⑤⑨

« Candice »
Max estaba guapísima. Había conseguido trenzar su pelo, formando una especie de corona de flores, con pequeñas margaritas blancas y había quedado muy bonito. En cuanto al maquillaje, habíamos decidido que eso lo haría ella, ya que yo era pésima. De hecho, incluso me maquilló a mí también, alejando que no quería que si hermana fuera mal maquillada a su boda. Poco después, fui hacia mi habitación para cambiarme, ya que Max ya estaba arreglada, incluso con su clásico y tradicional vestido blanco. Yo pensé que si me casaba, lo cual dudaba, no querría usar un vestido tan tradicional.

— Amor, ¿por qué tanto maquillaje? – pronunció Harry nada más verme cruzar la puerta – No me malinterpretes, estás preciosa. Pero eres tan bonita sin maquillaje que no entiendo para qué lo usas.

— Es una ocasión especial, Harry – reí levemente –. Prácticamente nunca uso maquillaje, ya sabes eso.

— Y eso es lo que te hace tan hermosa – sonrió, abrazando mi cintura.

Reí bajo, evitando a Harry cuando se acercó a besarme, excusándome con que si lo hacía iba a arruinar mi maquillaje. Él frunció la nariz, no contento con lo que oía. Pero le prometí que aquella noche, después de la boda, le daría miles de besos, por lo que sonrió, aceptando el trato. Yo agarré mi vestido y los zapatos que había comprado a conjunto con éste, y me fui hacia el cuarto de baño para cambiarme. Primero me deshice del pijama, y luego me puse el vestido celeste con estampado floral. La verdad era que el vestido era precioso, con aquel estilo vintage que me caracterizaba, pero sin desentonar con la elegancia que mi madre quería que se viera en la boda. Pero al mirarme en el espejo, con los marcados rizos pelirrojos, y aquel vestido, me sentí casi como una muñeca de porcelana, por lo que decidí pasar mi mano por mi cabello, dejándolo más desordenado, como de costumbre, en vez de con perfectos tirabuzones. Luego me puse los zapatos planos del mismo tono celeste del vestido y me volví a mirar al espejo. No solía hacer aquello... mirarme. No solía gustarme hacerlo. Pero desde que estaba con Harry, y oía de sus labios cientos de veces al día lo bonita que era, empezaba a sentirme más a gusto, y no sentirme incómoda al mirarme al espejo.

— Muñequita, necesito ayuda... – dijo Harry, en voz alta, a la vez que picaba a la puerta.

— Ya voy, Harry.

Caminé hacia la puerta y, al abrir, casi me caí de culo al ver a Harry. No podía ni llegar a entender cómo podía Harry ser tan... ni palabras tenía para describir lo perfecto que podía llegar a ser. Llevaba una camisa completamente negra, de una tela algo brillante, abrochada hasta arriba. Los pantalones y la americana iban a conjunto. Entonces me pregunté cómo podía ser que llevara un estampado tan feo, y sin embargo que se viera tan increíblemente guapo. El traje en sí era blanco y tenía un estampado floral que más se correspondería con el tapizado de un sofá de Ikea, que realmente con un traje. Sin embargo, en Harry se veía precioso.

Harry me sonrió y se acercó a mí, abrazando mi cintura con fuerza. Me encantaba cómo abrazaba Harry, porque siempre le sostenía con fuerza, no era un abrazo insulso. Yo también sonreí y acaricié su mejilla, suavemente.

— Eres como una muñequita – rió, contemplándome –. Estás preciosa. No puedo entender cómo soy tan afortunado de tenerte a mi lado.

— Yo sí que tengo suerte de tenerte a ti... – murmuré, apoyando mi cabeza en su torso y manteniéndome muy en silencio para poder escuchar su corazón latiendo, sintiéndome tan enamorada que parecía que hasta nuestros corazones iban al mismo ritmo.

— ¡Candyyyy! – chilló Max, entrando a la habitación, pero callándose al instante. Yo, poco a poco y sin querer realmente hacerlo, me separé de Harry y miré hacia mi hermana – Me cuesta admitirlo porque me gusta molestarte, pero es que hacéis muy buena pareja – dijo Max, frunciendo la nariz. Yo solo reí y me crucé de brazos.

— ¿Qué quieres, Max?

— Ya tenéis que iros, Wayne está a punto de salir de casa. Tenéis que ir ya hacia la iglesia.

— Está bien, ya nos vamos. Nos vemos allí. No te caigas cuando entres, ¿eh? – bromeé, acercándome a besar su mejilla.

— ¡Pero no me pongas más nerviosa! – chilló, golpeando mi hombro antes de irse hacia su habitación.

