Capítulo 19
Los días pasan lentos cuanto esperas noticias de alguien, eso no evita que el tiempo transcurra de todas maneras, el tiempo no espera a nadie, y así fue como dos años transcurrieron desde la llegada de los gemelos, dos años en los que este par terminó por encantar a la manada, todo el mundo estiró sus lazos hacia ellos sin dudarlo en cuanto notaron que estaban enlazados a mí, que también eran manada, que son buenos y que darían su vida por cualquiera de nosotros, ellos demostraron su valía, y trabajaban como todos aquí, criando a los niños, llevándolos a la escuela, construyendo más cabañas o quitando las nieves de los techos si era necesario, siempre ayudando dónde son solicitados.
Estoy muy feliz de que hayan logrado adaptarse así de bien.
Mikel, Ethan y Eric llegaron un día de luna llena, mi manada, completamente entregada a la luna, se erizó y los atacó, creyendo que eran una amenaza, Eric quedó gravemente herido por ello, me tomó más tiempo del normal llegar al lugar de la disputa, correr en medio de mi transformación con una bebé de tres años a la carga no era tarea fácil, pero lo hice, llegué a tiempo y logré detenerlos, les gruñí, ladré y mostré mis ojos rojos a todos, parando la pelea, obligándolos prácticamente a recostarse en el piso y descubrir sus cuellos, les ordené a todos en mi manada que permanecieran así, necesitaba darle tiempo de sanar a Eric.
- Mikel ¿Qué pasó? ¿Dónde está Edric? No lo huelo en ustedes.
El lobo que reconocí como mi padre gimoteó y movió la cabeza hacia los costados, se me disparó el corazón pensando en lo peor.
- ¿Está vivo?
Pregunté, armándome de valor.
Movió la cabeza a modo de afirmación, eso es todo lo que necesitaba saber por ahora.
Todo se hizo un caos otra vez cuando los gemelos encontraron a su compañero, se lanzaron sobre él y lamieron su rostro, gimoteando y cantando canciones de amor y cosas como ManadaHermanoAmorVivo y estás aquí, todos están aquí, todos están vivos, están con nosotros, aquí.
Fue todo un desafío volver a calmar a la multitud, todos los lobos estaban demasiado tensos, les cuesta controlarse en luna llena, sus instintos son todo lo que tienen, su razonamiento, nuestro razonamiento no es el más cuerdo de todos.
- Mikel ¿Estás bien?
Se levantó y fue hacia su hijo, lamiendo sus heridas, Eric gimoteaba mientras los huesos de su cuerpo crujían y se unían lentamente, entonces me miró y gimoteó más fuerte.
- Tranquilo Eric, tranquilo - acariciando entre sus orejas- Todo está bien ahora, estas en mi manada, me encontraste, nos encontramos por fin - descubriendo el rostro de mi pequeña- Quiero presentarte a mi hija, Zara - Mikel y él gimotearon al escuchar el nombre- ella tiene tres años ya, es una niña muy vivaz, inteligente y activa, sobrevivió a la bestia - ambos gruñeron- cumplí mi promesa, vengué a mamá Zara, ella podrá descansar en paz ahora, matamos a la bestia y nos adueñamos de este territorio, es nuestro hogar, nuestro, de todos nosotros.
Mikel fue el primero en acercarse a la niña, la olisqueó con cuidado, luego lamió su mejilla, Zara carcajeó y estiró sus manos para tocar sus orejas, Mikel se agachó todo lo posible para que ella pudiese tocarlas, no dejó de mover la cola mientras mi pequeña lo reconocía y lo aceptaba como manada.
Mikel terminó recostado en la nieve y dejó que la niña lo trepara una y otra vez, atento a sus movimientos, usando su cola para evitar que la pequeña revoltosa, en su traje de nieve, cayera de su lomo, ella seguía repitiendo lobito, lobito, cada vez que lo veía, Zara adora a la manada, adora a los lobos, sé muy bien que hará sentir a sus tíos y a su abuelo como en casa.
- Yo. Lograrlo. Yo. Pude. Lo hice. Yo. Humano. De nuevo.
Ethan fue el primero en cambiar, su vocabulario era un poco escaso y tenía la voz ronca, como si no la hubiera usado en un tiempo, se mantuvo en su forma humana sentado en la nieve, con Leo y Lucas sobre sus piernas, sujetándolos bien, apretando sus torsos con el suyo.
- Te extrañé - le dijo a Leo - te extrañé - le dijo a Lucas- Yo. Buscarlos. Buscarlos mucho.
