Control de daños

20 de noviembre, 21XX...

En julio, el incidente fue reportado al consejo, y X lo recordaba muy bien, pero nada sucedió después. Aparentemente, por lo que le dijeron al reploide azul, debido a que el incidente tuvo lugar en un área aislada y los testigos eran mayormente personas que la sociedad moderna consideraba "nativos tontos lejos de la civilización", todo se mantuvo oculto del público. Cain protestó fuertemente por esta decisión, pero sus protestas cayeron en oídos sordos. Los reploides, pese al corto período entre que iniciara la producción, y el 16 de julio, se habían arraigado demasiado en la sociedad arcadiana. Más aún, habían invertido demasiado tiempo, recursos, y lo más importante, dinero en esta nueva especie de robots avanzados.

Según los oficiales arcadianos, la producción continuaría, y se haría de cuenta que lo que pasó el 16 de julio nunca ocurrió.

El Dr. Fujiwara examinó a Delta el día después que X tuvo que "decomisionarlo", y descubrió que sus sistemas habían sido corrompidos y "devorados" en su CPU por lo que había visto. Irónicamente, por lo que mostraban los escaneos, parecía en efecto como si un enjambre de bichos le hubiese carcomido el "cerebro". Así lo vieron el 17 de julio, en la ciudad blanca de Arcadia...

...

- ¿Qué es todo esto? – preguntó X, señalando las porciones corrompidas de la cavidad cerebral del reploide.

Fujiwara se tomó un momento para ajustarse las gafas. – La única explicación que relativamente encaja en esta situación es que los sistemas del reploide estaban infectados por un virus mortal.

- ¿Un virus? – Cain entrecerró los ojos para ver mejor los escaneos en la pantalla de la computadora. – Pero ¿los reploides no tienen instaladas las medidas de protección más avanzadas? – cuestionó.

- A no ser que éste haya sido desarrollado muy recientemente. – respondió Fujiwara. – La única pregunta es ¿de dónde vino? – Agrandó uno de los escaneos, tomando nota de las porciones infectadas de la CPU. – El programador que hizo esto la pasará muy, MUY mal en la corte.

X miró el cuerpo sin vida de Delta, y el enorme agujero en su cabeza hizo que el reploide azul se mordiera el labio con fuerza. De pronto decidió hablar. – Discúlpenme, ¿pero no podríamos simplemente mejorar nuestras medidas de seguridad? Después de todo, tal vez esto sólo sea un virus que no ha sido visto antes, así que todo lo que tenemos que hacer es averiguar cómo contrarrestar el programa.

Fujiwara suspiró, y antes que X pudiera preguntar lo que sucedía, Cain lo tomó por el hombro y lo arrastró a poca distancia de la computadora. – Dadas las circunstancias, se ha tomado la decisión de que Delta no sea reparado.

- ¡¿Qué?! – proclamó X, a pesar del hecho de que Cain lo había traído para discutir las cosas en privado. – ¿Pero por qué? Si recreamos los sistemas de Roll, ¿por qué no podemos hacer lo mismo en este caso? Después de todo, no es como que tengan que desecharnos como una computadora. ¡Solo tenemos que reemplazar los sistemas!

Se sentía muy raro hacer la comparación entre una máquina sin sentimientos y él mismo. Pero de nuevo, él mismo también era una máquina.

- Quienes están a cargo de la producción recibieron órdenes del consejo en persona. Hasta que se haya aprehendido al responsable por crear este virus, nadie está dispuesto a tomar riesgos. – explicó el humano mayor. – Lo lamento, X, pero no hay nada que ninguno de nosotros pueda hacer.

Fue entonces que X se dio cuenta que tal vez su comparación anterior cargaba más peso de lo que pensaba inicialmente.

...

Desde aquel día, las cosas habían resultado bien. Sin embargo, el 18 de octubre, ocurrió otro incidente, excepto que esta vez ocurrió dentro de los límites de la ciudad. No hubo humanos heridos, pero unos cuantos reploides sufrieron daños críticos antes que su colega trabajador fuese detenido luego de iniciar el alboroto. Esta vez, fue preservado y por suerte pudo ser reparado, pero al descubrirse que estaba infectado no hubo más alternativa que desactivarlo. El reploide fue llevado para ser estudiado y ver los efectos de este destructivo virus de computadora, y hasta hacía unos días, todo parecía haber vuelto a la normalidad.

