♦Acto II:"El Barman"

Apenas terminó de acomodar sus cosas en su respectivos lugares y vigilar que su cerdito Fat Nuggets esté cómodo y sin correr peligro de algún imbécil, decidió ir al sofá que queda justo enfrente del bar donde justamente está cierto demonio gato que parece estar perdido entre sus propios pensamientos. Aburrido, sabía que con él podría entretenerse por un buen rato buscando su propia diversión.

Al llegar hasta el sofá de tres compartimientos, tomó asiento y sacó su móvil viendo algunas de sus tantas redes sociales e ignorando mensajes cochinos de sus seguidores, no todos pero si la gran mayoría, ¿Acaso creían que no tenía vida social más allá del porno?. Quería seguir lejos de todo eso. No lo mal entiendan, adora el sexo, no importa si es suave o rudo, pero detesta ser usado como una perra y que todos crean que no tiene sentimientos reales y que pueden usarlo como se les de la gana.  Aunque sabe que también es su culpa por reflejarse así. Siempre aparentando no importarle nada más que las drogas y el dinero. Siempre viéndose frío e indiferente ante la palabra amor y aclarando que sólo disfruta un buen polvo.

Muy, pero muy en el fondo, se ilusiona sólo un poco con encontrar pareja. Alguien con quién sentirse seguro y le respete. Pero sabe que si no lo encontró estando vivo, mucho menos ahí en el Infierno.

De reojo miró a Husk quién estaba detrás de la barra moviendo algunas botellas de alcohol, su cola moviéndose de un lado a otro y con su típico rostro amargado o de cansancio. Dust se preguntó que podría estar pasando justo ahora por su cabeza.

—¿Quieres ayudarlo Ángel?— le preguntó Charlie apareciendo se de un momento a otro. El Omega no iba a negarlo, se había espantando un poco. No había sentido su aroma ni nada por el estilo. Había sido tan silenciosa y rápida.

—¿En qué momento te apareciste?

—Apenas llegué. — rió, disculpándose por asustarlo. Había salido a los alrededores del hotel dejando a Vaggie a cargo en su ausencia. Además de hacer llegar unas cagas con cosas nuevas, las cuales flotaban con su magia hasta llegar a una esquina de la habitación. —Husk puede necesitar algo de ayuda debido a que también necesita ordenar el inventario. ¿Te gustaría ayudarlo? Veo que estás muy aburrido y sin nada que hacer, así que... — cuando Charlie solía pedir ayuda, a veces se ponía nerviosa y con temor de que fuesen a rechazarla. Ángel a veces sentía un poco de lástima por eso mismo. Pero está vez al no tener mucho que hacer tampoco veía mal ayudarla.

—¡De acuerdo! 

—¡Me parece excelente!— exclamó contenta la rubia. Indicándole que vaya con Husk y él le dirá cómo debe ordenar las cosas que le están llegando.

Efectivamente, Ángel miró que a un lado de la barra habían cajas. No todas estaban llenas de botellas de alcohol, si no que también había otro tipo de bebidas y por supuesto comida. También pudo observar diferentes tipo de cajas pastillas. Ya sea para la migraña, dolores de cabeza, tos o supresores.

—Hey cariño, Charlie me pidió que te ayudará. — dijo un sonriente y coqueto Ángel, llevando dos de sus manos laterales a su cintura, mirando bastante sugerente al demonio gato quien ni se digno a voltear para mirarlo cara a cara, se veía bastante centrado en su trabajo lo cuál es poco común.

En el poco tiempo que llevan conviviendo, Husk se duele distraer más bebiendo, durmiendo o jugando cartas con Niffty o algunas de las cabritas de Charlie.

—Hum, sólo ve sacando las cosas de las cajas, yo las iré acomodando en los estantes. — ordenó Husk tranquilamente señalando dichas cajas que están a dos metros del más alto. En una esquina. Eran alrededor de cinco de ellas.

No sólo es acomodarlos en los estándares, algunas donde había comida y otras bebidas que no fuesen alcohol van en el refrigerador.

Ángel suspiró aburrido, así que fue cargando las cajas, llevarlas y acomodarlas a un lado del Alpha quienes sacó las cosas dentro de estás y las fue acomodando en los demás estantes. Todo a un proceso calmado, ni muy rápido ni muy perezoso.

Fueron un par de minutos así hasta que parecieron terminar.

—Asi que...

