14. Primer día


Mia, Maya y yo llegamos al cuarto piso, ellos lo hacen llamar el piso de la Alada, mire la escultura que lo representaba, un ángel de mármol con unas largas túnicas cubriendo solo su parte inferior mostrando pechos, su cabello muy ondulado está recogido con algunos mechones sueltos, tiene un brazo extendido teniendo una antorcha en su mano y sus alas estaban extendidas.

—Bienvenida a la Alada, Gemma. El pasillo izquierdo son para las carreras aburridas como diría yo —dijo ella con una corta sonrisa de gracia y yo hice una pequeña mueca— El pasillo de la derecha es la divertida donde estudio yo —se enseñó a sí misma con una corta sonrisa de arrogancia— Porque es para los que estudian diseño, fotografía, cocina, artes, etc.

—Que gran ánimo, Mia —dije con sarcasmo y ella sacó pocas risas.

—Solo juego Gemma. En realidad puede que te toque ir a los dos pasillos como yo, a veces tengo que irme al pasillo izquierdo para mis clases de análisis de finanzas.

Yo alcé mi ceja haciendo una mueca.

—¿Llevas esa clase estudiando la carrera de gastronomía?

—¿Acaso pensabas que mi carrera solo se trata de hacer comida? —preguntó ella con gracia y yo me quedé callada sin querer responder a esa pregunta, Mia rodeo los ojos con una corta sonrisa— Pásame tu horario —dijo mejor no queriendo meterse en esa discusión.

Yo saque la hoja de mi horario de mi mochila, Mia tomó la hoja viendo mis clases de este día y Maya también lo veía.

—Tu primera clase de los martes es...Información financiera en el área de negocios —hice una gran mueca de disgusto a ese nombre tan largo y aburrido— Es en el salón L07—Maya empezó hacerle señas a Mia, ella sacó una corta sonrisa volteandome a ver— Maya dice que va de camino, ella puede ayudarte a mostrar tu salón, yo tengo que irme por el pasillo derecho.

Yo le sonreí a Maya agradecida quien ella tomó mi horario de las manos de Mia, me dio una pequeña seña que la siguiera.

—Suerte en sus clases bambinas —dijo Mia empezando a ir al pasillo derecho.

Mire a Maya que ya está muy adelantada, yo me apresure en alcanzarla entrando al pasillo izquierdo con ella, mire como muchos celestes entraban a muchos salones o como otros apenas salían de ellos, ellos pasan al lado de nosotras sin dejar de vernos.

Yo mire a Maya que ella camina con una mirada enfrente estando totalmente segura por donde iba, me preguntó...¿Qué es lo que pasa por su cabeza?, es demasiado misteriosa y curiosa, yo pensaba que me tenía gran odio, pero no...parece ser que me equivoque porque se ha comportado amable...a su manera. Ella se detuvo viendo una puerta, me la señaló y mire la puerta con un pequeño letrero que dice L07.

—Gracias Maya —dije juntando mis manos agradeciendo como lo haría un asiático. Ella extendió su mano regresándome mi horario, yo lo tome y se dio la vuelta empezando ella su camino.

Yo mire la puerta con nervios mientras que guardaba mi horario, me hice un lado cuando unas chicas casi me pegan con su hombro para poder entrar al salón, me lanzaron una mirada molesta abriendo la puerta y pude ver gracias a ellas un poco el interior del cuarto que ya se veía casi lleno de estudiantes.

