Capítulo 10
EDRIC
Literalmente he creado un monstruo.
La primera noche, ambos no pudimos continuar por el nudo, Kayla sentía dolor y yo también, estaba tan apretado ahí dentro, tan dolorosamente apretado, era un suplicio si ella se movía un centímetro lejos de mi pecho, por lo que decidimos dormir y dejar que las cosas se calmaran ahí abajo.
¿Por qué quise anudarla, joder? Podría solo haber eyaculado y ya, pero no, necesitaba marcarla también en su interior, necesitaba... ¿En qué estaba pensando?
Bien, lo sé, lo sé. No estaba pensando, ese fue mi primer error, pero Kayla me hizo perder la cabeza, estar con ella fue como vivir en el mejor de mis sueños.
El segundo día... y noche, creí que me dejaría tomar el control, pero antes de estar completamente despierto, ya estaba deslizando su lengua por mi cuerpo, y me hizo el mejor oral de mi vida ¿El sexo es innato para las hembras en celo? Porque para no haber hecho nada nunca, fue... increíble. Luego de eso, tomamos un baño, cosa que tampoco salió muy bien, terminé empotrándola contra el muro, penetrándola con rudeza, ella seguía provocándome, tenía la polla tan dura que no pude aguantarme a llevarla al cuarto. Creí que en esta ocasión sí me dejaría dominar, volví a equivocarme, enredó sus dedos en mi cabello, observándome con sus ojos enrojecidos y usó su voz de alfa, dándome instrucciones, obligándome a repetir una y otra vez que quien yo pertenecía.
Al tercer día, intenté escapar de casa, Kayla y yo no dormimos desde que la anudé, no conté con la fuerza que poseía, me arrastró al sofá y me montó hasta que mi semen salió transparente. Por alguna razón, eso la hizo enojar, terminó mordisqueando mi cuerpo sin llegar a lastimar, dejando múltiples chupones por donde sea que observara, sinceramente, ya no tenía la fuerza necesaria para apartarla y pedirle que al menos me dejara comer.
Al cuarto día, me pidió que la embarazara unas diez veces mientras follábamos en cada superficie existente en la casa, la arrastré al baño cuando más o menos se tranquilizó y por fin, pudimos tomar una ducha decente, luego me arrastró directo al cuarto, dónde algo de ropa limpia quedaba en su nido, sobre la cama, se acostó conmigo ahí, acurrucándose en mi pecho, y por fin... se durmió.
Por fin pudimos descansar.
Al quinto día, todo regresó a la normalidad, de hecho, fui el primero en despertar, vi el reloj en mi mesa de noche, las cuatro de la tarde ¿De qué día? ¿Cuándo dormí?
Acaricié el cabello de Kayla, viendo los chupones en su blanquecina piel y la marca de su hombro prácticamente cicatrizada, nuestra recuperación era más rápida.
Diría que me excita el hecho de que estamos enlazados, pero luego de pasar el celo con ella, dudo mucho poder levantarlo en unos cuantos días.
Creo que le tengo miedo al celo de Kayla.
Acaricié su cabello y me levanté de la cama sin despertarla, probablemente ella dormiría mucho más, la cubrí con parte de la ropa que aún estaba limpia y dejé el cuarto, alguien debía limpiar el desastre que dejamos estos días.
Lo primero fue abrir las ventanas, el olor a rosa era demasiado fuerte aquí, pero sinceramente, lo ultimo en lo que pensaba es en sexo, Kayla me dejó traumado. Lo siguiente fue tomar un trapo y limpiar todos mis hijos muertos del piso y las paredes, sí que hicimos un escándalo, luego los muebles y los sillones, la cocina... demonios todo estaba muy sucio aquí.
Luego siguió la ropa, sinceramente, había mucho que lavar, todo, por ejemplo, toda mi ropa.
