♦Acto VI:"Ya no es broma"
Una mañana más en el Hazbin Hotel. Como siempre la dueña del hotel se levantaba con todo el ánimo, una gran sonrisa y el amor de su vida a su lado no sólo dándole compañía, si no su apoyo incondicional y gran amor para seguir animando la y que jamás se desmorone.
Tenerla es como el mejor de los deseos.
Hizo su rutina mañanera. Darse una ducha caliente, vestirse, desayunar e hacer una revisión rápida para ver qué todo estuviera en orden mientras dejaba en las puertas de sus huéspedes una pequeña canasta con deliciosos aperitivos y una pequeña nota deseándoles lo mejor y que tengan un bonito día. Algo que estuvo arreglando la tarde de ayer con ayuda de Vaggie, causando que terminarán en poco tiempo.
—¡Husk!— alzó la voz sin ser brusca, llamando la atención del mencionado que salía de la habitación de Ángel. Acordándose la situación por la que el Omega debe estar pasando.
—Princesa. — nombró suave y natural. Sin mucha emoción pero sin pereza. Sencillez y curiosidad mirarla tan temprano.
—Por vigésima vez, puedes llamarme Charlie. — comentó en confianza, sin dejar de sonreír amable. Husk sólo se encogió de hombros, asintiendo.—Tres meses trabajando aquí, no hay problema con que no seas formal conmigo. Dime, ¿Está bien Ángel?
—Su celo bajo, pero aún así necesita un par de horas antes de salir. Me mandó a comprarle un helado. No tardaré. Al regresar del mandado prometo volver al trabajo.— aclaró sin miedo, bastante calmado pero un poco urgido por salir a comprar ese helado. Realmente quería complacer al Omega de adentro.
—Oh no te preocupes, los huéspedes deben aprender a no beber por unos cortos días si se quieren redimir. ¡Suerte con el helado!— dijo bastante atenta y aprobando lo que decía.
Husk realmente se iba a marchar en esos momentos, más la intriga, la curiosidad le venció y quiso preguntarle algo más a la rubia que aún seguía ahí e iba estar dispuesta a ayudarlo.
—Charlie hay algo que me intriga.
—¿Qué cosa?
—Ángel es de Valentino. — casi gruñó, evidentemente no le agradaba para nada decir aquello. —Pero ahora él está aquí, no se si en algún punto aquel sujeto se cansará de que su "trabajador" más exitoso se vaya sin más. No entiendo bien el asunto pero, ¿Tú crees que Valentino venga a reclamarle?— preguntó con bastante intriga y preocupación por el Omega al que está cuidando.
Charlie comprendía perfectamente lo que quería decir. Lanzó un pesado suspiró mientras meditaba las palabras adecuadas para decir lo que tenía que decir que sonará coherente y entendible.
—Si es lo que te preocupa, Ángel no es propiedad de Valentino por más que lo parezca.— comenzó, notando como Husk parecía más relajado ahora, menos tenso de los hombros. Se relamio los labios y prosiguió. Al principio no estaba segura de contar lo que sabía ya que esa información debía quedar en completa discreción, pero veía a Husk tan preocupado y aunque no lo admitiera en voz alta, se notaba cuando le preocupaba Ángel.—Si bien firmó un contrato con él, cuando el deseé puede abandonar su trabajo. La única razón por la que estuvo con él por tantos años es por su protección y poder. Pero ahora que está bajo mi tutela, bajo mi techo no tendrá problemas. Puede que a veces la gente no me tomé en serio pero, sigo siendo una Magne. Y nunca se meterían conmigo para pelear. — agregó lo último con seriedad, que hasta el mismo Alastor sintió un escalofrío. Esa aura de Alpha, peligrosa y decida le llamo la atención. Sin duda aquella chica es más fuerte de lo que aparenta. Y debe admitir que aquello le empieza agradar.
Haciendo caso a las palabras de la rubia, realmente quería que Ángel dejará de depender de Valentino para ciertas cosas. Porque de repente, quería ayudarlo.