Reí levemente mirando a mi hermana marcharse hasta que volvimos a quedarnos Harry y yo solos. Entonces, Harry llevó su mano hacia la mía, recordándome a la metáfora de la araña y la mariposa que había escrito en mi libro. Cuando Harry agarraba mi mano, con firmeza y determinación; me sentía muy feliz, porque sentía que no tenía miedo de que le vieran conmigo. No se avergonzaba de nosotros.

— ¿Vamos, muñequita?

— Sí. Vamos caminando, ¿sí? Me gusta pasear contigo.

— Claro que sí, mi amor. Lo que tú prefieras.

Al salir de casa el sol parecía brillar más fuerte, el aire parecía ser más puro, los pájaros parecían cantar más fuerte y, en resumen, todo parecía más bonito; y era exclusivamente porque iba de la mano de Harry. Tenerle cerca era como transportarme hacia otro mundo donde nada podía ir mal. Su mano soltó la mía, por un instante me sentí perdida, al menos hasta que Harry llevó su brazo hasta mi cintura, para sujetarla firmemente, dándome rumbo de nuevo. Sonreí, sintiendo sus dedos hundiéndose con fuerza hasta alcanzar el hueso de mi cintura.

— Debo cocinarte más a menudo, muñeca. Estás todavía muy delgada.

— Con todo el estrés del libro me he adelgazado, volveré a mi peso pronto.

— Más te vale. No quiero que mi chica esté enfermita.

— No estoy enferma, Harry. Solo estoy delgada.

— Demasiado delgada.

— ¿Me dejas vivir? Eres demasiado controlador – carcajeé, apoyando mi cabeza en su hombro.

De camino a la plaza del pueblo, donde se encontraba la pequeña iglesia, nos cruzamos con muchas personas que también se encaminaban al evento. Algunas me saludaban, llamándome por mi nombre; pero a la mayoría ni siquiera les reconocía, ya que serían conocidos de mis padres. Pero yo devolvía el saludo, tratando de mostrarme amable, aunque me costara.

— Ya hemos llegado – exclamé cuando alcanzamos la plaza. Al final de ésta se erguía un pequeño edificio de piedra, con un gran portón –. No entiendo para qué invitan a todo el pueblo – negué con la cabeza, al ver a tanta gente entraba al lugar.

— Oh, es Niall... – dijo Harry, mirando a su teléfono, que a pesar de estar en silencio, estaba vibrando – hablaré con él un momentito antes de entrar, ¿vale, amor?

— Claro, ve a hablar. Espero aquí – le sonreí.

Harry me dio un beso en la frente y se alejó un poco para atender la llamada. Yo me quedé donde estaba, con la mirada perdida en el irregular empedrado del suelo, o al menos hasta que sentí a alguien abrazándome desde atrás. Al girarme, esperando encontrarme con Harry, para preguntarle por qué había durado tan poco la llamada; me encontré con Joe.

— ¡Hola Nany! – exclamó contento. Él también llevaba un traje un tanto... original, con una americana azul eléctrico, del mismo color que su pelo – Madre mía, que guapa estás – sonrió, agarrando mi mano y haciéndome girar sobre mí misma, para poder contemplar mi vestido por completo.

— Gracias, Joe... – murmuré sonrojada, colocando bien de nuevo la falda del vestido – tú también te ves muy bien.

— ¿Qué tal va la convivencia con Iris? ¿Soportable?

— Bueno... – hice una mueca – siento lo de ayer. La encerrona de la boda... ya sabes que mi madre no está muy bien de la cabeza.

— Oh, no. No te preocupes. No me molestaría un matrimonio de conveniencia contigo si también hubiera sentimientos por tu parte – sonrió, como si lo que acababa de decir no tuviera más importancia. Yo solo sentí mis mejillas arder por un momento hasta que pude reaccionar, o empezar a balbucear.

— P-pero...

— Sí, Nany. Me gustas. Me gustas desde que éramos pequeños – rió –. Pero sé que nunca te he gustado, no importa. Estoy bien con ello. Encontraré a mi chica ideal, igual que tú has encontrado a Harry – sonrió –. Nos vemos dentro, pequeñaja – Joe se acercó a besar mi mejilla y luego se alejó, adjuntándose a un grupo de personas que también caminaban al interior de la iglesia.

— ¿Por qué te ha dado un beso? – exclamó Harry, acercándose a mí, que seguía parada con las mejillas en un tono... rojo fuego – ¿Por qué estás sonrojada?

— N-nada... vamos, que todavía empezará la boda sin nosotros.

— Candice – dijo serio, cuando yo había empezado a caminar hacia la Iglesia también –. ¿Qué te ha dicho Joe?

