⑤②

« Harry »
Cuando abrí los ojos, poco a poco y dando un largo bostezo, vi que Candy seguía dormida. Estaba estirada de lado, frente a mí. Sus pequeñas manos estaban colocadas bajo su tranquilo rostro. Sonreí levemente, pensando en que despertar de aquel modo cada día sería una bendición, y pasé mi brazo alrededor de su cintura, dejando un pequeño beso en la punta de su nariz. Pero ella frunció el ceño, aún sin abrir los ojos, y me apartó.

- Hey... - me quejé, en un susurro por si seguía durmiendo.

- Sigo enfadada - murmuró ella, dándose la vuelta y quedando de espaldas a mí.

- No estés enfadada, muñeca... anoche me puse algo nervioso, sabes que yo no soy así... - susurré, abrazando su cintura de nuevo y apoyando mi cabeza contra su espalda - Sabes que yo soy un amorcito. Lo siento mucho por comportarme de ese modo anoche.

- No te tienes que disculpar conmigo, te tienes que disculpar con Niall.

- Está bien, me disculparé con Niall... - asentí, dando un besito a su hombro - pero no estés tan fría conmigo. Me recuerda al principio y no me gusta. Me gusta cuando eres cariñosa.

- Hasta que no te oiga pedirle perdón, no seré cariñosa.

- Entonces voy ahora mismo - afirmé, levantándome de la cama.

Candy abrió los ojos levemente y me miró. Yo sonreí de oreja a oreja y caminé hacia el salón. Ella también se levantó para seguirme deteniéndose en la puerta de la estancia, mientras yo sacudía a mi amigo para despertarle, ya que estaba roncando y dejando caer algo de baba sobre la almohada.

- Niall, despierta, pequeño puto.

- Déjame, Harry - bufó el rubio, apartándome de un manotazo en la cara.

- ¡Candy, me ha pegado, lo has visto! ¿Aún así tengo que disculparme? Ya no se lo merece.

- Claro que tienes que disculparte, tonto. Venga.

- Vale... - acepté, frunciendo el ceño.

- Niall... - vi como mi amigo abría lentamente los ojos y sonreía de forma burlona - siento haberte hablado de ese modo anoche.

- Agáchate... - dijo serio. Yo, algo extrañado, me agaché hasta quedar de rodillas a su lado - Yo, Niall Horan, tu mejor amigo, te perdono - dijo solemne, poniendo su mano sobre mi frente, como si de un rey medieval se tratase.

- Eres idiota - negué, apartando su mano, y poniéndome de pie para mirar a Candy -. ¿Ya me perdonas, muñeca? - pregunté con un puchero.

- Está bien, pero tengo hambre... ¿harías el desayuno, amor? - preguntó ella.

- ¡Eres una aprovechada! ¿Solo me quieres en tu casa para cocinar?

- Algo así... - dijo en tono de broma - Que no, voy contigo y lo preparamos juntos, ¿sí? - sugirió, con una sonrisa.

- Entonces vale... - acepté.

- Yo voy a irme ya... - dijo Niall, levantándose del sofá - Muchas gracias por dejar que me quedase, Candy - le dijo a mi chica.

- No es nada - sonrió ella, viéndose tan bonita que solo quería ir a abrazarla.

Niall cogió su abrigo y se acercó a despedirse de Candy, dándole un abrazo; haciendo que mi interior hirviera de celos. Les miré con el ceño fruncido hasta que mi amigo decidió soltar a mi chica y se acercó a mí para chocar mi mano en forma de despedida, yéndose por fin de casa.

Candy empezó a caminar hacia la cocina, yo la seguí y al alcanzarla, abracé su cintura desde atrás. Ella rió levemente y puso sus pequeñas manos sobre las mías, acariciándolas suavemente, con delicadeza.

- ¿Qué vamos a hacer para desayunar? - preguntó, dejándose abrazar.

- ¿Puedo desayunarte a ti...? - susurré yo, con mis labios pegados a su oído.

- No, no puedes porque yo me quedaría con hambre... Venga Harry - rió -, no son horas. Además, tengo cosas que hacer. Esta noche tenemos una cena romántica, los dos solos y bueno, ya sabes... ¿Está bien?

- ¿Tengo que esperar hasta esta noche? - me quejé.

- Sí.

- ¿Puedo tocarte los pechos para aguantar hasta entonces?

- ¿Eres idiota? Claro que no.

- ¡Candice!

- No vas a tocarlas - negó, cubriéndolas con sus brazos -. Ni de broma.

- ¿¡Cómo que no!? ¿¡Nunca!?

- Nunca.

