𔘓 capítulo 10


―¿Sabes exactamente lo que debes hacer, verdad?

Jimin y Yoongi caminaban por los
pasillos de la universidad., el último se
dirigía al área de diseño donde Taehyung estudia. Jimin lo acompañaba hasta cierta parte para darle un poco de apoyo moral. ―Hacerle notar a Taehyung que deseo verlo sin tener una excusa de por medio.

¿Y..?

Ambos se detuvieron frente al aula dónde sabía que el menor tendría su última clase del día. ―Y de alguna forma sobrehumana hacer que se fije en mí.

Jimin rodó los ojos, no podía creer que
hubiera alguien tan ciego como Yoongi;
era más que obvio que Taehyung gustaba del pelinegro. Antes de que pudiera hacerle ver su error, la puerta del aula fue abierta y de esta salió Jungkook sosteniendo varias cajas. ―Hola hyungs.

Ambos mayores tomaron una caja de las
que sostenía el peliazul. ―Hola ¿Por qué
tantas cajas?

―Un proyecto, son mis materiales, son
pocos comparados a los de Taehyung. ―apenas dicho esto, Yoongi colocó la caja sobre la que Jimin sostenía e
ingresó al aula buscando al rubio.

Jungkook sonrió divertido al ver la
reacción. ―¿Crees que algún día ese
hombre se atreva a avanzar?

―Si no lo hace él, lo hará Taehyung.

Dentro del gran taller de costura, el rubio intentaba apilar las cuatro cajas que debía llevar hasta su auto; esto le pasaba por tomar el diseño más ostentoso para la tarea.

―Tae, déjame ayudarte. ―la presencia de Yoongi lo sorprendió, este rápidamente tomó las cuatro cajas y las comenzó a ordenar de la manera más recta posible― ¿Las llevarás en tu auto?

El menos asintió. ―¿Qué haces aquí hyung?

Unos segundos pasaron hasta que el
mayor se llenó de valor para hablar con la verdad. ―Quería verte ¿No puedo?

Taehyung un hizo el mayor esfuerzo de
pegar un grito agudo por tal respuesta.
Yoongi lo buscó porque quería verlo,
no por tarea o por algún favor ¿Cómo algo tan simple podía hacerlo sentir tan bien? ―Claro que puedes.

Ambos intentaban ocultar sus sonrisas,
no podían estar más felices con esas
respuestas. ―Vamos, te acompaño a dejar todo esto.

Yoongi tomó todas las cajas en sus
brazos, en serio pensaba llevar todas
hasta el estacionamiento pero Taehyung
tomó dos. ―Hagamos esto juntos, será más fácil.

Y así lo fue, llegaron hasta el
estacionamiento de la universidad sin
ningún problema de por medio. Apenas
llegaron al auto Yoongi se encargó de
acomodar las cajas en la cajuela. ―No
puedo creer que las telas pueden pesar
tanto.

―Hay otros materiales ahí, pero es tela
en su mayoría, tengo que subirlas hasta
mi cuarto para poder trabajar ahí. ―una
vez todo en su lugar, el pelinegro cerró
la cajuela y se acercó hasta el rubio que
estaba apoyado en uno de los lados del
auto― ¿No quieres venir? Así me ayudas a subirlas ―bromeó.

Claro.

La respuesta lo tomó desprevenido, solo
lo dijo como una jugarreta, no esperaba
que Yoongi  en verdad aceptara ello,
pero ahí estaba el mayor acomodándose
en el asiento de copiloto. ¿Desde cuándo
es él quien se sorprende por la actitud del otro? Se supone que quien debe ponerse nervioso es Yoongi, no él. ―Bien, vamos.

La gran casa del menor sorprendió a
Yoongi, el lugar se miraba como una
mansión ―sabía que Taehyung era alguien de dinero pero no pensó que tanto―. Aunque su asombro pasó a segundo plano cuando se dispuso a sacar las cajas de la cajuela, ambos tomaron dos cajas cada uno, pero antes, el rubio fue a tocar el timbre para que alguien les abriera.

Esperaron unos segundos frente a la
puerta hasta que una señora abrió esta,
recibiendolos con una sonrisa. ―Oh pasen, traen carga.

Yoongi saludó a la mayor dando un
asentimiento, las cajas evitaban que
pudiera hacerlo de la mejor manera
Buenas tardes, Min Yoongi. ―¡Oh! ―dijo feliz la mujer― Así que tu eres Yoongi, al fin puedo verte.

―¡Nana! ―Taehyung se encontraba con
una sonrisa nerviosa mirando a la mayor, buscando de alguna manera que esta leyera su mente y no dijera nada más que lo expusiera― Yoongi hyung estaria muy feliz de probar el helado casero que haces ¿Podrías llevar un poco al cuarto?

El pelinegro se encontraba un poco
confundido, pero sonrió de todas
maneras. La mujer asintió, claro que
comprendió lo que el rubio buscaba
diciendo ello. ―No hay problema lleven eso a tu cuarto, debe pesar mucho, en seguida les prepararé un poco de helado.

