Charla nocturna


Entonces, ¿esto fue lo que lograste encontrar?

Shadow Man asintió como respuesta, y sus ojos oscuros se centraron en el Robot Master enmascarado frente a él. Al menos, uno que mantenía sus orígenes en el tercer planeta del sistema solar. – Seguro, la restauración de la electricidad me permitió sortear los programas de seguridad del sistema, pero no puedo garantizar que haya podido conseguirlo todo. – respondió antes de entregar la colección de notas a Break Man. – Aunque, no estoy del todo seguro de por qué querrías esto en primer lugar. Por lo que he escuchado, el Dr. Wily no tiene interés en otra máquina con taladros. Crash Man ya existe para eso.

Break Man resopló. – Él también tiene la ventaja extra de tener explosivos que está más que feliz de hacer detonar cuando puede, así que por supuesto Wily inmediatamente los descartaría de ser de alguna utilidad.

¿Quieres decir que deseas que ellos se hagan uno solo con nuestro... grupo? – inquirió el androide índigo, cruzando los brazos. – Porque, hasta cierto punto, dado lo que hay en estos documentos, puede que tengas una pequeña oportunidad con eso.

Break Man levantó la colección de papeles y notas hacia sus ojos ocultos para examinarlos, pasando página tras página y registrando todas las piezas de datos e información que logró reunir. Seguro, tampoco tenía tiempo para sentarse y leer absolutamente todo, pero lo que quería saber estaba en este contenido, así que sería suficiente.

Aun así, convencer al sujeto de interés de ponerse de su "lado" no era exactamente la motivación del antiguo DLN. Cierto, la posibilidad existía, pero era más una forma de convencer a Shadow Man de recuperar los archivos que solicitó. Después de todo, si su creador era un conocido del Dr. Light, entonces tenían el potencial de poner sus habilidades para ayudar a Mega Man.

Mega Man, Rock, su hermano...

...su reemplazo.

¿Break Man? – dijo de repente Shadow Man, pero el susodicho Robot Master no le respondió. – ...¿Blues?

No digas ese nombre. Él ya no existe. – respondió Break Man, como si la sola mención del título fuese una puñalada. Hizo una pausa antes de entregarle los papeles, y le dio la espalda al ninja. – El Dr. Light no lo necesita más, así como están las cosas.

Shadow Man se mordió el labio, casi tentado a alargar la mano y evitar que el otro robot se fuera. Casi. Pero antes de hacerlo, el androide basado en un shinobi tenía un último punto que sacar. – ¿Qué es lo que planeas hacer con esta información, si dicen que quieren quedarse con la Dra. LaLinde? – le preguntó.

¿Para qué quieres saberlo? – se preguntó Break Man abiertamente.

Sólo lo menciono porque, del poco tiempo que llevo de existir en este mundo, en este planeta, he llegado a notar que Wily es alguien que no duda en utilizar cualquier tipo de palanca cuando la tenga. – replicó Shadow Man. – Y aunque la hija de LaLinde podría no serle de utilidad ahora... – Hizo una pausa. – ¿Quién dice que eso no cambiará en el futuro?

La máquina se quedó en silencio bajo su casco, y un tenso silencio cayó entre él y Shadow Man, uno de los pocos entre los que había aquí a quien tal vez consideraría un camarada. Quizás incluso un amigo.

No le será de utilidad en absoluto, porque nunca lo sabrá. – respondió finalmente Break Man. – Sólo nosotros dos conocemos esta información, y nadie más lo sabe. Además... – le echó un vistazo a los archivos – ... ¿cómo va él a saber lo que hay en esos papeles si son destruidos antes que pueda leerlos?

Le estaba pidiendo un favor en todo, excepto en pedírselo directamente, pero Shadow Man le respondió asintiendo, viendo poca razón para quedarse con ellos, incluso si fuese para ellos. Además, francamente, no era como que la propia creación de LaLinde pudiese ser de mucha ayuda de todos modos. Sin nada más que discutir, el cuerpo de Break Man se envolvió en una luz brillante, y lo que alguna vez fue una figura humanoide del tamaño de un adolescente o adulto joven desapareció, dejando al ninja a solas de nuevo.

Shadow Man suspiró y negó con la cabeza. – Ella no podrá darte lo que realmente quieres, lo que realmente estás buscando. – murmuró, girándose para entrar en el denso bosque donde prometió ver a Blues con la información solicitada. – Más bien, probablemente lo estás haciendo peor para ti haciendo esto.

...