Ellas entraron al salón cerrando la puerta, yo me abracé a mi misma nerviosa y un poco asustada, me sentía...como una pequeña temiendo entrar en ese cuarto de pesadillas, sin poder dejar de pensar "¿Les agradaré?" y lo peor de todo es que ya se la respuesta, yo baje la mirada con tristeza ¿Y si soy...la única burra de ese salón?, ¿Le tendré asco hasta el maestro?, ¿Qué y si eso también afecta en mis calificaciones?, "A ella le pondré 5 al ser una mestiza"

No pude evitar recordar como en el kinder gritaba de agonía cuando veía a mi madre tener que irse dejándome en ese lugar, ella se iba llorando como si me hubiera dejado en algún orfanato, pero al final de la escuelita como una película sentimental cuando nos volvíamos a encontrar las dos corríamos abrazarnos como si no nos hubiéramos visto en años, cuando realmente fueron unas cinco horas. Ella me ahogaba de sus besos mientras dejaba de correr sus lágrimas y yo llena de felicidad carcajeaba por esas cosquillas que causaban sus besos, sus besos llenos de magia...

—Va entrar o se quedará aquí logrando obtener un retardo, señorita Salem.

Yo me impresione un poco volteando a ver al señor que esta alado mio observando con seriedad, parece que ha estado un poco de tiempo ahí mientras que yo estaba en mi mundo, por sus palabras parece ser el maestro de mi primera clase, sonreí muy apenada juntando mis manos.

—Buenos días...

—Carlo Monten, seré su maestro de la información financiera en el área de negocios —dijo él educadamente— Puede llamarme maestro Monten.

Lo mire con más detalle, tiene un traje puesto demasiado curioso, era de cuadros de tonos marrones, amarillos y verdes, además de estar calvo, pero con una barba castaña canosa abundante en su barbilla, tiene un maletín de cuero café oscuro con metales de oro, está un poco relleno de peso, pero a su edad es una justificación.

—Un gusto conocerlo maestro Monten —dije extendiendo mi mano y él bajó la mirada viendo mi mano.

Sacó un pañuelo de seda de su bolsillo me estrechó la mano con la pequeña tela encima de mi mano para no tener algún contacto conmigo, yo fruncí el ceño algo molesta, pero de qué me quejo, al menos me tomo la mano con poca educación no como el señor guardia. Él apartó su mano dejándome con su pañuelo.

—Puede quedárselo.

—Gracias...creo —dije agarrando el pañuelo viéndolo con el ceño fruncido.

Él abrió la puerta de su salón me dio una seña que entrara siendo caballeroso, yo mire el salón que ya todos los que se encontraban ahí tenían su mirada fija en mí, ellos siendo los lobos mientras que yo un pequeño cordero...yo apreté los puños con valor, no, puedes mostrarles que puedes ser un dragón, Gemma.

Esto ya lo has pasado muchas veces, no es tu primera vez, la primaria, la secundaria, no muestres debilidad porque así te comerán viva, debes mostrarles que no te intimidan.

Camine dentro del salón con la mirada enfrente, era un cuarto no muy extenso, pero tampoco estrecho, parecía haber pequeños niveles en el suelo para que todos puedan ver al maestro en las mesas alargadas de cristal con asientos que parecen ser cómodos por el asiento de cojín, tienen de ventanas de pasable tamaño para que esto no se sienta tan encerrado, además que puedo ver del bello paisaje para poder sentir un buen ambiente, parece un salón al antiguo al ver el pizarrón de gis, pero aun así el maestro tiene su propia computadora en su escritorio.

El maestro entró y en eso todos los celestes se levantaron incorporándose como soldados teniendo sus manos hacia atrás.

—Buenos días, maestro Monten —dijeron todos al unísono muy educadamente y el maestro caminó hacia sus escritorio dejando su maletín sobre la mesa.

—Buenos días alumnos. Como les había comentado tenemos a una nueva integrante —dijo el maestro volteandome a ver y yo les sonreí apenada a mis compañeros haciéndoles una pequeña seña de saludo, ellos me miraban con una mirada llena de frialdad— Busque un lugar vacío donde pueda sentarse.

Yo mire todas las mesas, son cinco niveles, en cada nivel tienen seis mesas de cristal de pareja, yo mire que el primer nivel está lleno, pero el último, sonreí al ver una mesa en la esquina derecha pegada en una de las ventanas con una chica que se encontraba sin pareja, la chica alzo la ceja extrañada al que la esté viendo, ella miró su asiento de al lado vacío y se sobresaltó un poco mostrando espanto.

