Segura y Junto a Mí

"Perdón por las mordidas, pero es la primera vez que pruebo el cielo"

Londres, Inglaterra.

Han pasado tres días desde la cena de compromiso de Sting y Yukino. Lucy le explicó a Natsu acerca de su enfermedad que padece desde que era adolescente pero omitió la parte del bebé para poder recuperarse del todo, tenía miedo de su respuesta.

Natsu: ¿Así que por algún motivo, los dolores son fuertes por que tu cuello cervical no esta lo suficientemente abierto? Wow eso debe ser traumante.

Lucy: Sí es por eso que tengos estos estúpidos dolores, de pequeña no podían darme hormonas, solo me daban para aliviar el dolor. Luego me dierón hormonas pero incluso así no se me calma.

Natsu: Lo siento mucho, debe ser díficil para tí lidiar con esto.

Lucy: Sí especialmente en ocaciones que uno tiene planes...

Ella se sonrojó pero no se pudo retractar.

Natsu: De seguro.

Llegarón al restaurante donde celebrarían el cumpleaños de Jeral. Erza había decidido celebrarlo en Londres.

Erza: ¡Gracias por venir! Jeral esta en camino. Aquel es nuestro salón, cuando él venga saldremos todos cantando feliz cumpleaños. ¿Me acompañaras en el piano verdad?

Lucy: Claro que sí.

No habían muchos invitados pero la fiesta fue todo un éxito; Jeral estubo sorprendido y los invitados complacidos.

A lo lejos en otra parte del restaurante, Laxus se encontraba juntó Freed.

Freed: Simplemente no te entiendo; tuviste a esa chiquilla, la dejaste por inmadura y ahora andas como perrito siguiendo sus pasos ¿dónde quedo aquel Laxus macho alfa?

Laxus: Cállate, simplemente quiero comprobar que yo soy el hombre de su vida.

Freed: ¡Huy si!, lo que pasa mi estimado amigo es que tú te enamoraste de la Heartfilia, no lo niegues.

Laxus: Por supuesto que no, solo me enoja que ese afeminado este con ella.

Freed: Por si no sabes eso se llama celos.

Laxus: Como quieras pero te lo digo desde ya, Lucy volverá a caer redondita ante mí.

La fiesta se dió por concluída, no sin antes que Natsu terminará de afinar detalles de su plan con Levy.

Natsu: Cuento contigo Levy.

Levy: No te preocupes, ya quedamos de acuerdo de salir mañana, estará llegando alrededor de las 7:00 p.m. eso te da tiempo para detallar todo.

Natsu: Gracias Levy, eres una buena amiga.

Al día siguiente Lucy y Levy fuerón al orfánato. Estarían todo el día con los niños, Levy les había preparado una pequeña fiesta. Aunque Lucy no se molesto por que Natsu se negó a ir, le daba tristeza. "Quizas tampoco le gusten los niños" pensó ella.

En tanto Natsu preparaba todo para una noche especial pero tambien investigó acerca de la enfermedad de Lucy. "¿No habrá alguna cura definitiva para eso?" se preguntó.

Luego de un buen rato leyendo artículos médicos, se sorprendió de lo sencilla que parecía la solución.

Para él era sencillo, tener un hijo con Lucy parecía una grandiosa idea, no importando que no tuviesen mucho tiempo juntos. Se notaba que Lucy le encantan los niños y aunque él no había tenido mucho contacto con ellos, se divertía mucho en el orfánato contando historias y jugando con los pequeños, incluso jugando al té con las niñas.

Las horas pasarón, se preparó lo mejor posible, tenía todo listo y ahora estaba sentado en el living room del apartamento, esperando a Lucy.

Lucy: ¡Ya estoy en casa!

Anunció la rubia.

Natsu: ¡Hola manzanita! ¿cómo les fue?

Se acercó a ella, besandola.

Lucy: ¿Porqué estás tan bien arreglado?

Natsu: Tengo una sorpresa. Vé a tu habitación te dejé algo ahí y en 30 mínutos saldremos a cenar.

Lucy se encontró con un lindo vestido corto, un ramo de rosas y una nota.

"Esta noche será nuestra,
Espero uses ese pérfume que me trae loco"

Ella sonrió, esmerándose para quedar linda. Su vestido color azul noche le quedaba perfecto.
Cuando Natsu la miró se tuvo que contener para no arrastrarla a su habitación, que es dónde la verdadera sorpresa estaba.

Natsu: Te ves preciosa, manzanita.

Lucy: ¿Porqué me dices manzanita aún, si ya no me enojo como antes?

Natsu: Por que te ruborizas por todo y te ves aún más tierna así. Muy bien vámonos, tengo reservación para las 8:00 p.m.

Llegarón al restaurante, los ubicarón en la terraza con una impresionante vista de la ciudad, pasarón hablando de lo que esperaban del futuro, aunque no tocarón el tema de un bebé.

Terminada la cena, Natsu la llevó a recorrer un momento la ciudad, se detuvierón a contemplar las estrellas.

Lucy: Son muy lindas ¿no crees?

Natsu: No más que tú.

La rubia se sonrojó.

Se fuerón al apartamento, antes de llegar Natsu abrazó a Lucy por detrás, depositando un beso en su cuello.

Natsu: Te tengo una sorpresa.

Lucy: ¿En serio?

Natsu: Cierra los ojos.

La dirigió a su habitación, la cual estaba inundada de rosas rojas, velas y un detalle más.

Natsu: Muy bien, abre los ojos.

Cuando ella observó el panórama, se maravilló de todo alrededor. Principalmente, ver a Natsu de rodillas frente a ella, con una pequeña caja en su mano, mostrando un hermoso anillo.

