Abducción

Ray se había quedado sin habla; Glenn tuvo que irse por un momento para recuperar la compostura. La escena era horrorífica: piernas y brazos arrancados de los cuerpos a los que pertenecían, armas esparcidas y aplastadas con pisadas, visores agrietados o directamente destruidos, y bocas abiertas en un permanente grito de terror. Cuando los dos Hunters vieron al Maverick rojo salir a toda prisa del laboratorio, se quedaron confusos cuando nadie más lo persiguió. Pero al entrar y ver lo que pasó, lo que se encontraron fue la horrible imagen del líder del escuadrón y el resto de sus amigos totalmente despedazados.

- T-t-tenemos que decirle... al C-Comandante de esto. – tartamudeó Glenn, con la voz todavía aterrada.

Ray no dijo más nada, pero inmediatamente contactó al cuartel general. – ¿Hola? ¡Ray al cuartel general! ¡Ray al cuartel general! ¡Respondan! – No recibió respuesta, así que ajustó su frecuencia. – ¿Blu? ¿Ai? ¿Alguien? ¡Por favor respondan! ¡Necesitamos ayuda!

Finalmente, luego de una media hora agonizante de llamar, suplicar y pedir que alguien lo oyera, recibió una respuesta.

- Habla Blu. Reporten, ¿el sospechoso ha sido aprehendido? – dijo la voz femenina en su audio-receptor. Ray se quedó en silencio. – ¿Ray? ¿Qué está sucediendo?

Ray tragó en seco. – Tenemos una situación aquí.

A la mañana siguiente...

Fue despertado de su estasis por los rude disparos y golpes físicos, metal siendo doblado y destrozado, y de alguien que parecía ser un niño luchando contra alguien más grande y más robusto que él. X se levantó de la mesa de operaciones donde se encontraba, y rápidamente salió de allí, dirigiéndose hacia una habitación del pequeño espacio secreto localizado en el laboratorio del Dr. Light. Saliendo de la habitación, oyó lo que estaba teniendo lugar con más claridad. Estuvo a punto de correr, pero sintió algo jalándole el tobillo.

Miró abajo y vio una cara familiar, aunque irónicamente estaba oculta bajo un casco rojo y un grueso visor negro. – T-tú... – dijo el robot más pequeño, cuyos detalles estaban mayormente obscurecidos por una extraña niebla, como si X no fuese totalmente capaz de determinar su apariencia.

Si esto era un efecto de sus sistemas todavía ajustándose por estar en estasis o no, no tenía tiempo para pensar, pues el ruido de alguien siendo golpeado violentamente lo trajo de vuelta a la realidad.

- Tienes... tienes que detenerlo. – alcanzó a decir el robot rojo con la voz entrecortada. Desafortunadamente, él también se encontraba herido, pues había caído al suelo cuando sus piernas finalmente sucumbieron y no pudo permanecer en pie. – Mega... no puede. Él...

Tras eso, el robot rojo no dijo más y se desplomó en el suelo. X se arrodilló y descubrió, para su alivio, que seguía vivo pero relativamente débil. Necesitaba reparaciones urgentemente, pero eso tendría que venir después. En ese momento, necesitaba averiguar lo que estaba sucediendo. Siguiendo el origen de la conmoción, X vio un robot más pequeño, joven, pero igual de azul que él siendo lanzado contra el suelo y pateado por uno que era más grande que él. Dicho robot levantó su cabeza y lo miró, con unos amplios ojos azules llenos de confusión al ver a X.

- ¿Qué... estás... haciendo? – dijo el robot más pequeño, sacudiéndose de dolor mientras trataba de caminar hacia X. Estaba severamente dañado, con la armadura abollada y agrietada en varios lugares. – Tú... tienes que volver a donde... – Empezó a toser, y X vio que empezaba a chorrear un fluido negro de su boca y cayendo al suelo. – Él viene por mí, pero si te ve a ti, podría... – Cayó de rodillas, haciendo un esfuerzo por volver a ponerse de pie.

- "¿Qué está sucediendo?"

X quería preguntar eso, pero antes de poder decir nada, vio a la figura con la que el robot azul había estado peleando acercarse a él. X no podía distinguir todos los detalles, ya que su visión era incapaz de capturar una imagen completa, pero en cuanto lo vio, el reploide sintió que algo se agitaba y hervía dentro de él.

- "Energía." – pensó. Una sensación de calor extraño pero a la vez familiar surgió en su núcleo. – "Es igual que la mía. Y aun así..."

La figura que era similar en estatura a X extendió su brazo izquierdo, y vio que una luz blanca y ardiente comenzaba a brotar de su palma. Un momento, no. Su mano ya no estaba, y en su lugar había un Buster.

- ¡MEGA MAN! ¡CUIDADO! – gritó una voz femenina y juvenil, y una imagen borrosa de una niña pequeña de rojo corriendo hacia la escena pasó frente a él. O más bien, corría hacia Mega Man.

