CAPÍTULO 50: "Arrepentimientos"



Miércoles 10 de Febrero

Un mes después

-Necesito ver a Nicholas ¿está en el despacho?

La voz del extraño que pedía ver a Nicholas, interrumpió la lectura de Danielle. Revisaba y tomaba notas de unos documentos antes de llevárselos a su jefe

-Buenas tardes señor –saludó levantando la vista
-Discúlpame, olvidé mis modales. Hola encanto ¿puedo pasar? –señaló la puerta del despacho
-El señor Allen, no está recibiendo a nadie hoy está muy ocupado con un proyecto
-Es importante, por favor

Y como si lo supiera Nicholas, llamó a la línea privada justo en ese momento

-Un segundo por favor

Intimidada con la mirada del recién llegado que no dejaba de observar todos sus movimientos Danielle, tomó el auricular y antes de poder decir algo Nicholas, se le adelantó

-Danielle -suspiró-. Ven ahora mismo, necesito follarte –demandó Nicholas
-Señor Allen, sé que se encuentra ocupado pero tengo aquí al señor...
-Vincent Radenm
-Al señor Vincent Radenm, y necesita verlo
-Que se vaya a la mierda, ven ahora

Silenciando la línea con la mano Danielle, se dirigió al hombre que buscaba a Nicholas

-Lo lamento pero el señor Allen, no puede recibirlo. Si gusta puedo incluirlo en la agenda de mañana
-Dani, soy amigo de ese idiota, insístele
-¿Dani? ¿Cómo sabe mi nombre?

Extrañada miró fijamente al extraño y no, no lo conocía ni mucho menos lo había visto antes, tenía memoria fotográfica y su rostro no le sonaba para nada

-Eres de lo único que habla Nico, lo traes loco –apunta el auricular con la mirada
-Yo..., no sé de qué habla –sorprendida por lo que escuchaba decidió fingir que no estaba enterada.
-Recuerdo que te vi en un club con tus amigas y a Nico, se le cayó literalmente la mandíbula cuando te vio
-Oh... -ruborizada no supo que responder, recordaba perfectamente ese día
-Corazón, sé que el monstruo ese ya te dijo que probablemente me mandes a la mierda pero es importante que lo vea ¿puedes entrar en ese despacho y convencerlo que me deje hablar con él?

Suspiró con fuerza, había evitado entrar toda la mañana pero el desconocido parecía sincero.

-De acuerdo –colgó el auricular y suspiró
-Gracias Dani, de verdad que es importante, de lo contrario habría llamado.
-Haré lo que pueda.

Levantándose de su escritorio se dirigió al despacho de Nicholas, pero nada más entrar y cerrar la puerta se lo encontró muy cerca, la agarró con tanto ímpetu que soltó un pequeño gritito de la impresión.

-¿A qué juegas? Me dejaste pegado al teléfono –reclamó con la boca pegada al oído de Danielle, provocándole escalofríos
-Lo..lo siento señor Allen –tartamudeó asustada por que alguien afuera hubiese escuchado su grito
-Vamos, no perdamos más el tiempo, quítate la falda y las medias, no quiero dañarlas, se te ven dolorosamente bien –exigió aflojado su agarre pero sin llegar a soltarla. Sus manos acariciaban con descaro su redondo trasero.
-No voy a hacer tal cosa Nic... –declaró alejándose de sus brazos.
-No me vas a dejar así, vamos estoy desesperado porque me dejes tocarte
-No
-Ha pasado un mes, me torturas con tu ternura, en cambio yo lanzo fuego
-Solo he venido porque hay una persona allá afuera que dice tener algo importante que hablar contigo

Y con una perversa mirada Nicholas, volvió a invadir su espacio personal y descaradamente metió una de sus manos bajo la falda de Danielle, mientras que con la otra la agarraba bien firme del trasero para poder llegar justo a donde quería llegar, ejerciendo presión justo entre sus muslos, tentando a su clítoris

-Ya basta ¡quítala! -roja como un tomate intentó apartarlo, con alguien esperando afuera se sentía expuesta
-No quiero ¿Cuánto más me vas a hacer esperar? Sabes que podría doblarte sobre mi escritorio y volverte loca de placer y TODO el edificio se enteraría
-¿Serías capaz de obligarme? –lo fulminó con la mirada
-No, no te obligaría, también me deseas solo tienes demasiada fuerza de voluntad –gruñe mientras la acaricia con extrema lentitud y suavidad
-Quita la mano Nic
-Dame una buena razón para detenerme
-Ya lo sabes..., no quiero ser tu amante... -se detiene aguantando la respiración para reprimir un gemido-. Si me acuesto contigo eso es lo que seré
-Pero no es verdad, sabes que mi matrimonio no es real, es solo un documento
-Sí, lo sé..., un documento cien por ciento real
-Dani –gimoteó
-La respuesta es no

Presionándose contra su cintura le hizo saber cuánto la necesitaba. Tenía una dura y crecida erección.

-Te comportas como un adolescente caliente las 24 horas del día y los 7 días de la semana -protestó a punto de ceder, tampoco era de hielo
-Me vuelves loco –gimió frotándose en busca de consuelo
-Te estás pasando de la raya, afuera está este amigo tuyo que dice que le hablas de mí, no quiero darle motivos para que piense COSAS QUE NO SON
-Pero si son -ríe divertido
-No te burles -hizo un puchero-. Además no tendría que saber nada de nosotros
-Ese maldito puchero me descoloca, juegas sucio
-Lo dice el adolescente de 33 años con la mano debajo de mi falda

Derrotado quitó su mano de entre los muslos de Danielle, pero en vez de dejarla en paz le tomó el rostro y la besó apasionadamente, arrasando y manchando el rostro de ambos con ese labial rojo diva que tan endemoniadamente bien le quedaba.