Yo camine hacia la chica, lo lamento, pero tengo que sentarme en alguna parte, todos tenían su mirada en mi viendo como iba subiendo los pequeños escalones llegando al quinto nivel, me hice más flaca tratando de pasar detrás de las personas que se encontraban sentadas en sus mesas para poder llegar a la esquina.

—Mmm...compermiso...si podrías pegarte a tu mesa...gracias...si...ya casi llego... —dije con algo de esfuerzo mientras que las personas con miedo al no querer que las tocara se hacían para adelante pegándose en sus escritorios dándome el paso.

Llegue a mi mesa sentándome en mi asiento, mi nueva compañera me miró con miedo, yo le sonreí aun así amablemente mostrando que no hay razones por la cual deba temerme.

Su piel es de un tono achocolatado, sus ojos de color miel y su cabello oscuro es muy enchinado afro que se le veía muy hermoso en ella y tiene unos pocos brazaletes de plata en su muñeca.

—Hola —dije en susurro y ella desvió su mirada sin querer contestar sacando su libro de la materia.

—Señorita Salem, una de las reglas de mi clase es que no se distraigan con sus aparatos electrónicos o platicar con sus compañeros.

Mire al profesor y todos tenían su mirada en mi llena de seriedad por la pequeña rebeldía que había hecho, como si fueran muy fieles al profesor, que la verdad no creo que sea así, aunque descubro cada cosa de esta raza que no me sorprendería que fuera así.

—Lo...siento —dije con una sonrisa culpable y el maestro se me quedó mirando fijamente, pero después desvió su mirada hacia su maletín abriéndola y sacó un pesado libro que se puede notar que tiene muchos pósits pegados.

—Abran su libro en la página 71. En esta sección les ayudará a tomar decisiones de operación, se muestran una variedad de preguntas que deben saber responder...

Todos iban abriendo su libro, la chica de mi lado fue buscando la página indicada, yo busque en mi mochila el libro y al encontrarlo lo saque poniéndolo sobre la mesa, busque la pagina que había dicho el maestro e hice una gran mueca al ver que era bastante información, solo espero que el tiempo se pase rápido.

Me salí del salón casi arrastras, mi mente no puede soportar tanta información y taan abuuurridaaa, me queje al sentir como algunos de mi grupo pasaron a mi lado pegándome en mi hombro, me lo agarre mirando con enfado a esos chicos que ellos voltearon a verme con molestia como si yo hubiera sido la que tuviera la culpa.

—Con un compermiso hubiera bastado —dije en susurro con molestia sacando mi horario para ver a donde tengo que ir ahora— Matemáticas I...salón L13.

Yo empecé a caminar checando los números de los demás salones, me iba acercando más al que me tocaba, me detuve al ver la puerta L13, ya pude con una, puedes con otra.

Puse mi mano en el picaporte abriendo la puerta, todos se callaron volteandome a ver, yo di un pequeño gruñido, ignorándolos entre al salón que tenían el mismo diseño que los otros, yo busqué un asiento vacío, yo mire que de nuevo había una mesa en la esquina derecha hay una totalmente sola.

Tuve que hacer el mismo proceso de tener que pasar por detrás de los demás para poder llegar a la mesa de la esquina, algunos de ellos se quejaban mirándome con molestia.

—Compermiso...si...gracias...lo siento por hacer moverse...solo uno más y... —dije llegando a mi mesa sentándome en mi asiento sonriendoles a mis compañeros que ellos me miraban con enfado por haberlos hecho esforzarse en moverse— Gracias.

Ellos entre murmullos empezaron a sacar sus cosas, yo empecé a sacar mi libro de matemáticas y mi tableta, Mia me comentó que utilizan mucho la tableta en esta clase.