Lo irónico es que apenas terminé de limpiar, tipo ocho de la noche y tomé asiento para descansar un poco, Kayla apareció por el pasillo que daba hacia las escaleras, vistiendo una de mis camisetas, fregando su ojo derecho aún con rostro adormilado.
Tragué grueso y esperé su reacción ¿Y si todavía quería sexo?
— Agua...
Gimoteó, haciendo pucheros.
Esa era mi niña.
— Yo te doy agua, toma asiento.
Levantándome, yendo hacia la cocina.
— No quiero sentarme jamás en la vida — dejándose caer en el sofá dónde yo estaba sentado— me duele el cuerpo... me duele todo en realidad... ¿Por qué no me hiciste parar? ¿En qué estábamos pensando?
— Yo también estoy dolorido ¿Quieres que te muestre todo lo que me hiciste? — entregándole el vaso de agua— mi semen es agua, literalmente agua ¡Te tragaste lo último de calidad!
Medio sonriendo.
No puedo creer que realmente lo hicimos.
— No me lo recuerdes — sonrojándose hasta el cuello— que vergüenza... no sé cómo mirarte a la cara ahora...
Apoyándome en el reposa brazos del sofá, me incliné hacia ella y le robé un beso.
No creí que pudiese ponerse más roja, pero así fue, regresó mi niña no ninfómana.
— Mientras no me mates en tu próximo celo, puedes mirarme todos los días y todas las noches por el resto de nuestras vidas.
Se relajó un poco ante mis palabras, dejó el agua a un lado y me abrazó.
— No puedo controlarme, lo siento, te dejé marcas muy feas.
Disculpándose.
— Te tuve miedo en cierto punto, debo admitirlo, pero no cambiaría nada de estos días — tomando asiento a su lado— Kayla... ahora que somos pareja, quiero hacerte una propuesta.
***
KAYLA.
Se removió con incomodidad en el sofá, acercándose un poco, tomando una de mis manos entre las suyas.
— ¿Qué tipo de propuesta?
— Bueno... las parejas enlazadas, suelen vivir juntas luego del primer celo, que es cuando se unen, y yo... yo quería... preguntarte si... si tú quieres vivir conmigo desde ahora, aquí.
Podía escuchar su corazón latir frenético dentro de su pecho.
Él estaba nervioso.
— ¿Quieres que vivamos juntos?
Sus latidos dieron un cambio brusco y se aceleraron ante mis palabras.
— ¿No quieres? Digo... si no quieres, no pasa nada, no te obligaré a nada.
Quité mis manos de entre las suyas y acuné su rostro, besando sus labios.
¡Mieeerda!
Siempre quise hacer eso.
— ¿Cuándo vamos por mis cosas?
Sonriendo.
— ¿En serio? ¿En serio quieres?
— ¡Claro que sí! Estoy esperando que me hagas esa pregunta desde que tengo catorce.
— No menciones los números, sigo sintiéndome mal por estar con una menor de edad.
— No parecías muy enojado ayer, y el día anterior, y el día anterior, y el día anterior...
Riendo con malicia.
— Vamos a casa de papá Mikel, quiero ir por mis cosas antes de que esos gemelos del demonio apesten mi cuarto, te robaré ropa interior y una camiseta.
Levantándome del sofá, caminando, más bien saltando directo a las escaleras, directo a su cuarto, con la intención de robarle un bóxer.
— ¿Sigues molesta por lo de Ethan y los gemelos?
— No creo que deba hablar de eso contigo.
Consciente de cómo su mirada se perdía en mis piernas mientras deslizaba su ropa interior por mi cuerpo.
— ¿Te gustaba Ethan?
Huele a inseguridad, no quiero que huela así.
— No me gusta Ethan, pero me molesta sentir que quizá me usó para pasar tiempo con los gemelos. No me gusta sentirme usada.
— Si quieres, puedo matarlo.
Encogiéndose de hombros.
— No — acomodando su camiseta y mi cabello, ya me veía algo más decente— él es la pareja de tus hermanos, son felices, yo soy feliz, siempre quise esto, siempre te quise a ti.
