Capítulo 22
Según Wikipedia el paraíso se define como: "lugar en que viven las almas de los justos después de la muerte y donde gozan de felicidad completa". Suena bonito y mágico así que quisiese saber cuando fue que el "paraíso" moderno es en realidad un antro homosexual.
—¿Qué hacemos aquí? —en cuanto mis pies tocaron el suelo mire sin creer el cartel de colores del arcoíris, gente vestida para la fiesta, hombre, mujeres, de todo hay aquí. La música sonaba tan alto que el suelo bajo nosotros retumba al ritmo del sonido.
La combinación de perfumes en el ambiente me marea, dios santo. Alcohol, fluidos corporales y más se percibía en el lugar. Ahora entiendo porque mis padres me prohibían asistir a los antros. Cierto, no tengo permiso de estar aquí, debo dar media vuelta e irme. Si, eso debo hacer, ¡pero porque mis piernas me conducen dentro!
—Venimos a distraernos —Nadir me abrazo por los hombros. Si, a divertirnos, como no. No estoy de ánimos para eso... ¡Un hombre unicornio! ¡El cadenero esta vestido de unicornio blanco con melena de colores!
Corrí dirección a él, jale su cabellera postiza para poder tomarnos una foto. El cadenero se espanto y me empujo, caí en el duro pecho de Nadir quien saludo amigablemente al unicornio gruñón.
—Perdona amigo, viene conmigo —me señaló. Le sonreí al cadenero quien hasta entonces me miraba feo pero en cuanto mi amigo le dijo que lo acompañaba me sonrió. Vaya, vaya, el chico pompis de bebé es famoso en este lugar.
—Si, soy su novia —lo abracé de la cintura y me colgué de él para darle un beso en la mejilla.
—¿Qué haces? Apártate —me trato de alejar pero me aferre a él.
—Quiero bebidas gratis. No sé porque te conoce pero tiene cara de que no te va a cobrar nada y a tu "novia" tampoco —le susurre al oído.
—¿Cómo carajos llegaste a esa conclusión?
Sonreí. Una como mujer sabe cosas, unos le llaman sexto sentido, otros inteligencia, algunos brujería pero en realidad solamente es análisis circunstancial. Cuando yo me acerque amistosamente al unicornio este me aparto, pero cuando el pompas de bebé lo hizo este le sonrió abiertamente y dado el lugar donde estábamos y que él parecía conocer muy bien...ser su novia debe tener sus ventajas.
—¡Vaya, amigo! ¡Eso es una gran sorpresa que hay que festejar, así que hoy la casa invita! Pasa querida, perdón por empujarte pero me jalaste por la cresta y eso no se le hace a una yegua —tomó mis pequeñas manos entre sus pezuñas.
—Te perdono si me perdonas, pero me encanto tu disfraz y no pude evitar querer una foto contigo —toque la tela suave de su traje.
—Lo sé, querida. Esta tela es espectacular, es mi uniforme de trabajo y sudo como cascada así que también es sauna, ¿no es excelente bajar de peso mientras trabajas?
Continuamos nuestra charla mientras nos adentrábamos en el antro, las luces de colores iluminaban el lugar y las luces neón se veían tanto en los techos como en la ropa y accesorios de todos allí. Pasamos en medio de la pista donde decenas de personas bailaban sin sentido pero divirtiéndose. Llegamos al bar, mi nuevo amigo yegua me dejo allí después de pedirme un vaso de "esperma de pitufo".
Nadir se había quedado atrás saludando a algunos chicos que se encontraba. A los pocos minutos me alcanzó. Se veía bastante agusto aquí y aún así fruncía las cejas para lucir amenazante. Me reí internamente. Nunca, en todo el tiempo que hemos compartido, lo he calificado como alguien peligroso.
—¿Te gusta? —preguntó sentándose a mi lado. Asentí.
—Supongo que sí, es la primera vez que estoy en uno —admití viendo a la gente moverse en la pista de baile. Él colocó su mano derecha en mi hombro y me sonrió.
—No es un antro cualquiera, aquí todos pueden ser lo que quieran sin miedo a ser exhibidos o juzgados. En este paraíso todos tienen la puerta abierta —describió el lugar con orgullo.
—¿Tan abierta como tu "paraíso? —señale su trasero. Las luces rojas se reflejaron en su rostro y ,antes de que me atacara, unos copas con líquido azul se interpuso entre nosotros.
—Hola, lindura, un gusto volver a verte —un morenazo de ojos oscuros me sonrió con sus dientes pulcramente blancos tras la barra del bar.
—¡El chico dildos locos! —señalé con felicidad a mi nuevo amigo que conocí en la tienda de juguetes sexuales. Me saludo incómodamente con la mano.
—¿Ese soy yo amigo? —Ale se acercó a Nadir para saludarlo. Mi compañero de casa asintió.
—Así es amigo, eres el chico dildos locos —bufó y le dio a un trago elegantemente a su bebida. Yo le imite sin éxito, termine escupiendo la bebida en cara de Nadir.