De repente la puerta del salón se abrió por sí sola, todos se levantaron recibiendo al maestro, yo reaccionando me levanté como los demás, no pude evitar morderme los labios al ver tal preciosidad de hombre, su cabello es castaño un poco alargado, pero con un buen peinado, su barba apenas se la estaba dejando al ver sólo los puntos de la raíz, desde aquí puede ver sus ojos de oliva como los de Mia. Tiene una playera de manga larga oscura con unos pantalones grises teniendo una mochila casi moderna, ¿Acaso lo han sacado de la revista de profesores modelos?

—Buenos días clase —dijo el maestro ¡Hasta tiene un acento francés!, habló con gran entusiasmo sonriéndonos mostrándonos sus dientes que parecen perlas a tal blancura.

—Buenos días maestro Natt —dijeron todos al unísono, yo empecé abanicarme, este debe ser un sueño para toda chica tener un maestro con tal belleza.

Mis compañeros que estaban al lado mio me voltearon a ver con el ceño fruncido siendo atrapada, yo les sonreí nerviosa sonrojandome por las idioteces mías.

—¿No tienen calor? —pregunté tratando de justificar mi vergonzoso acto.

—Gemma, me alegra verla puntual en mi clase —dijo el maestro de repente y yo me sobresalte un poco volteándolo a ver. Él me sonreía tiernamente, en poco tiempo de estar con él y me siento como una película de princesas al saber que puede ser como un príncipe encantador— Ven, pasa al frente quisiéramos conocerte.

Los chicos de mi nivel rodeaban los ojos con fastidio al tener que moverse de nuevo, prefirieron salirse del pequeño pasillo dándome el paso sin que los tenga que hacer que se peguen contra sus mesas, yo algo apenada llevando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja, camine hacia el frente con el maestro.

Me puse a lado de él y el maestro se señaló a sí mismo.

—Mi nombre es Natt Ferrer, soy tu maestro de Matemáticas I, espero que la disfrutes tanto como nosotros —Yo sonreí algo nerviosa al no estar muy segura de eso— Pero llamame maestro Natt, por favor. Veo que tienes dos nombres, ¿Cuál de los dos prefieres que te nombremos?

—Gemma está bien, casi nadie me nombra por mi segundo nombre.

—Es una útil información —dijo él alargando su sonrisa y volteo a ver a sus alumnos— Como lo habíamos hablado, quiero que Gemma se sienta bienvenida en nuestra clase, por favor, si ven que batalla en algo, ayúdenme con ello.

Yo le sonreí con poca dulzura al maestro, se ve como una buena persona, como la doctora Pin o el director Galder, son como cuando vas a una playa y te encuentras con conchas grandes, difícil de encontrarlas, pero sientes gran felicidad al haberlas encontrado.

—Vuelve a tu asiento Gemma, vamos a comenzar con la clase —dijo el maestro Natt agarrando una caja de gises de su escritorio y sacó un gis empezando anotar en el pizarrón.

Camine hacia mi mesa, los chicos de nuevo sacaron un gruñido de fastidio dándome espacio para que pueda pasar detrás de ellos, ahora entiendo porque nadie quiere esa mesa, me senté en mi lugar sacando mi libreta y mis materiales para poder copiar lo que esté apuntando el maestro.

Agarre el lápiz y prepare mi libreta teniendo la primera hoja lista, alce mi vista al pizarrón preparada, pero saqué un suspiro de espanto al ver la brujería escrita, números...letras...¿Símbolos?, ¡Qué era eso?

—Tenemos este problema de ecuación diferencial, ¿Alguien quiere pasar a resolverlo?

Todo el salón levantó su mano, yo mire por los lados perpleja, ¡Todos saben resolver esa cosa?, el maestro Natt se sujetó la barbilla pensativo en quien escoger, me miró directamente sacando una pequeña sonrisa de malicia, yo negué con la cabeza que ni se le ocurriera, ¡Hay muchos que quieren resolver ese problema!.

—Gemma, ¿Quieres intentarlo?

