20. Nada volvió a ser lo mismo


—¡Sorpresa! —Gritaron cuando abrí la puerta.

No podía creer lo que mis ojos veían, sentí que me faltaba el aire, no podía respirar. Sentí... una inmensa felicidad embargar cada fibra de mi cuerpo.

—Estamos aquí —dijo mi hijo y sentí como las lágrimas se acumularon en mis ojos.

—Oh- por Diossss —fueron las únicas palabras que pude articular, antes de que mi hijo hablara nuevamente.

—Papi.

—Oh por Dios, oh por Dios, están aquí, no lo puedo creer, llegaron tres días antes. Por Dios no puedo creerlo...

Las lágrimas por fin corrieron por mis mejillas, estaba emocionado y feliz de verlo. Ni siquiera podía distinguir quienes estaban parados detrás de él, el rostro de Chimon abarcaba todo mi campo de visión. No podía alejar mis labios del rostro de mi hijo, lo besé tanto... por cada día que no lo tuve cerca.

Justo detrás de Chimon, una tos disimulada llamó mi atención, y sí, era él era mi...

—Conejitooo —grité tan fuerte como mis pulmones me lo permitieron. Mi hermoso conejito de cristal estaba parado justo frente a mí, y yo no pude hacer otra cosa que saltar a sus brazos. Es fuerte, gracias a Dios, tanto como su padre, de lo contrario hubiéramos aterrizado en el suelo.

Mi hijo llora, como nunca lo había visto hacerlo. Está tan feliz como yo, su emoción es inmensa. Off parece notarlo y se acerca a nosotros. Mis pies tocan el suelo, justo cuando él abraza a nuestro hijo. Chimon y Nirin se acercan también y finalmente los cinco nos abrazamos, era el reencuentro con nuestros pequeños, porque a pesar de ya ser adultos. Nunca dejarán de ser nuestros bebés.

Sin renunciar a abrazarnos y besarnos, llegamos a la sala. Nos olvidamos de la cena y también de cerrar la puerta... Lo único que queríamos en ese momento Off y yo, era disfrutar de la presencia de nuestros hijos, pero no esperábamos que en ese momento, entre lágrimas y risas uno de ellos dijera:

—Tengo algo importante que decirles. —Yo no podía dejar de besarlo y apachurrarlo, así que fue mi otro hijo quien habló por él.

—Es... él, tiene una hermosa hija llamada Zoé y yo estoy esperando dos bebés. —soltó a toda prisa y yo...

Me paralicé en ese momento. Vi las lágrimas en los ojos de mi hijo, mientras miraba con dolor a Off. Vi de uno a otro, mis dos hijos lloraban y movían los labios quizá diciendo algo, pero yo no pude escuchar ni entender lo que trataban de decir.

Al parecer me había desmayado, porque cuando abrí los ojos ya estaba sentado en el mueble y Tay, New, Lee, Namtan y Pluem se acercaban a nosotros, haciéndose a un lado para que Bright avanzara con una niña en brazos, la misma que al ver a mi conejito, empezó a balbucear y a estirar sus manitas, pidiendo que la cargara.

Sentí que mi corazón se convertía en un puño, quería gritar pero cualquier sonido se ahogó en mi pecho. Mis labios estaban sellados, me estaba ahogando, realmente lo estaba haciendo y nadie lo notaba. Apreté la mano de Off, esperando que él entendiera que me estaba pasando, pero ni se movió...

Me puse de pie, justo antes de que Win tomara a la niña en sus brazos y miré a mis dos hijos, dándoles la espalda a todos los demás. Sentí una daga atravesar mi corazón.

"Las turbinas estallaron causando que el avión se precipitara a tierra. Nadie sobrevivió"

—Papii. —Susurró débilmente. Había mucho ruido alrededor, las sirenas de las patrullas y ambulancias era lo único que podía escuchar— Papii. —Volvió a decir sintiendo un dolor indescriptible en todo su cuerpo, pero principalmente en su pecho— Dime que no está sucediendo —Susurró viendo a su esposo que lloraba desconsoladamente. Y volvió a desmayarse.