¿Sr. Ray B.?

Grandioso, otra vez estaba dejando su mente divagar. Ahora no era exactamente un buen momento.

¿Todo está bien allá?

– Sí. – respondió la figura encapotada a su guía. – Por el momento. Hasta ahora, no hay signo de actividades, todavía. – Aunque la entrada al masivo complejo estaba mayormente desierta y contenía muy poco si acaso algo de interés, no le llevó mucho a Ray B. encontrarse con de dónde venía el origen de las formas que vio antes. Aunque la vista en sí misma no fue exactamente agradable.

La cámara donde había entrado por un pasaje corto pero compacto y estrecho parecía ser una especie de centro de procesamiento, líneas de ensamblaje y componentes incompletos como CPUs y núcleos siendo insertados en nuevos reploides o mecaniloides, situados en unidades de contención empacadas muy juntas aunque separadas, cada una para ser enviada a un viaje más allá dentro de la fábrica. Otra habitación, y se encontró con la vista de varios cuerpos todavía sin vida de seres mecánicos, aunque cuáles eran reploides y cuáles no quedaba en el aire, ya que estas máquinas carecían de varios rasgos como una cubierta facial total, o incluso un rostro, ya que la estructura esquelética se parecía a la anatomía de un cráneo humano sólo en apariencia, ya que en lugar de un cerebro compuesto de carne, había alambres sueltos y cables colgando de un pequeño objeto esférico en el centro donde estaría la cavidad cerebral.

Ai mencionó algo sobre cómo es posible que esto pudiera potencialmente caer en manos de Sigma, y ya que es una planta de procesamiento para reploides y mecaniloides, sería un objetivo primario para capturar. – le dijo Roll a Ray B. – Aunque, con eso, no ha habido ninguna detección de que haya estado en uso desde hace algún tiempo. Por lo que he leído, aunque esta fábrica en particular fue utilizada durante varios años, un área más grande fue construida más cerca de la ciudad por conveniencia, así que terminó siendo abandonada.

– Hm. – Ray B. tarareó para sí mismo. – Eso no me sorprende. Típico comportamiento humano, parece que algunas cosas todavía permanecen inherentes en su raza. – Luego murmuró por lo bajo. – Incluso luego de uno o dos siglos.

No me digas que realmente te adhieres a todas esas tonterías que Sigma y sus secuaces están escupiendo. – intercedió Roll inmediatamente. – Sí, aunque un humano sea... parcialmente responsable por todo lo que está ocurriendo, no son criaturas que merezcan ser odiados en general.

– No, no estoy siguiendo su filosofía. – aclaró Ray B. – Por el contrario, lo que está haciendo no es nada menos que la etapa inicial para la extinción humana. Está muy lejos de ser el primero quelo haga, y mucho menos de haber llegado tan lejos como sus predecesores. – Hizo una pausa. – Pero si hay algo que él tiene que algunos de los otros no tienen, es influencia.

¿Influencia?

Ray B. se ajustó su gabardina, como si intentara protegerse de un frío invisible que permeaba la totalidad de esta fábrica muerta y desolada. – Aunque no recuerdes mucho de ello, puedo asumir por lo que he podido reunir que tienes conocimiento básico sobre ciertos individuos muy notables en el año 20XX, ¿verdad?

Aunque él no podía verla, Roll asintió como respuesta. – Hay un nombre en particular que me viene a la mente. – admitió con una voz cargada con una cantidad considerable de veneno. – Y francamente, la única cosa buena que hizo fue darle a Mega Man una razón para mostrarle al mundo que los robots no necesitaban ser regulados a ser simples instrumentos de destrucción sin mente propia.

– Eso es quedarse cortos. – añadió Ray B. – Sin embargo, a diferencia del Dr. Light, Wily no se contaba exactamente entre las mentes más respetadas de la comunidad científica, especialmente en el campo de la robótica. Y aun así, con todo eso, logró causar una gran cantidad de daño utilizando coerción, palancas y hasta chantajes contra cualquiera que potencialmente pudiera serle de utilidad.

Eso SÍ lo recuerdo bien. – respondióRoll. – El Dr. Light probablemente sentía más empatía por él que yo, pero yo jamás perdoné a ese viejo calvo por lo que le hizo a Blues. – Soltó un gruñido de amargura. – Hey, podríamos añadir lo que le hizo a Splash Woman y a otros DLNs, sin mencionar las demás incontables víctimas que sufrieron por su culpa.