El Buster disparó entonces hacia Mega Man y hacia él, y el disparo concentrado se acercaba más y más.

...

X se levantó inmediatamente de su cápsula portable, respirando agitadamente a pesar de no tener pulmones. Y aunque no podía producirlo, estaba seguro de que estaría sudando frío en ese momento, ya que su núcleo se sentía como si se hubiera prendido en llamas.

- ¡¿X?! – El Dr. Cain ingresó en la pequeña tienda, seguido de Roll muy de cerca. – ¿X, qué sucede? ¿Te encuentras bien?

Roll corrió hacia él y se arrodilló. X sintió cómo ella colocaba su mano sobre el hombro azul de él. – Yo... estoy bien. – le aseguró el reploide s su hermana y a Cain. – Un mal sueño, supongo.

- ¿Sueño? – preguntó Cain.

Cierto, cuando estaba haciendo las primeras pruebas con Fujiwara, X había demostrado que, mientras estaba en estasis, su CPU podría juntar varias porciones de información para hacer una reconstrucción parcial de eventos pasados. Así que, aunque no era precisamente "soñar", era una característica de la programación del Dr. Light que no era totalmente posible replicar. De hecho, muchos reploides habían reportado que apenas "empezaban" a "soñar", acorde con algunos estudios recientes.

- Bueno, ¿sobre qué era ese sueño? – preguntó de nuevo Cain. Aun si Fujiwara hubiese querido saber de esto, Cain genuinamente tenía curiosidad sobre lo que habría causado que X despertara tan sobresaltado. Pero no tuvo oportunidad.

- ¡Dr. Cain! – Un miembro del equipo de Cain entró a la tienda, claramente en pánico. – ¡Tenemos una situación!

- ¿Qué quieres decir? ¿Qué está sucediendo? – cuestionó Cain.

- Hay dos sujetos que son parte de los Hunters. – dijo el excavador. – Dijeron que es una emergencia.

¿Una emergencia? El Dr. Cain, Roll y X salieron de la tienda y vieron dos reploides desconocidos a poca distancia de ellos, hablando con algunos de los humanos que se habían reunido para ver qué estaba sucediendo.

Y entonces, el Hunter de color marrón y amarillo se giró para ver al paleobotánico aproximándose a él. – ¡Ah, grandioso! ¡Es usted! – dijo corriendo hacia Cain. – Oh, sí. Ray de la unidad 14th. Y él es Glenn. – agregó señalando al otro reploide que lo acompañaba.

- Les ofrecería mis saludos, pero tengo curiosidad de saber qué están haciendo aquí. – dijo Cain.

Ray estaba a punto de hablar, pero notó que Roll se encontraba presente. Aunque fuese una reploide, una civil no tenía nada que hacer aquí.

- Señorita, tienes que irte. Este es un asunto oficial de Hunters. – le dijo Ray a la rubia, antes de darle una mirada. – Eres una de esos reploides para servidumbre, ¿correcto? Bueno, probablemente sea mejor que vuelvas a tu trabajo. No hay nada que puedas hacer aquí.

X notó que Roll parecía, aunque fuera solo un poco, herida por el comentario. Pero antes que X pudiera decirle nada (o reclamarle a este sujeto por ser tan grosero), Roll sonrió. – Sí, por supuesto. Por favor discúlpenme. – dijo mientras se inclinaba ligeramente.

- Roll... – dijo X, pero Cain le puso la mano en el hombro, y su hermana se fue a otro lado.

Viendo que ahora tenían la atención de X y del anciano, Ray y Glenn se miraron entre sí y asintieron. Glenn tomó la palabra. – No queremos alarmarlos, pero recibimos información de una posible pista para resolver el caso del Virus Maverick. Fuimos parte de la unidad enviada para aprehenderlo, pero...

Ray sacudió la cabeza. No necesitaban los detalles en su totalidad. Eso sólo causaría más pánico si se esparcía. Se acercó al Dr. Cain para susurrarle.

- Se escapó, y tenemos razones para creer que podría venir hacia acá.

El humano y el reploide casi se fueron para atrás con lo que acababan de escuchar. Ray trató de calmarlos. – ¡No se alarmen! Tenemos todo bajo control. De hecho, el Comandante Sigma en persona se dirige hacia acá.

- ¿En serio? – cuestionó X. – ¿Por qué?

Ray y Glenn se miraron entre sí, y luego al reploide azul. Podían ver la sospecha en sus ojos. – No... tenemos la libertad de decirlo. Pero hay pocas razones para creer que no habrá víctimas. – Ray le dio un codazo en el costado a Glenn. – ¡Au! – se quejó, frotándose donde le golpearon.

- Lo que él quiere decir, es que es improbable que nadie aquí esté en peligro. – aclaró Ray. – Parece que ha tenido contacto muy limitado con los humanos. Y hasta el momento, ningún humano ha salido lastimado.

