Capítulo 《7》
Este capítulo es un especial. Estará dado desde el punto de vista objetivo de Asher Kim.
Ash POV
Abrí los ojos y lo primero que veo es una habitación poco iluminada, supuse que era de noche. ¿De noche? Intenté levantarme tan bruscamente que casi caigo de la cama donde me encontraba. Alguien sostuvo mi brazo a tiempo antes de tocar el suelo con mi cara, vergonzosamente. Su toque me estremeció por completo. Encendió una luz que no llegaba a aclarar la habitación ni en una tercera parte, pero sí su cara. Lo miré mas no lo reconocí, pensé que era mi visión borrosa, pero no. Era monstruosamente hermoso ese hombre.
-Por fin despertaste, humano. - Okay, no es humano y su soberbia sonrisa tampoco lo es. -Me diste un gran susto. Casi me toca convertirte en algo que de lo que no estarás agradecido.
-Uhm ¿Dónde estoy? - No respondió. Se sentó a un lado en la misma cama y sin permiso tocó mi mejilla. Nuevamente me ericé. Verlo de cerca fue como si me hubiese golpeado una luz brillante, era cegador, casi al punto de querer desmayarme, pero esta vez en sus brazos. Me cautivaron esos ojos que juraría eran violetas y su rubio cabello suelto que pasaban sus hombros. Hasta sentí que mi cara se enrojeció instantáneamente.
-No te asustes, pero debo revisar tu cuello. - Me toqué y noté una venda que él retiró con sumo cuidado. Me rozó con sus dedos y otra vez, su toque me erizó la piel. Miré a mi alrededor buscando algo familiar, sin embargo, ni siquiera lo era el olor agradable de la ropa que yo llevaba puesta. No supe por qué, pero sonrió sin llegar a enseñar sus ojos. -Ya está llegando tu hijo con Boun, pero antes necesito algo de ti postrecito.
Nadie hace el bien a otros de manera gratis y lo obvio para este... no humano sería cobrarme lo que sea que haya hecho por mí. Si en algún momento de mi vida estuve nervioso y temblando, esta vez me superó al sentir su cara tan cerca de la mía. Asentí con cautela esperando su pedido del cual estaba convencido que sería algo como la mitad de mi vida o algo descabellado. Espera ¿cómo me llamó? ¿postrecito?
-No pensarás que quería tu riñón o una donación de sangre ¿cierto postrecito? - Fruncí el ceño con evidente desconcierto. ¿Lee los pensamientos? ¿Qué tipo de sobrenatural será? ¿Hechicero? Él se alejó de la cama riendo al notar mis pensamientos desvariados y pesimistas.
-Debes quedarte aquí a descansar hasta que yo considere que estás recuperado. No aceptaré un no por respuesta así que tómalo como pago obligatorio. Y deja de pensar en que podría pedir tu cuerpo. Si quiero acostarme con alguien no lo haré por la fuerza, dotes me sobran.
-Imbécil- Murmuré y estoy seguro de que me escuchó por su pequeña sonrisa ladina. Este tipo está muy lleno de sí mismo. Mierda, si la vergüenza tuviera boca ya me hubiese gritado estúpido frente a este engreído. De momento y salvando mi cara, entró Boun junto a Prem quien se lanzó sobre mí a abrazarme.
-Ash ¿ya estás bien? ¿Te duele algo?
-Estoy bien. Boun, gracias por salvarme y traerme a donde quiera que estemos. También gracias por cuidar de Prem, aunque es sabido que es tu placer y no obligación. - Le guiñé un ojo en complicidad y ante la timidez que le proporcionaron mis palabras, desvió la mirada.
-¿De qué hablan? - Aflojé el abrazo que aún Prem mantenía en mí -Argh, olvídenlo, me aburren con sus cosas complicadas.
-Bienvenido al mundo de los adultos, niño. - Gruñó un serio Boun cruzándose de brazos.
-Humano, si sigues apretando así al postrecito lo lastimarás y no habrá manera de volverle a cerrar la mordida.
-¿Qué mordida? ¿Y cómo la curaron?
-Bueno, los vampiros logramos hacer maravillas con la ciencia. - Dijo el aún misterioso desconocido con serenidad. Esperen
-¿Dijiste vampiros? Estás bromeando ¿cierto? - Me quedé en estado de shock y miedo mezclados con enojo. Odio a esas cosas que solo te aspiran como polvo adictivo y luego te dejan tirado a tu suerte.
-Ash, relax, no nos harán daño. - Prem se sentó frente a mí, pero aún con sus manos agarrando las mías, no podía entrar en calma. Me exalté.