—¿Ahora que Ángel?— expresó con fastidio el contrario. El mencionado se arrimó encima de la barra lo cuál le molestó. Sentado y cruzado de piernas, su falda oscura y corta se levantó un poco en su parte trasera, lástima que nadie podría verlo de aquel ángulo.

Por esa parte todavía no había mucho movimiento en cuanto los huéspedes, Charlie y Vaggie han de estar ocupadas en otro lugar y Niffty no sería un problema para ellos.

—Sabes cariño, por ti podría darte un favorable descuento. — estiró uno de sus brazos hasta acariciar el mentón del contrario, quién le gruñó.

—¿Descuento? — preguntó curioso, luego de pensarlo dejando de gruñirle.

—De mis servicios claro.

—Ja, como si los quisiera. — agregó mirándolo incrédulo, alejándose de Ángel para sacar una botella de alcohol.

—¿Dudas de que pueda hacer un buen trabajo? Oh querido, no me conoces, ¿Cierto?— desde la barra, con un pequeño salto llegó al otro extremo hasta quedar en el mismo espacio reducido de Husk e insinuarse le.

—Lo que he oído de ti es suficiente para mí. Sólo no estoy interesado en tus cochinadas, ve con alguien más a hacerlas, Omega. — le dijo con su antipático rostro sin emoción alguna, sin embargo el como se dirigió a él le causó un estremecimiento a la araña.

Ángel no evitó ronronear con cierta excitación, sin dejar su mirada de coqueteo hacia Husk quién claramente lo escuchó y lo miró raro.

—Que excitante. ¿Y qué has oído de mí, eh?— hizo una breve pausa, Husk apunto de responderle, Ángel llevo dos de sus dedos en los labios del Alpha callando lo por uno breve instante. Aunque él sólo frunció el ceño.— ¿Qué acaso no sabes que nunca debes creer en lo que escuchas de los demás? Mira... Si no quieres hacer nada conmigo, puedo entenderlo, pero hablar tampoco estaría mal. ¿Cierto?— se apegó a él restregando su pecho, especialmente su pelusa abultada y esponjosa en el pecho del otro, quién no entendía porque permitía que aquel puto se le acercara tanto a él de esa manera.

Tenerlo así le permitió oler menor su aroma. Debía admitir que el más joven —  tiene entendido que Ángel murió a sus veinte tantos años, mientras que él a sus 55 años, aunque claro en épocas diferentes—, tiene un olor bastante adictivo o que al menos no le molestaría disfrutar todos los días en aquel Infierno. Su olor a flores y azúcar no le es molesto o desagradable, con un leve toque a vainilla.

Husk lo pensó seriamente, Ángel no parecía ser alguien que tomaba las cosas en serio. De seguro él solo quería jugar, pero Husk no quería ser su objetivo o su pendejo. Sin embargo, pensó que él también puede seguirle el juego sin mucho problema. No cree que el Omega le despierte alguna emoción en particular, pero tampoco es un virgen asexual como Alastor. Y no negaba sentir algo de curiosidad por averiguar si Ángel podría conseguir algo. No iba a negar que las provocaciones del contrario hacían excitar a su Alpha.

—¿Y de que quieres hablar conmigo que no sea de sexo? — preguntó pidiendo que se alejará de él, pero Ángel no hacía caso omiso lo cuál colma su paciencia. No evitó bajar lentamente sus brazos hasta rodear la cintura de avispa de Ángel, colocando sus manos en sus caderas. Debía admitir que el tacto no le fue desagradable, como pensó.  Si bajaba un poco más, podía meter sus dedos en aquella línea que separa las nalgas del más joven.  

Ángel ante el toque confiable e íntimo sólo sonrió con amplitud, esperando que ninguno de los huéspedes o las dueñas se les ocurra acercarse e interrumpir aquel momento justo en aquel instante.

—Mi celo será pasado mañana... — acarició con cuidado una de sus puntiagudas orejas, con sus manos delanteras arregló su pajarita (moño) que está alrededor de su cuello. Sonrió perspicaz y ante la atenta mirada de Husk que permanecía neutral, continuó.— Y no tengo nadie con quién pasarlos.— movió sus pestañas con obvia coquetería, como el aleteo de una mariposa.

—Se supone que por eso fuimos a comprar tus supresores, Ángel.

—Si, pero... Ahora que lo pienso mejor, prefiero saciar mi calentura. — objeto acercándose a los labios del Alpha quién sonrió en medio de las palabras del Omega. Su colita se movía de un lado a otro con bastante ritmo lento. — Y me gustaría que me ayudarás en eso. ¿Qué dices? Serán solo unos días metido en mi habitación y dándome atención. Barman.

