«Informática»
13/09/10
—Adrián a clase —su madre entra en la habitación para sacarlo de la cama.
—¿Mamá, tienes que ser tan brusca al despertarme? —pregunta el joven levantándose.
—Son las siete, hora de ir al instituto —finaliza saliendo del cuarto. Adrián con desgana se viste y va hasta la cocina.
—Buenos días —saluda bostezando. Entra sentándose mientras que su madre sirve el desayuno.
—Hoy también te recojo del entrenamiento —comenta su padre, el cual lee el periódico como todos los días.
—Vale, pero he quedado con Matt para enseñarle fútbol —dice Adrián bebiendo de su taza.
—Entonces os traigo a los dos y ya iréis donde queráis —responde el padre dejando el periódico.
—¿Adónde iréis? —pregunta Marta aprovechando que Kristian ha sacado el tema, odia cuando su hijo se marcha sin decirle a dónde va.
—Creo que cogeré las llaves del jardín comunitario e iremos allí a entrenar —Adrián capta las segundas intenciones en la pregunta de su madre.
—Sabes que solo podéis jugar en el césped. ¿No? —cuestiona ella.
—Si, lo sé —responde él levantándose—. Me marcho.
Adrián camina por las calles pensando en lo que su madre le ha dicho, sabe que no deben jugar en ningún otro lugar que no sea el césped. ¿Pero y si juegan? ¿Qué más da?
Llega al instituto y sube las escaleras hasta la clase, todos los pupitres se encuentran ocupados salvo el suyo propio y el de Rebeca. Sabe a ciencia cierta que si Rebeca no ha asistido Susana tampoco. Quiere hablar con ella, pero si no se presenta no puede encararla. Es una triste realidad y la mecha se consume a cada segundo.
La profesora de Matemáticas, María José entra por la puerta con una caja llena de figuras geométricas.
—Hola, clase hoy practicaremos a contar aristas —informa la profesora dejando una figura en cada mesa. El alumnado las observa sin decir nada. La profesora se da cuenta así que decide intervenir—. ¿Acaso alguien se acuerda de cómo se cuentan las aristas? Que alce la mano el que sí. —Observa que solo Luz e Iris alzan los brazos—. Bueno hoy dará la clase Iris —finaliza indicándole a la joven que se levante.
Iris obediente se levanta y se posiciona enfrente de la pizarra.
—Una arista son los lados o líneas de las caras de un poliedro —explica la joven.
—Bien ya puedes sentarte —dice la profesora agradeciéndoselo a su alumna.
—Bueno ahora Luz hará un dibujo en la pizarra —saca una tiza de su bolsillo, la joven se levanta y la agarra, comienza a dibujar un triángulo equilátero y repasa las líneas o aristas.
—Este es un triángulo equilátero y tiene seis artistas —explica Luz mirando a la clase, deja la tiza y se sienta en su sitio sintiendo todas las miradas.
—Ya sabéis como hacer los ejercicios de la página 12. Hacéis el uno, dos y cuatro —apunta María José en la pizarra.
Andrea Gómez anota los deberes en su agenda, agarra su rebeca y la enrolla formando una almohada, la coloca debajo de su cabeza y comienza a dormir. Adrián la observa y también ve como Matt se ríe de ella, tiene que admitir que esa joven es muy graciosa y rara.
La sirena suena y todos comienzan a recoger para ir a Música menos Matt que saca su agenda, Adrián lo observa desde la lejanía viendo la forma extraña de actuar del joven.
Todos los alumnos van hasta el segundo piso y se paran en una puerta que pone Música 2, allí esperan durante minutos hasta que una profesora llega y abre.
—Yo soy Berna y seré vuestra profesora de música —Berna toma asiento con un café en la mano, tranquilamente. Cada uno se sienta donde le apetece y esperan a que la profesora comience a dar la clase—. Ahora vuelvo, voy a por unos papeles al departamento —sale por la puerta sin mayor explicación.
En el momento en el que la profesora pone un pie fuera todos comienzan a hablar.
—Adrián, Susana no ha venido, ¿vas a ir a su casa para hablar con ella? —Carlos se le acerca antes de hablar.