- En efecto. Podría haber matado a esa niña. – le susurró Glenn a su compañera. – Como sea, nos enviaron aquí para protegerlos. Así que continúen con su trabajo sin preocuparse.

- Bien entonces, les agradecemos por venir hasta aquí. – le dijo el Dr. Cain a los dos Hunters. – Por favor, si hay algo más que podamos hacer, sólo díganlo.

- Bueno, un mapa general del lugar nos sería muy útil. – dijo Glenn.

- ¡Ah sí, por supuesto! Yo me encargaré a partir de ahora, X. Tú ve a buscar a tu hermana. – le dijo al reploide azul, para luego dejarlo solo y llevarse a los dos Hunters.

- ¡Esperen! – los llamó X. Ray, Glenn y el Dr. Cain se giraron, y el reploide azul empezó a correr hacia ellos. – ¿No podemos al menos saber qué aspecto tiene este sujeto?

- Sólo quédate aquí y mantén un ojo sobre los humanos. Nosotros nos ocuparemos de ese Maverick.

Y con eso, Ray, Glenn y Cain se marcharon. A X le quedó muy claro que no iría a ninguna parte.

Más tarde...

Aunque el hecho de que los dos Hunters se encontraran aquí, y que el Comandante Sigma estaba a punto de llegar, lo cual demostraba que no había razón para alarmarse, hasta donde X lo sabía sólo él y el Dr. Cain habían sido los únicos alertados de lo que sucedía. Por lo que concernía al resto del equipo de excavación, los otros dos reploides habían llegado por órdenes del Comandante en persona. Así que, aunque no había mucho que pudiera hacer al respecto, sospechaba que había más en la situación.

- "Están dejando fuera muchos detalles." – pensó X mientras continuaba buscando a Roll. Cierto, dado lo que Ray y Glenn les habían dicho a él y a Cain, X sabía que quedarse junto al anciano y al resto de los humanos presentes en el sitio sería lo mejor. Después de todo, si Ray y Glenn NO le estaban diciendo toda la historia, el reploide azul debía permanecer con la guardia alta todavía más. Sabía que no le haría ningún bien pensar en ello como si no pudiera hacer algo, pero con todo, X no podía evitar preguntárselo. – "¿Qué podría haber sucedido?"

Más todavía, ni Ray ni Glenn le habían dicho nada de la apariencia de este Maverick, mucho menos por qué vendría aquí. En última instancia, no había nada que pudiera hacer, ¡y para colmo no había encontrado a Roll! Aunque trataba de mantener sus emociones bajo control, si encontraba a Roll y seguía molesta por lo que dijo ese sujeto llamado Ray, entonces sin duda HARÍA algo al respecto.

En la tienda del Dr. Cain...

- Entonces, ¿dicen que creen que está reuniendo cristales de energía y otros recursos? – preguntó el humano a los dos reploides, mientras los tres se sentaban alrededor de una pequeña mesa en la tienda.

- Es lo que creemos que motivó al sospechoso a salir de su escondite. – dijo Glenn. – Los almacenes de las fábricas y plantas de producción fueron saqueados, y tras cada visita, algunos de los reploides que eran construidos fueron infectados por el Virus. Pero pueden estar tranquilos, ya que ahora sabemos cuáles síntomas y comportamientos hay que buscar, podemos prevenir más daños una vez que nos deshagamos de él. Aunque supongo que no necesito decirles que hasta que atrapemos al responsable, continuarán estos incidentes.

- En efecto. – asintió el Dr. Cain estando de acuerdo.

- Descubrimos que el sospechoso estableció una pequeña área como base en el laboratorio al que nuestro equipo lo rastreó. – explicó Ray. – Pero él... se escapó de nuestro líder de escuadrón y del resto de nuestro equipo. – añadió esperando que Cain no preguntase por más. – Así que, el Comandante Sigma nos asignó la tarea de venir aquí antes de alertarlos de lo que sucede.

- Y les agradezco que lo hayan hecho. – El anciano humano se tomó un momento para pasarse los dedos de su barba. – Así que, ¿dijeron que Sigma en persona viene en camino? ¿Qué hay del resto de su equipo?

Ambos, Ray y Glenn, se quedaron en silencio. Cain inmediatamente tuvo la sensación de haber tocado algo que no debía. – Ellos... recibieron la orden de quedarse atrás, en caso de que el Maverick regrese a su locación anterior.

- S-sí, por supuesto. – Cain no presionó más. Ninguno de ellos lo dijo, pero podía sentir que algo muy desagradable debió suceder antes que los dos Hunters vinieran aquí. – Así que supongo que no debe salir ni una palabra de esto, ¿verdad?

- Eso sería lo mejor, sí. – dijo Ray. – Entre menos pánico provoquemos, mejor. Pero entiendan, tenemos la situación bajo control.

