Zero

- ¿Zero? – preguntó X.

- Sí. Zero. Ese es mi nombre. – respondió el Maverick rojo.

- ¿Acabas de recordarlo? – volvió a preguntar X.

- No, sólo se me ocurrió. – explicó el ahora autoproclamado "Zero". – Dijiste que necesitabas alguna forma de llamarme, así que elegí eso.

X se quedó en silencio por un momento. Cierto, aunque este reploide sólo estaba utilizando sus componentes lógicos, él sospechaba que tal despliegue de independencia sería visto con suspicacia. Y lo último que necesitaba era que "Zero" empeorase todavía más su situación.

- Ok entonces, Zero. – dijo X. – Dadas las circunstancias en cómo llegaste aquí... – hizo una pausa – ... no hace falta decir que todos están en conflicto.

- Están planeando matarme, ¿verdad? – dijo Zero de repente, haciendo que todo el cuarto se quedara en silencio.

- ¿Qué? ¡No! ¡No, nada de eso! – X negó con la cabeza. – ¡Todavía no se ha decidido nada de eso! No es que quiera decir que es una posibilidad, pero...

Se arrepintió de sus palabras cuando recibió una mirada fulminante del reploide rojo.

- Pero ES una posibilidad. ¿Me equivoco o no? – cuestionó Zero. X no fue capaz de responderle. – Exactamente. – Se giró dándole la espalda a X. – Entonces no hay motivo para discutir nada. Mientras les obedezca, no me exterminarán. Eso es básicamente lo que estás diciendo, ¿verdad?

X vio que los guardias de afuera comenzaban a moverse más cerca de la habitación, listos para intervenir si era necesario. El reploide azul estaba haciendo todo lo posible para que no tuviera que llegar a eso. – El Consejo está tomando declaraciones de todos los involucrados en lo que ha sucedido dentro y fuera de las fronteras de Arcadia. – explicó X. – Aunque, ¿todavía dices que no recuerdas nada?

Zero no asintió ni negó con la cabeza para responder a la pregunta. – ¿Eso importa? Me tenían en custodia, así que claramente creen que hice algo malo.

- Así están las cosas, aunque... si tus sistemas fueron corrompidos o si fuiste infectado por el virus, las cosas podrían ir a tu favor. – continuó el reploide azul. – Dado que parece que, bueno, estás funcionando de manera normal, si fuiste infectado, tu recuperación podría servir para ayudar a los otros reploides a recuperarse.

¿Recuperarse? ¿Virus? – ¿De qué estás hablando? – preguntó Zero.

- Los doctores Cain y Fujiwara podrán explicártelo mejor. – le dijo X. – De hecho, Fujiwara solicitó que vengas a su laboratorio para que te examinen.

¿Examinar? ¿A qué se refería con eso? – ¿Y si me rehusara? – preguntó Zero.

X sospechaba que al Maverick no le iba a gustar lo que diría a continuación. – Entonces, me temo que tendrás que quedarte aquí hasta que el consejo decida qué hacer contigo.

- ¿Por qué no puedo ir a hablar con este "consejo" por mí mismo? – cuestionó Zero.

- Podrías, pero tendrías que estar bajo monitoreo. – replicó X.

- ¿Por qué? ¿Porque soy un criminal?

X se mordió el labio. Este sujeto no le estaba poniendo las cosas fáciles a ninguno de ellos. – Bueno, técnicamente hablando, sí. Evadiste tu arresto después de todo. – No se atrevió a mencionarle lo que ocurrió con la unidad de Gamma o con Sigma. – Yo realmente no tengo voz en el asunto. Sólo vine para decirte que esas eran tus opciones.

- ¿Y por qué viniste TÚ? – preguntó Zero, con la pregunta cargada de sarcasmo, pero a pesar de eso era genuina. – A menos que seas el único que puede decirme esto, y dudo que ese sea el caso.

- "De acuerdo, ya estás empezando a irritarme. ¡Estoy tratando de ayudarte!" – pensó X. Pero sabía que tenía que mantener la cabeza fría por el bien de este Maverick, de "Zero". – No, pero dada la evidencia que hay apilada en tu contra, te sugiero que consideres tu siguiente paso con mucho cuidado. – Comenzó a girarse. – Tu vida podría depender de ello. Estoy seguro que incluso tú le temes a la muerte.

