④⑥

« Harry »
Mi plan de pasar una noche perfecta con Candy, se vio completamente arruinado por la aparición de Max, la hermana de mi chica. Simplemente no podía creerme que fuera tan gafe como para que aquello pasara una vez Candy había querido hacerlo conmigo. ¡Habíamos estado tan cerca! Simplemente el destino no quería que viera a Candy desnuda, o alguna cosa por el estilo, porque sino no entendía por qué tenía tan mala suerte.

- ¿No es muy tarde? - dijo Max, mirando hacia mí.

- Sí, un poco... ¿por?

- ¿No deberías irte a tu casa?

- No, esta noche iba a quedarme con Candy... ¿es eso un problema? - pregunté extrañado.

- No, no... claro que no, Harry - susurró la pelirroja.

- ¡Sí es un problema! Solo hay una habitación en el apartamento - resaltó Max.

- ¿Y te importaría mucho dormir en el sofá? Es suficientemente grande... y cómodo. Muchas noches me he quedado dormida ahí y he dormido de maravilla - le pidió Candy a su hermana.

- ¡Oh por dios! - exclamó ella a voz de grito, indignada - ¡Una que viene aquí a visitar a su hermana con todo el amor del mundo, y ésta la manda a dormir al sofá! ¡Como si fuera una vulgar mascota! - chilló - ¡Claro, ahora que tienes novio, es más importante él que yo!

- Ya dormiré yo en el sofá... - me ofrecí, dando un suspiro.

- Así me gusta - dijo Max, cambiando su cara de golpe, para sonreírme de una forma demasiado... psicópata -. Yo me iré a acostar ya, tengo mucho sueño.

- Está bien... ve tú. Luego iré... - dijo Candy.

- Pero no vengas muy tarde. Y no hagas mucho ruido, que me despertarás.

- Iré con cuidado. Ahora vete, Max - gruñó la pelirroja.

Por fin, la chica de pelo negro se fue hacia la habitación, dejándonos a Candy y a mí solos. Yo sonreí al ver su cara de enfado. Era adorable porque tenía una cara de bebita que no le pegaba estar frunciendo el ceño. Así que me acerqué a ella y besé la punta de su nariz, haciendo que sonriera levemente.

- Lo siento mucho, Harry... No sabía que iba a venir y...

- Hey, no te disculpes, ¿sí? - sonreí, pasando mi brazo por encima de sus hombros - Tendré que ir conociendo a mi familia política.

- Mi hermana es una pesadilla... - suspiró - pero la quiero mucho.

- Se nota - reí -. ¿Vamos al sofá a darnos unos mimitos antes de que Max te chille que te vayas a dormir porque es muy tarde?

- Vaya, unos solos minutos con ella y ya has captado cómo es... - rió levemente, poniéndose de pie.

Reí levemente y me levanté yo también. Abracé su cintura desde atrás mientras caminábamos al salón. Una vez ahí, me senté en el sofá e hice que ella se sentara sobre mis piernas, de lado a mí. Puse un brazo en su cintura para sujetarla y el otro lo usé para subir mi mano hasta su mejilla y acariciarla muy suavemente. Candy sonrió y cerró los ojos para disfrutar del contacto de su piel con mi mano.

- Podría verte durante toda mi vida y jamás cansarme de la preciosa vista - susurré.

Candy se sonrojó, bajando la mirada. Yo sonreí y tomé su mentón para llevarla hacia mis labios y poder besarla. Lo hice de forma muy suave, y muy poco a poco. No quería acelerarme y luego tener que volver a detenerme. Ella puso sus manos sobre mis mejillas y se movió hasta quedar a horcajadas sobre mí. Oh oh. Puse mis dos brazos alrededor de su cintura, apretando algo mis dedos en ella, para resistir la tentación de bajar las manos un poco; cosa que se hizo todavía más difícil al sentir como ella misma reseguía mi labio inferior con su lengua, así que jadeé y bajé mis manos hasta su culo a la vez que empujaba su lengua para unirla con la mía. Suspiré al notar como mi amigo ahí abajo se despertaba y empezaba a palpitar contra la tela de mi ropa interior.

- Joder, joder, joder... - jadeé, dejando de besarla - Candy, vas a matarme.

- Dame un beso más antes de ir a dormir... - pidió, haciendo un puchero.