-¡No está bien, Prem! ¡Pensar es lo que nos hace humanos! ¿Por qué te empeñas en parecer animal? Sin ofender Boun. - Lo miré con molestia, Prem sabe que los odio, digan lo que digan. No generalizo su maldad en todos, pero igual no trato con ellos y punto. -De todos los lugares que existen, ¿me trajeron a una guarida infestada de chupasangres?
-Ashy, sabes que no te traería si no fuese necesario. Será solo hasta que me asegure de algo.
-Si tanto querías quedarte desangrado en ese lugar hubiese arrastrado a Boun conmigo en vez de dejar que se pusiera en peligro. Debes ser agradecido de que no dejé que te convirtieras, de lo contrario, responderías ante mí postrecito, la cosa sanguinaria que detestas. - Rebatió el hermoso hombre rubio... No, no y no. Sacudí mis pensamientos. Es vampiro, lo que más aborrezco en la vida.
-Prefiero haberme quedado allá y no aquí donde debe estar repleto de murciélagos que temen al sol. - Casi se me tira encima, vi en mi mente mi cuello desgarrarse si este chupasangre me hubiese tocado. Por un segundo de diferencia, Boun lo tomó del brazo y lo sacó de la habitación.
- Nos salvó la vida y te portas desagradable con él. - Antes de contestar, mi móvil sorprendentemente intacto sonó. Una llamada de Aisha que contesté en altavoz.
-Ai ¿qué sucede?
-¿Que qué sucede? ¿Estás loco? ¡Llevo llamándote todo el día y hasta vinimos a tu casa, pero estás desaparecido y Prem tampoco contesta!
-Ai, estoy con Ash, estamos bien.
-¡Maldito hijo de perra! Te voy a arrancar los pelos de raíz cuando te vea. - Esa voz cargada de basura verbal era de Veros- ¡Casi llamo a la policía y Sol estaba aterrado porque no pudo seguir tu olor más allá de la biblioteca!
-Lo sentimos chicos, discúlpenme con Sol. - Susurró Prem rogando con las manos como si alguien lo estuviese viendo a parte de mí. Tratar con sobreprotectores hermanos nunca ha sido tarea fácil para Prem. -En verdad, no tuvimos tiempo de llamaros y recién Ash se despierta de su desmayo.
-¿¡Cómo!? ¿¡Qué les pasó!?- Miré a Prem con molestia. Decirle eso a Aisha es como decirle que soltaron una bomba y no precisamente sobre el lugar de donde salió a los dieciocho.
-Volveremos pronto. Estén tranqui...- Un portazo se escuchó y no me dejó terminar la conversación.
-¡Cuando ustedes regresen, les pondré rastreador GPS en sus móviles! Recen porque no tengan ni un rasguño. ¡Y no duden que les espera una buena paliza a ambos! - Colgaron.
-¿Tienes hambre? Iré por algo para ti. - Antes de que pudiera levantarse de la cama evitando el tema principal, tiré de su muñeca e hizo un gesto de dolor.
-¿Te hicieron algo en la biblioteca? - Pregunté. Una chica sonriente irrumpió en la habitación sin aviso. Alegría le sobraba, pero nunca la había visto en persona, solo en fotos. Se parecen físicamente pero ahora que la conozco, es un sol de sonriente y expresiva, lo opuesto a Boun.
-Creo que ese dolor lo causó mi tío Boun. - La miramos sorprendidos. Ella sonrió ampliamente -Hola, soy Sunna, sobrina linda de Boun. Ustedes deben ser los que casi se mueren hace unas horas.
Wow, que directa, se parecen. Son familia después de todo. Extendí mi mano para saludarla. -Hola, soy Asher y este es Prem. - Su mirada se posó en el último mencionado y se acercó abruptamente para olfatearlo sin discreción.
-Sí, ya entiendo por qué te escogió, hueles diferente pero no sé a qué. Aunque hace unos momentos olías a excitación como mi tío. ¡Qué bueno que se cambiaron de ropas! - No se sonrojó al decirlo, muy por el contrario de Prem quien agachó la cabeza.
-¿Qué hicieron mientras yo estaba fuera de transmisión? ¿Jugaron? ¿Te divertiste?
-¡No! Uhm, yo... no hicimos...- Fue gracioso ver como luchó por articular palabras para mentir.
-Tranquilo, Asher sabe que ustedes como compañeros destinados tienen necesidades. - Se tapó la boca como si acabara de decir un secreto, y lo era, pero para Prem quien no pareció entenderla y me miró sin lograr discernir ni una palabra.
-Quiere decir el zorro de Boun, te eligió como su predestinado pero la parte humana de Boun no lo entiende aún. Y Sunna pudo notar que ambos olían a lo mismo cuando hicieron sus cochinadas. - Acaricié su cabello como a un niño que recién le enseñas los números y cree entenderlo, pero sabes que no captó ni mierda. Solo la parte final. Pude ver su cara color tomate con picante.