Aunque X no pudo verlo, los ojos de Zero se ensancharon, mientras sus sistemas frenéticamente armaban una imagen en su cabeza. Una recolección de datos de la que ni siquiera él parecía consciente. Escuchó voces, pero estaban revueltas y no entendía nada. No sabía qué lo provocó, no tenía ni idea, y sólo ocurrió por un segundo, pero las palabras del reploide azul parecían estar conectadas a ello de alguna manera.

Miedo a morir. Miedo a quedar obsoleto. Miedo a ser inutilizado.

Estos sentimientos no eran parte de él, pero los había escuchado antes. Pero no podía recordar nada más.

- Espera. – dijo Zero de repente; X se mantuvo dándole la espalda para aparentar que se iba.

- "¡Sí! ¡Resultó! – celebró X mentalmente, esperando que esta táctica le ganase la atención del otro reploide. – ¿Sí?

Zero se quedó callado al principio. Esto no era exactamente bueno para su orgullo. – ¿Quiénes dijiste que querían examinarme?

- El Dr. Cain y el Dr. Fujiwara. – respondió X. – No es nada serio, sólo un examen completo de tu CPU. No intentarán sabotearte de ninguna manera.

Por supuesto, que la razón principal de eso significaba que sería interferir con la evidencia, pero X no quería darle a Zero ningún motivo para echarse atrás. Zero se quedó callado, contemplativo antes de dar su respuesta.

- De acuerdo. – dijo finalmente.

Los ojos de X se iluminaron. – ¿De verdad? ¿Lo dices en serio? – Zero asintió. – ¡Muy bien, grandioso! Arreglaré un transporte de inmediato. – Se dirigió hacia la puerta, pero no sin antes de girarse para encarar a Zero. – Oh, espérame aquí. – dijo antes de abandonar la puerta.

Zero se quedó a solas con sus pensamientos. ¿A dónde iría? Bueno, no importaba. Entre más pronto saliera de allí, más pronto podría escapar de la ciudad.

Laboratorio del Dr. Fujiwara...

- Todavía no entiendo por qué insistes en esperar. – le dijo Roll a su hermano, enfrente de la puerta que llevaba hacia la cámara de operaciones principal de Fujiwara. La cámara a donde lo trajeron por primera vez para que Cain y el científico asiático pudieran analizarlos, junto con los científicos del consejo. – No es como que te dejarán entrar.

- Lo sé. – respondió X, apoyándose contra la puerta de la habitación. – Pero... no es que les vaya a estorbar. Puedo quedarme en una esquina sin molestar a nadie.

- Pero probablemente podrías dar tu opinión de si el sujeto al que están examinando está bien. Si necesita algo, si le dan calambres en las piernas, y otras cien cosas más que podrían ir mal. ¿Tengo razón? – cuestionó Roll. El silencio de X fue toda la respuesta que necesitaba. – ¿Por qué te desespera tanto saber lo que pasa adentro? Mejor todavía, y no quiero sonar cruel diciendo esto, ¿pero por qué te importa tanto?

X miró a la reploide rubia. – ¿A qué te refieres?

- Has estado insistiendo en que quieres saber todo lo que está sucediendo con este Maverick rojo...

- Zero. – interrumpió X.

- ¿Qué?

- Si nombre es Zero. – le dijo X.

- Pero creí que habías dicho que no tenía un nombre registrado. – respondió Roll.

- No lo tiene. Eso lo escogió él mismo. – explicó X. – Lo cual no luce exactamente bien para él.

Roll asintió. – Incluso ahora, parece que los humanos todavía le temen al pensamiento independiente. Incluso al que tienen entre ellos. – Rápidamente volvió al tema original. – Entonces, como estaba diciendo, ¿por qué te preocupa tanto él? ¿Este sujeto Zero?

X se quedó pensando en esto por un momento. En efecto, ¿por qué le importaba tanto? Mejor todavía, ¿cómo podía expresar por qué él mismo no lo sabía? Con todo, tenía que al menos intentarlo.

- Bueno, si Zero estaba infectado con el Virus Maverick, quizás haya una manera de revertir los efectos. Quiero decir, ahora mismo está caminando y hablando de manera normal.

- Asumiendo que lo tuvo para empezar. – añadió Roll.

- ¿Qué otra cosa podría ser? – preguntó X. – Nadie que tenga medio procesador funcionando haría todas esas... – X se detuvo por un momento – ... lo que él hizo.

