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« Candice »
Niall, al final, se salió con la suya, haciendo que tanto Belle y Harry mantuvieran sus bocas cerradas, sin contar respectivas historias. Entonces todos nos quedamos en silencio, probablemente por lo cansados que estábamos. Solo sonaba la música, y el móvil de Belle, que no dejaba de vibrar, pero éste estaba en el bolsillo de Niall, por lo que la rubia no podía contestar ningún mensaje. 

— Harry... – murmuró Belle, un rato después – Niall se ha dormido – comentó traviesamente. Yo miré a través del espejo retrovisor y vi a Niall apoyado en el pecho de Belle, durmiendo sobre éste. Y probablemente babeándole el vestido.

— ¿En serio? – rió Harry – Bien, te contaré entonces la historia de Pablito... – dijo Harry, usando un tono solemne, por lo que reí levemente, negando con la cabeza, mientras mantenía mi atención en la carretera, pero la oreja en lo que Harry decía. Él bajó el volumen de la radio y se acomodó, para empezar a explicar la historia – Todo empezó cuando teníamos doce o trece....

— ¿Ya erais amigos entonces? – interrumpió Belle.

— A ver, guapa, si vas a interrumpir la historia cada dos por tres, no la cuento, ¿eh? – le advirtió Harry.

— Vale, vale... perdón, sigue...

— Yo fui a casa de Niall, y su madre me dejó entrar. Él no debió oír el timbre, así que estaba en su habitación, por lo que yo fui hacia allá y le pillé... sacándole brillo a la escopeta... 

— ¿Qué? ¿Niall tenía una escopeta? – preguntó Belle extrañada.

— No, uhm... ya sabes... haciendo un solo de flauta – intentó aclarar.

— ¿Para clase de música?

— ¡Belle, por dios! ¡Haciéndose una paja! – exclamó Harry, sorprendido de que la chica no le hubiera captado antes.

— O-oh... – murmuró ella, sonrojándose levemente – ¿Tan niño y ya...?

— ¿Con doce o trece, joven? Es a la edad a la que todos empezamos – rió –. En fin, que estaba viendo porno, y de repente dijo "Venga Pablito, que ya llegamos", hablándole a su pene. Así que, como llamaba así a su pene, le empezamos a llamar así a él.

— ¿En serio? – carcajeó Belle – ¡No puede ser!

— En serio, Niall siempre fue un rarito. Aunque cada vez va a peor.

— ¡Me ahogo! – chilló la rubia, sin dejar de reír – ¿¡Pablito!? ¡Pero qué ridículo!

— Estate quieta... – gruñó Niall, adormilado.

— ¡No quiero, Pablito! – siguió burlándose la chica.

— ¿Eh...? – Niall abrió los ojos y miró la escena algo desorientado – ¿Se lo has contado? – le preguntó a Harry.

— Me has dejado babas en el vestido, Pablito... – se quejó entonces Belle – Eres un cerdo.

— ¿¡Se lo has contado!? – repitió Niall, cada vez más enfadado.

— Puede ser... – rió Harry.

— ¡Es que yo te mato!

Niall se abalanzó sobre Harry, intentando pegarle, pero siendo detenido por el cinturón de seguridad. Belle intentó que Niall regresara a su asiento mientras Niall solo intentaba alcanzar a Harry. Entonces, sin querer, me dio un manotazo, dejando su mano sobre mi cara, haciendo que no pudiera ver la carretera.

— ¡Niall! – chillé – ¡Niall, no veo, nos vamos a matar! – grité más fuerte, sintiendo como iba perdiendo el control del volante.

— ¡Niall, estate quieto de una vez! – le exigió Belle, empujándole hacia el asiento, por lo que yo pude volver a ver y colocar recto el coche – Venga, cariño... no es para tanto, pensaba que sería algo peor... – murmuró la chica, acariciándole la mejilla.

— Llámame por el otro nombre una sola vez más y te mando a tomar por culo, ¿entiendes? 

— Que sí, no te enfades, que te salen arrugas... venga, no frunzas el ceño, que si te ves viejo dejarás de gustarme.

— Ya ves tú... – rió con ironía.

— Vamos a hacer una parada, que descanses un poco y esto deje de estar tan tenso... ¿te parece? – me sugirió Harry en voz baja.

— Vale, en el próximo área de servicio paro...

Harry asintió y puso su mano sobre mi pierna mientras yo seguí conduciendo. Ya estábamos saliendo de la zona más habitad, adentrándonos en una carretera ya fuera de poblado. Pocos metros después de dejar la ciudad, encontramos una área de servicio, así que me desvié hacia ésta. Mientras estacionaba, miré el reloj. Apenas llevábamos una hora de viaje, pero al no haber dormido muchas horas, estaba bastante cansada. Apagué el motor del coche y Niall fue el primero en bajarse, siendo seguido de inmediato por Belle. Harry salió tranquilamente, estirando los brazos y dio la vuelta para venir al lado de mi puerta y la abrió para que yo también bajara. Entonces me apoyó en el vehículo y me sonrió, poniendo su mano sobre mi mejilla.