Incluso si no pasó de una cocina saqueada y una ventana rota, Sigma les ordenó explícitamente a los dos Hunters no mencionar que el Maverick había irrumpido en la casa del Dr. Fujiwara.

Cain asintió. – Bueno, si me lo permiten, ¿podría al menos saber qué aspecto tiene este Maverick? Después de todo, necesitaré saberlo para estar alerta, y también X, si está asignado a protegerme.

...

Mientras tanto, afuera de la tienda, alguien espiaba la conversación...

- Hm... sí, necesitará esa información. – escuchó decir a Ray. El grosor de la cubierta de la tienda hacía que escuchar la conversación fuese algo difícil, pero Roll estaba determinada a saber, espiando a través del diminuto espacio que tuvo la suerte de encontrar en la tienda.

No era precisamente propio de ella escuchar a escondidas, pero, y si bien técnicamente no lo tenía, su "instinto" le alertaba de que no le estaban contando todos los detalles. Y si ninguno de estos reploides lo iba a decir abiertamente, entonces tenía que averiguarlos por su cuenta. Especialmente considerando a cierto reploide que ella y su hermano habían discutido no hacía mucho.

- "Tal vez sólo estoy siendo paranoica. Pero necesito saberlo." – pensó, y luego se inclinó más cerca. – "Tengo que saberlo. Por su bien."

- Bueno, según los testigos que hemos interrogado, el sospechoso fue sorprendentemente cuidadoso al infiltrarse, pero aquellos que lograron verlo lo describen con rasgos bastante distintivos. – El audio-receptor de Roll estaba a solo centímetros del pequeño espacio, y escuchó a Glenn seguir hablando. – Aparentemente, los reportes dicen que se trata de un reploide con la forma masculina estándar. Uno de los que tienen la forma más, podemos decirlo, humanoide.

En realidad, el Hunter Glenn siempre había sido algo autoconsciente de su apariencia, aunque a Ray parecía no importarle. De nuevo, él pensaba que su compañero tenía la mejor cara, pero dejó eso de lado antes de continuar.

- Tenía una armadura distintiva de color rojo, y aunque algunos dijeron que creían haberle visto una capa o capucha de alguna clase, el testigo más reciente dijo que parecía más como cabello.

Roll tuvo que controlarse, poniendo la mano sobre su boca para ahogar el grito que casi se le escapó.

Al parecer, la revelación de estos detalles también sacudió algo en el Dr. Cain. – Tenemos... que traer a X aquí de inmediato. – les dijo.

- Estoy de acuerdo. – dijo Glenn, y luego miró a Ray, que parecía aprehensivo, pero no por la misma razón que Cain, mucho menos la de Roll. – ¿En dónde está ahora?

- La última vez que lo vi, fue a buscar a Roll, pero no he visto a ninguno de los dos por ninguna parte. – explicó Cain, y se levantó de su silla. – Iré a ver si alguien los ha visto...

- Hola, Doctor. – los saludó de repente Roll. Cain dio un paso atrás al ver a la rubia en la entrada de la tienda, como si hubiera tenido que manifestarse de la nada.

- ¡Oh, aquí estás! – se rio el anciano humano. Roll trató de no parecer sospechosa. – ¿Dónde has estado? Estaba a punto de mandar a buscarte.

- Oh, en ninguna parte. Sólo daba vueltas viendo si podía ayudar con lo que fuera. – Fijó sus ojos verde-azulados en los de Ray. – Después de todo, no hay nada que pueda hacer aquí, ¿verdad?

Aunque estaba sonriendo, su mirada era cualquier cosa menos amigable. Ray podría haber jurado que, a juzgar por sus ojos, estaba secretamente planeando asesinarlo.

- Como sea, ¿te importaría ir a buscar a tu hermano por mí? Estos caballeros aquí necesitan discutir algo con él. – pidió Cain.

- Claro. – Se giró para ir a buscar a X, aunque no sin lanzarle una última mirada a Ray.

Aunque ella fuese relativamente pequeña comparada con Ray y Glenn, las miradas de los reploides podían ser bastante intimidantes.

Aquella noche...

Se encontraba en el "límite" del sitio de excavación, con los ojos muy abiertos en busca de cualquier signo de movimiento en la distancia. La tierra estaba yerma y totalmente vacía de vegetación, así que no había muchos lugares para ocultarse.

- "Armadura roja, pelo rubio. Armadura roja, pelo rubio." – X repetía estos detalles en su procesador.

Estos rasgos y la borrosa imagen del robot que estaba atacando intentaban abrirse paso para conectarse juntos, como si la respuesta que X estaba buscando estuviera justo frente a él. Y tal vez lo estaba, pero incluso si fuera el caso, X sabía que no podía forzarse a recordar. Incluso ahora, luego de meses que sus sistemas funcionaran como debían, definitivamente había algunas áreas que todavía no podía descifrar.

