Capítulo 6
Seguí a Mikel hasta su despacho, tomando asiento frente a él, sintiéndome avergonzada por lo que él acababa de oler y presenciar ¿Qué le decía? Oye, sí, Mikel, tu hijo y yo sólo estábamos estudiando anatomía básica y tentación nivel uno, nada grave, y lo del olor a rosa... bueno, es parte de la lección, nadie estudia anatomía sin excitarse un poquito.
— ¿Y bien? ¿Qué fue lo que pasó?
Dijo primero, al ver que yo no estaba hablando nada gracias al monologo interno que mantenía en mi cabeza.
— Mikel... la cosa es que...
— Kayla, no quisiera sonar anticuado, pero... es muy importante que vivas tu primera... relación sexual con tu compañero y en el día de tu celo, será menos complicado para ti, menos... doloroso, Dios... que difícil es hablar sobre esto, creo que Zara debería darte la charla de chicas.
Levantándose de su asiento, caminando hacia la puerta con notoria incomodidad.
— Mikel... yo no pensaba hacer nada, Edric... Edric ni siquiera piensa en tocarme o mirarme de otra manera, ya lo escuchaste, él no me ve más que como su hermana pequeña.
— Lo sé, sé que ambos no tenían esas intenciones, pero el cuerpo nos juega una mala pasada, así que toma asiento, Zara te dará la charla de sexo, ella sabrá cómo explicar bien las cosas.
No me quedó más opción que sentarme y escuchar a Zara, hablando sobre el sexo en época de celo y la responsabilidad afectiva. Y cuando decían que era más fácil, es porque normalmente se pierde el control y tomamos media transformación, lo cual aumenta el tamaño del pene y joder, eso sí que es difícil de tolerar la primera vez, por lo que es más fácil en época de celo ya que nuestro cuerpo se prepara para recibirlo, estamos más húmedas, más deseosas, toleramos cien veces más el dolor, o sea que nuestro umbral aumenta, y todo lo que queremos es sexo, da igual cómo, sólo queremos aliviar el dolor, y con ese unico pensamiento en mente, el dolor de la primera vez es nulo.
Ahora entiendo por qué es importante hacerlo con el celo y no sólo por tentación, seguiré sus consejos si no quiero morir vergonzosamente en el primer intento.
Una incómoda hora después, regresamos a la sala, dónde los chicos terminaban la cena y colocaban la mesa, Edric me dedicó una incómoda mirada, Eric me ignoró por completo, y los gemelos como siempre, juguetearon e hicieron las mismas bromas de siempre, como si nada hubiera pasado, eso aligeraba el incómodo ambiente.
— Muy bien, todos, tomen asiento por favor.
Dijo el alfa.
Cada quien se dirigió a su asiento de siempre, me sorprendió ver que Eric tomó asiento dónde yo lo hago... o lo hacía. La mesa estaba ubicada así, Mikel en la cabecera, a su derecha, Zara, y a su lado, Luca Y leo, a la izquierda del alfa, estaba Edric, había un asiento vacío a su lado y luego estaba Eric.
— Toma asiento cariño.
Me invitó Zara, señalando el asiento junto a Edric.
— C-claro.
Confundida y avergonzada, tomé asiento, intentando omitir las risitas de los gemelos y de su madre, estoy más que segura que podían olerme en estos momentos, no pasaba nada desapercibida.
De todas maneras, el resto los ignoró, Mikel dio el primer bocado, luego Edric y Zara, después, todos se me quedaron viendo, esperando algo.
— ¿Qué?
Pregunté confundida.
— Tienes que comer primero, eres un alfa.
Explicó de mala gana Eric.
— Oh...
Incómoda, levanté el tenedor y lo clavé sobre una patata, metiéndomela a la boca, luego de eso, todos comenzaron a comer.
¿Por qué Mikel decidió cambiar las reglas de un momento a otro? Esta es mi primera comida fuera del cuarto con todos, así que no habíamos hecho nada como esto antes, y no entiendo por qué no pueden seguir tratándome como beta, yo no soy el alfa de nadie, no tiene caso que me traten diferente ahora que cambié mis ojos.