Apenas había oído los detalles de lo que sucedió con Gamma, pero sabía que lo que había en el reporte no sería nada comparado con verlo en persona. Glenn y Ray seguramente no lo olvidarían en un futuro cercano.

- Y ahora que se encuentra fuera de su sistema...

- Asumiéndolo. – intercedió Roll.

- Asumiéndolo. – dijo X, algo reacio pero estando de acuerdo. – Se está comportando completamente diferente. Después de todo, ¿por qué iba el mismo sujeto que... hizo esas cosas salvar a un niño? Mejor todavía, ¿por qué no usó esa oportunidad para escaparse? Viendo que si esa niña salía golpeada por el auto sería la oportunidad perfecta. – Por grotesco que sonara, X tuvo que reconocer la posibilidad. Afortunadamente no sucedió, pero eso sólo atraía más confusión. –Así tal vez podamos aprender cómo arreglar a los reploides dañados, y así no tendrán que ser eliminados si se les clasifica como Mavericks.

- Tal vez. – dijo Roll. Aunque ella no estaba considerando al Maverick rojo, Zero, para esto, si estudiarlo podría llevar a cosas como esa, tal vez fuese algo bueno que siguiera con vida. – Aunque, si se trata del virus o, como algunos lo están llamando ahora, un fallo, no ha habido ningún registro de virus o falla que cause esto. – Se quedó en silencio por un momento. – Fue casi como aquella energía que Mega Man encontró una vez.

X giró la cara hacia ella. – ¿Cuál energía?

Roll también se giró para encararlo. – Nunca se le dio un nombre oficial, pero el robot que vino desde el espacio la llamó "Energía Maligna".

Adentro de la habitación...

Nadie estaba seguro de si llamar a esto fantástico o aterrador. Los datos estaban allí enfrente de todos, pero nadie sabía qué hacer con ella.

- Cain. – habló Fujiwara, levantándose de su asiento enfrente de la computadora principal. – Damas y caballeros. – se dirigió entonces hacia los científicos del consejo que se encontraban estudiando a Zero en este momento. – Necesito tomarme un momento para salir. Regresaré en breve.

Salió de la habitación, pero Cain lo siguió. – Sho, ¿qué sucede? ¿Qué está pasando? – preguntó el anciano, perturbado por el semblante del científico, que normalmente mantenía la compostura. – Por lo que parece, ese reploide está funcionando bien.

- Exactamente. – replicó Fujiwara. – Y ese es el problema. No debería estar funcionando EN ABSOLUTO.

- ¿Por qué?

El humano japonés suspiró. – Incluso luego de todo este tiempo, no sabes nada sobre las máquinas. – dijo en voz alta. – Los sistemas de este reploide, de este Maverick...

- Zero. – interrumpió Cain. – X dijo que quiere que se dirijan a él de ese modo.

- Ese es un ejemplo perfecto de lo que estoy hablando. – explicó Fujiwara. – - Su procesador puede registrar de todo, desde tareas básicas hasta acciones mucho más independientes. Pero por lo que me dijeron, este Maverick...

- Zero.

- Está bien. "Zero", era poco más que un animal furioso. Por supuesto, esto inicialmente me llevó a asumir que había sido infectado. Pero, tal como tú y los demás pueden ver claramente, no hay signo de ningún tipo de corrupción. Es como si NUNCA hubiese habido un virus para empezar.

Cain mentalmente tomó nota de todo, tratando de entender. – Es decir que se ha recuperado totalmente. ¿Es lo que estás tratando de decir?

- De cierta manera. – respondió Fujiwara. – Y más todavía, ni X ni Roll han demostrado signos de infección, así que...

- ¿Así que qué?

Fujiwara lo miró con expresión sombría. – Estos incidentes Maverick podrían no ser el resultado de un virus en absoluto.

Afuera...

- ¿Es decir que sólo un ser de "pura maldad" podría usarlo? – preguntó X, una vez que Roll hubo terminado su relato.

