Descansando

¿Porque? Cap 4 Descansando

Anteriormente

Quieres que te traiga algo de comer?" preguntó.

Izuku pensó por un momento antes de responder.

"Sí, eso sería genial", dijo. "Gracias, Momo".

Momo sonrió y salió de la habitación para buscar algo de comer. Izuku se quedó solo por un momento, pensando en lo agradable que era tener a Momo cerca.

Cuando Momo regresó, traía una bandeja con sandwiches y jugo.

"¿Te gusta el pollo?" preguntó, sonriendo.

Izuku asintió.

"Me encanta", dijo.

Momo se rió y le dio un sandwich.

"Comida para el convaleciente", dijo.

Izuku se rió y comenzó a comer. Momo se sentó junto a él y los dos comieron en silencio, disfrutando de la compañía del otro.

Actualmente

Después de una hora, Momo se levantó y se despidió de Izuku.

"Me voy", dijo, sonriendo. "Tengo que estudiar un rato".

Izuku asintió.

"Gracias por venir", dijo. "Me hizo mucho bien tener tu compañía".

Momo se ruborizó ligeramente.

"De nada", dijo. "Si necesitas algo, no dudes en llamarme".

Izuku sonrió.

"Lo haré", dijo.

Momo se despidió con un abrazo y salió de la habitación. Izuku se quedó solo, mirando hacia la ventana.

Al principio, se sintió tranquilo y reflexivo, pero pronto comenzó a sentir una sensación de vacío y soledad. Se acordó de Uraraka y de cómo la había decepcionado.

Se sintió un poco triste y frustrado, pensando en cómo había permitido que alguien como Uraraka lo afectara tanto. Se levantó de la cama y comenzó a caminar por la habitación, intentando sacudirse la sensación de tristeza.

"No debo dejar que alguien como ella me afecte", se dijo a sí mismo.

Se detuvo frente a la ventana y miró hacia la ciudad.

"Creo que después de salir del hospital, me tomaré unos días aparte", pensó. "No iré a la U.A. por un tiempo. Necesito estar solo y reflexionar sobre algunas cosas".

Se sintió un poco aliviado al tomar esta decisión. Necesitaba tiempo para sí mismo, tiempo para sanar y recuperarse.

Izuku se quedó sentado en la cama del hospital, mirando la ventana sin ver realmente el paisaje urbano más allá del cristal. Su mente estaba en otro lugar, reviviendo el dolor y la decepción que Uraraka le había causado. Se sentía como si hubiera sido engañado, no solo por ella, sino también por sus propias expectativas.

"Maldición ¿Por qué me importa tanto?", se preguntó a sí mismo, frustrado. "¿Por qué no puedo simplemente olvidarla y seguir adelante?" Pero no podía. La imagen de Uraraka y Tenya Ida en el café seguía grabada en su mente, como una herida abierta que no quería sanar.

Se levantó y comenzó a caminar por el pequeño cuarto, sin rumbo fijo, solo necesitando moverse. Se detuvo frente a la ventana y se apoyó en el, respirando profundamente. Sentía que estaba perdiendo el control, que sus emociones lo estaban consumiendo.

"¿Qué me pasa?", se preguntó, desesperado. "Soy el sucesor de All Might, el héroe que va a cambiar el mundo. ¿Por qué no puedo cambiar mi propio corazón?" El cuarto parecía cerrarse sobre él, y necesitaba escapar, pero no podía.

Se dejó caer en la cama, cubriéndose la cara con las manos. No podía seguir cargando con ese peso solo. Pero no sabía con quién hablar. Momo ya había hecho tanto por él, y All Might... no quería preocupar a su mentor con sus problemas personales.

Se sintió solo, completamente solo. Y en ese momento, la tristeza y la ansiedad lo abrumaron. Intentaba calmarse, pero su corazón latía con fuerza.

"Voy a superar esto", se dijo a sí mismo, con determinación. "Voy a encontrar la forma de dejar ir el pasado y seguir adelante. Sin Uraraka, sin la aprobación de nadie. Solo yo, siendo el héroe que debo ser". Pero las palabras se ahogaron en un sollozo.

Y allí, en esa cama de hospital, Izuku se derrumbó, solo y sin consuelo.

Pasaron unos pocos días y Izuku comenzó a sentirse mejor. La recuperación había sido lenta, pero constante. Los médicos y enfermeras del hospital habían estado atentos a su cuidado y habían hecho todo lo posible para que se sintiera cómodo.