-¡Ouch! –soltó empujándolo lejos de ella.
-No me pude resistir –sonrió victorioso
-Me mordiste –se queja tocando su labio inferior con una mueca de dolor.
-Estoy hambriento
-Qué insoportable te pones cuando algo se te mete en la cabeza
-Dulzura, yo soy quien te quiere meter la cabeza entre las piernas
-Oh no ¡Tú no dijiste eso! –chillo ruborizada y con los azules bien abiertos.
-Vamos a un hotel esta noche, al mejor. Quiero estar contigo
-No, niño rico
-No soy un niño, sé lo que quiero y como lo quiero
-Bien por ti. Voy a usar tu baño –anuncia dirigiéndose al fondo del despacho, necesita arreglar su maquillaje antes de salir y acomodar su ropa interior.
-No discutamos, siempre terminas ganando –gimotea en tono infantil siguiéndola al baño
-No me gusta este jueguito -se gira para mirarlo-. Para con las insinuaciones, tienes que aprender a aceptar un no Nicholas, ni siquiera lo intentas yo estoy esperando pacientemente a que tu abogado ese te dé una fecha, tampoco es fácil para mí..., sobre todo si te la pasas diciéndome lo que te gustaría hacerme
-De acuerdo, tienes razón
-Consecuencias
-Sí, y cuando todo esto acabe te voy a volver loca de tantas consecuencias acumuladas
-¡Nicholas!

Riendo a carcajadas la abrazó con cariño, le encantaba cuando se ruborizaba al escuchar algún sucio deseo

-Voy a comportarme, aunque muera por tenerte
-Gracias

Suspirando dramáticamente  Nicholas, se apartó y fue hasta su escritorio y de un cajón tomó un labial exactamente igual al que llevaba Danielle, regresó al baño y como si fuera lo más normal la agarró de las caderas, la giró y prácticamente sin ningún esfuerzo la alzó sentándola junto al lavabo, buscó unas toallitas húmedas en uno de los cajones y colándose entre sus piernas comenzó a quitarle el labial corrido

-Deja que yo lo haga –le susurró al ver que estaba a punto de protestar
-Pero...--
-Tú me has atendido maravillosamente bien las heridas de la mano, yo quiero hacer lo mismo

Derretida con lo tierno que se veía limpiándole meticulosamente el rostro lo dejó, su delicado tacto le causó deliciosos escalofríos. Esta nueva faceta del endemoniado tan atento y delicado la tenía sorprendida. Fue detallista, no dejó una sola mancha y también le quitó lo que le quedaba en los labios.

-Ahora estás limpia
-Espero que tu amigo no piense mal cuando me vea salir sin labial
-No va a pensar nada.

Agarrándola por las caderas la besó acomodándose, se apretó pegado a ella

-¿Qué haces? –preguntó con la intención de bajarse
-No te muevas –le pidió mientras sacaba un labial nuevo de su bolsillo, con todo y su cajita
-¿Por qué tienes un labial? –gruñó pensando que tal vez sería de Vanessa
-Lo compré pensando en este momento mal pensada
-¿Qué? ¿Tú compraste un labial? –chilló conteniendo la risa al imaginarlo.
-Sí, para que veas que llevo fantaseando bastante contigo
-Vaya, quien lo diría..., el señor Allen, tiene tiempo para fantasear –sonríe burlona
-No te muevas si no quiere acabar como el guasón
-¿Vas a maquillarme?
-Sí... -contesto con la mirada fija en sus labios...
-¿Por qué?
-Llevo mucho queriendo hacerlo y ya no hables, necesito concentrarme
-Sí señor -y hablaba en serio
-Y no me llames señor.

  Con una sonrisota en el rostro Danielle, corrió la mano con que Nicholas, sostenía el labial y depositó un suave beso en sus labios enrojecidos por su ataque anterior, antes de seguir sus órdenes y permanecer quieta y en silencio mientras él le pintaba los labios.

-Creo que quedó bastante bien
-¿Orgulloso?
-Si

La besó con cuidado de no arruinar su obra de arte y luego la ayudó a bajar, observó cómo se arreglaba la ropa y decidió salir del baño antes que se descontrolara

-Haré pasar a tu amigo –le informó caminando detrás de él
-Si no queda de otra
-Pero antes hay que limpiarte ese labial

Riendo regresa al baño por una toallita húmeda y ahora ella lo limpió, lo empujó hasta su lujosa silla de escritorio y con suavidad le quitó las manchas rojas

-Cómo nuevo
-Hablaba en serio cuando te pedí que vayamos a un hotel
-Nicholas..., si me respetas no vuelvas a invitarme a un hotel para tener sexo porque por muchas estrellas que tenga el fin es el mismo

Tenía razón, captó el mensaje y decidió no decir nada a las amantes se las llevaba a hoteles para tener sexo

-Haré entrar a tu amigo
-Gracias...

Pensativo se puso de pie y la observó salir, un minuto después Vincent, apareció con una gran sonrisa en el rostro mientras señalaba hacia atrás con el pulgar sobre su hombro

-Nico, esa chica sí es tu tipo
-Cierra la boca Vincent, no estoy de humor
-Abuelo, tú naciste sin sentido del humor..., aunque tienes buen gusto para las mujeres
-No la mires así depravado o tu novia se podría enterar de tus aventuritas
-Amargado, no soy infiel, solo disfruto del deleite que una chica atractiva puede proporcionarme, además solo soy un caballero
-Como te dijo Danielle, estoy muy ocupado así que dime de una vez a lo que has venido –le advirtió volviendo a su silla
-La rubia es un cubo de hielo, jamás creí que hubiera otro como tú
-Ya largare payaso
-¿Sigues sin hablar con tu mamá y Kris?
-Si
-Me envió Jim –comentó cambiando su tono
-No comiences a divagar y dime a qué has venido, estoy muy ocupado
-Tú papá tuvo un accidente está internado en cuidados intensivos
-¿¡QUÉ!? –tenía que ser una mala broma
-Anoche hubo un derrumbe o accidente en una obra o algo así le dijo Vanessa a Jim, y él, me pidió que viniera por ti
-Eres un imbécil ¡debiste decirlo apenas cruzaste la puerta!

Con la respiración acelerada tomó su chaqueta y se la acomodó de camino a la puerta, no le importaba si Vincent, lo seguía o no Elías, era uno de los arquitectos que trabajaban sin descanso en el proyecto de Kobayashi

Con urgencia cruzó el pasillo pasando de largo por el escritorio de la secretaria hasta que recordó que Danielle, estaba instalada allí. Retrocedió unos pasos y se asomó, le tocó la mano y le habló

-Tengo que irme, no estaré disponible el resto del día
-De acuerdo...