Las cosas en su interior aún seguían confusas, habían pasado décadas desde la última vez que se enamoró. Que sentía su corazón bombear rápido, y fuertes sentimientos desgarrando lo. Aún así, no quería llegar a conclusiones apresuradas. No debía dejarse engañar y menos ilusionarse. Ángel seguía siendo un prostituto, seguía siendo de varios lastimosamente. Eso no cambiarían por confusos sentimientos. Después de todo, lo único que ambos se traen es mera atracción física.
Sólo estamos jugando. No hay nada serio en esto. Se repitió para convencerse. Que se preocupara de él está demás. Pero no significa tanto.
—Eso sin duda, me fue más reconfortante. — admitió al darse cuenta que había tardado en responder, había quedado muy sumido en sus pensamientos.
—Es muy lindo que te preocupes por Ángel, se nota que son amigos íntimos. — le sonrió con dulzura, aunque aquello molestó un poco a Husk.
—Yo no diría eso.
—¿¡Son pareja!?
—¡NO! Nada de eso, solo somos conocidos. Nada especial... Ya debo irme.— se apresuró a decir. Sonaba raro cuando alguien más lo decía en voz alta.
Sin más tiempo que perder, se despidió y dirigió a la salida.
—Regresa pronto Husk.
Charlie fue a la dirección contraria donde una sombra se dirigió, y eso es a la habitación de cierto Omega arácnido.
Una interferencia se escuchó en su puerta, por lo que extrañado y fastidió al que llevaba varios minutos ahí así decidió salir a revisar.
Claramente se encontró con una gran sorpresa. Su agua abrumadora y aroma fuerte lo perturbaba, casi mareaba.
—¡Oh, mi afeminado amigo! ¿Cómo se encuentra el Omega?— dijo claramente refiriéndose a él y haciendo una reverencia como si hablara con una princesa.
¿Qué demonios hacia Alastor en su puerta?
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—No es que me interese tu vida personal o privada. Pero me llama la atención que casualmente pasaste el celo con mi amigo Husk. — dijo primero, mientras veía de reojo el interior de la habitación de Ángel. Tentando a pasar, aunque su aroma de Alpha quedará impregnada en ella durante varios minutos.—¿Cómo va tu rehabilitación?
Ángel se sentía especialmente irritado e inseguro con él ahí. Especialmente porque aún seguía algo sensible, recién terminaba su celo pero aún no se sentía del todo cómodo o lúcido. Por lo general se le insinuaria al mayor, con su extrovertida actitud y más su aroma lo podría conseguir, pero extrañamente no se sentía con ganas de aquello.
O quizás, no se sentía con ganas de hacerlo con Alastor.
No es lo mismo. Pensó con pesar. También pensó que tenía ganas de ignorarlo, pero le sería imposible con la actitud de Alastor.
—¿Por qué me quieres andar jodiendo con cosas que no son de tu incumbencia? Mierda. — bufó cruzándose de brazos, realmente aburrido y sin ganas de seguir viéndole.
—Esa boca tuya si que le gusta decir malas palabras. — agregó con una sonrisa carcajada al final. Ángel juró escuchar cierto tono diferente en como lo dijo. ¿Más atrevido? ¡Sin duda ya estaba alucinado!
—Oh querido, mi boca sirve para más que eso. — comentó sonriendo burlón, sabiendo que así lo molestaría y se alejaría lo suficiente. Alastor no tolera esa clase de chistes o grandes insinuaciones sexuales. En especial con alguien tan "irritante" con él.
—¿Cómo qué?— respondió con interés, acorralando lo a lado de la puerta. Sinceramente Ángel jamás se esperó aquello.
La mirada de Alastor es diferente, pero seguía siendo el mismo.
—B-Bueno... Ya sabes, cosas que alguien como tú no disfrutaría. Es una lástima. — se apresuró a decir nervioso. No quería ser intimidado, especialmente por alguien más bajito que él. Pero Alastor era un Alpha muy fuerte. Naturaleza dominante. Odiaba eso. Que lo acorralada y se sintiera superior que él por su casta.
Sentía como si Alastor lo analizará profundamente.
