Porquería Blanca

Me gusta experimentar, así que en mi cabeza no existe el Craig activo.
#TweekTambienLaPuedeMeter.

Contiene escenas explícitas, espero que les guste.

Nuestra aventura comienza en casa de los Tucker. Más concretamente en la habitación de Craig; nuestro pelinegro estaba acompañado de su nervioso novio Tweek.

El par no hacia nada interesante; solo hacían la tarea. Parece broma que estén solos en su habitación y "solo estén" haciendo los deberes escolares. A Craig le hubiera gustado salir, ¡Es fin de semana por Dios! Pasar la tarde en casa no estaba en sus planes. Pero Tweek insistió en que Craig por primera vez en su vida, entregue la tarea.

Sus palabras exactas fueron "¡Entrega la maldita tarea, no quiero que pases el verano encerrado como castigo!".

Y Craig, como buen novio que es, aceptó.

—Ya n-no nos falta mucho—Afirma el rubio—Un par de problemas más y estaremos libres.

Ahora mismo, Tucker quería estrellar su cabeza contra la pared repetidas veces con tal de morir y librarse de el aburrimiento.

Pero un par de golpes en la puerta los interrumpe.

—Tricia no hace falta que llames a la puerta—Comenta el pelinegro.

La puerta se abre, efectivamente, era la pequeña hermana del pelinegro, también conocida como "Ruby". La niña tenía en su mano una bandeja con un par de vasos encima y una jarra de té helado.

—¿Porque estaba la puerta cerrada?—Dice la chiquilla con una sonrisa burlona.

—Sólo deja eso y vete—Responde Craig—Me muero de calor.

La niña deja bandeja en el escritorio y se dirige a Tweek.

—Tweek ¿Puedo hablar contigo a SOLAS?—Tricia mira con fastidio a Craig—Es urgente y privado.

—¿Eh? V-vale...—Tweek voltea a ver a su novio, era como si estuviera pidiendo permiso o algo así.
Craig no dice nada, se va de la habitación y cierra la puerta.

—Bien, necesito darte algo—Explica la niña.

—¿Qué cosa?

—Un chica rara me dijo que te diera esto—Saca de su bolsillo un pequeño sobre, que tenía como destinatario a Tweek.

—«Hola, somos tu grupo de fans»—Lee una nota puesta detrás del sobre—«Disfrútalo, te queremos, atentamente: La Creek Squad».

Tweek abre el sobre, en su interior se encuentra una pequeña bolsita transparente con polvo blanco.

—¿Qué es eso?—Pregunta Tricia.

—No lo sé...de casualidad, la chica que te dió esto era...¿asiática?

—¡Si, exacto!

Las asiáticas, el grupo fans del emparejamiento entre Craig y Tweek, gracias a ellas todo esto comenzó; en el fondo Tweek les agradece pero a veces es un poco molesto lo lejos que pueden llegar. Nunca subestimes a las chicas fans del yaoi.

—No le menciones esto a Craig ¿si?—Comenta el rubio, la niña asiente con la cabeza—Primero quiero saber que es.

Tweek no lo estaba demostrando pero ahora mismo se está cagando del miedo, ¿Que carajos es este polvo blanco? ¿Es veneno? ¿Cocaína? ¿Un virus mortal? ¿Corea del norte finalmente decidió eliminarlo y por eso le envío esto? ¡Que estrés!

Tricia abre la puerta para irse, a lo que su hermano decide entrar. Ambos se dan un mirada sospechosa, la niña levanta el dedo de en medio, Craig la imite. Es más normal de lo que parece.

Rápidamente Tweek esconde la bolsita en los bolsillos de su pantalón. Joder, con lo pésimo que es guardando secretos. Es un estrés ocultar algo, ¡y más si se trata de su novio!

—Tweek ¿Todo bien?—Pregunta el pelinegro—¿Esa rara te hizo algo?

—¿Eh? Nada de nada—Rie nerviosamente.

—¿Entonces que te dijo?

—Ya sabes...q-que les gustaría tomarme unas fotos con vestidos para su colección de fotografía...—No lo parece, pero Tricia ha pedido cosas así antes.

—¿Qué?—Craig sentía como le hervía la sangre—Ya le he dicho que dejara de hacer eso, a tí no te gusta los vestidos, no tienes porque aceptar.

La verdad es que sí era un poco molesto aunque Tweek no lo expresaría en voz alta. No le gusta los vestidos, simplemente no son su estilo; pero en más de una ocasión la gente le ha insistido en que se vería lindo en uno.