— Eres tan bonita, muñeca... – susurró, dándome un beso muy corto – Te quiero tanto...

— Yo también te quiero, Harry... – afirmé, alzándome yo misma para darle un beso.

— Me hace tan feliz que hayas accedido a venir conmigo y mis amigos, de verdad... Los demás son más normales que Niall, no te asustes.

— Eso espero... – hice una mueca y reí levemente, apoyando mi cabeza en su pecho – Me siento tan feliz cuando estoy contigo, Harry...

— Tú eres mi felicidad – sonrió él, dándome un beso en la frente –. ¿Por qué no dejamos que Belle o Niall conduzcan un rato y nosotros nos vamos atrás a darnos mimos el resto del viaje...? – sugirió, rozando su nariz contra mi mejilla mientras acariciaba mi cintura por encima de la tela de mi ropa.

— No sé si fiarme de Niall... de Belle creo que sí.

— Niall conduce muy bien – rió él, mordiéndose levemente el labio antes de agarrar mis piernas y obligarme a saltar para que las pusiera alrededor de su cintura.

— Hey, ¿qué haces...? – reí levemente – Bájame, Harry.

— Quiero besarte.

— Per-

Antes de dejarme decirle que podía besarme igualmente si yo estaba con los pies en el suelo, arremetió contra mi boca, empezando un beso bastante fuerte. Yo solté un pequeño gemido por la sorpresa y moví mis brazos hasta ponerlos alrededor de su cuello, para asegurarme que no perdía estabilidad, porque él no parecía tener intención de bajarme. Sus manos dejaron mis piernas y subieron hasta mis mejillas para dar caricias muy suaves sobre ellas, mientras hacía más fuerza con su pelvis contra mí, para ponerme contra el coche y asegurarse de que no me cayera. Pero eso me hacía sentir la incómoda situación que había en sus pantalones.

— Harry... – pedí – Harry bájame.

— Te haría el amor ahora, sobre el capó del coche... – susurró a mi oído, antes de bajarme – Te quiero tanto – dijo ya en tono normal, como si nada hubiera pasado.

— Yo también te quiero... pero contrólate, por favor – pedí, acariciando su mejilla antes de ponerme de puntillas y darle un beso en la nariz –. Abrázame...

Harry sonrió y asintió encantado, pasando sus brazos alrededor de mi cintura para abrazarme y llevarme hacia su cuerpo. Yo me acurruqué en su pecho y le abracé de vuelta. Me encantaba que Harry me abrazara. Me quedé dando besos en su hombro hasta que Niall y Belle se acercaron a nosotros. Ella iba agarrando la mano izquierda de Niall, mientras con el brazo que tenía libre, iba agarrada al brazo izquierdo de Niall, dándole medio abrazo a éste, que solo iba con cara de no soportar aquella situación.

— Oye, vosotros, venga... vámonos ya. Y tú, suéltame, pesada – gruñó hacia la rubia.

— Eres tan mono – rió Belle, pellizcándole la mejilla y abrazándole.

— ¡Te digo que me sueltes y me abrazas! ¿Qué clase de conexiones hace tu mente? – bufó él, apartándola de un empujón.

— Niall, no seas tan bruto con ella – le reprochó Harry, serio, a la vez que dejaba de abrazarme.

— Vámonos, ya quiero llegar.

— ¿Podéis llevarlo alguno de vosotros dos ahora un rato, por favor? – les pidió Harry, agarrando mi mano.

— ¿Para que vayáis metiéndoos mano en los asientos de atrás? Ni de coña.

— Niall, por favor.

— Que no, no voy a llevarlo yo.

— Ya lo llevo yo, no os preocupéis – se ofreció Belle, sonriendo ampliamente.

— Oh, vale, gracias – le dijo Harry, abriéndome la puerta de atrás para que entrara.

— Hey... ¿estáis de broma no? – interrumpió Niall – ¿Vais a dejar a esta tarada conducir? ¿Queréis que nos matemos todos o cómo va la cosa...?

— ¡Niall! – se quejó ella.

— Ni Niall ni mierda, tú no conduces, que lo haces muy mal.

— ¡No conduzco tan mal!

— ¡El otro día casi te estrellas por una carretera en línea recta, Anabelle! – le riñó – Estás hecha para la cama, no para conducir. Ya lo llevaré yo – bufó, rodando los ojos.

— Eres un imbécil, Niall – murmuró ella, sorprendiéndome al llamarle de ese modo, ya que parecía demasiado fina para usar malas palabras.

Belle se fue hacia el asiento del copiloto mientras Harry me empujó levemente para que entrara a los asientos de atrás, así que subí al vehículo, seguida por él, que se puso a mi lado. Niall arrancó el motor del coche y reanudó el caminó. Belle no tardó mucho en quedarse dormida, apoyando la cabeza en la ventanilla, así que Harry se dirigió a su amigo.

— Hey, tú, idiota – le llamó –. Ni se te ocurra volver a hablarle así, ¿está claro? Eres un completo imbécil con ella cuando ella es un ángel contigo, así que aprecia un poco más lo que tienes.