Pero entonces, el 15 de noviembre volvió a suceder. Y esta vez, no hubo manera de encubrirlo.

Tres personas que trabajaban en una de las fábricas que producían reploides se dieron cuenta que casi una docena de ellos, recién salidos de la línea, de alguna manera habían sido infectados con el virus. No hubo bajas fatales, pero tres humanos salieron heridos, uno de los cuales seguía en el hospital por un brazo roto. Aunque X no podría haber estado seguro, escuchó rumores de que el hueso húmero del hombre había sido prácticamente reducido a astillas. Así que aquí estaba el reploide azul, de nuevo parado frente al consejo, junto con el Dr. Cain y Fujiwara. Sigma también estaba presente en la plataforma central de la cámara, mientras que Roll estaba situada entre la audiencia. Le llevó algunos momentos, pero X eventualmente logró ver a la reploide rubia. Ella le sonrió y le saludó con la mano, mientras movía la boca tratando de decirle "Buena suerte".

- "Sí." – pensó X. – "Buena suerte para todos nosotros."

- Entonces, en este momento, ha habido dos incidentes de reploides infectados con este virus y exhibiendo... irregularidades en su programación. – dijo el hombre mayor de toga verde. – Y en este momento, el programador responsable por crear el virus no ha sido identificado, ¿correcto?

- Eso es correcto, sí. – respondió el Dr. Fujiwara. – Pero de lo que hemos podido observar, si se pueden detectar rastros del virus de manera temprana, se podrán evitar más incidentes. Y si tenemos más tiempo, podríamos desarrollar medidas de seguridad más fuertes en el modelo estándar de la cavidad cerebral de los reploides, ¡así el virus quedará obsoleto!

- ¿Y cuánto tiempo más llevará eso? – dijo el hombre de toga roja. – ¿Y cuántas más vidas habrá que poner en riesgo?

- No ha habido víctimas fatales registradas. – declaró Fujiwara.

- Todavía. – espetó el humano mayor, haciendo que el japonés suspirase.

- ¿Y acaso están sugiriendo que detengamos la producción de reploides por completo? Si me lo permite, su señoría, dudo que eso vaya a suceder en este punto.

El rostro del anciano se tornó casi tan rojo como su atuendo, sabiendo bien que el científico tenía razón. Si esto hubiese ocurrido durante las primeras semanas, ordenar un simple cese no sería problema. Pero ahora han pasado meses desde que los primeros Réplicas Androides salieron de la línea, y Arcadia se ha vuelto dependiente de ellos, tanto por conveniencia como por beneficio. Hay demasiado invertido para echarnos atrás ahora.

- Entonces ¿asumo que ustedes tienen alguna sugerencia? – inquirió la mujer de toga azul. Un silencio se formó entre el japonés y los cinco oficiales. – ¿Y bien? Estamos esperando.

Fujiwara tragó saliva. – "Cain, más te vale que vengas con algo, o que el cielo nos ayude..." – Su señoría, si me lo permite. – señaló al otro humano junto con el experto en robótica. – Quisiera invitar a mi colega aquí para ofrecer una propuesta.

Los miembros del consejo debatieron silenciosamente entre ellos antes de tomar una decisión. El miembro cabecilla habló por todos. – Permiso concedido. Dr. Phillip Cain, por favor tome el estrado.

Con eso, el Dr. Cain se paró frente a los otros cinco humanos. – Su señoría, si puedo sugerirlo, dado que este es un virus, y por ende hecho por humanos, se puede resolver de manera muy sencilla. Y he consultado a Fujiwara y a sus estimados científicos que en efecto tal cosa es posible. Especialmente ahora que tenemos a aquellos con esos sistemas trabajando junto a nosotros. – Los miembros del consejo, y aquellos en la multitud, tanto humanos como reploides, pensaron en las palabras de paleobotánico. – Y más todavía, ¿quién mejor para combatir a un reploide renegado que otro reploide?

Cain comenzó a lamentar su elección de palabras al ver que el rostro del Gran Concejal tomaba un tinte de preocupación. – ¿Se refiere, y aunque está un poco anticuado el término, a un super robot de combate?