- "¡Simplemente no tiene sentido!" – pensó, sintiéndose frustrado. – "¡He visto a alguien que coincide perfectamente con esa descripción! ¡Pero todavía no consigo una imagen clara!"

El "sueño" que había tenido esta mañana era poco más que una neblina que lo consumía todo, y su mente daba vueltas con sólo pensarlo. Pero ultimadamente no había nada que pudiera hacer al respecto en este momento. Ahora sabía que un individuo potencialmente peligroso podría venir al sitio. Y aunque ningún humano había salido herido todavía, nadie podía permitirse tomar más riesgos, mientras Ray y Glenn no le hubiesen revelado tod Cain.

De repente, X oyó a alguien aproximándosele por detrás. Se giró para ver al Dr. Cain a pocos metros de distancia. – Oh, ¿qué está haciendo aquí? – preguntó X. – Si Roll lo atrapa a estas horas, se pondrá histérica.

- Está ocupada ayudando a preparar la trampa. – respondió Cain. – Así que puedo salir por un momento.

X no estaba seguro si era hilarante o triste que una máquina que sólo tenía unos cuantos meses de "edad" actuara como si fuera su madre. De cualquier manera, la "trampa" a la que Cain se refería fue idea de X, aunque Cain no pudo evitar preguntarse cómo se le ocurrió. Al ser informado de la apariencia del Maverick fugitivo, el reploide azul inmediatamente descartó la idea de dispararle al sospechoso, en caso de que regresara. Ray se sorprendió de esto, y de hecho hasta se estaba enfadando mientras decía que X no sabía nada y que ni él ni nadie más tenía la más remota idea de con quién estaban tratando. Pero antes de poder decir más sobre lo que había ocurrido antes que llegaran los dos Hunters, Glenn salió al paso y le urgió a Ray que se calmara.

Aunque fuese sólo para que se quedara callado.

Glenn le permitió a X hablar, y fue allí cuando el reploide azul les propuso su plan. Primero, colocarían una tienda pequeña, con un buen suministro de cristales de energía y otras fuentes de energía en su interior, para atraer al Maverick hacia esa área en particular. Así, podrían acercarse, rodearlo y ponerlo bajo custodia. Por mucho que a Ray no le gustara, Glenn le recordó sus órdenes originales. Si este Maverick era responsable por el Virus Maverick, lo necesitaban con vida para poder interrogarlo.

Hasta ahora, las cosas parecían ir acorde con el plan, y X estaba haciendo una última ronda alrededor del perímetro del lugar, en busca de cualquier señal de una armadura roja y cabello largo y rubio. Aun así, para sorpresa del reploide azul (y fastidio que iba en aumento), ni Ray ni Glenn quisieron divulgar más respecto a lo sucedido antes de llegar al sitio. Y le dijeron, o más bien, Ray le dijo a X que su trabajo era asegurarse que no le pasara nada al Dr. Cain. Encargarse del Maverick rojo era trabajo de ellos.

- "Es casi como si quisieran evitar que me involucre todo lo posible." – pensó. Ultimadamente, la situación era lo que era, y había cosas más importantes que su propio ego. Aun así, no podía sacudirse de encima la sensación de que lo estaban dejando fuera a propósito.

- Hablando de eso – habló X, recordando repentinamente que apenas había visto a su hermana en todo el día –¿Cómo está Roll?

- ¿Está bien? – respondió el Dr. Cain. – Aunque ha estado más callada de lo usual.

- "Es decir que su cambio de humor es culpa de Ray." – X frunció el cejo. Luego de que todo hubiera terminado, le diría algunas palabras a Ray sobre hablarle con más respeto a su hermana. – Creo que, bueno, deberíamos irnos. Probablemente sería mejor que usted vuelva a su tienda.

- Será nuestra tienda por el momento. – corrigió Cain. – Vamos a ser compañeros.

"- Sí, creo que pediré mi propia cama, muchas gracias. – respondió X, y los dos se dirigieron hacia la tienda del anciano.

Una vez adentro, estuvieron a punto de irse a descansar, pero X todavía tenía otras cosas en su mente.

- Dígame algo, Dr. Cain. – dijo X. El anciano estaba a punto de cambiarse sus ropas de trabajo, pero se detuvo. – Mega Man, es decir el Mega Man original, Rock Light. – X hizo énfasis para distinguirse a sí mismo de su predecesor. – Nadie descubrió jamás lo que pasó con él, ¿verdad?

- No hubo ningún reporte oficial ni documentación respecto a su supuesta muerte, así que no, nadie puede decirlo con certeza. El único que lo sabe es el propio Mega Man, y él ya no está aquí para contárselo a nadie. – respondió Cain.

- ¿Eso no le parece algo extraño? – preguntó X. – ¿Por qué simplemente iba a desaparecer una creación del Dr. Light? Especialmente considerando que era muy probable que el Dr. Wily todavía siguiera siendo una amenaza. Y él no parecía el tipo que simplemente iba a rendirse y renunciar.

