Boun POV

Luego de que dejé a Prem en manos de Devon pude respirar de nuevo. De no ser porque llegó en el momento justo, como siempre, no sé cómo hubiese puesto a Prem a salvo sin dejar a Ashy detrás. Aunque entendí la preocupación de Devon, no podía escucharlo esta vez.

Dev me salvó cuando apenas cumplía 130 años de cambiaformas. En ese entonces, no era el hombre pacífico de ahora, en mis manos había mucha sangre. Yo era una bestia que cargaba con el peso de varias vidas arrancadas. De niño me enseñaron que poder matar sin volcar la comida ni sentir culpa, era algo digno de un zorro blanco. Fue para lo que me entrenaron. No he tenido experiencias inocentes luego de mis diez años humanos, las enseñanzas de mi familia siempre fueron ''los zorros son criaturas astutas, engañosas y, sobre todo, sanguinarias. Tomamos las vidas que nos estorban y creamos guerras por diversión. '' Todo traducido a un ''porque sí''.

En una de las tantas disputas que tuvimos con otros cambiaformas, vampiros y hasta hechiceros, conocí a Devon, el rey de los vampiros hasta hoy. Sin motivo explicado, la orden que recibí del jefe, Dour, era matar al rey y llevar la victoria a mi familia, esa siempre fue la forma de mostrar orgullo en la manada Icy Rose*, acabar con los enemigos.

Dev al contrario de lo que pensé, me dio una vía de escape cuando desistí de las guerras y me dispuse a salvar a la única personita que quería, mi sobrina Sunna. Nos dio un hogar antes de que le fuera arrancada la inocencia de niña, antes de empañar sus manos con líquido rojo u órganos de extraños como hice yo. Esa vez, salvó a alguien que me importa. Tal como ahora. Aunque no sé por qué el zorro dentro de mí se desvive tanto por Prem, quiero creer que es otro niño al que ve indefenso, justo como a mi sobrina. No podría hacerme cargo de otra vida que de seguro pondría en peligro con el regreso de Dour.

Ahora puedo concentrarme en mi nueva tarea, buscar a Ashy. Logré entrar a la biblioteca deshaciéndome de los que se interpusieron, solo los dejé inconscientes. Después de buscar por unos minutos, lo olí en el almacén de libros viejos, detrás de una pila descuidada de libros y otros objetos polvorientos. Lo sostuve, pero no estaba consciente, tenía sangre en su cabeza y en el cuello una mordida abierta. Por suerte sabía que aún no había pasado el tiempo suficiente para que se concretase el cambio, así que tenía tiempo de llevarlo al castillo y podía revertir el veneno de la mordida. Lo vendé con un retazo de mi ropa rasgada y lo llevé conmigo.

Corrí a una salida trasera, pero caí cuando un cambiaformas se lanzó sobre mí. Abrí mis ojos lo más que pude ante aquella persona que creía haber evadido para siempre, incluso su olor a podrido era el mismo que reconocí al sacar a Prem. El pasado se empeña en volver a fastidiarme. Salí de mi estupefacción y la inevitable pelea llegó entre ambos. Por suerte, mis años de experiencia y educación familiar extrema sirven de algo en estas ocasiones. Me transformé en segundos luego de dejar a Ashy a un lado fuera del peligro. Mis huesos crujieron, se estiraron, pero sin dolor de por medio y cambió mi piel, mi blanco pelaje creció como la rápida caída de la nieve y mis sentidos se agudizaron en demasía. Con garras, dientes y algunos trucos logré distraer a mi agresor para salir rápidamente. Mi prioridad era ayudar a Ashy.

Llegué al castillo de Devon y él ya me esperaba con su entrometida mano derecha, Bint, en la entrada. Extrañamente, con solo ver a Ashy unos segundos, Devon me lo quitó de los brazos y se hizo cargo de él sin darnos tiempo a reaccionar. Lo llevó a su habitación, lo que es aún más impactante, lo curó con sus propias manos y solo se despegó de su lado para buscar una supuesta medicina especial. No hace falta magia para comprender lo que le sucede, pero sé que tendrá que esforzarse mucho, considerando que Ash detesta a los vampiros.

Mientras, yo voy a mirar de lejos su desvivir por él, será divertido.

-Boun, hijo, dime qué sucedió allí. Tus heridas están...- Aparté su mano antes de que tocase mi brazo.

-No es nada. Ya estoy acostumbrado. - Me giré para salir de la habitación -Iré a limpiarme antes de que uno de tus chupacabras le salte encima a esta golosina.

