46.- ~UN TRAJE DE LOCO~
-KURT-
Me siento bien, me siento génial creo que hoy nada podra quitarme eso. Eso que sólo es mío, y que yo decido que hacer con él, con mi felicidad.
—¿Te gusto la sorpresa que tenía para ti? —Me interrumpe Cooper, para prestarle un poco de atención. Pero estoy tan distraído con la ventana que es inútil aún asi le respondo.
—Tu atuendo es genial.
—Eso no fue lo que te pregunte...
—¿En verdad? Yo escuche eso.
—Pues escuchaste mal, lo que te dije fue ¿Que si te gusto la sorpresa? Tú sorpresa.
—Ah, Si, me encanto, gracias —le conteste de una forma no tan agresiva, realmente me gusto esa sorpresa. Cena para dos en un lugar bastante caro, creo que vale la pena agradecer.
—Puedes volver a decirme ¿Quien era el tipo que te trajo? Se veía raro.
—Ya te lo dije, era mi primo, vino a pasar un tiempo en Ohio. Solo eso. —tomo un poco de pasta de mi plato y lo llevo a mi boca. Aparto la vista de la ventana. Cooper me obliga hacerlo, pero puedo jurar que vi a mi padre en el aparador de la tienda, ahi sonriéndome.
—¿Dónde lo encontraste? —creo que fue una mala idea esperar a Jason, me hubiera cogido el taxi yo sólo, al menos me evitaría estas preguntas.
—Él me busco. —le sonrió. Gruñe un poco y sigue comiendo. Asi transcurre nuestra cena.
Traen platos y platos de rica comida. No cómo todos, sólo los que se ven mas ricos, por ejemplo le doy un mordisco a una lasagna y después a un filete y asi hasta quedar lleno. Cooper aun no acaba asi que. Decido ir al baño y mensajearle a Jason, decirle que tal vez hoy no vaya a su casa. Hoy quiero estar con Cooper.
Cuando estamos en su auto, él es quien se encarga de romper él silencio.
—¿Quieres quedarte en mi casa? Por lo que me dijiste no puedes volver a la tuya, y quiero protegerte y que mejor haciendolo que tenerte a mi lado.
—Es verdad... —abro los ojos como platos cuando él me lo dice. Estaba esperando este momento, gracias.
—Si, ¿por qué debería dejarte solo cuando mas me necesitas? no soy esa clase de persona.
—Gracias —le doy un pequeño beso en la comisura de sus labios.
—No es que me queje, pero ¿Solo eso merezco?
Me mira de reojo y empiezo a reirme— Te estas quejando... No sabía que los Anderson eran así, pero si, solo eso te mereces.
—Que mala gradecido.
—Solo conduce Cop —es divertido hacerlo enojar. Podria acostumbrarme a esto. Podria acostumbrarme a vivir con él.
—Conduce con cuidado bebe. —le digo para fastidiarlo más.
—¿Como acabas de llamarme? —gira su cabeza para quedar enfrente de a mi y me mira con los ojos entrecerrados como si estuviera enojado, pero no lo está, solo bromea, o eso espero.
Sus gestos son como los de un niño pequeño a quien han pillado en una broma. Pero cuando veo que él no se rie como deberia hacerlo, trato de reprimir un grito ahogado.
—Te llamame bebe, ¿no puedo llamarte asi?
—No, asi yo te digo y no debe ser igual mi apodo.
—¿Y según quien?
—Debes ser creativo Kurt, elige otro.
—Yo debo ser creativo, pero tu no lo eres, escoges la primera palabra tierna que se te ocurrio. —suelta una risa tan eufórica, que a mi tambien me hace reir.
—Si, tu debes hacerlo, para que esto funcione uno de los dos debe ser creativo, y el destino te ha escogido a ti.
—Que conveniente ¿no es cierto?
—Si... Demasiado.
Me quedo pensando en el apodo perfecto, luego recuerdo que es lo que mas me gusta verle cuando esta distraído. Y bingo. El apodo aparece sin más.
—Te parece el apodo de ¿Suculento trasero?
—No, eso no tiene nada que ver ¿Por qué ese?
—No es que yo sea un pervertido y te vea siempre el trasero cuando tu no me vez a mi.
—Te gustaría tener mi trasero ¿no?
《No lo dice en doble sentido, no lo dice en doble sentido》
—Es un apodo y, por dios no has visto tu trasero Cooper ¡es gigante!