- Bueno, en cierto sentido, supongo que se podría llamar así. – admitió Cain. – Pero serían equipados con los mejores antivirus y medidas de seguridad que tengamos disponibles. Serían un equipo de élite, aptos para enfrentar cualquier riesgo. Una fuerza de combate de reploides, si lo desean.

Otro breve período de silencio llenó la cámara, y los miembros del consejo discutían entre ellos en voz baja. Luego, el Gran Concejal volvió a hablar. – ¿Y cómo podremos confiar que esta fuerza de combate, tal como usted la llama, sea capaz de luchar contra estos... reploides irregulares?

- De la misma manera en que confiamos con nuestros colegas humanos y reploides a nuestro alrededor. Y los reploides están especialmente conscientes de las Tres Leyes de la Robótica y cómo se siguen aplicando a día de hoy. Y también estoy seguro de que eson conscientes de que ellos y los humanos compartimos lo que, en este punto, es una relación simbiótica entre nosotros. Somos co-dependientes, y en este punto, se han convertido en nuestros hermanos en todo, excepto tener carne y sangre de manera literal.

- El patetismo solo puede llevarnos hasta cierto punto, Dr. Cain. – dijo el concejal de toga naranja.

- ¿Y acaso sugieren que simplemente detengamos el progreso que ya hemos logrado? Perdóneme por ser tan atrevido, pero como dijo el Dr. Fujiwara, dudo mucho que eso suceda.

Aunque no habló, el humano de toga roja mentalmente maldecía a Cain, sabiendo bien que tenía razón. El Gran Concejal se levantó desde su asiento. – Entonces, veremos que este proceso de desarrollo vaya como se planeó, ¿verdad? – Miró a sus colegas. – ¿Si mis colegas están de acuerdo con esa propuesta? – Todos parecieron estar de acuerdo, así que no había otra dirección a la cual ir. Tampoco era que estuvieran dispuestos a perder más de lo que podrían potencialmente ganar. – Bien entonces, ya que estamos de acuerdo, ¿cómo llamaremos a estos reploides? ¿A aquellos que lidiarán con estos... irregulares?

- ¿Irregulares? Eso es quedarse cortos. – dijo el hombre de toga roja. – Y digamos, hipotéticamente, que haya reploides que NO toman las Tres Leyes en consideración. En el escenario de que, si puedo decirlo, utilicen su supuesto libre albedrío para ir contra los humanos por su propia voluntad. En ese caso, ¿deberían considerarse culpables también?

- Ciertamente. – respondió Cain. – Si llegara a eso, defenderán a los humanos contra tales amenazas. Y buscarán a las amenazas potenciales para ponerles fin de raíz. Ya sean, tal como ustedes dijeron, un comportamiento irregular, o un reploide actuando por cuenta propia.

- ¿Irregular? ¡Ese término es demasiado ligero para utilizarlo! – resopló el concejal de rojo. – Más bien deberían llamarse Renegados o Terroristas. ¡Estos incidentes podrían llevar a que algunos reploides se hagan ideas de que tal vez no necesitan de nosotros! – Cruzó los brazos. – Crear un montón de radicales con malas intenciones es lo único que eso hará.

Nadie quería admitirlo abiertamente, pero varios humanos y reploides se miraron entre ellos. Todos se reconocieron entre sí al menos una vez, fuese solo una mirada fugaz, o mantener los ojos fijos durante varios segundos. Roll vio todo esto, y sus ojos se centraron en su hermano. Aunque no pudiera verle la cara, pudo adivinar que ambos habrían llegado a la misma conclusión.

Algo que nadie había anticipado había ocurrido, y a pesar de las restricciones iniciales que se habían impuesto, las reglas tendrían que alterarse para combatir este perturbador giro de acontecimientos.

10 de diciembre, 21XX...

- "Bien, tal parece que todas esas pruebas con tu Buster finalmente servirán de algo, después de todo." – pensaba X, mientras estaba de pie sobre una plataforma con varios cables conectados a su coraza de metal. Estos no atravesaban su armadura, pero estaban bien asegurados en él, para sujetarlo fácilmente.