- Entonces, ¿qué crees TÚ que pasó? – preguntó Cain al reploide azul.

X se quedó en silencio por unos cuantos momentos antes de formular otra pregunta. – Mega Man... él desapareció casi al mismo tiempo que Wily, ¿correcto? – Cain asintió en respuesta. – Y también había una teoría de que Wily posiblemente habría sido asesinado, ¿verdad? – Cain volvió a asentir. – Me estoy estirando un poco, debo admitirlo, pero ¿usted cree que podría haber alguna conexión?

- Debo admitir que me he preguntado lo mismo. – reconoció Cain. – Es cierto, aunque la desaparición del Dr. Wily sigue sin ser resuelta, hay muchas teorías alrededor. Una de ellas es que Mega Man finalmente decidió que había tenido suficiente y... que se encargaría de él permanentemente, si me entiendes.

- Pero si eso fuera cierto, entonces Mega Man de alguna manera habría violado su programación en relación a la Primera Ley. – argumentó X. – Después de todo, con una IA avanzada o no, dudo que el Dr. Light hubiese permitido que algo así sucediera. Y Mega Man representaba cómo los robots podrían beneficiar e incluso salvar a la humanidad. Matar a Wily habría destruido todo eso.

- Entonces ¿qué sugieres tú? – cuestionó Cain.

X pensó en esto. En efecto, ¿qué estaba sugiriendo? Era una posibilidad fugaz que le vino aparentemente de la nada. Pero si Mega Man y los Robot Masters eran incapaces, o estaban indispuestos a ir en contra de las Tres Leyes, entonces alguien más tuvo que haberlo hecho.

- "Alguien... como yo."

...

Afuera de la tienda, Roll tuvo que contenerse a sí misma para evitar volarse la tapadera, pero mientras continuaba escuchando la conversación de X y Cain, se encontró deseando poder soltar todo lo que pensaba sobre estas "teorías" suyas.

Su intención era ir a su propia tienda y terminar el día, pero al ve Cain entrando a su espacio compartido, sospechó que dirían más acerca del Maverick rojo.

- "Esto es muy embarazoso." – se regañó a sí misma. – "Pero necesito saberlo. Tengo que saberlo."

A poca distancia de allí...

Aunque el plan de X no requería pensar demasiado, era bastante lógico. Dado que el Maverick presumiblemente robaba fuentes de energía, seguramente querría algo para reponer sus reservas, Especialmente dado que volver a su antiguo hogar no era una opción. Ray se paró en un lado del perímetro mientras Glenn hacía lo propio del lado opuesto, pero ambos mantenían contacto constantemente.

- Sabes, tal vez él podría ayudarnos. – escuchó Ray decir a Glenn, cuya voz sonaba en su audio-receptor. – Quiero decir, aunque no sea un verdadero Hunter, nuestra información de combate viene de alguna parte.

- Ya sabes bien lo que dijo el Comandante. – le dijo Ray a Glenn. – X debe estar lo menos involucrado posible. Fueron órdenes directas.

En efecto, Glenn sabía eso muy bien. Luego que él y Ray reportaron lo ocurrido en el laboratorio, recibieron órdenes de rastrear al Maverick. Ninguno de ellos necesitaba motivaciones extras para seguir esa orden, ya que estaban más que listos para poner en su lugar al sujeto que masacró a sus colegas y amigos Hunters. La visión del cuerpo destazado de Gamma todavía les hacía temblar. Pero cuando descubrieron que el Maverick rojo se había ido en la dirección donde el Dr. Cain y su equipo estaban acampando, el Comandante dejó sus instrucciones muy fuertes y claras.

- "Memoricen hasta el más mínimo detalle que encuentren. Conozcan el terreno por dentro y por fuera. Y en el segundo en que lo vean, dispárenle sin dudar. Pero solo para incapacitarlo, no para matarlo. Aún lo necesitamos con vida, pero recuérdenle a X su deber con Cain."

Así les había dicho el Comandante Sigma al saber dónde se encontraban. Aunque no lo dijo directamente, Rya y Glenn no pudieron evitar sentir que su Comandante no quería que X tuviese nada que ver con esta operación. Por supuesto, ambos tenían teorías respecto al porqué, pero en última instancia, eso no importaba. Por ahora, sólo podían mantener los ojos bien abiertos para estar atentos a cualquier perturbación o anomalía.

Pero aunque estaban armados y listos para disparar en cualquier momento, Glenn no pudo evitar cuestionar la lógica de su Comandante.

- ¿No nos beneficiaríamos más de tener algo de poder de fuego adicional? – preguntó el Hunter con cabeza de bloque, escudriñando en busca de cualquier signo de un destello rojo.

- El Dr. Cain necesita protección. – respondió Ray, mirando también a su alrededor. – Y no es como que X realmente sea confiable para encargarse de las cosas cuando hay que hacer lo que hay que hacer.