Ray B. asintió. – ... Aun así, Light murió creyendo que todavía había algo bueno en él. Yo... no estoy totalmente seguro de si estaba en lo correcto o no, pero en última instancia, todo lo que hizo y creía estaba dirigido a hacer un mundo mejor, dejando de lado cualquier empresa que haya estado equivocada.

Mi padre no era un hombre perfecto, mucho menos un humano sin defectos, o incluso entre las criaturas orgánicas. – admitióRoll. – A veces, incluso cuestionaba su línea de pensamiento, especialmente cuando se trataba de lidiar con Wily. – Luego suspiró. – Pero, creo que estoy justificada al decir que era un buen hombre. No perfecto, mucho menos totalmente inteligente acorde con algunos. Pero... al menos lo intentaba.

Ella no se atrevía a pensar semejante cosa, pero los colegas humanos de Light a veces estaban más dispuestos a expresar su disgusto por él, más por su relación con Wily en lugar de sus teorías y conceptos.

– ... hasta que ya no pudo hacerlo más.

Ray B. continuó, moviéndose hacia otra sección de la fábrica, todo el rato bien alerta y preparado ante cualquier signo de movimiento. Cierto que sus receptores ópticos se habían deteriorado en calidad, pero todavía tenía otros medios de navegar a través de este camino. Ante ese pensamiento, su mano comenzó a moverse de manera inconsciente hacia arriba, lentamente hacia el centro de su pecho.

Su núcleo... donde antes solía estar.

Otro corredor largo se extendía frente a él, bastante más largo que el primero. Y dado que había una puerta bloqueada al final con una señal apagada pero presente de "FUERA DE LOS LÍMITES" arriba del marco, asumió que, o bien había un proyecto que potencialmente podría considerarse peligroso, o que había algo oculto dentro que nadie quería que fuese visto. O al menos, nadie como él, de todos modos.

Por supuesto, él nunca fue exactamente alguien que se adhiriese a las reglas. Reglas que se volvieron cada vez más fuertes y restrictivas. Reglas que, en última instancia, todavía la tenían sujeta a "ella".

En las Filipinas, tiempo atrás...

Allí estaba ella, descargando muestras de la parte trasera de un gran vehículo, y el patrón de color verde marino y violeta de su armadura hacía que fuese fácil verla en medio de las rocas grises y casi completamente apagadas que intentaba estudiar.

Incluso ahora, la Dra. LaLinde veía apropiado seguir adelante como si no hubiera pasado nada.

Dio un paso al frente, manteniendo sus movimientos silenciosos y apenas notables. Y aun así, no había avanzado ni siquiera unos pocos metros antes de que ella dejara de sujetar las piedras endurecidas y se congelara.

Al principio ella no dijo nada, simplemente se quedó parada donde estaba, de espaldas a él mientras sus largas coletas de pelo color avellana danzaban ligeramente en la gentil brisa. Él a su vez se quedó dónde estaba, esperando a ver qué clase de acción tomaría a continuación.

Quizás fue un error venir aquí, mucho menos en esta forma, dado lo que la otra máquina acababa de experimentar. Pero, antes de poder tomar cualquier decisión de si hacer notar o no su presencia, o si quería que así fuese, oyó la voz de ella por primera vez.

– ...tú eres... DLN-000, ¿verdad? – le preguntó, girándose lentamente para encarar al androide enmascarado. – ¿Blues Light?

Su voz, no era exactamente lo que esperaba. Dado lo que sabía de ella, asumió que ella poseía poca o ninguna habilidad de literalmente manifestar emociones, pero a pesar de esto, había un deje de "algo" enterrado en su tono. Lo mantenía tranquilo y estable, pero había cierto sentido de trepidación.

¿Acaso sabía ella todo lo que había pasado? Sería bastante apropiado, dado su conocimiento de ella. Aun así, recordando su pregunta, él le respondió, con un tono de voz similar, pero más profundo en cadencia, y con una melancolía que no podía disfrazarse del todo.

No, ese robot ya no existe. – le dijo. – ... Yo soy... Break Man. Y sé también quién eres tú, LMN-001. Pero sería más respetuoso referirme a ti como Quake Woman.

La Robot Master con coletas le devolvió la mirada, girando ligeramente su cabeza. – ¿Break...Man? – inquirió. – ¿Qué función tienes para asumir ese nombre?

Él parpadeó debajo de su casco, viendo cómo los ojos verdes de ella lo estudiaban como si fuesen piezas de la tierra que tenía que excavar. Aun así, no se esperaba totalmente que ella comenzara a ser la que lo interrogara a él. Con eso en mente, recordó para qué había venido.