Desde que se tomó la decisión de establecer a un escuadrón para combatir a cualquier reploide que mostrara signos de comportamiento, como lo había llamado el consejo, "Maverick", refiriéndose tanto a reploides infectados como a aquellos que violaban cualquiera de las tres leyes, X de nuevo fue puesto en manos del Dr. Fujiwara y los científicos asignados por el consejo. Actualmente, sus sistemas estaban siendo estudiados, especialmente el funcionamiento de su Buster. Sigma estaba situado en otra plataforma a poca distancia, también con cables conectados a su coraza exterior. El reploide más recientemente construido todavía tenía el aspecto de un humano masculino que había sido despojado de su piel, con músculos plateados de acero y teniendo solo su región facial "cubierta".

Una vez que se aprobó la "fuerza de combate" de Cain, el consejo ofreció a su "proyecto" la elección de ser o no parte de este equipo. Sigma aceptó, como si fuese lo más natural en el mundo, y lleno de confianza en su decisión. X se quedó impresionado de que mantuviera su compostura de ese modo. Aunque el reploide azul hizo lo mejor para ocultarlo, se sintió como un manojo de nervios cuando tuvo que enfrentarse a los cinco ancianos humanos de nuevo. Pero dado que Sigma fue creado bajo regulaciones más estrictas, no sabía cómo manejar un arma, más todavía de cómo cargar un Buster apropiadamente, X fue seleccionado para, esencialmente, "transferirle" todo su conocimiento al otro reploide.

El proceso se estaba alargando en comparación a cuando los rasgos esenciales de la CPU de X fueron cargados en la de Roll, y Fujiwara junto con los otros científicos estaban muy ocupados en supervisar el proceso de transferencia. Y dado que el Dr. Cain se había ido a casa hacía tiempo, y que Roll seguía en la casa del japonés, X descubrió que tal vez esta fuese una oportunidad de hablar con el otro reploide. Ahora el único problema era ¿dónde comenzar?

X se aclaró ligeramente la garganta, tratando de obtener la atención del androide más alto. Al no recibir una respuesta, volvió a hacerlo, solo para que Sigma aparentemente ignorase su existencia. A la tercera vez...

- No tienes pulmones donde algo se te pueda atascar. ¿Por qué haces eso?

X se sorprendió al escuchar esto, aunque se sintió algo avergonzado. – S-sí. Perdón, sé que fue algo estúpido. – le dijo. Sigma no respondió. – "Ok. ¿Ahora qué?" – Esto no iba a ser fácil. – Entonces, ¿qué has estado haciendo últimamente?

En realidad, X apenas podría contar con una mano las veces que había visto a Sigma, así que casi no sabía casi nada sobre el otro reploide. Por lo que Cain le había contado, Sigma había pasado una gran parte de su tiempo con el propio Cain y con los miembros del cosnejo. Aparentemente, estaban ansiosos por poner a prueba lo bien que se podría replicar la programación del Dr. Light, especialmente con algo que era "suyo".

- ¿El Dr. Cain ya te ha mostrado su estudio? Hay muchos libros y fósiles que ha encontrado allí.

Esto pareció atraer la atención de Sigma, aunque no de la manera que X esperaba. – No comprendo las elecciones tan bizarras de ese hombre.

X quería creer que su respuesta era solo que Sigma era alguien muy directo, aunque no pudo evitar notar un deje de diversión en la voz del otro reploide. Como si se estuviese burlando del Dr. Cain.

- ¿A qué te refieres? – preguntó X, necesitando una respuesta.

- Es un investigador de vida vegetal extinta, ¿verdad? – cuestionó Sigma. – Así que no conoce sobre robótica, ¿correcto? – X asintió, sin saber a dónde querría llegar con esto. – Entonces ¿por qué el consejo le permite participar en este proyecto, dejando de lado cuando te descubrió?

- Sí, es cierto que el Dr. Cain me encontró por accidente. – admitió X. – Pero también contribuyó a la investigación inicial cuando yo todavía era, bueno, el único reploide que existía. – Después de todo, Fujiwara había puesto a Cain a cargo de lo que llamaba "las cosas que no son tan simples de calcular y traducir en un programa".

- Pero ¿el campo de estudio de Cain no es completamente diferente de esto? – le preguntó Sigma a X. – Eso no responde al porqué está involucrado en absoluto. ¿Por qué tendría un humano que ha dedicado años de estudiar el pasado interés en el proceso de programar o construir robots?

X se quedó callado por un momento, inseguro de cómo responderle al otro reploide. – Supongo que, tal vez, se sintió algo responsable por mí.