— Mikel, yo... ¿Por qué me cambiaron de lugar?
No podía quedarme con la duda.
— Edric lo pidió — levantando la mirada de su plato— Sigue un poco inquieto por la situación de antes, decidí que lo mejor es que te sientes a su lado cuando venga a comer a casa.
Lo miré de reojo, olisqueando su incomodidad ¿A qué va todo esto?
— ¿Y por qué yo comí primero? No soy alfa de nadie, no tiene caso que coma antes que un beta, no me gusta, sigan tratándome como siempre, por favor.
— Eres un alfa Kayla, no puedes ignorar tu naturaleza, las jerarquías deben ser respetadas para que se mantenga el orden en la manada. Además, puede que no te hayas dado cuenta, pero antes, manejaste muy bien la situación con Edric y Eric, no hubo violencia y utilizaste tus ojos no para someter, sino para hacer que Edric reaccionara, así es como un verdadero alfa trabaja, felicitaciones.
Sonreí sintiéndome orgullosa de mí misma.
— Es que he tenido un increíble ejemplo a seguir — sonrojándome— las lecciones contigo siempre son muy provechosas.
— Saldremos más seguido Kayla, como hoy, creo que debo ayudarte con tus instintos alfas, deben mantenerse siempre en control, un alfa siempre es más fuerte que un beta o un omega, siempre, no importa aquí la biología.
Eric se removió incomodo de su asiento.
¿Qué ha pasado? ¿Mikel le dijo algo?
— Está bien, fue muy divertido hoy, aprendí muchas cosas.
— Mientras no lleguen apestando a ardilla, o no te pelees de nuevo con Edric para que traiga conejos como ofrenda, no hay problema.
Carcajeó Zara.
Parece estar disfrutando mucho de mi sufrimiento, pero no podía enojarme con ella, su risa es bastante contagiosa, terminé riendo con ella.
***
Rápidamente pasaron dos semanas desde nuestro cambio de rutina, todos los días, Edric iba por mí a la escuela, los gemelos debían quedarse a sus clases complementarias, yo estudiaba con el mayor de los Sallow en su casa y luego regresaba a la mía para ir a pasear con Mikel, recibiendo lecciones de cómo ser un buen alfa, cosa que no le encontraba mucha lógica porque sigo sin ser nadie, pero debo controlar mi fuerza y mis ojos, no puedo ir por la vida sometiendo personas, menos si ellos son leales a otro alfa, estaría faltándole el respeto a Mikel, y eso jamás me lo perdonaría, él es la persona a quien más quiero y respeto.
Hoy salí un poco más tarde de clase, y para mi pesar, debía reunirme con un chico a la salida, me pidió hablar sobre algo importante, no sé a qué se refiere, pero si dijo importante, claramente no podía faltar. Salí de la clase luego de presentar mi tarea y recorrí el pasillo, crucé la puerta principal, viendo a Carely, el pelirrojo de la clase, esperando bajo un árbol, con unas flores entre las manos.
Ay no...
Caminé hacia él a paso lento, y sonreí incómoda plantándome frente a él.
— Hola Kayla, te ves muy guapa hoy.
Entregándome las flores que no pude rechazar, las soltó sobre mi pecho antes de tener oportunidad de negarme.
— Hola Carely, gracias.
Entregándole más una mueca que una sonrisa.
— Yo... quería hablar contigo hoy, a solas, sin los gemelos encima, ellos siempre están encima de ti, literalmente.
Hice memoria y sí que estaba en lo cierto, ellos refriegan su cabeza con la mía cada vez que tienen oportunidad, para mantener nuestro propio aroma por sobre los demás, en la escuela todo el mundo huele diferente y eso no nos gusta.
— Sí... es que ellos y yo nos llevamos muy bien.
— ¿Tienes algo con ellos? ¿Una especie de trío extraño? Siempre se están tocando, si no son las manos, es el cabello, ellos parecen perritos siguiéndote a todas partes.
Cambié mi expresión en segundos, viéndolo de forma amenazadora, a mi manada no la insulta.
— ¿Tienes algún problema con eso? Son prácticamente mis hermanos.
— Cierto... su padre te cría desde... desde...