- Eso fue lo que dijo ese robot del espacio. – preguntó Roll. – Pero si alguien de corazón y mente puros se infectaba, entonces, al darse cuenta de que podrían ser corrompidos, la energía mataría a su nuevo anfitrión. – Se mordió el labio. – Fue una de las veces que mi hermano mayor estuvo más cerca de morir. – Se mordió más fuerte. Si no hubiese sido por Duo, habría sin duda terminado... ¡pero no! No se atrevía a pensar en eso. No ahora. Después de todo, Rock habría querido que ella cuidase del hermano más pequeño de ambos lo mejor posible. – Proto Man nos lo explicó a todos, o al menos, nos dio una versión resumida cuando trajo a Mega Man. – dijo mientras recordaba ese largo procedimiento para poner a su hermano de vuelta en línea.

- ¿No se quedó más? – preguntó X en relación a Proto Man.

- No. Tan pronto como llegó, se fue. – respondió Roll. – Eso siempre fue lo más extraño de él. Nunca se quedaba mucho, pero siempre parecía estar a la vuelta de la esquina cuando lo necesitaban. Honestamente, me arrepiento de no presionarlo más sobre quién era.

- ¿Nunca te lo dijo? – preguntó X de nuevo. Este tal "Proto Man" permanecía muy elusivo y enigmático.

- No creo que le haya dicho nada a nadie. Ni siquiera a Rock. – explicó Roll. – Pero aun así, ahora que pienso en ello, ¿por qué iba a quedarse? Proto Man originalmente estaba empeñado en destruir a Mega Man, pero desde que Gamma fue recuperado de las manos de Wily, parecía andar de ida y vuelta constantemente. E incluso después de eso, Mega Man parecía tener esa fe inquebrantable en él. Incluso cuando parecía que de verdad era malvado, Mega siempre mantuvo la creencia de que todo eso debía ser un horrible malentendido.

X se detuvo por un momento, preguntándose si debería o no hacer la siguiente pregunta. Pero aunque parecía muy simple, su peso no lo era en absoluto. – ¿Y qué sucedió? ¿Se equivocó?

Roll se quedó en silencio por un momento, procesando por su base de datos y archivos de memoria. X sabía que tomaría algo más de esfuerzo de parte de ella, pero el reploide azul se sentía tentado a pedirle que fuera un poco más rápido. O más bien, ¿era que no querría saber la respuesta?

Fuera cual fuese el caso, ya era demasiado tarde, pues Roll aparentemente ya había terminado de recolectar la información y habló. – Él tuvo razón sobre Proto Man. Y afortunadamente, resultó para bien.

X se quedó callado por un momento. ¿Era así como se sentía, como solían decir los humanos, tener un ataque al corazón?

- ¿Oh? ¿Y cómo fue?

- Bueno, al final resultó que todo fue, otra vez, una trampa de Wily. – dijo Roll. Eso parecía ser algo muy recurrente en los relatos sobre el Bombardero Azul. – Pero al final, aunque nadie podía creérselo, Mega Man tuvo razón sobre ese robot rojo.

- ¿Tú no le creías? – preguntó X. Aunque Roll no lo supiera, ella ya había respondido muchas de sus preguntas por él.

- Nadie lo hacía. Aparte del Dr. Light, Rock era el único que creía que algo andaba mal. – dijo Roll. – Debo admitir que, desde aquel incidente que involucraba a Gamma, he sospechado mucho sobre Proto Man. Hasta donde sabía, era alguien que una vez había tratado de lastimar a Mega Man, así que ¿por qué no iba a hacerlo ahora?

- ¿No hubo un reporte sobre que rescató a la hija de alguien?

- Sí, a Kalinka. – dijo Roll. – Pero nadie supo realmente lo que sucedió tras bambalinas con eso. – Se giró hacia su hermano. – ¿Por qué de pronto tanta curiosidad sobre Proto Man?

X intentó fingir ignorancia. – Ninguna razón. Sólo curiosidad. Nadie sabe mucho sobre él todavía, así que ¿por qué no sacarle información a la fuente directamente?

- Supongo que es justo. – Roll se encogió de hombros. – "Hay algo que quieres decir, pero no te atreves. ¿De qué se trata?"

Antes de poder preguntarle, X volvió a hablar. – Y hablando de eso, ¿no hubo algún tipo de virus en tu época?

- Técnicamente también sería tu época. – le dijo Roll. Sería una época que él nunca vería, así que ella tendría que contarle. – Pero sí, el incidente Roboenza. – Se puso la mano en la sien, como si le hubiese dado una jaqueca. – Con eso sí que tuve experiencia.

Adentro...