-Espero que ahora que volvió no te pongas raro otra vez. Necesito tu cabeza fría literalmente o no podremos poner a salvo a ninguno de tus amigos. - Lo encaré.

- Así que notaste su regreso. - Suspiré pesadamente. Arrugué la nariz. Por vivir tantos siglos junto a vampiros, creo que mi olor se desvaneció, pero hoy el perfume de Dour se me pegó como un asqueroso perfume barato. Necesitaba el olor a flores en verano de Prem es mi favorito.

-No sé por qué volvió ni cómo me encontró pero tengo que alejarlo de todos a la fuerza. - Tocó mi hombro sano dándole un ligero apretón en forma de consuelo

-Yo sé lo que te ocurre, recuerda que soy tu padre desde hace más de doscientos años. Así como sé que estás evitando tu pasado debo decirte que algún día lo superarás y eso no es huyendo como se logra.

-No sé de qué hablas Dev.

-Deja de ser terco y admite que tratas de mantener alejada a tu sobrina de este mundo salvaje, cosa que pasará... quizás nunca. También evitas las cosas con ese chico, pero sé qu harás lo que sea para mantenerlo a salvo.

-No sé a dónde quieres llegar, entre Prem y yo no existe nada. Es mi zorro quien busca protegerlo, cosa que no compartimos. Solo lo vigilo.

-Ajá. ¿Hace cuánto no te habla tu zorro? ¿Cien años? ¿Ciento cincuenta tal vez? Solo te limitas a sentir lo que quiere. -Me dio una dura mirada de regaño -¿Sabes cuántas pobres almas no logran conocer a sus predestinados? Y tú acá, revolcándote en un dolor que hace mucho no sientes. Tu zorro ya reconoció su alma como única y especial, pero, si te sigues negando a verlo...- Pausó.

-Igualmente, será tu culpa cuando no puedas sentir la presencia de tu otra mitad, cuando esté en peligro como hoy y no lo puedas proteger por tu ego tamaño iceberg, entonces me llamas y hablamos.

Tarde en la noche, aún estaba pensando en las palabras de Devon y su necesidad de revolverme la cabeza. Mis pensamientos se congelaron y no es porque me encuentro en el cuarto frío de su spa. Cerré los ojos y eché mi cabeza hacia atrás. No logro descifrar sus palabras. Mierda, ¿por qué tiene tantos años? Su lenguaje arcaico me confunde. Lo hace todo más complicado de lo que realmente es. ¿O soy yo?

...

Prem POV

Estuve buscando a Boun desde que supe que regresó, pero como si esto fuera un lugar desierto, no hubo a quién preguntarle hasta que, en la cena, Devon me dijo dónde encontrarlo. Corrí hasta el spa, que quedaba casi al otro extremo de este castillo que es más grande de lo que parece. Cuando entré casi me da una hipotermia, Boun mantenía los ojos cerrados mientras estaba sumergido en agua con lo que pareció ser pedazos de... ¿hielo rojo? ¡Oh Dios! Me apresuré a despertarlo, pero inesperadamente, vi la sangre brotando de unas marcas en todo su cuerpo. El impacto verdadero fue que estas se cerraban a gran velocidad. Temí que al moverlo las heridas no sanaran.

¿Será inmune al frío? Eso explicaría por qué lo vi comer varios helados el invierno pasado. Mi observación de acosador. Me senté en el suelo cerca de él, pero en la espera, me dormí acurrucado sobre toallas secas, intentando entrar en calor.

-Floc de neu, despierta- Susurró acariciando mi mejilla. Cuando abrí los ojos, Boun estaba casi sobre mí, envuelto solo en una toalla clara bien ceñida a su definida cintura y fuertes muslos, no dejaba mucho a mi imaginación. Rió con picardía -Sabes, las personas usualmente miran a los ojos, pero tú eres descarado. Hueles a excitación desde que te conozco. Aunque no me quejo.

Giré mi cabeza para obligarme a desviar mi atención a las toallas apiladas que, en ese momento, eran la atracción más interesante.

-No... No sé a qué te refieres. Ahora quítate de encima, chupacabras. - Se me trabó la lengua al responder. Traté de moverme para que no notase mi sonrojo y el despertar de mi parte baja, pero fue inútil.