Momo había estado yendo a visitarlo de vez en cuando, trayéndole comida y compañía, además de ayudarlo con sus tareas escolares. De hecho, Momo se había encargado de recoger los trabajos que Izuku había perdido durante su ausencia y se los entregaba en el hospital. Sin embargo, Izuku no parecía muy interesado en hacerlos, lo que frustraba a Momo.

"Momo, no te preocupes por eso", decía Izuku con una sonrisa débil.

"Pero sí me preocupo", insistía Momo. "No puedes dejar que tus calificaciones bajen. Vamos, te ayudaré a hacerlos".

Y así, Momo se sentaba junto a Izuku en la cama del hospital y lo ayudaba a completar sus tareas, asegurándose de que no se quedara atrás en sus estudios.

Al principio, Momo venía todos los días, pero poco a poco comenzó a ir menos frecuentemente. Izuku entendía que Momo tenía sus propias obligaciones y responsabilidades, y se alegraba de que hubiera podido pasar tiempo con él.

Pero no solo Momo había estado visitando a Izuku. All Might, su mentor, también se había enterado de que Izuku estaba en el hospital. De vez en cuando, All Might aparecía en la habitación de Izuku, con una sonrisa en el rostro y una palabra de aliento.

Un día, el doctor llegó a la habitación de Izuku con una sonrisa en el rostro.

"Buenas noticias, Izuku", dijo. "Estás progresando muy bien. Creo que pronto podrás salir del hospital".

Izuku se sintió aliviado y emocionado.

"¿Cuándo?", preguntó.

"Mañana", respondió el doctor. "Si todo sigue bien, podrás irte a casa mañana por la mañana".

Izuku sonrió.

"Gracias, doctor", dijo. "Me siento mucho mejor".

El doctor asintió.

"Sí, estás mejorando rápidamente", dijo. "Pero recuerda que todavía necesitas descansar y cuidarte. No te exijas demasiado".

Izuku asintió.

"Lo haré", dijo. "Gracias por todo".

El doctor sonrió y salió de la habitación.

Izuku se sintió emocionado y aliviado. Por fin podría salir del hospital y volver a su vida normal. Pensó en Momo y en cómo le había prometido que se tomaría unos días aparte después de salir del hospital.

Momo llegó esa tarde, con una sonrisa en el rostro.

"¿Cómo estás?", preguntó.

"Mejor", respondió Izuku. "Me van a dejar salir mañana".

Momo se alegró.

"¡Genial!", dijo. "Estoy emocionada de que puedas volver a casa".

Izuku sonrió.

"Gracias por venir a visitarme, significa mucho para mí que estés aquí" dijo mientras sonreia.

Momo se ruborizó ligeramente al verlo y escuchar sus palabras

"De nada", dijo. "Siempre estaré aquí para ti".

All Might apareció poco después, con una sonrisa en el rostro.

"¡Izuku, mañana sales del hospital!", dijo. "Estoy emocionado de verte de vuelta en acción".

Izuku sonrió.

"Gracias, All Might", dijo.

" Bueno, no te exijas demasiado", advirtió All Might. "Recuerda que todavía necesitas descansar y recuperarte completamente."

"Lo haré", prometió Izuku.

"Si necesitas algo, no dudes en llamarme", dijo.

All Might se despidió y se fue, dejando a Izuku y Momo solos por un momento.

Momo sonrió y se preparó para despedirse.

"¿Necesitas algo antes de que me vaya?", preguntó.

Izuku se miró las manos y se ruborizó ligeramente, luego sonrió con picardía.

"Sí", dijo con una voz suave y juguetona.

Momo se sorprendió.

"¿Qué necesitas?", preguntó.

Izuku estiró los brazos hacia adelante, con las palmas hacia arriba.

"Un abrazo", dijo, con una sonrisa perezosa.

Momo se rió suavemente.

"¿De verdad?", preguntó, sonriendo.

Izuku asintió con la cabeza, sin dejar de sonreír.

Momo se acercó a él y lo abrazó fuerte.

"Está bien, aquí tienes tu abrazo", dijo.

Izuku se sintió cómodo y seguro en sus brazos.

"Gracias, Momo", dijo.

Momo se rió de nuevo.

"De nada, Izuku", dijo.

Después de un momento, Momo se despidió y se fue.

Izuku se sintió un poco solo después de que Momo se fue, pero el abrazo le había dado una sensación de tranquilidad.

Finalmente, llegó la noche y Izuku se durmió temprano, ansioso por salir del hospital al día siguiente.

Se despertó temprano, sintiéndose renovado y listo para volver a casa.