- ¿Cómo así? No es que tú seas un niño. – dijo Sigma, estudiando al reploide azul que en este momento se encontraba "pasándole" varios gigabytes de datos. – De nuevo, en retrospectiva, tal vez debería sentirme agradecido. Si no fuera por ese sentimentalismo suyo, tal vez yo ni siquiera existiría.

Los orbes azules que servían como sus receptores ópticos observaron al pequeño grupo de humanos que los supervisaban. Todos llevaban batas de laboratorio, como si fuese una especie de regla implícita. De nuevo, el Dr. Cain nunca solía llevar una.

- Aunque ahora, estoy más confundido por tus decisiones.

- ¿Cuáles decisiones? – preguntó X. Hasta ahora, él había tomado muy pocas "decisiones" por su propia cuenta, aunque más porque no se las podía permitir. Pero ahora que su existencia era conocida y aprobada, cualquier decisión que tomara sería puramente suya.

Con todo, lo que dijo Sigma atrapó por sorpresa a X. – ¿Dr. Fujiwara? – dijo en voz alta el reploide más grande. – Quisiera hacerle una pregunta a mi colega, si me lo permiten.

Fujiwara y los otros científicos dejaron de tomar notas, mientras observaban el proceso de transferencia en curso, todos con los ojos fijos en Sigma. Los humanos se preguntaban si acababan de oír lo que creían haber oído.

Sin embargo, Sigma recibió su respuesta. – Puedes hacerlo. – le dijo el japonés al humanoide de metal, mientras él y los demás escuchaban atentamente lo que la máquina tenía que decir.

- Son tus datos los que están siendo transferidos hacia mí, tus técnicas de batalla y habilidades de combate, ¿verdad? – preguntó Sigma a X, que asintió en respuesta. – Así que reconoces que eres una máquina capaz de hacer estas cosas, ¿correcto? – De nuevo, X asintió. – Y yo estoy en el proceso de prepararme para convertirme en parte de un escuadrón para defender a los humanos contra aquellos de los nuestros que les puedan causar daño. ¿Estoy en lo correcto?

- Sí. – respondió X. – "¿A dónde quiere llegar con esto?"

- ¿Por qué no eres tú parte de él?

Toda la sala se vio cubierta por un grueso velo de silencio, sin que nadie dijera ni una palabra, tanto hombres como máquinas. Nadie estaba seguro de cómo procesar esa pregunta, ni siquiera el propio X. – Yo... no estoy seguro de entender la pregunta.

- Tiene todo el sentido del mundo. – argumentó Sigma. – Eres el primero de nosotros, el modelo base. Y por tanto, todo lo que estoy recibiendo lo sabré gracias a ti. Así que ¿por qué no deseas ser parte de este escuadrón de reploides especializados? – X no sabía cómo responderle. – ¿Y bien? ¿Por qué no lo haces?

Aunque probablemente no fuera su intención, X se sintió algo irritado de que Sigma lo pusiera en esa situación. Odiaba cuando los ojos de los humanos estaban fijos en él de esta manera. – Bueno, el consejo te eligió a ti para que fueras un miembro, ¿verdad?

- ¿Y tú piensas que, porque no fuiste seleccionado inicialmente, no serías aceptado? – cuestionó Sigma. – Porque cuando yo me ofrecí voluntariamente para ser parte de este equipo, NO seleccionado como tú dices, el consejo inicialmente creía que tú serías el primero en aceptar la oportunidad. – Miró al reploide azul de arriba abajo. – Supongo que ellos esperaban que estuvieras más abierto a presentar tus capacidades ante todos. – Se encogió de hombros. – De cualquier manera, no importa al final. La decisión es tuya.

Capacidades, ¿así lo llamaba? Los ojos verdes de X miraron su Buster, y los cables que estaban conectados a él. Sus ojos siguieron el trayecto a donde llevaban los cables, desde él hacia Sigma y a la computadora principal. Todo era parte de un sistema gigante y colectivo. Y aun así, los tres no podían ser más diferentes entre sí.

15 de diciembre, 21XX, residencia de Fujiwara...

- Entonces, ¿tú NO quieres ser parte de este equipo? – preguntó Roll, mientras tenía mucho cuidado al cortar la carne cruda que tenía en su posesión.

