②⑤
« Candice »
- Candy, haz el favor de comer algo. Estás en los huesos.
- Pareces mamá - bufé, rodando los ojos -. No tengo hambre.
- ¡Que comas, o te meteré yo las tortitas en la boca, quieras o no! - chilló mi hermana, frunciendo el ceño.
- Eres muy pesada, Maxinne - me quejé, cortando un poco de las tortitas con sirope que me había servido y dándoles un mordisco -. ¿Contenta?
- Sí - sonrió, satisfecha -. ¿A que están ricas?
- Si no tenemos en cuenta que la mitad están medio quemadas, sí, muy ricas.
- ¡Encima! ¡Te hago el desayuno y te quejas!
- No te he pedido que lo hicieras, Max. No tengo hambre.
- Ay ya, cállate. La comida pone feliz a todo el mundo. ¿Quién no ama comer? Nadie. Así que si comes te olvidarás de ese hijo de puta, cabrón, mamonazo, sarnoso de mierda, asqueroso y serás feliz.
- ¿Hay, en serio, tanta variedad de insultos?
- Oh Candy... - sonrió, poniendo los brazos en jarra, apoyándolos en su cintura - podría decir mil más. Pero ese perro no se merece nuestra atención.
- Lo sé - suspiré, tristemente.
- Hey no, ¡no quiero ver caras largas! Vamos, ve a ducharte, y luego vamos a hacer turismo por Londres.
- ¿Con este frío?
- Candy, si nos quedamos en casa te entrará el bajón, y no quiero.
- Vale, ¿pero esta noche podemos comprar helado, chocolate, y ver pelis?
- Venga... vale - aceptó, con media sonrisilla -. ¡Ve a la ducha que sino saldremos a las tantas!
- Vale, vale... Cálmate. Que tenemos todo el día, pesada.
Ella solo sonrió ampliamente mientras yo me levantaba de la mesa e iba hacia el cuarto de baño. Ahí me di una ducha lo más rápido que pude porque si estaba sola por mucho rato me ponía a pensar en Harry, y eso era lo último que quería. Al salir del baño, me puse unas medias bien gruesas y unos tejanos sobre ellas, ya que fuera hacía mucho frío y quería ir bien abrigada. Luego me puse una camiseta térmica de manga larga y un jersey ancho y largo, en rosa palo. Amaba vestir con aquel tipo de jerseys.
- ¡Vamos a ir a Saint James park! ¡Es mi favorito!
- ¿Qué? No, no, no... - negué con la cabeza - Cerca de ahí vive Harry.
- Oh dios, Londres es gigante y está lleno de gente. ¿Qué te hace pensar que te lo encontrarás? ¡Es casi imposible!
- Porque la suerte nunca está de mi lado, Max - fruncí el ceño -. En serio, no quiero verle.
- ¡Pero es que ese parque me gusta tanto! - se quejó.
- No, Max.
- Pero tanto, tanto... - insistió.
- ¡He dicho que no!
- ¡Pero tanto, tanto...!
- ¡Ay, vale, pesada!
Max aplaudió, emocionada, y cogió su bolso, cogiendo mi muñeca para que nos fuéramos rápido. Yo me apresuré en coger mi bolso también y nos fuimos hacia la calle. Caminamos hasta la parada de bus que había más cerca y ahí esperamos por unos minutos hasta el bus 24, en el cuál subimos, yendo a la planta superior para tomar asiento.
- Los buses de Londres son tan guays - comentó emocionada, yo reí levemente, recordando que cuando había llegado a la ciudad, estaba igual que ella, pero la emoción a mí ya se me había pasado.
- Son solo buses, Max.
- ¡Pero es que son tan emblemáticos!
- Eso sí - asentí, sin poder quitarle la razón -. Pero buses, al fin y al cabo. Los hay en todas las ciudades.
- Pero estos son más guays, y punto.
- Vale, vale... como tú digas - reí.
Max miraba por la ventana como si fuera una niña pequeña. La verdad, si ella se decidiese por mudarse allí conmigo, me habría hecho muy feliz. Pero yo sabía que mi hermana estaba demasiado encariñada con mi padre como para irse a vivir tan lejos.
- ¿Cómo está papá? - pregunté al recordarle.
- Pues ya sabes... como siempre. Cansado del trabajo, siendo un calzonazos con mamá, y medio calvito - se burló, con una sonrisa en los labios -. Estaba contento de que viniera a verte.
- ¿Qué le dijiste a mamá para que te dejara venir?
- No se lo dije hasta que no estuve en el tren a mitad de camino - rió -, era la única manera.
- La verdad es que sí... - negué levemente.
Mi madre odiaba que me hubiera ido. Ella era demasiado tradicional, le gustaba vivir en su pequeña ciudad en el norte de Inglaterra, trabajando en algo convencional. Odiaba que yo fuera escritora, y tuviera unas aspiraciones más grandes que las de quedarme con ellos y trabajar en la pastelería de mamá, como mi hermana; o de dentista en la clínica de papá.