Todos voltearon a verme, yo me quedé paralizada, sonreí muy nerviosamente, qué decepción...pensé que este hombre era bueno. Yo junte mis manos sintiendo mi rostro tan caliente por la pena que estoy pasando.

—Yo...no se como resolverlo, maestro Natt, lo siento.

—No te preocupes, te guiaré si tienes problemas —dijo él extendiendo su brazo ofreciendo el gis desde su lugar.

Todos se me quedaron viendo empezando a sonreír con poca burla, algunas de las chicas empezaron a susurrar entre sí sin dejar verme, yo bajé la mirada muy apenada abrazándome a mi misma negando con la cabeza.

—De acuerdo, tampoco te voy a obligar, Sandra, te cumpliré el deseo, pasa.

Alce la mirada para ver como una chica de la primera fila se levantó con una sonrisa llena de arrogancia tomando el gis y empezando a resolver el ejercicio sin problema, en menos de tres minutos, circuló la respuesta y el maestro Natt le dio pequeños aplausos.

—Excelente Sandra, este es algunos de los ejercicios que tendrán en el pequeño examen que les preparé, además de otros como las derivadas, gráficas, matrices y otros, abran sus tabletas y en un rato les llegará la invitación para realizar el quiz.

¿Qué?, ¿Examen sorpresa? Todos iban sacando sus tabletas, yo saque la mía abriéndola, mire al chico de a lado viendo su tableta para copiar sus movimientos, él me volteo a ver con poca molestia moviéndose de un modo en que no viera su tableta, yo rodeé los ojos, ni siquiera ha empezado el examen.

Pero de repente escuche unos pequeños timbres en todo el salón, mire que en mi pantalla me llegó un aviso que tenía un examen que resolver, respire hondo y suspire tratando de tranquilizar mis nervios, aquí vamos.

Desbloqueo mi tableta aceptando el examen, ni modo que no lo haga, me sujete las raíces del cabello con una mano al ver el montón de ejercicios bastantes raros y feos, yo hice un pequeño gemido disgustada y nerviosa sin saber cómo empezar, mire como los demás sacaban hojas y otros de algún modo abrían la aplicación de calculadora en su tableta.

—Quien termine el examen puede retirarse, fue una sorpresa que les tenía guardada —dijo el maestro con una tierna sonrisa desde su escritorio y todos lo voltearon a verlo con una corta sonrisa, parece ser la única que no le agrado esta horrible sorpresa.

Pasando el tiempo me pegaba la frente con la punta de mi lapicero mirando con gran sufrimiento los ejercicios, escuche que el último chico que quedaba en el salón se levantó haciéndole una seña de despedida al maestro, el maestro le hizo la misma seña siendo amistoso.

Yo mire con más presión mi tableta mordiendo la punta de mi lapicero teniendo el estrés a todo lo que da, lo peor de todo es que todos terminaron en menos de media hora, no puedo quedar toda una hora haciéndome pato con el maestro.

—¿Cómo vas Gemma? —preguntó el maestro Natt estando al lado mio repentinamente, yo saqué un pequeño grito espantada abrazando mi tableta y mi libreta sin querer que viera que no he hecho nada.

Yo volteé a verlo nerviosa, él aun así me tenía una dulce sonrisa esperando mi respuesta.

—Yo...creo...que bien —mentí y puse mi mano en mi frente, es la primera vez que miento de una manera tan falsa que ni siquiera yo me la creo.

El maestro Natt se sentó al lado mío mirándome con poca lastima.

—Gemma, no me enfadaré si no has realizado algún ejercicio.

Yo bajé la mirada muy apenada con algo de tristeza, quite mis brazos mostrándole mi libreta con algunos dibujitos al estar aburrida y en la tableta se mostraba que no había escogido ninguna respuesta de los diez ejercicios.

—Con la verdad Gemma, ¿Sabes algo de estos ejercicios? o para ti esto es algo nuevo.

