Pero, cariño, no estamos en un cuento de hadas y esto en algún momento tenía que pasar, aunque todavía no pueda aceptarlo y siga dándole mil vueltas al reloj.

Discusiones, dudas, malentendidos, lágrimas y al parecer el rompimiento del que creí que sería un hermoso y eterno primer amor.

Aún así, quise luchar, aún sabiendo que el destino tenía aquel plan para nosotros.

Y aunque sé que no todas las historias de amor tienen un final feliz, quería que tú y yo fuéramos aquella excepción, aquella en la que ni la más grande tormenta podría destruir nuestro sentir.

Pero no pudimos cambiar el destino, y ninguno de los dos resistió aquel invierno.

Las estaciones cambian y nuestro amor se volvió frío.

Sin embargo, mi corazón aún no puede aceptar eso, no sin derramar lágrimas en el intento.