Confundida los observó marcharse a toda prisa. Vincent, intentaba explicarle algo a Nicholas, pero este no reaccionaba, tenía su inexpresiva actitud instalada en el rostro con la que dejaba claro que no escucharía a nadie.

Nicholas, no regresó al día siguiente. Su celular estaba apagado y eso no era bueno. Takeshi Kobayashi, se había presentó en la oficina junto a su asistente y exigía ver a Nicholas. Estaba alterado y demandaba cosas en japonés que su asistente intentaba traducir y explicar, pero Danielle, supo cómo calmarlo y le ofreció organizar una reunión lo antes posible y una visita a la obra, le comentó algunos detalles como lo duro que están trabajando los 3 arquitectos a cargo del proyecto y eso le encantó al Japonés gritón. Se dio por satisfecho y su asistente le brindó toda la información necesaria a Danielle, para poder concertar la reunión.

Danielle, no pudo evitar preocuparse Nicholas, no era de las personas que simplemente apagaba su celular para desconectarse, así que le escribió un mail informándole de la situación, esperó un rato a que llegara una respuesta, pero nada. Dejó el edificio y pasó por a comprar algo para cenar mientras intentaba nuevamente contactar a Nicholas, pero seguía saltando al buzón de voz. Su celular seguía a pagado y ya comenzaba a desesperar. Le dejó un mensaje esperando que en cuanto lo escuchara la llamara de vuelta

Hola Nic, soy yo otra vez -suspira-. No sé qué es lo que está pasando y tiene que ser grave para que hayas desaparecido y..., por favor dime su me necesitas, llama a la hora que sea pero da señales de vida -pidió angustiada-. He conocido al señor Kobayashi, se presentó en la oficina y lo convencí que pronto te reunirías con él para hablar del proyecto..., por favor llámame.

Esperó el resto de la tarde por la llamada pero no ocurrió. Preocupada se fue a la cama e intentó dormirse pero solo se daba vueltas intentando conciliar el sueño, quería llamar a su casa pero no era correcto, menos con Frida, metida allí. Pasadas las 11 de la noche su celular sonó sobre la mesita de noche y como un resorte Danielle, se sentó en la cama y contestó, ni siquiera se molestó en ver de quien se trataba sabía quién era, o al menos esperaba que fuera él

-¿Nicholas?
-Dani –soltó tremendamente afectado.

Su voz, era más ronca de lo normal y sonaba afectada. Danielle, inmediatamente se puso alerta al sentir su dolor. Saltó de la cama y corrió a encender la luz de la habitación.

-Nic, hola ¿qué pasa? ¿Te encuentras bien? Dime lo que puedo hacer y lo hago
-Te necesito..., ven por favor –pidió con un nudo en la garganta
-¿Qué tienes? ¿Te ocurrió algo? 
-Ven
-¿Dónde estás? –caminó hacia el armario para buscar algo qué ponerse
-En un hotel, no quiero ver a nadie yo... -hizo una pausa para tomar aire-. No pienses mal yo solo..., no quiero ir a casa y...
-Cariño, solo dime el hotel y yo te encuentro
-Marriott..., está cerca de la clínica –su voz era apenas un murmullo apagada y débil
-¿Puedes enviarme tu ubicación? Voy a usar el lindo celular que me diste
-¿Vas a venir? –la sorpresa y fragilidad de su voz hizo que a Danielle, se le erizara la piel
-Por supuesto, pero tengo que cortar
-De acuerdo...

Histérica lanzó su pijama por los aires y se calzó un jeans azul y una camiseta de "Bon Jovi", un par de zapatillas y el abrigo. Con manos temblorosas buscó el tecnológico IPhone que Nicholas, le había regresado y tomando su bolso corrió fuera de la casa, bajando de dos en dos los escalones llegó a la calle y se subió al primer taxi que se le cruzó fastidió al chofer durante todo el trayecto para que se diera prisa, se sentía sofocada de preocupación, nunca lo había escuchado tan vulnerable y lo único que ansiaba era llegar con él, para consolarlo, para intentar reconfortarlo

Al llegar a la elegante recepción no perdió el tiempo y pidió el número de habitación de Nicholas, por supuesto que no le dieron ese tipo de información, era el protocolo, pero cuando se negaron a comunicarla con él, la desesperación incrementó, eso y el hecho que no le permitieran acercarse al lobby, la miraban de pies a cabeza reprobando su atuendo. Así que no le quedó más remedio que llamar a Nicholas. Le respondió al primer tono

-Dani –suspiró
-Nic, ya estoy aquí, pero no me dejan subir
-Voy por ti yo..., voy
-Gracias

Tres minutos después Nicholas, apareció por los ascensores, completamente derrotado, la camisa arrugada y desordenada, sin la chaqueta del traje y los zapatos sin anudar..., era la misma ropa con que dejó el despacho el miércoles. Desesperada Danielle, corrió hacia él, rodeándole la cintura en un fuerte abrazo y solo eso bastó para saber que estaba sufriendo su cuerpo temblaba y nunca lo había sentido tan vulnerable y eso la hizo querer llorar. Pero se contuvo, le tocaba ser fuerte, la necesitaba. Así que lentamente se apartó y rodeándole la cintura con un brazo lo guio hasta el ascensor, el silencio reinaba pero la respiración de Nic, se escuchaba muy claro. Una vez en la lúgubre suite Danielle, intentó apartarse para encender la luz pero en un rápido movimiento Nicholas la apretó contra su pecho y enterrando el rostro en el hueco de su cuello se echó a llorar tan desconsoladamente que no era capaz de formar ni una sola palabra. Conmovida con el niño pequeño que sufría Danielle, repartió suaves caricias prometiéndole que todo estaría bien, que le ayudaría con lo que sea

Pasaron 10 minutos en silencio en los que Danielle, se mentalizó para no sonar débil y le aseguró con toda la convicción de la que era capaz

-Estoy aquí Nic, calma  puedes pedirme lo que quieras..., lo que necesites no pienso moverme de tu lado, me toca cuidar de ti y estoy más que gustosa de hacerlo mi niño rico adorado

Nic, solo reaccionó con un jadeo tan triste que Danielle, lo abrazó con más fuerza intentando protegerlo de su dolor