- Pero si ya me has dejado antes, Candy... Solo un poquito, por favor...

Colé una mano bajo su camiseta y empecé a subirla muy poco a poco. Ella rió e intentó apartarla o detenerla, sin conseguirlo porque yo tenía más fuerza. Así que conseguí alcanzar una de sus tetas y ahuecarla en mi mano. Casi de golpe toda mi sangre descendió hasta la zona de mis pantalones, haciendo que me mareara.

- ¡Harry!

- Dios mío...

- ¡Basta!

- Un poco más... - apreté su pecho, sintiendo que mi situación abajo estaba demasiado dura - Joder, joder...

Candy me empujó, haciendo que la soltara. Entonces puse mis manos sobre mi erección, intentando calmarme. Aunque iba a ser complicado. La pelirroja me miró a la vez que negaba con la cabeza. Yo solté un gemido de queja, encogiéndome por el daño.

- Duele... - susurré, refiriéndome a mi erección - Va a sangrarme de nuevo la nariz...

- Eso te pasa por tocón. Te he dicho que no lo hicieras.

- ¡Pero si a ti te gusta también! - bufé.

- Si digo que no, es que no, Harry. En serio... puedes esperar un rato más.

- ¿Un rato? Falta mucho para esta noche.

- Harry, ¿qué te pasa? ¿Sólo piensas en sexo? Pensaba que esa etapa estaba superada.

- No pienso solo en sexo, muñeca. Pero es que me gustas tanto, y llevo tanto tiempo aguantándome las ganas y sin estar con ninguna chica que... joder, es difícil seguir aguantando.

- Bueno, pues eso mismo. Si has aguantado tanto tiempo, todavía puedes esperar unas horas más - sentenció.

Entonces se dio la vuelta y fue hacia el fuego, para poner ahí una cafetera cargada con café molido. Yo fruncí el ceño y me acerqué a ella desde atrás, abrazando su cintura. Me agaché hasta poder alcanzar su cuello con mis labios y empecé a dar cortos besos, cálidos y algo húmedos. Ella, al principio, echaba el mentón hacia abajo para denegarme el acceso a su piel, pero poco aceptó y echó su cabeza hacia atrás hasta apoyarla en mi hombro. Hundí mis dedos en su piel, sintiendo el hueso de su cadera en ellos, y la pegué por completo a mi pelvis. Sentí su pequeño culo en la parte baja de mi entrepierna, haciendo que me enloqueciera.

- Basta... - pidió sin convicción.

- Solo estoy dándote mimos en lo que se hace el café - sonreí, descendiendo mis manos lentamente.

- Mentira...

- Verdad... - reí levemente y conseguí colar mi mano dentro de sus pantalones de pijama.

- ¡No! Esto ya sí que no. Para ahora mismo... - dijo, agarrando mi muñeca para que sacara de ahí mi mano.

- ¡Ya que tú no me bajas la erección, déjame tocarte, joder!

- ¡Harry! - chilló enfadada, dándose la vuelta para mirarme de frente - ¡O paras de estar tan obsesionado con esto, o te voy a pedir que nos dejemos de ver un tiempo!

- ¿Pero qué dices? - susurré algo asustado.

- ¡Es muy pesado tenerte todo el día intentando meterme mano!

- ¡Candy, no paran de interrumpirnos! ¡Soy hombre, tengo necesidades, llevo meses sin tener sexo!

- ¡Y yo te estoy diciendo que lo tendremos, pero esta noche!

- Joder, vale - gruñí de mal humor -. Ya estoy quieto, no te preocupes.

Fui hacia una de las sillas y me dejé caer sobre ésta, cruzándome de brazos. Candy se encargó de preparar el café y unas tostadas para ambos, cosas que luego trajo a la mesa. Después se sentó frente a mí y empezó a desayunar en silencio. Cuando ella estaba dando vueltas a su café, el cuál ya probablemente estaría frío, alcé levemente la mirada para verla.

- Hey, lo siento... - susurré - Siento ponerme tan pesado. Nunca he pasado tanto tiempo sin hacer nada. Pero no quiero que pienses que lo único que me importa es el sexo, no es así, Candy.

- Ya sé que no es lo único... - murmuró ella, agarrando mi mano sobre la mesa - yo también soy algo pesada. Lo siento.

- No, yo lo siento, muñeca... - alcé su mano y la llevé hasta mis labios para dar un beso en sus nudillos - Te quiero.

- Yo te quiero más, Harry.

- Y yo mucho más... - sonreí, acercándome para besarla.

- Y yo muchísimo más - murmuró antes de que la obligara a callar, poniendo mis labios sobre los suyos.

