballo debe ser como un hermano, se llama Nahual, pude ver que el señor José ya lo estaba alimentando sirviendo paja.

—Adiós señor José, gracias por su ayuda —dije despidiéndome de él con una despedida y él volteo a verme sonriendo.

—Hasta mañana guerita, no se preocupe por Celeste, yo se lo cuido.

Yo le si un asentimiento sonriéndole agradecida, Maya y yo nos salimos del establo para irnos al departamento para cambiarnos, ya estábamos caminando por las canchas, checare si no tengo algún mensaje de Mia y Theo, pero me detuve al ver que no tenía mi celular en mi bolsillos, Maya se detuvo alzando un poco la ceja y yo maldecí en bajo.

—Maldición, se me ha olvidado el celular en el cuarto de Celeste —dije mirando a Maya que ella se me quedó viendo sin comprender nada al no poder escucharme, maldición no tengo el celular para teclear, trate de hacerle señas que tenía que ir de nuevo al establo señalando el lugar y después le indique que por mientras se adelantara yendo a la academia.

Ella se me quedó viendo con seriedad sin comprender muy bien lo que trato de decirle, yo saque un suspiro exhausta y le indique con una seña que se quedara quieta de donde esta, yo me di la vuelta yendo con prisa al establo para no hacer que Maya llegue tarde al entrenamiento del maestro Colt por culpa mía.

Entre al establo yendo directo al cuarto de Celeste.

—¿Se le ha olvidado algo guerita? —preguntó el señor José mientras que seguía cepillando a Nahual que él dio un pequeño soplido sacudiendo un poco su cabeza algo cómodo por su cepillado.

—Se me ha olvidado mi celular, solo espero no emocionar mucho a Celeste —dije con una corta sonrisa nerviosa siguiendo caminando al cuarto de Celeste.

Vi la cabeza asomada de Celeste por arriba de la puerta de su cuarto, le sonreí con ternura al ver que está ahí viendo mi llegada.

—Perdona Celeste, no quiero ilusionarte —dije agarrando la puerta abriendo el seguro y jalando la puerta hacia atrás para poder meterme— Pero solo vengo por mi...

Pero al meterme di un pequeño grito de espanto al ver a Kyle con una mujer, los dos estando en la esquina del cuarto de Celeste, Kyle tenía a la mujer pelirroja pegada contra la pared teniendo sus manos en la parte trasera mientras que ella tiene sus piernas abrazadas a la cadera de Kyle y sus manos en la nuca del hombre logrando sostenerse de ese modo. Los dos se encuentran sin playeras, solo que la mujer muestra su brasier de encaje negro y teniendo sus labios pegados entre sí.

Los dos voltearon a verme con enfado despegando sus labios por la interrupción que les he causado, pero yo me quedé atónita sin saber qué decir o hacer sobre esto.

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