Hombres vestidos de traje, cargaban los ataúdes desde la carroza fúnebre.

Su cuerpo estaba ahí —podía claramente ver a su familia y amigos, todos vestidos de negro, con una rosa blanca en las manos— pero su alma... la había perdido.

Sus hijos volverían a casa. Él lo había deseado por años. Por fin estarían juntos, nuevamente, pero esta vez, no dejaría que se volvieran a marchar.

Gun recordaba la llamada de Chimon, recordaba los planes que hizo. Tendría a sus bebés, juntos otra vez. Solo hacía falta que las horas avanzaran más rápido y los días disminuyeran... y ellos estarían ahí, abrazándolo, besándolo y haciendo travesuras como cuando eran niños. Recordaba la emoción que sintió, al preparar sus habitaciones. Ahora tenían parejas, ya no podían compartir la misma habitación. Recordaba la imagen que le devolvió el espejo, con una sonrisa que hace mucho tiempo ya no aparecía. Y ahora ya no la tenía, se había esfumado. Ahora mismo daría lo que fuera por volver el tiempo atrás y que nada hubiera pasado.

»No debió reaccionar así, no debió decir que lo habían decepcionado. Nunca debió rechazar a la pequeña que su hijo sostenía en brazos, cuando lloró, debido a los fuertes gritos que él empezó a soltar. Nunca debió pedirles que se marcharan. Pero cómo se supone que debe reaccionar un padre al enterarse que las personas más importantes de su vida, le han ocultado semejante cosa. No es una mentirita blanca. Es una mentira cargada de intensión. El desengaño y la frustración que supone el no haber sido digno de compartir con sus hijos algo tan importante en sus vidas, había destruido su corazón. Los padres intentan educar a sus hijos de la mejor manera posible pero éstos, no siempre siguen lo enseñado. A veces se dejarán llevar por los impulsos, por los temores, por la inseguridad o por lo que la gente de su alrededor hace o dice.

La vida no tiene una fórmula. La crianza de los hijos tampoco, pero como padres debemos educar en el amor, o al menos tratar de hacerlo, mostrar firmeza, y permitir que nuestros hijos se equivoquen y que al hacerlo, se frustren, se enfurezcan y en cierta medida sufran también las consecuencia de sus equivocaciones, ya que en la medida que logren salir por ellos mismos de sus problemas, resurgirán más fortalecidos.

La vida está llena de adversidades, por eso la misión de los padres, no es hacer hijos felices siempre, sino enseñarles que deben aprender a afrontar y desarrollar habilidades que les permitan seguir su vida de la manera más saludable posible, aunque las decisiones que tomen, no sean siempre las correctas.

Sollozó mientras su hija lo abrazaba y veía a su esposo, arrodillado, llorando frente a tres tumbas. Los cuerpos de sus hijos y su nieta, yacían ahí...

»Revivió el momento en que entró en la morgue y los vio, tenían golpes y rasguños por todos lados, huesos rotos... estaban casi irreconocibles, pero para él, seguían siendo hermosos. Se aferró a los cuerpos ensangrentados y besó sus mejillas cuando terminó de limpiarlos, porque nadie pudo sacarlo de ahí. Nadie pudo separarlo de ellos.

Estaban helados, sus bocas moradas y su piel pálida, marchita... sin vida.

Se dedicó a besarlos mientras sus lágrimas mojaban su cara y no le importó el frío que hacía en el lugar.

—Tenemos que irnos Gun. —Había perdido la noción del tiempo. Off ya no estaba en el piso, se encontraba acuclillado junto a él y le tomaba las manos.

—Te he mentido desde el inicio —Dijo a Off soltando un suspiro—. No estaré junto a ti para siempre. No puedo, ni quiero seguir viviendo...