Sus ojos se cristalizaron.
- ¡Te buscamos mucho también! ¡Tonto! - Leo fue el primero en quebrarse- todos los días salíamos para ir en tu búsqueda, la alfa, Kayla, enviaba a sus lobos para revisar los alrededores también, pero no los encontrábamos ¿Dónde carajos estaban?
- Lejos. Muy lejos. Llegar por aquí cerca. Los lazos... ManadaManadaManada. Aquí.
Tocó su pecho.
Él sintió a su manada, sintió a los gemelos y vino aquí.
Decidí darles privacidad, sé que querrán hablar de muchas cosas ahora que por fin pudieron reunirse, por lo que me centré en Mikel y Eric, quien ya estaba curado por completo.
- ¿Pueden cambiar? Me gustaría hablar con ustedes.
Mikel me ignoró por completo, resoplando en el cabello de la niña, lamiendo sus manos, impregnando su olor en ella, Eric trató, todo lo que consiguió fue llegar a la media transformación y volver a ser lobo, no pudo regresar a su forma humana.
- Quizá pasó demasiado tiempo, tranquilos, sin presiones, los ayudaré, estaré con ustedes en todo el proceso.
- Lobito, lobito.
Dijo Zara, estirando sus brazos hacia Eric, este se puso en pie, se sacudió, acercándose a la niña, se recostó de espalda y dejó que la niña escalara por su panza, Zara carcajeó cuando la cola de Eric le hizo cosquillas en el rostro, Mikel no dejó de saltar de un lugar al otro, jugando con la pequeña, parecía feliz.
- Alfa, hay otro lobo negro rondando.
Dijo Aileen, acercándose.
- ¿Está sólo?
- Sí, es omega, parece asustado.
Si es un lobo negro...
Debe ser...
Debe ser...
- ¿En qué dirección?
- Dirección oeste, un kilómetro.
- Vigila a la niña, por favor.
- Por supuesto Alfa.
Cuando le pedí que la vigilara, es que sólo le tuviera un ojo encima nada más, pero Aileen literalmente tomó asiento frente a Mikel y Eric, se cruzó de piernas y brazos, mirando fijamente a Zara, atenta a todos sus movimientos.
Zara es su lazo hacia la humanidad mientras encuentra compañero, la bebé es muy importante para ella, lo que es muy oportuno para mí, después de mí, nadie la cuida mejor.
Viendo que todo estaba seguro y los lobos comenzaron a correr y cantar otra vez, dándose cuenta de que los recién llegados no son una amenaza, y que la niña estaba segura y feliz con su familia, salté hacia el frente, cayendo en mis cuatro patas, comenzando a serpentear entre los arboles con gran rapidez en dirección oeste, buscando al lobo perdido que necesitaba un lazo.
A medida que me acercaba, el aroma familiar se hacía presente, estaba por todos lados, su aroma combinado con el azul, era Edric, lo sabía, mi corazón duele de tan sólo imaginar lo sólo que ha estado todo este tiempo, de lo doloroso que debe ser omega.
Corrí, corrí y corrí, siguiendo el olor, mis lobos tenían rodeado al pobre lobo negro, ojos violetas, más grande que el resto, contrarrestaba con mi altura.
Ladré en dirección a mis lobos, pidiéndoles que me dejaran entrar al círculo, el nivel de tensión bajó al ver que yo me ocuparía de esto, podía escucharlos en mi mente decir AlfaManadaIntruso y también Fuera, Fuera, Fuera.
Hablé a través de sus mentes, transmitiéndoles paz, les dije que todo estaría bien, que regresaran con el resto, yo me ocuparía.
Alzaron sus cabezas y aullaron a la luna antes de dar media vuelta y regresar con el resto al claro congelado.
Me acerqué lentamente al lobo asustado, extendí mi lazo sin dudar hacia él, cuando logré tocarlo, dejó de temblar, sus orejas se levantaron de golpe y su cola se movió rítmicamente hacia los lados, luego gimoteó.
Decidí cambiar y regresar a mi forma humana, estirando mi mano hacia el gran lobo negro frente a mí, Edric se acercó y apoyó su hocico contra mi palma, gimoteando de dolor, aún con sus ojos violeta, luchando por mantener el control.
- Soy yo, estoy viva, estoy bien, y ya no hay peligro. Te estuve esperando mucho tiempo, no sabes el dolor que siento cada vez que pienso en ti, tú sigues siendo mi compañero, mi manada, mi amor - el lobo gimoteó otra vez- Por favor, acéptame como tu lazo y como tu alfa, te daré humanidad, familia, amor, hermano, compañía, manada, te daré todo.