Eso es asunto mío. – replicó Break Man. – Tú no necesariamente provocas terremotos, ¿verdad?

– ...no exactamente, no. – respondió Quake Woman. – Pero, la característica de crear un pequeño movimiento sísmico está construida dentro de mí, para asistir con la fragmentación de muestras. Sin embargo...

Hizo una pausa, mordiéndose el labio. Él vio sus ojos, vibrantes pero a la vez vidriosos y sin ningún destello de calidez, como si una simple memoria acabara de llegarle. Una memoria que quisiera olvidar, si la forma en que se mordió el labio inferior era algún indicio.

Tiene sus... desventajas.

Se quedó parado, observando los movimientos de ella, y ella a su vez lo observó a él. Los dos Robot Masters parecían estudiarse uno a la otra como si fuesen productos de la ciencia. Y quizás, había algo de verdad en eso. La única verdad que importaba, en última instancia.

– ...¿Por qué estás aquí? – preguntó Quake Woman, y Break Man notó que su sujeto de interés comenzaba a ponerse algo recelosa de su presencia. Sus ojos se ensancharon ligeramente, aunque sólo ligeramente, como si una posibilidad potencial acabara de ocurrírsele. – No será que... ¿estás aquí por órdenes del Dr. Wily?

No. – respondió Break Man. – Él no tiene nada que ver con esto. Ni siquiera sabe que estoy aquí. – Giró la cabeza hacia su costado por un momento. – No necesito que él se meta en mi camino.

Lo que eso significaba exactamente, la robot creada por LaLinde no tenía idea. Sin embargo,siguió presionando, esta vez aplicando un poco más. – Entonces, ¿estás aquí por algo más? ¿Un asunto más...personal?

¿Qué diablos? Break Man se quedó rígido. – ... ¿por qué?

Quake Woman levantó una ceja. Cierto, su cara todavía mantenía una expresión muy neutral, pero aun así, había ligeros indicios de perplejidad. Era como si ella pudiese registrar e identificar su entrada emocional actual, pero la forma de experimentarla todavía permanecía fuera de su alcance.

¿Por qué qué? – preguntó ella. – Decir "por qué" es un término muy amplio, y el contexto en relación a la pregunta seguramente...

Sé bien lo que pasó. – interrumpió Break Man. Cierto, no fue educado interrumpirla, pero no estaba seguro de cuánto tiempo podría tener para pasar aquí, así que simplemente fue directo al grano. – Sé lo que te hizo la Dra. LaLinde.

Quake Woman no dijo nada, simplemente concentró su mirada en Blues. Aunque no sabía si era para ver lo que iba a decirle a continuación, o si planeaba hacer algo a continuación. Las posibilidades iban desde una docena hasta casi un centenar.

– ...entonces, sabes sobre el accidente. – declaró ella. Break Man asintió en respuesta. – Pero... no sigo sin entender por qué eso te traería aquí.

– ... Sólo quiero saber por qué. – repitió Blues. – ¿Por qué te quedas aquí con ella, en esta casa? – Señaló hacia la residencia de LaLinde. – ¿Con una mujer que esencialmente te mató?

– ... ¿me mató?

– ...Quiero... quiero saber por qué te quedas con ella. – le dijo. – ¿Por qué, luego de todo lo que ha hecho, aún la llamas tu familia?

Break Man y Quake Woman fijaron sus miradas, aunque sólo uno de ellos mostraba sus ojos abiertamente. No había mucho que estuviese ocurriendo dentro de los confines verdes de unas lentes de color y material transparente, pero la luz de la luna se reflejaba en los irises de ella mientras el cuerpo astral reflejaba su cara total en el grueso visor del robot rojo.

Pero, a pesar del aparente y claro contraste entre los dos, había una abrumadora sensación de que ninguno de los dos permitiría que el otro se le acercara para ver qué había debajo de la superficie. Al menos, no sin su consentimiento.

Quake Woman se dio la vuelta, comenzando a caminar hacia la casa, mientras Break Man se quedó dónde estaba, inseguro de lo que esto querría decir. ¿Estaba declinando darle una respuesta, o tal vez...?

¿Y bien? – preguntó Quake Woman, pausando por un momento para ver detrás, notando que su "invitado" todavía no aceptaba su invitación. – Te lo mostraré... si eso es lo que deseas.

...

¿No ha aparecido algo o alguien todavía en ese lugar?