-¡Aah! Tú si puedes pasear lascivamente tu mirada sobre mí y casi desvestirme con indecencia, pero ¿cuándo me toca jugar? - Con una mano tomó mis muñecas para fijarlas sobre mi cabeza y quedé sobre mi espalda, puso una de sus piernas entre las mías y comenzó a frotar la rodilla contra mi miembro que se levantó enérgicamente. Comenzó a tocar mi cuello con la mano desocupada. -Creo recordar que tienes ideas muy sugerentes cuando estás alcoholizado ¿te parece si las probamos ahora?

Me sentí en la gloria de la vergüenza con su cuerpo escurriendo gotas de agua fría sobre mi piel. Miré sus ojos, tenían un tono dorado que no había visto ni la primera vez que ''hablamos'' en la compañía. Estaba claro que cedió parte de su control a su astuto zorro, aunque el humano siempre estuvo en la mitad tratándome como cristal frágil.

Queriendo evitar sobre-excitarme, traté de soltarme de su agarre forcejeando, pero un gemido se escapó de mi garganta cuando con un movimiento mis piernas se encontraron sobre sus muslos y su gruesa entrepierna presionó más abajo de la mía con fuerza, frotando las telas que separaba nuestros cuerpos. Volvió a sonreír y pasó su lengua por sus labios con orgullo de cazador al ver lo que causaba en mí. Deseé sentir esos labios que... No me decepcionó. Su húmeda lengua descendió a mi cuello hasta creo que succionó dejándome alguna marca visible, pasó a mi mandíbula y dio mordiscos juguetones. Irónicamente me calenté mientras recordaba que estábamos en un cuarto gélido.

Colocó su mano derecha sobre mi cadera correspondiente y la otra mano a un costado de mi cuello y presionó mi mentón con su pulgar para obligarme a abrir la boca. Me di cuenta de que mis manos ya estaban libres para empujarlo fuera pero mi mente ordenó lo contrario, lo rodeé por el cuello.

Cuando por fin sus labios impactaron con hambre voraz sobre los míos, dejamos que el deseo primitivo nos guiara en el beso. Sus manos audaces tocando lo que estuviera a su alcance. Frías y apresuradas se metieron bajo mi camisa y me ericé. Apretó uno de mis pezones y me arqueé.

Tampoco dejé mis extremidades quietas, aferré mis piernas a sus caderas con fuerza para rozarnos más y pasé mis manos por todos los formados músculos de su pecho y espalda, también dejé marcas en sus bíceps cuando como adolescentes nos corrimos por las simulaciones de embestidas.

Nuestras respiraciones agitadas, ambos cuerpos erráticos rozando, la diferencia de temperaturas quemándonos, y besos ardientes, constantes, tomando todo hasta alcanzar un estado de satisfacción plena... o hasta que nos faltara el oxígeno... o hasta que alguien nos interrumpió.

-Lo siento. solo venía a avisarle que Asher despertó. - Si alguna vez me sentí mal por alguien era por Ash, no pensé en él y corrí con desespero en busca de este zorro embaucador. Miré a Boun con súplica para que me soltara, pero este mantuvo su cuerpo cubriendo la mayor parte del mío y su mirada despectiva en el chico que irrumpió precipitado. El color de los excitantes ojos dorados fue absorbido por un sentimiento oscuro y frío ante el incómodo asecho hacia mí por parte del visitante inoportuno.

-Ya tengo el mensaje Bint. Ahora vete porque si lo sigues mirando así, no sé si llegues a salir de una sola pieza. - El chico reaccionó y salió sin mediar más palabras. Se fue casi huyendo. Boun me miró con un cambio total de actitud, ambicioso, pero tratando de ocultarlo con su característica inexpresividad.

Nos levantamos del suelo y me tiró una bata de baño sobre la cabeza. -Ponte esto o te devorarán con la mirada ahí fuera.

-¿Celoso?

-Si alguien te mira así otra vez, estará celoso de mí por no poder volver a ver.

-Si me miran ¿cierto? ¿Cómo lo haces tú ahora? Porque me siento la gominola más deliciosa con esa mirada tuya. - Dije sonando descarado, pero él rebatió mis palabras haciéndome sonrojar.

-Te miro así porque me gusta recordar que eres receptivo a mi tacto, al igual que tus pezones que hace un momento se pusieron duros cuando los rocé. - Se puso una bata y se acercó a mi rostro hasta que su aliento fresco me golpeó el cuello y noté que sus ojos dorados estaban de vuelta. -Pezones que, por cierto, son de mi propiedad tanto como tú.

Salió del spa sin dejarme soltar mi chorro verbal abusivo en su contra.

Glosario

*Icy Rose <<Rosa Gélida o helada>>

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