— Nada importante, Harry. ¿Podemos ir? Ya es tarde – bufé, girándome hacia él.

— ¿Te ha dicho que le gustas, verdad? – adivinó, manteniendo su rostro serio.

— Sí – afirmé, no servía de nada mentirle, porque iba a descubrirme.

— ¿Y tú que le has dicho?

— No me ha dejado decirle nada. Me ha dicho que sabe que no me gusta, y se ha ido.

— ¿Y de verdad que no te gusta?

— De verdad. Harry, no por nada te he traído aquí a conocer a mi familia, a pesar de lo especialitos que son... – hice una mueca – Te quiero a ti, y no tienes que ponerte celoso de ningún otro chico, porque yo solo tengo ojos para ti.

— ¿De verdad?

— De verdad, Harry.

— Pues que bien, porque yo solo tengo ojos para ti, cerecita... – se burló, acercándose a abrazar mi cintura.

— ¡No me llames así, Harry! – chillé, empujándole.

— ¡Perdón, tenía que hacerlo! – carcajeó – Creo que es adorable que tu padre te llame así – sonrió, agarrando mi mano y empezando a caminar junto a mí.

— No, es vergonzoso, pero aunque se le pida mil veces que no me llame así, lo seguirá haciendo.

— Ay no, no digas eso. No es vergonzoso. A mí mi madre me llama bebé.

— Es que eres como un bebé... pero alto – me reí, alzándome de puntillas para besar su mejilla.

— Eso iba a decir, que tan bebé no seré cuando mido un metro más que tú.

— ¡No te metas con mi altura, Harry!

— Es que eres muy bajita.

— Ya lo sé – fruncí la nariz –, y no me gusta.

— ¡Pero si es adorable! Es súper tierno. Me encanta que seas bajita porque puedo abrazarte fuerte y atraerte a mí y sentir que te estoy protegiendo de todo el mundo al tenerte entre mis brazos.

— Aow, Harry... – murmuré, enternecida con sus palabras – ahora ya no me importa tanto ser tan bajita.

Harry me sonrió ampliamente, mostrando los dos hoyuelos que perforaban sus mejillas; justo a la vez que entrábamos en la Iglesia. La gente estaba conversando, ya que aún no había empezado la ceremonia. Harry y yo fuimos hacia la primera fila, reservada a los familiares de los novios. Saludé con la mano a los dos hermanos de Wayne, que estaban en el lado contrario del pasillo.

— ¡Candice, que bueno tenerte de vuelta! – exclamó una mujer algo mayor, acercándose de golpe. Seguramente era amiga de mi madre – ¿Has venido para quedarte?

— Oh... no, no. He venido solo para la boda, mañana vuelvo a Londres.

— Ay, te echamos mucho de menos aquí en el pueblo, Candice. ¿Dónde vas a estar mejor que en tu casa? ¿Es éste tu marido? – siguió hablando, cambiando de tema como solían hacer las mujeres mayores.

— Es mi novio.

— ¿No estáis casados todavía?

— No... nos casaremos más adelante... – hablé, para quitármela de encima. Entonces los músicos empezaron a tocar porque ya llegaba el novio.

— ¡Oh cielo santo! ¡Ya viene el novio! – exclamó, corriendo de vuelta a su lugar. Yo suspiré de alivio.

— ¿Nos casaremos más adelante? – preguntó Harry, mirándome con sus ojos brillantes como un niño pequeño en la mañana de Navidad. A mí se me encogió el corazón al haber sido tan egoísta y pensar que, como yo no quería casarme, él tampoco querría. Entonces sonreí levemente y puse mi mano sobre su pierna.

— Podemos hablar de ello... – afirmé en voz bajita, haciendo que su sonrisa se ensanchara y sus ojos brillaran con más fuerza.

— ¡Te quiero! – exclamó, agarrando mis mejillas para empezar a besarme.

_________
HoLALALALAL

Okey voy súper rápido porque ahora mismo debería estar estudiando que tengo exámenes finales de la universidad y mañana tengo historia y no he empezado a estudiar aún:) ashdfjksdg okok

¿Qué os ha parecido el capítulo? Idk yo me mato con Harry ¿vale? es que necesito un novio así de adorable, ¿por qué los chicos son tan putos y no son como él, eh? ¿¡Por qué!?

pd: gracias por los 45k seguidores cielos <3<3<3<3<3 os adoro <3<3

pd2: recordad que ya podéis añadir a vuestra biblioteca la segunda parte de esta saga, llamada Camden town, donde se narrará la historia de Niall y Belle <3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top

Tags: #harrystyles