Besando sus labios.
Creo que es mi nueva cosa favorita en el mundo.
— Yo también siempre te quise, soy muy feliz ahora.
— Vamos por mis cosas pronto, quiero comenzar a vivir contigo.
— Haré del closet un espacio más grande para que todo tenga su lugar, cambia todo lo que quieras, compraremos nueva vajilla y los electrodomésticos que te gustan, todo lo que quieras te lo daré.
Tomé su mano con emoción.
— ¿De verdad harás todo eso por mí?
— Todo y más, lo que tú quieras.
Salimos de casa tomados de la mano, disfrutando de la brisa nocturna, conscientes de las miradas del resto, y sus pensamientos no se los guardaban para nada.
Todo era:
"Por fin son pareja"
Y "Ya era hora de que dejaran de jugar a las escondidas"
Y "Por fin el próximo alfa se hizo hombre"
Y "Por fin Kayla dejó de intentar ponerse la bota incorrecta"
No mencionaré los otros pensamientos porque la mayoría habla de las marcas en nuestros cuerpos o el aroma de nuestras esencias juntas, todos sabían que nosotros estábamos destinados, sabían que tarde o temprano estaríamos juntos.
Llegamos a casa de Mikel más rápido de lo que pensamos, este, al sentirnos llegar, salió de casa rápidamente, observándonos.
— ¡Kayla!
Vino hasta mí, abrazándome con fuerza.
— Por Dios... estaba tan preocupado... no vuelvas a ocultarte de mí, no sabes la angustia que sentí en ese momento, no podía encontrarte, no te sentía, estaba... aterrado, no quiero perderte.
Lo abracé de vuelta, sintiéndome mal por haberlo hecho pasar un momento difícil.
— Lo siento Mikel... nunca fue mi intención preocuparte, es sólo que me sentí tan perdida, tan solitaria, tan... fea, que sólo quería desaparecer, mi deseo me hizo ocultar mi esencia, y fui con Edric.
Se alejó un poco, observándome de pies a cabeza.
— Ustedes dos...
Sonriendo amplio.
— Sí, nos emparejamos, y tuve mi celo, por fin soy una loba adulta con todas las de la ley.
Me abrazó otra vez, riendo con fuerza.
— Por fin ambos dejaron de ser unos tontos, estoy muy feliz por ambos, tienen mi bendición y los mejores deseos — viendo sobre mi hombro a Edric, a quien mantuvo al margen hasta el momento— Supongo que te cuidaste para no embarazar a mi niñita tan joven.
Tragué grueso, soltándolo lentamente y dando un paso atrás.
— ¿Edric?
Insistió.
— Yo... puede que... — intentando explicar la situación— puede que le pidiera demasiadas veces que me embarazara y no es como si le hubiese dado la posibilidad de negarse.
Señalando las marcas más profundas y visibles que dejé en él.
— Yo te dije hijo, cuando encuentres a tu pareja, y ella entre en celo, morir será una mejor opción.
Palmeando su hombro con comprensión.
Suspiré aliviada.
Creí que iba a matarlo.
— Intenté escapar, pero Kayla me descubrió.
— Así son todas hijo, cuando te atrapan, te atrapan, y no te sueltan hasta dejarte completamente seco ¿Por qué crees que tengo cuatro hijos?
La verdad, ese no era un tema que quisiera escuchar, lentamente me alejé de la conversación y subí los escalones del porche, entrando en casa, antes de dar dos pasos hacia el interior, dos lobos idénticos se arrastraron hasta mis pies, dejándose caer hacia el lado, mostrando su panza, gimoteando.
Los gemelos.
— Les pisaré la cola si cortan mi camino — gruñéndoles— No quiero verlos.
Gimotearon otra vez, cortando mi paso, molesta, les gruñí usando mi voz de alfa, eso fue suficiente para que corrieran a ocultarse tras Ethan, quien no se movió de su lugar.