Dándose cuenta que la estaba cagando con cada palabra que salía de su boca.
— ¿Desde qué?
Alzando una ceja en su dirección con notoria molestia.
Me está cansando esta platica sin sentido.
— No importa, lo siento, estoy diciendo sólo tonterías, es que estoy nervioso.
Cambié de postura, cargando el peso de mi cuerpo en la otra pierna, estaba apurada.
— ¿Qué es lo que querías decirme, Carely?
Apresurando el tema.
— Cierto. Es... es que yo... quería decir que te encuentro una chica muy guapa Kayla, tienes buenas notas, eres divertida y no temes ser quien en realidad eres frente a nadie, eres autentica, eso me gusta, por eso... por eso yo... quería preguntarte si... si quieres salir conmigo.
Abrí la boca para responder cuando un brazo fornido rodeó mis hombros, dos segundos después su aroma invadió la escena.
— ¿Lista para marcharnos Kayla? Te estabas demorando, así que vine por ti.
Sonrió inocente.
Edric no pudo llegar en mejor momento.
— ¿Es tu hermano?
Preguntó el pelirrojo frente a mí, casi meándose en los pantalones.
— No soy su hermano — puntualizó Edric— Y te aseguro que ella no está disponible, así que mejor suerte para la próxima — tomó las flores entre mis manos y se las entregó— Nos vemos amigo.
Le guiñó un ojo y se irguió, dando media vuelta conmigo aún bajo su brazo, caminando hacia su auto.
— Yo pude haberlo rechazado con algo más de tacto ¿Por qué te metes?
— Porque hueles a molestia, y no queremos que le arranques la cabeza al pobre humano enamorado.
Abriendo la puerta del auto para mí.
— No menosprecies a los humanos, todos son importantes, parte de nuestra obligación es protegerlos.
Eso me dijo Mikel en una de nuestras lecciones.
— Pero siguen siendo inferiores, por eso debemos protegerlos, son débiles, cualquier cosa puede matarlos.
— Le diré a tu padre cómo estás hablando, eres el próximo alfa, no puedes inculcarle tus ideas extrañas a las demás generaciones.
Rodó los ojos con una amplia sonrisa y cerró la puerta, dando la vuelta hasta subir tras el volante.
— Parece que papá está haciendo bien su trabajo, por fin un alfa que sí sigue sus indicaciones al pie de la letra.
— ¿Tu no lo haces? Se supone que debemos aprender de él como se hacen las cosas ¿Por cuánto ha sido el alfa? ¿Cuarenta años?
— Sí, algo así — encogiéndose de hombros— Lo gracioso es que no parece de más de treinta, o la vieja de las canciones, esa mujer debería estar bajo tres metros de tierra y hecha polvo de ser humana ¿Ves que sí son débiles?
Poniendo en marcha el vehículo.
— Bien, dime ¿Cuál es tu problema? ¿Es que me hayan invitado a salir?
Chasqueó la lengua, observándome por breves segundos.
— No puedes salir con un humano.
— ¿Y eso por qué?
— ¿Qué pasaría si pierdes el control y lo lastimas? Puedes matarlo Kayla. O dime ¿Qué harías si estás en pleno celo? Yo te digo, también lo matarías, su resistencia no es como la nuestra, o si justo te retardas en ir a casa y pasas la luna llena en su casa, te transformas en lobo, él se asusta, tus instintos salen a la luz y, Oh ¿Qué crees? Lo matas.
Rodé los ojos.
— Que pesimista eres, no pensaba salir con él tampoco, es un idiota.
— Escuché lo que dijo sobre los gemelos, ahí fue cuando decidí interferir, tu pulso aumentó y tu cabeza se hizo un caos.
— No me gusta que hablen mal de mi manada, los humanos no entienden nuestra necesidad de oler como uno, todos ellos siempre huelen diferente, apestan.
Arrugando la nariz.
— Me alegra saber que ya te sientes parte de nosotros, todo cambió cuando tú llegaste.
— Llevo más de tres años con la manada Sallow — riendo por lo bajo— sería extraño que no me acostumbrara aún.
— Tres años... eras tan pequeña...
Nostálgico.
