Capitulo 21
El peligro viene de menos donde te lo esperas y cuando tu protegido resulta ser el peligro, ¿Cómo se debe actuar? Julián siempre ha sido preciado para mi, mi hermano, mi primer amor, mi mejor amigo, siempre desee protegerlo de todo mal y creí firmemente por mucho tiempo que su relación con Brayan no le era beneficiosa, pero ¿Qué mierda ha sucedido para que las cosas acabaran de esta manera?
—¿Han terminado? — repetí incrédula. Eso no puede ser posible—. ¿Es broma, verdad? Ustedes se aman, deben estar juntos
Julian negó con pesar. Sus ojos me miraron suplicantes que le entendiera como siempre, sin mediar palabras, pero mi cabeza no formulaba ni la tabla del 0. Sujeté su mano y la coloqué en mi cabeza, cerré los ojos.
—¿Qué haces? — Preguntó confundido. No aparto su mano, ni se alejo, solo se mantuvo allí.
—Creo que mi conexión bluetooth se ha averiado, mi telepatía no esta funcionando y quiero ver si con conexión USB funciona — abrí un ojo para verlo, una leve carcajada rasposa salió de su garganta. Con cariño revolvió mis cabellos dejando un alboroto de rizos plateados en mi cabeza.
—¿Qué haría sin ti, pequeña pitufa? — de pronto me abrazó con cariño. De inmediato le devolví el gesto y jugué con su espalda tonificada. Bendito ejercicio y sus seguidores, mira nada mas que escultura...
—Majareta...
—Analina...
De pronto me alejaron de mi mejor amigo, mi brazo derecho era sujetado por Papá y el izquierdo por Nadir, ambos miraban mal a mi amigo. Alce una ceja incrédula.
Hay papito, si supieras lo que he hecho con Nadir...
—Analina Cortes ¿Qué significa esa mirada? — papá me reprendió. No pude evitar sonrojarme y desviar la mirada, pero al otro lado estaba Nadir así que me arrepentí de haber girado. Los ojos claros de mi compañero de casa ardían en dirección a mi amigo y sus pelos estaban parados cual gato arisco.
Esperen, ¿Qué es esto? ¿Una escena de celos? Vaya, ¿es enserio? Bueno, no lo culpo, con lo buenazo que esta mi amigo yo también sentiría celos.
—Como sea, puedes pasar a ver a tu amigo— mi padre me soltó y acomodó su bata, con recelo le dedico una mirada a Julián, nunca he entendido porque desde que se entero que me gustaba no lo puede ver ni en pintura—. Tú también puedes entrar...
—No señor, gracias... —se negó de inmediato. Le dedique unos ojos incrédulos, me devolvió una sonrisa de disculpa —. Espero después hablar contigo.
Me sujetó rápidamente la mano ya que de inmediato Nadir me hizo dar un paso atrás.
Oye, tranquilo viejo, es mi amigo, por más que te guste él puedo tocarlo.
—Te veo pronto— le sonreí, papá se fue a recoger el equipo y me quede sola con Nadir. Ambos vimos en silencio como se alejaba mi mejor amigo. De pronto me dieron ganas de molestarlo.
—Mis padre se ha puesto celoso de Julián por abrazarme, ¿Qué te haría a ti si se enterara de lo que me has hecho? —sonreí traviesamente. Su rostro se ruborizo como nunca antes visto.
—¿¡Yo a ti?! ¡Tú eres la inmoral, incluso te dormiste con mi pezón en tu boca!
Fue mi turno de sonrojarme entera. Me lance sobre él para pegarle pero al parecer se ha acostumbrado tan rápido a mis ataques, que me intercepto, me golpeó en la pierna haciéndome perder el equilibrio y casi caer de espaldas, aunque me sujeto por la cintura y la cabeza. Ambos inclinados como en un hermoso paso de baile, nos separaba apenas unos centímetros de distancia.
Apreté mis dedos alrededor de sus musculosos brazos. Dios, qué hombre, me atrae tanto que sería capaz de dejar las papas a la francesa por siempre.
—No lo entiendo, no sé por qué pero me molesta que estés cerca de él— murmuró con pesar. Sus labios se contrajeron tímidamente.
Por un instante mi estomago se contrajo de emoción pero un segundo después recordé sus preferencias y suspiré con pesar. Golpee su hombro dándole ánimos y me levante.
—Eso se le llama celos, amigo, y no te culpo, mi amigo esta como quiere— dije mientras caminaba dirección a la casa de Brayan.
La casa blanca de tres pisos con umbral decorado con rosas rojas, a oscuras como se encontraba ahora, resultaba agobiante. Al entrar, un aire gélido golpeo mi cara, el silencio era tal que oía mis latidos golpeando mi pecho. Camine motonamente hacia la habitación de Julián, en el segundo piso, su habitación era la única iluminada Brayan. Me acerque, decorada de azul con instrumentos musicales, era la única parte de la casa que era diferente, aunque también estaba ordenada pulcramente.