—¡Kurt! —me golpea levemente en el hombro y empieza a reírse de nuevo.
—Es verdad. —le digo tomándole el hombro. —No me vuelvas a pegar, Tonto.
—Si tu me dirás asi, yo te dire.
—No, no amigo, yo ya tengo mi apodo.
Se queda pensando un momento y temo que se le explote la cabeza de tanto pensarlo, pero al fin lo dice.
—Trasero redondo.
—Eso... Es...
—Por dios Kurt no has visto tu trasero, es redondito. —dice imitandome.
Trato de no ponerme rojo, pero es inútil, esto me esta avergonzando y a la vez me entran tantas ganas de reír, pero no lo hago, no me rio.
—Los dos tenemos como apodo trasero... Estás consciente de éso. —le aprieto la mano.
—Si, seremos felices. Los dos con nuestros bellos apodos. —levanta nuestras manos entrelazadas en forma de gloria. Nos soltamos y nos miramos a los ojos.
—Si, seguro. —le digo, rió un poco y él me rodea con su brazo libre y con él otro enciende el auto.
Me gusta estar así con el, pasar un tiempo de reconfortamiento es mejor que estar en una casa de locos (por casa de locos me refiero a la de mi infancia, donde seguramente esta Sebastian ahora).
No puedo mentir sobre que no me importa Sebastian, realmente me preocupo por él, por lo que pueda llegar a hacer ahora. Pero es solo que quiero dejar de pensar demasiado en los demás, antes de pensar en mi. Él es mi hermano y aun no entiendo porque demonios me llevo a ese Hotel o Motel del terror porque no solo me dejo con mi novio. Sea lo que sea lo voy a averguarlo.
Me hago el dormido para que Cooper no me pregunté que es lo que tengo ahora mi cara no creo que sea como la de hace unos minutos, a si de fácil puedo escapar de mis problemas.
Enciende la calefacción del auto, y aquí es donde quiero detener el tiempo, quedarme aquí calentito con él y lo que está al rededor pueda desbordarse por mil rascacielos. Pero no puedo ser feliz, no ahora.
Aún tengo muchas cosas. Las cuales debo resolver lo antes posible, porque son las únicas que no me dejaran estar en paz. Necesito la verdad y saber que paso la noche nombrada con Scott, será lo primero que tenga que averiguar.
Ahí empezaron todos los problemas. Estoy consiente de eso.
—¿Quieres donas? —Oh Cooper me a pillado tengo que salir. —Vamos no finjas que estas dormido —me agita un poco.
Me acomodo en el asiento y veo su expresión cuando pasamos una luz verde, su cara es tan... Como explicarlo, es la primera vez que le presto atención realmente a los detalles. Su sonrisa curva, sus ojos no tan juntos, no tan separados, solo perfectos.
Me gusta el lunar que tiene en un costado de su barbilla, el espacio que hay entre sus cejas, la forma de su peinado, la forma de sus cejas, es todo lo contrario a Blaine o casi todo. Simplemente es bonito.
Comienzo a reir —Si, Si, seria perfecto.—le tomo la pierna y la aprieto un poco. Él se gira un poco y me sonríe.
Cuando llegamos al centro comercial, en las donas ya estaban cerrando, pero Cooper llego a tiempo y lo atendieron de una forma cortés, al parece ser, porque le regalaron tres donas más haber dime quien te regala donas extra y, lo mejor es que eran de mis favoritas.
—¿Quieres ir a dar un paseo?—mientras toma la caja de donas y la sujeta en sus brazos, firme.
—Todo esta apunto de cerrar.
—Todo es mejor cuando esta solo —dice Cooper empujándome leve, a un lado.
—Oye... Eso no es justo eres mucho mas grande que yo y tienes mas posibilidades de aventarme, las mías son nulas te doblo en tamaño. —le reclamo mientras voy detrás de él
—Yo quiero doblarte en mi cama.
Espera que...
Se detiene en seco y choco con su ancha espalda y trato de equilibrarme para no caer.
—Te quiero. —se da la vuelta, deja la caja en el suelo y se acerca a mi. Posa sus palmas en mi cadera y mete sus manos debajo de mi playera. Siento como cada uno de sus dedos fríos como el fierro recorren mi piel.
—Yo igual.
Se acerca a mi cuello y yo evito reírme por los escalofríos, que provoca su aliento gélido, puedo jurar que esta diez veces mas frio aqui, que ahi afuera.
