Y aquí otro capi más, espero les esté gustando.

Quejas, sugerencias y deseos de Navidad. Me lo comentan.

Boun POV

Si me preguntan hoy por qué escogí a Prem, mi copito congelado, como el único ser capaz de levantarme o dejarme caer a su antojo, no sabría qué decir porque toda excusa sonaría a mentiras. Aunque él piense mal de mí ahora, no estamos juntos por ese supuesto pasado que nos persigue, creo que el hilo rojo del destino se encargó de unirnos por una razón. solo espero que no nos separe por lo mismo.

Contrario a lo que todos creen, Prem no me persiguió porque piense en su salvador Dour. Esa es la explicación que su cerebro le da para nublar la justificación real de su atracción. En su interior sabe que hay algo más que lo lleva a buscarme, solo que él no sabe que es. Es más, como la atracción entre potenciales compañeros, aún no sé cómo siendo humano pudo sentirlo, pero me alegra que lo hiciera, es imposible ser hipócrita y ocultarlo.

Mi contribución fue grande al hacerme notar ante él una vez más. No lo recuerda, pero ya nos habíamos visto antes, nos conocimos dos veces, la primera vez él era un adorable niño todavía, yo solo me dediqué a perseguirlo y protegerlo durante diez largos años, en la escuela, en sus clases particulares, en su casa... en todos lados.

Era un invierno de catorce años atrás, de esos que engullen olores agradables, de los que hacen que corazones cálidos se acurruquen entre sábanas para ver películas, y tuve la suerte de encontrar a ese niño de pancita y pómulos inflados, ojos que desaparecían en la sonrisa que luego descubrí, la más hermosa, el niño de cabello azabache y piel tan blanca cual nieve fina que brilla bajo el Sol. Mi futuro compañero, mi futuro amante, mi copito solitario. Mi estado de ánimo se desinfló cuando lo vi triste, sus manitas congelándose y su cara roja por el frío, envuelto en una única capa de ropa, de pie frente a la pista de patinaje con el aliento tiritando y la mirada anhelante, era tan solitario que me sentí vacío.

Ese fue nuestro primer contacto.

Su sensible aroma golpeó mi desarrollado olfato y se mezcló con el aire a mi alrededor, no existía nadie más que él. La parte juguetona de zorro estalló y jadeó en mi interior con tanta fuerza que parecía un meteorito cayendo en la tierra. La necesidad Alfa de hacer feliz a su compañero se hizo cargo. Para cuando volví a la realidad, ya estaba diciéndole ''hola'' mientras le sonreía.

-¿Quién es usted? - Desconfiado, con su carita confusa. Me agaché para quedar bajo su mirada y no parecer tan imponente. Le extendí la mano.

-Hvítur, mucho gusto. - Nos dimos la mano en saludo sonriente. El toque me llevó a delirar por escasos segundos antes de que el tacto desapareciera.

-Su nombre es muy gracioso, - Me dejó escuchar esa dulce sonrisa de sus labios. Tierno, educado e inocente. Será un buen adulto. -parece que dijo Víctor. ¿Es usted extranjero?

-Llámame como prefieras. - Le devolví la sonrisa intentando darle mucha información.

-Me llamo Prem. - Casi salto sobre él para morderlo, me sentí como esos perros que mueven la cola cuando su dueño le va a servir comida. solo que este dueño era un tímido pequeño y me haría esperar muchos años. No me quejo, nunca conocí a mi alma gemela en trecientos años. Esperar incluso veinte más no me desanimará.

-Y dime, ¿qué haces solo mirando? ¿por qué no disfrutar del paseo desde dentro?

-Ah, es que... yo...- Bajó la cabeza ocultando su timidez.

-¿Es por el dinero? - Negó fervientemente.

-Mmm, entonces, ¿tienes miedo a caer? - Asintió tímido.

-Ven, - Tomé su mano fría para llevarlo a elegir patines. Él estaba reacio a seguir. -yo te sostendré para que no caigas.

-¿De verdad? - Inquirió dudoso pero las estrellas en sus ojitos me parecieron más tiernas aún y me llevaron a intentar convencerlo.

Luego de una explicación simple de que soy experto en el hielo, finalmente cedió -¿Dudas de mí? - Negó seguido. Revolví su cabello azabache y noté su carita aún más roja y sonriente. Aquel niño de doce años ya empezaba a sentir la conexión y eso ponía esperanzas en mí de poder complacer a mi compañero.

Por suerte, en ese lugar tenía pase VIP, gracias a Devon que controlaba esa zona. En seguida le trajeron guantes, bufanda y patines. ''Prometí sostenerlo siempre, así que nada como el miedo cruzará por su rostro''. Verlo sonreír mientras intentaba mantener el equilibrio, verlo divertirse y mejor aún, conmigo, hizo que mi zorro volara alto sin querer aterrizar. Desde ese momento prometí velar porque en el futuro viviera una vida con emociones alegres.