  Una hora más tarde se encontraban sentados al borde de la cama Nicholas, estaba aferrado a ella con tanta fuerza que Danielle, tuvo que arrodillarse a su lado para estar a su altura y para que pudiese apoyar la cabeza en su pecho mientras le acariciaba la nuca con suaves y lentos movimientos, necesitaba controlar su angustia y recolectar valor para hablar con ella

-No puedo dejar de llorar, simplemente las lágrimas caen por mis ojos...,  lamento que me tengas que ver así Dani... -se disculpó con la voz quebrada
-No seas bobo, no te disculpes, no es necesario
-Es que... -intentó explicarse pero un nudo en la garganta se lo impidió
-Tranquilo, no voy a dejarte solo puedes llorar todo lo que quieras y no te atrevas a sentirte avergonzado

Lo abrazó con cariño por el cuello, subió sus manos por la espalda y se pegó aún más a él. Nicholas, nunca se había sentido tan impotente y triste tanto que no dejaba de sollozar

-Mi papá tuvo un accidente...
-¿QUÉ? ¿Cómo pasó? -aflojó un poco su abrazo para poder mirarlo a la cara
-Un maldito derrumbe en la obra
-Oh no... Nic ¿cómo está?
-Mal Dani..., mal, él..., él...

Los hombros le temblaban, no se sentía capaz de decirlo en voz alta, el accidente había sido muy grave y varios trabajadores pararon en el hospital pero Elías, es el más crítico

-Tranquilo Nic, tu padre es fuerte
-Está con riesgo vital, está en coma Dani, y..., mi mamá y mi hermana me culpan  no me quieren cerca..., Kris, ella me empujo fuera y dijo cosas que me dolieron
-Oh Nic...
-No sé qué mierda me pasa, estoy hecho una magdalena, un marica, no paro de llorar ¡no puedo!
-Nic... -le tomó el rostro con cariño entre las manos-. Está bien tener miedo, es tu papá, no te escondas..., estoy aquí para ti

Con brusquedad Nicholas, agarró a Danielle, y la sentó en sus piernas la besó en el cuello ocultándose allí por otro largo rato antes de besarla en los labios con fuerza y desesperación..., hasta que se detuvo de golpe y la miró a los ojos

-Él lo sabe..., sabe que te amo
-Oh... -contuvo el aliento, seguía provocándole mariposas escucharlo decir esa palabra
-Sabe de la mierda que hice para conseguir este maldito proyecto, se encontraba corrigiendo unas fallas cuando, cuando...
-No es necesario tanto detalle, continúa, dime todo lo que necesitas decir
-Sabe que te quiero a ti y que Frida, es solo una pantalla para obtener el poder de la mesa directiva
-Pero... ¿cómo se enteró?
-Bueno nos descubrió besándonos una vez y le pareció extraño que no toque a mi esposa..., siempre he sido frío, no ando con mujeres colgando de mi brazo, soy discreto... -continuó sin darse cuenta de lo que realmente significaba esa pregunta
-Es tu papá, te conoce –le acarició la mejilla con cariño
-Lo sé..., dijo que..., da igual –sacude la cabeza espantando el recuerdo-. Estamos peleados, le saqué en cara no haber peleado por la empresa, era su derecho, el abuelo debió dejársela a su hijo no a su nieto. Y fui un puto imbécil, le prohibí opinar de mi vida privada y..., ya sabes como soy cuando algo no me gusta
-Insoportable
-Exacto, pero él, a pesar de mi enfado y del suyo por..., todo, continuó ayudándome con el proyecto, tomó una parte y se unió, me ayuda para que Hoggard, no me fastidie sacándome en cara que no soy arquitecto...
-¿Hace cuánto estas peleado con tu familia? –pregunta preocupada
-El término que usó mi mamá fue "ofendidos" porque no los invité al momento más importante de mi vida
-Pero..., yo creí que..., les presentaste a Frida y tú hermana fue a la oficina buscarla...
-Fingí que era una relación real, no es muy difícil, no soy expresivo o muy efusivo pero tampoco pretendía armar una gran boda para mantener a todos contentos
-No es bueno pelear con tu familia ¿hace cuánto que ocurrió?
-Hace dos meses, creo..., mi mamá odia la idea que me relacione con "la secretaria", le repele que no sea alguien de mi círculo social..., o Vanessa
-¿Qué tan grave es su enojo? –ignoró la mención de esa mujer
-No me permitieron estar en la clínica..., mi mamá me ignoró completamente y Kris..., dice que soy responsable y que si papá muere... -un sollozo lo puso a temblar-. Yo..., me olvidara de ellas
-No, eso no puede ser verdad, lo dicen porque están sufriendo y necesitan culpar a alguien pero tú no eres responsable de nada, de nada Nic, tu papá es arquitecto, conoce los riesgos de entrar a una obra
-No me dejes solo –se aferró a ella claramente asustado de perder no solo a su papá, sino a toda su familia
-Claro que no y mañana mismo voy a llamar al jefe de obra y exigir un análisis de riesgo ¡se pasaron por el culo la seguridad!

Aliviado de tenerla y maravillado por su preocupación la besó con fuerza, estampó sus labios contra los de ella y la besó apasionadamente, hambriento, necesitando el contacto, pero al cabo de unos minutos se separó con brusquedad, tenía los ojos rojos y parecía a punto de volver echarse a llorar

-Oh Nic... -le sostuvo el rostro con delicadeza-. ¿Qué pasa?
-Nada yo...
-¿Qué duele?
-Vincent... -suspiró con pesar-. Tuvo que ir a la oficina para que me enterara. Están tan enojadas conmigo que ni siquiera por esto, esto tan importa pudieron dejar su orgullo de lado...
-Vamos, dímelo sé que estás conteniéndote
-Estoy tan arrepentido..., por mi culpa mi papá está grave, por mi culpa no podemos estar juntos, por mi culpa...

