𔘓 capítulo 19


En la juventud adulta se experimentan
muchas cosas, desde algo posiblemente
ilegal hasta el primer amor verdadero,
no ese adolescente que al pasar de los
años uno se da cuenta que parecía más
actuación, sino del que se escucha en
canciones, historias y que puede ser el
más maravillos0 o doloroso.

Si bien Minho sabe que su hijo es más
que capaz de manejar esto, no puede
evitar supervisar un poco como va
el noviazgo de este. No es la primera
relación de su hijo, aún recuerda el
infarto que le dió cuando este le dijo que
tenía novio hace unos cinco años, pero es la primera vez que el menor parece haber entregado un poco de su corazón y quería asegurarse que estuviera en buenas.

Aunque no mentiría, temía un poco
más por el pobre condenado que debe
aguantar a su hijo.

―¿Cómo se supone que es un suegro
aterrador? ―pregunta a la mujer a su
lado, Nana lo mira con reproche que
intenta ocultar rápido, la pareja estaba
a unos pocos metros caminando a su
dirección.

―Se un suegro amable, no es dificil.

―Pero es más divertido ser uno aterrador. ―respondió con una sonrisa ligera, antes de recibir a su hijo con un abrazo.

―Se nota que la pasaste bien en Malasia, ese bronceado no se esconde ―dice el rubio una vez se separa del abrazo y se acerca a su nana para darle uno a ella― espero que me hayas traído algo a Nana y a mí.

―No lo dudes, ya me dió mi regalo.
―comenta la mujer, para después acercarse a Yoongi que se ha mantenido observando por el momento.

―Buenas noches, Nana. ―responde el
pelinegro con una dulce sonrisa, antes
de pasar a ver al padre de su novio y dar una inclinación― Señor es un gusto conocerlo.

El saludo tranquilo y educado de
Yoongi podía verse casual para el resto,
pero solo él sabía lo nervioso que estaba
en su interior. Jamás había una relación
tan sería hasta el punto de conocer al
padre de su pareja, eso agregándole que
es el hijo consentido como solo lo puede
ser Taehyung.

―Un gusto, Yoongi. ―respondió el
mayor, disfrutando internamente de
la actuada tranquilidad del menor― Entremos, la cena está lista.

En el momento que los mayores se dieron la vuelta para dirigirse al interior del lugar, Taehyung dió un suave beso en la mejilla de su novio. ―Hyung, tranquilo, si me gustas a mí, le tienes que gustar a él aunque no quiera.

Sintiéndose un poco mejor con el apoyo de su novio, la joven parejo siguió a los adultos hasta el comedor dónde tomaron asiento uno al lado del otro, sin antes que Yoongi jalara la silla para que Taehyung tomará asiento.
Esto sin duda no pasó desapercibido
por el padre del menor, lo cómodo de la
acción solo hizo notar que esto era algo
recurrente para los menores.

―Y bien, Yoongi ―llamó Minho― Taehyung me dijo que estudias artes;
específicamente escultura.

―Sí, con especialización en escultura
griega. ―Taehyung no pudo evitar sentirse orgulloso y elevar su pecho sabiendo lo talentoso que es su novio.

Los mayores no pasaron desapercibido
eso, Nana no intentó ocultar su
sonrisa mientras que Minho seguía
concentrándose en Yoongi. ―¿Y cuáles
son tus planes después de graduarte?

El silencio se plantó en el lugar, ni
siquiera Yoongi sabía con certeza la
respuesta a esa pregunta y en verdad
no esperaba que su suegro la hiciera. ―Bueno, actualmente trabajo en la galería de arte de mi hyung, por lo que estaría ahí un tiempo mientras pienso en ello con el cuidado que se requiere.

―Al menos hyung tiene algo planeado
―comentó Taehyung llevándose la atención a él―, yo solo sé que quiero ir a las ofertas de fin de año con Jungkook.

Su novio no evitó reír un poco, mientras
que Seokjin lo miraba. ―¿Para volver a
comprar ropa que terminarás no usando?

―¡Pero si la uso!

―Ni una vez te he visto usar la camisa por la que me dijiste que te peleaste con una señora ―sentenció Minho, haciendo que Yoongi mirara incrédulo a su novio―, por suerte no te echaron de la tienda.

Sin poder evitarlo, las mejillas del rubio
rubio se tornaron un poco más rosa de lo que estaban por el rubor que las cubrían, pero eso no evitó que hiciera un puchero hacía su padre. ―Yo la tomé primero, ella quiso robarmela.

Con la cena ya servida, la tranquilidad se asentó por varios minutos, dónde uno que otro cumplido a los espaguetis fue dado.