Miré hacia abajo, viendo como mi incómoda situación ya era percibida en mis pantalones, pero intenté ignorarlo y asentí para volver a besar a Candy. De nuevo, intenté mantener un ritmo lento, y besarla de forma suave, pero era realmente difícil hacer eso cuando ella estaba tan... receptiva. Así que la acerqué más a mí, haciendo que pudiera sentir mi erección en su entrepierna, por lo que la escuché gemir sobre mis labios sin romper el beso. Una de sus manos se enredó en mi pelo y tiró levemente de él, sin llegar a hacerme daño. No quería ni imaginarme cómo debía sentirse ella después de años sin tener sexo, cuando yo había estado solo unos meses y ya estaba desesperado. Estaba empezando a estirarla sobre el sofá, con la intención de ponerme sobre ella, cuando escuché una tos falsa a unos metros, por lo que dejé de besar a Candy inmediatamente, y vimos a Max con los brazos cruzados, y la ceja arqueada; ya vestida con un pijama que bien podría haber sido un camisón de mi abuela.

- Candice, es tarde, tienes que dormir.

- Pff... eres muy pesada, Maxinne - se quejó Candy, poniéndose de pie -. Es que no entiendo por qué te hago caso, ¡yo soy la mayor! ¡Tú deberías obedecerme a mí!

- No tienes autoridad... has salido a papá - sonrió Max -. Ahora a la cama, es tarde y mañana tenemos que hacer mucho turismo.

- ¡Ya te conoces toda la ciudad! Además, mañana tengo una reunión en la editorial.

- Pues mientras tú te reúnes yo me voy a comer algo de carne que no me gustan los sitios a los que me llevas. Ahora a la cama - Max señaló la habitación y Candy frunció el ceño, agachándose a darme un piquito.

- Buenas noches, Harry. Descansa. Y lo siento mucho.

- No te preocupes, muñeca - sonreí, acariciando su brazo -. Ve a dormir.

- Te quiero.

- Yo te quiero más.

- Y yo mucho más - sonrió, dándome otro beso antes de incorporarse y caminar en la dirección a la habitación.

Cuando me quedé solo en el salón, me deshice primero de mis zapatos y luego de mis tejanos para quitar los cojines traseros del sofá, haciendo que quedara más espacio para acostarme. Cogí la manta que estaba doblada en uno de los reposa brazos, y me estiré, tapándome con ella. Eché un vistazo a mi móvil, contestando algunos mensajes de los chicos (de Louis, mayormente); cuando de pronto noté algo de peso a mis pies. Bajé la mirada y vi que Fritz había saltado sobre el sofá, y se acercaba a mí dando pequeños saltitos. Sonreí y acaricié su cabecilla cuando me alcanzó. Él se acomodó a mi lado, estirándose, así que opté por hacer lo mismo. Dejé el móvil sobre la mesa y me tapé hasta la nariz con la manta, para acomodarme como pude en el sofá, que era más corto que yo, e intentar dormir.

Por la mañana, aunque todavía tenía mucho sueño, no tuve más remedio que despertarme porque había mucho ruido. Abrí los ojos poco a poco, viendo que la televisión estaba encendida y puesta a todo volumen, aunque no había nadie en el salón. Fruncí el ceño y me levanté, desperezándome. Bostecé a la vez que iba hacia la cocina, de donde provenía más ruido. Entonces vi a Max y Candy peleándose por algo, mientras la cafetera derramaba café, manchando toda la encimera, y de la tostadora salía bastante humo, probablemente de pan quemado -o calcinado, a juzgar por el olor-.

- Hey, ¿qué pasa aquí? - susurré con la voz todavía rasposa, por lo adormilado que estaba, ya que había dormido bastante mal - Hay gente que todavía quiere dormir.

- ¡Por dios! ¿Se pasea así por casa? ¡Qué maleducado! - exclamó Max, apartando la vista de mí.

- Tampoco es para tanto... - arqueé una ceja, sin entender dónde estaba el problema de que fuera sin pantalones... al menos no iba sin ropa interior.

- Ve a vestirte, amor... - susurró Candy, dándome un beso en la mejilla.

Asentí levemente y volví al salón, donde había dejado mis tejanos la noche anterior, y me los puse con algo de pereza. Entonces volví a la cocina y vi a Candy limpiando el café derramado mientras Max retiraba el pan quemado de la tostadora. Yo reí levemente al ver la escena y me acerqué a mi chica, abrazando su cintura.

- ¿Necesitas ayuda con eso?

- Soy un desastre, nunca conseguiré ser buena en la cocina... - se lamentó - No sirvo para nada.

- No digas eso, tonta... Yo prepararé el desayuno, ¿vale? - susurré, besando su mejilla - No te preocupes.

- ¿Vas a dejar que él prepare el desayuno? La cocina es cosa de chicas, Candice - la riñó Max.

- ¡Para eso! - exclamé, soltando a la pelirroja - ¡Para de reclamarle todo! ¡Eres su hermana, no su perro guardián, por dios! - bufé, enfadado de como Max trataba a mi chica - Si yo quiero cocinar, lo haré. Me da igual si soy tío, ¿vale? Y no sé si te has enterado de que ya estamos en el siglo XXI, y los chicos también podemos cocinar o limpiar. Así que deja de tratar a Candy como si fuera una inútil, o si fuera inferior a ti. ¿Está bien? Cada una decide vivir su vida de la manera que quiere, y si tú quieres casarte a los dieciocho y vivir para cuidar a tu marido y a tus hijos, adelante. Pero nosotros no vamos por ese rollo, no queremos eso, y debes respetarlo.

