22
Seguimos frecuentandonos, casi todos los días. A veces llegabas tú a mi casa o iba yo al parque, donde siempre te encontraba en aquella banca.
Tuvimos demasiadas pláticas, charlamos sobre nuestros sueños, sobre nuestros miedos y sobre mi familia, pero… te negaste a hablar de tu familia, Rose.
—No tiene importancia que sepas algo sobre ellos. Eso da igual, para ser sincera lo único que me interesa es saber más de tí, Matti.
Y sonreiste pícaramente haciendo que me sonrojara. Oh, Rose; cuán fácil era para tí hacerme sonrojar.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top