Cuando terminamos la conversación reveladora con la enérgica Sunna y ambos se fueron, me dispuse a darme un baño para relajarme. Aún no concibo el tener que quedarme en este lugar junto a alguna sanguijuela. Mi desgracia empeoró cuando me caí al intentar entrar a la bañera, mis piernas no estaban del todo coordinadas y fuertes. Unos brazos realmente fuertes me levantaron como si pesara lo que una hoja marchita.
-¡Déjame, yo puedo solo! - Grité.
-Terco y chillón además ¿verdad postrecito? Pedir ayuda no te quita la hombría, humano. - Me sentó sobre el mostrador y comenzó a llenar la bañera con agua caliente.
-No necesito de tu ayuda milagrosa, solo quiero estar lejos de ti por unas cuantas millas.
-Si fueras menos obstinado no tendrías que verme a menudo, pero me es imposible ignorar tu grito cuando caíste. Debiste llamar a tu hijo o a Boun para ayudarte en el baño. Ahora no te quejes, mejor hazlo, pero ten en cuenta que seré tu niñera personal mientras estés aquí. Tómalo como servicio de hotel.
-No quiero estar aquí. - En verdad me sentí como un niño haciendo una rabieta pero mis recuerdos con este tipo de sobrenaturales no son agradables. Unas lágrimas rebeldes comenzaron a rodar por mis mejillas, aunque no emití sonidos.
-Algunos de los lugares que consideras ''infierno'', son los mismos lugares que otros llaman ''paraíso''. -Extraño, pero me sentí en ese paraíso cuando tomó mi cara entre sus manos grandes y limpió mis lágrimas con sus pulgares. Esos ojos violetas en esa mirada intensa me calmaron, es como mi lugar preferido del que no quiero salir.
Luego de unas pullas más, al final terminé cediendo. La timidez de adolescente, terminó por cubrir mi rostro color tomate cuando no pude evitar que me diera un baño, me ayudara a vestirme y me colocara en la cama. Menos pude hacer o reclamar cuando supervisó que mi comida. El silencio sería incómodo, pero con él me sentía tranquilo. Me quedé dormido en segundos, aunque su presencia me molestaba, había sido paciente conmigo y eso terminó abriendo un hueco enorme en mi coraza anti-vampiros. Solo un rato
-Postrecito, despierta. - Restregó mi mejilla. Tomé su mano inconscientemente mientras abría los ojos.
-¿Qué sucede? - Susurré somnoliento.
-Debes tomarte la medicina. -Me senté y agarré el frasco de sus manos, escalofríos. Observé su cara con curiosidad sobre el líquido que llamó medicina.
-Te prometo que no es veneno ni droga, la preparé personalmente. Necesito que la tomes para que te recuperes pronto y puedas salir de este lugar cuanto antes. Sé que no te sientes bien aquí. - Eso no era del todo mentira, pero ahora comenzaba a cuestionarme por ello. El lugar no importaba, pero la compañía de este Dios griego-vampiro me tenía embobado y casi sedado. Tomé el líquido y volví a acostarme.
Sentí que iba a alejarse, pero tiré de su mano -Devon, quédate hasta que me duerma. - Sí, Boun me había contado sobre su padre adoptivo así que recordé su nombre.
Joder, acabo de sonar a colegiala de convento, pero también tenía miedo, no sé si existen más chupasangres aquí, al menos él me cuidará a voluntad propia.
Prem POV
La parte racional de Boun, no me quiere, solo es su zorro en estado de excitación, algo físico y sexual. La verdad, estoy cansado de ese tipo de relaciones. Y saber que no me corresponde ni tiene intenciones de que suceda, no me deja en mejor estado emocional. Me siento como una montaña rusa en descenso sin frenos. En nuestra conversación con Sunna me sentí aturdido por la cantidad de información soltada de golpe y mi repentina incapacidad de responder algunas cosas a esta niña tan curiosa como yo.
-¿Eres gay? - Se acercó a mí con rapidez. Si es su sobrina de verdad, debe ser zorro y es igual de directa que él. -¡No te molestes! solo fue una pregunta inocente. Es que quiero saber de ti y si no te gustan los hombres, entiendo que no estarás con mi tío.
-Tu tío es quien no querría estar conmigo. Y sí soy... me gustan los hombres, me echaron de casa por eso. ¿Responde eso a tu curiosidad?
-Lo siento, no quise ofender ni juzgarte. Solo quiero que mi tío encuentre a alguien que sí confíe en él. Alguien que no lo deje cuando más lo necesite. La verdad, no ha tenido relaciones formales desde que lo recuerdo.
