Capítulo 《17》

-Prem, lo siento, yo...

Prem miraba los ojos de Boun, vio que esa persona esperaba internamente dejar de existir, no supo si era arrepentimiento, culpa o tristeza lo que vio, tal vez era una mezcla de todo eso y más.

-No es lo que quiero escuchar de ti y antes de que abras la boca para decir algo sobre romper lazos necesito que vengas a la sala.

Boun lo miró extrañado. Lo primero que pensó que haría Prem sería patearle o dejarle colorada la mejilla, pero no, el chico estaba conteniendo en cofre bajo llaves a su furia. No lo culpa por sentir mal hacia él, lo merece.

Siguió a su copito hasta la sala donde esperaban Jadeen con una sonrisa traviesa como un niño que está a punto de hacer algo malo y Asher, quien no se parece a Prem y como robot en modo automático dejó caer por casualidad su puño apretado sobre la mejilla de Boun.

-¡Bastardo! ¡Eres un hijo de...! - Aunque comenzó a gritar maldiciones, no pudo seguir, las lágrimas estaban al salir y él intentaba empujarlas hacia atrás. -¡¿Sabes lo que has causado con tus acciones?!- Volvió a gritar.

Boun solo pudo cerrar en puños sus manos impotente y auto flagelándose mentalmente. Asher era como su hermano, su amigo, su familia, decepcionarlo a él fue difícil y recuperar la confianza más aún. Después de todo, se habían ayudado durante muchos años, se apoyaron cuando lo necesitaban y convivieron como una verdadera familia. ''Jodí a mucha gente a mi paso''. Pensó su bestia. -Lo siento...

Sin terminar de hablar Boun sintió unas manos rodearle, miró hacia abajo y encontró a -Dan, ¿qué haces aquí?

El chico lo miró enojado y preocupado. -Volví en cuanto vi las noticias. Hey tío B, ¿estás bien? ¿Te alimentas bien?

Boun miró desconcertado a Asher en busca de respuestas. Asher se encogió de hombros, al parecer él no sabía nada hasta hace unos minutos. Dan volvió a la ciudad Nethice sin decir nada, pues sabía que se llevaría un regaño de los mil demonios, había seguido a su padre y a Prem. Justo cuando Jadeen les abrió la puerta saltó delante de ellos como si fuera una sorpresa normal.

Lo que Dan no esperaba era que Jadeen se alejara de su persona como si tuviese alguna enfermedad contagiosa, frunció el ceño, pero no le dio importancia en el momento. Simplemente se dijo que de seguro era por ser un extraño.

Boun sonrió y acarició dulcemente el cabello del chico que desde que lo conoce lo llama Tío B por alguna razón que desconoce pero que no le desagrada. Cuando miró hacia arriba, lo esperaba una mirada agresiva. Prem tenía los puños cerrados conteniendo ira, aunque no sabía el porqué, Dan es casi un niño y de todas formas, él no tiene relación con Boun ahora.

''Maldita bestia, contrólate''. Replicó internamente Prem.

''Eres inútil. ¿Cómo permites que alguien más toque a mi alfa? ''.

Prem optó por ignorar a la bestia cuando Jadeen salió en su ayuda. Jadeen parecía ser un alfa perceptiva e interrumpió. -Boun, deberías hablar con Prem a solas. Creo que después de hoy, tendrán mucho que decirse.

-¿Hoy? ¿Qué sucedió? - Preguntó Boun sin despegar la vista de su compañero. Compañero. Esa palabra se sentía extraña de solo pensarla, no salía de forma natural ni en sus pensamientos. Quizás, sea porque se siente como un contrato de matrimonio falso y forzado. No merece un compañero como Prem, o eso piensa.

-Oh, eso...- Jadeen se burló. - Prem dijo frente a las cámaras que te amaba y que se apartaron por acuerdo mutuo. - Jadeen miró a Prem riendo. Su mayor problema es su sonrisa, no es aterradora, lo opuesto, cada vez que sonríe a otros, tal parece que coquetea con el mundo y la mayoría de las veces tiende a caer en problemas. Boun lo conoce, sabe que no es lo que intenta hacer, pero aún así, no puede evitar lanzarle un gruñido a su amigo. Sí, los instintos de alfa son cada vez más fuertes cuando has marcado ya a tu compañero.

-Calma amigo. - Jadeen levantó las manos en señal de rendición. -No entiendo por qué te enojas cuando tienes a mi compañero abrazado aún. No me ves protestando por ello.

Boun miró a Dan dejándolo de abrazar con disimulo y vergüenza. Las vueltas que daba la vida, Jadeen siendo alfa de lobos no se inmutóantes la llegada de su compañero y soltóaquellas palabras sin más. Los otros en la sala estaban sorprendidos. Por lo general, los alfas que ven a sus omegas por primera vez tienden a saltarles encima para impregnarlos de su olor, cosa de territorialidad de alfas. Jadeen y Boun son alfas diferentes, son pacíficos la mayor parte del tiempo y tratan a los omegas como su igual. Para ellos, entienden a los que necesitan protección por ser débiles, pero no podrían resquebrajarlos por su naturaleza, después de todo, los omegas son los que llevan el mando en algún momento entre cuatro paredes de una casa.

