La historia se remonta al primer semestre de preparatoria. Todos tratábamos de encajar; comenzábamos desde cero, nuestro pasado no importaba.

Las cosas se acomodaron fácilmente; los populares resultaron ser los más extrovertidos, los que tenían la confianza suficiente aun y siendo adolescentes para creer que éramos geniales. El equipo de porristas y de futbol americano siempre estábamos sentados en la mesa habitual; en el centro del comedor, bromeando como siempre lo hacíamos, tratando de sacar la mayor ventaja los unos de los otros.

Tyee fue uno de los primeros chicos en asegurar su lugar en la Elite del colegio. Tenía todo lo que se necesita para poder estar en el tope de la pirámide. Nadie se atrevía si quiera a poner en duda su derecho de estar en la cima. Claramente, todas las chicas estaban locas por él.

Al menos eso era lo que parecía.

Ese día en específico, se le veía muy agitado. Tyee estaba tratando de averiguar cómo conquistar a una chica de una manera poco habitual. Todos estábamos desconcertados, ¿desde cuándo alguna chica se le resiste al gran Tyee McKeys? Ciertamente, hasta ahora pareciera que fuese imposible. Durante nuestros dos casi años de conocernos, jamás había ocurrido algo similar.

Por supuesto, mi vena investigadora no tardo en levantar oreja y escuchar el problema. La chica, no se estaba resistiendo en absoluto. No como en las típicas novelas, al menos. Ella simplemente no estaba interesada en ser una oveja más.

—No sé nada de ella Chris. – estaba frustrado, eso podía verse a kilómetros de distancia. Él no estaba acostumbrado a que las cosas fueran difíciles. El ambiente estaba poniéndose tenso. Ninguno de sus "amigos" sabía cómo aconsejarlo.

Un silencio incomodo se instalo en el aire. Con una sonrisa inocente, toque su hombro dos veces.

— ¿Por qué no le preguntas a su mejor amiga Tyee? Es la mejor opción que tienes. – me encojo de hombros como si no supiera que estoy haciendo y la sugerencia que acababa de soltar no tuviera un trasfondo con propósito. Conocía alguna que otra cosa que había escuchado por accidente y sabía que la mejor amiga de cualquier chica es el camino directo para entablar conversación.

Sus ojos se iluminaron, me dio un beso en la mejilla y corrió fuera de la cafetería como si el tiempo se le estuviera acabando. Mi novio, Hunter, me dio una mirada curiosa para luego voltearse y reírse. Él sabía que estaba jugando en terreno peligroso, estaba al tanto de mi vena de superheroína estaba a punto de salir a la luz.

Con un poco de curiosidad picándome los talones, invento una rápida escusa y sin parecer muy ansiosa, sigo a mi amigo desde lejos, tratando de pasar desapercibida. Alguien grito en mi oído y sacudió mis hombros antes de que pudiera dar vuelta en el pasillo para seguir a Tyee en su búsqueda. Un grito involuntario salió de mis labios.

— ¿Qué estas planeando? – Hunter me dio una sonrisa traviesa. Pase mis brazos por sus hombros y lo atraje hacia mí. Él sabía mis intenciones y le divertían un montón. Desde que era pequeña me había encantado ayudar a la gente a llegar su final feliz.

—Ya sabes que tengo espíritu de bebe con alas en pañales. – una carcajada sale sin freno y ambos comenzamos a reír. Me da un pequeño pico en los labios y me deja continuar con mi misión. Regresa a la cafetería con el resto del equipo con apariencia de no haber visto nada.

Después de andar sin rumbo por un rato, por fin me encontré con mi objetivo.

Tyee llego corriendo con la que me parece, es la mejor amiga de Roux, casi aplastándola en el intento. Las personas alrededor lo veían o embelesadas o extrañadas. La chica lo miro con curiosidad antes de ponerse colorada hasta en los lugares donde nadie puede ver. Era extraño para todos los presentes.

Ella no era nadie especial. Era el tipo de persona que era recordada por ser la amiga de alguien más interesante. ¿Por qué entonces, alguien como Tyee estaba hablando con ella?

Después de un intercambio de palabras, distintas técnicas probadas por parte del chico; pasando de un intento de coqueteo hasta casi rogarle, la amiga de la enamorada de Tyee cedió.

La chica por fin acepta lo que sea que el rubio le estuviese pidiendo y le dice un par de cosas entre dientes. Tyee termina por sonreír con todos los dientes, darle las gracias con un beso en la mejilla y salir corriendo por donde llego. Trate de contener mi risa, de verdad que sí, pero me fue imposible.

Sin más que ver ahí, me di la vuelta para regresar a la cafetería. Aun no estaba segura de quien era la chica por la que mi amigo estaba volviéndose un poquito loco a cada segundo.

Tampoco estaba segura de cómo había pasado eso.

Pero estaba segura de que, haría lo que fuera para que esos dos obtuvieran su final feliz.