- Entonces, tu nombre ni siquiera es una memoria. – dijo uno de los científicos mayores. – ¿Simplemente lo elegiste?

- Esencialmente, sí. – respondió Zero. – ¿Por qué todo mundo tiene tanta fijación en eso?

El científico se sorprendió por la actitud tan directa de la máquina. – Bueno, hablando técnica y lógicamente, sólo hiciste uso de tus componentes lógicos. – explicó el científico, mirando a Zero de arriba abajo. – Pero es típicamente la norma que sea el creador quien asigna los nombres, o en el caso de reploides producidos en masa, lo haga un generador de nombres. Aunque no podemos saber cuál fue debido a los daños a tu procesador.

Esa era la explicación oficial que todos seguían, ya que nadie podía explicarlo de otra manera. Actualmente, Zero se encontraba sentado encima de una mesa de operaciones (se rehusaba a tenderse de espaldas, tal vez porque eso lo dejaba más vulnerable), con cables y cordones conectados a sus audio-receptores. Un esquema de su CPU estaba desplegado en el monitor para que todos lo vieran, pero hizo poco para ocultar la perplejidad de todos. Su procesador y sus variadas porciones funcionaban normalmente, pero los bancos de memoria estaban completamente vacíos. La identidad de este reploide no podía ser confirmada, ni de nombre ni de número serial, ya que ambas áreas estaban corruptas.

Esto, junto con el pensamiento independiente que estaba demostrando Zero, estaba poniendo nerviosos a los humanos, pero hicieron su mejor esfuerzo por ocultarlo. – Bueno, si me lo permites, ¿cómo pudiste decidir sobre ese nombre? – preguntó otra científica, una mujer.

El reploide de largo cabello se encogió de hombros. – No tengo nada excepto lo más esencial en mi cerebro, así que es lo que escogí. No hay nada allí, así que pensé que sería apropiado. – Se giró hacia la mujer. – ¿Por qué tienen tanta curiosidad? Si están pensando en cambiarlo, entonces no.

La mujer se quedó callada por un momento, antes de preguntar. – Bueno, ¿y eso por qué? ¿Por qué no quieres que se cambie tu nombre?

- Porque es mío. – El reploide se cruzó de brazos.

- Entonces, eso lo sabes, o más bien, has elegido llamarte de esa manera. – dijo la científica. – ¿Pero no conoces tu número serial?

- ¿Por qué importaría eso? – preguntó Zero.

- Eso puede decirnos si eres parte de una línea, o fuiste creado individualmente a mano. – explicó el científico mayor que habló antes. – Usualmente se listan las iniciales del creador y un número después. Solía ser común durante los años 20XX cuando el Dr. Light creó a su primer robot. Así que podrías decir que él inició ese sistema de clasificación. Pero al ver que incluso eso es ilegible, – señaló al monitor, donde la información de identificación de Zero no mostraba sino mensajes de error – no tenemos idea de si fuiste el primero o el último de la línea de tu creador o creadores.

- Bueno, hasta ahora, parece que estoy funcionando bien sin ellos, quienes quiera que sean. – dijo Zero.

Esto pareció poner a los humanos nerviosos. El porqué, Zero no tenía idea. Sólo estaban haciendo preguntas, así que él les daba respuestas, pero parecía que esas respuestas sólo los hacían sentirse más intranquilos.

De repente, una de las entradas del laboratorio se abrió, para que luego entraran el Dr. Cain y Fujiwara.

- Perdón por eso. – dijo Fujiwara. – Como sea, ¿han descubierto algo nuevo?

Afuera...

- ¿Entonces los robots estaban enloqueciendo? – preguntó X, sorprendido de escuchar tal cosa de su hermana.

- Así es. El crimen se disparó y todo mundo tenía miedo de nosotros. No hubo humanos directamente heridos, pero la gente tuvo miedo que, eventualmente, la Roboenza corrompería sus sistemas al punto de que las Tres Leyes no harían ninguna diferencia. – explicó Roll. – Al menos, eso fue lo que escuché después. Fui una de las primeras en contagiarse.

- ¿Te volviste loca? – preguntó X, aunque empezó a arrepentirse al ver que Roll se había ofendido.