—Con la verdad...me parece brujería —dije mirando con gran asco esos garabatos y el maestro Natt saco muy pocas risas.

—Detendré tu sufrimiento de acuerdo —dijo sonriéndome apagando mi tableta y cerrando mi libreta, puso sus codos en la mesa— Quiero que me cuentes qué es lo último que viste en tu escuela.

—Uff... —dije alzando mi mirada al techo como si eso me ayudara a recordar, tantos años sin haber estudiado, yo mire con mucha pena al maestro— Lo siento...no me acuerdo.

—Hagamos esto, si no me equivoco tu próxima clase es la de entrenamiento potestad.

Yo saque mi horario para asegurarme.

—Si, hasta las 4.

El maestro Natt miró su reloj de su muñeca, después volteo a verme.

—Quiero ponerte un examen, el examen toma tres horas hacerlo, tendré que quitarle un poco de tiempo a tu clase de entrenamiento para que puedas comer algo —yo me espante poniendo mi mano en mi pecho— Tranquila Gemma, depende de lo que saques no perjudica tu calificación, quiero saber qué tanto sabes y no te preocupes por tu última clase, haré una nota especial al maestro Colt explicándole tu razón tardía. Cancelaré mis próximas clases pidiéndole a uno de mis reemplazos que me sustituya en esta ocasión —dijo sacando su celular— Recoge tus cosas, te llevaré a mi oficina.

Yo le asentía al maestro obedeciendo guardando mis cosas, él empezó hablar por celular levantándose haciéndome señas que lo siguiera, yo agarre mi mochila con algo de esfuerzo, pero me aparté espantada al sentir como si alguien invisible me lo cargara por mi, me pegue en la pared con terror al ver que mi mochila estaba flotando, mire al maestro pidiéndole ayuda, él bajo su celular sacando pocas risas por mi reacción y yo fruncí el ceño.

—Tranquila, es mi don telequinético, perdón por no haberlo avisado, no te preocupes, yo llevaré tu mochila —dijo él en susurro para que el la persona que hablaba por celular no lo escuchara, volvió a pegarse el aparato en su oreja— Perdón, le estaba diciendo algunas cosas a una estudiante mía...si...presentate en el salón a las 3, ponles del examen de esta semana...

El maestro caminó hacia la salida del salón, yo mire como mi mochila lo iba siguiendo flotando levemente con él, yo puse mi mano en mi frente negando con la cabeza, debo repetirme a mí misma "Cosas raras que suceden, son normales en esta academia"

Nos salíamos de la academia, yo estaba completamente perdida sin saber a dónde vamos, él dijo que su oficina, pero se me hace extraño que sea afuera de la academia, quisiera preguntárselo, pero él sigue hablando por celular, note que a lo lejos nos dirigimos a un palacio no tan grande como la academia, pero potestades de diferentes edades siendo un poco mayores iban entrando o saliendo.

Pude ver que había un letrero "Astros" ¿Astros?, ¿Así se le llamaran a los maestros?, el maestro bajo su brazo guardando su celular, me volteo a ver con una corta sonrisa culpable.

—Lamento la grosería de haberme tardado en hablar, Gemma.

—Oh...no, no, no se preocupe maestro Natt —dije sonriéndole y mire del edificio a lo lejos— No...sabía que tenían su propio edificio.

—¿Tu guía no te lo ha mostrado? —preguntó el maestro con el ceño fruncido deteniéndose enfrente de la entrada.

Yo me sobresalte, sonreí tratando de solucionar mi pequeño error.

—Si me lo ha enseñado, pero se me ha olvidado por completo que era su edificio...como ¿Por qué se llaman astros?, no recuerdo muy bien lo que me dijo Celia.

—La definición de astro viene siendo un cuerpo formado de celestes, nosotros juntamos a los celestes en aula siendo los responsables que ustedes sean nuestro cuerpo, por ello el cuerpo celeste, astro.