Jadeen era un Alfa líder extraño, ningún Alfa musculoso, imponente y que desprenda feromonas de poder a su paso sería tan considerado con alguien más, aunque fuera su compañero. Jadeen es diferente o eso intenta, prefiere que Dan lo conozca poco a poco y establecer una relación basada en atracción mutua antes de forzarlo.

-¿Ah sí? Y se puede saber entonces, ¿por qué estás casi escondido detrás de la isla de la cocina? - Boun se burló, sabía que su amigo la estaba pasando mal y no pudo evitar bromear con eso. Su amigo no escondía su presencia sino las uñas que comenzaron a crecer cuando vio al humano, estaba retrayendo la humedad que quería escurrir de su boca con el olor tan esquicito que jugaba al borde de su nariz y sus pupilas desbordadas por sus sentidos agudizados. -Puedes hablar con Dan, él no muerde. Si le gustas así todo troglodita de seguro deja que lo marques. Así que deja de esconderte.

-¿Quién...- se aclaró la garganta, de pronto un tanto seca. -¿Quién se esconde? solo le doy espacio.

-¿Espacio? Jetty, eres un cobarde- Dijo Dan dejando perplejos a todos en la sala. Estaba claro la indirecta, aunque siente atracción, no le dará oportunidad a alguien que se esconde en vez de decir lo que siente o quiere. Desde que le abrió la puerta se fijó en este hombre, de músculos poderosos y bronceados, de facciones toscas y aura superior. Es un hombre que al final del día es tan peligroso como un hombre de cavernas y esa parte es la que más le atrae.

-Bien, es hora de dejar a los testarudos solos así que nos marchamos a casa. - Rezongó Asher, su mano dolía un poco. Miró a Dan expectante y suspiró. En su mente se repetía que debía ser un padre de acuerdo a los tiempos, su hijo se escapó de los estudios y de pronto encuentra a su medio limón, un espectáculo que quería ver de cerca. No dejaría a su hijo a solas en las garras de un alfa que no conoce. -Recoge el equipaje y vamos.

Dan asintió y giró su cabeza a la persona que estaba inmóvil detrás de la isla. -Jetty, puedes llevarme las maletas a casa o te quedas a escuchar lo que van a hacer ellos.

Jadeen desconcertado, pareciendo un perro sin dueño se alegró de ser tomado en cuenta. De pronto, ese perro sin hogar comenzó a mover la cola indiscriminadamente, girando alrededor y ladrando de alegría. -Dame un momento para buscar mis cosas.

¿Cuándo se ha viso que un alfa jefa de su manada deje sus obligaciones para seguir a un omega a un territorio que no es suyo? Este alfa extraño lo hace. Lo más inusual, es que dos alfas vivan juntas sin querer arrancarse la cabeza, en una casa ordenada sin trozos de cosas rotas adornando el suelo. Inaudito, la sociedad avanza muy de prisa.

Antes de salir Asher le dijo al ansioso Boun. -Esta vez no voy a disculparme, pienso que si vuelves a ocultarme las cosas enviaré a un asesino a sueldo para que me lleve tus sesos. - Esa era su forma sutil de pedir disculpas y mostrar enojo y Boun la entendió asintiendo.

Por último, dijo -No hagan nada que no haría yo. - Asher rió, pero pronto frunció las cejas pensativo. -Oh, maldición. Eso les deja muy pocas opciones como dejar a un enojado Devil.

...

Cuando por fin estaban solos, la sala se sentía mucho más vacía con el abrumador silencio entre las dos personas que ahí se encontraban, de pie y evitando la mirada. -Bien, ya basta, esto es incómodo. Si sigues fingiendo que no existes me iré para siempre.

Prem entró en cólera, estaba amenazando al alfa con irse y no volver, pero el otro ni se movió. Esto hiere su orgullo de omega. Según lo que Aisha le dijo, la forma más efectiva de hacer que un alfa reaccione es dejándole el sentimiento de perder poder.

-Tu silencio significa que puedo irme ¿no? Bien, hablaré con Jadeen, tal vez él quiera presentarme a su beta. Lo vi, es lindo, musculoso y....- Prem se estaba divirtiendo, ver a esa persona impotente, nervioso y mordiendo su enojo lo hizo sentir querido. Personas raras, bestias más raras.

De un momento a otro, quedó sobre la isla con Boun entre sus piernas agarrando su cabeza, pegando sus frentes con rabia en sus dientes y sus pupilas llenas de brillo y vida. Gruñendo. -Mío. No te atrevas a mirar a nadie más. Tú eres mi floc de neu, solo mío. Me perteneces. Y mataré a todo el que se cruce ante ti. ¿Lo entiendes?