- ¡Por supuesto que no! ¡Me comporté muy bien todo el tiempo! – le dijo firmemente. – El Dr. Light implantó la etiqueta básica y modales en mi procesador. – Luego se quedó callada. – Aunque creo que reaccioné de esa manera porque no fui programada con habilidades de combate. La Roboenza no podía hacer mucho conmigo más allá de ponerme a desordenar el laboratorio, así que sólo me puso enferma. – X no estaba totalmente seguro, pero casi sonaba decepcionada. – Quiero decir, sí, no habría querido causar ninguna destrucción, pero...

- ¿Pero desearías que algo hubiese pasado? – preguntó X.

Medio se esperaba que la reploide prototipo respondiera de la misma forma que lo hizo antes (sin pensar mucho en ello hasta ahora), pero en vez de eso no respondió. Se quedó callada y pareció quedarse pesando profundamente. Finalmente volvió a hablar. – Yo... honestamente no lo sé. – le dijo. – Cierto, la Roboenza no me puso violenta o me hizo perder la cabeza; o de lo contrario no le habría podido dar a Mega Man la medicina. – Su medicina. La única cosa que pudo hacer, la única utilidad que tuvo durante todo el evento. – Y Mega Man eventualmente consiguió la cura, aunque dijo que Wily fue quien la proveyó luego de ser llevado a un hospital. Todo al final resultó bien, sí. – agregó tras irse por la tangente. – Pero no pasó mucho antes que Wily volviera a sus viejas andadas, mucho menos iba a dejar de crear robots para causar problemas.

Adentro...

- Sin archivos de memoria, sin identificación, sólo las funciones más básicas disponibles. – dijo Fujiwara, observando el plano del procesador de Zero en el monitor. – Y aun así estás de pie y funcionando como si nada estuviese mal.

- Eso es porque nada ESTÁ MAL. – respondió Zero. – Así que no habría ningún sentido en seguir en esto.

- Bueno, no es como que podamos simplemente dejarte ir. – respondió Fujiwara.

- ¿Por qué no? – cuestionó Zero.

Esto hizo que Fujiwara se quedara congelado en seco. – ¿No tienes idea de lo que ha ocurrido?

Zero estaba perdiendo su compostura, y su creciente frustración comenzaba a mostrarse. – Nadie me ha dicho una sola palabra de por qué estoy aquí, mucho menos por qué me tienen encerrado o me persiguieron ayer. Así que ahora que todos ustedes tuvieron su turno, ¿qué tal si ahora yo les hago algunas preguntas? – Se levantó de la mesa de operaciones y caminó hacia el japonés. Los científicos, Cain y Fujiwara se quedaron congelados de asombro y miedo. – Primero, ¿dónde diablos estoy?

Nadie pronunció una sola palabra; el reploide rojo miró alrededor para encontrarse con numerosos ojos aterrorizados enfocados en él. Luego vio a Fujiwara meter la mano en el bolsillo de su bata de laboratorio, sacando un objeto pequeño de él. Zero se adelantó y se lo quitó, sospechando que se trataba de algo para incapacitarlo a él. El humano quedó indefenso ante la fuerza del reploide, pero su mano solo fue restringida, no aplastada. El reploide metió la mano en el bolsillo y sacó lo que parecía ser un pequeño interruptor, con un signo de advertencia de alto voltaje en el frente.

- ¿Qué es esto? ¿Y por qué lo tiene? – preguntó Zero, soltando la mano de Fujiwara antes de mirar al asiático fijamente a los ojos. – Estaba planeando utilizar esto contra mí, ¿verdad?

Uno de los otros científicos trató de correr hacia la puerta, sólo para recordar que estaban bloqueados del exterior. Sólo Fujiwara tenía acceso al sistema de bloqueo. El Maverick rojo pareció darse cuenta de esto, para el horror de los humanos adentro.

Fujiwara agarró el dispositivo y logró presionar el botón. Zero sintió como si un fuego ardiente asaltara su cavidad cerebral, haciendo que el reploide cayera de rodillas mientras se sujetaba la cabeza de agonía. Sintió que sus sistemas se desactivaban, dándose cuenta que perdería la conciencia si esto continuaba mucho más.

- ¡Espera! ¡Detente! – protestó Cain. – ¡Sho, esto va a...!

Cain no alcanzó a terminar ya que, a pesar del dolor que sentía, Zero se arrancó los cables conectados a él por sus audio-receptores, y el dolor se vio reducido a la mitad cuando se sacó los del lado derecho. Procedió a hacer lo mismo con el lado izquierdo y se puso de pie. Fujiwara volvió a presionar el interruptor, logrando arrebatárselo a Zero, pero no sirvió de nada.