- Harry... - susurró Candy, agarrando mi mano - No te preocupes, Max siempre ha sido muy mandona.

- Bueno, al menos tienes carácter... - dijo, como si cediera un poco - me gusta eso.

- Bien, ahora las dos os sentáis, os ponéis a hablar de vuestras cosas de familia, y yo voy a hacer el desayuno.

Las dos me obedecieron y se sentaron, mientras que yo vacié la cafetera, que estaba llena de café quemado, y puse uno nuevo, para ponerla en la vitrocerámica después. Escuché como Candy empezaba a preguntarle a Max sobre varias personas, supuse que familiares y amigos de donde ella vivía antes de mudarse a Londres, así que yo seguí con lo mío para preparar unas tostadas, pelar algo de fruta, poniéndola en un plato; luego preparé un bol con mermelada de fruta y otro con algo de mantequilla, y finalmente preparé algo de huevos revueltos para acompañar también las tostadas. A medida que fui terminando las cosas, las llevé a la mesa. Por último, serví un café para Candy, tal como ella lo tomaba, y otro para mí. Entonces miré a Max, preguntándole por cómo tomaba el café.

- Mitad y mitad - me dijo.

- Vale... - me acerqué al mármol y preparé su taza para ella y, por fin, terminé así que se la llevé y me senté junto a Candy.

- Muchísimas gracias, Harry... - me dijo ella, dándome un beso en la mejilla - Eres un cielo.

- Ya me cobraré el desayuno a base de besos... - susurré, intentando darle uno en los labios, pero ella se echó hacia atrás.

- No ahora... - murmuró, separándose para darle un trago a su café.

Fruncí el ceño y la nariz, porque quería que me diera un beso, pero al ver que no funcionaba, suspiré y empecé a desayunar. Unté una tostada con mantequilla y empecé a comer, viendo cómo mi móvil empezaba a sonar. Vi "Pablito" en la pantalla, por lo que me levanté de golpe para atender la llamada. Niall pocas veces me llamaba, solía enviarme mensajes; así que si me llamaba, era algo importante.

- ¿Sí? - respondí, saliendo de la cocina, aún con la boca llena.

- Harry... hm... - se aclaró la garganta - ¿Te importa si voy a tu casa?

- Sigo en casa de Candy, pero no tardaré mucho en irme... ¿Quieres que te pase a buscar y nos vamos juntos?

- Si a ti no te importa.

- Claro que no... ¿Quieres comer en casa? Seguro que a mi madre le parece bien.

- Claro... sería genial.

- ¿Ha pasado algo, Niall? - pregunté, conocía a mí amigo y sabía que sí había pasado algo.

- Nada importante... solo me he peleado con Belle.

- Bueno, siempre os peleáis... ¿No es para tanto, no? Ya lo arreglaréis pronto, siempre lo hacéis.

- No, ha terminado conmigo - dijo, con la voz algo temblorosa -. Bueno, no puede terminar conmigo porque no estábamos saliendo. Pero me ha dicho que no quiere volver a verme.

- Niall... - susurré, triste de oír eso. Sabía que a Niall realmente le importaba Belle, aunque fingiera que no fuera así - ¿Estás bien?

- Sí, claro que estoy bien. Era solo un pasatiempo... - susurró, intentando más que convencerme a mí, convencerse a sí mismo - Solo que me aburro, y no me apetece estar solo.

- Está bien, en cuanto termine de desayunar voy para tu casa.

- Vale... ahora nos vemos.

- Hasta ahora... - susurré, a punto de colgar.

- Harry - me llamó después de un silencio.

- ¿Sí?

- Gracias...

- Para lo que sea, Niall... ya lo sabes.

__________
Hola muñequiiiis

¿Qué os ha parecido el cap? ¿Qué ha pasado entre Niall y Belle?:( no os emocionéis, no lo sabréis hasta Camden Town JA, en este fanfic ya se va a ver poco sobre su historia :p ashdjfk btw, ¿qué pensáis de Max? Es una pesada, que deje a Handy tranquilos, bebesitos. ¿No queréis ser Fritz y dormir con Harry? #ok bue, no sé qué más decir;-;

bue sí, últimamente estáis comentando bastante menos, no sé si hay mucha gente que ha dejado de leerla, o si os está dejando de gustar o qué pasa, idk, anyway ya no queda demasiado para que acabe

» capítulo dedicado a xBooksLoverx

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top

Tags: #harrystyles