— ¿Qué tengo? Una tía que solo viene conmigo a escondidas y que no es capaz de dejar a su novio por mí. No se merece que la trate como a una reina, porque no es ningún ángel, Harry. Se avergüenza de mí.

— Hombre, si se avergonzara de ti no creo que fuera tomada de tu mano así tan tranquilamente, ¿no?

— Lo hace porque sabe que no va a encontrarse nadie que la conozca por aquí, pero que no te engañe su apariencia, Belle no es una niñita buena. Es una zorra.

— Niall, vuelve a llamarla así y te juro que te hago bajarte del coche y te dejo tirado aquí en medio. Cuando empezaste a acostarte con ella sabías que tenía novio, así que no sé de qué te quejas.

— Dice que le gusto, pero no deja a su novio. ¿¡Por qué no le deja!? – gruñó enfadado, sacando a relucir lo celoso que se sentía – Tampoco es como si me importara tanto, no quiero salir con ella. No es como si quisiera que fuera mi novia o algo... no me gusta. Pero me da rabia que me mienta y me diga que le gusto pero luego se va por ahí de cenita romántica con su novio y encima me lo restriega por la cara.

— ¿Te lo restriega por la cara?

— Bueno... me metí en su instagram y vi las fotos... desde su móvil. Pero igual...

— Niall por dios, ¿te estás escuchando las tonterías que estás diciendo? Está claro que a Belle le gustas pero como no le des una seguridad de que lo vuestro va en serio y de que puede haber estabilidad, no va a dejar a su novio. Yo tampoco dejaría a un niño mono y rico por ti – afirmó Harry, pasando su brazo por encima de mis hombros –. ¿Has visto como la tratas? Cuando empieces a ser más bueno con ella entonces quizás se plantee dejar a su novio y tener algo más en serio contigo.

— Sí, pero es que yo no quiero tener nada en serio con ella.

— ¿Y por qué la has traído a pasar el finde con nosotros, si no quieres nada en serio con ella?

— Porque me ha chantajeado para que la trajera – rodó los ojos –. Mira, déjame en paz Harry, tú no sabes nada, ¿vale?

— Vale, vale... yo te dejo. Solo te digo que no vuelvas a hablarle mal, ni a insultarla, porque sino lo que  te dejaré será un ojo morado.

Niall puso los ojos en blanco y siguió conduciendo sin pronunciar una sola palabra más, entonces Harry se medio giró hacia mí y empezó a darme varios besos cortos en la mejilla. Yo sonreí, sin impedírselo. Me parecía tan adorable que Harry defendiera a Belle de su propio mejor amigo que en aquel momento lo único que quería hacer era estirarle de las mejillas y darle mil besos. Lentamente, sentí como sus labios bajaban de mi mejilla hacia mis labios, hasta que agarró mi mentón y me llevó a sus labios para empezar a besarme. Su mano se mantuvo en mi barbilla, mientras que yo puse una en su pierna y la otra la subí hasta su nuca para poder juguetear con los rizos que caían por ésta. Al sentir su lengua rozando mis labios, antes de hacer nada más, sentí varios pinchazos suaves, casi como revoloteo de mariposas, en la parte inferior de mi barriga, y más hacia abajo. Realmente, Harry sabía cómo hacerme sentir lo que él quería que sintiera. Puso la mano que tenía libre sobre la que yo tenía sobre su pierna, y me hizo empezar a subirla. Yo me tensé, pensando que me haría llevarla hasta su entrepierna, pero no lo hizo, simplemente me la dejó en su cintura, poniendo luego la suya alrededor de la mía. Su mano era bastante grande, por lo que, a parte de abarcar mi cintura, las puntas de sus dedos llegaban casi a mi trasero. Lentamente me moví para quedar más cerca de él, por lo que su mano quedó justo sobre aquella parte de mí, mi culo. Harry gruñó sobre mis labios al notarlo y lo agarró con fuerza.

— Mierda, mierda, mierda... – jadeó, dejando de besarme y soltándome de golpe, para poner sus dos manos sobre su entrepierna – mejor que paremos ahora...

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Hola muñecas :p

Me encuentro algo mal:( así que ya me voy a ir rápido. Solo recordar que podéis hacerme preguntas para hacer el vídeo de preguntas y respuestas, podéis hacerlo por twitter (xniallscrownx) y usando el hastag #AskMarie. Y he publicado un fanfic de Larry, llamado The Wedding Planner; también hay uno de Michael que si no lo leéis aún, se llama Stalker. Ambas podéis encontrarlas en mi perfil <3

¿Qué os ha parecido el capítulo? ¿Qué pensáis de la bipolaridad de Harry, al momento caliente al momento tierno? ¿Y qué pensáis de Niall y Belle? Pobrecita, él le trata súper mal. ¿Creéis que se está enamorando de ella y por eso le porta así, o es porque ella tampoco se porta bien con él? Sabréis su historia en Camden town :p Ya no le queda mucho a este fanfic:( pero seguiré con la historia de Niall y Belle <3

» capítulo dedicado a xharryswordsx

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