—No, me esperará a que venga —responde él jugando con la botella.
—¿Sabes quién es el joven que sale en las fotos con ella? —cuestiona Óscar.
—Ni lo quiero saber, ni me interesa —lanza la botella intentando que caiga de culo. La botella cae de lado.
—Creo que Astrid sabe quién es —dice Antonio agarrando la botella e imitando a Adrián, esta cae de pie y todos alzan la voz felicitando al joven.
—Sigo sin querer saberlo —explica Adrián tirando la botella, pero esta vuelve a caer de lado. Nacho agarra la botella y la lanza, este también consigue que caiga de pie. Adrián sopla, ¿acaso esta semana nada le iba a salir bien?
—Hoy no das ni una —ríe Carlos agarrando la botella y consiguiendo también dejarla caer de pie.
La profesora llega y comienzan a dar la clase, todos acaban tocando la flauta, pero Adrián solo finge tocarla, ya que no es muy ágil con sus dedos. La clase termina y todos van a su optativa.
—¿Adrián que has cogido este año de optativa? —pregunta Carlos saliendo por la puerta.
—Informática como siempre. ¿Y vosotros? —cuestiona saliendo por la puerta.
—Yo Matemáticas, mi madre me ha obligado a apuntarme dice que soy un vago —responde Antonio marchándose por las escaleras contrarias.
—¿Y tú Óscar? —Adrián espera que por lo menos sean tres amigos juntos del equipo.
—Castellano —habla simplemente marchándose.
—Bueno ahora solo somos dos —comenta Adrián caminando hacia la puerta de la clase de Informática.
—Somos tres —dice Nacho haciéndose notar por primera vez, Adrián a veces lo ignora, él sabe que quiere ser parte del equipo de fútbol, pero es muy pesado a menudo.
—Me temo que uno, Inglés —Carlos se despide. Adrián frena de golpe observando como uno de sus mejores amigos se aleja. "Traidor", lo dejo con Nacho, él solo no puede con él y eso lo sabe muy bien.
Nacho y Adrián entran en la clase llena de ordenadores y se sientan atrás.
—Que pesada es Ana —suspira Nacho refiriéndose a la profesora, todos los años dan lo mismo, por eso eligen Informática para poder jugar con el ordenador.
La clase transcurre bien, pero a mitad de esta Adrián ve como Matt entra por la puerta.
—Disculpe profesora por el retraso, no sabía en qué aula me tocaba y me he perdido —explica el joven entrando acompañado de Iris, esta se marcha en cuanto el joven entra en la clase. Matt se sienta adelante y enciende un ordenador.
—¿Adrián qué haces? —pregunta Nacho desconcentrado al joven, quien mira a Matt.
—Juego a Bolls Play —teclea con los botones de abajo.
—¿Dónde está ese juego? —pregunta otra vez Nacho.
—En la web de Game Boll —responde Adrián deseando que se calle.
—¿Te apuntas a una partida doble? —Nacho insiste cuando ya está en la web. Adrián no responde simplemente se levanta y se sienta junto a Matt.
—Hola —saluda.
—¿Qué dijo tu madre? —pregunta Adrián encendiendo el ordenador.
—Que sí puedo entrenar contigo —Matt no despega la mirada de su ordenador, están creando etiquetas en el correo. Adrián comienza a hacer también la tarea, es la primera vez en mucho tiempo que hace los deberes de Informática.
—Iremos al parque privado de mi comunidad —explica el joven intentando ver los pasos que lleva a cabo Matt.
—¿Te estás copiando? —Matt alza una ceja.
—Un poco, es que no soy muy bueno —responde Adrián copiándose descaradamente.
—Ahh —exhala Matt. Al final decide ayudar a Adrián y así terminan los deberes juntos.
La sirena suena, los jóvenes se despiden y Matt se marcha a la biblioteca. Adrián baja las escaleras hasta el patio y allí se junta con sus amigos.
—Sois unos traidores me habéis dejado solo con Nacho —dice regañando a sus amigos.
—Pobrecito —ríe Antonio mientras se lleva las manos a la cabeza.
—No tiene gracia —replica Adrián sentándose en las gradas junto a sus amigos.