Dado que el Dr. Fujiwara había invitado a los científicos del consejo a su hogar aquella noche, eso significaba que Roll tenía mucha comida que preparar para la cena. Así, decidió que una gran olla de estofado de vegetales y carne picada sería perfecta, así todos podrían servirse.

- "Tengo que verificar si tenemos algo de ponzu o goma-tare. Tal vez debería conseguir ambos, ya que no sé qué salsa les guste más. Y algunos de los científicos son veganos, así que probablemente tenga que hacer uno separado con tofú en vez de carne."

En ese momento miró a su hermano, dándose cuenta que se había olvidado por completo de él. –Oh, lo siento, X. ¿Decías que no quieres ser parte de este... grupo? ¿Cómo lo llamaban?

- Hunters. – le dijo X. – Maverick Hunters.

- ¿Hunters? – dijo Roll. – ¿Nada de Fuerzas de Defensa o Escuadrón Preventivo?

- Creo que es para dejar muy claro que tales comportamientos no van a ser tolerados. – teorizó X en voz alta. Miró la olla hirviendo cerca de él, notando que estaba empezando a echar espuma por arriba. – El Dr. Light no me construyó con habilidades culinarias en mente, pero no creo que el agua deba burbujear tan alto.

- ¿Hm? ¡Ah, diablos! – Roll dejó de lado la lechuga que estaba picando e inmediatamente le bajó al calor, mirando con sus ojos verde-azulados el trozo de quelpo que hervía en el agua. – *Fiu*, todavía sirve. – Volteó a mirar a X otra vez. – No le digas ni una palabra a Chiyo o a Fumiko de lo que acabas de oír.

- Mis labios están sellados. – respondió X, que continuó observando a Roll mientras picaba los ingredientes, hasta que se detuvo y lo miró.

- Hey, y ya que estás aquí – Roll se arrodilló y cogió otra tabla de cortar del espacio de abajo, luego abrió otra gaveta para sacar otro cuchillo de tamaño considerable – ¿quieres ayudarme a preparar todo esto? – Le sonrió. – Seguro que puedes poner tus habilidades y precisión a buen uso.

Viendo que no habría otra alternativa (sabía que se quedaría atrapado ayudándola, aunque se negara), el reploide azul cogió la zanahoria que ella le entregó y empezó a picarla.

- ¿Y bien? – comenzó a decir Roll. Aunque había "reclutado" a su hermano para ayudarla, también se sentía agradecida de tener a alguien con quien hablar. Ya que ni Fujiwara ni Chiyo estaban en casa (la niña había ido a quedarse la noche en casa de Fumiko), X era la única compañía que tenía. – ¿Por qué no quieres?

- ¿No quiero qué? – preguntó X mientras picaba. Sin embargo, aunque cortar vegetables no le tomaba ningún esfuerzo, eso no hacía que la tarea fuese más rápida.

- Ya sabes de lo que hablo. – le dijo Roll. – Podrías tal vez convencer a Cain de que no pasa nada malo, pero a mí no. Eso es otra cosa que tú y Rock tienen en común: ambos son terribles mentirosos. – X sintió que sus mejillas se calentaban. ¿Así de obvio? – Este nuevo equipo, estos Maverick Hunters, ¿por qué no quieres ser parte de ellos?

X se quedó callado por un momento. – ¿Debería querer serlo?

- Bueno, no, no es que TENGAS que hacerlo. – replicó Roll, ahora pasando a rebanar champiñones. – Pero bueno, supongo que solo pensé que querrías. Mega Man se enlistó en la WRA cuando todavía estaba activa, aunque fue quien hizo la mayor parte del esfuerzo cuando se trataba de lidiar con Wily. – Echó los champiñones en la olla. – ¡Oye, estás picando muy lento! ¡El caldo tiene que estar listo antes de ponerle la carne!

Antes que X pudiera protestar o decir nada en su defensa, su hermana agarró las zanahorias que todavía tenía que picar (junto con lo que sí había logrado picar) y comenzó a cortar a una velocidad que hizo que X tuviera que mirar de nuevo. Luego comenzó a cortar las zanahorias en trocitos en forma de flor, desechando lo que el cuchillo removió en la papelera que había puesto junto a ella.