Sus ataduras ya no lo contenían, y parecía saber ahora cuál sería su siguiente momento. Para el horror colectivo de todos los que estaban adentro, el brazo izquierdo de Zero se transformó en un cañón Buster, y ya estaba preparando un disparo cargado.

Afuera...

Si no fue el sonido lo que atrajo su atención, entonces el sacudón por el impacto definitivamente lo hizo. X y Roll se sobresaltaron y casi se fueron de bruces por el repentino temblor, mirándose uno a la otra y asumiendo lo peor.

- ¡Espérame aquí! – dijo X, corriendo hacia la escena.

Aunque seguía siendo su hermano menor, Roll usualmente no veía razón para protestar contra el deseo de X de protegerla. Sin embargo, tratándose de ese Maverick rojo, no se podía quedar quieta.

- "No." – pensó, corriendo tras su hermano azul. – "¡No me lo vas a quitar! ¡No te dejaré!"

X llegó para ver que, con un solo disparo final, la pared había sido completamente demolida, dejando un enorme agujero en todo el centro. A través de dicho agujero, que seguía echando humo, X vio a Zero saltar hacia afuera y escapar hacia el corredor, dejando claras sus intenciones. Se había arrancado los cables y cordones de sus audio-receptores, dejándolo libre para escapar.

- ¡Oh no, no no de nuevo! – siseó X. Se giró hacia los otros científicos, Cain y Fujiwara. – ¡Contacten al cuartel general! ¡Yo me encargaré de esto!

...

No podía equivocarse ahora. Tenía que escapar. Tenía que salir de aquí. ¡Ese reploide azul le mintió! ¡Dijo que esos humanos no iban a lastimarlo! ¡Le dijo que responderían a sus preguntas, pero nadie le dijo nada! Y ahora, ¡¿descubría que esos humanos ya estaban listos para aplicar choques a su sistema, literalmente en cualquier momento?!

Eso era todo. No podía quedarse aquí. ¡Tenía que escapar!

- ¡DETENTE! – escuchó gritar una voz detrás de él, y luego vio venir disparos de energía dorada directo hacia él. Zero se agachó y continuó corriendo, esquivando los disparos de ese maldito reploide. Finalmente, llegó a la entrada y agarró los bordes de la puerta. Con su gran fuerza los separó, creando suficiente espacio para maniobrar y salir del laboratorio, de regreso a las calles de la ciudad.

Saliendo directo hacia el diluvio, mientras los cielos arriba se iluminaban con relámpagos.

- ¡Maldición! – exclamó X, pues la figura roja pronto había desaparecido entre la densa colección de edificios blancos en la distancia.

Aunque, sin que él lo supiera, no estaba solo. Alguien más se había mantenido oculta para marcharse únicamente cuando él ya estuvo fuera de vista.

Adentro del laboratorio...

- ¡¿Están todos bien?! – preguntó el Dr. Cain. Todo mundo se encontraba más que un poco asustadospor lo que acababa de pasar.

- ¡Contacten al consejo inmediatamente! – gritó a uno de los científicos. – ¡No podemos dejar que este Maverick siga en funcionamiento! ¡Es un peligro para todos, tanto reploides como humanos!

Toda la sala estaba en total caos, con algunas personas encogiéndose en las esquinas mientras otros corrían por el agujero que el Maverick había creado para escapar.

- ¡Maldita sea! – siseó Fujiwara. – ¡X me dijo que ya se había ganado la confianza de ese reploide!

- ¡Todo se fue al garete cuando lo aturdiste! – argumentó Cain. – ¡Podrías simplemente haber respondido a su pregunta!

- ¡¿Y eso qué bien habría hecho?! ¡El resultado habría sido el mismo de todos modos, Phillip! – le gritó Fujiwara. – ¡Y por eso yo estoy a cargo de esto y no tú!

Cain no dijo nada. Luego miró a su alrededor, sólo para darse cuenta que cierto rostro familiar ya se había ido. – ¿Roll? ¿Roll? ¡¿Roll?! – Sus ojos comenzaron a buscar por todos lados, sin ver rastro de ella. Y entonces, se dio cuenta con horror. – Oh no. Ella no habrá...

Esta historia continuará...

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