Candy sonrió, sin romper el beso que yo empecé. Llevé mis manos hasta sus mejillas, para agarrarlas suavemente y seguir con el beso por un largo rato, aunque la posición era algo incómoda porque teníamos la mesa en medio de nosotros. Así que, sin dejar de besarla, me levanté y rodeé la mesa hasta quedar frente a Candy. Agarré sus piernas y le hice saltar sobre mi cintura para poder alcanzar sus labios con más facilidad. Ella sonrió, pasando un brazo por encima de mis hombros para sujetarse, y manteniendo el otro en mi mejilla, acariciándola suavemente.

- Eres un amor... - dijo, jugueteando con algún mechón de mi cabello.

- Y tú eres preciosa... - sonreí - Esta noche quiero hacerte disfrutar como nunca antes - murmuré -. Quiero quererte durante toda la noche.

- Shh, no hables de estas cosas, Harry... - susurró medio riendo, a la vez que ponía un dedo sobre mis labios.

- ¿Por qué no? Solo quiero que sepas que tu novio es muy bueno en la cama y va a demostrártelo esta noche.

Candy solo negó con la cabeza, sin molestarse en seguir contestándome, y me dio un beso corto antes de bajar de mi cintura. Yo le sonreí y le dije que si quería podía ir a ducharse o cambiarse, mientras yo recogería la cocina. Ella me agradeció y se fue hacia el cuarto de baño. Yo recogí todos los platos, poniéndolos en el lavavajillas y luego limpié la cafetera y la sartén que había usado para tostar el pan.

Al terminar, fui hacia su habitación y me vestí, sentándome en la cama con mi móvil después, jugando en mi móvil esperando a que Candy saliera del cuarto de baño. Cuando lo hizo, la miré sonriendo, ya que estaba adorable. Amaba cuando usaba faldas y jerséis de lana. Se veía tan abrazable. Ella se peinó los rizos -que ya había secado- con los dedos y me sonrió, yendo a su armario para ponerse unas botas.

- ¿Me acompañarás? - preguntó mientras se ponía una chaqueta.

- Claro - asentí, sonriendo -. Espera... ¿a dónde? O sea, que te acompaño si quieres, no me importa. Pero no sé dónde vamos.

- Mi madre quiere que me compre un vestido "decente" para la boda de mi hermana.

- ¿Con "decente" te refieres a...?

- Caro.

- ¿En serio? Bueno... si es lo que tu madre quiere - me encogí de hombros, algo sorprendido ante lo materialista que debía ser su madre, siendo Candy todo lo contrario.

- Sí, ella es así - murmuró, poniendo los ojos en blanco -. He pensado ir a alguna de las boutiques que hay en Knightsbridge - explicó, pasándome mi cazadora.

- Claro, me parece bien - sonreí, poniéndome la prenda después de haberme levantado de la cama -. Vamos en bus, ¿no?

Me asintió con la cabeza y yo le sonreí, guardándome el móvil en mi bolsillo trasero y me acerqué a ella para pasar mi brazo por encima de sus hombros. Caminamos juntos hacia la parada de autobús, donde esperamos solo por cinco minutos hasta que llegó el autobús que debíamos tomar, que nos llevó directos a Knightsbridge. Cuando bajamos del vehículo, pudimos ver que esa calle estaba bastante llena de gente, como de costumbre; pero pude notar que Candy se ponía algo nerviosa por ese hecho. Yo simplemente la acerqué a mí, di un beso en su frente y seguí caminando sin darle importancia al tema, para que se relajara.

Pareció tranquilizarse un poco y empezamos a bajar por la famosa calle. Pasamos por al lado de Harrods, y seguimos avanzando, hasta que Candy vio una tienda de ropa que pareció gustarle, así que entramos en ella. Candy empezó a mirar algunos vestidos, mientras yo iba detrás de ella, pensando en lo bien que le quedarían. Poco después una dependienta apareció. Iba muy bien vestida y maquillada, y su rostro reflejaba una forzada sonrisa.

- Buenos días, ¿puedo ayudarles en algo?

Candy volvió su vista hacia la dependienta, examinándola como hacía con todas las personas que tenía cerca. Entonces sonrió levemente, enlazando su mano con la mía.

- Estaba buscando un vestido para una boda.

- Claro. ¿De día o de noche?

- De día.

- Claro, sígame.

La dependienta guió a Candy hacia una zona repleta de vestidos de fiesta. Yo les seguí, aunque no tenía más remedio porque Candy seguía sujetando mi mano. Aquella chica desconocida agarró varios vestidos y luego volvió hacia nosotros.