Off empezó a frotar su pulgar en la suave piel de Gun. Su cabeza se llenó de recuerdos... Volteó a mirar hacia atrás y no vio a nadie en específico, solo veía bultos y manchas. Tomó la mejilla de su esposo y la acarició también.

—No quiero perderte también, Gun. Nirin y yo te necesitamos. —Besó sus manos—. Te amo —Susurró mientras las lágrimas bajaban por su rostro, estaba tratando de ser fuerte— De verdad lamento muchísimo que estés pasando por esto, pero...

Gun... ¡No!... Gunnnn

Había un hermoso jardín, las flores multicolores adornaban el pasto verde. Sus hijos estaban sentados sobre una manta, bajo un frondoso árbol y le hacían señas para que se acercara.

Con las lágrimas precipitándose por sus mejillas empezó a correr a toda prisa, hacia ellos. Chimon y Win se levantaron y esperaron con los brazos abiertos a que llegara.

No llores, Papi —Chimon limpio con sus manos los rastros de lágrimas, en sus mejillas.

—Mis bebés, los encontré. Pensé que nunca volvería a verlos. Los extrañé mucho. —Sollozó Gun en los brazos de Chimon. Bright cargaba a su pequeña hija.

—Lo sabemos papi. También te extrañamos.

—Quiero que me perdonen por haber reaccionado tan mal y echarlos de casa.

—Papi, eres tú quien debe perdonarnos.

—Son mis hijos. Los amo. ¿Cómo podría no perdonar sus errores, si yo mismo los cometo?

Gun miraba a todos lados, como buscando algo.

—¿Dónde está su hermana? —Preguntó a sus hijos— ¿Dónde está su padre? —ellos se miraron, sorprendidos— Off... Papii~ —Lo llamó.

—Papi, él no está aquí. —Win trató de tranquilizarlo—. Solo estamos nosotros. Nirin tampoco vendrá.

—¿Dónde estamos? Este lugar es realmente hermoso —dijo.

—Sí, realmente es un hermoso y acogedor lugar.

—Sí, pero ya díganme ¿por qué su Papá no está aquí?

—No tendría porque estarlo. —Chimon lo rodeó con sus brazos— Todavía no es su tiempo.

—¿Su tiempo? —Preguntó Gun empezando a asustarse.

—De vivir en el cielo —Win le respondió, acariciando sus mejillas —Pero pronto se nos unirá. Luego de que Nirin lo haga.

—No, ¿por qué? ¿Acaso estamos muertos? —Gun se alejó de sus hijos— No quiero estar aquí. —Dijo empezando a caminar—. No quiero que ustedes estén aquí. Yo, no quiero que Nirin venga... Quiero estar con mi sensei.

—Papi... las cosas sucedieron así. No es posible cambiarlas.

—¿No es posible? ¡Sí podemos cambiarlas!

—Tengo que salir de aquí. Debo volver con Off.

—Tienes que quedarte con nosotros Papi, ahora este será nuestro hogar.

—¡No!... ¡no quiero! —Gritaba, caminando de un lado a otro— Los amo, los amo mucho —sus ojos estaban llenos de lágrimas— Los extraño muchísimo y me gustaría quedarme aquí con ustedes, pero su padre me necesita. —limpió sus lágrimas y los miró. Volvió hasta donde ellos estaban, tomó a la bebé entre sus brazos, la besó y abrazó a sus hijos— Y yo, no puedo estar sin él. No puedo quedarme aquí. Mi lugar es con Off.

—Gun... Gunnie... —La voz de Off, se sentía tan cerca.

El verde campo y las hermosas flores multicolor, fueron desvaneciéndose.

—¿Papii?

—Aquí estoy cariño.

—Ohh papii. Te amo tanto —Dijo abrazando a su esposo.

Hay momentos en la vida, en los que miras atrás y no tienes idea de que fue lo que pasó, solo sabes que desde que pasó, nada volvió a ser lo mismo...

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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En un segundo las cosas cambian verdad?... La vida no es perfecta...

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