Casi no dejaba salir el aliento, la rabia lo consumió en segundos. Odia el instinto retrógrado, pero más odia que su omega pueda pensar en otros de esa forma. Una lengua cálida rozó sus labios de forma juguetona, miles de pensamientos que leer estaban en su cabeza. -Detente.

-¿Qué? - Preguntó Prem sin entender.

-Me estás nublando con tantas feromonas saliendo de ti.

-Lo siento por eso, no las controlo bien. Aunque no pensé que fueran tan fuertes, aún estoy experimentando. - solo de mencionarlo, un dolor rechinó en su abdomen y lo retorció.

-¿Prem que pasa? - Pánico y preocupación surcaron por el cuerpo del alfa. Lo bueno de ser alfa fuerte es, que, aunque sienta el dolor de su compañero puede resistirlo para ayudarlo, si ambos sufrieran al mismo tiempo sería un alfa inútil.

-Boun, me duele mucho- Dijo apretando la zona que le dolía.

-Dime qué sientes Prem. - Boun, asustado frotó la zona abdominal con delicadeza.

-Siento un calor en aumento en mi cuerpo y no sé por qué, siento que el roce de la ropa me molesta. Mi piel se quema y mis piernas se vuelven débiles. - Se quejó Prem casi atropellando las palabras.

Boun quería aguantar y no ceder ante la lujuria que emanaba el cuerpo de Prem, ante su cara de completa excitación y ante sus palabras que, aunque eran de dolor lo hechizaban, cosas completamente diferentes creando sentimientos dispersos que no lo dejaban centrarse.

Con un profundo exhalar, lo sostuvo cuidadosamente para llevarlo fuera de la casa hacia algún hospital. Las feromonas lo estaban asfixiando y su mayor esfuerzo por llegar a la puerta estaba siendo un trabajo duro hasta que escuchó un grito ahogado en su oído que le encendió la chispa que luchaba por ignorar. Su gran esfuerzo se perdió y ya no podía salir de la casa.

-¿Por qué no me dices nada? ¿Por qué estoy enfermo?

-No estás enfermo Prem.

-Entonces ¿por qué me siento ansioso y a veces parece que tengo fiebre, pero no es así? ¡Dime Boun, no te quedes callada maldita sea!

-E....estás entrando en celo. ¿Tienes supresores aquí?

-No sé de qué me hablas a penas y salí vestido para venir.

-Si no tienes esas cosas contigo y algo te pasa en la calle ¿cómo puedes ser tan denso? ¡Eres omega ahora Prem! - Estaba enojado por dos cosas, primero el hecho de que Prem estuviese en la calle y pudiese entrar en celo, aún con la marca de compañero, no estaba seguro de que otros alfas respirarían la ley, segundo, estaba con Prem en la misma habitación, pero no podía hacer nada, se consideraba indigno de poseer a su compañero, no hasta que fuera perdonado.

Lo llevó hasta su habitación. -Puedes quedarte hasta que pase el efecto, llamaré a Asher para que compre supresores o inhibidores de olor. En esta habitación duermo y hay ropa mía, te ayudará a calmarte un poco. Vendré pronto.

Se fue. Nada más salir a la sala agarró el teléfono y mientras hablaba caminaba de un lado a otro. Minutos después, entró a la habitación para ver su cama arrugada. Juró en voz baja, Asher no llegaba con los supresores. Prem llevaba puesta una de sus camisas y un short corto, estaba despeinado y sus ojos rojos de llorar, se acostó en la cama a su lado y sin esperarlo, Prem se estiró encima. Dejó que descansara en su pecho mientras seguía llorando, por instinto, lo abrazó. Boun trataba de enviarle sus feromonas para calmarlo, pero no funcionaba, pasaba sus manos continuamente por su espalda y su cara.

-Prem, deja de llorar. No soporto verte triste.

-Quisiera poder obedecerte, pero no dejan de caer. Me siento asfixiado, siento que me estoy quemando y que incluso el roce de la ropa me afecta. ¿Cómo puedes ser tan insensible? - Prem lo miró con furia. -¿Quién en el mundo deja a su omega pasando el celo solo?

-Prem, no quiero... yo solo. - Por más palabras que intentara decirle, todo sonaba a excusa.

-No entiendo por qué insistes en culparte y alejarme cuando yo estoy haciendo lo imposible por estar contigo, ¿sabes que tuve que dar una entrevista desmintiendo a las hienas? Casi me comen vivo. Dije que te amaba frente a todos y tú me alejas. - Lloriqueó amargado. -Si intentas alejarme una vez más voy a dejar que otro Alfa me muerda.

Pronto cayó debajo del cuerpo robusto. Estaba siendo presionado a la cama con un agarre que más que comerle le encendió el deseo. -Si vuelves a decir algo sobre otro Alfa, te enseñaré lo que es bueno y si me desafías una vez te castigaré.

Prem pasó su lengua por la boca ajena con provocación. -¿Qué esperas?

Solo queria decir... Hola, ¿les gusta?

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