A veces, Tweek detesta un poco esos roles únicamente por su complexión, si tan sólo supieran que Tweek es quien lleva las riendas en la cama.

Además, todos sabemos que a Craig le quedan mejor los vestidos. Confirmado muchas veces en la intimidad.

—Pero n-no te preocupes...está vez me negué—Responde el rubio con una sonrisa.

Craig le pasa un brazo por los hombros para acercarlo a el. Tweek no se niega y se acerca todavía más.

—Te amo Craig...—Casi siempre Tweek es el primero en decirlo.

—Yo igual Tweek...—Craig le toma de la barbilla y lo besa suavemente, finalmente algo bueno esta tarde.

—Tengo que irme a trabajar...

—A la mierda, quédate aquí.

—Sabes bien que no puedo hacer eso.

—Joder, de acuerdo—Lo suelta—¿Te parece si hacemos algo después de la escuela?

—¡Claro!

El rubio se levanta, se despide de su novio—con otro beso, claro—y se marcha. Incluso cuando bajo las escaleras, Tricia le dice adiós con la mano y un "Suerte".

La verdad es que Tweek odia tener que mentirle a su novio pero su curiosidad es más grande. Sabe perfectamente con quién ir en cuanto a polvo blanco se refiere.

Camina hasta el otro lado del pueblo hasta encontrar una casa algo descuidada y llena de basura. Se acerca y toca la puerta.
Tras unos segundos está se abre.

—Hola Kenny—Saluda Tweek.

—¿Tweek? Vaya milagro—Responde el de la capucha naranja.

—Necesito que me respondas una duda.

—Si tiene algo que ver con prostitutas, drogas o sexo, soy el indicado, pasa.

Al parecer no había nadie. Ambos se dirigen a la habitación de Mccormick.

—¿Cuál es tu pregunta?—Kenny actuaba como un viejo sabio que lo podía responder todo.

—Necesito qué me digas que esto—Saca la bolsita—Tengo varias sospechas pero nada seguro.

—Mmmm...—Kenny toma la bolsa, lo abre y mira su contenido—¿De dónde sacaste eso?

—Esto...regalo de una admiradora—Técnicamente era eso ¿No?

Kenny lo huele y se queda pensativo un rato. Tras unos eternos segundos parece que da con la respuesta.

—Tweek, amigo mío, esto es un afrodisíaco tan bestia que es casi inlegal.

—¡¿Eh?!—¿Porqué las japonesas le darían eso?—¿Inlegal?

—Creo que solo se produce en Japón, ya sabes, lo venden para aquellas parejas cuya intimidación se fue al carajo—Kenny le devuelve la bolsita—¿Lo usarás?

—¡No! No podía usar esto...

—Dáselo a tu novio, a lo mejor le agrada.

—No puedo dárselo a Craig, no podría darle algo inlegal.

—Joder...eres aburrido, entonces dámelo, capaz que se lo vendo a Stan o a Cartman.

—Yo...no sé, lo pensaré y si no se me ocurre algo te lo doy ¿Si?

—Pues por mi bien, aunque no deberías desaprovecharlo, podrían tener la mejor noche de sus vidas.

Tweek lo volvió a guardar. No cree que lo necesite; no es como si su intimidad con Craig este mal. Decidió olvidarlo por ahora.

.....

Era lunes por la mañana.
Tweek guardó la bolsita en su pantalón. Ahora que ya sabía que era, podría decírselo a su amado Craig. Realmente no pasó nada interesante en la escuela. Sólo la misma mierda de clases con el señor Garrison que no paraba de hablar de sus ocurrencias.

Lo interesante ocurre en el receso. Tweek en ningún momento se separó de la bolsita; ahora era el mejor momento para decírselo.
Se encontraban en la fila del almuerzo.

—Oye Craig...

—¿Si amor?

—Respecto a lo que dijo tu hermana...

—No me digas que insistió.

—No es eso... verás...

En eso, debido a un empujón Tweek cae de cara al suelo. Craig inmediatamente lo ayuda a levantarse. Y como no, la bolsita se sale de su escondite, Craig lo toma.

—¡Perdón!—El judío se disculpaba más de lo permitido—Fue el culo gordo que estaba con sus estupideces ¿Estás bien Tweek?

—Si...no te preocupes—Tweek frota su frente, tratando de aliviarlo.

Una vez ya levantados, Craig sugiere que se sienten para comprobar que Tweek está bien.

—En serio que no es nada.

—Vaya putazo fue ese pero con un poco de hielo se pasa, por cierto—Muestra la bolsita—Se te cayó eso.