—Oooh —dije un poco extrañada, pero el maestro Natt con su don me abrió la puerta sin tocarla, yo le sonreí agradecida, aun no puedo creer que mi mochila esté flotando siguiéndonos.

Al pasar, entré a una área donde estaba un recepcionista y muchos guardias alrededor.

—Ve con el recepcionista para que apunte los datos de tu credencial Gemma —dijo el maestro Natt y yo asenti yendo con el recepcionista sacando mi credencial, él extendió su mano pidiendo y yo se la entregué, el maestro se puso al lado mío enseñándole su credencial de astro— Se quedará hasta las cuatro y quince.

El recepcionista miró la credencial del maestro, no sabía que hasta los maestros tenían identificación, el hombre miró la pantalla de su computadora empezando a teclear en su teclado, después volteo a verme mostrando mi credencial.

—Te la regresare cuando hayas terminado de hablar con tu astro.

Yo le asentí comprendiendo, el maestro Natt empezó a caminar haciéndome señas que lo siguiera y yo empecé a seguirlo, el maestro de nuevo le mostró su credencial a los guardias que protegían de una entrada, esto parece más un banco que la academia, tienen muchos más guardias aquí,

Los guardias le abrían paso dejándolo pasar, camine al lado de ellos un poco intimidante a sus miradas llenas de frialdad y amenaza, superan al señor guardia de mi pasillo, mientras que caminaba por el lugar el maestro Natt me comentaba sobre él, también duermen en un departamento como nosotros los celestes, pero para ellos es sin compartir teniendo todo el lugar para ellos solos, tienen su propia cafetería, gimnasio...¿Nosotros tenemos gimnasio?, claro...Celia no me lo pudo mostrar.

Nos metimos por el elevador que hasta había un guardia ahí adentro vigilando, el maestro Natt puso el segundo piso y las puertas del elevador se cerraron empezando a subir, rápidamente llego al piso y una vez que las puertas se abrieron me puse al lado del maestro Natt.

—¿Puedo hacerle una pregunta? —preguntó mirando a los guardias que cuidan del pasillo.

—La que gustes Gemma —dijo el amablemente volteandome a ver y yo sonreí con poca pena.

—¿Por qué...se ve que aquí tienen más seguridad que la academia?

—Aquí se encuentran todas las oficinas de los astros, como los exámenes, resultados, nunca ha llegado el caso, pero no queremos arriesgarnos que un celeste quiera hacer trampa cambiando sus resultados.

El maestro Natt se detuvo en una puerta que tiene un letrero con su nombre escrito, el tomo el pomo con su mano y el objeto dio un pequeño resplandor verde, el abrió la puerta dándome una seña que entrara, aquí claramente existen los caballeros, pase sonriéndole agradecida.

—Toma asiento Gemma, te atenderé en un momento —dijo cerrando la puerta de su oficina y yo mire de los asientos que estaban enfrente de su escritorio.

Me senté en la silla viendo con una dulce sonrisa las fotos de su escritorio, eran muchas de su familia, tenía una donde salia solamente con su esposa al parecer, su tono de piel es como el ébano con el cabello corto afro, ella abrazaba su esposo con gran sonrisa para la foto, las otras fotos eran más de su esposa y parece de su hijo, que él agarró más parecido a su mamá,

—Tiene una bonita familia, maestro Natt —dije sonriéndole con poca ternura y él se sentó en su asiento teniendo unos papeles en sus manos poniéndolos sobre la mesa del escritorio, dejó mi mochila al lado del otro asiento que se encontraba a mi lado.

Él tomó una de las fotos con una sonrisa orgullosa.

—Gracias Gemma, de ellos depende mi vida —dijo él de una manera tan cariñosa que hasta acarició la foto mostrándoles gran afecto.

Yo bajé la mirada sintiendo un poco de envidia, pero respire hondo tratando de sacarla, esto no es el momento de sentimentalismo.

El maestro Natt acerco las hojas que tenia hace rato hacia a mi.