Me acerca mas a él, tanto que casi, puedo escuchar el latido de su corazón. Cuando nos separamos, las luces de todo el centro comercial se apagan
—Vámonos ahora o terminaremos haciendo el amor aqui. —dice Cooper tomando la caja del suelo. Me da un rapido beso en los labios y me empuja un poco.
—¡El ultimo en llegar al auto, no tendra dona!
Idiota, idiota, idiota es lo que mi mente dice cuando por fin reacciono. Cuando lo hago salgo corriendo sin pensarlo detrás de mi novio, dando vueltas a los aparadores que se encuentran, al centro del pasillo y tratando de que él guardia de seguridad no me vea.
—Creo que no tendrás dona.
—Creo... Creo... Que no. —digo un poco agitado y controlando la respiración. Ahora queda claro es mucho mas rapido que yo, demasiado, tal vez sea por sus piernas largas, si creo que es eso.
—Tendrás algo mejor.
—¿Que es mejor que una dona?
—Yo... —dice acercandose a mi un poquito— tenerme desnudo en la cama.
—Si, tienes razón, tal vez eso sea mas rico que una dona.
—Te lo dije.
Nos metemos en el auto y vuelve a conducir, hacia su casa, en el camino me dice si quiero intentar manejar, pero no realmente no quiero. Puede que sea mala idea a estas horas es imposible que pueda ver. Necesito los lentes.
—Solo acuéstate. —dice Cooper empujándome un poquito hacia su cama. —Yo hago lo de más.
—El... Quiero que lo hagamos, pero no es el momento. No creo que lo sea.
—¿Por qué? ¿no estas seguro?
—Solo quiero hacerlo cuando no este tan distraído, cuando pueda disfrutarte. —lo jalo de la camisa y empiezo a besarlo con tanta pasión como si nunca lo hubiera hecho. Empieza a quitarse su camisa y deja al aire libre su cuerpo cálido y marcado.
Realmente es espectacular la figura que tiene en su pecho, me quedaría mil veces viendolo, no me cansaría de hacerlo nunca. Recorro su pecho con mis dedos. Es tan exitante que siento como va creciendo el bulto en mi pantalón trato de controlarlo, pero no puedo.
Su pantalón, se lo quito yo, trato de no verlo y apartar la vista, pero es inútil, es inevitable.
—No pasara nada, si no quieres, no estas obligado a nada —me acaricia un costado de mí cara y después me besa.
—No realmente no quiero, quiero disfrutarte, quiero hacerlo un día cuándo no este tan bobo.
—De acuerdo, me parece perfecto.
Se acuesta del otro lado de la cama. Extiende los brazos y me abraza por detrás acomodando mi espalda en su pecho.
—Duerme bien, trasero redondo.
Tengo tantas ganas de reírme, pero me contengo y asiento con mi cabeza. Me giro un poco para verlo a los ojos y el esta feliz.
—¿Quieres quitarme por lo menos la ropa?
—Creo que eso seria perfecto. —me responde y jala mi playera acercándome a él, después la aparta y pasa rápidamente al pantalón.
—Gracias.
—No hay problema. —me besa y me quita el pantalón poco a poco. Dejando al aire mi boxer, asi como a él.
Quiero hacerlo, quiero que me haga suyo, realmente lo quiero. Siento una presión en mi pecho, pero poco a poco se va desvaneciendo, si Cooper es el indicado, sera perfecto. No lo conozco mucho, pero se que nunca dejaria que me pasara algo. Lo quiero y eso es lo que importa.
Me acerco a su oreja y le muerdo el lóbulo, provocando que el suelte un débil gemido, tal vez mi nombre, no lo sé, no logré reconocerlo a tiempo.
—¿Prométeme que no me arrepentiré de entregarte lo unico que tengo ahora?
—No quiero que hagas algo de lo que no estas seguro, Kurt, no pasara nada si no lo hacemos hoy.
—Prométemelo. —le insisto, realmente quiero hacerlo.
—Te lo prometo —dice bajito.
Empieza a besar todo mi cuerpo, se voltea y ahora todo él esta encima de mí.
Los besos recorren mi abdomen y se detienen en la delgada linea del mi boxer. Sin mirarlo él sólo lo hacé, baja mi boxer, dejando al aire mi excitación. Temo que pase algo, que pueda reírse, o algo asi, pero no lo hace, me mira y después sonrie. No es un gesto de burla, es gesto de ternura o tal vez de confianza, aún no lo sé.