Le gruñí también al pasar, haciéndole saber que no quería saber nada de él, y subí los escalones directo a mi cuarto, limpio, ordenado y con las ventanas abiertas de par en par.
— Si no estaba como lo había dejado, los mataba.
Tomando mis maletas, lanzándolas a la cama, guardaría toda mi ropa y me marcharía, no tengo ganas de ver a esos gemelos traidores, o a ese traidor de Ethan.
Desvié levemente mi visión hacia el corazón que aún se mantenía dentro de la caja, mi corazón.
Sin pensarlo dos veces, tomé la caja y volé en dirección a las escaleras, corriendo todo el camino hacia el exterior, dónde Zara, Mikel y Edric hablaban. Decidí usar a mi favor que aún era la niña mimada de todos y seguí corriendo, di un brinco y salté sobre él, agradeciendo que su fuerza no nos dejara caer.
— ¿Qué haces, mujer araña?
Riendo.
— Mi corazón.
Mostrándoselo dentro de mi caja, él no lo ha visto terminado.
— ¿De verdad puedo tenerlo?
— Ya me diste el tuyo, quiero que tengas el mío, es mi posesión más valiosa, no la pierdas.
Tomó la caja, me bajó al piso con delicadeza y vio mi corazón, sonriendo amplio.
— Es el corazón más perfecto que he visto en mi vida.
— Me tomó mucho tiempo perfeccionarlo, sólo quería que fuese perfecto para ti.
Los brazos de Zara nos tomaron desprevenidos, nos abrazaba a ambos.
— Mi niño por fin se hizo hombre, y se llevará a mi niñita — llorando— Kayla ¿Segura que no quieres seguir viviendo aquí? Te voy a extrañar.
— Mamá, es mía, no pienso compartirla contigo.
Levantándome de la cintura, alejándome de los brazos de su madre, abrazándome posesivo.
— Eh, eh, jovencito, soy prácticamente su madre, no me la robes, fue mía primero.
— Siendo sinceros, es mía, yo soy su alfa.
Intervino Mikel.
— Pero es mi pareja, es más mía que suya, y ustedes no saben como es en su faceta de Alfa, Kayla da miedo, y aun así la amo.
Rebatió Edric.
Estuvieron un buen rato así, jalándome de un lado hacia el otro, buscando razones de por qué debería vivir con esa persona y no con la otra, todo fue muy divertido hasta que Eric llegó, no parecía contento con lo que pasaba ¿Aún está celoso porque yo sea un alfa? ¿O es mi unión con Edric? ¿Cómo preguntarle sin ser descortés?
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BUENAS BUEEENAAAAS MIS AMOREEEES
KAYLA POR FIN DESPERTÓ DE SU TRANCE DE CELO MÁS AVERGONZADA DE LO QUE JAMÁS HA ESTADO EN SU VIDA JAJAJAJA
ME IMAGINO TODO LO QUE EDRIC TUVO QUE LIMPIAR, SI ESTUVIERON DELE QUE DELE POR DÍAS, EDRIC LE TEME AL CELO AHORA
TÚ CREES QUE TE GUSTA EL SEXO HASTA QUE CONOCES A ALGUIEN QUE REALMENTE LE GUSTA EL SEXO JAJAJAAJ
MIKEL Y ZARA, LOS AMO, TODOS TRISTES PORQUE SE LLEVAN A SU NIÑITA DE SU HOGAR, CUANDO ES SU PRIMER HIJO EL QUE SE LA ESTÁ LLEVANDO JAJAJJA IRONICO ¿NO? ES LO QUE SIEMPRE QUISIERON, TODO EL MUNDO SABÍA QUE ESTABAN DESTINADOS
LOS VECINOS NO TARDARON EN HACERLES SABER QUE ESTABAN DESTINADOS JAJAJAJAJA TODOS LO SABIAAAN
NOS LEEMOS EL PROXIMO CAPITULO PARA SABER QUE PASA POR LA CABEZA DE ERIC
BESOOOS
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