—Aquí esta el examen que te había comentado, tienes tres horas Gemma, no te sientas apresurada por acabarlo no pasara nada si no lo terminas, pero si no te sabes una respuesta omitela no pierdas el tiempo tratando de resolverla, en hora y media daré un pequeño receso de quince minutos si gustas ir al baño. ¿Estas lista?

Yo abrí mi mochila sacando mis materiales, mire con poco miedo del examen, pero con valor apretando con fuerza el lapicero, asentía pegando la punta del lapicero en el papel.

—Empieza el conteo —dijo el maestro Natt picando un botón a su celular y empecé a contestar.

***

Había pasado el tiempo, al principio fue muy sencillo, te ponían preguntas que hasta niños de primaria te podían resolver, pero cada vuelta que doy de página, las cosas se complicaban, el maestro dijo "omite la pregunta si no puedes contestar", hay más preguntas vacías que resueltas por culpa de ese consejo.

Se escuchó un pequeño timbre.

—Tiempo —dijo arrebatándome las hojas sin ser tan brusco, yo hice una mueca mirando al maestro Natt nerviosa, él tranquilamente guardaba mis exámenes en un fólder— Mañana te daré tus resultados.

—¿Qué...pasa si me va...muy mal?, maestro Natt —pregunte con algo de miedo cogiendo mi mochila abrazándola como mi único consuelo.

—Gemma... —dijo el sonriéndome con ternura— No tienes que temer, los mejores casos es que solo te de asesorías para que puedas estar actualizada como tus demás compañeros.

—¿Y...el...peor?

—El peor de los casos es que tendríamos que mandarte a un nivel más bajo, dependiendo de las materias donde muestran más dificultad —yo abracé a mi mochila con más fuerza— Pero piensa que va suceder los mejores casos —dijo él alargando su sonrisa y yo fingí una corta sonrisa aun insegura, el maestro miró la hora del reloj de su muñeca, él se sobresaltó un poco— Las cuatro en punto, me siento tan mal en que solo tengas 15 minutos para comer, Gemma. Permíteme comprarte algo de la cafetería como manera de disculpa —dijo él levantándose mirándome con gran culpa.

—Maestro cómo cree... —dije muy apenada.

—Insisto, no quiero que llegues más tarde, el maestro Colt tiene un temperamento especial —dijo él preocupado ayudándome a guardar mis cosas con su don y cerró mi mochila de nuevo empezando a cargar con telequinesis. Agarro una hoja pequeña que estaba en su escritorio entregandomela, yo la agarre frunciendo el ceño— Es la hoja que te comente, es una justificación para que el maestro Colt no te de un retardo.

Yo me quedé un poco extrañada, el maestro Natt si parece nervioso por ese maestro, además, ¿Dijo que tenía un temperamento especial?, espero que no tanto como el viejo gordo de mi abuelo. El maestro Natt se dirigió a la salida abriéndome la puerta dándome entender que era tiempo de irme, yo me levanté saliendo de su oficina...

***

Salí del edificio Astro guardando mi identificación.

—Hablaremos mañana, Gemma —dijo el maestro Natt atrás mío despidiéndose de mí y yo me volteé despidiéndome de él con una seña de despedida.

—Hasta mañana —dije amablemente, me saboreo aún mi boca por esos croissants que el maestro Natt me compro, ahora entiendo porque son tan famosos en su país.

Saque mi celular para ver si no tenia algún mensaje, desde que presente el examen no he podido ver que me han mandado, abrí mi boca en grande al ver los diez mensajes de Mia y Theo, sonrió con poca emoción abrazando mi celular, no había tenido tantos mensajes además de mi madre.

Abrí la aplicación de mensajes para leerlos mientras me dirigía al departamento para cambiarme de ropa, Mia me comentó que tenía que ponerme un uniforme deportivo especial para el entrenamiento potestad.

Me espante al ver lo que decían los demás mensajes que debía apurarme o iba haber consecuencias, empecé a correr yéndome al departamento para cambiarme.

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