⑥③
« Candice »
Hogar dulce hogar. Cuando el autobús se detuvo en la parada de Camden Road, di un largo suspiro de alivio, viendo el edificio donde vivía a apenas unos metros. Sonreí, arrastrando la maleta, mientras Harry hablaba por teléfono con Niall. Cuando llegamos a la puerta de casa, el rubio ya estaba ahí.
— ¿Qué haces aquí, tarado? – dijo Harry, riendo y abrazando a su amigo.
— Vivo a una calle de aquí, ¿te lo recuerdo? Quita ya, marica – Niall empujó a Harry para que le soltara –. ¿Qué pasa, pelirroja? Por fin le has dado guerra a mi amigo, ¿eh? Viene de un buen humor... – carcajeó, yo me sonrojé y me giré a golpear el brazo de Harry.
— ¿Por qué se lo has contado, tonto?
— ¡Me lo notó antes de decirle nada!
— Eso se nota, Candy – me dijo Niall –, no culpes al pequeñín, no puede evitar sentirse aliviado.
— ¿Podemos dejar de hablar de esto, por favor? – murmuré, a la vez que abría la puerta.
— Muñeca, ¿te importa si invito a los chicos? Tengo ganas de verles, pero quiero estar contigo.
— No, claro.
— Menos mal, porque ya les había dicho que vinieran – rió Niall, tomándose la libertad de entrar el primero en casa.
— En serio, me cae mal tu amigo – susurré hacia Harry, entrando después del rubio.
— A ver si tú consigues sacarle algo a Liam sobre su novia. Que a ti te hace caso, y sabes cómo hacer hablar a la gente.
— Ay, pobrecillo... Dejadle en paz, cuando esté listo para contarlo, ya lo hará.
— Que pesado, si estás tan ansioso como yo por saberlo... y lo sabes.
— Claro que lo sé, me moriría por saberlo, pero tenemos que dejarlo tranquilo.
— Porfa, pregúntaselo – Niall hizo un puchero. Harry suspiró y asintió levemente.
— Está bien, le preguntaré, pero si no quiere responder, no puedo hacer nada.
Niall sonrió ampliamente y Harry negó con la cabeza, abrazando mi cintura mientras yo iba observando la escena con diversión. Él me dio un beso en la frente, mientras que yo sonreí, cerrando los ojos y disfrutando del tacto de sus labios en mi piel.
— No, por favor. No estoy de humor para aguantar esto – interrumpió Niall.
— ¿Estás con la regla? – se burló Harry, soltándome.
— Harry – me quejé, golpeando su hombro –, eso es ofensivo.
— Perdón, muñeca.
— En serio, te tiene dominado. Das algo de asco, Harry. O pena, das bastante pena.
— Cállate, estúpido. Al menos yo tengo novia, pringado.
— Harry, cierra el pico – murmuré, agarrando su muñeca. Niall lo había pasado mal cuando Belle le dejó.
— No importa, pelirroja. Estoy bien. ¿Me traerías cerveza?
— No hay cerveza.
— Café, entonces.
— Los demás tomaremos té, amor – me dijo Harry –. ¿Quieres que te ayude a prepararlo?
— No, puedo hacerlo yo sola, tranquilo. Quédate con él.
Harry asintió levemente y me dio un suave beso en los labios, haciendo que yo sonriera. Entonces caminé hacia la cocina, donde puse la cafetera y una tetera en el fuego. Preparé seis tazas vacías y las llevé al salón donde Harry y Niall ya se habían acomodado en el sofá. Luego regresé a la cocina y terminé de preparar ambas cosas, escuchando el timbre mientras estaba allí. Cuando fui al salón con la tetera y la cafetera, vi ya a todos los amigos de Harry allí, sentados y acomodados entre los sofás y sillas.
— Hola, pelirroja – exclamó Louis.
— Hola Louis, ¿cómo estás? – le saludé educadamente, mientras venía hacia mí y besaba mi mejilla.
— Como se nota que ya lo habéis hecho, estás hasta más guapa.
— Oh... – susurré, sonrojándome, sin saber ni qué decir.
— Louis, déjala. Ven aquí, muñeca.
Sonreí levemente, y me acerqué a Harry. Él hizo que me sentara sobre sus piernas y me abrazó la cintura con fuerza. Mientras tanto, yo serví los dos cafés, para Niall y para mí; y los tés para los demás, que tomaron sus tazas. Luego Harry me hizo acurrucarme sobre sus piernas, haciendo que me sintiera más como su hija que como su novia.
— Eres tan pequeñita, que solo tengo ganas de abrazarte... – susurró, besando mi mejilla.
— Harry, basta.
— Eso, basta ya, pasteloso – añadió Niall.
— ¿Cómo ha ido por el norte? ¿La madre de Candy te ha odiado mucho? – dijo Louis, riendo.
— Bueno... más o menos. Depende del momento, realmente. A ratos parecía no caerle mal, y otras veces parecía que fuera su peor enemigo.