Después de una rápida revisión médica, el doctor le dio la salida.

"Estás listo para irte a casa, Izuku", dijo el doctor.

Izuku sonrió.

"¡Genial!", dijo.

Se despidió de los médicos y enfermeras, y salió del hospital solo.

La luz del sol lo recibió con calidez, y sintió un gran alivio al estar finalmente fuera del hospital.

Se subió a un autobús y se dirigió a su casa, disfrutando del paisaje urbano.

Al llegar a casa, abrió la puerta y se sintió en paz.

"Estoy en casa", dijo para sí mismo.

Se dejó caer en el sofá, sintiéndose agotado pero contento.

Izuku se levantó del sofá y se dirigió a la cocina en busca de algo de comer. En la mesa, encontró una nota escrita por su madre.

"Querido Izuku,

Me alegra que hayas salido del hospital. Me he ido a hacer algunas compras y volveré pronto.

Come algo y descansa. Estoy emocionada de verte.

Con amor,
Mamá"

Izuku sonrió al leer la nota. Se sentía bien saber que su madre estaba pensando en él.

Se preparó un sándwich y se sentó a comer en la mesa de la cocina.

Después de comer, izuku se sintió cansado y decidió descansar un rato en el sofá. Se acurrucó en el sillón y pronto se quedó dormido.

Pero no pasó mucho tiempo ya que despertó con el sonido de la puerta principal. Era su madre que habría regresado de sus compras.

"¿Izuku? ¿Estás despierto?", llamó su madre.

Izuku se estiró y se sentó en el sofá.

"Sí, mamá. Estoy aquí", respondió con voz somnolienta.

Se levantó del sofá y se dirigió a la cocina, donde su madre estaba guardando las compras.

"Hola, mamá", dijo, dándole un abrazo.

"¿Cómo estás, cariño?", preguntó su madre.

Izuku se encogió de hombros.

"Estoy bien, supongo", dijo. "Solo tengo mucho cansancio últimamente. Me cuesta trabajo hacer cualquier cosa. Dejé de hacer la tarea y todo, si no fuera por Momo, que me ayuda, no haría nada.

Su madre se preocupó.

"¿Desde cuándo te sientes así?", preguntó.

Izuku se encogió de hombros de nuevo.

"No sé. Un tiempo, supongo." dijo.

Su madre lo miró con preocupación.

"Creo que deberíamos hablar con el doctor", dijo.

Izuku negó con la cabeza.

"No, mamá, está bien. Solo necesito descansar un poco", dijo.

Su madre se preocupó aún más.

"¿Estás seguro? No quiero que te estés ignorando algún problema de salud", insistió.

Izuku sonrió débilmente.

"De verdad, mamá, estoy bien. Solo estoy cansado. Descansaré algunos días y ya verás", dijo.

Su madre se rindió, aunque seguía preocupada.

"Está bien, cariño. Pero si no te sientes mejor en unos días, vamos a hablar con el doctor", dijo.

Izuku asintió.

"Lo prometo, mamá", dijo.

Se sentó en el sofá y se quedó allí, sintiendo la flojera y el cansancio que lo habían estado acompañando últimamente.

Mientras Izuku estaba sentado en el sofá, su madre se dirigió a la cocina para prepararle una comida especial.

"Voy a hacer tus espaguetis favoritos, cariño", dijo.

Izuku sonrió débilmente.

"Gracias, mamá", dijo.

Justo en ese momento, sonó el timbre del teléfono. Era Momo.

"Izuku, ¿cómo estás?", preguntó Momo.

Izuku suspiró.

"Estoy bien, Momo. Solo un poco cansado", dijo.

Momo se preocupó.

"¿Te duele algo?", preguntó.

Izuku negó.

"No, no es eso. Solo estoy flojo", dijo.

Momo se rió.

"Bueno, entonces descansa. Te llamaré mañana", dijo.

Izuku sonrió.

"Gracias, Momo", dijo.

Colgó el teléfono y se levantó para sentarse a la mesa a comer.

Su madre le sirvió los espaguetis y se sentó a comer con él.

Después de comer, Izuku se sentó en el sofá para ver televisión. Su madre se fue a su habitación para descansar un rato.

Izuku cambió de canal varias veces, pero nada parecía interesarle. El cansancio y la flojera seguían pesando sobre él. "Esto es aburrido", se dijo a sí mismo.

Se levantó del sofá y se dirigió a su habitación.Se dejó caer en la cama y se cubrió con las mantas.

"Mejor duermo", se dijo.