A lo que ninguno realmente planeo, juntaron sus labios iniciando un vaivén que fue subiendo de intensidad. Siendo más húmedo y duradero. Desprendiendo más de un jadeó en medio de ambos. Fue un momento bastante disfrutable.

Sólo están jugando.

—¿Eso es un sí?— preguntó divertido apenas se separó del beso el cuál le supo a café y chocolate, sus ojos parecieron brillar y Husk sólo quería hundir su cabeza en aquel pecho del contrario.

Es un juego, y el que caiga primero pierde. Husk no iba a ser el primero ni el último, él no iba a caer, pero tampoco huirá.

—Si Charlie se entera...

—No tiene porque. Sólo pongo una condición. — se relamio sus labios con sensualidad.

—¿Cuál?

—Solo no me vayas a marcar, cariño. — ladeó su cuello, advirtiéndole aunque parecía tomárselo a juego. — No de esa forma. Pero puedes dejarme algún otro chupetón.

Contrario a lo que creyó que iba a suceder, debe admitir que pensó que Husk le iba a rechazar y no seguirle la corriente.

—Me parece bien. — hizo una breve pausa, su mirada fija en los tentadores labios de Ángel sabor a canela con vainilla, bajo por su delgado y blanco cuello hasta llegar a su pelusa, le tentaria ver más allá de ella.  — ¿Y si quedas embarazado?

—Depende de ti que me recuerdes tomar anticonceptivos, ¿No? — agregó con obviedad, aunque debe admitir que le sorprendió que Husk preguntará eso.— A menos que quieras que tenga a tu hijo. — le guiñó divertido. Adora molestarlo, no cabía duda.

—Ja, ni una mierda. — respondió. Quizás estando vivo tenía ese anhelo de tener mucha descendencia, pero había sufrido tanta mierda respecto al amor que ya no cree en eso y el deseo de tener una familia se fue extinguiendo. — Sólo te ayudare en tu celo, ¿Entendido? Sólo es mero placer y deseo carnal. 

—Por supuesto. — asintió alejándose de Husk, desaciendo el abrazo por lo tanto. — Y recuerda, será nuestro secreto~ ¿Entendido querido?

Husk sólo suspiró con una media sonrisa en su rostro. Ángel le dio un beso en el aire y se marchó de ahí para salir del hotel a comprar su droga. Estaba de muy buen humor y para hacer aún mejor el resto de la tarde, ¿Qué mejor que drogarse? Sólo debía tener cuidado con no encontrarse con Velvet y su pequeña pandilla que están bajo las órdenes de Valentino.

Ya quería que llegase el día de su celo, y sentir al demonio alado entre sus piernas. No iba a negarlo, que tener su atención sobre él le había gustado bastante.

Ojalá se volviera algo más frecuente. ¿Cómo terminarán las cosas con él? Sólo espera que nadie les arruine su calentón.

Y sobre todo, espera no encariñarse con él.

Con el Barman.

Palabras: 1,916
Fecha de publicación: jueves 2 de abril del 2020
Escritor: JaquiiAleWorld
Au: Omegaverse
Historia: "Por tu entretenimiento"
Fandom: Hazbin Hotel.
Nota del escritor:

Imágenes derechos a su respectivo autor que no encontré, y disculpen los leves errores de ortografía.

Pude haberle publicado hace unas horas para que fuera miércoles, pero no quise xd. Me he leído pocas historias HuskDust que son muy buenas, recomienden más(?

En otras noticias:

Respecto a la secuela de Polvo de Ángel, apenas está en proceso. Puede que ésto tarde varias semanas. E incluso que al final sea un two-shot. Pero ahí vamos. Yo avisaré.

¿Qué les pareció? Corte una escena que iba al final y ahora será el comienzo del siguiente capítulo, que sabré yo hasta cuándo lo publicaré.

La historia es corta. Capitulos corto, de una duración de entre 1,800-2,400 palabras. El shipp meramente me fue gustando poco a poco por los fan arts de ellos dos. Aunque me guste más el RadioDust.

No estoy seguro si me tarde o no en actualizar, está historia no la tengo muy bien planeada y la escribí cada tanto me llega la suficiente inspiración entre varios ratos.

Tampoco se si realmente pondré escenas sexuales explícitas, ya veré.

Hasta la próxima amigos!

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