- Sí, sí, ya lo sé. Pero aun así, no es que tenga que matar al sospechoso. – espetó Glenn. – Después de todo, tenemos que llevarlo vivo.

- ¿Recuerdas lo que pasó con aquellos droides Pierrot renegados? Probablemente intente hacerse amigo de este sujeto. – replicó Ray. – A pesar de todo lo que tiene, eso no cambia el hecho de que es un idiota.

- Sí, supongo. – suspiró Glenn.

- Mira, si será una ventaja o una carga, eso tendremos que verlo. Pero por ahora, será mejor que él permanezca cerca de Cain y no haga más nada. – le dijo Ray a su compañero. – Ya sabes lo que pasará si el Comandante descubre que desobedecimos sus órdenes.

Glenn sacudió su cabeza. – No necesitas recordármelo.

Ya había visto a su Comandante teniendo confrontaciones verbales con Vile, que a veces se escalaban hasta volverse físicas. Por supuesto, Vile siempre era el que las empezaba, pero rápidamente lo ponían en su lugar sin importar cuántas veces trataba de plantarle cara al Comandante. Y aunque Glenn no creía que Sigma les hiciera lo mismo, seguía siendo un reploide que se aseguraba de dejar claro a todos quién estaba a cargo.

- Sólo sigue vigilando por tu lado. – le dijo Ray a Glenn. – Yo haré lo mismo por aquí. A la primera señal de algo, me das un grito.

- Lo haré. – respondió Glenn.

...

Por supuesto, en medio del paisaje de tierra yerma y seca, una figura que se escondía detrás de una roca en el extremo que vigilaba Ray observaba al Hunter, buscando la oportunidad para escurrirse sin ser visto. Había otros reploides aquí, así que seguramente debería haber algo de energía que pudiese consumir. Cierto, podría funcionar bien por un tiempo más, pero sabía que sus reservas se estaban agotando y pronto necesitaría reponerlas.

Cubierto por las sombras oscuras de la noche, el invasor invisible escudriñó con sus ojos el terreno a su alrededor. Había una tienda más pequeña situada en la esquina derecha más lejana, y se encontraba parcialmente abierta.

Y adentro de ella había... ¡energía! Cristales, Tanques-E, y otros objetos que necesitaba, ¡y todos estaban allí para que se los llevara! Era demasiado fácil. El Maverick se escurrió alrededor para usar la tienda como escudo para ocultar su presencia detrás de ella. Claramente era una trampa, pero eso no significaba que no pudiera sacar algo de allí y llevárselo. Después de todo, mientras nadie lo viera, podría llevarse todo lo que quisiera. Comenzó a levantar la cubierta, pero se detuvo cuando vio algo por la esquina de su ojo.

O más bien, a alguien.

...

Se había visto forzada a retirarse cuando escuchó a X salir y comenzar a moverse alrededor de la tienda, pero ya había escuchado más que suficiente. Roll suspiró aliviada cuando vio que su hermano volvía adentro, por lo que decidió que era mejor irse a la cama. No era como que pudiese hacer otra cosa.

Roll ya sabía mucho de lo que X y el Dr. Cain habían discutido mientras caminaba, pues había escuchado todo antes. Pero con eso, le surgieron emociones que no había deseado expresar abiertamente. Aunque inicialmente ella había sido un prototipo para determinar si era posible replicar los sistemas de X, al parecer había sido completamente olvidada, ya que los reploides se habían convertido en parte integral de la sociedad arcadiana. Así que finalmente entró a su tienda, pero se quedó en el centro del pequeño espacio que sería su "cuarto" temporal y suspiró, quitándose unos mechones rubios de su cara.

- "El Dr. Fujiwara TODAVÍA me debe las mejoras a mi cuerpo." – lamentó Roll. Aunque mantenía su armadura y coraza exterior bien cuidada, sabía que la habían construido con materiales baratos. Y desde que los reploides habían comenzado a caminar entre la población humana, Roll descubrió que tenía más oportunidades para sí misma, pero incluso esas opciones estaban restringidas.

Mayormente, se había encontrado de vuelta en el rol de una mucama. No era que a ella le desagradasen sus deberes, y los llevaba a cabo bien; después de todo, ella había sido construida para ese propósito, y en lo que a ella concernía no había nadie mejor para ello. Pero de nuevo, ¿qué lograba con eso? ¿Qué bien podía hacer a otros, fuera de ser una fuente confiable de trabajo para el Dr. Fujjiwara y (a veces) una ayudante para el Dr. Cain? De hecho, ¡esta era la primera vez que Roll acompañaba al anciano a una de sus excavaciones!

- "No es que quiera ser ingrata. De hecho, soy afortunada de siquiera estar aquí." – pensó Roll. Luego se mordió el labio, y pensó en la conversación entre su hermano y Cain. – "Si existiera un robot como ése, entonces X podrá encargarse de él. Aunque... dudo que tuviera que hacerlo. Mega Man lo habría vencido."