Aparta mi boxer y lo avienta lejos de la cama, asi que hago lo mismo con los suyos. Él no se aparta, agarrá su exitacion y empieza a moverla como un vaivén. Y simplemente eso me vuelve loco.
—No quiero pasar a más. —dice un poco avergonzado.
—¿Por que? ¿es mi cuerpo? ¿Soy yo? ¿No te gusta?
—Que dices... No, Kurt eso no, todo lo contrario, ya no quiero seguir, porque si seguimos, no podría controlarme.
—Nadie te pide que te controles. —entrelazó mis manos en su cabello y lo jalo aun mas a mi para poderlo besar y cuando lo hago él se separa y se quita de encima de mi.
—De acuerdo.
Empieza a recorrer mi cuerpo con sus manos y chupa cada uno de mis pezónes, provocando mis gemidos. Cuando termina yo me acerco a su miembro y lo meto a mi boca. Subo y bajo tan rapido que temo podría venirse dentro de mi boca ahora.
—Ku... Kurt...¿Como te volviste tan... Bueno para esto? —no lo sé, nunca había practicado sexo oral, con nadie.
—No lo sé.
—Te necesito, te haré mío ahora. —siento que es demasiado rápido, pero mi diosa interior me lo pide a gritos.
Me besa y lo detengo para decirle:
—Cooper... Despacio.
Él no responde, cuando menos lo recuerdo mi culo ya esta en dirección a la cual debería ir, listo para que su miembro entre.
Pero cuando lo va a hacer el sonido de su celular nos interrumpe. Me empuja un poco y se dirige rápidamente fuera del cuarto sin decirme nada y dejándome ahi.
Tal vez la llamada sea mas importante que yo, me acuesto sobre mi brazo y me quedo mirando hacia el mueble donde esta mi teléfono. Lo tomo para ver si Jason respondió a mi mensaje y efectivamente lo ha hecho.
De acuerdo, pero cuidate. Dile que lo haga despacio. Al principio te dolerá, pero después ni te acordaras de tu nombre suerte
Trav.
Si tan solo supiera que no hicimos nada seria perfecto que prefirió contestar una estúpida llamada que hacerme suyo, y también veo otro mensaje es de Rachel.
Mañana tienes que venir a la escuela nada de faltas ¿De acuerdo?
Estoy obligado a ir, pase lo que pase, creo que me serviria ir un poco a ese lugar, aunque no me agrade.
Dejo el celular en el mueble y me pongo mis calzoncillos y me duermo.
A la mañana siguiente Cooper no se encuentra al lado mío, como lo hizo ayer susurrando un perdón. Creo que se enojo o no quiere verme por no haberle contestado. No sé como sentirme, si felíz por no haberlo hecho, o enojado por no haberlo hecho. Tal vez, no lo sé, me siento como un bobo.
Me levanto y me restregó la cara, con las palmas. Trato de moverme un poco para despertarme mejor. Y me dirijo a la cocina aun sin rastro de Cooper.
Intento gritarle, pero prefiero callarme cuando escucho gritos provenientes de la cocinas.
Me acerco un poco mas allá y ahi esta el preparando el desayuno. Con la Tv a todo el volumen de ahi provenían los gritos.
—¡Huele delicioso! —exclamo tan feliz, no se porque, si es porque él mismo me esta preparando el desayuno o porque realmente no esta enojado.
—¡No Kurt! No puedo llevarte el desayuno a la cama, si no estas en la cama. —veo como había decorado la tabla donde se lleva el desayuno con unas flores recién cortadas y de un color relajante. Al ver eso, suelto una pequeña risa.
—No te rias, quería hacer un bonito gestó, por lo de ayer, ya sabes, nos interrumpieron.
—Hablando de eso ¿Quien se atrevió a hacer semejante idiotez?
—Mi jefe... Quería unas cosas, te cuento después.
—Oh bueno. No me importa —ya no realmente.
—Te prometo que seguiremos esta noche.
—De acuerdo. —me pasa mi plato y los dos nos sentamos a la mesa a comer los deliciosos panqueques, que había cocinado para mi.
—¿Quieres jugo?
—Si... Por favor.
Me pasa un jarrón lleno de jugo de naranja, parece que lo ha hecho el mismo, pero no veo el cartón en el bote de basura cuando miro para haya.