-¿Estás segura? Tal vez solo no te las ha presentado. - Solté en un suspiro decaído.
-Los zorros somos monógamos, solo nos apareamos una vez en la vida. A mi tío recién le brotó la necesidad de tener una pareja, desde que notó que lo acosabas. Dijo que tenías un aroma particular pero no lo describió.
-Espera ¿Qué lo acosaba? - Preguntó Ash confundido viéndome entrar en pánico.
-Sí, mencionó algo sobre un día de rodaje en el bosque.
-¿Cómo sabe eso? Nunca le hablé ni dejé que me viera. - Esta vez temblé de nervios y pena.
-Eres realmente distraído. Usamos los sentidos para detectar amenazas y tú eres una en todo momento para él, en la biblioteca y en la compañía de Asher.
-Wow, tienes una boca mordaz, como la de Boun.
-Oops. No debí desconectar mi mente de mi boca, pero piénsalo Prem, si de veras no tuviera interés en ti ya hubieses desaparecido de su campo de visión. Él no puede dejar de vigilar que no te metas en problemas y si alguien te molesta hará que lo pague sin que te des cuenta. Mi tío sabe que lo de necesitarte cerca se debe a lo de compañeros, pero no puede permitir que salgas herido en el proceso. Tiene enemigos que no dudarán en dañarte y eso puede matarlo más rápido que las heridas físicas.
Tiene razón, si él no se acerca lo haré yo. Si la montaña no baja... golpea sus piernas para que se incline a tu nivel.
Me dirigí a su habitación preguntándole a Bint en el pasillo, que me miró sonrojándose. Fui por donde me indicó, una de las habitaciones más intrínsecas del castillo. Alejada y solitaria.
-Oh mierda ¿cómo entraste? - Murmuró Boun sin siquiera voltear a verme. No me escuchó llegar y distraído no es una palabra que lo caracterice, pero vi una laptop sobre el escritorio donde estaba. Bloqueó la pantalla.
-Por lo que llamamos puerta en todos los mundos. - Cerré la puerta para aislarnos un poco de los súper sentidos ajenos. Me detuve unos pasos detrás de la silla giratoria donde estaba sentado.
-Demonios- Exclamó, pero sin subir el tono de voz.
-Sí, puedo decir que eres eso o algo peor. Pero antes de que continuemos con esta encantadora conversación, puedes ponerte algo más arropado. Tu cuerpo me está matando.
-Debí llevarte a otro lugar lejos de mi nariz. - Gruñó para al final levantarse y colocarse una bata ligera, puesto que solo tenía un pantalón corto que me dejaba apreciar sus esculturales muslos y más arriba su torso esculpido.
-No lo harás. Hasta me diste tu habitación para mantenerme vigilado. Es un espectáculo prácticamente privado y gratis ver tus pertenencias escondidas. Vi unas fotos muy bonitas y vergonzosas. Eras realmente lindo de joven.
-¿Solo de joven? - Se acercó a mí con movimiento seductor y descarada sonrisa. Agarró mi cintura, pero me zafé para cambiar de tema o acabaríamos igual que hace unas horas atrás. Sus ojos ya estaban dorados, brillantes.
-¿Qué escribes? - Me senté en la silla para desbloquear la pantalla, pero cerró la laptop.
-Escribo sobre las muchas posibilidades de amarrarte desnudo a la cabecera de mi cama, mientras te deshaces en gemidos ahogados por una mordaza cuando inserte en ti un vibrador y me ponga a jugar con tus pezones pasando hielos por ellos, o tal vez prefieras una pluma, me adapto a lo que quieras.
-¡Maldito pervertido! Pudiste decirme que estás editando una novela o mejor no respondas. No tenías que inventar esa cantidad de sadismos contra mi persona.
-¿Quién dice que es invento? Al contrario, te haré eso y más. Sé que me rogarás por ello cuando estés tan excitado y desesperado porque te folle.
-¿Has perdido la cabeza o tienes trastorno de personalidad? Si ese es tu nivel de romanticismo, mejor me vuelvo a mi habitación. - Me sujetó nuevamente de la cintura y me pegó lo más que pudo a su cuerpo.
-Oh, no lo harás, tenemos mucho de qué conversar floc de neu y tiene que ser hoy. Puede que mañana no esté de humor.
-¿Me dejarás preguntarte lo que sea?
-Sí, pero no garantizo respuesta a tu excesiva curiosidad. - Se sentó en el borde de la cama y palmeó sus piernas. Sin cohibirme, me subí a su regazo y frotó mis muslos con delicadeza y un poco de presión ante sus nervios mostrados, por primera vez.
-Ahora dime ¿sabes loque es un compañero?
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