— Mi madre es así de rara... no es que te odie por nada personal.
— Además, no le gustó mi traje – dijo Harry, haciendo un puchero.
— A nadie nos gustó tu traje, Harry – carcajeó Louis.
— Era horrendo – asintió Niall.
— Hey, dejadle. Puede vestir como le de la gana, no le critiquéis – interrumpió Liam de golpe.
— A mí me gustaba... – habló el misterioso Zayn – no creo que fuera feo. Creo que iba perfecto para ti, Harry.
— Yo pienso igual – asentí, con media sonrisa –. Además, estabas muy guapo.
— Tú sí que estabas guapa, mi amor – susurró, dándome un besito –. Eres tan preciosa, y tan perfecta...
— Harry, basta...
Él rió levemente y me empezó a dar miles de besos por toda la cara, haciendo que yo riera y tratara de evitarle porque me daba vergüenza que hiciera eso delante de sus amigos, sin embargo me encantaba que me besara.
— Quiero volverte a hacer el amor, muñeca. Anoche fue la mejor noche de mi vida – susurró con sus labios sobre mi oído, asegurándose de que nadie más lo oía.
— Harry... – murmuré, tan enrojecida que quería que la tierra me tragara.
— Por favor, ¿podéis dejar vuestras insinuaciones sexuales y hacernos caso, putos? – adivinó Niall.
— Sí, perdón – Harry se alejó de mí y sonrió hacia sus amigos –. ¿Qué habéis estado haciendo vosotros estos días?
— Yo ensayando a tope, nos vamos a hacer unos conciertos en Dublín la semana que viene – explicó Niall.
— Que guay – sonrió Harry.
— Yo he estado aburriéndome porque ninguno me hacía caso – bufó Louis –. Bueno, salí un par de veces con Zayn.
— En serio, tenemos que buscarle una novia. Es ya algo urgente – carcajeó mi chico –. ¿Tú qué, Liam? ¿Alguna novedad?
— Uhm no... Nada nuevo.
— Sabes que no puedes mentir, Liam. El gran Styles reconoce cuando mientes.
— ¿Te han dicho algo ellos, verdad?
— No, simplemente se te nota algo distinto. Si no quieres contárnoslo, no tienes por qué. Pero bueno... somos tus amigos, hay confianza.
— No es gran cosa, en serio.
— ¡Venga, desembucha ya, Payne! ¡Me pones de los nervios! – exclamó Niall, algo enfadado.
— Estoy conociendo a una chica – habló el castaño, con la mirada nerviosa –. No tenemos nada, solo... bueno, es muy... dulce y buena. No sé, estamos conociéndonos.
— ¿Te pone? – preguntó el rubio, riendo levemente.
— Eres muy soez. Sí, es una chica muy atractiva. Me gusta. Pero todavía no hemos llegado ni a la fase de amigos, así que... poco a poco.
— Aow, que gracioso. ¿Dónde la conociste? – preguntó Harry.
— En... en... – Liam empezó a balbucear, y miró hacia la izquierda. Entonces supe que iba a soltar una mentira, ya que estaba accediendo a la parte creativa de su cerebro – en Covent Garden.
Harry acarició mi pelo mientras escuchaba a sus amigos, y yo solo pude dejar de prestar atención, ya que las caricias de Harry hacían que me olvidara de que existía un mundo alrededor de nosotros. Cerré los ojos y sonreí, dejando que me acariciara tanto como quisiera, con sus grandes manos. De pronto, dejó de hacerlo, así que le miré, buscando la razón de por qué se había detenido.
— Te está sonando el móvil, muñeca – dijo. Yo saqué mi móvil del bolsillo del tejano y vi "Editorial" en la pantalla.
— Oh, son de mi editorial... Seguramente querrán decidir la fecha de la firma.
— Yo hablaré con ellos – decidió Harry, arrebatándome el móvil –. Hola, soy el representante de Candice Lovelace. ¿En qué puedo ayudarles? – respondió Harry, levantándose y yendo hacia la cocina para poder hablar tranquilamente.
— ¿Es tu representante? – preguntó Liam, algo sorprendido.
— Bueno... él mismo se ha dado ese puesto... – me encogí de hombros – tampoco es que tenga tanto para hacer. Solo que quieren que haga una firma de libros, y él está concretando el día.
— ¿Y ya te fías de Harry? – repitió Liam, inseguro.
— Sí, claro que sí. Confío plenamente en él.
— ¿Y le pagas? Deberías pagarle si está trabajando para ti – habló Niall entonces.
— Es verdad. Tienes que darle el 20% de tus ganancias – dijo Louis.
— ¿Ahora sois sus representantes?
— Sí. Eso quiere decir que él nos tiene que dar sus ganancias... El 20% a cada uno. O sea que tú nos tienes que dar el... uhm... 10% de tus ganancias – concluyó Louis.