Al terminar de comer nos dirigimos al dormitorio, para conseguirnos un poco de ropa. Me ofrece unos pantalones cortos y un suéter gris con botones en el cuello. Al salir de su casa, se ofrece a llevarme al Mckinley, yo le había contado del mensaje de Rachel y no quería dejar que me fuera solo, por un lado eso es mejor para mi.
Por suerte unas cuantas cosas que necesito para el dia, están en mi casillero.
—Yo tengo que ir a ver a mi jefe. ¿Me prometes que estarás bien?
—Estaré bien, pero no te lo prometo. Regresar aqui aún me sienta algo extraño. —veo como todos los chicos están emocionados por entrar al gran edificio que se encuentra enfrente de nosotros, que incluso con el mas mínimo movimiento podría caerse.
—Solo relajate. —me da un beso rapido y me ofrece unas gafas. —son míos, son sólo para que no fuerces la vista. —me agarra mis pómulos y vuelve a besarme tan despacio que no quiero que este momento con él termine, de hecho ningún momento con el quiero que termine. —Te quiero.
—Yo también y sobre esta noche, quiero tu trasero.
—Eso tendrás, nos vemos más tarde suculento trasero.
Salgo del auto y veo como mi novio sale a gran velocidad por los edificios maltrechos de la avenida.
—¡Hasta que apareces! —dice Rachel caminando a lado mío.
—¿Quien quería que viniera hoy? Y por cierto para que querías que viniera. Hoy podría estar durmiendo en el pecho de Cooper.
—¿Como la pasaste con él?
—Bien...
—¿Es tan bueno en la cama como lo es de actor?
—Si es muy bueno, incluso lo hicimos la primera vez y no dejaba que diéramos un respiro. —miento para impresionarla ahora es mi turno, yo siempre me callaba, cuando decía lo bueno que era Finn, ahora su novio párese un patético a lado del mío.
—Eso es genial —se pone roja tal vez de vergüenza o de coraje.
—¿Cuantas veces decias que soportaba Finn?
—Solo una y despacio...
—Tranquila ya mejorará. Bueno y ahora he venido aqui ¿para?
—Solo necesitamos tus ideas para el Club y que cantes con nosotros. De nuevo.
—Te extrañe. —la abrazo quiero contarle todo, desde la noche en el Karaoke hasta ayer cuando iba a hacerlo con Cooper, pero no se como hacerlo, realmente no se si quiera hacerlo. No siempre tengo que contarle todo. Solo para presumir.
—Yo también. —me responde bien al abrazo. —extrañe a mi amigo favorito.
—¡Por favor! enrrollandote con Finn pensabas en mi.
—No, realmente no. Cállate tonto —empieza a reírse mientras caminamos por los pasillos, evito las miradas raras de todos los presentes.
—No hagas caso ellos no saben nada.
—¿Kurt? ¡Kurt! Por fin —dice Mercedes junto con Marley y las dos vienen hacia mi, con los brazos bien abiertos.
—Yo tambien las extrañe.
—¿Donde rayos estabas? —me interrumpe Marley.
—Larga historia. —digo mientras ayudo a Mercedes a levantarse, ya que se había caído el venir hacia mi.
—Tenemos tiempo o ¿no? Chicas. —Marley mira a Mercedes y luego a Rachel.
—Si, bastante —dicen las dos chicas al unísono.
—Luego les digo.
—¿A ustedes como les va?
—No tambien desde que se fue Blaine de aqui.
_Déjenlo en no sabe de lo que se pierde estando allá.
—Kurt Hummel a la oficina del director ¡Ahora!
—Apenas estoy llegando y ya tengo que ir a la oficina del director.
Me aparto de ellas y empiezo a caminar, por el pasillo que creo da a la oficina de Figgins
—¡Suerte!—grita Marley desde atrás.
Solo asiento, viendo como todos se me quedan mirando, bajo la cabeza avergonzado.
Llego a la puerta y una ola de nervios me invade. Las palabras de Cooper me relajan y levanto la cabeza firme y entro a la oficina.
Todo esta como siempre solo que ahora el ambiente es mas tenso. No digo que nunca haya sido asi, siempre lo fue o por lo menos para mi.
—¿Quería verme? —cuabdo digo eso, el se encuentra hablando con alguien por teléfono, se parta un poco el teléfono y dice:
—Toma asiento por favor.