Desde ese día lo seguí cauteloso y temiendo hasta cuando tropezaba, celoso cuando alguna niña se le acercaba, furioso al ver a sus compañeros rebeldes intimidarlo; pero esos sufrieron las consecuencias de un gran susto que los llevó a cambiar de escuela o a recibir terapia postraumática.

Desafortunadamente la ilusión se rompió en sus dieciséis. No lo pude ayudar cuando lo echaron de su casa. Ese día fue la última vez que vi seguidores de Dour e intenté descubrir donde se escondía. Cuando regresé ya había perdido el rastro de Prem. La rabia creció en mí, un agonizante punzón en mi sangre me pedía recobrar a mi compañero por la fuerza, pero si dañaba a su familia no sabría a dónde regresaría.

Tiempo más tarde, lo encontré en las calles con sus amigos y traté de facilitarle caminos, pero el muy orgulloso es sumamente desconfiado con las personas que se le acerca con dinero fácil. La solución perfecta fue Asher, otro orgulloso y bestia de los negocios, lo envié a aquel bar raro donde la ridícula banda de Prem y sus amigos tocaban. Ashy, para mi satisfacción vio el potencial en los chicos y yo lo ayudé con lo que pude y con lo imposible también. Todo por mi compañero.

Lo que Prem no sabe es que jugué con su memoria de nuestro encuentro para su seguridad. El ya mayor de edad continuaba su búsqueda del salvador del día que perdió a su familia y yo no podía permitir que se encontraran porque eso anotaría puntos débiles hacia mí. Prem tiene la ilusión de que conoció a alguien, pero no recuerda ni siquiera nuestras conversaciones personales.

Incluso, su recuerdo de Dour salvándolo no es real, lo modifiqué para evitar el pánico que sentía por las peleas entre cambiaformas. Cuando lo encontré con sus amigos y volví a seguirlo noche y día, escuché una conversación sobre eso. La verdad es que Dour lo atacó porque se metió en medio de la pelea.

Nuestro segundo encuentro fue en su universidad, yo fui por negocios con Jadeen quien se encargaba de la parte tediosa con cargo de Director, que parloteaba solo halagando para asegurar el dinero. Me fui a la biblioteca que era el lugar silencioso y calmado del recinto. Una vez más, mi nariz detectó el aroma más exquisito del mundo, el olor de mi compañero.

Verlo tratar de alcanzar un libro cuando su estatura no se lo permitía era realmente una película y como experto en guiones me acerqué a ayudarlo, su espalda tocó mi pecho por el sobresalto de mi presencia. Su pelo hizo cosquillas en mi cuello y su olor me envolvió al momento.

-Gracias- Dijo apenado girando para verme, su encantadora sonrisa se autoreflejó en mí. Dudó un momento y preguntó. -¿Eres nuevo? Nunca te había visto.

Sonreí. Nuestro primer encuentro fue igual, él preguntando sobre mí y me llené de alegría, mi bestia casi ruge, arañó dolorosamente intentando llevarme a la locura y hacerme reclamar a nuestro compañero, pero lo mantuve a raya. No era el momento, quiero que me llegue a conocer y se enamore de mí por quien soy y no por lo que represento en su vida. Si le dijese que estamos destinados... escalofrío pasó por mi cuerpo. Recuerdo que algunas veces los destinados se rehúsan a ser cortejados. No quiero que nos suceda lo mismo.

-No soy estudiante, soy un inversor del instituto y trato de encontrar el lugar más tranquilo para leer un rato mientras mi socio se encarga del papeleo.

-Ohh, entonces deberías ir a la azotea, es más relajante allí y el aire es natural. - Aclaró amablemente.

-No hace falta, ya encontré a alguien mejor que el aire. - La timidez que recordaba seguía intacta y hasta más. Su rostro sonrojado desde las orejas hasta el cuello y su mirada baja para ocultarse. Necesito más de esto diariamente.

Por alguna razón, terminamos yendo a la azotea y nos sentamos con libros en los pies, pero nuestra línea de visión estaba en el rostro ajeno, la concentración era imposible. Yo quería retratarlo en mis retinas, tatuarlo en mi mente para jamás perder de vista ese brillo hermoso en sus ojos.

Extendí una mano. -Por cierto, mi nombre es Hvítur.

Sé que a muchos les gusta la pareja de Devon y Ash. Pronto volverán pero ahora toca conocer a la pareja principal más allá de la atracción inexplicable.

El capítulo sería más largo pero lo corté aquí por no revelar más.

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