— No, realmente sería el 4%. No eres muy bueno en las matemáticas, ¿verdad? – reí, apoyándome en el respaldo del sillón.
— No, pero soy más bueno que Harry en la cama. Además no soy eyaculador precoz... ¿Te lo demuestro?
— No, gracias. Harry me tiene bien cubierta con eso.
— Muñeca – canturreó mi precioso novio, volviendo al salón –. Ya está todo arreglado... – me explicó. Entonces me cargó en brazos y se volvió a sentar en el sillón conmigo sobre sus piernas – ¿Sabes dónde será?
— ¿Dónde?
— En Portobello – sonrió.
— ¿En serio? – pregunté emocionada.
— Sí, les he dicho que la firma debería ser en alguna librería de allá... sé lo mucho que adoras esa zona.
— No tanto como te adoro a ti... – susurré sonriendo, antes de abrazarle con fuerza
Harry me abrazó de vuelta, acurrucándome entre sus brazos. Mientras tanto, sus amigos empezaron a burlarse, riéndose sobre cuán pastelosos y cursis llegábamos a ser. Pero no me importaba. Nada me importaba cuando estaba con Harry. Sus labios se dirigieron a mis mejillas y empezó a dar miles de besos. Reí levemente, cerrando los ojos y disfrutando de aquellos besos.
— Harry, deja de besuquearla todo el rato, ¿quieres? Es algo desagradable.
— ¿Cómo voy a evitarlo, Niall? ¿Has visto sus mejillas? No puedo dejar de besarlas, me encanta.
— Me da igual, basta ya.
— Sí, amor... Yo voy a ir a darme una ducha y a deshacer la maleta.
— Hmm... Quiero irme a la ducha contigo... – susurró Harry, acercándose a mis labios, agarrando mi cintura cuando intenté levantarme.
— Suéltame, Harry... – forcejeé levemente con él, consiguiendo levantarse, pero él vino detrás de mí, todavía agarrando mi cintura con fuerza.
— Harry, ya has follado. Cálmate – le dijo Louis.
— Hacer el amor, bruto – le corrigió mi chico.
— Harry, ya vale, en serio... Por favor – le supliqué, sintiéndome realmente avergonzada por aquella situación.
Harry, al ver cómo de nerviosa estaba poniéndome, me soltó y acarició mi mejilla. Yo le sonreí levemente, y le di un beso en la mejilla antes de irme hacia la habitación. Una vez ahí, cogí la ropa interior y me fui al cuarto de baño. Encendí el agua caliente de la ducha y empecé a quitarme la ropa.
Mientras me daba una ducha, larga y caliente, empecé a pensar. Sonreí al recordar al primer día en que vi a Harry. Cuando abrió la puerta de su casa y sus grandes ojos verdes se fijaron sobre los míos. La traviesa sonrisa que dibujaron sus labios. Como el sol se reflejaba en su pálida piel y en sus desordenados rizos castaños. Sin duda, aquel día en Portobello Road, en que había conocido a Gemma y encontré la carta de Harry, había cambiado mi vida. Y la cita que tuvimos en aquel mismo lugar. Y cuando volví a encontrármelo después de nuestra ruptura.
Portobello Road nos había cambiado la vida a ambos. Pasando de ser dos, a ser uno.
Al salir de la ducha, me puse el grueso albornoz negro, luego envolví mi cabello en una toalla blanca. Cuando ya terminé con ello, fui a la puerta y la abrí, encontrándome a Liam justo en frente de ésta. Quise dar un grito, por el susto que me dio, pero él me puso la mano en la boca para que no lo hiciera.
— Lo siento, no quería asustarte, Candy. Solo quiero hablar contigo – le miré, todavía con miedo, pero él me soltó y alzó sus manos, en señal de inocencia –. No haré nada.
— ¿Qué haces, Liam? No puedes saltar así, que me has asustado. ¿De qué quieres hablar? – pregunté, cerrando bien mi albornoz para asegurarme de que no se me vería nada.
— Sé que me has pillado – confesó –. He visto la cara que has puesto, y sé que te has dado cuenta de que he mentido... – suspiró – No quiero que los chicos se pongan a cotillear... mandarían la relación a la mierda, y realmente quiero que todo salga bien. Por favor.
— Claro, no diré nada. No te preocupes... – asentí, aunque no me hacía nada de gracia tener que mentir a Harry.
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Hola chicaaaaas 💖
Bueno, voy a ir rápido. Estoy subiendo menos a menudo porque estoy editando la trilogía de Dark Knight para volverla a subir ;-; y ahora estoy fuera de mi casa porque mi hermana ha tenido un bebé justo hoy, soy tíaaaaa ♡ y bueno, ella vive en la otra punta del país así que tengo que estar escribiendo en el móvil y es algo incómodo, pero igual quedan un par de capítulos o así :x
¿Qué os ha parecido el capítulo? ¿Qué creéis que pasa con Liam?😏
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