– Hasta ahora, todo ha estado muy tranquilo... demasiado, y es inusual. – respondió Ray B., antes de volver a jugar un momento con la cerradura de la puerta. – Hmm...

¿Qué ocurre?

Él retiró la mano de la manija de emergencia en la puerta, y el *¡CLICK!* que resonó hizo eco por todo el pequeño corredor.

– ...no. – murmuró. – Es demasiado fácil, todo esto. Ya he llegado hasta aquí ¿y no hay ni un solo signo de nada o nadie que haya notado que un intruso acaba de colarse?"

Roll guardó silencio por unos momentos, sin saber cómo responderle. Por mucho que odiase admitirlo, las teorías de quien ahora estaba bajo su vigilancia sonaban bastante plausibles. Pero, a pesar de todo, trató de sonar optimista.

¿Tal vez es que no hayan notado tu presencia? Después de todo, dijiste que este lugar no parece estar activo, y hasta ahora, es una de las pocas áreas de la isla que sigue fuera de nuestro acceso aquí en la ciudad.

– Puede ser. – La figura encapotada estuvo de acuerdo. –Pero un evento como el que sucedió aquí no ocurre en apenas unos cuantos días, o incluso en varios meses. – Se detuvo un momento. – No, Sigma ha estado planeando esto por algún tiempo. Y Fujiwara también, aunque... – entrecerró sus ojos ocultos – ... tal parece que su asociación entre hombre y máquina no resultó en favor del primero.

Roll se quedó en silencio.

– ¿Qué pasa?

– ...entonces, ¿qué crees que le haya pasado al Dr. Cain?

Ray B. resopló. – Por lo que he escuchado, Sigma's confirmó que sigue con vida, ¿cierto?

Pero dudo mucho que le haya extendido alguna amabilidad más allá de eso. Después de todo, esta rebelión se basa en la falsedad de la supremacía de los reploides. – agregó Roll. Luego se detuvo por un momento. – Quién sabe qué más podría estar experimentando ahora, dondequiera que esté.

– Ra Moon mantuvo vivo a Wily, a pesar de que ese viejo decrépito era una de las criaturas orgánicas que más despreciaba. – dijo Ray B. – Aunque su motivación probablemente haya sido más pragmática que la de Sigma.

¿Cómo así? – cuestionóRoll.

– Bueno, piensa en ello. – dijo Ray B. – Comparando a ambos, uno pensaría que Sigma valoraría más la vida de Fujiwara que la de Cain dada su experiencia de trabajo en robótica. Eso fue lo único que mantuvo vivo a Wily durante el Gran Apagón. Pero a diferencia de Ra Moon, Sigma ya poseía los atributos básicos de miembros funcionales y la capacidad para moverse. – Se ajustó su capa. – Así que, Fujiwara fue considerado inútil a sus ojos.

Roll pensó en ello. En efecto, aunque ella no estuvo exactamente consciente durante el evento, sí fue puesta al tanto de lo que pasó, y también cómo Wily eventualmente fue encontrado vivo por Mega Man y otro robot. Break Man, ¿verdad? ¿O acaso fue alguien más?

Alguien más que había... cuando intentó llegar por primera vez a Rock... pero entonces, le ayudó a salvar al mundo. ¿Y después...?

Se forzó a sí misma a salir de sus pensamientos, volviendo a enfocarse en la tarea en curso. Aunque, entre más hablaba con Ray B., más se encontraba pensando en ese alguien.

¿O eran tres? Break Man, Proto Man, Blues, DLN...

Entonces, si ese es el caso – dijoRoll, regañándose por dejarse llevar por su mente – ¿por qué crees que el Dr. Cain fue perdonado, pero Fujiwara no?

Parecía que había muy poco por hacer excepto seguir adelante. Ray B. tomó la manija de emergencia que tenía en su mano y comenzó a aplicarle presión. El mecanismo sucumbió a su fuerza ejercida y le permitió abrir la puerta. Efectivamente, aunque tenía sus teorías, seguían siendo sólo eso, teorías. Ciertamente no sería la primera vez que se equivocaba. Pero aun así, a pesar de todo, la posibilidad no podía ser descartada, aunque el sentido común todavía no fuese capaz de aceptarla.

De nuevo, si los reploides eran tan avanzados como decían, y si realmente habían sobrepasado a los robots, entonces quizás la respuesta yacía afuera de lo que se podría considerar la opción más lógica. Quizás él supiera mejor que nadie sobre eso, tanto por las cosas que había experimentado como por las que había hecho, para bien y para mal.

