Capítulo 7
No vi a Edric durante dos semanas luego del incidente en su casa, inventaba excusas o se iba a explorar lejos de la manada, y cuando regresaba, no participaba del almuerzo juntos en domingo, siempre tenía algo que hacer, siempre estaba demasiado cansado para asistir, Mikel probó diversos métodos de persuasión, pero los pretextos de su hijo siempre eran de gran calibre.
— Este es el tercer domingo en el que no se presenta, Mikel, tengo un parcial la próxima semana y no entiendo nada.
Recostada en el sofá con las piernas apoyadas en el respaldo.
— No tiene que venir él siempre, puedes ir a increparlo y llevar tus libros de texto.
Leyendo tranquilamente en el sofá individual.
— No me abre la puerta, lo intenté la primera semana.
— Los gemelos son muy persuasivos.
— Lucas y Leo están viendo una película, sabes cómo se ponen cuando interrumpen sus películas — suspiré— Eric me odia, así que no es un buen candidato.
— No te odia, sólo está celoso de que tú eres un alfa y él no.
— Si pudiera elegir, no sería alfa, él sabe a qué costo cambié.
Mis padres.
Mis padres muertos fue el costo.
Bajó el libro y me observó.
— Creo que estás más preocupada por otra cosa que de tu parcial ¿Qué pasa? ¿Edric puede con la gran Kayla? ¿Vas a dejar que te gane?
Le gruñí ligeramente, regalándole una sonrisa después, la cual correspondió.
Dejó el libro a un lado y se acercó a mí en el gran sofá.
— Creo que ambos deben limar asperezas, algo pasó entre ustedes y no lo quieren decir, las cosas cambian, Kayla, la química entre ustedes se puede ver, todos lo ven, y no hablo sólo de la química que estudian en los libros.
Me sonrojé y tomé asiento como corresponde, observándolo.
— Él me ve como una niña.
— Así era, así te veía, pero en algún punto algo cambió, él te ve de otra manera, te protege de otra manera, y teme perder el control cerca de ti otra vez, por eso te está ignorando.
— Me está ignorando, es cierto, y yo no lo buscaré, porque es un idiota.
Levantándome del sofá, le agradecí por sus sabios consejos y subí hacia la planta superior, caminando directo al cuarto de los gemelos, me hice un espacio entre ellos, acurrucándome, buscando consuelo, y ahí me quedé.
Yo no buscaría a nadie.
O al menos no ahora...
***
Siempre ha sido así, los alfas son dominantes, territoriales, egocéntricos, fuertes y posesivos, altamente posesivos, todos los betas en su manada son posesión de él, nadie los defiende como el alfa, nadie los quiere como el alfa, nadie vela por su estabilidad como el alfa, pero también somos orgullosos, no nos gusta mostrar debilidad ante nadie, los alfas no le muestran el cuello a nadie, mucho menos ruegan, y es por esto que Edric y yo no hemos compartido espacio desde hace ya tres meses, ninguno dio su brazo a torcer, ambos esperamos a que el otro diera el primer paso, algo que jamás sucedió.
Él y yo ya no tenemos nada que ver, y me alegra.
Edric sólo piensa en juegos y sexo temporal, yo estoy empeñada en buscar un compañero para compartir mi vida con él, no quiero estar sola, no quiero ver como todo el mundo cría una familia y yo sigo estancada en el mismo lugar, quiero ser una loba adulta con todas las de la ley.
— ¿Estás segura de que todo estará bien Kayla?
preguntó Mikel, ambos estamos sentados en el porche de la casa esperando a mi cita del día, Mikel me aconsejó conocer personas como lo hacen los humanos, de esa manera, tendré cierta cercanía hacia él o ella cuando llegase el momento de unirme a alguien en mi celo.
Esta es la persona numero cuatro que me presenta, Landon tenía mal aliento, digo, para mí, ese es su aroma, nada atractivo, Lucía... huele a fresas rancias, no gracias, Chad apesta a estiércol de vaca, con él ni siquiera pude dar dos pasos lejos de casa, esto no estaba funcionando y ya comenzaba a preocuparme ¿Y si todos huelen mal y jamás encuentro a mi Luna?
— Sí, estoy segura — quitando una inexistente pelusa de mis jeans— Dije que pondría de mi parte, debe haber alguien para mí en la manada, no quiero quedarme sola.
— Sabes que siempre nos tendrás a nosotros, nunca estarás sola.
Abrazándome de forma fraternal.
— ¿Sabes Mikel? Vivir contigo, con todos ustedes, fue lo mejor que me pasó.
Frotando mi cabeza con su pecho, el aroma de mi padre me tranquiliza.
— Tú fuiste mi mejor salto de confianza, siempre quise una niñita, y llegaste tú.
Escuchamos a alguien carraspear amablemente, interrumpiendo nuestro momento, era el chico que me llevaría a una cita.
— Ethan, llegas... — viendo su reloj— Dos minutos antes ¿Cómo estás?
Saludó amable, entrando en su papel de alfa.
