SENTIMIENTOS
Las semanas pasaron, sus encuentros se hacían más frecuentes y con el extremo cuidado de no ser descubiertos.
Noches enteras dónde los dos tenían relaciónes, donde usaba el cuerpo del otro para encontrar en ellos un "refugio", un escape de la realidad, la cruda y cruel realidad. Sus corazones estaban rotos, pero intentaban con su compañía poder cerrar las heridas aunque sea un poco.
Se sentían culpables, usar el cuerpo de alguien como escapatoria no es muy "heroico" que digamos. Era malo, pero era lo único que tenían.
No habían llegado a ningún tipo de acuerdo, no habían hecho algo tan cliché como eso. Cuándo se necesitaban, cuando querían olvidar, se reunian en alguna de sus habitaciones y sin decir nada más, empezaban sin ningúna dificultad.
La azabache no podía creer en como la situación había avanzado hasta llegar a este punto, era impensable que fuera participante de estas "actividades", su educación y sentido común no le hubieran permitido usar su cuerpo así, para un fin tan egoísta y sucio, pero su dolor era más fuerte que todo eso, su corazón estaba dañado y el que fue el amor de su vida hasta ese entonces había hecho su propio camino sin ella, eligiendo a alguien más, fue doloroso... pero allí estaba, usando, eso era la palabra perfecta para describir su actitud y accionar, si quería olvidar todo ese dolor, era lo necesario.
El peliverde, el próximo símbolo de la paz, uno de los 3 grandes actualmente y según estadistas y expertos, uno de los jovenes que más futuro y potencial tienen, allí estaba... Usando a su compañera para escapar, de la manera más egoísta y repugnante, se odiaba así mismo, no podía creer en lo que había caído, no podía olvidarse de uraraka, eso era lo que más le dolía y deseaba con su alma poder olvidarse de ella, decidiendo que usar el cuerpo de La vicepresidenta era una opción, por lo menos para olvidar un rato, que su mente lo llevará lejos de allí, aunque sea una mentira.
Aunque se usaban, se sentían... Cálidos.
Es como cuando empieza a llover de manera fuerte y sin detenerse y tienes que encontrar un lugar para resguardarse y sentir un poco de calor, ellos no lo sabían, pero se entendian bastante, y se llevaban bien.
Después del sexo, hablaban de sus cosas y su día a día, tal vez para no sentirse tan culpables con el otro, pero se había formado un tipo de "amistad", algo bizarra pero funcionaba...
Allí se encontraba el peliverde, quién estaba mirando por la ventana en su cama, solo lo tapaban sus sábanas, toda la ropa estaba repartida por todo el lugar, miraba pensativo el cielo estrellado de la ciudad.
- cambia esa patética cara- salia la pelinegra del baño con una toalla
-lo lamento, me quedé mirando el cielo y... Pensando- dijo sin apartar la mirada del cielo.
-si quieres decírmelo, soy todo oidos- secándose su largo y sedoso pelo negro, con la toalla.
- no es importante, ven- haciéndose a un costado y golpeando suavemente el lugar vacío
La azabache termino de secarse y se acostó junto al peliverde.
-¿Por qué siempre tiene que ser en mi habitación?- dijo rodeando el cuerpo desnudo de la pelinegra con su brazo.
-te recuerdo que tengo una compañera con un quirk que puede escuchar todo de vecina- dijo acomodándose en la cama.
-buen punto, aunque aquí también nos pueden escuchar- dijo acomodandose también para estar los dos cómodos.
- no es lo mismo, aunque corremos riesgo en las dos habitaciones, pero somos muy cuidadosos- riendo.
El silencio hizo acto de presencia, pero no era un silencio molesto, no lo sabían, pero con su compañía se sentían cómodos, completos, podrían estar así por mucho tiempo, lo que pasó en estás semanas pudieron hacer crecer un vínculo que no sabían que estaba germinando.
Pero era por otra razón el silencio, por lo menos de parte del peliverde, pensaba en todo, muchas veces escuchaba a su sabía conciencia, esa conciencia que le advertía y lo impulsaba a ser el héroe que era, pero en estos casos, la dejaba bien oculta, no quería escuchar lo obvio, lo que sabía que iba a decir, pero no podía aguantar más.
-lo lamento- dijo serio aún abrazando a la azabache.
-¿Ah?- dijo intrigada.
-se que lo que hacemos no es... Correcto- prosiguió.
La azabache no quería aceptarlo ni hablarlo, tenía la misma inquietud, pareciera que sus conciencias se hayan puesto de acuerdo para poder hacerlo ver qué lo que hacían, estaba mal.
- lo sé, no está bien- dijo sin ánimo.
-lo que quiero decir, no quiero que pienses que soy un... Pervertido, solo que... Este... - poniéndose nervioso, no sabía que decir o que excusa poner.
- eso lo se- dándose vuelta para verlo -no eres el único que se siente culpable- bajando la mirada -se que suena feo, y que no es correcto, pero...- sus ojos comenzaban a aguarse -no se... Cómo olvidar este dolor, no puedo dejarlo por más que lo intente, este sentimiento, lo odio... Lo siento mucho encerio- empezando a llorar -si no quieres, lo dejemos...-
No pudo terminar de hablar que el peliverde había besado su frente, no era como esos besos lujuriosos que incitaban a la lujuria, sino un beso compasivo, un beso tierno, un beso que desprendia seguridad.
-estamos los dos en el mismo barco, olvidemos juntos- mirándola a los ojos.
No sabía explicarlo, pero se sentía segura en sus brazos, en sus palabras, en el...
Los dos aprendieron a apreciarse, aunque tenían un secreto y todo comenzó como un error, el futuro que les aguardaba era mucho mejor que el presente, claro... ellos lo lo sabían aun.
-Midoriya- lo miraba un poco sonrojada.
-yo te ayudaré en olvidarlo, hasta que terminemos el tercer año, después cada uno toma un camino diferente- dijo volviendo a acomodarse en la cama.
Era un buen plan, cada uno iba a ayudar al otro en ayudar, sin necesidad de poner sentimientos de por medio, estaba de acuerdo la pelinegra, no había nada más que agregar.
Pero sentía una inquietud en el pecho, no estaba segura y no sabía por qué, pero era necesario y debía hacerse así.
-me parece lo más correcto, hasta que terminemos la academia, después cada uno tomara su camino- dijo con tono neutral.
-bien, vamos a dormir- abrazandola y cerrando sus ojos.
No sabía cómo iba a terminar esto, no quería arriesgarse a nada, pero iba a olvidar a toda costa al bicolor, no se gana sin arriesgarse.
Pero un pensamiento resonaba en sus cabezas que no los dejaba dormir tan fácilmente, algo tan aterrador, como real y factible.
"Y si después... ¿No puedo olvidarme de ti?"
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Buenas noches, otro capítulo más, espero que lo disfruten, dejen su voto y comentario, me alegra y me ayuda bastante.
No sé olviden, este miércoles capítulo de "me enamore de el" y está muy cerca "super novia de alquiler" historia izukuxjirou, tal vez tenga algunos retrasos pero se acerca, síganme para más noticias e información.
Sin más que agregar, soy maxi y nos vemos en la próxima, adiós!
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