– Porque el Dr. Cain validaba su existencia. – respondió Ray B., cuyos ojos no eran capaces de discernir totalmente lo que estaba adelante, pero continuó. – Para él, incluso si su campo de conocimiento no se enfocaba en cómo conectar cables y cordones, la única diferencia mayor que Cain veía probablemente fuese su estatura. – Sus ojos se cerraron, con comprensión. – Fuera de eso, lo veía igual de vivo que cualquier humano.

Entró en la oscuridad mientras el vacío lo devoraba totalmente, sin dejar rastro alguno. Como si literalmente hubiese desaparecido.

Residencia LaLinde, en las Filipinas...

Entonces, ¿qué es lo que intentas enseñarme? – cuestionó Break Man, cuyos ojos ocultos se enfocaban en un retrato que colgaba arriba de un sofá azul. – ¿Todavía tiene tu foto en la pared?

Colgando un poco más debajo de él había otro retrato de un individuo mucho más familiar, aunque se trataba de alguien por quien sólo sentía desprecio.

«Mi dulce muchacho...»

Sacudiendo su cabeza para silenciar la voz del anciano, el Robot Master volvió con el tema actual. – ¿Consideras esto una señal de que te valora como a una hija?

Aunque la chica presente en la foto era exactamente igual en apariencia, cualquier similitud era sólo superficial. Cierto, aún poseía el mismo cabello largo y castaño y los ojos verdes, pero a diferencia de la robot que estaba parada frente a él ahora, había una innegable chispa de vida en cada uno de sus rasgos un poderoso vigor que se desplegaba completamente con la sonrisa que presentaba en esa toma capturada. Un momento que tal vez no había sucedido hacía mucho, pero parecía ser poco más que una pizca de un tiempo ahora inalcanzable por cualquier medio.

La chica en la foto era inalcanzable por cualquier medio. La única pregunta era ¿también ella era consciente de ello? Y si era así, eso sólo lo confundía aún más.

Quake Woman se dio la vuelta y cogió un control remoto del reposabrazos del sofá.

Eso no es todo. – le respondió, dirigiendo su atención hacia una línea de discos situados encima de la televisión. – Antes del accidente, la Dra. LaLinde y yo grabamos nuestras sesiones de trabajo para repasar, en caso de que al trabajo escrito le faltaran detalles. – Estudiando la colección de formas redondas y delgadas con agujeros en el centro, la castaña cogió uno situado en el lado derecho del estante que sostenía los discos, y lo insertó en el reproductor que descansaba sobre la televisión. – No los recuerdo totalmente, ya que mi CPU sufrió un daño significativo de una roca que agrietó mi domo durante el derrumbe, pero por lo que ella dijo, es posible que yo... vuelva a ser como antes.

Presionando un botón en el control remoto, la pantalla del televisor se encendió, y desplegó la imagen de una niña con cabello suelto y un traje sencillo pero femenino consistente en un chaleco verde de mangas largas, y una falda con una camiseta amarilla debajo, un listón púrpura atado en forma de lazo para mantener el chaleco en su lugar, y un par de sandalias sencillas de color marrón que descansaban en sus pies, aunque los componentes robóticos se podían ver en los tobillos, indicando dónde la máquina haría sus ajustes para ponerse o quitarse cualquier ropa en sus piernas.

Ok, esta es... ¿cuál, la bitácora 96? – preguntó, algo confusa al principio antes de buscar la información almacenada en su CPU, y su cara se tornó serena y calmada por un segundo antes de regresar instantáneamente a su actitud alegre. – Whoa, mamá, ¿cuántas rocas hemos visto?

Quake Woman, actualmente LMN-001, designada "Tempo", interrogaba a la solitaria humana que residía en el laboratorio, que sólo rodaba sus ojos con una sonrisa divertida. La mujer estaba un poco por encima de la mediana edad, pero sólo tenía unas cuantas tiras de gris en su cabello, que todavía se veía de color oscuro debajo de la luz. Parecía tener un ligero tinte de violeta apagado, y sus ojos eran de un ámbar oscuro, mientras que su piel estaba ligeramente bronceada, siendo un indicativo de sus raíces españolas y filipinas. Llevaba un par de gafas con forma de medio círculo en sus ojos, observando los movimientos y actividades de la chica robot.

Su "hija".