— Muy bien señor, gracias por preguntar, y por darme la oportunidad de salir con Kayla — observándome— espero nos divirtamos mucho hoy.
Sonriendo.
Se ve como un buen chico.
¿Cómo lo huelo sin ser descortés?
— Gracias por acceder a esta locura, yo también pienso que nos divertiremos mucho.
— ¿nos vamos?
Extendiendo su mano hacia mí.
— Está bien — levantándome de la banca, tomando su mano— Nos vemos Mikel, te llamaré más tarde.
— Está bien mi niña. Cuídala mucho Ethan.
— Por supuesto, señor.
No soltó mi mano mientras nos alejábamos de la casa, hablamos sobre el clima, sobre el gran árbol, resulta que también es su favorito, hablamos de lo divertido que es perseguir ardillas y lo difícil que es atrapar a un conejo, son demasiado rápidos, me contó un poco de él, tiene diecinueve años, él y Eric eran compañeros de escuela, actualmente trabaja en una panadería en el pueblo vecino, dijo que prepararía dulces para mí en algún momento, que es muy bueno horneando, y no sé si sea por su trabajo o es su aroma natural, porque él huele a panadería, y para ser sincera, no me desagrada, es un sujeto agradable.
Llegamos a su casa para tomar el auto, el plan era ir al cine, cenar y ver que sucede desde ahí, pasear o ir a ver las estrellas al árbol, me gusta mucho ver las estrellas, sentir el viento, oler la hierba y los animales ocultos a mi alrededor, me resulta muy gratificante.
— ¿Vives aquí?
Tragando grueso, su casa estaba justamente frente a la casa de Edric, y para mi mala suerte, acaba de llegar en su monstruosa camioneta y nos estaba mirando.
— Sí, no vivimos tan lejos ¿Cierto?
Abriendo la puerta de su auto para mí, soltando mi mano.
— Sí, digo... de todas maneras... el pueblo no es tan grande — sosteniendo la mirada de Edric— es oportuno que vivas aquí, que seas lobo — subiendo al auto— Oye... ¿Qué tanto sabes de química?
Edric apretó los puños.
Bingo.
— ¿De química? No me iba mal la verdad ¿Tienes dudas sobre algo? Puedo ayudarte, podemos tener una cita mañana para estudiar, salgo del trabajo a las seis.
— Te pasaré a buscar, es una cita.
Dije. Desviando mi vista del pelinegro que no se movía, él estaba atento a nuestra conversación.
— Es una cita entonces.
Sonriente, cerró mi puerta, rodeó el auto y subió tras el volante, puso algo de música y encendió el motor.
Solo desvié mis ojos dos segundos hacia el exterior, viendo a un enorme lobo negro corriendo en dirección al bosque.
Edric estaba molesto, lo olí.
Negué repetidas veces y me convencí a mí misma que debía buscar mi futuro aquí, con otra persona.
Decidí enfocarme en Ethan, es un chico divertido y bueno, nos divertiremos.
***
Ok. Ok.
Mikel por fin eligió uno bueno, el chico es atento, divertido, cocina de maravilla, las idas al cine se hicieron frecuentes, también es un excelente maestro, gracias a él, saqué un diez en mi ultimo examen de química, en una semana por fin me graduaré y con un excelente promedio, no puedo decir lo mismo de los gemelos, necesitan ayuda con dos exámenes, lengua e historia, Ethan y yo los ayudaremos, estudiaremos juntos en casa hoy en la tarde.
— Kayla, cariño, hice café de grano para que le ofrezcas a los chicos — atrapándome en medio de mi carrera hacia la sala por el libro que me dejé— también hornee galletas, receta de Ethan.
A Zara le encanta el chico, ambos han cocinado aquí varias veces, Ethan ha estado aquí exactamente diez veces, y una de esas se quedó a dormir, por supuesto que en una cama improvisada en el piso, él es extremadamente caballero, eso me agrada, él me agrada.
— ¿Con chispas de chocolate?
Caminando hacia ella probablemente derramando saliva en el proceso.
— Con muchas chispas, como te gustan, cielo.
Acariciando mi mejilla.
— Subiré las cosas ahora, nadie se resiste a las galletas recién horneadas y fuera llueve, el clima está ideal para tomar café de grano, que delicia.
— Mi pequeña comilona, jamás desaprovecha la oportunidad de comer.
Reí, abrazándola desde atrás, apoyando mi mentón en su hombro, viéndola preparar los cafés, a nadie le queda más delicioso que a ella.
— Siempre es un buen momento para comer.
Reí con ella y le ayudé con las galletas, puso todo en una bandeja y me la entregó, besé su mejilla y le agradecí antes de subir las escaleras y tomar asiento en el piso, frente a la mesa baja en el centro de la habitación, Ethan, Lucas y Leo estaban debatiendo sobre el lugar de la coma en cierta frase, Ethan insistía y se mantenía firme en su postura, pero los gemelos no le dan tregua.