— Dilo, era plana y desaliñada.
Riendo, en un intento de aligerar el ambiente.
— No quería decirlo — riendo conmigo— pero sí, parecías menor a lo que eras, quizá fue porque estabas muy delgada, aún no sabemos cuánto tiempo deambulaste sola.
— Dicen que no olía a humo o sangre, no lo recuerdo bien en realidad, pero si no olía a eso... supongo que pasaron varios días.
Encogiéndome de hombros.
— Me alegra haber ido a patrullar ese día hasta esos lugares, normalmente no llegamos tan lejos, pero tu aroma de atrajo.
— ¿A qué olía? ¿A ardilla?
Riendo.
Zara siempre se queda del olor a ardilla con el que Mikel y yo llegamos luego de nuestras lecciones.
— No, a ardilla no, chica del bosque — sonriendo— Olías dulce, muy dulce, como a... chocolate, no pude evitar querer seguirte, era extraño sentir un olor como ese en un lugar dónde los humanos no llegan.
Me sonroje.
— Nunca te agradecí como corresponde por haberme salvado, de no ser por ti, habría muerto.
— ¿Qué no me has agradecido? Me seguías cada día e intentabas hacer que recibiera tus deformes corazones, para mí eso es más de lo que merezco como agradecimiento.
Cubrí mi rostro con ambas manos, recordando.
— Dios... esos corazones eran horribles... tenía que escabullirme al bosque para tomar un nuevo trozo de madera sin que Mikel se diera cuenta. Que vergonzoso...
— ¿Por qué dejaste de intentarlo? ¿Cuándo dejaste de hacerlo?
Entrando al pueblo.
— Dejé de hacerlo la primera vez que olí otro tipo de rosa en tu casa, ese día que recordé la muerte de mis padres.
Paró el auto, y me observó.
— Joder, lo siento, quizá fue mi culpa que recordaras ese momento traumático.
— No lo fue — abriendo la puerta— tarde o temprano lo recordaría, fue duro, pero necesario, ya que gracias a saber que no había nadie esperando por mí, pude soltar esos lazos ya destruidos y tomar unos nuevos, de no haber recordado, seguiría sola, oliendo a forastero.
Saltando fuera de su alta camioneta.
Edric suspiró y salió del auto, siguiéndome hasta casa, quitando el seguro y dejándome entrar.
— Kayla.
Tomó mi mano, deteniendo mi paso en medio de la sala.
— ¿Qué pasa?
— Yo no hubiese permitido que eso sucediera.
— ¿Qué cosa?
Frunciendo el ceño con confusión.
— Que estuvieras sola.
Carraspeó y me soltó rápidamente, lamió sus labios y tragó grueso, retrocediendo un paso.
— Yo... eh... — rascando su nuca— ¿Quieres algo para comer? Tengo helado de chocolate, tu favorito.
— Helado, sí.
Escuchándome como una niña pequeña, el helado de chocolate era mi favorito, podría haber un festín frente a mí, pero seguiría prefiriendo el dulce y delicioso helado.
— Bien, iré por él, ponte cómoda.
Asentí y di media vuelta, caminando hacia la mesa ratona dónde solíamos estudiar, sacando mi libro y cuaderno de la mochila, también el estuche, ordenando todo sobre la mesa, buscando los temas que tocan el día de hoy, tenía todo bien marcado con post it para mantener el orden. Por lo general, me iba bien en todas las clases, era metódica, pero química simplemente no me entra en la cabeza, el profesor es un dolor en el culo y no puedo prestarle atención, pero con Edric como profesor... podría tener clase de química todo el día.
— Aquí está — poniendo frente a mí una copa con helado de chocolate hasta el tope, trozos de chocolate encima y dos galletas oreo clavadas— Para despertar tus neuronas, hagamos tu tarea mientras comes.
Está bien.
Tomando una buena porción de helado, saboreándola mientras abría el libro de texto en la página correspondiente, mostrándole.