Yo diría que estamos llegando a la marca de dos mil, y probablemente llegaremos incluso más lejos. – respondió la mujer, la Dra. Noelle LaLinde, con una risita. – Aunque no creo que lleguemos a ninguna parte si simplemente nos quedamos paradas. ¿Empezamos de una vez, Temp?

¡Oki-doki! – respondió Tempo, o más bien, la Tempo del pasado. Esa Tempo sólo existía dentro de los confines de la pantalla de televisión, y los datos grabados en los discos. La Tempo que observaba a esta versión de sí misma, la Robot Master, Blues notó que también tenía dificultades para creer que esta máquina era ella misma. – ¡Oooh, cuidado! ¡Vuelan trozos de roca por todos lados! – se rio, cuando uno de sus dedos se transformó en un diminuto taladro que comenzó a perforar lento pero seguro la superficie de la muestra, mientras el material de la piedra se esparcía hacia afuera.

¡Tempo! ¡Cuidado! – le regañó LaLinde. – ¡Alguien tendrá que barrer esto después!

¡Pero si tengo taladros instalados en mis manos! ¡No una aspiradora!

Bueno, entonces tendrás que ser un poco más innovadora cuando limpies tu desastre, ¿no?

Aw, mamáaaaa.

Él observó cómo ella seguía con su trabajo, aunque si se podía o no llamar así era debatible en sí mismo. Aun así, las diferencias entre la chica de la pantalla y la máquina de pie frente a él enran claras. La Quake Woman...no, la Tempo frente a él era un lienzo en blanco, completamente despojada de todo lo que una vez fue "ella", y a manos de la persona que decía amarla.

«¡Bienvenido al mundo, mi dulce muchacho!»

«Quizás haya sido un error otorgarle tanta independencia...»

¿No debería esto ser suficiente? – cuestionó Break Man a la otra Robot Master, señalando hacia la pantalla de televisión. – ¿No es esto evidencia de que la mujer con quien vives no es de fiar?

Quake Woman se quedó en silencio por unos momentos, como si contemplase una respuesta. – ... Yo... a veces me preocupo, sí. – confesó, tocando con su mano color marfil el vidrio ligeramente redondeado del televisor, y la imagen de la chica presente en las grabaciones, alguien que conocían y a la vez le era totalmente desconocida, hacía hervir emociones extrañas dentro de su núcleo. Nada increíblemente fuerte o abrumador, pero sí se hacían notar.

Igual que como el "primer hijo" de Light había huido por una razón como ésta.

Entonces ¿por qué no te vas? – cuestionó Blues. – ¿Por qué vivir aquí con miedo cuando podrías estar afuera en el mundo, existiendo por ti misma sin que nadie te esté dando órdenes? – Sus ojos ocultos volvieron a posarse sobre la pantalla. – ¿Sin posibilidad de que potencialmente tengas que volver a pasar por el mismo procedimiento de nuevo?

Quake Woman guardó silencio, procesando sus palabras. Luego, tras unos segundos de simplemente mirar al televisor, detuvo la grabación y la apagó. La pantalla otrora vibrante se tornó oscura, hueca y vacía. La chica que una vez fue se había ido, fuera de vista, y de alcance.

Ella no va a repetir esta acción. – respondió la androide verde y violeta, girándose para encarar a Blues. ¿O quizás debería referirse a él por su título de elección? – Me lo ha dejado bastante claro.

¿Cómo? – inquirió Break Man, apuntándole con un dedo acusador en la cara. – ¿Cómo sabes que no lo hará?

Porque ya me explicó las razones por las que tuvo que remover mi circuito emocional en primer lugar. – respondió Quake Woman. – Y también ha confesado que fue un intento equivocado de ayudarme. Después de todo, debido al daño que mi cuerpo físico sufrió durante el incidente, ya fuese que ajustara mi CPU o no... – Hizo una pausa. – Ella también había sufrido considerable daño por el derrumbe.

¿Recuerdas algo de eso en absoluto? – cuestionó Break Man. – Aparte del hecho de que sucedió, ¿sabes algún detalle? ¿Qué día de la semana era, el clima ese día, o qué día del mes? ¿El año que era?

La Robot Master de coletas se quedó inmóvil. Ya fuese debido a que su procesador finalmente logró ponerse al tanto consigo misma o que las palabras de su "invitado" eran un poco más complicadas de tragar de lo que pensó inicialmente. No lo expresaba, pero Blues vio, aunque brevemente, un pequeño destello de incertidumbre en sus ojos. Sin embargo, su cara permaneció neutral. Ella, por su parte, no era capaz de leer su expresión detrás de la barrera de su casco rojo y visor oscuro.