—¿Eh?! A...e-eso...de eso iba hablarte.

—¿Qué es?—Lo abre—No será droga ¿O sí?

—Pues...verás...

Craig toma un poco con el dedo y se lo lleva a la boca. El rubio se queda de piedra.

—Sabe a azúcar ¿Es para un nuevo tipo de café?—Toma un poco más—Está rico.

—Craig...

—¿Porque me miras así?

—Porque eso...no es azúcar...

—¿Entonces qué es?—Prueba un poco más—Está dulce, qui...

Craig se detiene y baja la mirada. Ahora Tweek está preocupado.
El pelinegro respira con dificultad y se lleva una mano a su pecho.

—¿Craig...t-todo está bien?—Le toca un hombro.

—¡Ah!—Se aparta de un sobresalto—Tweek...¿Q-que dijiste que era?

—P-Pues...

—¿Tweek?

—Un poco...de afrodisíaco japonés...

—¡¿Y porque no me detuviste?!—Las mejillas del pelinegro están teñidas en rojo fuego.

—¡Te lo iba a decir pero no me escuchaste!

—¡¿Y porqué traes eso de todas formas?!—Tucker se cruzó de piernas apretándose fuertemente. Tweek ya se intuía el porque. ¿Tan rápido era el efecto?

—Te lo explicaré todo luego p-pero ahora tenemos un problema aquí.

—No es nada...puedo controlarlo...

—¿Seguro?

—Si...n-no es nada...

—Pero...

—¡Maldita sea Tweek no es nada!—Grita tan fuerte que toda la cafetería se queda en silencio—Mierda...

El rubio baja la mirada. Ahora se sentía culpable. El pelinegro se acerca y le toma la mano.

—Mira, lo siento...no es tu culpa, yo fuí un imbécil que se lo llevó a la boca sin pensar, n-no te preocupes...

Tweek levanta la mirada. Es obvio que Craig no puede resolverlo solo. Necesita una forma de solucionarlo. El timbre sonó y todos volvieron a sus salones. Craig se escondía detrás de Tweek, supongo que para que no todos vieran la creciente que se estaba formado en la entrepierna del chico. En cierta forma...era lindo ver a Craig perder las emociones de esta manera. Ese puntito de nerviosismo que tiene es realmente adorable.

Pero joder, pobre Craig, está en una situación muy jodida.

Las clases siguieron su curso; Craig no estaba quieto. Le temblaban las piernas, estaba muy sonrojado y respiraba pesadamente.

—Mierda...no soporto más...—Levanta la mano.

—¿Si Craig?—Pregunta el señor Garrison.

—Necesito ir al baño—Su voz estaba desesperada.

—Adelante.

Craig prácticamente huyó del salón. Tweek seguía preocupado, en verdad puede pasarle algo malo si no se cuida.
Los minutos pasaron y Craig no volvía. ¿Será capaz de haber huido a su casa?

—Señor Garrison ¿Puedo ir a la enfermería? No me encuentro bien.

—Adelante, no te tardes.

Tweek estuvo buscando a Craig por todos lados. Ni siquiera estaba en los baños, la cual es raro porque ese sería el mejor sitio para tratar su situación. El único lugar que queda fue el patio.

—¿Craig?—Llama el rubio.

Después de varios minutos buscándolo, lo encuentra detrás de la escuela—dónde se reúnen los niños góticos—. Estaba sentado a lado del contenedor de basura. Tenía una mano tapándose la boca y la otra hundida en sus pantalones.

—Mmm...—Murmura Craig; se ve tan indefenso, tan...poco Craig.

—Craig...—Las mejillas del rubio estan sonrojadas aún así se acercó—¿No... llegaste a los baños?

—Claro que no...un par de segundos más y me habría desmoronado en pleno pasillo.

Craig no se detuvo. Seguía frotándose con fuerza. En verdad que estaba hecho un desastre.

—Craig, quiero ayudarte...—Le muestra una sonrisa dulce—Es mi culpa que estés así ¿No? Pues quiero solucionarlo.

El rubio aparta la mano de Tucker y la reemplaza por la suya. Toma su miembro y mueve frenéticamente la mano de arriba a abajo.

—¡Aaah!...Tweek....¿Q-Qué estás...?

Primera vez que Craig gemía el nombre de su pareja de esa forma. Algo dentro de Tweek....le hizo querer ver más. Ver más de esas expresiones en la cara de su novio que la gente tanto lo proclama como activo.