Me siento delante de su gran escritorio donde creo yo hace las cuentas, no se párese a nada como al que tenemos en casa o en casa de Sebastian, ya no se como funciona ahora.
—Tengo un problema Señor Hummel —me dice el director— Un problema que empezo cuando Blaine Anderson fue inscrito aqui. En este instituto.
Estaba consiente de lo que diría después, pero quise dejarlo que el lo dijera.
—¿Que pasó?
—¿Esta en problemas serios? —dice, dejando el teléfono aún lado.
—¿Qué le hace creer eso?
—Hemos recibido, un mensaje quieren revisar su casillero, solo para quitar sospecha alguna de ti. Y tus problemas con las drogas.
—No tengo problemas con drogas.
—Entonces ¿Dejaras que revisemos tu casillero Kurt?
Me quedo un momento pensando en las un mil posibilidades de que encuentren algo.
—Si no escondes nada, no debes temer. Si es lo contrario, tomaremos medidas represivas.
Agacho la cabeza y quiero llorar, maldición, aprieto las manos en las antebrazos de la silla. Levanto la cabeza firme y digo:
—Adelante. Revísalo.
—De acuerdo.— se levanta y se dirige a la puerta. —Tienes que venir.
Salimos de su oficina y nos dirigimos al ala de ciencias donde se encuentra mi casillero casi llegando al comedor.
—No recuerdo la contraseña —digo.
—No tienes porque preocuparte yo si la tengo. —Una voz detrás de mi dice, me parece tan familiar, como las veces que iba al parque y notaba algo distinto, esta voz la conozco, pero hace años que no la había escuchado.
Una vez mamá me lo dijo, todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Volteo y ahi esta mi Tia tan bella como siempre, con el cabello rubio atado en una coleta con un moño negro y vestida como siempre. Con una chaqueta y sus vaqueros. Detrás de ella están mi hermano, su amigo y los dos tórtolos viéndome con cara de desgracia. Y por ultimo dos hombres con monos blancos.
—Tia Holly ¿Qué haces aqui?
—Aun lado Kurt, tengo cosas que hacer.
Me apartó y se dirige al director Figgins sin mirarme, solo estaban los dos atentos a abrir mi casillero.
Y ninguno de los demas me miraba todos se apartaron de mi. Me odiaban eso era obvio, por algo que yo realmente no hice, como me gustaría que me creyeran.
Suena el timbre que da comienzo a primera clase como de costumbre no voy, pero ahora no es porque no quiera, es porque necesitan que me quede aqui, quiero ver a mis amigas. Realmente las amo, pero nunca les digan, bueno si díganles no me importa.
Me acercó a Sebastian y lo tomo de la mano.
—¿Podemos hablar? —le digo de buena forma, estaba tan enojado que no se de donde me salio mi voz compasiva.
—Te voy a dejar una cosa muy en claro, ¡No quiero volver a verte!...
—Pero... Pero —trago saliva— No quiero alejarme de ti.
— Tú solo te lo buscaste...
— Seb... Sebastian... No me hagas esto, te lo pido, por favor no lo hagas.
Él evita mirarme y ve a Jeremiah que esta parado detrás de él. Y con la misma cara de desaprobación que Sebastian.
— Harmanito Por favor. Mírame Sebastian hazlo por favor ¡Mírame!
Caigo en cuenta de que estoy llorando me caigo al suelo y empiezo a sollozar su nombre. Pero el aún asi ni se inmuta, solo me ve con pena y rabia. Puedo apostar que esta conteniendo las ganas de soltarme un buen putazo.
—Después de como te cuide, me pagas asi Kurt... —dice al fin.
—No pensé que fueras asi sobrinito. Eres un pequeño mentiroso.— le hace un gesto a los guardias y después da la orden— Pueden llevárselo.
—¿Encontraron lo que querian? —pregunte.
—De hecho más, realmente escondiste anfetaminas en tus libros, ¿Dónde quedo el chico que decía que no tenía problemas con drogas? —dice el director.— y juraba que no era verdad aqui están las pruebas Kurt tienes algo que decir ahora.
—¡Yo no tengo problemas con drogas es la verdad!
Los dos hombres me toman por los brazos sujetándome firmemente, pero yo no me resisto, pataleo y golpeo a no poder mas. Esto es injusto no deberían llevarme a mi, es a Scott al que buscan es él.
—¡Tienen que creerme! Sebastian tienes que hacerlo, por favor. Te juro Scott que pagaras caro.