—Vaya que los pitufos tienen esperma fuerte —me limpie la boca, Ale se carcajeaba al ver a Nadir escurrir de esperma azul de pitufo. Yo hice lo mismo después de reaccionar. Jajaja, me rio de nervios, mi amigo me va a matar.
—Tú... —acercó amenazante y lentamente sus manos hacia mi. Retrocedí poco a poco hasta subir la barra, sentada y acorralada por él, espere el momento oportuno para saltar al otro lado de la barra, pero ese momento nunca ocurrió. Mientras admiraba sus ojos claros y vibrantes, me tomó por la pierna, haciendo que quedase recostada en la barra de vidrio trasparente con Nadir reposando su pecho contra el mío. Su peso era tal que quede acorralada debajo de él—. Vas a sufrir un castigo peor que la muerte.
Sonrió lascivamente. ¡Oh, si, papi castígame! Estuve tentada a gritar, pero un escalofrió de alerta llego a mi cuando Ale le entrego una copa con contenido rojo y un embudo.
—Ale, tú no puedes hacerme esto, somos amigos...¡Hasta me mostraste tus múltiples penes! —me removí salvajemente tratando de escapar.
Nadir amplio su sonrisa llena de maldad mientras acercaba el embudo a mi boca. Moví la cabeza de lado a lado huyendo hasta que Ale sujeto mi cabeza.
—Te iba a ayudar linda novia de mi mejor amigo, pero decidiste decir de mi mayor secreto: mis múltiples penes alienígenas y tengo que eliminarte —dijo con malicia.
—Putos...
Fue lo último que alcancé a decir antes de que me metieran el embudo a la boca y vaciaran el líquido rojo. Comencé a beberlo lentamente para evitar ahogarme y a diferencia de lo que esperaba (alcohol) el sabor dulce y suave del jugo de fresa inundó mi boca.
Cuando termine de beber ambos me soltaron y me ayudaron a sentarme mientras se reían.
—¿Pensabas que te íbamos a dar alcohol después de ver cómo te pones? No somos estúpidos —Nadir revolvió mi cabello. Yo solo me límite a lanzarle mi mirada más feroz. Claro que son estúpidos, se han metido con la loca equivocada.
Me mantuve quieta preparando mi venganza... Ellos retrocedieron asustados y Nadir cubrió su parte íntima con una silla. Ale atrás de la barra se alejo fingiendo preparar una bebida.
Puedo... No eso es muy feo. Entonces...no eso es un crimen y mi bello rostro aún no está preparado para la cárcel.
—Por cierto, amigo, hoy no vino Oscar y no encontramos quien cubra el acto esta noche. ¿Te animas? —mientras pensaba en la venganza, Ale le toca al hombro a mi "novio".
—No pienso bailar enfrente de ella —me señaló con recelo.
—Pequeño hombrecito nalgas de bebé¿A estas alturas te da miedo bailar frente a mí cuando ya hemos pasado la línea? — lo moleste. Di en el clavo, su rostro tranquilo se enfureció.
—Calláte, aún no hemos cruzado la línea... Aún... —Nadir murmuró algo que no alcancé a oír, volteó la cara y sus orejas rojas indicaban que me acaba de insultar. Es lo más obvio —. Cómo sea, dame el traje que no dejaré que mi negocio pierda hoy por un bailarín incumplido.
Estiró la mano y Ale sacó una bolsa negra debajo de la barra.
Miré todo en silencio sin entender.
—¿Bailar? ¿Tú negocio?
Algo me huele raro aquí y es el perfume del que acaba de pasar por mi espalda. Qué asco.
Nadir asintió solamente a mi respuesta y su rostro serio se iluminó al ver el contenido de la bolsa. Con ansias me asome. Wow, vaya, vaya.
—¿Te vas a poner eso?
Volvió a mover la cabeza afirmativamente.
—Mejor ya no te pongas nada —y así podemos ver mejor. No, olviden eso.
—Silencio. Ale llévala a mi palco. Desde allí ve Lina, sin hacer ningún escándalo por favor.
¿Palco? ¿Hacer escándalo? ¿Qué mierda está sucediendo aquí? Antes de poder pregurnsrle, Nadir ya había desaparecido entre la multitud. Ale me tomó del brazo y me guío hasta un tercer piso. En el camino no paré de hacerle preguntas que sólo me respondía con un:"ya te contará él"
—Él no me va a contar nada, por eso te pregunto a ti. Cómo sea ¿Por qué dijo hace rato "mi negocio"?
—Porque el es dueño de este bar.
Contesto con simpleza.
—¿Qué?
¡Hola!
Gracias por la espera
Sé que prometí un capítulo diario por 3 días, pero... La vida del trabajador nunca sale como planes. Una sincera disculpa.
Pero subiré los 3 capítulos esta semana sin falta.
Espero les haya gustado. Besos y abrazos 💋❤️ , ❤️
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