- Creo que estos son los que mejor te sentarían. He buscado los que se acercan más a tu talla, aunque supongo que habrá que reducirlos levemente para que te vayan del todo bien. He pensado que son los que más se parecen a tu estilo, y combinan el color con tu pelo y piel.

Candy asintió levemente y empezó a seguir a la chica hacia el probador. Sonreí, teniendo unos pensamientos no demasiado puros, pero justo antes de cruzar la cortina del probador, soltó mi mano y se giró hacia mí.

- Ah, ¿ahora ya no puedo seguir? Yo quiero entrar contigo. Así te subo la cremallera... o te la bajo... - sonreí traviesamente, acariciando su mano.

- No tonto. ¿Te molesta mucho si salgo para que me des tu opinión?

- ¿Molestarme verte vestida como una princesa? ¿Bromeas?

- Eres tonto, de verdad - rió levemente, dándome un corto beso en los labios.

Sonreí como un idiota a la vez que ella se separaba de mí y entraba en el probador. Yo me senté en una de las butacas que había frente a éste a esperar a que saliera y pudiera decirle lo preciosa que se veía en todos aquellos vestidos. Entonces, la dependienta se acercó hacia mí, pero no le presté más atención hasta que empezó a hablarme.

- Hola Harry - canturreó. Yo me giré de golpe, sorprendido porque supiera mi nombre.

- ¿Hola? ¿Te conozco? - pregunté extrañado.

- Ow, Harry. Dijiste que lo nuestro había sido muy especial, y que no ibas a olvidarme... - la chica hizo un puchero y revoloteó sus largas pestañas hacia mí.

- ¿He estado contigo? - pregunté, de forma algo estúpida. Si decía eso, obviamente, era porque había estado con ella. La chica agarró uno de sus mechones castaños y lo enredó en su dedo índice.

- Sí... Por la forma en la que me hacías el amor no parecía que fueras a olvidarme así como así... - la castaña hizo un puchero y puso su mano sobre mi hombro, yo me levanté de golpe, incómodo por su tacto.

- Dudo que te hiciera el amor. Como mucho tuvimos sexo, pero no significó nada.

- ¿No significó nada para ti? ¿Entonces por qué me escribiste esa carta de amor tan bonita, eh? - me reprochó, cruzándose de brazos.

- Mira... siento si te hice ilusiones en algún momento. No estoy muy orgulloso de mi pasado, pero no es algo que pueda arreglar ahora. Pero en este momento estoy saliendo con la chica con la que he venido, y realmente no creo que sea buena idea que esté hablando de esto, contigo...

- Prometiste que me llamarías, y no lo hiciste... ¿No te gustó, Harry? - continuó, ignorando todo lo que había dicho.

- ¿Pero que no me oyes? - susurré, ya algo enfadado - Lo siento. Siento lo que hice - dije, agarrando sus manos -. Siento no haberte llamado. Siento todo. Pero no hables ahora de esto - bufé.

- ¿Harry? - escuché que decía Candy, algo confusa. Yo me giré y vi a la pelirroja mirando la escena en la que yo estaba agarrado de las manos con esa chica.

- Candy, muñeca... - susurré, soltando a la castaña de golpe.

Candy no me dejó ni siquiera hablar, simplemente se dio media vuelta y volvió a entrar en el probador, cerrando la cortina detrás de ella. Yo bufé, todavía más enfadado, y miré a la dependienta, de la cual todavía no recordaba el nombre. Ella sonrió burlona y se encogió de hombros.

- Vete de aquí y deja de molestarme si no quieres que ponga una queja por acoso y te despidan de aquí, por favor - dije, tan cortés como pude para no salirme de mis casillas.

La chica asintió levemente, asustada ante mi amenaza, y se alejó. Entonces caminé hacia el probador y me detuve justo en frente de éste, oyendo como Candy estaba dentro, atándose la cremallera de otro vestido.

- Hey, muñeca... lo siento mucho - dije, sin recibir respuesta -. Candy, te quiero a ti... solo a ti...

- Ya lo sé, Harry - dijo, abriendo la cortina, llevando un vestido diferente a la vez anterior. Vino hacia mí y me dio un corto beso, antes de ir a mirarse en uno de los espejos de cuerpo completo que había.

- ¿Sí? ¿Lo sabes?

- ¿Has estado con ella después de haber empezado a salir conmigo?

- No, no... Fue mucho antes de conocerte.

- Pues ya está... Todos tenemos un pasado - dijo, encogiéndose de hombros -. Ese es el tuyo. Lo entiendo. No es como si fuera algo que pueda cambiar... Sé que tú no me engañarías, Harry.

- Claro que no. Nunca jamás te engañaría - afirmé, abrazándola desde atrás.