De inmediato sacudió la cabeza, en cuanto pensó en otros desenlaces más horribles. ¡No! ¡Eso era imposible! ¡Mega Man era imparable! Y aunque no lo fuese... X estaba aquí. Y él podría encargarse de todo.

- "Tiene que hacerlo." – pensó Roll con tristeza. – "Porque yo no puedo hacer nada por él. No así."

Se dio la vuelta, deseando tomar algo de aire para aclarar su mente, pero de repente, Roll encontró que algo le bloqueaba su camino, chocándose de frente con una figura más alta que ella que estaba enfrente.

- ¿Qué demo...? – empezó a decir, sorprendida. Levantó la mirada hacia el reploide que acababa de meterse a su tienda. – ¿Quién eres tú? ¿Y qué crees que estás haciendo? Meterte en el espacio de una señorita sin invitación...

Se detuvo en seco, observando los rasgos del reploide más detenidamente. Esos rasgos eran muy distintivos, e inconfundibles.

- E-espera... tú eres...

...

De repente, X salió a toda prisa afuera, mientras Ray y Glenn corrían hacia la pequeña sección del sitio donde se habían levantado las tiendas. Recibieron la señal de que su objetivo había entrado al perímetro, aunque no vino de ninguno de ellos, ni tampoco de Cain o de los otros humanos.

La pequeña tienda de Roll se ubicaba no muy lejos de la del Dr. Cain, completamente sencilla y sin llamar la atención. Pero las miradas de todos se vieron atraídas a ella.

Y en sus receptores auditivos resonó el grito de Roll desde adentro.

...

Intentó correr rodeando al reploide y trató de salir hacia la entrada, pero una mano le sujetó la muñeca con fuerza y la volvió a jalar adentro. Roll sintió cómo el Maverick rojo la sujetaba de los brazos, manteniéndola en donde estaba.

- ¡S-suéltame! – demandó Roll, tratando de soltarse de su agarre, y cuando eso no sirvió, comenzó a golpearlo furiosamente en el pecho. – ¡Déjame ir, déjame ir, DÉJAME IR! – le gritaba, pero sin importar los golpes o el forcejeo, claramente no iba a ir a ninguna parte.

Los ojos de color azul hielo del Maverick penetraron los suyos; Roll sintió que sus fluidos internos se enfriaban. Su mirada era intensa y perforante, como si fuese un depredador viendo a su última presa.

- ¡Allí está! – gritó Glenn, y tanto el Maverick como Roll se giraron para ver a Ray desenfundando una pistola de plasma.

Jaló el gatillo disparando un rayo de energía concentrada. El Maverick se agachó hacia un lado, y el rayo perforó por completo el hombro derecho de Roll, haciéndola caer de espaldas. La tienda no fue capaz de soportar su peso y se desplomó, y ahora el Maverick rojo se reveló a la vista de X.

Como dijeron los reportes, este reploide había ganado el título de "Maverick rojo" por una razón. Su armadura era de un distintivo color rojo con detalles blancos por los bordes y en las puntas de sus botas, su abdomen y hombros también eran blancos. En el izquierdo tenía una especie de emblema compuesto de formas amarillas y violetas, que formaban una especie de letra "Z." No era excesivamente alto, pero sin duda superaba a X en estatura por unas cuantas pulgadas. Su casco tenía unas guardias faciales que se extendían alrededor de las mejillas con unos bordes curvados en la parte superior, como si fuesen cuernos de alguna clase dándole un aspecto de "demonio rojo". Su frente era blanca con un cristal azul triangular, tenía dos orbes verdes en el pecho, y unas guardias plateadas en las muñecas. Pero fuera de su armadura roja, el rasgo más notable de este reploide era esa sorpresivamente larga melena de cabello rubio que se extendía desde atrás de su casco, sujeto en una cola de caballo por un cilindro azul.

Los ojos azules del Maverick rojo se fijaron en X, y el reploide azul recibió una probada de esa intensa mirada. El Maverick rubio miró a X, luego a Roll, que se encontraba en el suelo y sujetándose el hombro donde había recibido daño. Luego dio un paso hacia ella; Roll trató de ponerse de pie, pero un brazo rojo la sujetó de la cintura, echándosela encima al hombro.

- ¡E-espera! – protestó ella, pateando salvajemente mientras trataba de escapar. – ¡No hagas esto! ¡Detente!

Sus súplicas cayeron en oídos sordos, sin embargo, pues el Maverick inmediatamente abandonó el sitio llevándosela consigo. Ray, Glenn y X sin perder tiempo trataron de perseguirlo, disparándole al reploide rojo, pero a pesar de sus esfuerzos, él era demasiado rápido para ellos.

El Maverick rojo se había esfumado en la noche, mientras los gritos de ayuda de su cautiva se hacían cada vez más distantes hasta desaparecer por completo.

Esta historia continuará...

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