- Pero de vuelta a lo que estaba diciendo – continuó Roll – ¿por qué no quieres ser parte de este grupo? ¡Encajarías perfectamente! En serio, ¡serías la mejor opción para él! ¡Podrías incluso ser el líder del equipo si quisieras!

X se encogió de hombros. – Creo que Sigma sería más apto para ese tipo de rol. Además, ¿a quién más tendría Cain para que le ayude, y que se asegure que lleva mudas de ropa extra cuando sale de expedición?

Roll suspiró y sacudió su cabeza. – El Dr. Light también era terrible con eso. Honestamente, él es... – Se detuvo por un momento. – Quiero decir, era mi padre, y lo quise mucho, pero a veces me pregunto si esas noches sin dormir le hacían que su cerebro funcionara más lento. ¡A veces tenía que recordarle que tenía que comer! – Volvió a suspirar. – Aunque, supongo que eso es lo que hace que los humanos sean, bueno, humanos. Perfectamente imperfectos.

- "Perfectamente imperfectos." – Esas palabras se quedaron pegadas a X, aunque no sabía del todo por qué.

- Dime, ¿cómo es Sigma, de todas maneras? – preguntó Roll. – No he tenido oportunidad de hablarle, mucho menos de verlo desde que el consejo aprobó que se construyeran más de nosotros.

- Él... supongo que está bien. – le dij su hermana, sin estar seguro de qué decir. – Él es... bueno, es...

- ¿Lógico? ¿Directo? – preguntó Roll. – ¿Mecánico, incluso?

X se quedó estupefacto. – ¿Cómo es que yo programé la mayor parte de lo que hay en tu cabeza, pero de alguna manera sabes lo que hay en la mía?

- Soy la hermana mayor. Es mi trabajo saberlo casi todo. – replicó Roll.

- "La menor." – gruñó X mentalmente.

- Es perfectamente natural que algunas máquinas atraviesen esa fase. – explicó Roll. – El Dr. Light dijo que un robot, o al menos los que él creó y diseñó, a veces necesitan ser expuestos al mundo exterior y a otros seres para que los componentes lógicos y emocionales puedan integrarse.

Por fin había terminado con los vegetales, haciéndolos hervir todos en la olla con el quelpo. Luego se dirigió al refrigerador y sacó un montón de diferentes tipos de carne, desde res hasta mariscos.

- Toma. – le entregó un trozo de carne de res al reploide azul. – No te preocupes de que te salga muy delgado, solo córtalo en rebanadas pequeñas. Yo me encargaré del resto.

Bien, él esperaba que se le diera mejor cortar la carne que los vegetales. X cogió el cuchillo y comenzó a cortar el trozo de filete de lomo rojo. – Entonces, ¿el comportamiento de Sigma es normal? – preguntó X, a lo que Roll asintió.

- A algunos les lleva más que a otros, Time Man es uno de los mejores ejemplos. – dijo ella, aunque no sonaba muy feliz de discutir al Robot Master. – Creación de Light o no, ¡ese robot sin duda podía ser un patán estirado a veces! Sin mencionar un gruñón total, ¡a veces hasta hacía que el ego de Elec Man pareciera poca cosa en comparación! – De pronto se detuvo y procedió a disculparse. – ¡Oh, disculpa! Me dejé llevar un poco.

Además, entre más seguían dando vueltas esos nombres en su mente, más sentía una agonía carcomiéndole el núcleo.

- Pero sí, es perfectamente normal. Y ya que los reploides tienen sistemas más... complejos en comparación a los robots... – Aunque eso fuese cierto, Roll todavía sentía que decir que los robots eran inferiores era innecesario, si no es que una total falta de respeto – ... tal vez esto significa que conceptos como las emociones y la personalidad vendrían incluso más lentos.

- ¿Qué tan lentos? – cuestionó X.

- Eso depende. – respondió Roll. X le entregó lo que había cortado, y ella comenzó a picarlo en piezas más delgadas. – Después de todo, el desarrollo humano y el de los robots, bueno, más bien el de los reploides, tienen muchas cosas en común, pero también tienen muchas diferencias. – Se detuvo de nuevo, cortando con el cuchillo un trozo sencillo y delgado de filete. – De si es algo bueno o malo... no creo que haya una respuesta a esa pregunta. Especialmente ahora.

Esta historia continuará...

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