- Pues ya está. No te preocupes por ello, ¿sí? No me importa que hayas estado con otras chicas en el pasado... - Candy me sonrió a través del espejo y puso sus manos sobre las mías.

- Eres un ángel, muñeca... - susurré, con una inmensa sonrisa.

Me alegraba que Candy pensara de esa manera, pocas eran las chicas que lo hacían. Y, siendo sincero, yo no me arrepentía de mi pasado -quizás de alguna chica en concreto sí, pero no en término general-, y no quería tener que mentirle diciendo que todo mi pasado era un error. Simplemente sentía que eso era lo que buscaba en aquel momento. Pero lo que buscaba cambió en el momento que conocí a la pelirroja.

- Voy a probarme otro vestido, no me han gustado estos dos.

- Está bien, muñeca. Ve... - asentí, soltando su cintura

Candy se volvió a meter en el probador y yo volví a la silla donde había estado antes, esperando que saliera. Sentí mi móvil vibrando en el bolsillo de mi tejano, así que lo saqué, viendo algunos mensajes de Niall, ofreciéndome quedar esa noche para ir a tomar algunas cervezas. Mientras le contestaba que no podría salir, Candy volvió a salir, así que dejé de inmediato el móvil para mirar hacia mi chica. Cuando la miré, casi se me paró el corazón. El apodo que le había puesto de "muñeca" le parecía totalmente adecuado. Su vestido era de tirantes, yendo en diagonal hacia su espalda. Su escote tenía forma de corazón, ajustado a su pequeño pecho. Todo el vestido era de color azul muy claro, quedando precioso con el contraste del naranja brillante de su pelo; estaba decorado con flores en tonos rosados y verdes, y bajo la falda había un cancán que hacía que terminara de verse como una muñequita. Por lo que sonreí, inmensamente.

- ¡Te tienes que comprar éste! ¡Es perfecto! ¡Estás tan bonita, mi amor! - exclamé, quizás más fuerte de lo que debía, ya que Candy se sonrojó bastante y me mandó a callar, poniendo un dedo sobre sus labios.

- ¿Tienes que gritar tanto? Escandaloso.

- Perdón. Es que pareces una muñequita de porcelana. Estás preciosa, mi amor, de verdad.

- ¿Sí? - Candy se miró a su misma y dio una vuelta, haciendo que su falda volara levemente.

- ¡Si no te compras éste, no iré contigo a la boda!

- ¡Hey, no me amenaces! - dijo, frunciendo el ceño.

- Vale, vale... No es verdad. Iré contigo de todos modos. Pero quiero que lleves este vestido. Es que es perfecto para ti, amor.

- Está bien... - asintió - Compraré éste - Candy me sonrió y volvió a entrar en el probador -. Voy a cambiarme.

Asentí a la vez que ella cerraba la cortina. Poco después salió, ya vestida con su ropa. Dejó los vestidos que no iba a comprar en la entrada de la zona de probadores y llevó el azul cielo hacia la caja, donde le cobraron y le guardaron el vestido en una bolsa.

- Bien... ahora vamos a dar un paseo - dije al salir, pasando mi brazo sobre sus hombros -. Y esta noche a tener una preciosa cita antes de hacer el amor durante toda la noche... ¿te parece bien? - sonreí.

- Harry... - rió ella, levemente, con las mejillas sonrojadas.

- Te parece bien - afirmé por ella.


______________

¡Hola muñecas!

Siento haber estado tanto tiempo sin subir. Es que estoy súper ocupada con exámenes y trabajos en la universidad y cuando fui a subir éste capítulo me di cuenta de que no estaba acabado. Que solo tenía como 500 palabras, pero yo estaba convencida de que sí lo había terminado. Entonces estaba desorganizada porque tenía que hacer mil cosas:( por eso he hecho tan largo el capítulo, para recompensar por no subir en tanto tiempo

btw, ¿qué os ha parecido el capítulo? Candy es una beba preciosa idk la quiero de novia nah mentira yo quiero a harry <3 es un amorcito también:( a ratos hasjdfkagk ¿Creéis que esta noche ya será su ocasión, o tendrán que esperar de nuevo?

BTWWWWW !!!!!
Me parece algo tonto que estéis todas quejandoos de que "siempre están interrumpiéndoles, esta novela está muy repetitiva ahora!!!!" hmmmmm... les han interrumpido dOS veces en 52 capítulos lol y bue, si queréis sexo, veis porno, esta novela no es de ese estilo, con comentarios como esos solo hacéis que quiera terminar la novela sin incluir ni una sola escena de sexo idk.

» capítulo dedicado a mjsasolis

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