Ambos chicos subieron las escaleras
hasta el segundo piso, Yoongi siguió
al menor hasta la puerta de su cuarto.
Dejó las cajas en el suelo para poder abrir la puerta, el pelinegro apenas entró al cuarto parecía un niño pequeño en un parque de atracciones. Miraba cada cosa que decoraba las paredes rosas, posters de algunos grupos, actores, pero lo que más había en estos eran varios bocetos de ropa con las firmas del menor en estas.

Tus diseños son muy buenos. ―habló sincero.

―Gracias hyung ―el rubio sonrió tímido, llevó las cajas hasta el gran escritorio― deja las cajas aquí, por favor.

Yoongi hizo lo indicado. Frente a la
gran mesa se encontraba un ventanal con un balcón que tiene una bella vista hasta el patio de la casa. Taehyung notó que miraba y abrió la ventana corrediza, se acercó al mayor y tomó su mano hasta el otro lado. ―¿Muy lindo, no?

El mayor asintió, el patio de la casa era
muy bello, estaba bien cuidado y los
árboles que comenzabana cambiar el
color de sus hojas por el cercano otoño
le daba un toque más mágico. El rubio
apoyó sus brazos en la baranda, colocó
su cabeza sobre estas dejando que el aire acaricie su cabello.

Yoongi no se perdió ni un segundo
de aquella bella y tranquila imagen.
Taehyung mantenía sus ojos cerrados, una sonrisa tranquila transmitía una gran paz, inclusive podía sentir su leve esencia a vainilla; el menor siempre ha tenido ese aroma y no hay momento donde no le haya gustado sentirlo.

Jamás había pensado que el menor le
llegara a gustar, la primera vez que lo vio pensó que era alguien raro al saber de la nada que necesitaba modelo; mundo, discúlpame por dudar de un desconocido que me ofrece ayuda. Eso no tardó en cambiar apenas se encontraron otra vez, Taehyung  lo conquistó sin siquiera intentarlo y por ello quiso ocultarlo mucho tiempo.

En la mente de Yoongi, Taehyung no
sentía ese tipo de cosas por él.

El menor podía serntir la mirada del
pelinegro sobre él, no pudo evitar ponerse nervioso. ―Nana se está tardando― caminó de espaldas hacía el cuarto― i..iré a ver porque... ―sus pies tropezaron con el marco de la ventana corrediza, Yoongi  ceaccionó rápido y lo sostuvo, cayer ambos al suelo de la habitación.

Ambos se quejaron por el golpe, por
suerte el mayor había evitado que
Taehyung se golpeara la cabeza contra
el suelo apoyando sus brazos en este. ―¿Estás bien?

Aún sosteniendo la cabeza del rubio,
Yoongi miraba el rostro de este que
aún estaba un poco aturdido por el golpe. Una vez que eso pasó se dio cuenta de la posición que se encontraba, Yoongi  estaba sobre él, sosteniendo su cabeza con sus rostros muy cerca del otro. ―Es..estoy bien hyung.

Una vez que Yoongi recibió la
respuesta del menor se calmó, y por
primera vez puso atención a lo cerca que estaban ambos. Ambos se miraban sin saber exactamente que hacer o decir,
los ojos de Yoongi bajaron hasta los labios de Taehyung, las ansias de besarlo
lo golpearon de pronto. El menor miraba
atento a que podría hacer el pelinegro.

Unos seguros pasaron hasta que ambos
tuvieron que levantarse al escuchar la voz de la mujer avisando que tenía listos los helados. ―Nana nos llama.

Ambos corazones estaban más que
agitados y no por la caída. El rostro
de Taehyung se encontraba sonrojado
hasta las orejas, en verdad pensó que el
mayor lo besaría y esos pensamientos
combinados con que en verdad deseaba
que lo hiciera, lo hacían en verdad
avergonzado y tímido.

El menor se dirigió a la puerta, pero antes de que lo hiciera, Yoongi lo tomó del brazo atrayéndolo hacia su cuerpo, tomó el rostro del menor y lo besó.

Primero fue un pequeño choque de
labios, pero sin tardar volvió a unir los
labios y dar un beso con más movimiento, lento y suave.

Taehyung tardó un segundo en
corresponder este, colocó sus manos
sobre las del mayor disfrutando como los dedos del mayor acariciaban su rostro durante el beso.

El sonido de unos toques en la puerta
rompió el momento, ambos separaron sus labios pero Yoongi seguía sosteniendo el rostro de Taehyung. No fue hasta que la voz de la mujer se hizo escuchar que el menor fue hasta la puerta a abrirla. ―Perdón por tardar Nana, ahora vamos.

Ambos salieron del cuarto en silencio,
la mujer no tardó en sacarle plática a
Yoongi durante el tiempo que estuvo
en la casa. Taehyung quería hablar con el mayor, pero honestamente no sabía que decir ya que se encontraba en las nubes ya que lo sucedido se repetía en su mente una y otra vez sin cesar.

Al final Yoongi se tuvo que ir, se
despidieron con un saludo de mano.
En verdad ambos se encontraban muyabrumados en ese momento.

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