- ¡Ya llegamos! ¡Venga, pica al botón o se nos pasará la parada! - dijo, nada más ver "St. James' Park" en la pequeña pantalla del autobús.
- ¡Ya voy, no te estreses! - reí, dándole al botón amarillo para solicitar la parada.
- Vamos bajando que no nos dará tiempo.
- Da tiempo de sobras, Max.
- ¡Vamos bajando!
- Ay, vale. Que exigente estás hoy.
Ambas bajamos a la planta inferior del bus y esperamos a que éste se detuviera en la parada. Entonces, Max se enganchó a mi brazo y empezamos a caminar mientras ella miraba emocionada alrededor.
- ¡Londres es tan bonito!
- Depende de la zona.
- Que quejica eres.
- Dijo miss todo-me-encanta - murmuré con ironía.
- Yo soy más optimista que tú, miss darks.
- Tú lo que eres es tonta - me burlé, mientras caminábamos.
No había tanta gente en la calle, debido a que era horario lectivo y, las personas que habían venido a pasar la navidad a Londres, ya estaban la mayoría regresando a sus casas. Sin contar que solo eran las nueve de la mañana. Bostecé, mientras caminábamos en dirección al parque. Pero cuando pasamos por delante de la estación de metro, pasó aquello que no debía pasar. Harry estaba saliendo de ella. Con una chica.
- ¡Pero mira qué bellezones hemos pillado, eh Harry! - exclamó su amigo, el rubio. Harry rió y asintió.
- Guapas, guapas - respondió el mencionado, trabándose al hablar de lo borracho que iba.
- Es él... - murmuré hacia Max.
- ¿Qué? - preguntó confusa.
- Es él. Harry.
- ¿Cuál de los dos es? - preguntó enfadada, frunciendo el ceño.
- El castaño.
- Se va a enterar, el muy imbécil - gruño, encaminándose decidida hacia él.
- ¿Qué? No, no, no... Max no hag...
Antes de darme tiempo a quejarme o detenerla, ella se plantó delante de los cuatro, que la miraron extrañados. Entonces Max levantó su mano y le propinó a Harry una bofetada tan sonora que debió oírse hasta en Italia.
- ¿Qué haces, loca? - le chilló Harry.
- Darte lo que te mereces. Por ser un cabrón, hijo de puta, malnacido, sarnoso, ¿me oyes? - le replicó Max, sin vergüenza alguna.
- ¿Pero de qué hablas?
- ¿Es algún ligue, tío? Menudas te buscas - se burló el rubio.
- ¿Ligue? - respondió Max, indignada - Yo a este sujeto no le toco ni con un palo... ¡por respeto al palo! Lo único que le daría sería un sillazo en la cara, por mamonazo - aquello se estaba descontrolando, debía pararle los pies a Max, así que me acerqué y agarré su muñeca.
- Candy, déjame romperle la boca - gruñó, intentando que le soltara.
- Déjalo, Max... no vale la pena - murmuré, negando con la cabeza.
- ¿Max? - intervino Harry, sorprendido - Eh, espera... ¿Te llamas Max? - le preguntó a mi hermana, ella asintió con la cabeza, algo confundida - ¡Pero si eso es nombre de chico!
- Es Maxienne - rodó los ojos -. Y tú tienes nombre de imbécil que se merece una hostia con toda la mano abierta - amenazó.
- Hey, o vamos ya para vuestra casa o nosotras nos vamos - dijo la castaña a la que Harry aún sujetaba.
- Vete - bufó Harry, soltándola -. Y tú - miró a mi hermana -, puedes darme cuantas hostias quieras.
- ¿¡Lo ves, Candy!? ¡Lo está pidiendo! ¡Déjame darle!
- Que no. Vámonos. No quiero volver a verle la cara.
- Candy... - murmuró Harry.
- Eres un imbécil - gruñó la castaña -. Vámonos, Belle... - le dijo a la rubia. Ésta miró al amigo de Harry y él negó con la cabeza.
- No, no... Nena, vamos a echar un polvo.
- Lo siento, Niall... - dijo la rubia, agarrando la mano de su amiga.
Las dos chicas se fueron, haciendo que el rubio maldijera y empezara a alejarse. Nosotras intentamos irnos también, pero Harry agarró mi muñeca para impedírmelo.
- Candy...
- No me toques, Harry. Veo que mi primera impresión sobre ti no iba mal encaminada... me das asco - murmuré, negando con la cabeza.
- No... no lo entiendes.
- Que no quiero oír tus excusas baratas, Harry - dije, con un nudo en la garganta -. No me sirve nada de lo que digas. ¿Apostaste que saldrías conmigo?
- Sí, pero...