Las lágrimas y la angustia volvieron a torturarlo, ya no había rastros del seguro y autoritario hombre de negocios que estaba a cargo de IMPERIO CO. Ahora solo era un hombre herido, vulnerable y asustado de perder a su familia

-Nicholas..., por favor dime lo que necesitas se me parte el corazón verte tan  angustiado
-Yo..., no merezco que seas tan buena conmigo
-Han sido suficientes lamentos, dime –insistió para distraer su mente de su auto lamento
-A ti..., solo te necesito a ti –la apretó contra su pecho, aferrándose a su calor
-Aquí estoy, quiero ayudarte
-Quédate conmigo
-Por supuesto, pensaba quedarme aunque no quisieras –le dedica una media sonrisa cargada de cariño

Permanecieron enredados por buena parte de la madrugada hablando, llorando, besándose. A las 3 de la madrugada Danielle, consiguió que Nicholas, comiera algo, llevaba un día entero sin nada en el estómago, aunque solo fueron dos bocados y una botella de vino completa. Cuando le propuso que se metiera en la cama e intentara descansar no se opuso, pero cuando la vio acomodando las almohadas y las mantas una familiar sensación de calidez lo atrapó y ansioso por tocarla la tomó de las caderas para girarla alejándola unos pasos de la cama. Danielle, por supuesto que reconoció su mirada oscura, no dijo nada, dejó que le quitara el abrigo que seguía llevando puesto y luego la camiseta para descubrir que no llevaba brasier

-Salí tan rápido que lo olvidé –se ruborizó al reconocer la lujuria en su mirada
-Te necesito...

Con ambas manos tomó sus pechos y comenzó a masajearlos excitado, hipnotizado, pero pronto toda la calma se volvió desesperación. Nicholas, la soltó unos instantes para quitarse la camisa a tirones haciendo volar varios botones, luego se desabrochó el cinturón bajándose el pantalón junto al bóxer en un solo movimiento, hizo lo mismo con los pantalones de Danielle, los bajó, la sentó en la cama y le quitó las converse y la ropa. Se montó sobre ella y buscó fricción, estaba como loco, desesperado y brusco

-Nic..., oye más despacio, no voy a ir a ninguna parte

Agitado deja de mordisquearla, la mira a los ojos y reacciona, tenía razón, no quería hacerle daño así que le baja a las revoluciones y lentamente le separó las piernas para acomodarse y poder penetrarla con cuidado. Lo sintió intenso como si la conexión entre ellos aumentara cada vez más. Pero Nic, no lo notó, se concentró en ser cuidadoso para no hacerle daño. Llegó al orgasmo más rápido de lo usual y con eso se desplomó sobre Danielle, las lágrimas nuevamente lo habían machacado consiguiendo que se durmiera en sus brazos entre caricias y palabras de consuelo.

   Con la cabeza de Nicholas, oculta en la curva de su cuello se despertó Danielle, completamente prisionera bajo el calor de su cuerpo desnudo y con una semi erección en su interior. La madrugada había sido intensa, pero eso a ella no le importaba, solo deseaba confortarlo y si podía hacerlo con sexo entonces no se opondría en lo absoluto. Lo que está viviendo es difícil, porque aunque no lo diga ni demuestre su familia lo es todo para él, ya lo vivió cuando perdió a su abuelo y la llevó a esa hermosa casa en la playa, tiene miedo de perder a su papá y el que su hermana lo culpe lo está matando..., se siente responsable, culpable

Con suaves y lentos movimientos Danielle, le acarició la espalda mientras pensaba en cómo animarlo, cómo sacarlo de ese estado tan oscuro, entonces una voz ronca y cansada la sacó de sus pensamientos

-Hasta aquí escucho como piensas

Le besó el cuello con cariño antes de mordérselo con cuidado. Hizo su camino ascendiendo beso a beso hasta llegar a sus labios y besarla apasionadamente, con ayuda de sus manos se apoyó en el colchón levantándose levemente para acomodarse, su cuerpo reaccionó sin perder tiempo, su semi erección ya estaba lista y seguía en su lugar favorito.

-Buenos..., días -jadeó por la invasión completa
-¿Qué pasa? –fingió no saberlo
-Nada, solo estoy preocupada..., estás apuñalándome -sonríe intentando distraerlo
-Sí, se siente rico despertar así
-Estoy algo acalorada -insinúa
-Yo estoy muy cómodo, no quiero moverme
-¿Dormiste bien?
-Contigo cuidándome, sí
-Me alegro... ¿quieres..., desayunar?
-No tengo apetito -suspiró abatido
-¿Ni siquiera uno de tus horrendos cappuccinos?
-Podría tomar un vaso de agua y alimentarte
-No, yo no voy a comer si tú no comes

Con una sonrisa Danielle, le sostuvo la mirada reconociendo un brillito travieso ante la idea de darle de comer.

-Te puedo dar de comer de otras formas

Insinuó apretándose más contra ella atento a su expresión, le encantaba verla cerrar los ojos de placer, así que disfrutó un poco al torturarla con lentas, muy lentas embestidas

-Me quieres volver loca –gimió excitada
-Si
-¿Lo admites así nada más?
-Si

Vuelve a decir, esta vez con una sonrisa sincera en los labios y eso bastó para que Danielle, lo dejara hacer lo que quisiera con ella (en la cama) quería verlo sonreír, necesitaba que se olvidara de todo lo que le estaba ocurriendo, al menos por un rato, porque verlo sufrir le partía el alma.

Al medio día Jim, le escribió a Danielle, preguntándole si estaba con Nicholas. Ella solo respondió un "si", no quería dar detalles, sabía lo orgulloso que es Nic y contar lo destrozado que estaba no era algo que el mismo haría. Así que cuando pudo escabullirse al baño para una ducha rápida lejos del alcance de sus manos aprovechó para llamar a Patricia.

-Buen día Danielle ¿cómo estás? –saludó la empleada de la casa al contestar
-Hola, han habido mejores días. Patricia, necesito un favor
-Por supuesto, dime
-El señor Allen, necesita ropa limpia ¿crees que podrías enviarle algo con el chofer?
-Dani, no es necesario que lo llames señor, sé que no es de mi incumbencia pero me gusta como sonríe después de verte
-Yo no...
-Cuídalo mucho, es un momento difícil
-Es lo que intento
-Haré un pequeño bolso y lo enviaré lo más rápido posible con el chofer
-Gracias, le escribo la dirección
-No dudes en decirme si necesitas algo más, lo que sea 
-Con gusto

¿Secreto?