— Ok, esto es fácil — acercándose a mí, tomando asiento en el piso— Primera pregunta ¿Qué es la química orgánica? Lo primero que debes saber sobre los compuestos orgánicos, es que, en su estructura, todos tienen al carbono como elemento central. Los químicos consideran como compuestos orgánicos a aquellos que tienen carbono, hidrogeno, oxigeno y otros elementos entre sus cadenas. También recuerda que el carbono posee cuatro electrones en su capa de valencia, por lo tanto, si nos guiamos por la regla del octeto, necesitamos cuatro electrones para completarla, y al mismo tiempo podemos hacer cuatro enlaces.
— Espera, espera, más lento — intentando seguirle el paso— ¿Me puedes dibujar lo de los electrones? Me cuesta un poco si me lo explicas sólo en palabras.
— Claro, dame tu cuaderno — tomando un lápiz también— el carbono lo dibujamos en el centro y dibujamos dos puntos por lado ya que tenemos cuatro electrones, vamos a dibujarlo en conjunto con el oxígeno, aremos dióxido de carbono en esta ocasión — colocando las O junto a los dos puntos— Y luego seguimos rellenando en función a la cantidad de enlaces y electrones de los elementos que ocupamos.
Dibujando los enlaces, los puntos y las letras, explicando con gran maestría las diferentes formas en las que se podía dibujar, de esa manera, logré retener la información y completar la primera pregunta de mi tarea, comprendiéndola por completo.
— Siguiente pregunta.
Sonriendo con calma, oliendo a verde mientras me observaba comer helado.
— Siguiente pregunta — hablando con la boca llena— ¿Qué son los hidrocarburos?
Carcajeó por lo bajo.
— No hables con la boca llena, sucia.
Deslizando su pulgar por la comisura de mis labios, lamiendo el chocolate que se quedó pegado ahí.
Ok... eso fue demasiado sexy.
— Estás oliendo a rosa, cálmate.
Tragué grueso, acomodándome.
— Lo haces a propósito, deja de tentarme y sigamos estudiando.
— Desde la platica del otro día que tuviste con mi madre, ese día que papá y Eric nos vieron en tu cuarto, me estás evitando, intentas apartar esos pensamientos con todas tus fuerzas, el rosa no dura más de tres segundos antes de que lo pongas bajo control.
Así que se ha dado cuenta.
— No puedo caer en la tentación, Zara dijo que era una locura la primera vez, no quiero morir en el intento.
— ¿Quién dijo que yo te arrebataría tu primera vez?
Solté esas palabras sin darme cuenta, estaba tan concentrada en no oler a rosa que no pensé la respuesta antes de soltarla.
— Tú preguntas, yo respondo — encogiéndome de hombros, acercando el libro de texto hacia mí— te evito porque no quiero perder el control.
Aclarando.
— En momentos como estos me doy cuenta que ya no eres una niñita, en ocasiones, tu razonamiento es mejor que el mío.
Tirando del libro de texto hacia él.
— Alguien debe ser responsable ¿No crees?
Jalando del libro hacia mí.
— Y yo odio ser responsable antes de tiempo, me gusta cagarla — acercándose a mí, tomando asiento a mi espalda, apoyando su mentón en mi hombro, observando el libro— Así creo que podemos leer ambos con comodidad ¿No crees?
Cerré los ojos e inspiré profundo su aroma.
¿Por qué me haces esto?
— Mientras mantengas tus pensamientos bajo control, por mí no hay problema.
Su cabeza era un caos total ahora.
Todo él se contradecía, estaba librando una real batalla en estos momentos, diciendo:
ManadaAmigaRosaSexoNoNoNoSiSiSiTocarCorrerBesarMorderCorrerLejosBesar.
Sinceramente no sé qué es peor, cuál de los extremos.
— Me cuesta mantener el control cuando estoy cerca de ti — acercándose más si eso es posible, sintiendo su pecho pegado a mi espalda— Y estoy un poco molesto, por tu indiferencia, y por ese chico que cree que puede tomar lo que es mío.
Abrí mucho los ojos, tensándome.
El aroma a rosa y rojo estaba invadiendo el cuarto, lo estaba haciendo a propósito, quería embriagarme, quería cegarme.
— Yo no soy tuya.
Conteniendo el jadeo que amenazaba con salir.