- Pero nada. Y ahora, un día después de terminar, ya ibas a acostarte con otra. ¿O también me lo estoy inventando?
- No, pero...
- ¡Pero nada, Harry! ¡No puedes vivir a base de "pero"s y demás excusas!
- Candy...
- No quiero oírte. No quiero ni volver a verte. Eres una persona repugnante.
Tras eso, me di la vuelta y, junto a Max, empecé a caminar en dirección contraria a Harry. Apenas unos segundos después, le oí sollozando, y por un momento sentí el impulso de darme la vuelta, correr hacia él, y abrazarle para reconfortarle. Pero Harry no se merecía ni siquiera estar en mi pensamiento. Lo único que quería pensar sobre él, era cuánto me gustaría no haberle conocido.
- Candy... ¿estás bien? - preguntó Max, pasando su brazo por encima de mis hombros.
- No ahora, pero lo estaré.
- ¿Quieres volver a casa?
- No. No vas a pasar aquí mucho tiempo, y sé cuánto te gusta Londres. Vamos a pasear.
- ¿Estás segura?
- Sí... Además, me vendrá bien algo de aire.
- No pensaba que Harry sería así... - dijo, distraída - Solo con verle se ve lo estúpido que es. No merece que estés mal por su culpa. No es más que un idiota.
- Lo sé... simplemente me hizo creer que... bueno... que era diferente.
- Candy... encontrarás a ese chico que te cambie el mundo de arriba a abajo. Que con una mirada te haga sentir más de lo que nadie te ha hecho sentir nunca. Esa persona que te alegre no solo el día, sino el año, con su sonrisa. Que su abrazo te haga sentir protegida y alejada del mundo. Solo tienes que esperar... - murmuró, sonriéndome levemente - Eres una persona increíble, Candice. Eres maravillosa, y sé que habrá algún chico, con un corazón tan grande y bondadoso como el tuyo, que sea capaz de ver más allá de esas mejillas pecosas sonrojadas - se burló con cariño.
- Eso espero... - sonreí levemente, aunque mis ojos se habían llenado de lágrimas por todo lo que Max había dicho - Muchísimas gracias.
- Y mientras tanto, me tienes a mí. Sé que no es lo mismo, pero yo te quiero más de lo que ningún chico tonto pueda quererte - comentó en tono de broma, haciéndome reír levemente.
- Yo también te quiero, Max.
- ¡Eres la mejor hermana mayor que podría haber pedido! - exclamó, abrazándome mientras seguíamos caminando.
- Ay... que sí, tú también eres muy buena hermana, pero suéltame, que no puedo caminar así.
- De verdad, que quejica eres - negó con la cabeza, aflojando su abrazo hasta soltarme.
Reí levemente, negando yo también, y seguimos caminando hasta que alcanzamos el parque que tanto le gustaba a Max. Fuimos por el camino de tierra, junto al lago que había, mientras Max miraba con gracia a los patos, cisnes, y demás aves que habían ahí. Seguimos caminando por un rato. La verdad es que, aunque los parques de Londres fueran bonitos en invierno, no podían compararse a lo bellos que estaban en verano. Era la única razón por la que me gustaba el verano. En aquellos numerosos parques, se creaban mareas de colores, formadas por las bellísimas flores que nacían en primavera y seguían brillando con fuerza en verano. Pero en invierno todo estaba bastante muerto, por el persistente frío que hacía.
Pero, de todos modos, Max parecía estar disfrutando del paseo por el lugar, mucho menos transitado que en otras épocas del año. Seguimos andando, casi en silencio, hasta que el parque acabo, dejándonos justo delante del imponente Palacio de Buckingham. Max lo miró, impresionada. Yo ya me empezaba a acostumbrar a la grandeza de Londres, pero Max aún no lo hacía. Y era totalmente comprensible. Londres escondía miles de secretos, y de recovecos que podían dejarte sin aliento.
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¡HOLA A TODAS, MUÑECAS!
ADSFHJASODFASKDFJA ESTOY MUY FELIZ, PORQUE YA TENGO MI ORDENADOR, Y YA PUEDO ESCRIBIR CON TRANQUILIDAD Y AY AY AYYAYA ME HACE MUY FELIZ, EN SERIO 💓 y bueno, a partir de ahora, podré subir más seguido, por fin. Quizás retome lo de subir capítulo los domingos. Depende de la cantidad de comentarios y eso, ya veré:3
¿Qué os ha parecido el capítulo? ¿Creéis que Candy debería dejar hablar a Harry? ¿Por qué nadie recordaba a Max? pOBRECITA:((( y y y y ¿Cómo os cae la hermana de Candy? Ay ay ay, es muy cuchi, ¿no? shdjakfadsf
las que queráis capítulo dedicado, seguid pidiéndolo en los comentarios, porque voy eligiendo cada vez al azar entre los comentarios del capítulo anterior c:
→ capítulo dedicado a xharryflowerx
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