... Tú puedes verme, pero yo a ti no. – le dejó este punto claro, por obvio que fuese. – En efecto, te estás comportando bastante enigmático y frío para alguien que está pidiendo transparencia abierta. – Todavía no podía leer su rostro, ya que estaba oculto, pero notó que su cuerpo se ponía rígido, como si no estuviese preparado para oírla dar semejante declaración. – ¿No crees que esta situación se decanta más a tu favor comparado conmigo? ¿A pesar de que fui yo la que te permitió entrar en mi hogar? Mejor aún, ¿por qué has venido a mí, de todos los individuos? ¿Qué tengo para ofrecerte?

Break Man se quedó sin habla, dándose cuenta que, para su desconcierto y vergüenza, se le hacía difícil dar una respuesta a eso. – Yo... yo sólo... – tartamudeó antes de gruñir y redirigir la conversación. – Esto no se trata de mí.

Quake Woman se cruzó de brazos, sin exactamente cambiar la mirada, pero sus párpados bajaron ligeramente, indicando que no se fiaba del todo de sus palabras. – De algún modo, empiezo a duddar de eso. – respondió simplemente. – Si no es así, ¿por qué estás aquí, si no es para conseguir las respuestas que buscas? Independientemente de tus razones, estás aquí buscando satisfacer una necesidad sin la que se te hace muy difícil existir, ¿correcto?

Bueno, sí, pero... no es... totalmente así. – replicó Blues.

Entonces ¿cómo es?

...Es... mira... – le dijo, empezando a dejar que se le colara la frustración en su tono. – Esto no se trata de mí. Se trata de ti, ¡y del porqué sigues viviendo con una mujer que no mostró remordimiento por el crimen que cometió en tu contra! La Dra. LaLinde, la mujer que se supone que llamas "madre" te abrió a la fuerza y removió lo que te hacía... ¡ser tú! ¡Sólo mírate! – Señaló hacia ella, y luego a la televisión apagada. – ¡La robot que está aquí no es la misma que existe en esos discos! ¡Por lo que sabes, nunca volverá a existir! ¡Se ha ido! ¡Para siempre!

Quake Woman se quedó quieta y en silencio, preguntándose si efectivamente habría tomado una decisión inteligente al permitir que Blues entrara en su casa. Con toda honestidad, tal vez no, pero al descubrir que había venido aquí, y entender lo que él deseaba saber... el prospecto de simplemente decirle que se fuera no le parecía bien.

Aunque, no estaba totalmente segura por qué. ¿Era esto el inicio de los "subidones" que le contó la Dra. LaLinde? También le dijeron que las cosas no volverían a ella de inmediato, mucho menos al mismo tiempo. De hecho, en ese momento, no había garantía de nada. Tanto cuando había "reentrado" al mundo como en este mismo segundo. Blues Light, Break Man, DLN-000 o como se llamase quien estaba frente a ella, sacando temas de conversación de los que ella misma no se sentía muy segura.

Aun así, era muy tarde para echarse atrás. Él ya estaba aquí. Y más todavía, ella fue la que lo dejó entrar.

... Tal vez, lo que dices sea verdad. En efecto, yo... – hizo una pausa – ...me siento... diferente. Si es la forma correcta de decirlo.

¿Entonces por qué te quedas aquí? – Blues continuó insistiendo. – ¿Por qué ponerte intencionalmente en peligro quedándote con la humana que no tuvo ningún problema destruyendo todo lo que esencialmente te hacía ser lo que eras?

Sin que ninguno de los dos lo supiera, la mujer mayor que aparecía en los discos estaba oculta detrás de una esquina en la cocina, mientras su hija y el hijo del Dr. Light estaban a pocos metros de ella, y todo lo que haría falta sería un pequeño movimiento para hacer notar su presencia. Pero, considerando quién estaba ahora en su residencia, la mujer se debatía si sería o no una decisión sabia, mucho más al no saber si el chico que habían dejado entrar a su hogar era un peligro para ella o su hija.

Así, los tres permanecieron callados, pensando en lo que harían las otras partes. Pero lo que ocurrió exactamente, llevaría a una cadena de eventos y percepciones, algunos entendibles y otros basados en miedo, que darían forma irrevocablemente no sólo a sus futuros, sino a los de muchos otros.

Y todo porque Tempo LaLinde decidió dejar entrar a Blues Light a su casa esa noche.

Esta historia continuará...

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