¡Ja! El concepto que Nicholas y ella tienen de "secreto" es bastante diferente ya que Danielle, no se lo ha dicho ni a su sombra y en cambio él..., hasta la empleada lo sabía

Pero su hermana y mamá no estaban al tanto de la mentira. Nicholas, se negaba a que mintieran por él. Dijo que era más fácil mentirles a ellas que pedirles que mintieran, aunque eso los haya separado. 

    Cuando lo vieron llegar a la clínica Irene le lanzó un desprecio a su hijo y se centró en el café que Vanessa, acababa de darle, Kristall, por su parte estaba llena de rencor, necesitaba culpar a alguien y no se contuvo, menos cuando lo vio llegar con Danielle, saltó de su asiento y los detuvo a medio camino

-Tú no entiendes, te dije que te largaras, todo lo que le pasa a papá es tú culpa
-Kris..., por favor no puedo con esto justo ahora –pidió Nicholas, en voz baja, derrotado
-¿Y quién es esta? ¿Tú amante? ¿Es en serio hermanito? Te casas a nuestras espaldas y ahora andas con otra, no tienes límite
-No sigas –su voz fue la menos autoritaria que jamás se escuchó
-No te queremos aquí Nicholas

A punto de ceder Nicholas, se quedó increíblemente callado con la intención de marcharse, pero Danielle, no se lo permitió lo animó a ir con una enfermera para pedir que alguien le dijera lo que ocurría con más claridad, haciendo acopio de toda su fuerza de voluntad para ignorar el veneno que lanzaba Kristall, quien no dejaba de protestar. Jim y Vincent, que llegaban de la cafetería se acercaron para calmar los ánimos. Jim, acompañó a Nicholas mientras que Vincent, intentó usar su encanto para alejar a Kristall.

Con un nudo en el estómago Danielle, se alejó de la mirada llameante de Irene, y tomó asiento en el otro extremo de la sala de espera, lo más alejada posible para no molestar a nadie. Estuvo una hora allí aguantando los comentarios que lanzaba Irene, para que ella escuchara lo descontenta que estaba con su presencia hasta que Kristall, no pudo más y la increpó con todo su carácter Allen

-¿No te da vergüenza?

Sobresaltada se giró hacia la estridente voz de la hermana menor de Nicholas. Reconocía la mirada de fastidio que ambos poseían y nada bueno podía traer.

-No es mi intención disgustarte, solo estoy prestándole apoyo a Nicholas, en un momento tan difícil como el que tu familia está pasando
-Te aprovechas ¡adultera! El idiota está casado, recién casado y tú ni te arrugas al presentarte aquí luciendo así de terrible, nos dejas claro a todos que pasaste la noche con él, zorra
-Por favor –se detiene un segundo a mirar a la gente cerca-. No es el lugar para que expreses tus opiniones sobre mí, Nicholas, no lo está pasando bien, menos al ser responsabilizado injustamente
-¡Escúchame resbalosa! Tú no vas a decirme lo que tengo o no que hacer menos cuando mi papá se está muriendo allá adentro, así que haz el favor de desaparecer de mi vista porque no tienes ningún derecho a estar aquí, no eres nadie, mi hermano debe estar cegado por tus tetas, no te engañes, no le interesa nada más de ti más que un revolcón

Ruborizada en una mezcla de rabia y vergüenza, Danielle, guardó silencio mordiéndose la lengua, no era el lugar indicado para una discusión, entendía que Kristall, se estuviera descargando de ese modo, aunque lo duro de sus palabras la golpeaba como un puño directo al rostro, en pocas palabras era lo que parecía...

-Te vas o te corro, pero no quiero verte aquí, lo último que necesito es a una cualquiera fingiendo preocupación

En silencio Danielle, se levantó y caminó hacia el mesón de las enfermeras, averiguó donde se encontraba el baño y se alejó. Se tomó un rato para calmarse antes de regresar, esta vez se quedó lejos de los ojos de Kristall, pero cerca en caso que Nicholas, la necesitara.

El día fue largo. Un par de horas más tarde Vanessa, consiguió llevar a Irene y Kristall, a almorzar junto a sus padres dándole algo de calma a Nicholas, que no hacía más que tragarse sus quejas y acusaciones en silencio mientras caminaba de un lado a otro por toda la sala de espera siempre yendo a ver si Danielle, estaba cómoda o si necesitaba algo.

Después de horas y horas allí Vanessa, finalmente se acercó a Danielle, había querido hacerlo desde que llegó de la mano de Nicholas, pero no lo hizo por respeto a Irene, le importaba mucho lo que la madre de Nic, pensara de ella. Aprovechando que el abogado de Elías, había llegado junto a un par de amigos de este a presentar su apoyo a la familia, se escabulló entre el revuelo y se acercó a Danielle, que seguía apartada de todos. Nicholas, iba y venía del baño siempre acompañado por Vincent. Jim, tuvo que marcharse, tenía pacientes que atender

-¿La esposa no se va a presentar?

Danielle, decidió no responder a eso, en cambio la observó con atención, seguía detestándola, tan hermosa y perfecta la maldita.

-Sigo sin entender qué haces aquí –la provocó
-Quiere que esté aquí
-¿Qué tienes tú que yo no tenga?

Sorprendida por su pregunta tan cargada de angustia y rencor Danielle, la observó, tenía las mejillas rojas y la mirada sobre ella, sinceramente no sabía cómo responderle sin hacerla enfadar más.

-Él, nunca anda tomado de la mano con nadie es una demostración innecesaria de afecto, sin embargo llegó contigo aquí. De la mano

Ignorando el silencio de Danielle, se sentó en el asiento junto a ella y continuó hablando sin pelos en la lengua

-¿Sabes lo doloroso que fue enterarme que mi mejor amigo le pidió a una extraña, una simple empleada que se casara con él, para ayudarlo en vez de pedírmelo a mí, yo que lo conozco de toda la vida?

Sonaba tan dolida que en cualquier momento se echaba a llorar, Danielle, la miró sorprendida por la honestidad, pero no dijo nada

-Le habría ayudado en lo que me pidiera, incluso si hubiese querido asesinar a alguien, mi respuesta habría sido siempre un sí, sin pensarlo...