—No me agrada que me toquen, pero... Me gusta ser quien de los caricias. — agregó con una sonrisa retorcida, tomándole de la mejilla y acercándose peligrosamente a su rostro. Causando algo extraño removerse en él.
Alto. No me gusta. ¡Para!
Sin poder evitarlo y reuniendo todo el valor del mundo, lo empujó de su pecho de manera brusca hasta alejarlo de él. Temía que Alastor se enfureciera y le hiciera algo mucho peor, pero no podía tolerar tenerlo así de cerca con sabrá
Dios que insinuaciones.
—¡De acuerdo, largo de mi habitación o gritaré!— dijo amenazante, frunciendo el ceño. Alerta a cualquier ataque que el pelirrojo pudiera hacerle aprovechándose de él.
—Que divertido eres Ángel. — rió para si mismo, acomodándose su traje. Mirándolo con recelo.—En fin, sólo digo que no te hagas muchas esperanzas con Husk.— se dio media vuelta hasta ponerse en el umbral de la puerta.
—¿Lo dices porque él no cree en el amor?— preguntó lleno de curiosidad. Mirándolo con total desconfianza. Siempre supo que ese Alastor era una desgraciado.
—No. Lo digo porque tú ya no crees en él.
Y como vino se fue. No son antes darle una mirada de advertencia. Ángel ya no sabía lo que quería el pelirrojo. Sin embargo, aquello último lo dejó muy pensativo.
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Habían pasado alrededor de veinte minutos hasta que se adentro el Alpha que tanto quería ver con bastante helado de por medio.
—¿Estás bien Ángel?
—¡Husk! Pensé que habías muerto.— sin poder controlarlo, se saltó encima suyo causando que cayera al suelo y soltará un leve gruñido. Sin embargo, en poco tiempo el nombrado parecía más relajado y me correspondió el abrazo.
Ángel se sintió tan reconfortado y cálido. Seguro.
—Perdona la tardanza, fue difícil encontrar una buena heladería aquí. — agregó con una sonrisa.
Ángel disfruto de aquello. Ambos fueron hasta su cama y comieron los helados mientras veían televisión.
Poco a poco, se fueron acurrucando.
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Ya varios habían transcurrido desde que el celo de Ángel termino. Las cosas parecían ir "normales" en el Hazbin Hotel. La misma rutina y misma diversión. Sin embargo, se sentía algo un poco diferente en el aire. O mejor dicho, algo diferente en la "amistad" entre Ángel y Husk.
Claramente se la pasaban mucho más tiempo juntos. Ya sea hablando, bebiendo y riendo de cualquier cosa. Contando varias anécdotas desde cuándo aún estaban vivos hasta cuándo pisaron el Infierno. Realmente se les veía muy unidos. Ya hasta resultaba extraño no verlos juntos en algún momento del día.
Esa tarde fue ligeramente diferente a otras. Ángel había ido de compras con Vaggie y cuando llegó al hotel una oleado de un nuevo aroma inundó sus fosas nasales. Olía asqueroso. Y no sólo eso, captó una nueva huésped en el hotel que descaradamente coqueteaba con Husk quién tenía un gesto aburrido y de molestia por la presencia de ella.
Haciendo como si no le importará en un principio, se acomodó su busto (pelusa) y meneo sus caderas mientras caminaba con sutileza hasta estar dentro del mini bar donde atiende al demonio alado. Interrumpiendo la conversación que mantenían —mas ella—, se puso de lado de Husk quién se sintió mejor cuando lo vio.
—¿Quién carajos es ella?— preguntó sin confianza. Jamás la había visto ahí. Por sus ropas se notaba que viaja mucho. Parecía como de esas series policiacas.
Había una demonia gato, igual a Husk sólo que con tonalidades diferentes. Más rosa, blanco y púrpura. Y no tenía alas. Pero si unas largas pestañas y mucho maquillaje. Debía admitir que se veía bonita, pero no le llegaba a él.
—Es...
—Anastasia. Una conocida de mi gatito.— sonrió como víbora, o al menos eso Ángel creyó. —¿Quién eres tú?