—No han venido ni Rebeca, ni Susana —cuenta Pablo apareciendo por las escaleras de las gradas.
—Ya nos hemos dado cuenta —respondo Antonio sacando un libro.
—¿Qué es eso? —pregunta José agarrando el libro por las hojas.
—Un libro —Antonio se lo arrebata.
—¿Qué libro es? —pregunta Adrián observando la tapa.
—Bajo la misma estrella, me lo ha dado mi hermana —el joven retira el cubre tapas.
—¿De qué va? —inquiere Maiquel sentándose junto a Antonio.
—De dos jóvenes, la protagonista es Hazel una chica con cáncer de pulmón a la que sus padres obligan a ir a una terapia con más jóvenes, allí conoce a Augustus que sufre de osteosarcoma, lo cual provocó que le amputaran la pierna, él era jugador de baloncesto, pero lo tuvo que dejar. Los dos jóvenes se conocen en esa terapia y se hacen amigos. A Hazel no le gusta la filosofía de Augustus porque se pone un cigarro en la boca y dice que lo hace para no encenderlo, "se lo pone en la boca, pero no le da el poder de matarlo." Y hasta ahí he leído, lo empecé hace poco —responde leyendo por encima el resumen de la contraportada.
—Que aburrido. ¿No? —Carlos mirando el libro con desgana.
—No, es bastante entretenido, según mi hermana los dos consiguen tener una relación a pesar de todos los problemas —responde Antonio recordando lo que le dijo hace tres días su hermana. Adrián apenas presta atención, pero aun así es capaz de escuchar el título del libro.
Las clases continúan hasta el final de ellas y Adrián se marcha a casa, como siempre come solo y vuelve al instituto para los entrenamientos. De camino piensa en cómo entrenar a Matt, ¿ponerlo a correr, hacer pases o un uno contra uno?
En la entrada del instituto, para su sorpresa ve a Susana apoyada en la pared.
—Tenemos que hablar —habla ella agarrando a Adrián por el brazo y llevándolo a un parque que hay al lado del instituto.
—¿Qué quieres? —interroga Adrián cruzándose de brazos para mostrar que no le importa lo que le diga.
—Las fotos... están en todas partes así que tú también las has visto, tenemos que dejarlo —explica la joven directamente sin pelos en la lengua, ¿acaso no tiene corazón? Adrián abre la boca, pero la lengua se le vuelve pesada.
—Es como si nunca me hubieses querido —dice Adrián recriminando, fija su mirada en la de ella.
—Te quiero, pero ya no lo suficiente como para continuar manteniendo una relación contigo, conocí a alguien al cual quiero más... —Susana se defiende, aunque lo único que consigue es quedar como una hipócrita sin sentimientos.
—¿Te parece bonito haber jugado así con los sentimientos de una persona? —pregunta Adrián sintiéndose culpable, en el fondo no le ha dolido que le deje sino las maneras.
—No sin embargo tampoco voy a fingir querer a alguien que no quiero —dice ella. ¿Acaso nunca le quiso, es que lo que dijo antes no cuenta?
Las palabras de Susana lo paralizan, él la quiso o al menos eso piensa, pero en el fondo sabe que solo salió con ella porque se era de las pocas personas que lo escuchaba.
Susana se marcha al ver que el joven no dice nada, durante minutos se queda quieto hasta que al final entra al instituto, el entrenamiento ya ha empezado y se une a sus compañeros.
—¿Qué ha pasado, has llegado tarde? —Carlos se aproxima poniéndose a su lado.
—Susana me ha dejado —responde el joven sin apartar la mirada del balón.
—Era de esperar, no te agobies, hay más chicas —consuela Pablo metiéndose en la conversación.
—Me da igual —dice Adrián ignorando a los dos jóvenes.
—Allá tú —suspira Carlos mirando al joven extrañado.
El entrenamiento acaba y Adrián se mantiene apartado del resto sin mencionar palabra, mantener una charla no es de sumo agrado para él en este momento. Sale a la puerta del instituto y espera a Matt para ir con él a su casa a entrenar, y así intentar olvidar las palabras de Susana.
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