Natsu: ¿Lucy, te quieres casar conmigo?

Lucy: Pero... si ya lo estamos.

Natsu: Yo digo de verdad, casarnos por amor, frente a un clérico, frente a todos nuestros amigos y familiares, con los niños del orfánato, una boda real. Bueno más bien sería renovar votos pero igual quiero verte caminar con una sonrisa hacia al altar.

Ella recordó que el día de la boda, caminó llena de dudas e inseguridades.

Lucy: ¿En serio?

Natsu: Por supuesto...

Él se puso de pie, quitó el anillo de bodas y colocó el de compromiso; un hermoso diamante color rosa pastel.

Natsu: ¿Aceptas?

Lucy: Si, por supuesto, acepto.

Lo abrazó fuertemente y luego se besarón. Un beso suave, cálido y con amor.

Él con una mano sostenía a la rubia por la cíntura y con la otra acariaba su mejilla, pasando por su cuellos, rozando uno de sus pechos, pasando su viente y rodeando hasta llegar a su caderas, aferrando ambas manos en el trasero de la rubia.

Ella hundía sus manos en su cabellera rosa, pegando su cuerpo cada vez más. Empezó quitandolé el saco y poco a poco desabotonaba su camisa.

De pronto el vestido cayó. Se separarón y Natsu pudo contemplar el cuerpo de su querida rubia. Él con la camisa desabotonada, el pantalón más ajustado de lo normal, se tumbo en la cama, atrayendo hacia sí a Lucy.

Natsu: Tú me vuelves loco ¿sabes?

Besándole el cuello, justo donde salta el pulso.

Lucy: ¿En serio, qué tanto?

En ese momento los pechos de la rubia fuerón liberados de esa prisión.

Natsu: Tanto así que no puedo detenerme más, te necesito sentir, necesito probarte, necesito tenerte.

Se llevó uno de los pechos a la boca y con la mano acariciaba el otro.

Lucy soltó un gemido muy audible, tomó la cabeza de Natsu invitándolo a que no dejará de besar su pecho. Se colocó sobre él, rozando sus intimidades, la cual estaban más que listas para conectarse.

Lucy: ¿Natsu, puedo tocarte?

Él interrumpió su labor, saboreandose los labios, tomó la pequeña mano de ella y lo posó sobre su prominente erección.

Natsu: Tú puedes hacer lo que quieras con mi cuerpo.

Movió la mano de la rubia hacia arriba y hacia abajo, ambos se estremecían del placer. Sus respiraciones eran entrecortadas.

Natsu: ¿Te gusta?

Lucy con su rostro rojo, afirmo con su cabeza.

Entonces, Natsu de un movimiento posicionó a la rubia debajo de él, deslizando con un dedo la pequeña ropa interior de Lucy.

Se termino de desnudarse, mientrás Lucy lo contemplaba fascinada. Él empezó un camino de besos desde sus piernas, besó sus caderas, su centro, llegó a su vientre y una imagen de su hijo creciendo ahí se posó en su mente sonriendo, continuó pasando sus pechos, su cuello, mordió una de sus orejas y terminó besándola en la boca.

Ella abrió sus piernas, en tanto se besaban, él se acomodó entre sus piernas. La miró a los ojos por un instante y comenzó a penetrarla.

Era estrecha, calientita y húmeda. No pudierón evitar cerrar los ojos, era demasiado placer para tolerar. Despacio la llenó y al llegar al tope ambos soltarón un suspiro de placer y plenitud.

Empezó un vaivén de movimientos suaves, mientras la llenaba de besos. La rubia solo acertaba con acariciar su espalda y dejarse llevar por el placer.

Poco a poco sus movimientos fuerón acelerándose, haciendo que en respuesta ella moviera las caderas.

Natsu hundió su rostró en el cuello de la rubia, aspirando profundo para embriagarse de esa fragancia que lo enloquecía desde hace meses. Ella rodeó con sus piernas las caderas de su amante, haciendo más profunda la penetración; acumulándose mucho más el placer en sus interiores, continuarón uniéndose, llenándose, complementándose.

Solo eran ellos, no había nada más, sus gemidos y exigencias de placer era lo único que se escuchaba. En un momento el placer acumulado estalló en Lucy primero, que gritó el nombre de Natsu fuertemente mientras hundía su rostro en su cuello, mordiendoló.

Unos instantes después, él convulsionó de placer sobre la rubia, liberandosé de esa sabrosa presión y dándo paso al mar de sensaciones que le inundarón en ese momento. Siguió moviendosé despacio hasta que su erección ceso, húndiendo ahora él su rostro en el cuello de Lucy.

Con sus respiraciones entrecortadas ambos se mirarón, sonriendo, dándose pequeños besos en los labios. Y diciendo al mismo tiempo: "Te Amo"

Estaban dormidos, abrazados. Natsu se despertó, mirando a su alrededor. Todo estaba oscuro, las velas consumidas, las flores y sus ropas en el suelo.

Su mirada se encontró con su rubia, dormía tan pacífica, su rostro estaba relajado y con una sonrisa sincera.

Él acarició su mejilla, besándo su frente, ella se revolvió un poco, abrazándose más a él y suspirando.

Natsu: Eres tan linda durmiendo, no puedo creer que ya eres mía.

La atrajó más a él, recorrió el cuerpo desnudo de su esposa.

Natsu: Toda mía...

Con ese pensamiento se durmió.

Lucy despertó, todo parecía irreal. Vió a su querido pelirosa al lado, durmiendo plácidamente, le besó la mejilla y luego los labios.

Lucy: Te ves tan lindo mientrás duermes.

Se acomodó mejor en su pecho, volviéndose a dormir.

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