— No... no lo eres, lo cual es lamentable, sigues siendo pequeña, me da miedo sostenerte, siento que puedo romperte, no quiero eso.
Abrí y cerré la boca sin lograr que las palabras se hicieran presentes, no entiendo qué está sucediendo, no entiendo este cambio.
Algo en mi cabeza hizo clic en ese momento, alguien me dijo las mismas palabras, pero no lograba ver su rostro, no sé quien es.
— Kayla ¿En qué piensas?
Rodeando mi cintura con sus brazos, lo sentí inspirar mi aroma.
— En muchas cosas — jadee, era demasiada la tentación— no te entiendo.
— No me gusta el hombre que soy cuando tú estás con otro, no me gusta como me siento, como pienso, como me... descontrolo.
Antes de que las cosas se pusieran más intensas, me levanté y abrí las ventanas, me estaba sofocando, estaba a dos pasos de perder la poca cordura que me quedaba.
— Creo que debemos terminar las lecciones por hoy.
— Tienes que entregar tu tarea mañana ¿Cómo lo harás?
Su tono de voz, más grave de lo habitual, lento y bien pronunciado hacía cosquillear mi cuerpo, temía de lo que yo era capaz si él continuaba.
— Ya veré cómo, YouTube es un buen profesor.
Acercándome a la mesa otra vez, recogiendo mis cosas desde el otro extremo, estar cerca de él ahora es peligroso.
— No tan bueno como yo.
Puntualizó, posando su mano sobre la mía.
¿En qué sentido es un buen profesor? Mi mente no deja de pensar en sexo y sé muy bien que él lo sabe, puede escuchar mi monologo interno probablemente tan fuerte y claro como yo escucho el suyo.
SexoSexoSexoSexoKaylaKaylaKayla
No soy de piedra joder, sé muy bien que las cosas serán difíciles para mí, pero ya soy un adulto ¿No? Puedo hacerlo si se me da la gana, será más difícil, pero decepcionaré a Mikel y Zara, les di mi palabra de esperar a mi compañero para el celo, siguiendo las antiguas tradiciones de la manada.
— No, puedo, no puedo — quitando mi mano de entre las suyas— Le prometí a tus padres que iba a seguir las reglas ¿Qué tengo que hacer? ¿Te tiro agua encima para que te apagues?
Sonrió de lado, ladeando la cabeza.
— ¿Me estás diciendo que no te interesa mi propuesta?
Podría darme cabezazos con la pared más cercana para aclarar mis ideas, es más, debería hacerlo, quiero hacer las cosas bien, quiero que Mikel siga diciendo que está orgulloso de mí mientras acaricia mi cabello o frota su costado con el mío cuando corremos por el bosque.
— Voy a esperar a mi celo, cuando el alfa elija un compañero para mí.
— No eres un beta, eso no funcionará, no saciará tu sed Kayla, te olí ese día, nadie huele tan dulce como tú.
Casi ronroneando.
¿Qué será esto? ¿Una especie de celo alfa? ¿Existe algo así? Se lo preguntaré a Mikel.
— ¿Y por eso quieres comerme? ¿Qué es esto? ¿Un capricho? Despierta Edric, no soy una chica fanática de la poligamia, si yo me emparejo a alguien, será sólo mío, soy egoísta, temperamental y posesiva, no me gustan los juegos.
— Deberías aprender a divertirte Kayla, te aseguro que conmigo te divertirás.
Acercándose lentamente.
Él me estaba cazando, era un juego para él, y definitivamente no huele como siempre, algo pasa.
— Ok, me voy — tomando todas mis cosas sin meterlas en la mochila— Ve a verme cuando recobres tus cinco sentidos.
Casi salí corriendo de su casa, las personas que caminaban por fuera me miraron extrañados, olisquearon y abrieron exageradamente sus ojos, imaginándose un montón de cosas probablemente.
— No es nada de eso — escuchando sus monólogos— Estaba en mis lecciones privadas de química.
Nadie se movió, no me creían.
Decidí ignorar las voces de sus cabezas y corrí en dirección a casa, perdiendo un par de lápices en el camino, con las garras fuera y los ojos brillándome intensamente, Mikel, como todos los días, estaba esperándome en el sofá fuera del porche, admirando el paisaje a su alrededor, al verme llegar, se espantó y levantó de prisa, yendo en mi encuentro.