El lobo gimoteó otra vez, caminando hacia mí, apoyó su cabeza en mi hombro, como si intentara abrazarme, como si quisiera sentir que estaba ahí, que no era producto de su imaginación.
Levanté los brazos y rodeé su cuello, acariciando su pelaje.
- Acéptame, te juro que no volveremos a estar en peligro, desde ahora todo peligro se esfumó.
Sentí como Edric sujetó el lazo lentamente, con temor, al ver que no pasaba nada, que no lo lastimaría lo sujetó con fuerza, sentí ese tirón en mi corazón, y luego todo fue verde, todo era verde y amarillo, maravilloso, épico, asombroso.
El lobo negro gimoteó en mi hombro, acercándose todo lo posible a mí, prácticamente sobre mi cuerpo, lamiendo mi hombro y cuello.
- Está bien, está todo bien, estamos juntos de nuevo - abrazándolo con fuerza- Te extrañé... te extrañé tanto...
Enredando los dedos en su pelaje.
- Vamos a casa ¿Sí? Te ayudaré a adaptarte, te ayudaré a volver a ser humano, lo haremos juntos, todo juntos desde ahora.
Risas, escuché un montón de risas a nuestro alrededor, los niños venían hacia mí, siempre a mi alrededor, siempre cerca.
- ¡Alfa!
- ¡Alfa! Jay hizo trampa, yo fui más rápida.
- No es así alfa, yo los vi, no fue así.
Me vi en la obligación de soltar a Edric y ver a los niños, estaban discutiendo demasiado, se empujaban y gruñían entre sí, no podía permitir que ellos se enemistaran por tonterías.
- Me alegra que practiquen y corran lo más veloz que puedan, no importa quién es más rápido, mis niños, lo importante es que corran juntos, siempre juntos, y a la misma velocidad, somos manada, debemos ir todos al mismo ritmo.
- Lo siento alfa...
- No me pidan disculpas a mí, discúlpense entre ustedes niños, todos somos hermanos, todos somos manada, y... Abby ¡No!
Edric me siguió todo el camino, pegó su hocico a mi espalda cuando paré frente a Abby.
- Abby, eso es caca de ardilla, no te la comas.
Me gruñó.
Aún mantenía su forma lobuna, a sus quince años, seguíamos manteniendo un ojo sobre ella, se come las cosas más improbables cuando nos volteamos.
- Abby, escúpelo.
Me gruñó otra vez.
- Abby...
De mala manera, abrió la boca y escupió, comiendo en su lugar un poco de nieve, dio media vuelta y se apresuró a volver con el resto antes de poder decirle que dejara de comer todo lo que encontraba.
- Mis niños, regresen con la manada.
- Pero Alfa, queremos estar con usted.
Edric me empujó desde atrás, gimoteando, señalando a los niños.
No entiendo lo que quiere decir.
- Él es mi pareja, niños, es mi Luna, y... llevamos tres años separados, él se perdió en el lobo, fue omega, necesita estabilidad, necesita pasar tiempo conmigo, con su alfa.
- Nosotros también queremos pasar tiempo con nuestra alfa.
- ¡Sí! No es justo tener favoritismo.
- Nosotros también queremos a nuestra alfa.
Edric les gruñó, colocándose frente a mí, bufando hacia los niños.
Les estaba pidiendo que se marcharan.
- Volveré con ustedes dentro de poco ¿Sí? Volveremos, ambos.
- Alfa, él es... el papá de...
Eli parecía perpleja.
- Sí cariño, él es, así que... tenemos mucho de qué hablar, ustedes cuéntenle a Aileen que era Edric, que lo encontré, pronto los llamaré a casa, necesito tiempo a solas con él primero, asegurarme que es estable antes de hacer las presentaciones.
- Por supuesto alfa, nos encargaremos.
- Gracias chicos, confío en ustedes.
Los niños cambiaron y rápidamente serpentearon entre los árboles, yendo directo al claro congelado, con el resto, dejándome a solas con Edric.
- Vamos al pueblo ¿De acuerdo? Iremos a casa, apestas lobito - reí- necesitas un baño, yo te lo daré, vamos.