—¿Perdona? Creo haber escuchado mal.— sonrió, no debía permitir que le desanimara. Aunque le sonaba bastante ofendido que no lo conocería. Seguía siendo la estrella porno más conocida por todo el infierno. — Me presento querida gatita. Ángel Dust, soy el Omega de Husk. — rodeó el cuello del nombrado sin dejar de sonreír.
Le dedicó una mirada de cómplice que sólo el contrario pudo identificar. Por lo que de igual manera sonrió y le sujetó su cintura, siguiéndole la corriente.
—¿¡QUÉ!? ¿con él?
—No tengo porque decirte con quién salgo. Y si, es mi Omega. — dijo con la suficiente seriedad que hasta Ángel le creyó, si no supiera que todo es una mentira para salvarlo de las garras de esa molesta demonio. Había sonando tan sincero que no evitó sonreír bobamente. — Todavía no lo he marcado, pero pronto lo haré. Así que dejá de decir que soy tuyo cuando jamás me has interesado.
Ángel jamás se había sentido tan feliz y divertido. Infló el pecho lleno de orgullo. Le había gustado demasiado como sonaban esas palabras dichas por Husk.
Incluso aunque fuese una broma o mentira, realmente se había sentido bien. Y ni hablar del fuerte agarre que mantenía el más viejo sobre su cintura.
La gatita parecía todavía no irse, sólo estaba arisca y lo miraba con molestia.
—¿Quieres que nos besemos enfrente de ti para demostrarlo? — retó con una sonrisa maliciosa.
Aquello fue suficiente para que por fin la indeseada se marchara.
—Asi que, ¿Tú Omega Eh?— sonrió coqueto, sin dejar de alejarse.
—Oh, deja joder. — de frunció el ceño mirando a otro lado. Definitivamente no quería que viera lo avergonzado que estaba.
—Tambien me gustas, Husk. — dijo acorralando lo.
El mencionado lo miró analizando lo que dijo, sin creerle.
—Y no estoy bromeando. — agregó con seriedad.
Lo último que sucedió es que ambos chocaron sus labios e iniciaron un vaivén intenso y profundo. Robándole la respiración al otro y jugando con sus lenguas como si fuera una batalla donde solo uno puede ganar.
Porque entre broma y broma, la verdad sale a la luz.
«Fin de la historia»
Palabras: 2,230
Fecha de publicación: jueves 28 de mayo del 2020.
Escritor: JaquiiAleWorld
Historia: "Por tu entretenimiento"
Fandom: Hazbin Hotel
Nota del autor:
¿Acaso no lo vieron venir?
Bueno bueno, lamento si terminó tan repentinamente. Normalmente siempre aviso en la parte anterior cuando la historia ya está por terminar.
Dije que está historia sería muy corta. Sólo quería escribir algo breve de ellos dos. Y como sabía que no podía seguir actualizando más capítulos donde ya no iba a tener inspiración decidí publicar esté como el último (lo tenía en borradores desde hace más de un mes más no estaba editado)
Tenía que terminar está historia o si nunca jamás le iba a terminar y estaría abandonada.
Curiosidades:
•Esta es mi historia número 53 oficialmente terminada. Y no tiene un año Ficticio exacto en el que se desarrollo. Sólo diré que es poco después de las cosas que transcurrieron en el piloto.
•Origen.
Antes de escribirla tenía ganas de escribir un pequeño fanfic de este Shipp. Y la inspiración surgió en un grupo de WhatsApp RadioDust que me dieron ideas. En especial el lema "entre broma y broma la verdad se asoma".
•El título fue bastante difícil. Igual tuvieron que ayudarme en ésto. Aunque me lo decían en otros idiomas, al final lo preferí en español.
•Futuro
Si tenías planes para otros capítulos pero con toda la tarea que dejan, proyectos y mis otras historias no iba a tener tiempo para está así que tuve que terminarla tan abruptamente. Mínimo quedaría darle un final a dejarla abandonada indefinidamente.
En fin, esto es todo. Nos vemos la próxima historia.
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