Durante estos momentos, los pequeños
tratos que Yoongi tenía con Taehyung
seguían siendo captados por Minho, y
no solo eso, lo que más le sorprendió
a este fue que estos tratos no solo eran
hechos por el pelinegro, su hijo también
los realizaba. Preguntas sencillas como si quería algún condimento advirtiéndole sobre algún acompañamiento que contiene un ingrediente que a Yoongi no le gusta, esos tratos que solo una pareja real en todos los sentidos de la palabra confirmaron que ambos estaban en buenas manos, si estas se trataban de las contrarias.

―Yoongi, quiero preguntarte algo. ―los tres pares de ojos se dirigieron a Minho, mientras que la mente de Yoongi maquinaba alguna respuesta a la cientos de preguntas que su suegro podía preguntarle― ¿Cómo soportas a
Taehyung? ―preguntó tranquilo, mientras que la boca del mencionado se abría por la ofensa― he mimado mucho a este niño como para que alguien lo aguante.

―¡Papá!

La carcajada de Yoongi junto a la de
Nana se escuchó en el comedor, mientras que Minho sonría inocente hacía su hijo. El ambiente que Yoongi temía que sucedería se alejó por mucho, en verdad tenía miedo de no agradarle de alguna manera a Minho, sabe lo importante que es este para Taehyung , pero este pareció verlo con malos ojos.

Minho no sabe ser un suegro aterrador
y Yoongi parece ser el novio indicado
para su hijo.

Después de abrazar a su padre después de despedirse, TaeHyun fingió indignación haciendo sus característicos pucheros que su padre conoce bien. ―¿Era necesario mencionar lo de la señora?

―Vaya que lo era ―bromeó el mayor―, al menos no le dije que te quiso demandar por supuesto daño psicológico y que tu le dijiste "si quiere le doy más razones para que los tenga".

―En mi defensa ―comenzó el menor,
sin tener mucho que decir―, estaba en
mi etapa rebelde y me había roto una
uña ―miró a su alrededor suspirando
aliviado que Yoongi no estaba ahí. ―Me
despediré de Nana.

Otro abrazo rápido y padre e hijo se
separaron, Minho de costumbre fue
hacía su estudio para asegurarse de dejar los papeles listos para ser entregados al día siguiente, unos segundos pasaron cuando unos toques en la puerta llamaron su atención.

Una vez dió el permiso para pasar,
por la puerta se asomó Yoongi para
adentrarse a la oficina. ―Creí que te
habías ido sin despedirte, Taehyung está
con Nana.

Yoongi sonrió apenado. ―Estaba
trayendo algo al auto ―aclaró el menor,
sostenierndo una paquete plano en sus
manos señor― quisiera decir algo que tal vez suene fuera de lugar― Minho le indicó que tomara asiento en la silla de al frente de su escritorio, lo miró atento esperando que este comenzara a
hablar.

―Sé que sonarán a las palabras típicas de un novio, pero en verdad quiero decirle que haré lo posible para cuidar bien de Taehyung ―comenzó Yoongi―, no sentí correcto decir algo así en la cena.

Minho asintió comprendiendo. ―No es
fácil Yoongi, Taehyung es mi único hijo y como te habrás dado cuenta es mi mayor tesoro ―esta vez fue turno del menor de asentir―, aún así gracias por hacer esto un poco más fácil, eres el primer amor real de Taehyung y no podría pedir uno mejor.

Yoongi y Taehyung le traía mucha
nostalgia a Minho, el pelinegro le
recordaba tanto a sí mismo y Taehyung
era el fijo reflejo de Jeongin, tal vez por eso Minho sabía que estarían bien, no solo en estos momentos dónde su relación está en su "luna de miel", sino también en el futuro.

―Prometo seguir haciendo que sea más
sencillo, no por agradarle más, sino
porque mi prioridad es que Taehyung sea lo más feliz posible. ―ambos sonrieron, una sonrisa que de alguna forma cargaba tranquilidad para ambos― Le traje este regalo, sé que no era necesario, pero quería dárselo.

El menor le entregó el paquete al mayor
y debido al llamado de su novio, se
despidió del mayor y fue en busca del
rubio que lo esperaba para irse juntos a
su apartamento.

Antes de irse de la oficina, Minho
desenvolvió el paquete encontrándose
con un pequeño cuadro pintado. Los
trazos suaves formaban una de las
imágenes más bellas que apreció en su
vida.

Lo colgó en la pared de su oficina, así
cada vez que estuviera en el lugar,
prácticamente cada día, podría ver
la bella pintura de su primer amor y
recordar que su hijo era igual de bello que este.

Taehyung es lo más importante que a
Minho le quedó de Jeongin, y ver el bello
retrato de este con su encantadora sonrisa y margaritas decorando su cabello se lo recordaba.






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