— Un café para relajar la vena ¿Galletas? — colocando la bandeja en el centro— Zara ocupó tu receta. Esas fueron las mejores galletas que he comido en mi vida.
Alagando a Ethan.
— Tengo otras, de hecho, hoy aprendí una receta nueva con galletas de colores y rellenas de chocolate, las aprendí especialmente por ti, sé cuánto amas el chocolate.
Sonreí ante el gesto y tomé una galleta, metiéndosela en la boca.
— No sabes las ganas que tengo de probarlas ahora, suenan muy tentadoras.
— Tentadoras son las ganas de darme un tiro en la cabeza— Dijo Lucas— No sé nada, repito, no sé nada.
Ethan desvió su vista para observarlo y acarició su cabello.
— Tranquilo, te voy a ayudar, aprobarás ese parcial, aunque tengamos que estudiar toda la noche ¿Puedo quedarme a dormir?
Observándome.
— Claro, Mikel y Zara no tendrán problemas.
— ¿Lo ves? Todo estará bien.
Viendo a Lucas otra vez.
— Oh, eres mi héroe — lanzándose hacia él, sentándose sobre sus piernas, abrazándolo de la cintura— Te daría lo que quisieras en estos momentos, te daría hasta mi trasero si haces que apruebe este parcial.
Vi a Ethan sonrojarse sin intentar apartar a Lucas de su regazo, es más, sus pensamientos se hicieron una locura, y los dos comenzaron a oler a rosa.
Leo y yo intercambiamos miradas.
— ¿Café, galletas y a tu cuarto?
— Sí por favor.
Levantándose con premura, tomó su taza, dos galletas grandes y su libro de historia, abrió la puerta y salió, esperando por mí, tomé mi taza, dos galletas, como él, y mi libro, siguiéndolo.
— Kayla, lo siento.
Dijo Ethan.
— Kayla, no era mi intención, es que este hombre huele tan delicioso... no pude contenerme, te juro que no puedo contenerme.
Están experimentando ese tipo de celo masculino que vi en Edric la ultima vez que lo vi, lo entendía, son sus instintos, y ambos no pueden resistirse cuando encuentran a alguien compatible.
— Tranquilos, disfruten su tiempo, no volveré al cuarto, así que úsenlo como quieran.
Ambos agradecieron y sin pudor, comenzaron a besarse, esa era mi señal para dejar el cuarto y cerrar la puerta tras de mí.
— ¡Ay Dios!
Saltando de la impresión.
— Olía a rosa, creí que tú y él...
Dijo Mikel, señalando el interior del cuarto.
— No, es Ethan y Lucas, digamos que estábamos estudiando, Lucas se le lanzó encima como hace con todos para agradecerle y algo cambió, a los dos le brillaron los ojos y bueno... hueles el resto.
Suspirando.
— Lo siento... creí que este chico sí era.
— Yo también — encogiéndome de hombros— pero al menos Lucas ya tiene su pareja, comenzaba a preocuparme.
Sonriente.
— ¿Dónde está Leo?
— En su cuarto.
Señalando.
— ¿Por qué hay una taza y galletas en el piso?
Señalando ahora el piso, junto a la puerta de mi cuarto.
Dos segundos después, tres gemidos diferentes se escucharon al interior del cuarto.
— Claro... ¿Cómo no lo vi venir? Los gemelos no hacen nada solos — bufé— encontraron su compañero.
— No me esperé jamás que ambos tuvieran el mismo compañero, de seguro se van a divertir.
Sonriendo orgulloso.
Dos de sus hijos por fin se emparejaron.
— También estoy feliz por ellos — recogiendo la taza y las galletas del piso— Iré a dar una vuelta, volveré cuando terminen.
— Kayla, cariño, sé que debes estar triste ahora, pero...
— Mikel, ahora no ¿Sí?
Sonreí de forma cortés y bajé los escalones dejé los tazones y las galletas sobre la mesa, abrí la puerta y corrí hacia el exterior, directo al gran árbol.
Al parecer es cierto que no podré tener pareja nunca, todo el mundo tiene su hilo del destino conectado a otra persona, Ethan estaba conectado a los gemelos, no a mí, y si vuelvo a hacer experimentos como estos, volveré a sentirme como ahora, seré desechada y estaré sola otra vez.
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HOLA HOLA MIS AMORES, LES TRAJE UN NUEVO CAPÍTULO CARGADO DE AZUL ¿CÓMO ES ESO DE QUE NO SE HABLAN? PINCHES ALFAS ORGULLOSOS, YA DEJEN DE MIRARSE MAL
LEO Y LUCAS POR FIN ENCONTRARON COMPAÑERO, UNA LASTIMA QUE JUSTAMENTE FUERA EL HOMBRE QUE MIKEL HABÍA PROPUESTO PARA ELLA, IGUAL ME DA PENA QUE ELLA NO ENCUENTRE A SU PAREJA
A TODOS NOS DA MIEDO ESTAR SOLOS
EDRIC, YA REACCIONA
NOS LEEMOS PRONTO MIS AMORES
UN BESOTE
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