Suspira abatida y algo dramática

-No sé por qué no confía en mí..., haría cualquier cosa por él. Pero se casó con la secretaria y ahora se pasea contigo de la mano como si fueras... -se detiene antes de insultarla-. Soy mejor que esa mujer y tú juntas, lo habría ayudado a conseguir que esos hombres lo dejaran en paz, le habría dado todo..., pero se conformó con un par de empleadas fáciles de manejar y dispuestas a todo por dinero

Y ya. Fue todo lo que Danielle, pudo callarse, estaba lista para pedirle que regresara con la familia de Nicholas, cuando él, aparece justo a tiempo para escuchar lo que decía

-No te metas con ella, regresa con el resto –apareció el frío y dictador Nicholas
-Te prohíbo que me hables así

Vanessa, se puso de pie y lo enfrentó, con su altura y tacones era del mismo porte que Nicholas. Lo desafió sosteniéndole la mirada

-¿Qué pretendes hablándole de tus asuntos? Yo no voy a enamorarme de ti de la noche a la mañana como sigues esperando que suceda
-Nic... -susurró Danielle, para que se detuviera
-No, está bien Dani –le aseguró extendiendo su mano para acariciarle el hombro
-Estás cometiendo no uno sino DOS grandes errores al usar a esta asistente como amante y a la otra como esposa, te van a dejar seco, las de su clase solo buscan dinero, no hacen nada de buena voluntad, todo tiene precio para esas
-No voy a discutir contigo aquí, mi papá está internado, respeta eso y cierra la boca, aguántate las ganas de decir lo que piensas, no es el momento
-Estas tratándome como si fuera una desconocida ¡no puedes confiar en ella más que en mí!
-Si puedo, y lo hago. Por favor déjanos solos

Incómoda al estar metida en medio Danielle, se levantó y fingiendo que no estaba preocupada le pidió a Nicholas, que fueran a comer algo, llevaba todo el día allí y ya le rugía el estómago del hambre, además necesitaba alejarse de las miradas de odio y desprecio que le lanzaban constantemente.

No se separaron en todo el fin de semana. Ella iba a la clínica pero mantenía la distancia asegurándole que no se iría de su lado, pero que no quería incomodar a su familia con su presencia, así que básicamente se pasaba el día paseando por el edificio con los auriculares puestos o con un libro. Había conseguido ir a su apartamento a cambiarse de ropa y esta vez sí llevaba brasier.

El lunes por la mañana Danielle, convenció a Nicholas, que la dejara ir a la oficina solo para recolectar trabajo, no quería separarse de ella, no deseaba estar solo así que le dio las llaves de su camioneta y le pidió que tomara su Mac y todo lo que necesitara para luego recogerlo en el hotel y dirigirse a la clínica.

Elías, había reaccionado, se despertó durante la madrugada el tiempo suficiente para que los doctores pudieran hacerle los exámenes pertinentes, pero los doctores decidieron inducirlo a un coma, su condición no era muy alentadora, tuvo una seria lesión en la espalda que podía o no afectar a su movilidad, quiere decir que podría no volver a caminar... Devastado Nicholas, decidió no quedarse allí y agarrando a Danielle, de la mano se fue al hotel para intentar convencerse que nada malo iba a ocurrir, que la noticia era buena, el riesgo vital había disminuido considerablemente. Pero no pudo, se quebró al pensar que existía una posibilidad de tener que verlo y vivir con la culpa de haberlo condenado a una silla de ruedas. Se durmió entre los brazos de Danielle.

Debiste esforzarte en conquistar a la chica de las uñas rojas, estás enamorado de ella. La secretaria será una piedra en tu zapato que no saldrá con facilidad, hijo

En la penumbra Nicholas, se despertó con el recuerdo de la última conversación que tuvo con su padre, bueno la última discusión, así es como la sentía él, y ahora estaba tan arrepentido de cómo le habló, de las cosas que dijo... Elías, tenía razón, su papá tenía razón, hacía todo mal sabiendo que era así pero negándose a aceptar que se equivocaba, comenzaba a cometer errores imborrables. Se desveló, observó a Danielle, durmiendo a su lado por toda una hora antes de levantarse y tomar su Mac para mirar en lo que trabajaba ella y luego de unos minutos se encontró a si mismo sonriéndole a la pantalla y completando lo que había comenzado.

Los siguientes dos días Danielle, se instaló en la cafetería con el trabajo de la oficina, se comunicaba constantemente con Tamara, quien le informaba de todo lo que sucedía en el compañía durante la ausencia de Nicholas, más concretamente acerca de Marc Hoggard y su padre

-Tenemos que cenar con Frida

Nicholas, apareció de la nada mientras ella estaba al teléfono con Tamara. Pero al escuchar aquello se despidió rápidamente y cortó la llamada

-¿Tenemos dices? –dejó el celular sobre la mesa y lo miró acomodarse en la silla frente a ella
-Sí, sé que has estado aquí acompañándome y recibiendo comentarios muy desagradables, quiero dejarles claro que tengo una esposa y... -se detuvo al ver la mueca de dolor en el rostro de Danielle-. Me refiero a que vamos a ir a cenar al mismo restaurante que ellas para que nos vean
-¿Tengo que fingir que soy amiga de Frida?
-Iremos con Jim
-¿Cómo una cita doble para que crean que estoy con él y no contigo?
-No, bueno que somos amigos..., que me apoyas, solo has hecho eso y que no te traten como a una cazafortunas, quiero que te respeten
-Nic..., ellas solo aceptan a Vanessa, a nadie más
-Pierden su tiempo ¿lo harás?

Lo observó unos instantes, claro que lo haría, cualquier cosa para que se sintiera mejor.

-Claro que sí, pero debes explicarle a Frida, y que no te toquetee frente a mí, ni cuando no vea, porque me voy a levantar y dar media vuelta
-Me gusta cuando te pones celosa
-¿Cuándo va a suceder todo esto?
-Mañana, te vas a tomar el día libre y Jim, te va a recoger, luego vendrás conmigo y Frida, a la casa, creo que ya es momento de dejar el hotel
-¿Qué voy a hacer en tu casa? –se preocupó
-Vamos a hablar de Kobayashi, me encanta lo que has hecho para mantenerlo interesado
-Solo quiero ayudarte, sé que es importante para ti

Conteniendo las ganas de besarla, se conformó con tomar su mano sobre la mesa y darle un apretón en agradecimiento por su apoyo y no solo con el trabajo. Por estar a su lado haciéndolo sentir querido y demostrándole que estaría a su lado para lo que sea.

