Capítulo 3
El plan se puso en marcha. Ese mismo día, en coordinación con la amiga de Roux, Hunter y otro par de chicos del equipo de fútbol, repartimos posiciones para estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado, para que todo saliera perfecto.
Roux caminaba por el pasillo, con varios libros en sus brazos, platicando animadamente con su amiga. Ella era toda sonrisas, pareciera que estaba teniendo la conversación de su vida en ese preciso instante, aun y cuando era claro que solo estaban hablando de cosas banales.
Un grito en el pasillo distrajo a ambas chicas. Como dije, ambas estaban muy por debajo del radar. Ellas no molestaban a nadie y nadie las molestaba a ellas. Así que cuando mi novio grita por la atención de la mejor amiga de Roux, esta se desconcierta.
La chica hace una seña para que otra continúe sin ella y así lo hace la castaña, aun luciendo confundida y viendo hacia atrás más veces de las necesarias. Roux continua por el pasillo aun confundía y embelesada con sus pensamientos cuando Tyee llega corriendo, tratando de parecer lo más casual posible, y se estrella contra nuestro objetivo.
Una maldición sale de los labios de la castaña sacándonos un montón de risas al equipo en backstage.
Los libros de ella se esparcieron por todo el suelo, quedando con algunos daños menores, mientras ella los veía a la misma altura. El impacto fue inesperadamente fuerte y los dejo a ambos, a los libros y a ella, en el piso. Tyee trato de no sonrojarse y se agacho a ayudarla a recoger los libros del piso.
—Lo siento, de verdad lo siento muchísimo. – El rubio se disculpa repetidamente, arruinando por completo el cliché del tipo idiota. Supongo que va por un enfoque más dulce.
La ve con vergüenza y le tiende la mano para ayudarla a levantarse después de haber terminado con los libros. Ella la acepta un poco tímida y se levanta lo más rápido que puede, desasiendo el agarre en el proceso. Sus mejillas se tornan rosas, la sonrisa de Tyee se ensancha, se miran por varios segundos antes de romper la conexión de miradas y romper el hechizo del primer encuentro.
—Soy Tyee – vuelve a extender su mano y ella la acepta, sacudiéndola recelosa.
—Roux.
Y con esa simple palabra, se da la vuelta y comienza a caminar de nuevo. Todo parecía surreal. Tyee acababa de ser bateado, oficialmente, sin haber hecho ningún movimiento. O al menos eso creímos todos en un primer instante. La castaña regresa por donde se fue, con las mejillas aun más rojas dándose cuenta de su error.
El rubio lo toma como una oportunidad.
— ¿No pudiste resistirte a verme otra vez? – Roux suelta una pequeña risita, rueda los ojos y sigue caminando derecho, esta vez directo a su destino correcto, dejando a mi amigo con una sonrisa que no se le quitaría en días.
La primera fase estaba terminada y estos dos solo estaban empezando.
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