—Cuando quieras Hummel.
Mi hermano se me queda viendo con seriedad y después se da la vuelta y esa es la última vez que lo veo. Porque después siento un piquete en el hombro.
Un guardia me golpea tan fuerte que me saca sangre del brazo y me nubla la vista al instante sea lo que sea que tenga la jeringa es bueno.
Estoy pensando en tirarme al suelo y convulsionarme, pero no serviria de nada, estoy muy cansado para hacer eso.
Estoy desnudo, salvo un fino camisón, me quito la jeringa que esta bajo mi vendaje. No hay guardias en la puerta. Seguro que ya estoy varios kilómetros lejos de la escuela, tal vez en un hospital o en un cuarto blanco y que la probabilidad de escapar es nula. Da igual no voy a escapar.
Me deslizó por un estrecho pasillo, hasta llegar a una puerta que esta entre abierta. No hay nada que me sirva para identificar donde rayos estoy. Hasta que unos carteles lo definen a la perfección
《Primero te drogas ahora no quieres estar aqui》
《Sólo debes dejar el visio, no es tan bueno como parece》
《SÓLO CÁLLATE Y NO HAGAS PREGUNTAS》
《AQUÍ NO ES UN JARDÍN DE NIÑOS》
《DELATAR TE HARÁ LLORAR》
una buena frase, de una buena película. Bien.
Me pego a la pared para poder escuchar las voces del otro lado. Pero ninguna me es familiar.
《—Debemos dejarlo en el dormitorio. Encerrarlo. No nos dirá nada. Tal vez a estas alturas su sistema nervioso central este colapsando —dice alguien tal vez una mujer, su timbre suena como el de una mujer, pero no tengo la menor idea. 》
《— Cuando despierte lo sabremos. 》
Trato de darles la cara, es de mi del que hablan, debo hacerme presente.
—¿Que haces levantado de tu cama? —dice una mujer de mediana edad, parecida a la Sr. Harbor la que me da ingles en el instituto. Lleva un mono blanco y su cabello blanco igual recogido, la cara la tiene tan arrugada que parece bruja.
—Solo quería saber ¿Dónde estoy?
—Me llamo Cila, y tu joven te encuentras en una institución de reahibilitacion mental ¡Bienvenido a Kessler! Donde no sales de aqui hasta que estes curado.
—¿Por qué estoy aqui?
_Hay por favor niño estupido todavía lo preguntas. ¡Estas aqui porque tu familia te odia! ¡Por ser un maldito drogadicto! ¡Ahora corre vete a tu cama! Para terminar de desintoxicarte.
Me da un empujón y regreso por donde vine. Ahora sin hacerle caso a los carteles, ya veo a lo que se refiere aqui sera como estar en el infierno.
Llegó a la cama y me acuesto de nuevo, después de unos minutos empiezo a sudar descontroladamente y ha agotarme demasiado sea lo que esten haciendo no es bueno. No puedo respirar, todo el aire aqui es caliente.
—¡Ayuda! ¡Ayudenme por favor! —grito, pero nadie viene a mi rescate. Estoy solo, estoy indefenso.
—Tranquilo estoy aqui —ahora después de un leve desmayo y una pequeña hemorragia en la nariz por el calor, estoy en mi habitación o lo que pienso que es.
Me encuentro amarrado; piernas y brazos y no puedo mover mi cabeza creo que tambien esta amarrada. Trato de moverme, pero la voz de la enfermera se vuelve a escuchar —Y creme no dejare que nada malo te pase.
Me da un cachetadon tan fuerte que lo unico que soy capaz de distinguir muy bien, lo unico que puedo ver, es a ella poniéndome dos electrodos, cada uno en una de mis sienes. Y después la gran descarga de energía por todo mi cuerpo.
Aqui sera como el pequeño infierno.
Mi pequeño infierno.
《K》《L》《A》《I》《N》《E》
Hola
¿Como estas?
Se que te he tenido muy abandonado y perdon por eso.
Aqui te traigo un capitulo un poco mas largo de los que acostumbro espero te guste.
Si es asi házmelo saber en los comentarios o con tu voto es maa que suficiente.
Gracias
Nos vemos pronto.
Para darle un desenlace a esta historia.
《K》《L》《A》《I》《N》《E》
Deberias dejar de hacerte el fuerte conmigo sabes que eso no te va bien.
-Sebastian Hummel
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top