El rubio desabrocha el suéter del pelinegro y levanta su camisa para lamer esos pezones tan erectos. Craig echa la cabeza hacia atrás. Necesita más, un millón de veces más.

—Tweek...mierda...esto se siente tan bien...aah.

La lengua de Tweek desciende llegando a la entrepierna. Quita su mano y comienza a lamer su erección.

—¡Aaah! ¡Tweek!—Normalmente las posiciones estarían viceversa pero Jesucristo, esa lengua áspera de Tweek es gloria pura.

El rubio no deja de mirar a su novio. Estaba más que fascinado por los gestos que hacía. El placer aumentó cuando se metió el miembro en la boca.

—¡Tweek!

El rubio ya está más que excitado. Craig gimiendo su nombre es lo más hermoso que ha visto.

—Craig, ¿cómo te sientes?

—No creo...no creo soportarlo más...

Tweek respondió con movimientos más rápidos y bruscos. Craig se dejó llevar, dejando que su orgasmo le calentara el abdomen. No recuerda cuando fue la última vez que soltó tanto. Tweek lo traga, el saborearlo es agradable. Ahora entiende porqué a Craig le gusta hacerlo cada vez que tienen relaciones.

—Todavía estás excitado ¿no es así?—Señala el rubio con una sonrisa.

—Por lo visto tu tambien.

—Te ves adorable.

Las mejillas de Craig se sonroja. ¿Él? ¿Adorable?

El rubio no pierde más tiempo y le quita los pantalones a su novio. También se quita los suyos y se posiciona encima de su cuerpo.

—Dime si te lastimo ¿está bien!—dice Tweek.

—Si...

Tweek sabe que la primera vez es cuando uno está más estrechado, por lo que lubrica dos dedos con su lengua y los mete cuidadosamente en la entrada de Tucker.

—Todo saldrá bien—Comenta el cafeinado.

—Tweek...n-no es necesario...

—Claro que si, créeme, es por tu bien.

—Tweek, me importa una mierda...te necesito dentro...

—Craig, es mejor si...

—¡Estoy jodidamente desesperado! Sólo quiero tu pene dentro... ¿No crees que ya sufrí bastante?

El rubio sigue moviendo sus dedos dentro suya. Sí que debe estar desesperado si lo súplica de esta manera. Retira sus dedos y mete la punta.

—Aaah...—Craig se retuerce—Dios mío...Tweek...m-mételo entero...

El rubio obedece, una vez ya dentro las caderas de Craig se mueven en busca de más placer.
El rubio le toma las caderas y empieza a embestirlo sin piedad.

—¡Aaah! Tweek...más rápido...

El rubio se drogaba con su novio ahora mismo así que se movía lo más rápido posible. Craig no paraba de gemir. Su cuerpo se contraía de forma casi inhumana; no pensaba con claridad, solo pensaba en el enorme placer que ahora lo inundaba.

Tweek también lo disfrutaba enormemente. Se sentía tan bien estar así con su novio. Aquella entrada tan húmeda y apretada. Aquellis gemidos llenos de amor y lujuria. Es demasiado.

—Craig...te amo...te amo...

—Yo igual...eres el único que puede dominarme así...—Responde Craig entre gemidos.

Se besaron, mezclaron su saliva con sumo entusiasmo. Tweek ya estaba cerca y Craig lo sabía.

—Craig, n-no puedo...

—Lo quiero....aaah....lo quiero todo dentro...—Gimoteó el pelinegro.

Tweek no tenía pensado hacer lo contrario. Un par de embestidas más y el cafeinado dejo salir aquella corriente blanca dentro del trasero de su novio. Craig arqueó la espalda, era mucha. ¿Cómo es que siempre se perdió de esto?

Estuvieron varios minutos acostados y abrazados. Fue bastante intenso.

—Deberíamos volver...—Sugiere Tweek—Hicimos mucho ruido.

—¿Y? Me importa todo una mierda...

—¿Ya estás mejor?

—Mejor se queda corto, siento... que hemos dado un gran paso hoy...

¿Este era el objetivo de las asiáticas? ¿Las cosas tenían que terminar así? ¿O es que ambos desearon esto? Ni puta idea; y la verdad no interesa la respuesta. Nada importaba en ese momento.

Fin.

Reescribí este oneshot que publiqué hace unos años ya que el original estaba muy feo XD olvidé lo divertido que es escribir Creek, debería hacerlo más seguido.

¡Gracias por leer! Vota y comenta si quieres más historias así 💞

Recuerden, #TweekTambienLaPuedeMeter

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