Y en cuanto al trabajo, Danielle, había organizado un par de encuentros con el señor Kobayashi y su asistente para que viera planos, hablara con los arquitectos además de una visita a la obra con apoyo del señor Emerson y Tamara. Lo llenó de detalles que sabía que le interesarían.

-Voy a llevarte a casa
-Pero..., aún es temprano ¿no quieres que me quede?
-Quiero que descanses, que veas a tu tía, tal vez hoy podrían cenar juntas
-De acuerdo ¿qué harás tú?
-Primero dejar el hotel y regresar a casa, hablaré con Frida, intentaré descansar y no extrañarte tanto
-Llámame cuando llegues a casa
-Por supuesto, te necesito para poder dormir
-Todo va a estar bien Nic, no quiero que sigas pensando en lo que podría pasar
-Bebé, sabes como soy, lo haré aunque te diga que no lo haré
-Lo sé

Danielle, acabó con todo lo que hacía y guardó las cosas en su bolso, aceptó la mano de Nicholas, y dejó que la llevara hasta el auto.

Al día siguiente, cerca del medio día Jim, llamó a Danielle, para pedirle su dirección, y claro ella no deseaba ser una inútil damisela y le aseguró que no era necesario, quedó en reunirse con él, cerca del restaurante para que Nicholas, no se enfadara.

Y así lo hicieron, a la una de la tarde se vieron a una cuadra del restaurante y caminaron tranquilamente mientras hablaban de Nicholas, por supuesto. Al llegar a la entrada del restaurante se encontraron con Nicholas, vestido impecablemente con uno de sus trajes y la mirada clavada en ellos

-No vengas con tus celos absurdos Allen –protestó Jim, ya sabía lo que seguía.
-Quita tu brazo, ahora –espetó con los dientes apretados y una voz amenazadoramente baja al notar que le rodeaba los hombros
-Tranquilo semental, sé que es tu tesoro, no voy a robártelo –quitó la mano de los hombros de Danielle, y las alzó en el aire en un gesto de rendición
-Nicholas, por favor no pienses mal –protestó Danielle, en voz baja
-Entra con Frida, habla con esa mujer insoportable un rato
-A la orden mi capitán

Llevándose la mano derecha a la frente a modo de saludo Jim, se burló sin palabras de su amigo celoso y entró para darles privacidad

-Esto es un poco cliché, tú con mi "amiga" y yo con el tuyo –gruñó al ver que no se acercaba
-Danielle, es solo para que mi mamá y hermana dejen de hablar mal de ti. No quiero que te sientas incómoda
-No me gusta ser la "amante" así que espero que esto funciones porque ellas ya me detestan lo suficiente
-Detesto esa palabra, por supuesto que no eres mi amante, eres mi chica, solo mía y yo solo te hago caso a ti, solo a ti

Extendió el brazo y le tomó la mano con cautela, examinado a su alrededor que no hubiese nadie que los reconociera

-Que ternurita, ni rastros del odioso que tan loca me trae
-No me tientes que ya fue lo suficientemente difícil dormir sin ti
-Las noches en el hotel fueron solo una excepción, sigo creyendo que lo mejor es esperar, no quiero que se arruine lo del testamento por mi culpa
-Nada de esto es tu culpa -aseguró jalándola para acercarla-. ¿No me das un besito?
-Estamos en la calle, se supone que tu mamá y hermana vendrán aquí, por eso el show de los 4 cenando amistosamente
-Ya verás el "show" que montaremos en mi cama esta noche

Colorada como un tomate no le dijo nada, en su lugar pasó por su lado y entró en el restaurante, fue hasta la mesa, saludó a Frida, recordando sus modales y tomó asiento junto a Jim. A los segundos se les unió Nicholas, y ya estaba con esa arruga perpetua en la frente

-Esas sillas están muy juntas, sepárense –gruñó
-Nicholas –suspiró Danielle
-No me hagas hacerlo yo mismo –le advierte, esta vez fulminando a Jim, con su mirada que lanzaba de rayos láser
-Celosito

Se burló Jim, pero sabía que su amigo hablaba en serio así que para no montar un espectáculo acomodó su silla y le siguió la corriente, ordenaron, y fingieron alegría cuando Irene y Kristall, llegaron al restaurante acompañadas por Vanessa y su madre. Fue una locura, pero todo era por Nicholas, si él, lo necesitaba entonces tanto Danielle, como Jim, lo harían.

Al acabar el extraño almuerzo Jim, se despidió de todos en el estacionamiento y los dejó. Todos se subieron al auto de Nicholas, Frida, se fue atrás y para sorpresa de Danielle, no dijo nada, al igual que durante el almuerzo, estuvo tranquila y sumisa, demasiado para tratarse de ella.

Al llegar a la casa Frida, se marchó dejándolos solos. Nicholas, tomó de la mano a Danielle, y la llevó hasta su oficina, sin perder el tiempo la besó contra la puerta cerrada como venía queriendo hacer desde que la vio llegar al restaurante.

-Qué bien se siente esto –suspiró contra sus labios
-También te extrañé..., pero hay que controlarnos, no pueden vernos en estas actitudes tan íntimas
-Lo sé, tenemos que trabajar
-Sí, eso me gusta ¿qué necesitas que haga?

Con una sonrisa en el rostro Danielle, empujó a Nicholas, hasta su escritorio para que tomara asiento en su silla de cuero. Le encantaba ser útil.

-Necesito que planees una fiesta aquí en mi casa
-¿Cómo dices?
-Debe ser muy elegante, con los mejores chefs, también debes encargarte que todos los involucrados asistan, también posibles inversionistas, empresarios, proveedores, todo el mundo, que Kobayashi, se sienta como un rey
-¿Para cuándo la necesitas?
-Este sábado
-¿QUÉ? Pero son solo 3 días
-Tú puedes, eres la mejor
-Pero yo...
-Vamos Dani, confío en ti, no hay límites de presupuesto, pide ayuda de quien lo necesites
-No tengo idea de fiestas finolis
-Eres inteligente, estoy seguro que sabrás hacerlo muy bien

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