— ¿Qué pasó? ¿Qué tienes? ¿Por qué hueles así?
Alzando una ceja con confusión.
Sé a que huelo, huelo a deseo, a provocación, a tentación...
— Mikel ¿Los hombres experimentan algo como el celo?
— ¿Por qué lo preguntas? ¿Alguien te atacó?
— ¿Lo hacen o no?
Jadeando.
Esa fue una buena carrera, necesitaba recuperar el aliento.
— Sí, algo como así, pero no con todo el mundo, ya sabes que los lobos no somos heterosexuales, por lo que no podemos depender del celo femenino para la primera unión si hablamos de dos lobos macho ¿Cierto?
— Cierto.
Atenta a su explicación.
— Bien, pues hay momentos en el que el macho acumula demasiada tensión sexual que necesita eliminar, por eso Edric por ejemplo, busca compañeras temporales, para no perder el control, porque si acumula demasiada tensión y huele algo que le gusta, algo delicioso, un hembra o macho en su sintonía, pierde la cabeza, pero nunca le ha pasado, he visto otros casos similares, por eso sé lo que sucede — tomando mi mochila— ¿Algo pasó? ¿Alguien te hizo algo?
Ayudándome a meter mis cosas dentro, presionándome para contarle la verdad.
— Nada — necesitaba asimilar todo esto, eso quiere decir que Edric no ha tenido sexo en un tiempo y que yo para él...— yo... eh... no me siento muy bien hoy, tuve un mal día, un compañero de clase estuvo molestándome todo el día, luego me regaló flores y se me declaró, fue muy hostigante y olía vergonzoso, dejó todas sus intensiones impregnadas en mí — mintiendo— Necesito un baño y... ¿Podemos descansar por hoy? Me duele mucho la cabeza y el pecho.
¿Cómo no? Si mi corazón podría saltar fuera de mi pecho en cualquier momento.
Debería darme palmaditas en la espalda por mi autocontrol.
— Claro, claro, ve, descansa ¿Qué pasó con las lecciones con Edric?
— Estábamos estudiando, es un gran profesor, pero comencé a sentirme mal y antes de verme patética ante él, salí corriendo — reí de forma forzosa— ya sabes como soy, no me gusta verme mal delante de él.
Acarició mi cabello, asintió y me envió a descansar, así yo podía pensar en qué hacer con esta información nueva.
— ¿Yo... huelo delicioso?
Apoyándome en la puerta de mi cuarto al cerrar.
¿Qué debo hacer?
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BUENAS BUENAAAAS
TRAJE UN NUEVO CAPITULO MIS AMORES!! ESTA VEZ MÁS INTENSO, EDRIC CADA VEZ AVANZA MÁS HACIA KAYLA, PERDIENDO EL CONTROL, LA TENCIÓN SEXUAL ENTRE AMBOS ES PALPABLE, ADMIRO EL AUTOCONTROL DE KAYLA, YO NO HUBIESE PODIDO JAJAJAJA O SEA, SI ME CUENTAN QUE TIENE QUE SER CON TRANSFORMACIÓN INCLUIDA, YO CORRO LO MÁS LEJOS POSIBLE, LO SIENTO SEÑOR, HOY NO ES, BESOS DE LEJITOS
POBRE EL NIÑO QUE SE LE DECLARÓ JAJAJAJA KAYLA IBA CON ESCOLTA
INSISTO, MIKEL ADOPTAME, ZARA, SÉ MI MAMÁ POR FAVOR
Y QUÉ PASÓ CON ERIC? QUÉ LE HABRÁN DICHO?
HAY MUCHAS COSAS SIN RESPUESTA AUN!!
Y QUÉ ES ESO QUE RECORDÓ KAYLA?! QUIEN FUEEEE!!! HABRÁ TENIDO PROMETIDO O ALGO ASÍ EN SU OTRA MANADA?
JODEEER
NECESITO RESPUESTAS
NOS LEEMOS PRONTO MIS AMORES
BESOS BESOS
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