Refunfuñó, pero de todas maneras me siguió de cerca, ambos transformados, caminando por la nieve lentamente hasta el pueblo, directo a mi casa, cambié nuevamente y esperé pacientemente a que él lo hiciera, le pasó lo mismo que a Eric, intentó cambiar muchas veces, se enojó y arañó la madera con fuerza, dejando sus garras bien dibujadas en la puerta, es por esto que no traje a Zara, necesito saber si él es confiable primero, ha estado sólo mucho tiempo, fue omega, necesito probar su estabilidad.
- Tú puedes, tranquilo, no tenemos apuro.
Respiró hondo e intentó otra vez, logró mantener media transformación, tomó tiempo, pero pudo convertirse en humano por completo, un humano sucio y de largas uñas humanas maltratadas, cabello largo, hasta más o menos la mitad de su espalda, colmillos visibles, ojos oscuros, piel morena.
- Ahí está mi hombre - sonriendo- Vamos a la ducha, te ayudaré ¿De acuerdo? Haremos esto juntos.
- Yo. Tú. Muerta. Pensé. Pensé mucho.
Tomé su mano, acariciando sus nudillos.
- Yo sobreviví porque tenía motivos para hacerlo, sobreviví porque quería a mi Luna de vuelta, te quería conmigo.
Tirando con delicadeza de él para que me siguiera al interior de la casa, se detuvo en medio de la sala.
- Tú. Vivir sola no. Vivir sola no. Vivir con quien. Con quien. Tú.
Su cuerpo se llenó de una fina capa de pelo, gruñó.
- Vivo con los niños, decidí hacerme cargo de todos ellos como tu padre lo hizo por mi cuando tenía su edad, es el olor de ellos, esta por toda la casa.
- ¿Niños? ¿Sólo niños?
Viendo los corazones juntos sobre la chimenea.
Mi corazón se estrujó de dolor al pensar en la idea que cruzaba por su cabeza.
- Tu siempre has sido el unico para mí, a pesar de ya no tener tu marca, yo sigo siendo tuya, sigues siendo mío, y eso jamás cambiará, nunca.
Asintió frenético, tomando mi mano con fuerza.
- Yo. Tuyo. Yo. De Kayla. Tuyo.
Acaricié su rostro.
- Mío, así es, eres mío, mi lobo, mi compañero.
Llevé a Edric al baño, lo senté dentro y llené la bañera, primero, quité todos los rastros de barro y tierra seca de su cuerpo, quité el tapón, dejando que el agua sucia desapareciera y volví a llenarla, esta vez, con la intención de lavar su cuerpo a profundidad y también su cabello tan largo como el mío.
- ¿Quieres que lo corte?
Asintió, sin dejar de verme.
- Saldremos adelante, yo estaré contigo en cada paso - ayudándolo a salir de la bañera- Tengo a alguien que quiero presentarte.
Llevándolo al espejo, coloqué una sabana alrededor de su cuello y tomé las tijeras.
- Alguien. Quien. Alguien.
Dijo viéndome a través del espejo.
Corté las primeras hebras de cabello, viéndolo caer al piso.
- Edric, tenemos una hija - viendo su reacción- ella también sobrevivió, su nombre es Zara.
Sus ojos brillaron rojos en cuanto escuchó la noticia, sus garras se retrajeron y tembló, tembló de alegría, podía oler el amarillo a su alrededor, también el verde, el rosa, cargado de amor.
En ese momento lo supe.
Supe que todo estaría bien.
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BUENAS BUENAS MIS AMOREEEES
TRAJE UN NUEVO CAPITULO DE ESTA HISTORIA
POR FIN APARECIÓ EL RESTO DE LA FAMILIA SALLOW, POR FIN EDRIC REGRESÓ A KAYLA
POR FIN TODOS SERÁN FELICEEEES
NECESITO QUE EDRIC CONOZCA A SU HIJA, SÉ QUE SERÁ UN GRAN PADRE, LE TOMARÁ TIEMPO ADAPTARSE, PERO... SÉ QUE ÉL PODRÁ HACERLO
MIKEL Y ERIC TODOS UNOS ABUELO Y TÍO ADORABLES, CAYERON POR ZARA DE INMEDIATO ¿QUIEN NO? LOS BEBÉS SIEMPRE ROBAN LOS CORAZONES DE LAS PERSONAS
YO MISMA QUISIERA TENER UN BEBÉ CUANDO VEO A LAS PERSONAS FELICES DE TENER UNO, LUEGO RECUERDO QUE GRACIS A MI CARRERA NO TENGO VIDA Y SE ME PASA
NOS LEEMOS PRONTO MIS AMORES
UN BESO!
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