Cerró los ojos y pronto se quedó dormido, rodeado de silencio y oscuridad.

La televisión seguía encendida en la sala, pero nadie la escuchaba.

Horas después, la madre de Izuku se levantó para verificar que su hijo estuviera bien. Abrió la puerta de su habitación y vio que Izuku dormía profundamente.

Sonrió y cerró la puerta suavemente.

"Descansa, cariño", susurró.

Izuku durmió toda la noche, rodeado de un sueño profundo y reparador. Su cuerpo necesitaba descansar y recuperarse del cansancio.

Mientras tanto, Momo llamó a Izuku por la noche, pero no contestó. Dejó un mensaje de voz.

"Hola, Izuku. Solo quería saber cómo estabas. Llámame mañana, ¿de acuerdo?"

Izuku no escuchó el mensaje, sumido en su sueño.

Sin embargo, a la mañana siguiente, al despertar, se sintió igual de cansado que el día anterior.

"¿Por qué no me siento mejor?", se preguntó, frustrado.

Se levantó de la cama con esfuerzo y se dirigió al baño para lavarse la cara. El reflejo en el espejo mostraba ojeras y una expresión fatigada.

"Esto es agotador", se dijo a sí mismo.

Mientras se lavaba la cara, recordó el mensaje de Momo de la noche anterior. "Debo llamarla", pensó.

Izuku se dirigió a la cocina, aún sintiendo el cansancio en sus huesos. Su madre ya estaba allí, preparando el desayuno.

"¡Buenos días, cariño!", dijo con una sonrisa.

Izuku respondió con un débil "Buenos días" y se sentó a la mesa.

Su madre le sirvió un tazón de avena con frutas y le preguntó:

"¿Te sientes mejor hoy?"

Izuku se encogió de hombros.

"Sí, un poco", dijo, sin mencionar su persistente cansancio.

Su madre sonrió.

"Me alegra, cariño. Come algo y luego decide qué hacer", dijo.

Izuku comenzó a comer, guardando sus pensamientos para sí mismo.

Después de desayunar, Izuku se levantó de la mesa y se dirigió a su habitación para llamar a Momo.

Marcó el número de Momo, pero este no contestó. Izuku esperó un momento y luego colgó.

Pensó que Momo estaría ocupado y decidió esperar a que le devolviera la llamada.

Minutos después, su teléfono sonó con un mensaje de texto de Momo.

"Hey, Izuku! Lo siento, no puedo hablar. Estamos en clases con Aizawa y no puedo responder. Te llamaré después", decía el mensaje.

Izuku sonrió al imaginar a Momo sentado en clase con el severo profesor Aizawa.

"Entendido", respondió Izuku con un mensaje de texto. "Hablamos luego".

Se quedó sentado en su cama, sin saber qué hacer con su día pero de repente se le ocurrio algo.

Izuku sonrió con picardía al pensar en una forma de molestar a Momo durante la clase.

"Voy a hacer que Aizawa la regañe", se dijo a sí mismo.

Comenzó a enviarle mensajes de texto a Momo, uno tras otro, con tonterías y bromas.

"¿Estás dormida en clase?", "¿Aizawa te está aburriendo?", "¿Puedes dibujar un mono en tu cuaderno?".

Momo no respondió, pero Izuku sabía que estaba recibiendo los mensajes.

Minutos después, recibió un mensaje de texto de Momo, evidentemente escrita con prisas.

"¡Izuku! ¡Deja de enviar mensajes! Aizawa me va a regañar", decía.

Luego, otro mensaje llegó.

"¡Aizawa me acaba de regañar, y me va a quitar el teléfono! ¡Las vas a pagar por esto! Izuku midoriya".

Izuku se rió para sí mismo, satisfecho de haber logrado su objetivo de molestar a Momo. Sin embargo, su sonrisa se desvaneció rápidamente al sentir que el cansancio volvía a apoderarse de él.

"Estoy demasiado cansado", se dijo a sí mismo.

Se recostó en su cama y cerró los ojos, dejando que el sueño lo venciera de nuevo.

En cuestión de minutos, Izuku se durmió profundamente, olvidándose de Momo, Aizawa y todo lo demás.

Su teléfono permaneció en silencio, con mensajes sin leer y llamadas sin contestar.

La casa de Izuku se sumió en el silencio, con solo el sonido de su respiración tranquila.

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Bueno, bueno, bueno chicos hasta aquí este capítulo.

Espero les haya gustado, no olviden dejar su estrellita.

Nos vemos pronto.

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