Me asome por la puerta abierta, se me detuvo el corazón al ver a Brayan, con los ojos semiabiertos y el cuerpo relajado sobre el colchón, su mano derecha reposaba a su lado, vendado. El suero estaba conectado en su otro brazo izquierdo.
Sus ojos me enfocaron con dificultad y me dedicó una sonrisa siniestra.
—Lo conseguiste, me separaste de él. Incluso esa vez actué frente al idiota de Nadir, siempre he sido un chico bueno, soy un chico bueno... —murmuró. Papá había dicho que lo han sedado. No debe estar muy consiente, sin embargo, debe ser más fluido en palabras.
—Te he visto mejor— bromee. Me senté a su lado en su sillón de cuero donde cada tarde que hacíamos tarea se sentaba a vernos con desprecio. Contuve una carcajada. Brayan tiene un carácter endemoniado pero se le consiguió apreciar mucho.
—Y siempre me veo mejor que tú— bramó. Contuve las ganas de golpearle la cara.
—Brayan... —cerré el puño.
—Lina... no funciono— se lamentó, sus ojos se llenaron de lágrimas vibrantes.
—¿Eh? —baje el puño desconcertada.
—Le dije que si terminaba conmigo iba a terminar con mi vida, lo intente pero él no volvió... no volvió a mi.
Una lagrima se deslizo lentamente por su mejilla, siguiendo el camino de su piel hasta caer a la almohada, luego otra y otra. Sin palabras mire como mi amigo lloraba. Mierda. Esto es una mierda.
Mordí mis labios para no decir lo que pensaba. Me alegro que Julián no se haya quedado aquí, él tomó la decisión correcta. Brayan lo ha estado manipulando emocionalmente de un tiempo para acá y Julián mejor se ha alejado. Han tenido problemas y el que la madre de Brayan haya descubierto su secreto fue la gota que derramo el vaso.
La idea del amor eterno es preciosa para una novela o película, pero la vida real es diferente. La vida real es una jodida serie de experiencias que constituyen nuestra existencia, aferrarnos a un amor es prohibirnos vivir. Y eso es lo que esta haciendo Brayan.
—No es necesario que calles, tu puta mirada me dice todo, pero... ¿Cómo se sabe que hay que dejar ir y no luchar? —gruñó en medio de sollozos. Tomé su mano y negué.
—Yo tampoco lo sé. No lo sé...
Bese su mano y me recosté a su lado. Él no se negó y lo acompañe en silencio mientras murmuraba cosas sin sentido hasta que se quedo dormido.
Salí de su cuarto con la cabeza en blanco. En la sala la mamá de Brayan dormía en el sillón junto con una enfermera que se les había asignado, afuera ya todos se habían ido y solo estaba Nadir, recargado en la entrada con los ojos cerrados, al oír mis pasos, se enderezo y acerco a mi.
—¿Estas bien? —colocó su mano sobre mi hombro.
Esa es una buena pregunta, ¿estas bien, Analina?
Negue casi de inmediato. No, definitivamente podría encontrarme mejor, pero hoy no. Mierda, quiero mis pastillas ahora.
Pase de largo a Nadir y me dirigí a casa. Él me siguió de cerca. Me preguntaba varias cosas pero su voz no llegaba a mi. Mi mente no conectaba ideas ni me permitía pensar.
Seguí en modo automático por el camino que creo me lleva a casa de mis padres, pero ya era de madrugada y el camino era oscuro. Así no llegare a ningún lado, tal vez a Narnia si es necesario. Cierto, tengo que ir a ver a Julián.
Desvié mi camino, a la derecha siempre se llegaba a casa de mi amigo. Siempre hay que dar vueltas a la derecha. Siempre...
—¡Diablos, reacciona, majareta! —Nadir gritó y me cargó, subiéndome a su hombro como un saco de patatas.
En la posición que nos encontrábamos debería de poder ver el suelo, pero solo veía sus nalgas moverse al compás de sus pasos. Derecha, izquierda. Derecha. Izquierda. Colgué mis brazos sin poner resistencias y mis dedos rozaban sus glúteos sobre el pantalón de mezclilla azul.
—¿Ni siquiera vas a preguntar a dónde vamos? Bien, te voy a llevar al Paraíso.
Nadir decía cosas sin sentido pero esto último en particular llego a mi cerebro. No suena tan mal su sugerencia.
¡Hola! Bienvenidas a la casa de los locos y primer maratón.
Hice una encuesta en Instagram y ganó un mini maratón de 3 capítulos y que subiré 1 diario, empezando por hoy. Espero les guste. Disfruten leyendo y los veré mañana.
No olviden votar, comentar, y seguirme si fue de su agrado. Besos y abrazos.
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